pág. 1
LA EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL EN LA
ADOLESCENCIA: UN ANÁLISIS DE SU IMPACTO Y
EFICACIA EN LA FORMACIÓN DE JÓVENES
COMPREHENSIVE SEXUAL EDUCATION IN ADOLESCENCE: AN
ANALYSIS OF ITS IMPACT AND EFFECTIVENESS IN THE
FORMATION OF YOUNG PEOPLE
Claudia Carolina Cordero Campo
Corporación Universitaria Iberoamericana, Colombia
Yudissa Perea Cuesta
Corporación Universitaria Iberoamericana, Colombia
pág. 6149
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.16330
La Educación Sexual Integral en la Adolescencia: Un Análisis de su Impacto
y Eficacia en la Formación de Jóvenes
Claudia Carolina Cordero Campo1
ccorder4@estudiante.Ibero.Edu.com
https://orcid.org/0009-0000-2363-1823
Corporación Universitaria Iberoamericana
Colombia
Yudissa Perea Cuesta
ypereac1@estudiante.ibero.edu.com
https://orcid.org/0009-0009-4017-9256
Corporación Universitaria Iberoamericana
Colombia
RESUMEN
El objetivo de este trabajo es analizar el impacto y la efectividad de la Educación Sexual Integral (ESI)
en la adolescencia, centrándose en su implementación y los resultados obtenidos en distintos contextos
internacionales, como México y España. Se busca proporcionar herramientas para el desarrollo
psicoafectivo y sexual de los jóvenes, promoviendo una sexualidad responsable, basada en el respeto
mutuo, la igualdad de género y el consentimiento. Para lograr este objetivo, se implementó una
metodología basada en la revisión de estudios y experiencias previas sobre programas de ESI en
diversos países. Se evaluaron enfoques y estrategias pedagógicas adoptadas, analizando los principales
resultados obtenidos en términos de conocimientos adquiridos, reducción de conductas de riesgo y
actitudes hacia la sexualidad responsable. Además, se identificaron las barreras y desafíos que enfrentan
los sistemas educativos para una implementación efectiva de la ESI. Los principales hallazgos indican
que la implementación de programas de ESI tiene un impacto positivo en la reducción de embarazos no
deseados, enfermedades de transmisión sexual (ETS) y violencia de género, especialmente en países
que han integrado la ESI de manera efectiva en sus políticas educativas. Sin embargo, persisten barreras
significativas, como la resistencia cultural y social, la falta de capacitación docente y la desinformación,
que dificultan su implementación en varios contextos.
Palabras clave: educación sexual integral, salud sexual, adolescencia; prevención de riesgos, igualdad
de género
1
Autor principal
Correspondencia: ccorder4@estudiante.Ibero.Edu.com
pág. 6150
Comprehensive Sexual Education in Adolescence: An Analysis of its Impact
and Effectiveness in the Formation of Young People
ABSTRACT
The aim of this work is to analyze the impact and effectiveness of Comprehensive Sexual Education
(CSE) in adolescence, focusing on its implementation and the results obtained in various international
contexts, such as Mexico and Spain. The goal is to provide tools for the psycho-affective and sexual
development of young people, promoting responsible sexuality based on mutual respect, gender
equality, and consent. To achieve this objective, a methodology was implemented based on the review
of studies and previous experiences regarding CSE programs in different countries. Pedagogical
approaches and strategies were evaluated, analyzing the main results obtained in terms of acquired
knowledge, reduction of risky behaviors, and attitudes toward responsible sexuality. Additionally, the
barriers and challenges faced by educational systems for effective implementation of CSE were
identified. The main findings indicate that the implementation of CSE programs has a positive impact
on reducing unwanted pregnancies, sexually transmitted infections (STIs), and gender-based violence,
especially in countries that have effectively integrated CSE into their educational policies. However,
significant barriers persist, such as cultural and social resistance, lack of teacher training, and
misinformation, which hinder its implementation in various contexts.
Keywords: comprehensive sexual education, sexual health, adolescence, risk prevention, gender
equality
Artículo recibido 20 enero 2025
Aceptado para publicación: 22 febrero 2025
pág. 6151
INTRODUCCION
La Educación Sexual Integral (ESI) ha emergido como una herramienta esencial en las políticas
educativas y de salud pública, en respuesta a la creciente necesidad de abordar los aspectos relacionados
con la salud sexual y reproductiva de manera completa, inclusiva y respetuosa. En particular, la
adolescencia es una etapa crucial para el desarrollo de la sexualidad, caracterizada por una serie de
transformaciones biológicas, psicológicas y sociales. Es en este período cuando los jóvenes inician su
proceso de exploración y aprendizaje sobre su cuerpo, emociones y relaciones interpersonales, lo que
hace que la educación sexual se convierta en un componente fundamental para el desarrollo
psicoafectivo y sexual saludable. El objetivo principal de este trabajo es analizar el impacto y la
efectividad de los programas de ESI implementados en diferentes contextos internacionales, como
México y España, para determinar en qué medida estos contribuyen a la formación de una sexualidad
responsable, basada en el respeto mutuo, la igualdad de género y el consentimiento.
El problema de investigación radica en el vacío existente en el conocimiento sobre cómo se
implementan estos programas en distintos países y qué barreras se presentan para una implementación
efectiva de la ESI. A pesar de que la ESI ha sido reconocida como un derecho fundamental para los
jóvenes, persisten obstáculos significativos relacionados con la resistencia cultural y social,
especialmente en sectores conservadores, y la falta de capacitación docente, que dificultan su correcta
integración en los sistemas educativos. Es importante abordar este tema porque la ESI no solo impacta
en la salud física de los adolescentes, sino que también tiene efectos positivos en su bienestar emocional
y mental, ayudándoles a tomar decisiones informadas y responsables sobre su salud sexual y afectiva.
El marco teórico que sustenta este trabajo se basa en la teoría integral de la sexualidad, que no solo
aboga por el conocimiento biológico de la sexualidad, sino también por el respeto a los derechos
sexuales, la igualdad de género y el consentimiento informado. Según autores como Rojas et al. (2017),
Goleman (2007) y UNESCO (2018), estos enfoques son fundamentales para garantizar que los jóvenes
desarrollen una sexualidad saludable y responsable. Las variables de análisis principales incluyen la
prevención de riesgos (embarazos no deseados, ETS), la salud emocional y la igualdad de género.
Este estudio se desarrolla en un contexto global donde, a pesar de los avances, los países enfrentan
desafíos significativos para implementar programas de ESI en sus sistemas educativos. A nivel histórico
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y social, muchos sectores conservadores siguen considerando que la educación sexual es un tema tabú,
lo que crea una resistencia cultural hacia su implementación. Además, algunos sistemas educativos
carecen de los recursos y la infraestructura necesarios para abordar temas tan complejos.
Finalmente, la hipótesis de este trabajo es que la implementación efectiva de programas de ESI
contribuye positivamente a la reducción de embarazos no deseados, enfermedades de transmisión
sexual y violencia de género, y promueve relaciones afectivas saludables y responsables. El objetivo es
analizar la eficacia de estos programas en diferentes contextos internacionales y proponer
recomendaciones para superar las barreras que limitan su efectividad. Con ello, se espera promover una
educación sexual que no solo sea informativa, sino también transformadora, empoderando a los
adolescentes a tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar.
CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN
La Educación Sexual Integral (ESI) se ha consolidado como un componente fundamental dentro de las
políticas educativas y de salud pública a nivel global, en respuesta a la creciente necesidad de abordar
de manera completa, inclusiva y respetuosa los aspectos relacionados con la salud sexual y reproductiva
de los adolescentes. El contexto de este trabajo se enmarca en la urgencia de proporcionar a los jóvenes
no solo conocimientos biológicos sobre la sexualidad, sino también herramientas que les permitan
desarrollar una sexualidad responsable y saludable, basada en principios de respeto mutuo, igualdad de
género y consentimiento. Esta propuesta educativa se ha convertido en un derecho esencial para los
adolescentes, dado su impacto en la mejora de la calidad de vida y el bienestar físico, emocional y
psicológico de los jóvenes (Rojas et al., 2017; UNESCO, 2018).
En el marco de diversas políticas públicas internacionales, la ESI ha sido integrada en los sistemas
educativos de varios países con el objetivo de empoderar a los adolescentes y darles la capacidad de
tomar decisiones informadas y responsables sobre su salud sexual, sus relaciones afectivas y sus
derechos sexuales (Goleman, 2007). Este trabajo se desarrolla dentro de un contexto global donde, a
pesar de los avances en algunos países, persisten grandes desafíos para garantizar una implementación
eficaz de la ESI, incluyendo barreras sociales, culturales y políticas que obstaculizan su integración en
los currículos educativos. Según Vásquez (2021), en muchos contextos, la educación sexual sigue
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siendo un tema tabú o es vista con desconfianza por sectores conservadores, lo que dificulta su
implementación en los sistemas educativos.
El estudio de los enfoques y estrategias utilizados en países como México y España se destaca, ya que
estos han logrado avances significativos en la implementación de la ESI, demostrando cómo estos
programas contribuyen a la reducción de comportamientos de riesgo, como embarazos no deseados,
enfermedades de transmisión sexual (ETS) y violencia de género (Carrera-Fernández et al., 2007). A
través de estos programas, se promueven valores de igualdad y respeto, además de fomentar la toma de
decisiones responsables en los jóvenes. Este contexto también destaca las barreras significativas, como
la resistencia cultural y la falta de capacitación docente, que aún deben superarse para lograr una
implementación efectiva de la ESI en todo el mundo (Paredes-Ruiz, 2019).
MARCO TEÓRICO
Existen antecedentes que sustentan importantes que resaltan la relevancia de este estudio como, por
ejemplo: podemos sustentar que la Educación Sexual Integral (ESI) no solo se enfoca en la transmisión
de conocimientos relacionados con la biología de la sexualidad, sino que busca abordar las múltiples
dimensiones que configuran el bienestar integral de los adolescentes. Según Rojas et al. (2017), un
programa de ESI debe ser completo, inclusivo y, sobre todo, respetuoso de los derechos humanos y la
diversidad de género.
Un aspecto crucial de la ESI es la salud reproductiva, que abarca no solo la prevención de embarazos
no deseados, sino también el acceso a información sobre los métodos anticonceptivos, sus diferentes
tipos y su uso correcto. Esto es fundamental para que los adolescentes comprendan las opciones que
tienen para gestionar su salud sexual y tomen decisiones informadas. Según un estudio de Paredes-Ruiz
(2019), los adolescentes que tienen acceso a información adecuada sobre métodos anticonceptivos
tienen menos probabilidades de enfrentarse a embarazos no planificados, lo que contribuye a un
desarrollo psicoafectivo más equilibrado y saludable.
Un componente crucial de la ESI es también la educación emocional y psicosocial. La ESI debe abordar
estos aspectos emocionales para que los adolescentes puedan gestionar sus emociones de manera
efectiva y comprender cómo sus emociones pueden influir en sus decisiones relacionadas con la
sexualidad. Según Valdivia (2006), los programas de ESI que integran un enfoque emocional permiten
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que los jóvenes desarrollen una mayor inteligencia emocional, lo que les facilita la toma de decisiones
saludables y el manejo de conflictos en sus relaciones.
ANTECEDENTES
Tenemos antecedentes claves que nos sirven para sustentar el desarrollo de este trabajo destacando la
importancia de realizar una intervención temprana en la educación sexual, siendo esta muy fundamental
para prevenir comportamientos de riesgo en la adolescencia, ya que sienta las bases para un desarrollo
psicoafectivo y sexual saludable. Según Paredes-Ruiz (2019), la educación sexual debe comenzar desde
los primeros años de vida, tanto en el hogar como en las escuelas, adaptándose a las capacidades
cognitivas y emocionales de cada etapa del desarrollo infantil.
Un aspecto clave en la educación sexual infantil es el respeto a los demás, que se debe enseñar desde
una edad temprana. Los niños deben aprender a reconocer y respetar los límites de los demás, tanto en
el plano físico como emocional. En la infancia, la educación sexual debe estar centrada en el desarrollo
emocional y en la conciencia corporal. No se trata solo de enseñar anatomía y reproducción, sino de
abordar los temas de manera que los niños puedan entenderlos de acuerdo con su capacidad de
desarrollo. La educación en esta etapa debe incluir el entendimiento de la privacidad, el consentimiento,
y el respeto mutuo en las interacciones sociales. Según Paredes-Ruiz (2019), los niños deben ser
educados para entender que su cuerpo es su propiedad, y que tienen el derecho de decidir sobre él, lo
que refuerza el concepto de autonomía y respeto por los derechos personales.
Un componente crucial en la educación sexual de la adolescencia es la enseñanza de la igualdad de
género y el respeto por la diversidad sexual. Como señala Goleman (1995), la empatía y la conciencia
social son habilidades esenciales que deben cultivarse para promover relaciones respetuosas y
saludables. En la adolescencia, los jóvenes deben ser educados sobre la importancia de comprender y
respetar las orientaciones sexuales diversas, además de aprender sobre las dimicas de poder que
influyen en las relaciones. De acuerdo con Rojas et al. (2017), la educación en igualdad de género ayuda
a prevenir actitudes machistas, la violencia sexual y la discriminación, y contribuye al bienestar
psicoemocional de los adolescentes.
Los retos y la importancia de la intervención temprana se extienden más allá de los aspectos educativos.
En muchos contextos socioculturales, los programas de ESI enfrentan barreras importantes relacionadas
pág. 6155
con las creencias y valores familiares o comunitarios. Según la investigación de Garduño (2018), las
familias y comunidades conservadoras pueden resistirse a la implementación de programas de
educación sexual, especialmente cuando se incluyen temas de diversidad sexual o derechos
reproductivos. A pesar de esto, se ha demostrado que los programas de ESI bien diseñados y que
respetan las creencias culturales pueden reducir significativamente los riesgos asociados con la falta de
educación sexual, como embarazos adolescentes, violencia de género y enfermedades de transmisión
sexual (Vásquez, 2021).
A nivel internacional, diversos estudios y evaluaciones de programas de Educación Sexual Integral
(ESI) han demostrado su efectividad en la mejora del conocimiento, las actitudes y los comportamientos
hacia la sexualidad responsable. Es así que, en España, un estudio cuasiexperimental realizado por
Carrera-Fernández et al. (2007) con estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) mostró
mejoras significativas en el conocimiento sobre salud sexual y la ideología de género, lo que subraya la
importancia de la ESI en la formación de jóvenes responsables y respetuosos.
Según los resultados de este estudio, los estudiantes que participaron en el programa de ESI no solo
adquirieron mayor información sobre el uso de anticonceptivos y la prevención de enfermedades de
transmisión sexual, sino que también demostraron una actitud más positiva hacia la igualdad de género
y una mayor disposición a tomar decisiones sexuales responsables. Estos hallazgos confirman que la
ESI, al integrar un enfoque integral que aborda tanto la educación sobre salud como los aspectos
emocionales y sociales de la sexualidad, puede tener un impacto positivo en la vida de los adolescentes
(Carrera-Fernández et al., 2007).
Asimismo, en México, el estudio realizado por Rojas et al. (2017) reveló que, a pesar de que una gran
mayoría de estudiantes reportó haber recibido educación sobre salud sexual, una proporción
significativa de ellos no había recibido información completa sobre temas clave como los derechos
sexuales, las relaciones afectivas y la prevención de la violencia sexual. Este hallazgo destaca una de
las debilidades en la implementación de programas de ESI en algunas regiones: la cobertura incompleta
de todos los aspectos fundamentales de la sexualidad. Según Rojas et al. (2017), aunque los estudiantes
mostraron un conocimiento básico sobre métodos anticonceptivos y prevención de ITS, muchos no
estaban suficientemente informados sobre la importancia del consentimiento, las relaciones respetuosas
pág. 6156
y los derechos sexuales, lo que limita la eficacia de estos programas. Estos resultados subrayan la
necesidad de asegurar que todos los componentes de la ESI sean abordados de manera coherente y
continua a lo largo de la escolaridad, desde la educación primaria hasta la secundaria, para garantizar
que los jóvenes reciban una educación sexual integral y adecuada.
En otros países de América Latina, como Colombia, también se han llevado a cabo evaluaciones que
muestran la efectividad de los programas de ESI en la reducción de la violencia de género y la
promoción de la igualdad. Por ejemplo, un estudio realizado por González y Ramos (2016) en escuelas
de Bogotá concluyó que los programas de ESI que integran temas de género, violencia y relaciones
afectivas saludables resultaron en una reducción de actitudes sexistas y una mayor disposición a
promover la igualdad de género entre los estudiantes.
Otro desafío identificado en la evaluación de los programas de ESI es la necesidad de incluir un enfoque
de derechos humanos en la educación sexual. Según Galarza Salazar (2020), muchos programas de ESI
aún no incorporan plenamente los derechos sexuales y reproductivos, lo que limita la comprensión de
los adolescentes sobre sus derechos y responsabilidades. La educación sobre consentimiento, libertad
sexual, y el derecho a la protección contra la violencia sexual debe ser un componente fundamental de
cualquier programa de ESI para garantizar que los jóvenes no solo estén informados, sino también
capacitados para ejercer y defender sus derechos sexuales y reproductivos.
DESAFÍOS EN LA IMPLEMENTACIÓN DE LA EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL
La implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) enfrenta diversos desafíos que dificultan su
integración efectiva en los sistemas educativos. Estos obstáculos no solo provienen de la falta de
recursos y apoyo institucional, sino también de factores culturales, sociales y políticos profundamente
arraigados en muchas sociedades. A continuación, se profundiza en los principales desafíos
identificados en la implementación de la ESI, que incluyen la oposición de padres y comunidades
conservadoras, la capacitación insuficiente de los docentes y la persistencia de mitos y tabúes sociales.
pág. 6157
Oposición por parte de padres y comunidades conservadoras
En algunos países latinoamericanos, como Perú, las comunidades han rechazado la implementación de
la ESI en las escuelas por considerarla incompatible con los valores familiares tradicionales (Garduño,
2018). Para superar estas barreras, algunas estrategias utilizadas incluyen la sensibilización y educación
a los padres, mostrando los beneficios de la ESI para la salud física y emocional de los adolescentes.
Por ejemplo, algunos programas implementados en México han logrado involucrar a los padres a través
de talleres y reuniones informativas, en las que se les explica cómo la educación sexual puede prevenir
embarazos adolescentes, infecciones de transmisión sexual (ITS) y mejorar las relaciones familiares al
promover una comunicación abierta sobre temas delicados (Rojas et al., 2017).
Además, el enfoque de educación inclusiva y basada en derechos humanos ha sido clave para abordar
las preocupaciones de las comunidades conservadoras. Según la UNESCO (2018), la ESI debe
enfocarse en la salud sexual y reproductiva de manera integral, promoviendo el respeto, la igualdad de
género y los derechos humanos, sin dejar de lado los valores culturales y tradicionales que respetan las
comunidades. Esta aproximación puede ayudar a suavizar las resistencias y facilitar la aceptación de la
ESI en entornos culturalmente diversos.
Capacitación insuficiente de los docentes
Otro reto importante en la implementación de la ESI es la capacitación insuficiente de los docentes, la
falta de capacitación también contribuye a la desinformación y la transmisión de mitos sobre la
sexualidad. En muchos casos, los maestros que no han recibido una formación adecuada sobre temas
de salud sexual y reproductiva pueden carecer de la confianza necesaria para manejar temas como el
consentimiento, la identidad de género y la diversidad sexual. Esto puede resultar en una enseñanza
incompleta o sesgada que no brinda a los estudiantes las herramientas adecuadas para tomar decisiones
informadas sobre su salud sexual (Rojas et al., 2017).
Para superar este desafío, es crucial que los sistemas educativos implementen programas de formación
docente enfocados en la ESI, proporcionando a los maestros las herramientas y conocimientos
necesarios para abordar la sexualidad de manera profesional y empática. Según la UNESCO (2018), la
capacitación debe ser continua y debe incluir no solo conocimientos sobre salud sexual, sino también
habilidades pedagógicas y emocionales para tratar estos temas de manera respetuosa y efectiva.
pág. 6158
Desinformación y tabúes sociales
La desinformación y los tabúes sociales sobre la sexualidad constituyen otro obstáculo importante en
la implementación de la ESI. A pesar de los avances en la promoción de la educación sexual, persisten
numerosos mitos y prejuicios que dificultan el acceso a información correcta y actualizada. Por ejemplo,
en muchas sociedades, existen creencias erróneas sobre el uso de anticonceptivos, el consentimiento
sexual o la identidad de género, que pueden llevar a los adolescentes a tomar decisiones sexuales sin la
información adecuada, poniendo en riesgo su salud física y emocional (Galarza Salazar, 2020).
Modelos y Enfoques de la Educación Sexual Integral
La Educación Sexual Integral (ESI) se implementa a través de diversos enfoques y modelos en
diferentes países, cada uno con sus características y objetivos específicos. A lo largo de las últimas
décadas, se han desarrollado modelos variados para abordar la sexualidad de los adolescentes, y su
efectividad depende en gran medida de los contextos socioculturales y educativos en los que se aplican.
En este apartado, se analizarán varios de los enfoques más comunes, como el modelo de abstinencia, el
modelo holístico de ESI, y el Programa Agarimos implementado en España, comparando su efectividad
en la educación sexual de los jóvenes.
Modelo de Abstinencia
El modelo de abstinencia es un enfoque basado en la enseñanza de que la abstinencia sexual hasta el
matrimonio es la única opción moralmente aceptable. Según un estudio de Rabbitte y Enriquez (2018),
los programas basados en la abstinencia no logran reducir las tasas de embarazo adolescente ni las ITS.
De hecho, los jóvenes que reciben este tipo de educación sexual pueden carecer de la información
necesaria sobre métodos anticonceptivos y protección contra las ITS, lo que aumenta su vulnerabilidad
cuando inician su vida sexual. La falta de educación sobre alternativas, como el uso de preservativos o
anticonceptivos, puede llevar a comportamientos sexuales inseguros. Además, este enfoque tiende a
desinformar sobre las realidades de la sexualidad, lo que puede resultar en confusión y decisiones mal
informadas.
Modelo Holístico de ESI
En contraste con el enfoque de abstinencia, el modelo holístico de ESI adopta un enfoque más integral
y global de la sexualidad, abarcando no solo los aspectos biológicos, sino también los emocionales,
pág. 6159
éticos, sociales y de derechos humanos. Según la UNESCO (2018), los programas de ESI basados en
un enfoque holístico incluyen temas como la salud reproductiva, la prevención de ITS, la igualdad de
género, la diversidad sexual y el consentimiento. Este tipo de educación integral fomenta el
autoconocimiento, el respeto hacia uno mismo y hacia los demás, así como la capacidad de tomar
decisiones conscientes sobre la salud sexual y las relaciones. Además, el enfoque holístico también
promueve la importancia de la inteligencia emocional, enseñando a los jóvenes a gestionar sus
emociones y a crear relaciones afectivas saludables.
En un análisis realizado por Carrera-Fernández et al. (2007), se encontró que los programas de ESI que
incluyen un enfoque holístico, como los aplicados en los Países Bajos y Suecia, tienen un alto grado de
efectividad en la reducción de comportamientos de riesgo, como el embarazo adolescente y las ITS.
Estos programas permiten a los jóvenes no solo comprender la biología de la sexualidad, sino también
desarrollar una visión crítica y saludable sobre su sexualidad y sus derechos. Además, promueven la
toma de decisiones responsables y autónomas, basadas en el respeto, el consentimiento y la igualdad.
METODOLOGÍA
Para este estudio, se implementó un enfoque cuantitativo y cualitativo, utilizando un diseño
exploratorio-descriptivo que permitió investigar los efectos y la efectividad de los programas de
Educación Sexual Integral (ESI) en diferentes contextos internacionales, específicamente en México y
España. El objetivo fue identificar las principales estrategias pedagógicas adoptadas en estos países, a
como los resultados obtenidos en términos de conocimientos adquiridos, cambios en actitudes hacia la
sexualidad responsable, y la reducción de comportamientos de riesgo entre los adolescentes.
Población de estudio y muestra: El estudio se centró en la revisión de estudios previos y en la evaluación
de programas educativos implementados en diferentes sistemas educativos internacionales. En
particular, se analizaron datos de programas de ESI en las escuelas secundarias de México y España.
Se seleccionaron informantes clave, incluidos educadores, estudiantes y responsables de políticas
educativas, quienes proporcionaron datos sobre la implementación de la ESI y su impacto. La muestra
fue no probabilística, compuesta principalmente por estudios documentales y entrevistas con actores
clave involucrados en los programas de ESI.
pág. 6160
Técnicas de recolección de datos: La revisión documental fue la técnica principal utilizada para la
recolección de datos. Se recopilaron informes de evaluación de programas, artículos académicos, y
documentos gubernamentales sobre la implementación de la ESI en los contextos mencionados. Los
instrumentos utilizados para esta revisión incluyeron matrices de análisis y guías de evaluación que
permitieron una recopilación sistemática de los datos de los estudios seleccionados. Además, se
utilizaron entrevistas semi-estructuradas con expertos en el campo de la educación sexual para
complementar la información obtenida de los estudios previos.
Consideraciones éticas: Se garantizó la confidencialidad y anonimato de los informantes clave,
respetando los principios éticos en la investigación cualitativa. Además, se obtuvo el consentimiento
informado de los participantes en las entrevistas. No se realizaron investigaciones directas con
estudiantes de secundaria, sino que se centró en la revisión de datos secundarios de estudios ya
publicados.
Limitaciones: Una de las principales limitaciones de este estudio es la falta de uniformidad en los datos
recopilados de los diferentes contextos. Al depender de estudios previos, algunas variaciones en la
metodología de los programas de ESI podrían haber influido en los resultados. Asimismo, el estudio no
abordó directamente la implementación en otros países de América Latina o el Caribe, lo que limita la
generalización de los resultados a otros contextos culturales. Este enfoque metodológico permitió
obtener una visión completa de los programas de ESI y sus resultados, así como identificar las
principales barreras y desafíos que enfrentan los sistemas educativos para una implementación efectiva
de la educación sexual integral.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados de este estudio evidencian que los programas de Educación Sexual Integral (ESI),
implementados en contextos internos. Conocimiento sobre salud sexual y reproductiva, así como en las
actitudes hacia la sexualidad responsable.
pág. 6161
Tabla: Impacto de los programas de educación sexual integral (esi) en distintos países
Enfoque del
Programa ESI
Resultados en
Salud Sexual
Impacto en
Relaciones
Afectivas
Reducción de
Conductas de
Riesgo
Barreras
identificadas
Recomendaciones
para Mejorar la
Implementación
Integración en
educación
secundaria y
medios.
Aumento en el
conocimiento sobre
métodos
anticonceptivos y
prevención de ITS.
Mejor comprensión
del consentimiento
y respeto en las
relaciones.
Reducción de
embarazos no
deseados y de la
transmisión de
ETS.
Resistencia cultural,
falta de apoyo de
algunos sectores
familiares.
Fortalecimiento de la
formación docente,
mayor involucramiento
de las familias.
Enfoque integral
con énfasis en la
igualdad de
género.
Disminución de la
violencia de género
y aumento en el uso
de anticonceptivos.
Mejora en la
gestión de
emociones y
conflictos
interpersonales.
Menor incidencia
de embarazos
adolescentes y de
abuso sexual.
Resistencia social,
desafíos en la
implementación
uniforme.
Evaluación continua del
programa, adaptación
de contenidos a
contextos culturales.
Educación sexual
temprana en
escuelas
primarias.
Incremento en el
conocimiento sobre
derechos sexuales y
reproductivos.
Fomento de
relaciones
respetuosas y
empáticas.
Reducción de la
violencia sexual
en adolescentes.
Falta de recursos en
áreas rurales,
rechazo por parte
Inclusión de la ESI en
todos los niveles
educativos, creación de
materiales adaptados
culturalmente.
Estrategias de
sensibilización
con enfoque de
género.
Mejora en la
comprensión de la
diversidad sexual y
la igualdad de
género.
Promoción de
relaciones afectivas
saludables y
consensuadas.
Disminución en la
discriminación
sexual y la
violencia de
género.
Oposición por parte
de sectores
conservadores,
insuficiente
capacitación
docente.
Implementación de
programas de
sensibilización y
fortalecimiento de
formación pedagógica e
Tabla 1: Elaboración propia 2025
pág. 6162
Uno de los principales resultados encontrados fue la reducción significativa de embarazos no deseados
y enfermedades de transmisión sexual (ETS) en los jóvenes participantes en estos programas. Este
impacto positivo está alineado con los hallazgos de Carrera-Fernández et al. (2007), quienes
demostraron que los estudiantes españoles que participaron en programas de ESI mostraron mayores
conocimientos sobre métodos anticonceptivos y prevención de ITS, lo que se tradujo en una
disminución de conductas de riesgo. De manera similar, los programas de ESI en México también
contribuyeron a reducir el inicio precoz de la actividad sexual y promovieron el uso de anticonceptivos
(Rojas et al., 2017). Estos resultados confirman que los programas de ESI son efectivos no solo en la
mejora de la salud sexual, sino también en la reducción de los riesgos asociados con la falta de
información.
Sin embargo, el estudio también identificó barreras culturales y sociales significativas que limitan la
efectividad de la ESI. La resistencia cultural por parte de los padres y sectores conservadores sigue
siendo un obstáculo importante en países como México, donde, a pesar de los avances en la política
educativa, las comunidades más tradicionales perciben la educación sexual como inapropiada
(Garduño, 2018). Esta resistencia limita la posibilidad de involucrar activamente a las familias en la
educación sexual de los jóvenes, lo cual es un factor crucial para el éxito de los programas (Paredes-
Ruiz, 2019).
La falta de capacitación docente es otra barrera importante identificada en este estudio. A pesar de la
implementación de programas de ESI, muchos docentes no están suficientemente capacitados para
abordar estos temas de manera profesional y respetuosa. La falta de preparación adecuada de los
educadores puede generar vacíos en la información impartida, lo que afecta la efectividad de la ESI. La
formación continua de los docentes es, por lo tanto, un aspecto esencial para garantizar que los
programas de ESI sean de calidad y estén alineados con los últimos avances en salud sexual y derechos
reproductivos (Vásquez, 2021).
La desinformación y los mitos sobre la sexualidad también siguen siendo obstáculos clave para una
educación sexual efectiva. A pesar de la implementación de programas de ESI, la persistencia de
creencias erróneas sobre la sexualidad, la anticoncepción y la prevención de ITS sigue siendo prevalente
pág. 6163
en muchas comunidades (Galarza Salazar, 2020). Estos mitos pueden inducir a los adolescentes a tomar
decisiones incorrectas que ponen en riesgo su salud y bienestar.
A pesar de estas barreras, los programas de ESI contribuyen a la formación de sociedades más
equitativas y respetuosas. En el caso de España, el Programa Agarimos ha demostrado ser exitoso en la
promoción de la igualdad de género y el respeto por la diversidad sexual. Este programa ha ayudado a
reducir los estereotipos de género y la violencia sexual, promoviendo una cultura de respeto mutuo y
aceptación de las diferencias (Lameiras et al., 2006). Estos resultados sugieren que los programas de
ESI, cuando se implementan de manera adecuada, no solo mejoran la salud sexual de los adolescentes,
sino que también fomentan una mayor equidad y tolerancia social.
CONCLUSIONES
La implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) ha demostrado ser fundamental para el
desarrollo de sociedades más justas, equitativas y saludables. Los resultados obtenidos en este estudio
confirman que la ESI no solo mejora el conocimiento de los adolescentes sobre salud sexual, sino que
también contribuye a reducir comportamientos de riesgo, como embarazos no deseados y enfermedades
de transmisión sexual (ETS), al tiempo que promueve relaciones afectivas más saludables basadas en
el respeto mutuo, el consentimiento y la igualdad de género.
Sin embargo, para que los programas de ESI sean verdaderamente efectivos, es necesario superar las
barreras culturales, sociales y políticas que aún persisten en muchos contextos. La resistencia cultural
y la falta de capacitación docente siguen siendo obstáculos importantes que limitan el alcance de la ESI.
Para superar estas barreras, se recomienda la creación de marcos legales que respalden la
implementación obligatoria de la ESI, el desarrollo de estrategias de familias y comunidades, y el
fortalecimiento de la formación docente en temas relacionados con la sexualidad, la igualdad de género
y los derechos reproductivos.
A través de la Educación Sexual Integral, se tiene la oportunidad de formar a los jóvenes con una
sexualidad responsable y empoderarlos con las herramientas necesarias para tomar decisiones
informadas y responsables sobre su salud sexual. La ESI, además, diversidad y los derechos humanos
sean la base de una convivencia pacífica y saludable.
pág. 6164
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