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La arquitectura en Panamá ha sido influenciada por diversas corrientes internacionales, pero siempre
con un sello local que la distingue. Como lo señala Frampton (1983), el concepto de "regionalismo
crítico" puede ser clave para entender cómo las tendencias globales se han adaptado a las
particularidades del contexto panameño. El proceso de globalización ha promovido la adopción de
nuevos materiales y tecnologías en el diseño arquitectónico, pero, a su vez, ha abierto el debate sobre
la conservación de los valores históricos y culturales del país.
Un claro ejemplo de esta influencia internacional es la incorporación de tecnologías ecológicas en los
proyectos urbanos más recientes. La necesidad de adaptarse a los desafíos ambientales, como el cambio
climático y la falta de recursos naturales, ha impulsado el desarrollo de una arquitectura más sostenible,
siguiendo las tendencias globales pero adaptadas a las características climáticas y sociales de Panamá.
Según Pérez y Gómez (2015), esta mezcla de influencias internacionales con el respeto por las
tradiciones locales es un desafío constante para los arquitectos panameños.
La sostenibilidad como eje de la arquitectura contemporánea:
En el contexto contemporáneo, la sostenibilidad se ha convertido en uno de los pilares fundamentales
del progreso arquitectónico. En un país como Panamá, con una biodiversidad única y un entorno
vulnerable al cambio climático, los arquitectos se enfrentan al reto de diseñar edificios y espacios
urbanos que no solo sean funcionales, sino también respetuosos con el medio ambiente. Según Sachs
(1999), la sostenibilidad en la arquitectura implica no solo el uso de materiales ecológicos, sino también
la creación de espacios que fomenten el bienestar de sus habitantes, reduciendo el impacto ambiental a
través de un diseño eficiente.
El enfoque en la sostenibilidad es reflejado también en la incorporación de nuevas tecnologías en la
construcción, como las energías renovables y la eficiencia energética. Para Escobar, Leyva y Mendoza
(2020), la integración de estos principios en la planificación urbana no solo responde a una necesidad
ambiental, sino que también contribuye al desarrollo social, promoviendo la equidad y el acceso a la
vivienda para todos los sectores de la población.
Este artículo se sustenta en teorías urbanísticas y arquitectónicas. Kenneth Frampton (1983) resalta la
importancia de un regionalismo crítico que permita un equilibrio entre tradiciones locales y demandas
globales. Además, se incorporan principios de sostenibilidad arquitectónica basados en diseños