ALIMENTOS QUE SE CONSUMEN CUANDO SE
SUFRE ANSIEDAD EN PERSONA DE 13 A 15
AÑOS DE EDAD, EN LA ESCUELA ADOLFO
LÓPEZ MATEOS DEL 3C DEL TURNO
MATUTINO EN LA CIUDAD DE CHETUMAL
QUINTANA ROO

FOODS THAT ARE CONSUMED WHEN PEOPLE BETWEEN 13
AND 15 YEARS OF AGE SUFFER FROM ANXIETY, AT THE
ADOLFO LÓPEZ MATEOS SCHOOL ON 3C IN THE MORNING
SHIFT IN THE CITY OF CHETUMAL QUINTANA ROO

Karen Esmeralda Barrios Rivera

Universidad Vizcaya de las Américas México Chetumal, Quintana Roo. México
pág. 3539
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.16100
Alimentos que se consumen cuando se sufre ansiedad en persona de 13 a 15
años de edad, en la escuela Adolfo López Mateos del 3c del turno matutino en
la ciudad de Chetumal Quintana Roo

Karen Esmeralda Barrios Rivera
1
esmeraldarivera0820@gmail.com

https://orcid.org/0009-0004-6521-4920

Universidad Vizcaya de las Américas México

Chetumal, Quintana Roo. México

RESUMEN

La ansiedad tiene un impacto significativo en la calidad de vida de los adolescentes, afectando su
funcionamiento académico, social y emocional, por otro lado, la alimentación es un factor importante en
la gestión de la ansiedad, y conocer los alimentos que se consumen puede ayudar a mejorar la calidad de
vida. En este artículo se investigó cómo la ansiedad influye en la alimentación de los adolescentes.
Cuando experimentan ansiedad a menudo, recurren a la comida como una forma de autocompasión, esto
puede llevar a un consumo excesivo de alimentos poco saludables, generando un efecto negativo en la
salud física y mental, de tal manera, que esto al largo plazo conlleva a que sufran alguna enfermedad
crónica degenerativa como sobrepeso u obesidad. De acuerdo a la investigación realizada, es mixto, es
decir, cuantitativo y cualitativo, porque se utilizó como metodología una encuesta, la cual fue aplicada a
34 jóvenes y se crearon un total de 15 preguntas. A través de esta investigación se demostró qué alimentos
suelen consumirse durante episodios de ansiedad de tal manera, que se puedan diseñar intervenciones
educativas para promover hábitos alimenticios más saludables y estrategias preventivas para los jóvenes.

Palabras clave:
adolescentes, alimentación, ansiedad, estrés, sobrepeso
1
Autor principal
Correspondencia:
esmeraldarivera0820@gmail.com
pág. 3540
Foods that are consumed when people between 13 and 15 years of age suffer

from anxiety, at the Adolfo López Mateos school on 3c in the morning shift in

the city of Chetumal Quintana Roo

ABSTRACT

Anxiety has a significant impact on the quality of life of adolescents, affecting their academic, social and

emotional functioning. On the other hand, diet is an important factor in the management of anxiety, and

knowing the foods consumed can help. to improve the quality of life. This article investigated how

anxiety influences adolescent eating. When they often experience anxiety, they turn to food as a form of

self
-pity, this can lead to excessive consumption of unhealthy foods, generating a negative effect on
physical and mental health, in such a way that in the long term this leads to who suffer from a chronic

degenerative disease such as overweight or obesity. According to the research carried out, it is mixed, that

is, quantitative and qualitative, because a survey was used as a methodology, which was applied to 34

young people and a total of 15 questions were created. Through this research, it was demonstrated which

foods are usually consumed during episodes of anxiety in such a way that educational interventions can

be designed to promote healthier eating habits and preventive strategies for young people.

Keywords
: teenagers, feeding, anxiety, stress, overweight
pág. 3541
INTRODUCCIÓN

La ansiedad es caracterizada por sentimientos subjetivos de tensión y activación fisiológica, y da como
respuesta a estímulos internos y externos, afectando más común a la población juvenil ya que tienen que
lidiar con las experiencias sociales, familiares y con el estrés académico, es una condición mental muy
común en adolescentes y puede afectar la elección de alimentos. La ansiedad fue identificada claramente
como un efecto negativo distinto y como un trastorno. Según Puerta (2018):

En 1801 cuando Pinel la caracterizaba en su obra Tratado de la Alimentación Mental o la Manía como
una perturbación de todas las facultades, es la locura, en aquellos principios del siglo, la manía o delirio
general era una categoría que agrupaba los estados agudos. Es Morel quien, en 1866 inaugura la historia
moderna de lo que hoy conocemos como ansiedad y a finales de los años sesenta, se empieza a concebir
la ansiedad como un término que se refiere a un patrón de la conducta. (párr. 8)

Las emociones negativas pueden llevar a la búsqueda de alimentos ricos en azúcares y grasas, ya que se
ha observado que estos alimentos estimulan la liberación de neurotransmisores que mejoran el estado de
ánimo. En la pubertad, se experimentan varios cambios entre ellos está determinado por variables
genéticas y ambientales (nutrición, estado de salud personal y ambiental, higiene, actividad física,
ubicación geográfica, estimulación psicológica y social). La ansiedad en adolescentes puede ser causada
por una variedad de factores, que incluyen el estrés académico, las preocupaciones sobre la imagen
corporal, la presión de los amigos, cambios hormonales y problemas familiares.

Vicario (2014) comenta que la juventud es el período más saludable de la vida, pero también es el período
con más problemas y mayores riesgos psicosociales. Hoy en día, la sociedad y la cultura están sufriendo
grandes cambios. La depresión, la ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo pueden causar aumento
de peso en algunos adolescentes, lo que lleva al sobrepeso u obesidad, lo que puede ser grave para los
adolescentes a largo plazo.

Silva (2007) considera que tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes
tipo 2, enfermedades del corazón, hipertensión, problemas hepáticos, problemas respiratorios, así como
trastornos del sueño y enfrentar problemas emocionales, como la baja autoestima. Los alimentos
procesados son una preocupación en la alimentación de los adolescentes y de la población en general,
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debido a sus efectos potencialmente negativos para la salud, ya que son poco saludables, pero es
importante leer las etiquetas y elegir opciones más saludables.

Durante estos episodios de ansiedad, es posible que los adolescentes recurren a ciertos alimentos como
una forma de afrontar sus emociones y reducir su malestar. Los alimentos además de nutrirnos y
protegernos de las enfermedades, la alimentación ayuda a sentir que somos parte de una comunidad,
acerca y representa a nosotros mismos ante los demás. Puede curarnos, pero también puede enfermarnos.
Los humanos son quizás la única especie considerada racional y superior a otras especies que comen
cuando no tienen hambre e incluso comen en exceso. A veces come no para saciar su apetito, sino para
creer que puede satisfacer muchas necesidades emocionales. Con este proyecto se quiere demostrar que
los adolescentes de 13 a 15 años tienden a consumir alimentos indulgentes como snacks salados o dulces,
alimentos ricos en carbohidratos y comidas rápidas, cuando experimentan ansiedad, afectando el peso
corporal y con ello, el desarrollo de factores de riesgo como sobrepeso u obesidad.

METODOLOGÍA

Este tipo de investigación que se llevó a cabo es mixto, es decir, cuantitativo y cualitativo, porque se
obtuvieron datos estadísticos a través de encuestas, las cuales fueron aplicadas a 34 estudiantes de la
secundaria Adolfo López Mateos, en la ciudad de Chetumal, Quintana Roo.

Se formularon un total de 15 preguntas en una escala de Likert con el objetivo de conocer el grado de
acuerdo y desacuerdo entre los jóvenes, y por lo tanto poder conocer cómo es su alimentación, tanto en
horarios escolares como en sus hogares.

El tipo de preguntas, que se realizaron, fueron sobre las elecciones de los alimentos y bebidas poco
saludables, como, por ejemplo, la comida chatarra o las bebidas con cafeína, cuando están ansiosos. De
igual manera, se preguntó sobres las estrategias o técnicas que utilizan para poder disminuir los niveles de
ansiedad.

Esta investigación, tiene un enfoque explicativo, porque se describirá cuáles son los alimentos que se
consumen más por los adolescentes cuando tienen un padecimiento como lo es la ansiedad. Y su tipo de
diseño es experimental ya que se pretende encontrar qué alimentos son los más consumidos por los
jóvenes de 13 a 15 años que sufren ansiedad, para que se oriente a una buena alimentación y de igual
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manera, identificar qué población sufre ansiedad a través de encuestas, para qué se determine que
alimentos son los más consumidos por esta población.

Estudiar a este grupo de personas es difícil porque, debido a su edad, experimentan fuertes cambios
físicos, psicológicos y sociales que transforma a los niños en adultos. La alimentación en los jóvenes es
fundamental para su crecimiento, desarrollo y bienestar general.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Ansiedad: Trastorno común que afecta a personas, especialmente en los adolescentes, en esta etapa puede
ser especialmente propensa a experimentar episodios de ansiedad debido a factores como:

La presión académica.
Las relaciones sociales.
Los cambios hormonales.
Los adolescentes de 13 a 15 años. Mayormente tienden a consumir alimentos indulgentes (snack salados
o dulces, alimentos ricos en carbohidratos y comidas rápidas) cuando experimentan ansiedad, afectando el
peso corporal y con ello, el desarrollo de factores riesgo como sobrepeso u obesidad.

La ansiedad puede causar problemas, como sentirse abrumado, frecuencia cardíaca rápida, dificultad para
respirar, sudoración, temblores, dificultad para concentrarse, y dificultad para conciliar el sueño. Según
Guerrero (2023):

El comer por ansiedad y tener hambre se puede entender como una respuesta fisiológica normal que tiene
nuestro organismo a causa de un vacío en el estómago y porque necesitamos la energía que proporcionan
los alimentos para realizar las actividades diarias. (párr.5)

Esto quiere decir que comer con ansiedad se trata más de encontrar placer, que de necesidades
fisiológicas y puede tener importantes consecuencias psicológicas y nutricionales.

Existen productos poco nutritivos, que causan enfermedades, se consumen principalmente debido a un
mal manejo del estado de ánimo. Según Valdés (2023), “Usualmente cuando comemos por ansiedad
consumimos productos que dañan nuestra salud” (párr.7). Se suelen antojar estos alimentos cuando tienen
emociones negativas, ansiedad, angustia emocional, estrés, aburrimiento, tristeza o soledad, cuando
comen con ansiedad se suele consumir alimentos altos en carbohidratos, grasas saturadas o sal y bebidas
energéticas.
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El poder conocer los patrones de consumo alimentario durante episodios de ansiedad en esta población
específica podría tener implicaciones significativas para la salud de los adolescentes.

De acuerdo a la investigación que se realizó, se utilizó como metodología una encuesta a 34 jóvenes de 13
a 15 años en la escuela Adolfo López Mateos en la ciudad de Chetumal, Quintana Roo. Se realizaron un
total de 15 preguntas sobre qué alimentos suelen consumir cuando tienen ansiedad, de los cuales los
resultados que se obtuvieron fueron los siguientes.

Algunos desencadenantes que suelen provocar ansiedad en los jóvenes son por el estrés académico. Díaz
y Gómez (2010) plantea que se manifiesta como factores físicos, emocionales y ambientales, llevando al
joven a afrontar un contexto escolar que exige rendimiento académico y habilidad cognitiva. Esto lleva a
que el 61.8% tomen malas decisiones en su alimentación en horarios escolares. Orlandini (2015)
argumentó que la mala toma de decisiones surge del proceso de aprendizaje y del estrés de enfrentar un
problema. Esto los lleva a repetir estos malos hábitos en casa, afectando su salud nutricional y
haciéndolos más susceptibles a enfermedades como lo son sobrepeso u obesidad que se pueden presentar
a corto plazo en su vida.

La frecuencia con la que la ansiedad afecta en la vida cotidiana de los jóvenes es ocasional, presentando
un 47.1%. Este dato está directamente relacionado con factores físicos y emocionales que se presentan
también en casa, dejando más claro que la ansiedad no sólo se da en la escuela, y por lo tanto no son
inmunes a sufrir ciertos trastornos alimentarios fuera de la escuela. Por otro lado, no todos los jóvenes
encuestados tenían una comprensión clara del problema y cómo afecta sus actividades diarias y
elecciones alimentarias, desconociendo si ellos de manera directa o indirecta podrían estar sufriendo estos
daños y por lo tanto llevarlos a no tener una correcta alimentación.

Los siguientes datos arrojan que algunos adolescentes cuando presentan ansiedad recurren como
estrategia el comer y en segundo lugar el hacer ejercicio. Como se observó anteriormente, los
adolescentes no tienen una alimentación adecuada, debido al desconocimiento del como esto afecta a su
salud. De hecho, el 70.6% de los adolescentes consideran más importante el escuchar música antes que
buscar ayuda profesional y la mayoría consume comidas chatarras sin ningún tipo de criterio o seriedad
hacia su salud.
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Esto conduce a una falta de interés de los jóvenes y a una incapacidad de las instituciones para brindarles
una educación alimenticia más dinámica, necesaria para que los jóvenes puedan llevar una correcta
alimentación, lo que se refleja en el hecho de que solo ven la comida chatarra como una forma de escapar
de la ansiedad.

Paradójicamente, menos de la mitad de los encuestados realizan actividad física, siendo un complemento
muy importante para mantener una correcta salud.

Más del 21% de los encuestados afirmó que cuando los adolescentes sufren de insomnio debido a la
ansiedad, suelen recurrir a comida chatarra y bebidas energéticas. El vínculo que se muestra, está en el
uso de los edulcorantes y el cerebro.

Los edulcorantes al ser consumidos engañan al cerebro haciéndole creer que ha consumido demasiadas
calorías debido a su sabor, sin embargo, esto solo genera un desequilibrio neuronal en los jóvenes y
terminan sin satisfacer su hambre, creando un ciclo de consumo que conduce al desarrollo de
enfermedades como el sobrepeso o la obesidad.

El ejercicio y la nutrición son las claves para una vida saludable. Craig y Ph.D (2017) mencionan que la
alimentación pueden inferir en tu estado de ánimo general o en la sensación de bienestar, pero no son
considerados como un tratamiento. La actividad física puede traer un estilo de vida más saludable. El
mejorar los hábitos de sueño, aumentar el apoyo social, utilizando técnicas ayudarán para reducir el
estrés.

Según los encuestados muestra que el 47.1% de los adolescentes están de acuerdo que la alimentación y
el ejercicio si influyen de manera positiva para mitigar la ansiedad, mientras que sólo el 2.9% de los
adolescentes no se está de acuerdo con la influencia de la alimentación y actividad física en la mitigación
de la ansiedad.

En la encuesta, se encontró que más del 23% de las personas consumen más alimentos azucarados cuando
están ansiosos y estresados.

De igual manera las bebidas con cafeína son consumidas durante estados de ansiedad, esto se puede
comprobar en otros estudios que demostraron cambios que sufre el cerebro ante los estimulantes de los
alimentos, se ve afectado en la corteza prefrontal, esta parte del cerebro comienza a trabajar al observar
cómo las acciones tienen consecuencias y es esto lo que les resulta difícil a los adolescentes en pleno
pág. 3546
desarrollo, el cerebro no mide todo lo que realizan y es esto mismo lo que ciega a los jóvenes a tener una
práctica repetitiva.

Reichelt (2021) menciona que los adolescentes son un grupo sensible a los alimentos ricos en grasa y
azúcar procesada. Todo este consumo no sólo conduce a condiciones como sobrepeso u obesidad, sino
que además afecta la capacidad de pensar, aprender y recordar, factores que los estudiantes también
necesitan y que, si no es controlado, termina llegando al estrés y la ansiedad provocada por la misma
escuela y la comida chatarra. Por otro lado, todos estos cambios que estos alimentos provocan en el
cerebro pueden aumentar el riesgo de depresión y ansiedad en los adolescentes, creando un ciclo
repetitivo entre la comida chatarra y su salud mental y nutricional.

Teniendo en cuenta la ansiedad que provoca en los adolescentes el consumo de alimentos salados, dulces
y grasos. Sus cerebros aumentan el efecto de recompensa de comer dichos alimentos, creando una
sensación de alivio emocional. Como resultado, los adolescentes no tienen forma de aliviar su ansiedad y
es posible que solo coman comida chatarra lo que genera atracones de estos alimentos. Cassinello (2024)
señala que el acto de comer puede brindar cierto alivio a estas sensaciones, ya que libera opioides, que
son sustancias químicas responsables del alivio del dolor, disminuyendo temporalmente las sensaciones
negativas.

Particularmente el estrés y ansiedad se llevan de la mano, la ansiedad puede hacer desarrollar a los
jóvenes una adicción a ciertos alimentos que les ayudan a ocultar sus emociones y traumas consumiendo
estos alimentos.

Desde este punto de vista, los atracones en adolescentes se refieren a episodios en los que consumen
grandes cantidades de comida en un corto período de tiempo y sienten una pérdida de control sobre su
ingesta. Según Gaeta, López y Matamala (2012):

Los adolescentes pueden estar asociados con una variedad de factores, como la presión social, la
insatisfacción con la imagen corporal, el estrés académico, la depresión y la ansiedad, en este periodo
ellos sienten que no pueden detenerse ni controlar su ingesta durante un atracón, a pesar de que deseen
hacerlo, suelen tener atracones a menudo relacionados con el malestar emocional, como el estrés, la
ansiedad, la tristeza o la soledad. (p.7)
pág. 3547
Después del atracón, los adolescentes suelen experimentar sentimientos de culpa, vergüenza y autoestima
reducida. Además del control de la dieta, también se necesita ayuda profesional, como terapia cognitivo-
conductual y manejo del estrés.

La alimentación es la clave para una buena salud, especialmente en los adolescentes, que es una etapa
muy importante. Aragón (2008) sugiere consumir una amplia variedad de alimentos, incluyendo frutas,
verduras, granos enteros, proteínas magras y productos lácteos bajos en grasa. La mayoría de los
adolescentes creen que sus malas elecciones alimenticias no pueden generar factores de riesgo.

Crujeiras y Salazar (2023), considera que las deficiencias nutricionales más comunes en la adolescencia
son las de hierro, zinc y calcio. Asociado al déficit de hierro podemos encontrarnos desde ferropenia hasta
anemia. Sin alimentos ricos en calcio, los jóvenes tienen una masa ósea reducida y, por tanto, tienen un
mayor riesgo de desarrollar osteoporosis en la edad adulta. En el déficit de zinc pueden presentar
fragilidad el cabello y pueden volverse quebradizos y las infecciones pueden aumentar. Otros problemas
derivados del consumo de grandes cantidades de nutrientes o alimentos de escaso valor biológico y alto
contenido energético son la obesidad y el sobrepeso asociado a una reducida actividad física y una
tendencia al sedentarismo.

Martí, Calvo y Martínez (2021) expone que los alimentos procesados suelen ser bajos en valor nutricional
ya que carecen de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra, lo que puede llevar a
deficiencias nutricionales en los adolescentes y un exceso de peso y pueden contribuir a problemas de
salud a largo plazo, como la obesidad, enfermedades cardíacas y diabetes.

De acuerdo con el Gobierno de México (2023) plantea que, lo más importante es una adecuada educación
nutricional, así como el fomentar buenos hábitos, para que las personas de este grupo de edad se
acostumbren a comer de forma saludable, sin prohibir ni estigmatizar al cuerpo.

CONCLUSIONES

Esta investigación arroja como resultado una manera distinta de ver la correcta alimentación con la
ansiedad de los jóvenes y con ello orientarlos y lograr así la disminución de consumo de comida
procesada y bebidas energéticas. Es importante mencionar que es complejo llegar a un punto
recomendable o sano en general debido al rango de edad, además de que los jóvenes experimentan fuertes
cambios físicos, psicológicos y sociales.
pág. 3548
Otro punto a considerar es la falta de preocupación por parte de los jóvenes, este desinterés de su parte
provoca una avalancha de problemas, donde lo poco o nulo conocimiento sobre este tema y la voluntad de
la institución académica de ayudar se convierte en un desperdicio de tiempo, porque a ninguna de las dos
partes les preocupa, por lo que se desencadena un consumo elevado de alimentos chatarra, que los
jóvenes ven más como una manera de escape o refugio ante la ansiedad afectando consigo la capacidad de
pensar, aprender y recordar, dañando aún más su capacidad escolar y llevando así a uno de los pilares
importantes de donde surge la ansiedad “la presión escolar” sin olvidar las relaciones sociales y los
cambios hormonales.

Se asume que esta hipótesis se ha cumplido porque menciona que la mayoría de los adolescentes tienden
a consumir alimentos ricos en carbohidratos y bebidas energéticas, lo que afecta su peso corporal y luego
genera factores de riesgo como sobrepeso u obesidad.

Con ayuda de la recopilación de datos se pretende tomar medidas preventivas para orientarles hacia una
buena alimentación y así disminuir complicaciones a largo plazo. Para reducir la ansiedad de los
adolescentes es necesario aprender a dejar de comer en exceso, comer adecuadamente, y permitir que el
cuerpo se adapte a las cantidades necesarias y mejorar el metabolismo. Se recomienda, no comer ni
caminar rápido, sino masticar lentamente, evitar comer en exceso, comer varias veces al día e ingerir
alimentos con menor contenido graso para asegurar una mejor digestión y una buena absorción de
nutrientes, además de mantener buenos hábitos alimenticios para ayudar a mantenerse saludable y
absorber nutrientes que pueden ayudar al cerebro a manejar mejor las emociones, ya que afectan el
sistema nervioso central.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alfonso Águila, Belkis, Calcines Castillo, María, Monteagudo de la Guardia, Roxana, & Nieves Achon,
Zaida.
(2015). Academic Stress. EDUMECENTRO, 7(2), 163-178.
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S207728742015000200013&lng=es&tlng=

en
.
Cassinello. (2024). Ansiedad y trastorno por atracón ¿Cuál es su relación? Dr. Manuel Cassinello.

https://manuelcassinello.com/blog/ansiedad-y-trastorno-por-