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EDADISMO EN PERSONAL DE SALUD DEL
HOSPITAL GENERAL DE ZONA NÚMERO 2,
SALINA CRUZ, OAXACA
AGEISM IN HEALTH PERSONNEL OF THE GENERAL HOSPITAL OF
ZONE NUMBER 2, SALINA CRUZ, OAXACA
Ana Laura López Ruiz
Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca
Erik Arturo Cervantes Iturbe
Instituto Mexicano del Seguro Social
pág. 1672
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.15938
Edadismo en Personal de Salud del Hospital General de Zona Número 2,
Salina Cruz, Oaxaca
Ana Laura López Ruiz
dra.lopezlaura@gmail.com
https://orcid.org/0009-0007-2440-9213
Universidad Autónoma
Benito Juárez de Oaxaca
México
Erik Arturo Cervantes Iturbe
irturbe.erkj@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-5698-3024
Instituto Mexicano del Seguro Social
México
RESUMEN
El edadismo, también conocido como “discriminación por edad” o “viejismo”; es un término que se refiere
a los prejuicios y la discriminación hacia la persona en función de la edad, incluidas las actitudes
perjudiciales contra las personas mayores y su proceso de envejecimiento, ya sea a través de la
estigmatización y los estereotipos o las prácticas discriminatorias de la sociedad y sus instituciones. En los
profesionales de la salud se ha señalado que tienen dificultad para reconocer la presencia de procesos
patológicos en las personas mayores ya que asocian de forma natural, la edad con la fragilidad y la debilidad
(Montorio e Izal; 1994), y se ha dicho que pueden llegar a utilizar la edad como un indicador para explicar
el comportamiento, variando el diagnóstico y las recomendaciones para el tratamiento de las personas
mayores en comparación con adultos de menor edad. El objetivo de esta tesis consistió en evaluar la
presencia de edadismo en el Hospital General de zona No. 2, Salina Cruz, Oaxaca. La muestra fue de 150
profesionales de la salud de diferentes áreas adscritos al HGZ2, se les aplicó el cuestionario de Estereotipos
Negativos hacia la vejez (CENVE) (Blanca Mena, Sánchez Palacios, y Trianes, 2005). En el análisis de las
puntuaciones obtenidas, el cuestionario mostró que existe estereotipos negativos hacia la vejez con el
39.3%, sin embargo, en el análisis de frecuencias, se determinó que el factor salud mostró una presencia
más alta de estereotipos negativos hacia la vejez con el 44%, seguido del factor carácter- personalidad con
42.7%. Respecto al sexo, se encontró que las mujeres tienen mayores actitudes edadistas con un porcentaje
de 45.7% en comparación con los hombres que tuvo un porcentaje de 28.6%. Respecto a la categoría, el
personal de enfermería fue el que más actitudes negativas tuvo con un porcentaje de 51.8% en comparación
con el resto del personal. Conclusiones: Podemos concluir que, si bien el porcentaje de estereotipos
negativos hacia la vejez es bajo, se comprueba la existencia del mismo en personal de salud del Hospital
General de Zona No. 2, Salina Cruz, Oaxaca.
Palabras clave: edadismo, discriminación, salud, personal de salud
pág. 1673
Ageism in Health Personnel of the General Hospital of Zone Number 2, Salina
Cruz, Oaxaca
ABSTRACT
Ageism, also known as "ageism" or "ageism"; It is a term that refers to prejudice and discrimination towards
the person based on age, including harmful attitudes towards older people and their ageing process, whether
through stigmatisation and stereotypes or discriminatory practices of society and its institutions. Health
professionals have been reported to have difficulty recognizing the presence of pathological processes in
older people since they naturally associate age with frailty and weakness (Montorio & Izal; 1994), and it
has been said that they can use age as an indicator to explain behavior. varying the diagnosis and treatment
recommendations of older people compared to younger adults. The objective of this study was to evaluate
the presence of ageism in the General Hospital of zone No. 2, Salina Cruz, Oaxaca. The sample consisted
of 135 health professionals from different areas assigned to the HGZ2. The questionnaire on Negative
Stereotypes towards Old Age (CENVE) was applied (Blanca Mena, Sánchez Palacios, & Trianes, 2005).
The analysis of the scores obtained from the questionnaire showed that there is a low prevalence of negative
stereotypes towards old age with 39.3%, however, in the frequency analysis, it was determined that the
health factor showed a high presence of negative stereotypes towards old age with 44%, followed by the
character-personality factor with 42.7%. Regarding sex, it was found that women have higher ageist
attitudes with a percentage of 45.7% compared to men who had a percentage of 28.6%. Regarding the
category, the nursing staff had the most negative attitudes with a percentage of 51.8% compared to the rest
of the staff. Conclusions: We can conclude that although the percentage of negative stereotypes towards
old age is low, the existence of it is verified in the staff of the General Hospital of Zone No. 2, Salina Cruz,
Oaxaca.
Keywords: ageism, discrimination, health, health personnel
Artículo recibido 05 enero 2025
Aceptado para publicación: 25 enero 2025
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INTRODUCCION
La esperanza de vida humana ha aumentado dramáticamente durante los últimos años, esto se ha atribuido
a cambios ambientales, que incluyen mejores alimentos, agua, higiene y condiciones de vida, impacto
reducido de enfermedades infecciosas con inmunización y antibióticos, así como una mejor atención
médica. Sin embargo, la edad avanzada sigue siendo principal factor de riesgo para diversos tipos de pérdida
de la función, enfermedades crónicas degenerativas, esto demuestra que la esperanza de vida saludable no
ha aumentado tanto como la esperanza de vida general. [1] Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS) la prevalencia de adultos mayores es de 900 millones y se prevé que para el año 2050 llegue a 2,000
millones. Dentro de este contexto, es fundamental determinar si las personas actualmente viven vidas más
largas y saludables o si los años añadidos a la vejez se viven en general con mal estado de salud, esto último
se puede traducir en que, si las personas viven más tiempo, pero presentan limitaciones de la capacidad, la
demanda de asistencia sanitaria y social será considerablemente superior y eso a su vez puede contribuir a
ser víctima de discriminación. [2] Este incremento en la esperanza de vida ha sido un logro en el último
siglo, sin embargo, llegar a viejo dejó de ser un privilegio, pues comúnmente las personas tienen actitudes
y percepciones negativas hacia el adulto mayor. Dicha discriminación puede manifestarse a nivel
institucional, interpersonal e individual. [3] Esta discriminación no es un fenómeno socio-cultural de los
últimos tiempos. Birren (1966) recogió los primeros testimonios filosóficos de la doble visión de la vejez.
Platón es el antecedente de la visión positiva de la vejez: en sus diálogos Teeteto, Sofista, Parménides, etc.
presentaba una visión individualista e intimista de la vejez, resaltando la idea de que la persona envejece
tal y como ha vivido y dando una gran importancia al proceso de preparación para la vejez desde la juventud.
La vejez para Platón es el momento supremo en la edad del hombre y para llegar a una senectud plena, es
necesaria una madurez responsable. Por el contrario, en las dos obras que su discípulo escribió en relación
a la vejez (De la longevidad y la brevedad de la vida y De la juventud y la vejez), Aristóteles consideraba
a la vejez-senectud como una enfermedad natural, siendo esta la última etapa de la vida en la que llega el
deterioro y la ruina. Y se llega a ella porque la vejez es sustancial y necesaria, en tanto que inevitable, en
la vida del ser humano. En 2007 Siso Martín reconocía que se ha pasado del respeto reverencial a los
ancianos (por venerar su sabiduría y experiencia) al ageísmo, que manifiesta una concepción devaluada de
los mayores (por considerarla una fuerza improductiva, generadora de gasto y carente de los valores
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competitivos de esta nueva sociedad), y defendía que es necesario reivindicar para la tercera edad el
cumplimiento de la ética en cuatro niveles. Estos cuatro niveles son: cuidado (cuidar siempre, sobre todo
cuando curar ya no es posible), respeto (igualdad de los mayores para que la tercera edad no sea una edad
de tercera), solidaridad (entendido como deber natural de ayudar a nuestros semejantes) y esperanza (el
anciano tiene dignidad, aunque no espere ya tiempos mejores). [4] Si bien es cierto que en la edad adulta
hay alta prevalencia de muchas afecciones, entre las más comunes cabe citar; la pérdida de audición, las
cataratas y los errores de refracción, los dolores de espalda y cuello, la osteoartritis, las neumopatías
obstructivas crónicas, la diabetes, la depresión y la demencia. Es más, a medida que se envejece aumenta
la probabilidad de experimentar varias afecciones al mismo tiempo. La vejez se caracteriza también por la
aparición de varios estados de salud complejos que se conocen habitualmente por el nombre de síndromes
geriátricos. Por lo general son consecuencia de múltiples factores subyacentes que incluyen, entre otros, la
fragilidad, la incontinencia urinaria, las caídas, los estados delirantes y las úlceras por presión. Ante esta
situación, todas las personas tienen derecho a ser tratadas con dignidad, independientemente de su edad. La
Royal college of nursing define la dignidad en la prestación de asistencia sanitaria como: "La dignidad tiene
que ver con cómo se sienten, piensan y se comportan las personas en relación con el valor de sí mismos y
de los demás. Tratar a alguien con dignidad es tratarlo como alguien valioso, de una manera respetuosa".
[5] Los estereotipos negativos se asocia con peores resultados de salud física y una longevidad más corta
así mismo se asocia a un aumento en la depresión, ansiedad, estrés y peor bienestar. [6] Para eliminar esta
visión estereotipada, debemos transmitir a la sociedad información sobre la vejez que muestre una imagen
más positiva del envejecimiento, a fin de re conceptualizar la idea de la vejez más ajustada a la realidad.
[7]
El edadismo, fue acuñado en 1969 por el psiquiatra y gerontólogo Robert Neil Butler, También conocido
como “discriminación por edad” o “viejismo”; el término se refiere a: Los prejuicios y la discriminación
hacia la persona en función de la edad, incluidas las actitudes perjudiciales contra las personas mayores y
su proceso de envejecimiento, ya sea a través de la estigmatización y los estereotipos o las prácticas
discriminatorias de la sociedad y sus instituciones (Butler, 1969; Pag.243). [8] El envejecimiento
demográfico no sólo genera cambios biológicos o físicos que requieren atención médica, como
enfermedades crónicas, discapacidades, fragilidad, síndromes geriátricos, entre otros, sino que también
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enfrenta problemas sociales y culturales. Debido a este cambio demográfico, aumenta la demanda de
atención primaria, personal capacitado y entornos amigables con las personas mayores. [9] El edadismo es
un fenómeno con alta prevalencia y generalizado en muchas culturas. Los datos de una encuesta mundial
de valores, incluidos 57 países, mostraron un resultado en los encuestados del 60% que informaron que las
personas mayores no reciben el respeto que merecen. [10] A nivel mundial, una de cada dos personas son
edadistas contra las personas mayores. En Europa, una persona de cada tres afirma haber sido objeto de
edadismo; En el caso de las personas mayores, el edadismo se asocia con una menor esperanza de vida, una
salud física y mental más deficiente, una recuperación más lenta de la discapacidad y un deterioro cognitivo.
El edadismo reduce la calidad de vida de las personas mayores, aumenta su aislamiento social y su soledad
(ambos asociados a graves problemas de salud), restringe su capacidad de expresar su sexualidad, y puede
aumentar el riesgo de violencia y maltrato contra las personas mayores. [11]
En Noruega se realizó un estudio, donde se analizaron las opiniones de los médicos y enfermeras. Tanto
los médicos como las enfermeras dijeron que trataban a los pacientes ancianos de manera diferente a los
pacientes más jóvenes, y a menudo se les daban prioridades más bajas, esto a menudo incluía frustración
porque también tiene que ver con la restricción económica. [12] La discriminación por edad o un perjuicio
negativo hacia los adultos mayores, es un problema grave en la atención médica. Se ha informado que una
actitud negativa de los profesionales de la salud hacia los pacientes adultos mayores conduce a una atención
y terapia de mala calidad y al abuso y negligencia de los ancianos. En Japón, el 50.2% de todos los pacientes
son adultos mayores, y la discriminación por edad en la atención médica es un problema urgente. Es por
eso que se enfatizado en la importancia de la educación de los estudiantes. [13] La población en Inglaterra
y otros países sigue envejeciendo debido a una disminución de la fertilidad junto con una mayor esperanza
de vida. Dado que las personas viven más tiempo, es probable que la discriminación por edad adquiera
mayor prominencia, lo que a su vez tiene implicaciones importantes para la protección social, el acceso a
la salud y otros servicios públicos y la garantía de los derechos humanos de la población de mayor edad.
[14] En Canadá por ejemplo hay más personas de 65 años y más que niños de 14 años o menos y el edadismo
afecta a muchos de estos adultos mayores. La mayoría de los canadienses viven de forma independiente en
la comunidad y un número creciente continúa trabajando después de la edad de 65 años.
Desafortunadamente, experimentan discriminación por edad en compra de bienes y servicios, en sus
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relaciones familiares y en las instituciones de salud. [15] En Estados Unidos, la discriminación por edad,
racismo y sesgo de género en el sistema de salud, ha impactado significativamente la forma en que los
estadounidenses buscan y reciben atención. El sesgo erosiona la idea inherente de confianza y equidad que
es fundamental para la relación entre los proveedores y los pacientes. Debido a estos "ismos" y sesgos, los
adultos mayores que caen en estas categorías socialmente construidas, como las asociadas con la raza,
tienen un mayor riesgo de peores resultados de salud, acceso inadecuado a la atención médica y disminución
de la satisfacción con la atención y la comunicación a lo largo de la vida. [16] En México, la esperanza de
vida aumentó de 58 años en 1960 a 71 años en 2010, a 75 años en 2016 y probablemente a 80 años en el
año 2050; el envejecimiento demográfico es un logro sanitario, sin embargo, algunas personas perciben la
vejez como una etapa negativa. En México, de acuerdo con Gutiérrez, (et al.,) el 63.3% de los mexicanos
muestra preocupación por el crecimiento de este grupo etario, dado que lo vincula con dependencia familiar,
social e institucional y con la necesidad de cuidados por enfermedades. Los individuos que perciben la
vejez como sinónimo de dependencia, fragilidad, retiro e inutilidad propician daños a la salud mental del
adulto mayor. [17] El edadismo se acepta cada vez más como un problema de salud pública y como una de
las formas más frecuentes de estereotipos, perjuicios y discriminación. El edadismo afecta a grupo de edad,
sin embargo, la evidencia existente que las personas mayores tienen mayor riesgo de sufrir sus
consecuencias negativas, incluso se ha demostrado que afectan el rendimiento cognitivo y funcional de las
personas mayores. [18] En los profesionales de la salud se ha señalado que tienen dificultad para reconocer
la presencia de procesos patológicos en las personas mayores ya que asocian de forma natural la edad con
la fragilidad y la debilidad (Montorio e Izal; 1994), y se ha dicho que pueden llegar a utilizar la edad como
un indicador para explicar el comportamiento, variando el diagnóstico y las recomendaciones para el
tratamiento de las personas mayores en comparación con adultos de menor edad. [19] De igual manera la
discriminación por edad en la atención a largo plazo se da de manera generalizada, resulta difícil definirla,
identificarla y combatirla en la práctica. Estas dificultades podrían superarse al comprender la
multidimensionalidad y complejidad del edadismo. [20] Se ha realizado una extensa investigación y se ha
demostrado que hay tres variables de edad que afectarán negativamente los resultados de salud de las
personas mayores, estas variables son: la discriminación por edad, los estereotipos negativos de edad y las
autopercepciones negativas del envejecimiento. Los estudios experimentales han encontrado que cuando
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las personas mayores son asignadas al azar a una condición de estereotipo de edad negativa, afecta los
resultados de salud, como el rendimiento de la memoria y el equilibrio, en comparación con aquellos en
una condición de estereotipo de edad neutral o positiva. [21] La discriminación por edad, o edadismo, no
suele contemplarse en las teorías de la justicia distributiva. No obstante, dado el crecimiento exponencial
de la población anciana en todo el mundo, se ha acentuado la segregación de este grupo en el acceso a la
atención. Esta segregación se basa en la idea preconcebida de que las personas mayores utilizan más
recursos debido a las enfermedades, pero no contribuyen tanto al sistema de salud, desde un punto de vista
socioeconómico, en comparación con las personas más jóvenes. Recientemente con la pandemia de covid-
19 se puedo observar dicha discriminación hacia los adultos mayores, al adoptar como criterio aislado la
edad cronológica para la asignación de recursos escasos, especialmente en situaciones que involucran el
acceso del paciente a la UCI y a medidas de soporte vital avanzado. Proponer que el derecho de un joven a
recibir ventilación mecánica debido a una posible mayor esperanza de vida es minimizar el derecho a la
vida y a la dignidad humana del anciano, ignorando el beneficio de las medidas intervencionistas en
ancianos con buena reserva funcional y, por lo tanto, buenas perspectivas de recuperación. Sin embargo,
ya sea en tiempos normales o pandémicos, no hay justificación para el edadismo. [22] La pandemia de
COVID-19 proporcionó un entorno propicio para las actitudes discriminatorias hacia las personas mayores.
Al equiparar vejez o ancianidad a vulnerabilidad y dependencia; los derechos de los adultos mayores no
deberían verse comprometidos en función de la edad cronológica. Dicho edadismo puede generar
estereotipos negativos de edad a nivel social, pues incluso se pudo apreciar hostilidad a los adultos mayores
en las redes sociales, al identificar a los adultos mayores como grupo de alto riesgo de complicaciones o
muerte. De hecho, el brote de COVID-19 ha sido descrito como “el problema de los adultos mayores” y se
ha promovido una división de edad que separa a los jóvenes de los viejos. Una revisión señaló que la
pandemia ha revelado el edadismo y los estereotipos de edad arraigados en la sociedad, generando la
percepción de una menor preocupación y menos valor atribuido a las personas mayores durante la
pandemia. En algunos hospitales los protocolos de prevención y tratamiento se desarrollaron mejor para
niños y jóvenes, y se ha manifestado que salvar la economía puede ser más importante que salvar la vida
de los adultos mayores. [23] [4] Según Ouchida, el modo en el que los profesionales de la salud afrontan el
proceso de envejecimiento y el anciano puede determinar su asistencia y tratamiento médico. La asignación
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de recursos basada únicamente en la edad caracteriza el envejecimiento. Pero otros parámetros deben ser
considerados en situaciones críticas, como las condiciones clínicas, síndrome de fragilidad, estado
funcional y comorbilidades. Toda persona tiene derecho a la vida, y las decisiones rápidas deben ser
tomadas por el personal de salud, el paciente y la familia. [24]
JUSTIFICACIN
La presente investigación se justifica debido a que la problemática de estudio tiene una magnitud
considerable, pues repercute en la atención de calidad que se le brinda a un adulto mayor, puesto que la
esperanza de vida ha aumentado considerablemente en los últimos años, según la OMS prevé que para el
año 2050 llegue a 2,000 millones de adultos mayores de los 900 millones que son en la actualidad. [1], [2].
Si bien es cierto que en la edad adulta hay alta prevalencia de muchas afecciones, además de los síndromes
geriátricos, esto no da el derecho de no ser tratados con dignidad, independientemente de su edad en el
ámbito de atención médica. [5] Para eliminar esta visión estereotipada, debemos transmitir a la sociedad
información sobre la vejez que muestre una imagen más positiva del envejecimiento, a fin de re
conceptualizar la idea de la vejez más ajustada a la realidad. [7] Los estudios recientes han demostrado que
existen estereotipos negativos hacia el adulto mayor, donde médicos y enfermeras dijeron que se trataba a
los pacientes mayores de diferente manera con respecto a los jóvenes. En los profesionales de la salud se
ha señalado que tienen dificultad para reconocer la presencia de procesos patológicos en las personas
mayores ya que asocian de forma natural la edad con la fragilidad y la debilidad, por lo tanto esta
investigación puede aportar a que personal de salud sea concientizado sobre este tema. [12] [19]
Recientemente con la pandemia de covid-19 se puedo observar dicha discriminación hacia los adultos
mayores, al adoptar como criterio aislado la edad cronológica para la asignación de recursos escasos,
especialmente en situaciones que involucran el acceso del paciente a la UCI y a medidas de soporte vital
avanzado, por tanto el desarrollo de estudios como el que se propone en esta investigación puede facilitar
la solución del problema en el sentido de permitir que el personal de salud pueda brindar una atención de
calidad a un paciente independientemente de su edad. [22]
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
El edadismo durante los últimos años ha tenido un aumento vertiginoso, sobre todo en las personas mayores
de 65 años. Aunque el edadismo existe en todas partes del mundo México se encuentra ante esta situación
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ya que presenta un proceso acelerado de transición demográfica, transformándose en un ps con más viejos
que niños.
Según INEGI En 2020 residían en México 15.1 millones de personas de 60 años o más, que representan
12% de la población total. En el país, por cada 100 niños o niñas con menos de 15 años hay 48 adultos
mayores. En 2020, 98% de la población de 60 años y más hace uso de los servicios de salud. Las
instituciones con mayor recepción de usuarios son el IMSS (38%) y la Secretaría de Salud (25%).
Aunado a lo anterior, la mayoría de los adultos mayores cursan con una enfermedad crónica, además de
mayor riesgo de sufrir caídas, que requerirá de atención médica en consulta externa, urgencias e inclusive
hospitalización por tiempo prolongado en más de una ocasión.
Al ser un tema desconocido por el público en general de la ciudad de Salina Cruz, es necesario abordar este
tema, para confirmarse la hipótesis y crear estrategias que generen consciencia en el personal de salud del
HGZ 2. De los pacientes hospitalizados, la mayoría son adultos mayores, los cuales en ocasiones no reciben
una atención de calidad simplemente debido a su edad, muchos profesionales de la salud dejan de detectar
afecciones agudas porque piensan que se deben al envejecimiento normal. Otros descartan el dolor, la
ansiedad y la depresión como inevitables con la edad o consideran inconscientemente que las personas
mayores son menos valiosas o importantes que las más jóvenes. Por lo que es importante realizar una
investigación que nos permita visibilizar esta problemática y sobre todo permita que los adultos mayores
tengan una calidad de vida adecuada y sobre todo que el personal de salud pueda contribuir en esto. Por lo
que la pregunta de estudio es la siguiente: ¿Existe edadismo en el personal de salud del Hospital General
de Zona # 2, Salina Cruz, ¿Oaxaca?
MATERIAL Y MTODOS
Diseño de estudio
Observacional: Ya que nos limitamos a medir las variables que define el presente estudio, no habrá
manipulación de variables.
Descriptivo: Se pretende la descripción de la existencia de edadismo en personal de salud del HGZ2, no
se pretende relacionar algún factor de riesgo causal en este estudio.
Transversal: Solo se realizará en un determinado tiempo.
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Universo de trabajo: Esté proyecto está constituido por un universo de personal de salud adscrita al
Hospital General de Zona No. 2 de Salina Cruz, Oaxaca.
Muestra: Se realizó un muestreo no probabilístico a conveniencia. El tamaño de la muestra es de 164
personas de un total de población de 282 personas; personal de salud adscrito al Hgz2, de los cuales
únicamente se registraron 150, que fueron los que concluyeron en su totalidad el cuestionario. Dicho
tamaño de muestra se obtuvo con la siguiente formula n = [z2 * p (1 p)] / e2 / 1 + [z2 * p (1-p)] / e2 * N1;
donde N = tamaño de la población e = margen de error (porcentaje expresado con decimales) z =
puntuación z.
Criterios de inclusión:
Médicos generales, médicos familiares, médicos no familiares adscritos de las diferentes
especialidades, de los diferentes turnos, personal de enfermería, médicos residentes de la especialidad de
medicina familiar, médicos internos de pregrado, pasantes de enfermería, nutriólogos, psicólogos, químicos
laboratoristas, asistentes médicos, trabajo social, del Hospital General de zona N°2 con Medicina Familiar
en Salina Cruz Oaxaca, que aceptaron realizar la evaluación de forma voluntaria bajo consentimiento
informado.
Criterios de exclusión:
Personal de salud que labora en el HGZ2 que no aceptó participar en el estudio de investigación.
Personal de salud adscrito al HGZ2 con puesto administrativo.
Personal de salud adscrito al HGZ2 que no atiende a pacientes geriátricos
Criterios de eliminación
Personal de salud que labora en el HGZ2 que no completó el cuestionario CENVE.
PROCEDIMIENTO
Para la captación de participantes, se pidió al personal de salud adscritos al Hospital General de Zona No.
2, Salina Cruz, que participaran en la investigación de forma voluntaria y anónima. El cuestionario se
entregó de manera personal a cada participante previa firma de consentimiento informado. Se empleó el
cuestionario de estereotipos negativos hacia la vejez (CENVE), un cuestionario auto administrado que se
compone de 15 ítems, con una escala tipo Likert de 4 opciones de respuesta (1=muy en desacuerdo, 2= en
desacuerdo, 3= de acuerdo, 4= muy de acuerdo). Este test contiene tres factores: salud, que expresa
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afirmaciones relacionadas con la aparición de discapacidades, deterioro cognitivo o problemas relacionados
con enfermedades mentales; ITEMS 1, 4, 7, 10 y 13. El factor motivacional-social, expresa ideas
relacionadas con las carencias afectivas, falta de interés vital y disminución de la capacidad para desarrollar
una actividad laboral; ITEMS 2, 5, 8, 11 y 14. Por último, el factor carácter personalidad, se refiere a
afirmaciones sobre rigidez metal, embotamiento afectivo y déficits en el estatus como adulto; ITEMS 3, 6,
9, 12 y 15. La puntuación del instrumento oscila entre 5 y 20 puntos para cada uno de los tres factores. La
puntuación total oscila entre los 15 puntos y 60 como puntuación máxima. La interpretación total del
cuestionario es la siguiente: a) de 15 a 28 puntos corresponde a muy baja presencia de estereotipos, b) de
29 a 39 puntos corresponde a baja presencia de estereotipos, c) de 40 a 50 puntos corresponde a presencia
alta y d) de 51 a 60 puntos corresponde a muy alta presencia de estereotipos negativos hacia las personas
mayores. Fiabilidad de las puntuaciones; Alfa de Cronbach: 0.847. Valido para población mexicana por la
Universidad Autónoma de México en el 2022. (Mtra. Isabel Cristina González, Inv Ed Med. Vol. 11, n.o
42, abril-junio 2022).
ANÁLISIS ESTADÍSTICO
Una vez terminada la aplicación de los cuestionarios, se realizó el vaciado de la información obtenida a una
hoja electrónica de recolección de datos. Se realizó un análisis univariable obteniendo medidas de tendencia
central y dispersión para variables cuantitativas, frecuencias y porcentajes para variables cualitativas. Lo
cual se realizó mediante la plataforma SPSS V 22.0.
RESULTADOS
La muestra estuvo conformada por 150 profesionales de la salud, de diferentes especialidades; entre ellas
medicina interna, nefrología, urgencias, oftalmología, neurología, psiquiatría, geriatría, imagenología,
anestesiología, así como enfermería, médicos generales y pasantes de psicología, enfermería, nutrición,
médicos internos de pregrado y médicos residentes. Se entrevistaron a 150 personal de salud de los cuales
el 62.7% son mujeres (Tabla 1) y el 69.3% tienen una edad < de los 40 años (Tabla 2) el 37.3% son personal
de enfermería, el 26% son médicos y el 9.3% son médicos residentes e internos principalmente. (Tabla 3).
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Tabla 1. Distribución del personal de salud por sexo.
Sexo
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje
acumulado
Mujer
94
62.7
62.7
Hombre
56
37.3
100.0
Total
150
100.0
Fuente: Instrumento de recolección de datos, Instituto Mexicano del Seguro Social, 2023
Tabla 2. Distribución del personal de salud por grupo de edad.
Edad
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje
acumulado
20 a 24 años
23
15.3
15.3
25 a 29 años
21
14.0
29.3
30 a 34 años
24
16.0
45.3
35 a 39 años
36
24.0
69.3
40 a 44 años
20
13.3
82.7
45 a 49 años
18
12.0
94.7
50 y más años
8
5.3
100.0
Total
150
100.0
Categoría
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje
acumulado
Médico
39
26.0
26.0
Enfermería
56
37.3
63.3
Nutriólogo
1
.7
64.0
Psicólogo
2
1.3
65.3
Médico interno
14
9.3
74.7
Médico residente
14
9.3
84.0
Pasante de enfermería
5
3.3
87.3
Asistente médico
12
8.0
95.3
Trabajadora social
2
1.3
96.7
Químico laboratorista
5
3.3
100.0
Total
150
100.0
Fuente: Instrumento de recolección de datos, Instituto Mexicano del Seguro Social, 2023
En primer lugar, se analizó las puntuaciones obtenidas en el CENVE así como en los tres factores que lo
componen, respecto a los estereotipos negativos hacia la vejez mostrados por los participantes del estudio.
Los resultados se muestran en media y moda. Se obtuvieron las siguientes puntuaciones medias y moda
para el CENVE total (M=35, Mo= 25), con un mínimo de 15 y máximo de 59. Respecto a los factores, las
puntuaciones medias y modas fueron para el factor salud (M=12.29, Mo=12, para el factor motivacional-
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social (M=10.9, Mo=11) y las puntuaciones para el factor carácter-personalidad (M=11.8, Mo=10). En el
análisis de la frecuencia de puntuaciones del CENVE total, el 60.7% corresponde a un porcentaje negativo
para estereotipos negativos hacia la vejez y 39.3% a un porcentaje positivo. Sin embargo, cuando
realizamos el análisis de cada dimensión del cuestionario, los factores por separado presentaron mayor
presencia, siendo el factor salud que mostró una mayor frecuencia (44%), seguido del factor carácter-
personalidad (42.7%) en la presencia alta y por último el factor motivacional social con el (27.3%). En la
tabla 4 se recogen se describen los resultados de la frecuencia de puntuaciones respecto al CENVE total y
los tres factores. (Tabla 4) y (Grafica 1).
Tabla 4. Distribución del estereotipo negativo para la vejez por factor.
Factor
Estereotipo negativo para la vejez
Positivo
n, (%)
Negativo
n, (%)
Salud
66 (44)
84 (56)
Motivación-social
41 (27.3)
109 (72.7)
Carácter-personalidad
64 (42.7)
86 (57.3)
Global
59 (39.3)
91 (60.7)
Con respecto al factor salud, los tres ITEMS con mayor frecuencia en la respuesta “muy de acuerdo” fueron
13, 1 y 10. (Grafica 2).
pág. 1685
En el factor carácter personalidad los tres ITEMS con mayor frecuencia en la respuesta “muy de acuerdo”
fueron el 2, 8 y 11 (Grafica 3).
El último factor motivacional social se encontró mayor frecuencia en la respuesta “muy de acuerdo” en los
ITEMS 9, 3 y 12. (Grafica 4).
pág. 1686
De acuerdo al área laboral del personal de salud, el estudio arrojó los siguientes resultados: El servicio de
urgencias es el que presentó mayor porcentaje de edadismo, seguido de consulta externa. (Grafica 5).
Con respecto al sexo que tiene mayores estereotipos negativos hacia la vejez, se concluyó que el sexo
femenino tuvo mayor porcentaje. (Grafica 7).
pág. 1687
Los asistentes médicos presentaron 3.4 veces mayor probabilidad de presentar un estereotipo negativo
para la vejez, siendo estadísticamente significativo con un valor de p<0.05. (Tabla 5)
Tabla 5. Comparación del estereotipo negativo para la vejez por categoría.
Categoría
Estereotipo negativo para la
vejez
OR
p
I.C. 95%
Positivo
n, (%)
Negativo
n, (%)
Inferior
Superior
Medico
8 (20.5)
31 (79.5)
3.4
0.043
0.978
11.896
Enfermería
29 (51.8)
27 (48.2)
Nutriólogo
1 (100)
-
Psicólogo
1 (50)
1 (50)
Médico
interno
2 (14.3)
12 (85.7)
Médico
residente
3 (21.4)
11 (78.6)
Pasante de
enfermería
2 (40)
3 (60)
Asistente
medico*
8 (66.7)
4 (33.3)
Trabajadora
social
2 (100)
-
Químico
laboratorista
3 (60)
2 (40)
pág. 1688
El personal de salud sin especialidad tiene 4 veces mayor probabilidad de presentar un estereotipo negativo
para la vejez, siendo estadísticamente significativo con un valor de p<0.05. (Tabla 6)
Tabla 6. Comparación del estereotipo negativo para la vejez por especialidad.
Especialidad
Estereotipo negativo
para la vejez
OR
p
I.C. 95%
Positivo
n, (%)
Positivo
n, (%)
Inferior
Superior
Sin
especialidad*
53 (46.1)
62 (53.9)
4
0.002
1.594
10.709
Médico
Familiar
1 (20)
4 (80)
Médico no
familiar
5 (17.9)
23 (82.1)
Enfermera
quirúrgica
-
2 (100)
Fuente: Instrumento de recolección de datos, Instituto Mexicano del Seguro Social, 2023
El personal de salud del turno nocturno presento 1.9 veces mayor probabilidad de presentar un estereotipo
negativo para la vejez, siendo estadísticamente significativo con un valor de p>0.05. (Tabla 7)
Tabla 7. Comparación del estereotipo negativo para la vejez por turno del trabajador.
Turno
Estereotipo negativo
para la vejez
OR
p
I.C. 95%
Positivo
n, (%)
Positivo
n, (%)
Inferior
Superior
Matutino
27 (34.6)
51 (65.4)
1.9
0.141
0.806
4.321
Vespertino
18 (42.9)
24 (57.1)
Nocturno*
14 (51.9)
13 (48.1)
Jornada
acumulada
-
3 (100)
Fuente: Instrumento de recolección de datos, Instituto Mexicano del Seguro Social, 2023
El personal de salud adscrito a urgencias presento 1.5 veces mayor probabilidad de presentar un estereotipo
negativo para la vejez, siendo estadísticamente significativo con un valor de p>0.05. (Tabla 8)
pág. 1689
Tabla 8. Comparación del estereotipo negativo para la vejez por área laboral del trabajador.
Área laboral
Estereotipo negativo
para la vejez
OR
p
I.C. 95%
Positivo
n, (%)
Positivo
n, (%)
Inferior
Superior
Hospitalización
23 (35.9)
41 (64.1)
1.5
0.300
0.671
3.595
Consulta
externa
21 (40.4)
31 (59.6)
Urgencias*
13 (48.1)
14 (51.9)
Quirófano /
Tococirugía
2 (28.6)
5 (71.4)
Fuente: Instrumento de recolección de datos, Instituto Mexicano del Seguro Social, 2023
El personal de salud con una edad de 30 a 34 años de edad presentó 1.7 veces mayor probabilidad de
presentar un estereotipo negativo para la vejez, siendo estadísticamente significativo con un valor de
p>0.05. (Tabla 9)
Tabla 9. Comparación del estereotipo negativo para la vejez por el grupo de edad del trabajador.
Grupo de
edad en
años
Estereotipo negativo
para la vejez
OR
p
I.C. 95%
Positivo
n, (%)
Negativo
n, (%)
Inferior
Superior
20 a 24
6 (26.1)
17 (73.9)
1.7
0.243
0.698
4.043
25 a 29
9 (42.9)
12 (57.1)
30 a 34*
12 (50)
12 (50)
35 a 39
15 (41.7)
21 (58.3)
40 a 44
7 (35)
13 (65)
45 a 49
8 (44.4)
10 (55.6)
50 o más
2 (25)
6 (75)
Fuente: Instrumento de recolección de datos, Instituto Mexicano del Seguro Social, 2023
El personal de salud del sexo femenino presentó 2 veces mayor probabilidad de presentar un estereotipo
negativo para la vejez, siendo estadísticamente significativo con un valor de p<0.05. (Tabla 10)
pág. 1690
Tabla 10. Comparación del estereotipo negativo para la vejez por sexo del trabajador.
Sexo
Estereotipo negativo
para la vejez
OR
p
I.C. 95%
Positivo
n, (%)
Negativo
n, (%)
Inferior
Superior
Femenino*
43 (45.7)
51 (54.3)
2
0.037
1.038
4.277
Masculino
16 (28.6)
40 (71.4)
Fuente: Instrumento de recolección de datos, Instituto Mexicano del Seguro Social, 2023
DISCUSIÓN
El objetivo del presente trabajo era en primer lugar determinar la presencia de estereotipos negativos en
una muestra de personal de salud del Hospital HGZ2, Salina Cruz. Respecto a los puntos totales en el
CENVE, los resultados demostraron una presencia baja de estereotipos negativos hacia la vejez.
Al analizar los resultados por factores, podemos observar que hubo presencia de estereotipos negativos
altos en los rubros de salud con un 44%, motivacional social con 42.7% y carácter personalidad con 27.3%.
Con respecto al factor salud, la pregunta más frecuente fue: el deterioro cognitivo (pérdida de memoria,
desorientación o confusión) es una parte inevitable de la vejez. En Motivacional social: las personas
mayores tienen menos interés por el sexo y en carácter personalidad: Las personas mayores se irritan con
facilidad y son “cascarrabias”. Lo que nos da un panorama acerca de los estereotipos que están presentes
en un porcentaje del personal de salud del Hospital General de Zona No. 2.
Como siguiente objetivo, se analizó la influencia de las variables sociodemográficas como el sexo, la edad,
el área laboral.
Sobre las diferencias encontradas en función de las variables sociodemográficas, respecto a la variable de
sexo, los resultados obtenidos muestran que las mujeres tienen mayores estereotipos negativos hacia la
vejez.
En esta investigación, se observó que más de la mitad del personal de enfermería fue positivo para
estereotipos negativos hacia la vejez con una prevalencia de 51.8%, sin embargo, el presente estudio tiene
limitaciones, ya que habría que valorar factores que puedan influir en el estereotipo negativo hacia la vejez.
pág. 1691
Así mismo arrojó que el personal de salud sin especialidad tiene 4 veces mayor probabilidad de presentar
un estereotipo negativo para la vejez, dentro de este grupo encontramos a las Los asistentes médicos que
presentaron 3.4 veces mayor probabilidad de presentar un estereotipo negativo para la vejez. Por último el
sexo que predominó con estereotipos negativos hacia la vejez fue el sexo femenino, lo que podríamos
atribuir a que la mayor parte de la población estudiada es de dicho sexo, cabe mencionar que el 100% de
las asistentes médicos son mujeres, lo que podría haber reforzado el hallazgo.
Nuestros resultados siguen la línea de otros estudios donde se termina presencia de altos estereotipos en
estos factores como fue en el estudio que se realizó a personal de enfermería de Santander, España, donde
la prevalencia del estereotipo negativo global fue del 62,0%, para el factor salud, del 63,5%, para
motivacional-social, del 43,1% y para carácter-personalidad, del 58,3%. (Carmen María Sarabia Cobo
2015).
Así en comparación con en un estudio realizado en agosto 2010 en un Hospital de la Ciudad de Querétaro,
México, donde los resultados arrojaron una prevalencia global del 60%, nuestra prevalencia se mantuvo
por debajo de esta con 39.3%. En dicho estudio se concluyó que el estereotipo negativo en la dimensión
salud se comporta de manera semejante a otras dos dimensiones, debido a que es un componente cultural
no racionalizado, que la formación profesional no logra modificarlo, lo cual es un grave problema ya que
hace pensar que ésta se limita a crear técnicos y no profesionales en el sentido extenso del término.
CONCLUSIONES
El objetivo del presente trabajo fue en primer lugar evaluar la presencia de estereotipos negativos hacia la
vejez en una muestra de personal de salud del Hospital General de Zona No. 2, Salina Cruz, Oaxaca.
Respecto a las puntuaciones totales en el CENVE, los resultados mostraron evidencia de estereotipos
negativos hacia la vejez en el personal de salud, con lo cual queda demostrada la hipótesis.
Al analizar los resultados por factores, podemos determinar que hubo presencia de estereotipos negativos
altos en los factores salud, carácter personalidad y motivacional social.
Por otro lado, se pudo identificar los grupos con más riesgo de presentar estereotipos negativos hacia la
vejez. Si bien la tasa de prevalencia no es muy alta, es importante destacar que si existen estereotipos
negativos entre el personal de salud, lo cual puede repercutir en la atención médica brindada a esta
población, es por eso que necesitamos realizar un cambio de cultura y así poder redefinir el significado de
pág. 1692
vejez. Valdría la pena realizar nuevos estudios de investigación con muestras más homogéneas y estudios
de correlación para determinar qué factores influyen en el edadismo.
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