ALMACÉN DE CARBONO EN LAS
PLANTACIONES FORESTALES COMO
ESTRATEGÍA PARA LA MITIGACIÓN DEL
CAMBIO CLIMÁTICO
CARBON STORAGE IN FOREST PLANTATIONS AS A
STRATEGY FOR CLIMATE CHANGE MITIGATION
René García Martínez
Tecnológico de Estudios Superiores de Valle de Bravo - México
Luis Alberto León Bañuelos
Tecnológico de Estudios Superiores de Valle de Bravo - México
Juan Carlos Montoya Jiménez
Tecnológico de Estudios Superiores de Valle de Bravo - México
Maricruz Tenorio Calixto
Tecnológico de Estudios Superiores de Valle de Bravo - México
pág. 6762
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.16368
Almacén de carbono en las plantaciones forestales como estrategía para la
mitigación del cambio climático
René García Martínez
1
rene.gm@vbravo.tecnm.mx
https://orcid.org/0000-0002-8756-2078
Tecnológico Nacional de México, Tecnológico
de Estudios Superiores de Valle de Bravo-
División de Ingeniería Forestal.
México
Luis Alberto León Bañuelos
luis.lb@vbravo.tecnm.mx
https://orcid.org/0000-0003-0332-6228
Tecnológico Nacional dexico, Tecnológico
de Estudios Superiores de Valle de Bravo-
División de Ingeniería en Sistemas
Computacionales.
México
Juan Carlos Montoya Jiménez
juan.mj@vbravo.tecnm.mx
https://orcid.org/0000-0003-1828-952X
Tecnológico Nacional de México, Tecnológico
de Estudios Superiores de Valle de Bravo-
División de Ingeniería Forestal.
México
Maricruz Tenorio Calixto
l202021024@vbravo.tecnm
Tecnológico Nacional dexico, Tecnológico
de Estudios Superiores de Valle de Bravo-
División de Ingeniería Forestal.
México
RESUMEN
El cambio climático representa un desafío global con efectos adversos en los ecosistemas y las
sociedades. Se ha pronosticado un incremento sostenido en la temperatura media mundial con una tasa
de aumento de 0.2 °C por década. La concentracn de CO₂ en la atmósfera también ha mostrado una
tendencia ascendente, registrando 426.65 ppm en enero de 2025. En México, el sector energético es el
principal emisor de carbono (64 %), seguido por la produccn agrícola (10 %), los procesos industriales
(8 %) y el manejo de residuos (7 %). Ante este panorama, las estrategias de mitigación han cobrado
relevancia, destacando el manejo forestal como una herramienta clave para la captura y almacenamiento
de carbono. En este contexto, el presente estudio analiza la contribucn de las plantaciones forestales
comerciales en México a la mitigación del cambio climático, mediante una revisión sistemática de la
literatura en bases de datos científicas. Los resultados indican que xico cuenta con 270 mil hectáreas
de plantaciones forestales comerciales, con mayor presencia en Tabasco, Veracruz, Campeche, Chiapas
y Puebla. Estas plantaciones desempeñan un papel crucial en la reducción de gases de efecto
invernadero porque capturan el CO
2
presente en la atmósfera y los fijan en sus estructuras leñosas,
además la incorpoacn constante de materia orgánica en el suelo incrento el almacén de carbono
orgánico. En conclun las plantaciones forestales representan una alternativa viable para fortalecer la
resiliencia ambiental y contribuir a los compromisos internacionales en materia de cambio climático.
Palabras clave: plantaciones forestales comerciales, captura y almacén de carbono, calentamiento
global, manajeo forestal, economía circular
1
Autor Principal
Correspondencia: rene.gm@vbravo.tecnm.mx
pág. 6763
Carbon storage in forest plantations as a strategy for climate change
mitigation
ABSTRACT
Climate change represents a global challenge with adverse effects on ecosystems and societies. A
sustained increase in the global average temperature has been forecasted, with a rising rate of 0.C per
decade. Atmospheric CO₂ concentrations have also shown an upward trend, reaching 426.65 ppm in
January 2025. In Mexico, the energy sector is the main carbon emitter (64%), followed by agricultural
production (10%), industrial processes (8%), and waste management (7%). Given this scenario,
mitigation strategies have gained relevance, with forest management emerging as a key tool for carbon
capture and storage. In this context, the present study analyzes the contribution of commercial forest
plantations in Mexico to climate change mitigation through a systematic literature review in scientific
databases. The results indicate that Mexico has 270,000 hectares of commercial forest plantations,
primarily located in Tabasco, Veracruz, Campeche, Chiapas, and Puebla. These plantations play a
crucial role in reducing greenhouse gas emissions by capturing atmospheric CO and storing it in their
woody structures. Additionally, the constant incorporation of organic matter into the soil enhances the
storage of organic carbon. In conclusion, forest plantations represent a viable alternative to
strengthening environmental resilience and contributing to international commitments on climate
change mitigation.
Keywords: commercial forest plantations, carbon capture and storage, global warming, forest
management, circular economy
Artículo recibido 10 noviembre 2024
Aceptado para publicación: 22 diciembree 2024
pág. 6764
INTRODUCCN
El cambio clitico contribuye a las emergencias humanitarias causadas por olas de calor, incendios
forestales, inundaciones, tormentas tropicales y huracanes, y cuyas magnitud, frecuencia e intensidad
van en aumento (OMS, 2021). La década de 2011-2020 se reconoció como la s lida jamás
registrada, con una temperatura media mundial en 2019 superior en 1,1 °C a los niveles preindustriales,
esto implica un incremento a una tasa de 0,2 °C por década (Comisión Europea, 2025). En enero de
2025 el dato registrado de la concentracn de CO
2
en la atmósfera fue 426.65 ppm (NOAA, 2025). En
México las principales emisiones carbono se reparten en los siguientes sectores (Gobierno de xico,
2015): 64 % en combustibles siles, 10 % en sistemas de producción agrícola, 8 % en procesos
industriales y 7 % por el manejo de residuos.
Entre las estrategias para mitigar los efectos de cambio climático se encuentran aquellas asociadas al
manejo de los bosques. Las pcticas de ordenación forestal que pueden limitar la tasa de aumento de
CO
2
en la atmósfera pueden agruparse en tres categorías (IPCC, 1996): i) ordenación para la
conservacn de carbono; ii) ordenacn para el secuestro y almacenamiento de carbono, y iii)
ordenación para la sustitución de carbono. En este sentido México cuenta con 270 mil hectáreas de
plantaciones forestales comerciales y los estados líderes son Tabasco, Veracruz, Campeche, Chiapas y
Puebla (CONAFOR, 2014). Estos sistemas de produccn se han convertido en una herramienta clave
para mitigar los efectos del cambio climático.
Por lo anterior el objetivo de este trabajo fue analizar la importancia de las plantaciones forestales en la
mitigación del cambio climático por su potencial para la captura y almacén de carbono.
METODOLOA
La metodología se basó en un esquema de revisión bibliográfica. El primer paso fue definir el alcance
y los objetivos de la revisión centrado en el tema del cambio climático y, las plantaciones forestales y
su papel en la mitigacn de este fenómeno.
Una vez establecido el alcance, se procedió a la búsqueda sistemática de literatura. Este paso implicó
la identificacn y recopilacn de fuentes científicas relevantes a través de bases de datos como Web
of Science, Scopus, Google Scholar, Science Direct, así como diversas revistas científicas relacionadas
con la temática. Se revisaron los títulos y remenes de los artículos recopilados para identificar
pág. 6765
aquellos que fueron s relevantes. Después de seleccionar las fuentes se procedió al análisis y síntesis
de la información, para identificar patrones y tendencias en los estudios revisados, determinando cuáles
son los enfoques predominantes y los hallazgos más relevantes. En total se utilizaron 56 documentos
entre libros, informes cnicos, revistas científicas y páginas de internet de instituciones nacionales e
internacionales.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Fundamentos de calentamiento global
La luz solar es la principal fuente de energía que llega a la atmósfera, por medio de ondas
electromagnéticas. Estás ondas presentan un ancho de banda (espectro electromagnético) que difieren
en la longitud de onda y el contenido de energía (Miller, 2000), de tal manera que a menor longitud de
onda le corresponde mayor energía (Salisbury y Ross, 1992).
La luz es una onda electromagnética transversal, donde los campos magnético y eléctrico oscilan
perpendicularmente (a 90° una con respecto a la otra) en la dirección de propagación de la onda (Taiz
y Zeiger, 2010). De la radiacn solar, aproximadamente el 9% corresponde al ultravioleta (λ<0.4μm),
el 49% al visible (0.4<λ<0.8μm) y el 42% al infrarrojo (λ>0.8μm) (Casas-Castillo y Alarcón-Jordán,
1999).
La atmósfera
La atmósfera de la tierra está formada por 5 capas y partiendo de la superficie terrestre se encuentran la
troposfera, estratosfera, mesosfera, ionosfera y termósfera (Maunder, 2007). La atmósfera de la tierra
en sus capas bajas está compuesta de una mezcla de gases (el aíre seco), agua en sus tres fases y
aerosoles (partículas lidas o líquidas suspendidas en el aire) (Lazaridis, 2011). De acuerdo con Saha
(2008) en los primeros los primeros 25 km de altitud con respecto a la superficie terrestre, la prop orción,
en volumen, de los gases que forman la atmósfera es la siguiente; nitrógeno (N
2
) 78.09 %, ogeno (O
2
)
20.95 %, argón (Ar) 1.3 %, dxido de carbono (CO
2
) 0.03 %, otros gases (nn, helio, kriptón,
hidrógeno, xenón, ozono, radón) conforman el 0.37 restante.
Absorcn de la radiación solar en la atmósfera
Los gases de la atmósfera absorben la radiacn de distintas longitudes de onda y a distintas altitudes.
En la franja de longitudes de onda pequeña participan el ozono (O
3
), O
2
, nitgeno (N
2
, N) y óxido de
pág. 6766
Nitrógeno (NO) y para las longitudes onda más largas participan el O
3
, vapor de agua, CO
2
y metano
(CH
4
) (Casas-Castillo y Alarcón-Jordán, 1999). Particularmente, la radiacn ultravioleta es absorbida
en la parte más alta de la atmósfera por el O
2
y el N
2
(Visconti, 2016) y las ondas largas de radiación
infrarroja, provenientes de la atmósfera y de la superficie terrestre, son absorbidas por el vapor de agua
(H
2
O), CH
4
, CO
2
y O
3
(Sportisse, 2010).
El efecto invernadero y el calentamiento global
De acuerdo con (Miller, 2000) el efecto invernadero es un fenómeno que ocurre cuando la energía solar
penetra la atmósfera de la tierra y calienta la superficie terrestre, esta irradia calor (longitud de onda
infrarroja) hacia la atmósfera, parte de ese calor fluye al espacio y el resto interaca con los gases
invernadero y el vapor de agua, donde se absorbe e irradia de nuevo hacia la superficie terrestre, esto
ocasiona que se almacene una mayor cantidad de calor. Por su parte Ponater et al. (2012) mencionan
que en el planeta tierra, parte de la radiación rmica emitida por la superficie es absorbida y re-emitida
por la atmósfera, incrementando la ganancia de enera de la superficie e induciendo un incremento de
temperatura, este mecanismo es llamado efecto invernadero. Este es un fenómeno natural que ocurre en
el planeta, pero cuando existe una acumulacn excesiva de los gases de efecto invernadero (GEI) la
temperatura de la superficie terrestre se incrementa de manera anormal lo que conlleva a calentamiento
global (McKinney et al., 2007). En efecto, el calentamiento global se refiere a un incremento de la
temperatura promedio de la superficie terrestre y los modelos climáticos proyectan que al ritmo actual
del crecimiento poblacional y con las emisiones de GEI la temperatura de la superficie terrestre puede
incrementarse en un rango de 1.6 a 5.8ºC al final de este siglo (Prasad et al., 2017). Otros modelos
climáticos, como el ESMs (Earth System Models, proyectan un incremento de temperatura de 1.0 a 3.7
°C, este incremento depende de las emisiones futuras de GEI (Anderson et al., 2016).
El CO
2
Actualmente la liberacn de carbono (CO
2
) a la atmósfera, incrementada por los seres humanos, es 10
veces más pida que en cualquier momento de los últimos 66 millones de años (Zeebe et al., 2016). La
concentracn de CO
2
en la atmósfera se incrementa año con año, en función de la quema combustibles
siles, con lo cual se intensifica el efecto invernadero natural y calienta el planeta (Anderson et al.,
2016). En la atmósfera el CO
2
se mide como una fraccn molar (número de moculas de CO
2
dividido
pág. 6767
entre el número de moléculas presentes en el aire, incluyendo al mismo CO
2
) y los datos del indican un
incremento en la concentracn de CO
2
en la atmósfera de 393 ppm en 2012 a 400 ppm en 2016 (Earth
System Research Laboratory, 2016).
Estimación del carbono en la superficie terrestre
En la superficie terrestre el carbono se estima en los ecosistemas terrestres y ecosistemas acuáticos. El
carbono total en ecosistemas terrestres es de aproximadamente 3170 GT (Ontl y Schulte, 2012). Para
conocer la cantidad del carbono presente en la vegetación se ha recurrido a sistemas de percepción
remotos (Gómez et al., 2012) cuantificacn de la biomasa sobre y bajo suelo (materia orgánica en
tejidos vivos y muertos) mediante inventarios por muestreo (Keith et al., 2014) y el uso de modelos
alométricos (Rojas-García et al., 2015), sistemas aumatas de medición de CO
2
como la red
EUROFLUX (Valentini et al., 2000) y recientemente el uso de la tecnología LiDAR (Light Detection
and Ranging) ha permitido la estimación de la biomasa de la vegetacn de manera exitosa (Laurin et
al., 2016).
Carbono en el suelo
El carbono orgánico del suelo (COS) es el almacén más grande de carbono orgánico en la tierra (Doetterl
et al., 2016) y representa aproximadamente el 80 % (2500 GT) del total (Lal, 2004). En el suelo, el
nivel del COS está directamente relacionado con la cantidad de materia orgánica (Ontl y Schulte, 2012)
y la fertilidad del suelo generalmente esta dado como una funcn del contenido de COS (Szalai et al.,
2016). Los flujos de carbono entre la tierra y la atmósfera ocurren cuando los constituyentes inornicos
de suelo sufren desgaste, o el COS es sintetizado o mineralizado vía rutas biológicas (Ni et al., 2012).
En este sentido la erosión del suelo es un fenómeno que impacta directamente en la perdida de COS y
de acuerdo con (Blanco y Lal, 2010) la pérdida de COS implica un incremento de CO
2
y CH
4
en la
atsfera.
Importancia de los árboles y como fijadores de CO
2
Las plantas utilizan CO
2
y liberan O
2
durante el proceso de la fotosíntesis, a diferencia de las especies
anuales, los árboles almacenan los fotoasimilados en componentes de carbono en sus estructuras leñosas
por periodos prolongados, por lo que se les considera como reservas naturales de carbono (Acosta-
Mireles et al., 2002), el movimiento del CO
2
, desde la atmósfera hasta las reservas, ocurre porque la
pág. 6768
vegetacn en crecimiento lo absorbe (Keith et al., 2014). En la ruta fotosintica clásica de las plantas
C3, la fijación primaria de CO
2
es catalizada por la enzima ribulosa-1,5-bifosfato carboxilasa/oxigenasa
(Rubisco) formando el compuesto de tres carbonos (3-fosfoglicerato) (Paulus et al., 2013).
En una poblacn vegetal, la capacidad para almacenar carbono en forma de biomasa aérea vaa en
función de la composición florística, la edad y la densidad de población de cada estrato por comunidad
vegetal (Schulze et al., 2000). En estudios realizados en sistemas agroforestales de café en Veracruz se
han estimado capacidades de almacén del orden de 102 Mg C ha
-1
, aun así, un bosque primario en esa
zona almacena hasta 332 Mg C ha
-1
(Espinoza-Domínguez et al., 2012).
Plantaciones forestales
Las plantaciones forestales son sistemas productivos orientados a la obtencn de madera, hule, resina,
semillas, entre otros productos. Borges et al. (2014), se refieren a las plantaciones como áreas dedicadas
al cultivo de árboles que terminan siendo recolectados o tratados para satisfacer las necesidades de
consumo humano directo o indirecto necesidades. Estos sistemas productivos proporcionan bienes y
servicios (Zhang y Stanturf, 2008) como madera, productos no maderables, agua y aire limpio, control
de la erosión del suelo, biodiversidad, estética, secuestro de carbono y control climático. Estos sistemas
productivos requieren insumos y manejo intensivo, más similar a la agricultura que al manejo
tradicional de bosques de especies nativas; por ejemplo, preparacn intensiva del sitio, control de
malezas, uso de fertilizantes, control de plagas, uso frecuente de máquinas pesadas para la cosecha y
siembra con impactos asociados en los suelos (Boyle et al., 2016).
Las plantaciones forestales comerciales son cultivos intensivos de árboles donde se puede utilizar
maquinaria pesada para la preparacn del suelo y las labores principales, usando al mismo tiempo
material genético de alta calidad que maximice la producción de acuerdo con el tipo de producto que se
espera obtener (SEMARNAT, 2010).
El crecimiento de los árboles en una plantacn es afectado por variables como la calidad del material
genérico, clima, suelo, disponibilidad de agua e incidencia de plagas y enfermedades. Es razonable
entonces que existan diferencias el desarrollo de los individuos entre una regn y otro, incluso dentro
de una plantación. Las variables de importancia en el desarrollo de las especies forestales maderables
son el diámetro y la altura de los árboles (West, 2015). Se ha observado, por ejemplo, que la densidad
pág. 6769
de la madera de P. halepensis y P. pinaster, resulta afectado por las condiciones climáticas donde se
instaló la plantación (Olivar et al., 2013). En el caso del material genético, Benavides-Meza chan.
(2011) evaluaron 12 procedencias de P. hartwegii para reconocer la variación de diversos pametros
morfogicos y solo el material genético, proveniente del Cofre de Perote, Veracruz, México, registró
valores significativamente diferentes en altura, dmetro y tasa de crecimiento, lo que permitió separarlo
del resto de las localidades evaluadas.
En el caso del efecto del manejo de las plantaciones sobre el crecimiento de los árboles, Uranga-
Valencia et al. (2015) sugieren que árboles relativamente pequeños (menores de 25 cm de diámetro) y
jóvenes creciendo en plantaciones con poda, concentran una mayor cantidad de volumen en el fuste.
Los bosques producen de 100 a 500 t ha
−1
de biomasa (peso seco) incluyendo 60 a 80% en madera en
el tallo, 10 a 20% en ramas, 5 a 10% en cortezas, 5 a 10% en raíces y 1 a 5% en hojas y para producir
esa cantidad biomasa, las plantas forestales utilizan 200-2,500 kg ha
-1
de N, cantidades similares de K
y Ca, y 20-200 kg ha
−1
P (Osman, 2013).
En México a través del Programa Nacional Forestal la CONAFOR es la institución gubernamental
encargada, en asignar apoyos y firmar convenios de concertacn con los beneficiarios para el
establecimiento y desarrollo de plantaciones forestales comerciales. De acuerdo con los datos del
Sistema Nacional de Informacn Forestal (SNIF) Coahuila, Veracruz, Tabasco, San Luis Potosí,
Michoacán, Puebla, Oaxaca, y Chiapas fueron los estados con mayor superficie de Plantaciones
Forestales Comerciales (PFC) establecidas con apoyos de la CONAFOR hasta el año 2023 (Figura 1).
Figura 1. Mapa de superficies de Plantaciones Forestales Comerciales establecidas con apoyos de la
CONAFOR hasta el año 2023
pág. 6770
A pesar de que el establecimiento de plantaciones forestales maderables representa una buena estrategia
para incrementar la captura de carbono y en consecuencia minimizar los impactos del cambio climático.
En los últimos años ha disminuido la superficie de plantaciones forestales establecidas (Figura 2).
Figura 2. Superficies de Plantaciones Forestales Comerciales (PFC) establecidas con apoyos de la
CONAFOR por año hasta el año 2023
Los géneros maderables mayormente utilizados para el establecimiento de las plantaciones forestales
comerciales son: Eucalyptus, Cedrela, Pinus, Tectona, Gmelina (Figura 3).
Figura 3. Especies utilizadas en las Plantaciones Forestales Comerciales establecidas con apoyos de la
CONAFOR
Captura y almacén de carbono
El almacenamiento de carbono (C) depende de la productividad primaria neta de cada sistema, al
asegurar una concentracn de carbono en el tejido vegetal promedio de alrededor de 50 %, los
pág. 6771
principales almacenes de C en los ecosistemas forestales se encuentran fraccionado en cuatro
componentes: biomasa sobre el suelo (vegetacn), hojarasca, sistema radicular y C orgánico del suelo
(Acosta-Mireles et al., 2002). Se refiere a la cantidad de carbono que tiene la unidad aérea cubierta por
vegetacn, (Cortez, et al., 2022). En los sistemas forestales la capacidad de capturar carbono
atmosférico tiende a disminuir con relacn al incremento de la edad del bosque o al grado de madurez
del suelo, en edades tempranas o intermedias es más alta la captura de carbono (Reyes, et al., 2016).
Factores como la edad, la densidad y la composicn florística de cada estrato por comunidad vegetal,
modifican directamente la capacidad de los ecosistemas forestales para almacenar carbono, estos
factores generalmente se modifican con el manejo forestal y se reflejan en cambios en la distribución
de carbono dentro del ecosistema (Hernández, et al., 2020).
Las reservas de carbono en una plantación pueden evaluarse en una muestra de árboles, que además
permitan desarrollar funciones para la predicción del contenido de carbono con base en un mínimo de
variables medidas (Joosten et al., 2004). El potencial de almacenamiento de carbono en sistemas
sometidos a manejo es mayor cuando las plantaciones son jóvenes, dado que su crecimiento no ha
alcanzado el punto máximo (Schlesinger, 1997).
Galicia et al., (2016) señalan que los contenidos de COS en los bosques templados de México varían
ampliamente entre los tipos de suelo, desde 60 Mg ha
-1
(leptosoles) hasta 559 Mg ha
-1
(andosoles)
Carbono aéreo
De acuerdo con Brockerhoff et al. (2013) para finales de siglo se hab perdido más del 30% de la
superficie forestal natural y las plantaciones forestales representan más del 20% de la superficie
forestal total. Lo anterior denota la importancia de las plantaciones forestales como sumideros de
carbono y agentes naturales de mitigación del cambio climático.
La cantidad de carbono almacenado en las plantaciones está determinada por factores como el tipo de
especie, la edad, la densidad de la plantacn, el manejo forestal, y las condiciones ambientales. Autores
como Pérez et al. (2020) han reportado 77.20 t ha
-1
T. en Tectona grandis a los 11 años de edad con una
densidad de 1 666 árboles ha
-1
. López-Reyes et al. (2016) documentaron 257.07 Mg ha
-1
de carbono
total aéreo en una plantación de Hevea brasiliensis a los 51 años. Pérez-Cruzado et al. (2012) estimaron
entre 443 y 634 Mg ha
−1
de carbono en Eucalyptus globulus Labill y Pinus radiata, con edades de
pág. 6772
rotación que van de 10 a 35 años. A partir de los datos anteriormente mencionados se denota la
importancia de las plantaciones forestales como sumideros de carbono.
Estudios realizados en el suelo plantaciones de el Salto, Durango, indican que alcanza 187.06 Mg ha
-1
,
de las cuales 70 % se encuentra en los primeros 20 cm de profundidad (Trettin & Jurgensen 2003). Por
otra parte, Acosta-Mireles et al., (2009) obtuvieron un valor promedio de carbono en el suelo de 183.2
Mg ha
-1
en plantaciones de Pinus patula Schl. et Cham. en Tlaxcala, a una profundidad de 40 cm.
Ordoñez (1999), realizó un estudio sobre la captura de carbono en un bosque templado de Michoacán,
donde obtuvo que la captura total unitaria alcanza 217 tc/ha, de los cuales 94 tc/ha provienen del suelo,
74 tc/ha de biomasa y 49 tc/ha de productos.
CONCLUSIONES
Las plantaciones forestales comerciales representan una estrategia eficaz para la mitigacn del cambio
climático, ya que, el manejo forestal adecuado permite capturar y almacenar carbono en la biomasa
arbórea y en el suelo, contribuyendo a la reducción de gases de efecto invernadero.
El secuestro de carbono en plantaciones forestales depende de múltiples factores, es decir, la capacidad
de almacenamiento de carbono varía en funcn de la especie utilizada, la edad de los árboles, la
densidad de la plantacn y el manejo forestal. Las plantaciones venes tienen un mayor potencial de
captura de CO₂, mientras que la acumulacn de carbono en el suelo se ve influenciada por la
incorporación de materia orgánica y las características edafogicas.
El establecimiento y manejo sostenible de plantaciones forestales es clave para cumplir compromisos
ambientales y ante la creciente pérdida de bosques naturales y el incremento de la temperatura global,
el fortalecimiento de programas de reforestacn y el fomento de plantaciones comerciales sustentables
pueden contribuir significativamente a la mitigación del cambio climático. Además, estos sistemas
productivos pueden integrarse dentro de modelos de economía circular, promoviendo beneficios
económicos y ecogicos a largo plazo.
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