ASOCIACIÓN ENTRE
FUNCIONALIDAD FAMILIAR Y
SOBRECARGA DEL CUIDADOR DEL
ADULTO MAYOR
ASSOCIATION BETWEEN FAMILY
FUNCTIONALITY AND CAREGIVER
OVERLOAD OF THE ELDERLY
Gilberto Sánchez Coronel
Instituto Mexicano del Seguro Social
Viridiana Soto Ávila
Instituto Mexicano del Seguro Social
Jorge Daniel Ramos Durán
Instituto Mexicano del Seguro Social
Ada Elisa Ruiz Domínguez
Instituto Mexicano del Seguro Social
Alhelí Ramírez Aquino
Instituto Mexicano del Seguro Social

pág. 5273
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.16218
Asociación entre Funcionalidad Familiar y Sobrecarga del Cuidador del
Adulto Mayor
Gilberto Sánchez Coronel1
angisac4@gmail.com
http://orcid.org/0000-0001-9509-8079
Instituto Mexicano del Seguro Social
México
Viridiana Soto Ávila
ferso39@hotmail.com
http://orcid.org/0000-0002-5989-9060
Instituto Mexicano del Seguro Social
México
Jorge Daniel Ramos Durán
egrojjdrd@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-0101-8806
Instituto Mexicano del Seguro Social
México
Ada Elisa Ruiz Domínguez
dra.adelisa.ruiz@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-9043-515X
Instituto Mexicano del Seguro Social
México
Alhelí Ramírez Aquino
alhera.31@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-8066-0284
Instituto Mexicano del Seguro Social
México
RESUMEN
Introducción: Los adultos mayores necesitan apoyo constante, lo sobrecarga a los cuidadores y afecta
su salud. En México, la falta de estudios sobre la relación cuidador-paciente dificulta el desarrollo de
estrategias para evitar complicaciones de salud. Objetivo: Identificar la asociación entre funcionalidad
familiar y sobrecarga en el cuidador primario del paciente mayor de 80 años de UMF No. 9. Métodos:
Incluyó cuidadores primarios de pacientes mayores de 80 años, aplicando encuestas APGAR familiar y
Escala de Sobrecarga del Cuidador Zarit. Los resultados se analizaron mediante estadística descriptiva,
variables cualitativas en frecuencias y porcentajes. La relación entre variables se examinó con la prueba
de X², con una significancia de p<0.005. Resultados: Total 200 cuidadores, mujeres (72%), edad: 40-
50 años (46%), percepción de buena funcionalidad familiar 36%. La sobrecarga aumentó a medida que
la disfuncionalidad familiar empeoraba. Las familias funcionales experimentaban menos sobrecarga
(46% sin sobrecarga, 29% sobrecarga intensa), que aquellas con disfuncionalidad severa (4% sin
sobrecarga, 43% con sobrecarga intensa). Se asoció la mejor funcionalidad familiar a una menor
sobrecarga para el cuidador primario (p<0.001). Conclusiones: La mitad de los cuidadores primarios
enfrentan niveles de sobrecarga, con una asociación significativa entre la funcionalidad familiar y el
nivel de sobrecarga.
Palabras clave: agotamiento del cuidador 1, relaciones familiares 2, cuidadores 3, geriatría 4
1 Autor principal.
Correspondencia: angisac4@gmail.com

pág. 5274
Association between Family Functionality and Caregiver Overload
of the Elderly
ABSTRACT
Introduction: Older adults need constant support, which overloads caregivers and affects their health.
In Mexico, the lack of studies on the caregiver-patient relationship hinders the development of strategies
to avoid health complications. Objective: To identify the association between family functionality and
burden in the primary caregiver of the patient over 80 years of age from FMU No. 9. Methods: Primary
caregivers of patients over 80 years of age were included, applying family APGAR surveys and the
Zarit Caregiver Burden Scale. The results were analyzed using descriptive statistics, qualitative
variables in frequencies and percentages. The relationship between variables was examined with the X²
test, with a significance of p<0.005. Results: Total 200 caregivers, women (72%), age: 40-50 years
(46%), perception of good family functionality 36%. The burden increased as family dysfunction
worsened. Functional families experienced less burden (46% no overload, 29% severe overload) than
those with severe dysfunction (4% no overload, 43% with severe overload). Better family functionality
was associated with a lower burden for the primary caregiver (p<0.001). Conclusions: Half of the
primary caregiver’s face levels of burden, with a significant association between family functionality
and the level of burden.
Keywords: caregiver burnout 1, family relationships 2, caregivers 3, geriatrics 4
Artículo recibido 10 diciembre 2024
Aceptado para publicación: 30 enero 2025

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INTRODUCCIÓN
El envejecimiento primario se refiere a los cambios fisiológicos naturales con la edad, mientras que el
envejecimiento secundario se relaciona con factores externos.1,2 El envejecimiento de los adultos
mayores varía significativamente entre individuos de edad similar. Se identifican cuatro perfiles:
Anciano sano: Sin enfermedades objetivas; Anciano enfermo: Con enfermedades agudas; Anciano
frágil: Con enfermedades crónicas compensadas; Paciente geriátrico: Con enfermedades crónicas
avanzadas y discapacidad.3,4 Los cuidadores familiares enfrentan la responsabilidad de atender a seres
queridos en situaciones de sufrimiento o muerte.5,6 Los proveedores de atención ofrecen asistencia en
actividades diarias. Incluyendo la sobrecarga emocional y la dificultad para equilibrar sus necesidades
médicas y financieras.7,8 La familia es fundamental para la formación de la sociedad y su estructura,
puede sufrir modificaciones que afectan la identidad personal y las relaciones interpersonales. La
función familiar debe lograr objetivos, divididas en adaptación, participación, desarrollo, afecto y
resolución.9,10,11,12 La escala de APGAR se utiliza para medir la funcionalidad familiar a través de ítems
como la satisfacción con la ayuda recibida, la comunicación familiar y el sentimiento de amor por parte
de la familia.13,14 La sobrecarga del cuidador se define como la percepción subjetiva, se puede
manifestarse de diferentes formas, como insultos, gritos o agresión física.15,16,17 La tarea puede ser muy
demandante y exponer a los cuidadores a sobrecargas emocionales. A su vez origina un aumento de
ansiedad y depresión en ellos.18,19,20 Por lo tanto, en ocasiones el cuidador está sometido a problemas
físicos y mentales provocados por la sobrecarga.21,22 Hay poca capacitación e información sobre salud
y manejo de los ancianos, e instrucciones sobre el autocuidado, importantes para evitar un ciclo de
abandono.23,24 La escala de sobrecarga del cuidador de Zarit, diseñada para valorar la vivencia subjetiva
de sobrecarga. Explora los efectos negativos del cuidador en diferentes áreas de su vida: salud física,
psíquica, actividades sociales y recursos económicos.25,26 Salazar-Baraja, et al, en el año 2019 realizó
un estudio conformado por 86 cuidadores de un centro comunitario. Teniendo en cuenta que el 11.6 %
de los adultos mayores presentó dependencia total, la percepción de disfuncionalidad familiar grave
representó el 3.5.27 León-Vázquez, M, en 2020 con un estudio entre el síndrome de fragilidad en el
adulto mayor con la sobrecarga del cuidador primario.

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Obteniendo que el 61.4% de los adultos mayores fueron mujeres, de edad 77 ± 7 años, el 59 % casados,
el 70 % con antecedente de enfermedad crónica degenerativa.28 Cariño Hernández B, en 2021, donde
participaron 60 cuidadores en dos grupos: cuidadores primarios con sobrecarga; cuidadores primarios
sin sobrecarga. El promedio de edad 43.8 años en el grupo con sobrecarga. Se encontró significancia
estadística la asociación de la sobrecarga del cuidador con la funcionalidad familiar con una p=0.000.29
En el año 2020 Andrade, se realiza el estudio llamado “Funcionalidad familiar y sobrecarga de
cuidadores familiares de usuarios con trastornos mentales” verificó la diferencia de media o mediana
en las puntuaciones de funcionalidad familiar y sobrecarga de los cuidadores familiares de personas con
trastornos mentales.30 Wachholz, P, en el año 2020 evaluó la carga subjetiva y la calidad de vida
percibida en cuidadores primarios que cuidan a adultos mayores en el domicilio.31 Arruda, M, et, al, en
un estudio publicado en 2022 analizó la relación entre la funcionalidad familiar y la sobrecarga de los
cuidadores informales de ancianos hospitalizados. Acerca de 59,8% de los cuidadores mostró una buena
funcionalidad familiar y 49,5% puntuó por sobrecarga leve a moderada.32 Por lo que el objetivo de este
estudio fue determinar cuál es la asociación entre funcionalidad familiar y sobrecarga en el cuidador
primario del paciente mayor de 80 años en la UMF No. 9.
METODOLOGÍA
Se realizo un estudio observacional, analítico, transversal y prospectivo. Se les atendió e invitó a los
cuidadores primarios de personas mayores a 80 años a ingresar al protocolo de estudio, previa
explicación clara y detallada. Aquellos cuidadores que aceptaron ingresar al protocolo de estudio, se les
brindó Carta de Consentimiento Informado para su lectura y firma. Se les solicitaron datos personales
tales como domicilio y número telefónico.
Se aplicaron dos instrumentos de medición: APGAR FAMILIAR, uno de los instrumentos más
utilizados para evaluación familiar (alfa de Cronbach entre 0,80 y 0,95) validado para la población
mexicana, el cual está conformado por 5 ítems: Adaptación, Participación, Gradiente de recurso
personal, Afecto, y Recursos. Adicionalmente se empleó el instrumento de Escala de sobrecarga del
cuidador Zarit para la evaluación de sobrecarga mediante una escala tipo Likert de 22 reactivos con
cinco posibles respuestas que van desde “nunca” (1 punto) a “casi siempre” (5 puntos).

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La puntuación total es la suma de todos los ítems y el rango, por lo tanto, oscila entre 22 - 110 puntos
con la siguiente clasificación: No sobrecarga (22-46 puntos); Sobrecarga leve (47-55 puntos);
Sobrecarga intensa (56-110 puntos). El cuestionario de APGAR Familiar y de escala de sobrecarga fue
entregado a cada paciente para su llenado de manera personal y el tiempo de aplicación fue de
aproximadamente 15 minutos para cada cuestionario.
Posterior a la recolección de las encuestas, los datos se registraron en una base de datos. El análisis de
datos incluyo la estadística descriptiva y de frecuencia para ello utilizamos las variables
sociodemográficas y los resultados de los cuestionarios aplicados, se verifico el comportamiento de las
variantes para determinar el tipo de distribución mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Las
variables cualitativas se analizaron por frecuencias y porcentajes, para el análisis inferencial: se analizó
la relación entre funcionalidad familiar y sobrecarga con la prueba de chi-cuadrado (X2) con un rango
de significancia de p<0.005. Los datos se registraron en una base de datos y se analizaron utilizando
IBM SPSS Versión 25 para manejar y representar conjuntos de datos complejos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La población de estudio estuvo compuesta por 200 personas, de las cuales el 72 % (n= 144) eran mujeres
y el 28 % (n= 56) hombres. El rango de edad de los cuidadores de los pacientes osciló entre 18 y 60
años, siendo el grupo más numeroso el de 40 a 50 años (n=92, 46 %). Con respecto a la ocupación, el
54 % (n= 108) de los cuidadores eran amas de casa, el 42 % (n= 84) eran empleados y el 4 % (n= 8)
eran estudiantes. Con respecto al parentesco del cuidador primario con el paciente geriátrico, se
encontró que el mayor porcentaje está dado por hijos biológicos (n=136, 68 %), seguido por nueras
(n=20, 10 %) y esposas (n=16, 8 %). Para términos del estudio, también se registraron los ingresos
familiares mensuales, encontrando que el 53 % (n=104) tiene un ingreso entre $3,000-$6,000 pesos
(n=104, 52 %), seguido por el rango de menos de $3,000 pesos (n=76, 38 %) y entre $6,000-$9,000
pesos (n=12, 6 %). El grupo minoritario fue el que percibe un ingreso mayor de $10,000 pesos,
representando únicamente el 4 % (n= 8). Otro de los parámetros que recopilamos fue el tiempo que la
persona lleva siendo cuidador del paciente geriátrico, se encontró que la mayoría de la población de
estudio (n=124, 62 %) lleva realizando esta tarea por más de 5 años.
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Tabla I: Características sociodemográficas del cuidador primario
Variable n= 200
f (%)
Género
▪ Masculino
▪ Femenino
56 (28)
144 (72)
Edad
▪ 18 a 28 años
▪ 29 a 39 años
▪ 40 a 50 años
▪ 51 a 60 años
16 (8)
28 (14)
92 (46)
64 (32)
Ocupación
▪ Ama de casa
▪ Empleado (a)
▪ Estudiante
108 (54)
84 (42)
8 (4)
Parentesco
▪ Hijo (a)
▪ Nuera
▪ Sobrino (a)
▪ Nieto (a)
▪ Hermano (a)
▪ Esposa
136 (68)
20 (10)
12 (6)
12 (6)
4 (2)
16 (8)
Ingresos familiares
▪ Menos de 3000 mensuales
▪ Entre 3000-6000 mensuales
▪ Entre 6000-9000 mensuales
▪ Más de 9,000 mensuales
76 (38)
104 (52)
12 (6)
8 (4)
Tiempo de ser cuidador
▪ Menos de 1 año
▪ De 1 a 4 años
▪ Más de 5 años
12 (6)
64 (32)
124 (62)
n: número total de pacientes; f: frecuencia de cada variable
Fuente: información propia
.

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Un punto importante de este trabajo fue evaluar la percepción de la funcionalidad familiar por parte del
cuidador primario. De acuerdo con el puntaje del cuestionario APGAR familiar, la población se
clasificó en 4 grupos: buena función, disfunción leve, moderada y severa. El 36 % de la población
reportó buena función, seguido por disfunción leve, moderada y severa. La carga del cuidador inicia
cuando está persona adquiere funciones de cuidar a otra. Independientemente de si este rol es tomado
como deber (trabajo) o como responsabilidad (por ser parte del núcleo familiar), genera una sobrecarga
en la persona. Para evaluar esta sobrecarga en la población de estudio aplicamos la escala de sobrecarga
del cuidador de Zarit, clasificando a la población en tres grupos: sin sobrecarga, sobrecarga leve y
sobrecarga intensa. El 48 % (n= 96) de los participantes no presentó sobrecarga, el 28 % (n= 56)
presentó sobrecarga intensa y finalmente el 24 % (n= 48) reportó sobrecarga leve. Se evaluó la
asociación entre la funcionalidad familiar y el nivel de sobrecarga experimentado por los cuidadores
primarios.
En el grupo sin sobrecarga observamos que el 46 % (n= 44) de los cuidadores percibió una buena
funcionalidad familiar, mientras que solo el 4 % (n=4) reportó una disfunción severa. En contraste, en
el grupo con sobrecarga leve, la percepción de la funcionalidad familiar se distribuyó de manera
equitativa entre las cuatro subcategorías evaluadas. Por otro lado, en el grupo con sobrecarga intensa,
el 29% de los cuidadores (n=16) percibió una funcionalidad familiar buena, y el 43% (n= 24) indicó
disfunción severa.
Estos datos revelan una tendencia, en el grupo sin sobrecarga, la mayoría de los cuidadores reporta una
funcionalidad familiar positiva, mientras que en el grupo con sobrecarga intensa prevalece la percepción
de disfunción severa. Esta diferencia sugiere que una mejor funcionalidad familiar está asociada con
una menor sobrecarga para el cuidador primario, con una significancia estadística altamente relevante
(p<0.001).

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Tabla 2. Correlación de las variables con el nivel de sobrecarga del cuidador primario.
Variable
Nivel de Sobrecarga Chi-
cuadrado P-value
Sin
Sobrecarga
Sobrecarga
leve
Sobrecarga
intensa
Funcionalidad
Familiar
Buena 44 12 16
37.15 <0.001
Disfunción leve 28 12 8
Disfunción
moderada 20 12 8
Disfunción
severa 4 12 24
Ingresos
Mensuales
<3,000 24 24 28
n. d. n. d.
3,000 - 6,000 60 20 24
6,000 - 9,000 8 0 4
<10,000 4 4 0
Tiempo de
cuidado del
paciente
<1 año 4 8 0
n. d. n. d.1 a 4 años 24 16 24
>5 años 68 24 32
Fuente: información propia.
Posteriormente se evaluó si existía una asociación entre la funcionalidad familiar con los niveles de
ingresos y el tiempo de ser cuidador. En los dos grupos de ingresos más bajos observamos la presencia
de los 4 subgrupos de funcionalidad familiar, prevaleciendo una funcionalidad familiar buena con 26.3
y 46.3 % respectivamente. Por su parte, en los grupos de ingresos más altos no observamos la presencia
de disfunción severa. Con respecto al tiempo desempeñado como cuidador, el grupo con un tiempo
menor a 1 año de ser cuidador presenta funcionalidad familiar buena y disfunción moderada. Conforme
incrementa el tiempo de ser cuidador, se encontró la presencia de disfunción severa en un 37.5 % en el
grupo de 1 a 4 años y de 12.9 % en el grupo de más de 5 años siendo cuidador.
DISCUSIÓN
Los avances en la medicina han permitido que haya un aumento en la esperanza de vida. A medida que
las personas viven más tiempo, se incrementa la prevalencia de enfermedades crónicas y condiciones
asociadas con el envejecimiento, y con ello la necesidad de ser cuidada por una o más personas. 4 En la
población de estudio se encontró que la mayoría de los cuidadores fueron mujeres (72%), amas de casa
(54%) y el parentesco predominante que tienen con el paciente es de hija (68%).

pág. 5281
El hecho de que los cuidadores primarios sean predominantemente mujeres se debe a una combinación
de expectativas culturales, estructuras familiares, desigualdades económicas y políticas laborales que
favorecen estos roles tradicionales. Esta característica ha sido reportada en otros estudios. 20,28,30,31 La
igualdad de género y la implementación de políticas de apoyo podrían contribuir a una distribución más
equitativa de las responsabilidades de cuidado.
Por otra parte, también se observó que la mayoría de los cuidadores llevan realizando esa actividad por
más de 5 años, sugiriendo que la responsabilidad de cuidar al paciente geriátrico recae principalmente
en una persona. El tiempo de ser cuidador también afecta la percepción sobre la funcionalidad familiar
y la sobrecarga que tiene la persona.
En relación con el funcionamiento familiar, encontramos que solo un tercio de la población percibe una
buena funcionalidad, y la mayoría de la población percibe cierta disfunción en su núcleo familiar. El
porcentaje de funcionalidad familiar buena está por debajo de otro estudio reportado en México, en el
estado de Tabasco en el año 2008, indicando que nuevos factores podrían estar impactando en la
funcionalidad familiar. 33
La percepción de la funcionalidad familiar por parte del cuidador primario de pacientes geriátricos
puede influir significativamente en la experiencia del cuidado y en la calidad de vida tanto del cuidador
como del paciente. Para mejorar la funcionalidad familiar, se pueden aplicar medidas como: apoyo
emocional, distribución de tareas y crear recursos o redes de apoyo.
Con respecto a la sobrecarga que experimenta el cuidador primario de pacientes geriátricos, poco más
de la mitad indicó cierto tipo de sobrecarga, ya sea leve o intensa. Estudios previos han evaluado la
sobrecarga del cuidador primario, reportando un porcentaje entre 30-40 % de la población de estudio
con sobrecarga intensa. 27,28,34 Valores similares encontramos en la población de estudio del UMF No.
9. Los datos también indicaron que había una asociación entre funcionalidad familiar y la sobrecarga
que experimenta el cuidador primario. Estas dos características están asociadas con la calidad de vida
del cuidador; una mayor sobrecarga se asocia con una menor calidad de vida, y viceversa. 27,29 La
sobrecarga del cuidador se puede manifestar en problemas como conflictos laborales, falta de
reconocimiento, y en casos extremos, agresión física hacia el paciente. 17

pág. 5282
Esta información muestra la importancia de identificar y gestionar la sobrecarga del cuidador para
mejorar tanto su bienestar como la calidad del cuidado proporcionado. Además de que la presión sobre
el cuidador puede aumentar la demanda de servicios institucionales y de salud, lo que representa un
desafío para los sistemas de protección social y de salud pública. 22 Por todo esto, es fundamental
recopilar información y establecer métodos de evaluación adecuada, para encontrar mejores formas de
abordar la sobrecarga de las personas que asumen la responsabilidad de cuidar a alguien más.
CONCLUSIONES
Con base en estos resultados, se determina que existe una asociación entre la funcionalidad familiar y
los factores sociodemográficos para la progresión de la sobrecarga en el cuidador primario del paciente
mayor a 80 años.
La prevención de la salud y detección de enfermedades es uno de los pilares más importantes en el
ámbito de la medicina familiar. El darle la importancia al cuidador primario, evitara que este enferme y
pueda proporcionar un adecuado cuidado a su paciente.
Las conclusiones de este estudio podrían ser aplicadas durante la practica medica de estas maneras:
realización de diferentes cuestionarios a los cuidadores primarios, brindar recomendaciones para el
cuidado de su salud y el cuidado del paciente. Enfatizar un ambiente saludable en la familia. Realizar
sesiones de medicina familiar para generar una adecuada funcionalidad familiar. Las conclusiones de
este estudio pueden proporcionar información para que el cuidador primario de pacientes mayores de
80 años así como de cualquier enfermedad sea atendidos y enviados al servicio de trabajo social o
psicología para su abordaje.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Hechavarría Ávila, M. M., Ramírez Romaguera, M., & García Hechavarria, H. (2018). El
envejecimiento. Repercusión social e individual. Revista Información Científica, 97(6), 1173-1188.
Disponible en:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S102899332018000601173&lng=es
2. Martín, M. (2020). El anciano en situación de dependencia y su familia. Universidad Cooperativa
de Colombia. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/342747277