UTILIDAD DEL ULTRASONIDO DUODENAL EN
OBSTRUCCIÓN INTESTINAL EN PEDIATRÍA
USE OF DUODENAL ULTRASOUND IN PEDIATRIC
INTESTINAL OBSTRUCTION
María Sol Pineda Loor
Médico general
Fiorella Paulette Sarez Pardo
Médico general
Nataly Estefanía Hurtado Guncay
Médico general
María Fernanda Delgado López
Magister en Gerencia en Instituciones de la Salud
pág. 2157
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.15983
Utilidad del ultrasonido duodenal en obstrucción intestinal en pediatría
María Sol Pineda Loor
1
mariasolp-96@hotmail.com
Médico general
Fiorella Paulette Sarez Pardo
fiorella-sarez@hotmail.com
Médico general
Nataly Estefanía Hurtado Guncay
natalyhurtado33@gmail.com
Médico General
María Fernanda Delgado López
mayferdelo@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0002-4408-7761
Médico
Magister en Gerencia en Instituciones de la Salud
RESUMEN
El diagnóstico por imagen de la obstrucción intestinal duodenal en pediatría es muy importante para
identificar las patologías más frecuentes, como la atresia duodenal, el síndrome de la arteria mesentérica
superior y la malrotación intestinal. Las técnicas de imagen, como la radiografía abdominal y la
tomografía computarizada, permiten una evaluación oportuna y precisa, dichas herramientas guían al
médico para tomar decisiones quirúrgicas, si fuese necesario. La intervención quirúrgica oportuna mejora
los resultados clínicos.
Palabras claves: obstrucción intestinal, atresia duodenal, malrotación intestinal, tomografía
computarizada
1
Autor principal
Correspondencia: mariasolp-96@hotmail.com
pág. 2158
Use of Duodenal Ultrasound in Pediatric Intestinal Obstruction
ABSTRACT
Imaging diagnosis of duodenal intestinal obstruction in pediatrics is crucial for identifying the most
common pathologies, such as duodenal atresia, superior mesenteric artery syndrome, and intestinal
malrotation. Imaging techniques, such as abdominal X-ray and computed tomography, allow for timely
and accurate evaluation. These tools guide the physician in making surgical decisions if necessary.
Timely surgical intervention improves clinical outcomes.
Keywords: intestinal obstruction, duodenal atresia, intestinal malrotation, computed tomography
pág. 2159
INTRODUCCIÓN
La obstrucción intestinal en neonatos e infantes se considera como una emergencia médica la cual
requiere diagnóstico y tratamientos oportunos para prevenir complicaciones graves. Esta patología se
caracteriza por la interrupción parcial o completa del paso del contenido intestinal debido a un
estrechamiento del intestino grueso o delgado, lo que puede provocar la perforación intestinal, isquemia,
y sepsis
1
. Las causas de obstrucción intestinal varían según la edad del paciente, se considera que puede
ser hereditario; en neonatos, las etiologías más frecuentes incluyen atresia intestinal, meconio ileo,
malrotación con vólvulo y enfermedad de Hirschsprung
2
. En niños menores de 2 años la causa más
común de esta patología se debe al atrapamiento. En infantes, también pueden presentarse invaginación
intestinal y hernias incarceradas
3
.
La principal etiología de la obstrucción intestinal en lactantes menores de 2 meses de edad es por bridas,
generalmente sucede posterior a una cirugía, pero en casos donde el paciente no ha tenido cirugías previas
puede ser de tipo congénito. El diagnóstico precoz es importante para reducir la morbilidad y mortalidad
asociadas a esta patología. El diagnóstico se obtiene por imágenes, la radiografía abdominal simple es
generalmente el primer estudio utilizado, porque permite identificar signos indirectos de obstrucción,
como niveles hidroaéreos y distensión de asas intestinales. La ecografía abdominal es especialmente útil
en la detección de invaginación intestinal y vólvulo, mientras que los estudios contrastados pueden ser
necesarios para evaluar obstrucciones complejas. La tomografía computarizada (TC) se usa con poca
frecuencia debido a la exposición a radiación, pero tiene utilidad en casos donde el diagnóstico es
incierto
4-5
.
La aplicación oportuna de estas herramientas de imagen permite una identificación rápida y precisa de la
causa de la obstrucción, facilitando la elección del tratamiento adecuado, ya sea conservador o quirúrgico.
La integración de tecnologías de diagnóstico por imagen en los protocolos de atención pediátrica mejora
significativamente los resultados clínicos, subrayando su importancia en el manejo de la obstrucción
intestinal en neonatos e infantes.
Evaluación radiológica
La evaluación radiológica de la obstrucción intestinal en neonatos e infantes es compleja debido a la
variación de los ntomas y signos en las imágenes superpuestas de los diagnósticos diferenciales más
pág. 2160
comunes. Es muy importante para poder proporcionar un diagnóstico diferencial correcto, combinar la
edad gestacional del paciente, el cuadro clínico detallado y los hallazgos por imagen. Pese a que la
evaluación de las radiografías es útil para confirmar la obstrucción intestinal e indicar si esta es de tipo
proximal o distal, los hallazgos adicionales se obtienen por medio de estudios con contraste
gastrointestinal superior o inferior, el uso de ecografía también es de utilidad y en conjunto son
fundamentales para ofrecer un diagnóstico diferencial apropiado
6
.
Tabla 1. Importancia de la radiología de casos individuales y comunes
Interpretación radiológica de casos individuales
Interpretación radiológica de cuadros clínicos
comunes
La atresia duodenal con el
signo de doble burbuja sin gas distal.
Neonato con vómitos biliosos de inicio temprano,
sin distensión abdominal, hallazgo prenatal de
polihidramnios y signo de doble burbuja.
Probable presencia de atresia duodenal. También
hay una
asociación con el síndrome de Down
Estenosis duodenal con signo de doble burbuja con
escaso gas distal.
Cualquier vómito bilioso en neonatos debe
considerar el diagnóstico de malrotación intestinal
con vólvulo del intestino medio. Escasez de gas
distal
con estómago y duodeno dilatados, es
evidencia suficiente para proceder con la cirugía de
emergencia.
Se puede realizar un estudio de contraste del tubo
digestivo superior.
La malrotación avanzada
de intestino con vólvulo del intestino medio
produce una dilatación
estómago y duodeno con escasez de gas distal y
Neonato con vómitos biliosos de inicio tardío y
escasez de gas distal, necesita un estudio de
contraste para llegar al diagnóstico de Duodenal
estenosis. Se requiere cirugía en cada caso.
pág. 2161
abdomen sin gases en etapa progresiva
La atresia yeyunoileal muestra múltiples niveles
hidroaéreos.
sin gas distal
Un recién nacido con vómitos biliosos, distensión
abdominal, antecedentes prenatales de
polihidramnios y
Es probable que el diagnóstico sea atresia yeyunal
con la presencia del signo de la triple burbuja.
La atresia tendrá múltiples niveles hidroaéreos. El
enema demostrará el microcolon no utilizado.
El íleo meconial con pequeñas dilataciones de asas
intestinales, sin niveles de aire y líquido, signo de
pompas de jabón
(Signo de Neuhauser).
En un recién nacido con características clínicas y
radiológicas de obstrucción distal del intestino
delgado, hay tres posibilidades
Atresia ileal, íleo meconial y colon total.
Variante de aganglionosis de la Enfermedad de
Hirschsprung. En dichos casos es importante el
enema de contraste para el diagnóstico
La peritonitis por meconio demostró la clásica
signo de fútbol (neumoperitoneo) y
calcificación.
Un recién nacido con características de sepsis
sistémica y distensión abdominal, pero sin
hallazgos radiológicos como asas dilatadas
aisladas, escasez de gas distal, asas uniformemente
dilatadas, niveles hidroaéreos prominentes o
neumoperitoneo, probablemente presenta
distensión abdominal secundaria a la sepsis, sin
patología quirúrgica asociada.
Signo de doble burbuja
Atresia duodenal
La atresia duodenal neonatal es una anomalía congénita poco frecuente que se caracteriza por el
inadecuado desarrollo de la primera parte del duodeno, el cual no se encuentra abierto y no permite el
pág. 2162
paso de los contenidos del estómago, provocando una obstrucción parcial o completa del tracto
gastrointestinal superior. Esta condición se desarrolla durante el periodo embrionario debido a la falla en
la recanalización del duodeno, proceso que generalmente tiene lugar entre la cuarta y sexta semana de
gestación. Su incidencia se estima en 1 de cada 6,000 a 10,000 nacidos vivos, sin predilección por sexo o
raza y suele asociarse con otras anomalías congénitas, como el síndrome de Down, malformaciones
cardiovasculares y anomalías intestinales, como el páncreas anular
7
.
Los recién nacidos con atresia duodenal suelen presentar síntomas durante las primeras 48 horas de vida,
estos síntomas incluyen vómitos biliosos o no biliosos, distensión abdominal en la parte superior del
abdomen y dificultad para la deglusión. El diagnóstico generalmente se obtiene por los estudios de
imagen, como radiografías abdominales, que revelan el característico signo de doble burbuja, indicativo
de dilatación gástrica y duodenal proximal. El tratamiento de la atresia duodenal es quirúrgico, siendo la
duodenoduodenostomía el procedimiento de elección. El pronóstico de esta malformación congénita es
bueno en la mayoría de los casos, el éxito del tratamiento depende de un diagnóstico temprano, el manejo
adecuado de comorbilidades asociadas y la disponibilidad de cuidados neonatales avanzados
8
.
Fig 1. Neonato con atresia
Autor: Infogen
Síntomas y diagnóstico de la atresia duodenal
La atresia duodenal se manifiesta a través de una variedad de síntomas que suelen presentarse poco
después del nacimiento. Entre las señales más características se encuentra la inflamación en la parte
superior del abdomen, que puede ser evidente en algunos casos. Los recién nacidos afectados
pág. 2163
experimentan vómitos tempranos en grandes cantidades, los cuales frecuentemente contienen bilis, dando
un tinte verdoso al contenido. Este vómito puede persistir incluso cuando el bebé no ha sido alimentado
por varias horas, indicando una obstrucción significativa en el tracto gastrointestinal superior. Además, es
común que los recién nacidos no tengan deposiciones después de evacuar el meconio inicial, ya que el
paso normal de alimentos y líquidos se encuentra impedido
9
.
El diagnóstico de esta condición puede iniciarse incluso antes del nacimiento. Una ecografía fetal puede
revelar cantidades excesivas de líquido amniótico en el útero, un hallazgo conocido como polihidramnios,
acompañado de signos de inflamación en el estómago y el duodeno del feto. Tras el nacimiento, una
radiografía abdominal es fundamental para confirmar el diagnóstico. Este estudio típicamente muestra el
signo característico de la doble burbuja, que indica la acumulación de aire en el estómago y en la
porción inicial del duodeno, con ausencia de aire en las porciones más distales del intestino. Estos
hallazgos clínicos y de imagen son esenciales para una identificación temprana y un manejo adecuado de
la enfermedad
10
.
Fig 2. (A) Radiografía toracoabdominal con el “signo de la doble burbuja”. También se identifica la
sonda nasogástrica bien posicionada. (B) El estudio ecográfico demuestra dilatación gástrica y del
duodeno proximal sin paso de contenido distalmente.
Autores: M.A. Maestro Durán, M. Costas Mora, F. Camino Caballero
Páncreas anular
El páncreas anular es una malformación congénita en la que un anillo de tejido pancreático rodea la
porción inferior del duodeno, causando grados variables de obstrucción intestinal. Esta anomalía se debe
a una fusión defectuosa de las hojas dorsal y ventral del páncreas durante la etapa embrionaria, entre las
semanas cuatro y ocho de gestación. Los síntomas pueden variar desde la ausencia de molestias hasta una
pág. 2164
obstrucción intestinal completa, siendo el vómito postprandial el más común. Aunque esta anomalía
representa solo el 1% de las obstrucciones intestinales neonatales, el diagnóstico correcto es crucial, ya
que el 40% de los casos requieren intervención quirúrgica inmediata
11
.
El páncreas se forma a partir de la fusión de una porción dorsal y una ventral bifurcada. En casos
normales, las partes ventrales rotan alrededor del duodeno para unirse bajo la porción dorsal, pero en el
páncreas anular estas migran en direcciones opuestas, creando un anillo que rodea el duodeno. Esta
condición puede detectarse en el ultrasonido prenatal, especialmente en casos de anillos completos
asociados con polihidramnios. Hasta el 71% de los casos presentan otras anomalías congénitas, como
malrotación intestinal o síndrome de Down. Aunque dos tercios de los pacientes son asintomáticos, los
casos sintomáticos suelen manifestar síntomas neonatales similares a la atresia duodenal, como vómitos y
distensión abdominal. Aproximadamente el 24% de los adultos con páncreas anular pueden desarrollar
adenocarcinoma pancreático
12-13
.
El diagnóstico puede sugerirse mediante estudios de imagen como radiografías, aunque algunos autores
proponen que el diagnóstico definitivo se realiza durante la cirugía. La mayoría de los casos se han
encontrado en niños. Sin embargo, el diagnóstico clínico es muy importante y debe estar acompañado de
los estudios de imagen, como la CPRE, la colangiopancreatografía por resonancia magnética (MRCP) y
la tomografía computarizada (TC), el diagnóstico preoperatorio ha mejorado considerablemente en
adultos. La incidencia del páncreas anular completo ocurre en 5 a 15 casos por cada 100,000 adultos,
según informes de autopsias. El tratamiento quirúrgico consiste en desviar el paso intestinal alrededor del
anillo pancreático mediante una anastomosis duodeno-duodenal, ya que retirar el anillo puede generar
complicaciones como pancreatitis. El pronóstico depende del momento del diagnóstico, la presencia de
anomalías congénitas asociadas y la intervención temprana. En neonatos, la asociación con
malformaciones cardíacas aumenta significativamente la mortalidad
14-15
.
pág. 2165
Fig 3. (A) Radiografía abdominal con signo de doble burbuja. (B) Estudio con contraste del tracto
gastrointestinal superior que muestra el paso del contraste más allá de la anastomosis y hacia el yeyuno.
Autores: Rosanne Thornhill, Marla A. Sacks, Laura F. Goodman, Faraz A. Khan, Andrei Radulescu
Obstrucción intestinal proximal
Atresia esofágica
La atresia esofágica (AE) es una anomalía congénita del esófago poco frecuente, causada por una
compartimentación embrionaria incompleta del intestino anterior. Tiene La AE suele presentarse junto
con una fístula traqueoesofágica (FTE). La mayoría de los pacientes nacidos con AE presentan defectos
congénitos o anomalías asociadas, como la asociación VACTERL, la trisomía 18 o 21 y el síndrome
CHARGE. Aunque varios estudios han identificado posibles vías de señalización y genes involucrados en
el desarrollo de la AE, la comprensión de su fisiopatología sigue siendo limitada en comparación con los
avances en el tratamiento quirúrgico y el cuidado clínico de estos pacientes
16-17
.
El tratamiento de la AE es quirúrgico y busca restaurar la continuidad del esófago e, incluso, ligar y
dividir la FTE si está presente. Actualmente, la tasa de supervivencia es de aproximadamente un 90 % en
los pacientes con AE acompañada de anomalías graves y es aún mayor en aquellos con AE aislada. A
pesar de estos avances, las complicaciones y comorbilidades gastrointestinales y respiratorias a largo
plazo son frecuentes en los pacientes nacidos con AE, lo que impacta negativamente en su calidad de
vida1
8
.
Los trastornos de la motilidad esofágica son probablemente universales en los pacientes que han sido
sometidos a la reparación de la AE y suelen ser la causa subyacente de estas complicaciones y
comorbilidades. Además, estos pacientes pueden presentar dificultades en la alimentación, reflujo
pág. 2166
gastroesofágico crónico e infecciones respiratorias recurrentes, lo que exige un seguimiento médico
integral y multidisciplinario para mejorar su pronóstico y bienestar general
19
.
Fig 4. Radiografía anteroposterior de tórax y abdomen donde se observa señalado con flecha el bolsón
esófago superior ciego.
Fuente: Holcomb and Ashcrafts Pediatric Surgery. 7th Ed. Philadelphia
Síndrome de la arteria mesentérica superior
El síndrome de la arteria mesentérica superior es una afección poco común que causa obstrucción del
intestino delgado proximal el cual se encuentra comprimido entre dos arterias; la aorta abdominal y una
de sus ramas, la arteria mesentérica superior, esta condición está asociada con una morbilidad y
mortalidad significativas cuando el diagnóstico se retrasa. A lo largo de los años el síndrome de arteria
mesentérica superior se lo ha conocido con otros nombres como el íleo duodenal crónico, síndrome de
Wilkie, síndrome de yeso y síndrome de compresión duodenal arterio-mesentérica. La enfermedad fue
reportada por primera vez como un reporte de caso en 1842 por Carl Von Rokitansky, y en 1927, Wilkie
detalló con más detalle la fisiopatología y los hallazgos diagnósticos de la enfermedad
20
.
Esta patología tiene una baja incidencia, pero las complicaciones relacionadas con esta condición la
convierten en un diagnóstico diferencial importante a considerar ante casos de sospecha de obstrucción
intestinal, especialmente en pacientes con antecedentes de pérdida de peso reciente. Esta patología ocurre
cuando la arteria mesentérica superior comprime el duodeno, aquello produce síntomas como vómitos,
pág. 2167
distensión abdominal y dolor posprandial. Generalmente el manejo conservador puede aliviar los
síntomas, pero no resulta efectivo, aquel manejo incluye el soporte nutricional y cambios posturales. En
esos casos, la duodeno-yeyunostomía laparoscópica ha demostrado ser un tratamiento definitivo seguro y
con buenos resultados clínicos
21-22
.
El estreñimiento es una causa común de dolor abdominal en el servicio de urgencias pediátrico y, por lo
general, debe diagnosticarse basándose únicamente en la historia clínica y el examen físico. Un estudio
demostró que los pacientes tenían mayor probabilidad de ser mal diagnosticados con estreñimiento si se
realizaba una radiografía abdominal, varios investigadores han desaconsejado el uso de radiografías
abdominales para diagnosticar estreñimiento. Se debe tener en cuenta los diagnósticos diferenciales los
cuales deben incluir procesos obstructivos en pacientes que presenten dolor abdominal severo, vómitos
persistentes o vómitos biliosos
23
.
Este síndrome se caracteriza por la ausencia prolongada de evacuaciones y una rápida pérdida de peso, lo
cual causa una disminución de la distancia aortomesentérica debido a la reducción de grasa
intraabdominal, específicamente el cojín graso duodenal. El ángulo aortomesentérico normalmente varía
entre 28° y 65°, y la distancia aortomesentérica normal oscila entre 10 y 34 mm. En este síndrome, la
arteria mesentérica superior deja la aorta abdominal en un ángulo anormalmente agudo, generalmente
menor a 22°-25°, acercándose a la aorta más de lo normal, generalmente menos de 2-8 mm, dependiendo
del índice de masa corporal (IMC) del paciente
24-25
.
El síndrome del Cascanueces, relacionado con la compresión de la vena renal izquierda entre la aorta y la
arteria mesentérica superior, puede coexistir con el síndrome de AME. Esta condición provoca dolor en el
flanco izquierdo, hematuria y, en algunos casos, varicocele. Aunque la variante retroaórtica de la vena
renal izquierda es menos común, ambas patologías comparten mecanismos anatómicos similares, lo que
justifica su asociación y destaca la necesidad de un diagnóstico integral en pacientes pediátricos con
síntomas complejos
26
.
Es posible una asociación del síndrome del cascanueces con el síndrome de Ehlers-Danlos (EDS), por lo
que debe considerarse en pacientes altos y extremadamente flexibles. El diagnóstico se realiza mediante
la historia clínica y estudios de imágenes abdominales, especialmente TC, cuyas imágenes se puede
visualizar la compresión vascular del duodeno con una distensión proximal en el síndrome de la arteria
pág. 2168
superior. En el síndrome del cascanueces, puede identificarse el “signo del pico” de una vena renal
izquierda estrechada. La fluoroscopía gastrointestinal superior en posición supina puede diagnosticar un
duodeno obstruido, mientras que la ecografía Doppler en posición semi-erguida puede visualizar la
obstrucción de la vena renal izquierda
27
.
Fig 5. TC abdominal. (A) Corte axial que muestra la distancia entre la arteria mesentérica superior y la
arteria aorta. (B) TC muestra ángulo de 20º entre la aorta abdominal y la arteria aorta
Autor: KV Kennedy
Pseudoobstrucción intestinal crónica
La seudoobstrucción intestinal crónica (POIC) es un trastorno raro y grave caracterizado por síntomas
recurrentes o persistentes de obstrucción intestinal sin una causa estructural evidente. Afecta
principalmente el intestino delgado y el colon, siendo una de las formas más severas de dismotilidad
intestinal. El pronóstico en pacientes pediátricos sigue siendo reservado, con una mortalidad estimada
entre el 10% y el 32% y una morbilidad significativa. Estudios en Francia y Estados Unidos muestran que
hasta un 80% de los niños con CIPO requieren nutrición parenteral, y entre un 10% y 25% fallecen antes
de llegar a la adultez. Sin embargo, datos recientes en Japón indican mejores resultados, con una menor
necesidad de nutrición parenteral y menor mortalidad, destacando diferencias regionales en el manejo y
los resultados clínicos
28
.
Debido a las diferencias entre las formas pediátricas y adultas de la enfermedad, se ha propuesto el
término seudoobstrucción intestinal pediátrica (PIPO) para referirse específicamente a los casos en
niños, donde predominan las causas congénitas y primarias. La PIPO representa un desafío clínico
significativo debido a su rareza y dificultad diagnóstica, lo que a menudo lleva a confundirla con otros
pág. 2169
trastornos funcionales del tracto gastrointestinal. En Estados Unidos, se estima que aproximadamente 100
bebés nacen anualmente con PIPO. Este trastorno rara vez reconocido genera una alta carga para el
sistema de salud, con hospitalizaciones prolongadas, complicaciones derivadas de la desnutrición y el uso
de nutrición parenteral, lo que incrementa significativamente los costos médicos
29
.
Etiología y Fisiopatología
La etiología de la PIPO puede ser primaria (esporádica o familiar) o secundaria (idiopática). Los niños se
ven afectados predominantemente por trastornos primarios de la neuromusculatura entérica, como la
inflamación, degradación o desarrollo anormal de la neuromusculatura entérica, lo que puede producir
síntomas que incluyen la neuropatía, miopatía o mesenquimopatía. Estos pueden clasificarse según el área
afectada: neuronas entéricas, músculo liso intestinal o la red de lulas intersticiales de Cajal (CIC). La
PIPO primaria también incluye condiciones inflamatorias (incluyendo autoinmunes) como ganglionitis
linfocítica y eosinofílica y/o leiomiositis. También abarca la encefalomiopatía neurogastrointestinal
mitocondrial y otras enfermedades mitocondriales, a como neuropatías asociadas con la neoplasia
endocrina múltiple tipo IIB
30
.
La leiomiositis entérica autoinmune es otra patología que generalmente se presenta durante la infancia o
en la niñez temprana se caracteriza por la presencia de anticuerpos elevados en los análisis de laboratorio.
La histopatología suele mostrar un infiltrado linfocítico de la muscular propia en biopsias de espesor total
del intestino delgado. Los pacientes con ganglionitis mientérica eosinofílica típicamente se presentan en
el período neonatal o infantil y tienen hallazgos histopatológicos de infiltración eosinofílica dentro del
plexo mientérico, la submucosa y la mucosa en biopsias de espesor total del intestino delgado
31
.
Cuando se sospecha PIPO, la radiografía abdominal simple es útil como prueba inicial para identificar
niveles de aire-líquido e intestinos dilatados. Sin embargo, los estudios contrastados son necesarios para
descartar causas orgánicas de obstrucción, ya que la radiografía no puede diferenciar entre obstrucción
mecánica y funcional, además de identificar malrotación intestinal. Los estudios del tracto gastrointestinal
superior con seguimiento del intestino delgado usando contrastes hidrosolubles son útiles, aunque su uso
es limitado en PIPO debido a la gran cantidad de contraste requerida. En los últimos años, estas pruebas
han sido reemplazadas por enterografía con TC de alta resolución o resonancia magnética (RM), que
detectan con mayor precisión adherencias intestinales y obstrucción mecánica. La cine-RM ha emergido
pág. 2170
como una alternativa no invasiva y libre de radiación, especialmente en pediatría, permitiendo evaluar la
motilidad intestinal, la contracción segmentaria y los patrones de motilidad en ayuno y postprandiales.
Estudios recientes demuestran su potencial para diagnosticar PIPO y reflejar la gravedad de la
enfermedad. Sin embargo, su principal limitación en niños pequeños es la necesidad de anestesia general,
lo cual afecta la motilidad intestinal e impide analizar patrones de alimentación
31-33
.
Fig 6. (A) Dilatación de las asas intestinales. (B) Mejoría del patrón restrictivo del tórax tras la colocación
de las sondas orogástrica y transrectal.
Autores: R. Peña-Véleza, J.M. Reynoso-Castorenab, L. Espinosa-Floresb, J.L. Balanzar-Depraectc, M. Gil-Vargas
Fig 7. Enfermedad de Hirschsprung
Autores: S. Joseph, A. Guinot, M.-D. Leclair
pág. 2171
Malrotación intestinal
La malrotación intestinal es una anomalía congénita que puede asociarse con vólvulo del intestino medio,
el tratamiento de esta patología es la cirugía de emergencia para mantener el suministro de sangre al
intestino comprometido. Esta anomalía es el resultado de una rotación anómala de los intestinos, lo que
conduce a tres tipos de malrotación. La falta de rotación se debe a la falla completa de los intestinos para
rotar, mientras que la configuración más común se asocia con el ciego en la parte media-superior del
abdomen, cerca de una flexura duodenoyeyunal mal posicionada. En dicha presentación el mesenterio
estrecho tiene un alto riesgo de vólvulo. La forma final de malrotación es la rotación incompleta, donde la
flexura duodenoyeyunal y el ciego están mal posicionados, pero el mesenterio no está estrechado. Los
beneficios de realizar el procedimiento de Ladd en estos casos son controvertidos
34
.
La evaluación para malrotación debe considerarse en todos los pacientes que presenten dolor, distensión
abdominal y vómitos biliosos. El estudio con contraste gastrointestinal superior tiene una sensibilidad del
93-100% y mostrará una apariencia en sacacorchos cuando hay un vólvulo presente. Actualmente los
principios básicos del procedimiento de Ladd se mantienen iguales, estos incluyen la detorsión del
vólvulo, la lisis de adherencias de las bandas de Ladd y el ensanchamiento del mesenterio. La técnica
laparoscópica de Ladd se asocia con estancias hospitalarias más cortas, pero también con una mayor
incidencia de recurrencia del vólvulo en comparación con el abordaje abierto
35
.
Fig 8. Malrotación con vólvulo del intestino medio. (A) asas intestinales dilatadas y retorcidas con torsión
en espiral alrededor de la arteria mesentérica superior. (B) Signo de remolino del flujo sanguíneo formado
por la vena mesentérica superior que rodea la espiral de la arteria mesentérica
Autores: Lin Yang, Huie Chen, Guorong Lv, Feifei Li, Jianmei Liao, Linfang Ke
pág. 2172
El síndrome de heterotaxia (HS) constituye un espectro de anomalías que surgen de errores embriológicos
que resultan en desórdenes de la lateralización que involucran las vísceras toraco-abdominales y culminan
en la pérdida de la disposición asimétrica normal de estos órganos. Los pacientes con HS representan un
grupo controvertido, ya que algunos estudios no muestran diferencias en las complicaciones
postoperatorias a pesar de una mayor mortalidad debido a enfermedades cardíacas subyacentes, mientras
que otros estudios muestran una baja incidencia de vólvulo y cuestionan la necesidad del procedimiento
de Ladd en aquellos pacientes asintomáticos
36
.
CONCLUSIÓN
El diagnóstico por imagen duodenal en la obstrucción intestinal pediátrica es muy importante porque
permite garantizar un abordaje temprano y efectivo de esta patología, la cual puede comprometer
gravemente la salud de los pacientes. Las técnicas de imagen, como la radiografía abdominal, el estudio
contrastado del tracto gastrointestinal superior y la tomografía TC, desempeñan un rol indispensable en la
identificación de las causas subyacentes de la obstrucción, como atresia duodenal, páncreas anular,
malrotación intestinal o estenosis.
El signo de la doble burbuja, identificado mediante radiografía abdominal o estudios contrastados, es
un hallazgo muy frecuente en los casos de atresia duodenal o páncreas anular, proporcionando un
diagnóstico donde se visualice la obstrucción. Adicionalmente, la colangiopancreatografía por resonancia
magnética (MRCP) y la ecografía permiten evaluar la anatomía de estructuras cercanas, como el
páncreas, en casos donde se considera que podrían existir anomalías congénitas como páncreas anular. El
diagnóstico por imágenes es bastante útil para poder descartar condiciones asociadas y de aquella manera,
planificar intervenciones quirúrgicas específicas.
En el área de pediatría, las herramientas de diagnóstico por imagen desempeñan un papel fundamental al
permitir una detección temprana y ofrecer una visión detallada del caso clínico. Esto facilita que el
cirujano tome decisiones oportunas sobre la necesidad de una intervención, optimizando los resultados
quirúrgicos y contribuyendo a la reducción de la morbilidad asociada a posibles complicaciones como
deshidratación severa, desequilibrio electrolítico y sepsis secundaria. La integración de técnicas
avanzadas, como la TC multidetectora y la resonancia magnética, permite un análisis detallado del tracto
gastrointestinal y las estructuras circundantes, mejorando significativamente la precisión diagnóstica.
pág. 2173
Las imágenes duodenales son herramientas importantes en la evaluación de la obstrucción intestinal
pediátrica, porque proporcionan una base diagnóstica sólida para intervenciones quirúrgicas oportunas y
efectivas. El diagnóstico por imágenes permite al médico identificar de manera oportuna las causas
subyacentes, junto con su utilidad en el diagnóstico diferencial y la planificación quirúrgica, resalta su
importancia en el manejo de estas condiciones. Un diagnóstico preciso a través de técnicas de imagen
mejora significativamente los resultados clínicos, ya que permite identificar de manera temprana las
patologías, facilitando intervenciones quirúrgicas oportunas. Esto no solo reduce el riesgo de
complicaciones, sino que también minimiza el impacto a largo plazo en la calidad de vida del paciente
pediátrico, asegurando un manejo más efectivo y mejorando su pronóstico general.
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