REVISIÓN DE LAS GUÍAS DE
TOXOPLASMOSIS EN EL EMBARAZO
REVIEW OF TOXOPLASMOSIS GUIDELINES IN
PREGNANCY
Lina Marcela Blandón Santamaría
Universidad Libre - Colombia
Cindy Paola Cerro Martínez
Universidad Libre - Colombia
Adrián Alejandro De La Ossa Hernández
Universidad del Sinú - Colombia
Laura Alexandra Grandet Vallejo
Universidad del Sinú - Colombia
Luisa Mary Otero Arteaga
Corporación Universitaria Rafael Núñez - Colombia
Katherine Julieth Arcila Villamil
Universidad del Bosque - Colombia
Carlos Felipe Durán Méndez
Investigador independiente - Colombia
María José Ortega Meza
Universidad de Sucre Colombia
Karen Paola Hinestroza Gutiérrez
Universidad Cooperativa de Colombia.
Jhonatan Bladimir Medrano Durango
Universidad del Sinú
Esther Lucía Rodríguez Muñoz
Universidad Simón Bolívar, Colombia
pág. 1
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.16385
Revisión de las Guías de Toxoplasmosis en el Embarazo
Lina Marcela Blandón Santamaría1
mairita0502@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-5218-373X
Residente Ginecología y Obstetricia de la
Universidad Libre
Colombia
Cindy Paola Cerro Martínez
cindycerro89@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0001-9915-1789
Ginecóloga y Obstetra de la Universidad Libre
Colombia
Adrián Alejandro De La Ossa Hernández
adrian.delaossah@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-0713-9761
Médico General de la Universidad del Sinú
Colombia
Laura Alexandra Grandet Vallejo
lgrandet08@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-6557-9523
Médico General de la Universidad del Sinú
Colombia
Luisa Mary Otero Arteaga
luisaotero2212@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-6926-1636
Médico General de la Corporación Universitaria
Rafael Núñez
Colombia
Katherine Julieth Arcila Villamil
Kath.julieth96@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-8798-0511
Médico General de la Universidad del Bosque
Colombia
Carlos Felipe Durán Méndez
carlosduranm.7@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-8499-7359
Ginecólogo y obstetra
Colombia
Karen Paola Hinestroza Gutiérrez
karen.2208@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0004-9880-4898
Universidad Cooperativa de Colombia.
Esther Lucía Rodríguez Muñoz
estherluromu@gmail.com
Médico General de la Universidad Simón
Bolívar, Colombia
María José Ortega Meza
Majoortega1411@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-8838-7288
Médico General de la Universidad de Sucre
Colombia
Jhonatan Bladimir Medrano Durango
Medrano.jhonatan28@gmail.com
Médico General
Universidad del Sinú
Monteria Cordoba
1
Autor Principal
Correspondencia: mairita0502@hotmail.com
pág. 2
RESUMEN
Antecedentes: La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa causada por el parásito Toxoplasma
gondii, un protozoo intracelular obligado que puede infectar a una gran variedad de mamíferos,
incluyendo a los seres humanos. La detección y el manejo oportuno de la toxoplasmosis en el embarazo
son esenciales para reducir el riesgo de transmisión fetal y mejorar los desenlaces perinatales.
Metodología: Se llevó a cabo una revisión sistematica rigurosa y estructurada de las guías clínicas
relacionadas con la toxoplasmosis en el embarazo. Se consideraron los siguientes aspectos: año de
publicación: Se priorizaron guías publicadas en los últimos 10 años (2013-2024), países y regiones: Se
seleccionaron guías de diferentes países y regiones con el fin de comparar las recomendaciones en
contextos sanitarios distintos, organismos emisores: Se priorizaron guías elaboradas por entidades
reconocidas en la formulación de recomendaciones clínicas basadas en evidencia. Resultados: Las guías
clínicas sobre toxoplasmosis en el embarazo han sido desarrolladas por diversas organizaciones
internacionales con el propósito de estandarizar el abordaje de la enfermedad y reducir el impacto de la
infección congénita. Sin embargo, existen diferencias significativas en sus recomendaciones, reflejando
variaciones en la epidemiología de la enfermedad, la disponibilidad de recursos y las políticas sanitarias
de cada región. Conclusiones: A pesar de los avances en la prevención y el manejo de la toxoplasmosis
en el embarazo, aún existen importantes lagunas en el conocimiento que dificultan la implementación
de un enfoque uniforme a nivel global. La falta de consenso sobre la necesidad del tamizaje universal,
la variabilidad en las estrategias de diagnóstico fetal y las diferencias en el manejo terapéutico reflejan
la complejidad de la enfermedad.
Palabras clave: toxoplasmosis, embarazo, guías, diagnóstico, tratamiento
pág. 3
Review of Toxoplasmosis Guidelines in Pregnancy
ABSTRACT
Background: Toxoplasmosis is an infectious disease caused by the parasite Toxoplasma gondii, an
obligate intracellular protozoan that can infect a wide variety of mammals, including humans. Early
detection and management of toxoplasmosis in pregnancy are essential to reduce the risk of fetal
transmission and improve perinatal outcomes. Methodology: A rigorous and structured systematic
review of clinical guidelines related to toxoplasmosis in pregnancy was conducted. The following
aspects were considered: year of publication: Guidelines published in the last 10 years (2013-2024)
were prioritized, countries and regions: Guidelines from different countries and regions were selected
in order to compare recommendations in different healthcare settings, issuing bodies: Guidelines
developed by entities recognized in the formulation of evidence-based clinical recommendations were
prioritized. Results: Clinical guidelines on toxoplasmosis in pregnancy have been developed by various
international organizations with the aim of standardizing the approach to the disease and reducing the
impact of congenital infection. However, there are significant differences in their recommendations,
reflecting variations in the epidemiology of the disease, the availability of resources and the health
policies of each region. Conclusions: Despite advances in the prevention and management of
toxoplasmosis in pregnancy, there are still important gaps in knowledge that hinder the implementation
of a uniform approach at a global level. The lack of consensus on the need for universal screening, the
variability in fetal diagnostic strategies and the differences in therapeutic management reflect the
complexity of the disease.
Keywords: toxoplasmosis, pregnancy, guidelines, diagnosis, treatment
Artículo recibido 15 enero 2025
Aceptado para publicación: 19 febrero 2025
pág. 4
INTRODUCCIÓN
La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa causada por el parásito Toxoplasma gondii, un protozoo
intracelular obligado que puede infectar a una gran variedad de mamíferos, incluyendo a los seres
humanos. Su transmisión ocurre principalmente a través del consumo de carne cruda o mal cocida que
contiene quistes del parásito, la ingestión de agua o alimentos contaminados con ooquistes provenientes
de las heces de gatos infectados, o mediante la transmisión transplacentaria de una madre infectada al
feto. (1)
En la población general, la infección suele ser asintomática o cursar con síntomas leves similares a los
de una gripe común, pero en el embarazo, la toxoplasmosis adquiere una importancia crítica debido al
riesgo de transmisión vertical y las graves consecuencias que puede tener para el feto. (2) Dependiendo
del momento de la gestación en que se produzca la infección, pueden presentarse complicaciones como
aborto espontáneo, muerte fetal, restricción del crecimiento intrauterino, hidrocefalia, calcificaciones
cerebrales, coriorretinitis e incluso secuelas neurológicas permanentes. La gravedad de estas
complicaciones justifica la implementación de estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento
adecuados para minimizar el impacto de la infección congénita. (3)
La detección y el manejo oportuno de la toxoplasmosis en el embarazo son esenciales para reducir el
riesgo de transmisión fetal y mejorar los desenlaces perinatales. En países donde la toxoplasmosis es
endémica o la seroprevalencia es alta, se han implementado programas de tamizaje prenatal que
permiten identificar a las mujeres en riesgo y tomar medidas preventivas en consecuencia. (4)
La serología mediante la detección de anticuerpos IgG e IgM es la principal herramienta diagnóstica,
aunque la interpretación de los resultados puede ser compleja, especialmente en el caso de infecciones
recientes. En situaciones de seroconversión durante el embarazo, el uso de pruebas de avidez de IgG y
PCR en líquido amniótico contribuyen a determinar el momento de la infección y la probabilidad de
transmisión al feto. (4, 5)
El tratamiento con espiramicina en madres con infección reciente sin evidencia de transmisión fetal, y
con la combinación de sulfadiazina, pirimetamina y ácido folínico cuando se confirma la infección fetal,
ha demostrado reducir la carga parasitaria y limitar el daño fetal. Sin embargo, la eficacia de estas
pág. 5
estrategias sigue siendo un tema de debate, lo que subraya la importancia de contar con guías
actualizadas y basadas en la mejor evidencia disponible. (5, 6)
La revisión de las guías clínicas sobre toxoplasmosis en el embarazo es fundamental para evaluar la
concordancia entre las recomendaciones emitidas por diferentes organismos internacionales, identificar
áreas de controversia y proponer mejoras en los protocolos de prevención, diagnóstico y tratamiento.
Dado que la epidemiología de la toxoplasmosis varía considerablemente entre regiones, las estrategias
implementadas pueden diferir en función de la carga de enfermedad, la disponibilidad de recursos y la
factibilidad de realizar tamizajes sistemáticos. (6, 7, 8)
Mientras que algunos países recomiendan el cribado universal durante la gestación, otros optan por una
estrategia basada en la detección de casos sospechosos o en la educación sanitaria para la prevención
primaria. Además, la disponibilidad de tratamientos y su acceso pueden influir en la aplicabilidad de
las guías en distintos entornos clínicos. (8) Por ello, una revisión crítica de las guías existentes permitirá
no solo actualizar el conocimiento sobre la toxoplasmosis congénita, sino también identificar vacíos en
la literatura y contribuir a la formulación de estrategias más efectivas para reducir la morbilidad y
mortalidad asociadas a esta enfermedad en el embarazo.
METODOLOGÍA
Se llevó a cabo una revisión sistematica rigurosa y estructurada de las guías clínicas relacionadas con
la toxoplasmosis en el embarazo. La selección de las guías clínicas incluidas en la revisión se realizó
con base en diversos criterios que garantizan la calidad, relevancia y actualidad de la información. Se
consideraron los siguientes aspectos:
Año de publicación: Se priorizaron guías publicadas en los últimos 10 años (2013-2024)
Países y regiones: Se seleccionaron guías de diferentes países y regiones con el fin de comparar las
recomendaciones en contextos sanitarios distintos.
Organismos emisores: Se priorizaron guías elaboradas por entidades reconocidas en la formulación
de recomendaciones clínicas basadas en evidencia.
pág. 6
Se realizaron búsquedas en las bases de datos de PubMed, Scielo y ScienceDirect, entre otras. Como
palabras clave, se emplearon en las bases de datos según la metodología DeCS y MeSH los términos:
toxoplasmosis; embarazo; guías; diagnostico; tratamiento.
RESULTADOS
Organismos emisores: OMS, CDC, ACOG, guías Europeas o Latinoamericanas
La toxoplasmosis en el embarazo es una de las infecciones congénitas más estudiadas a nivel mundial
debido a su impacto en la salud fetal y neonatal. Diversos organismos han elaborado guías clínicas con
el objetivo de estandarizar las estrategias de prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la
infección, buscando reducir la morbilidad y mortalidad asociadas. Entre las instituciones más relevantes
se encuentran la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros para el Control y Prevención
de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos
(ACOG), la Sociedad Europea de Enfermedades Infecciosas en el Embarazo (ESPID) y diversas
sociedades médicas nacionales en países latinoamericanos y europeos. (9, 10)
Estas guías presentan variaciones en sus recomendaciones dependiendo de la epidemiología local, la
disponibilidad de recursos y la factibilidad de implementar estrategias de tamizaje y tratamiento.
Mientras que, en Europa, países como Francia han adoptado programas de cribado universal con
controles serológicos periódicos durante el embarazo, en otros lugares como Estados Unidos, la
estrategia se basa más en la prevención primaria mediante educación y en el diagnóstico dirigido a
pacientes con signos clínicos o hallazgos ecográficos sugestivos de infección fetal. (11) Estas
diferencias reflejan la necesidad de adaptar las guías a las realidades sanitarias de cada región,
asegurando la mejor atención posible dentro de cada contexto. En la tabla 1 se realiza una comparación
sobre las principales guías de toxoplasmosis en el embarazo según los organismos emisores. (12, 13,
14, 15, 16)
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Tabla 1. Comparación sobre las principales guías de toxoplasmosis en el embarazo
Aspecto
OMS
CDC
(EE.UU.)
Guías
Europeas
(Francia,
Austria,
Italia)
Guías
Latinoamericanas
Tamizaje
prenatal
No
recomienda
tamizaje
universal
No
recomienda
cribado
sistemático
Tamizaje
universal con
controles
periódicos
Depende del país,
algunos
recomiendan
cribado en
poblaciones de
riesgo
Prevención
primaria
Educación
sobre higiene
y
manipulación
de alimentos
Educación y
prevención
primaria
Educación y
prevención +
tamizaje
Educación y
prevención, en
algunos casos
tamizaje dirigido
Diagnóstico
materno
Serología (IgG
e IgM) +
avidez IgG
Serología
(IgG e IgM),
avidez
opcional
Serología +
avidez IgG
para
confirmar
infección
reciente
Serología (IgG e
IgM), avidez en
algunos países
Diagnóstico
fetal
PCR en
líquido
amniótico si
hay sospecha
Basado en
hallazgos
ecográfico,
PCR no
rutinaria
PCR en
líquido
amniótico si
infección
materna
confirmada
En algunos países
PCR en líquido
amniótico, en otros
solo ecografía
Tratamiento
materno
Espiramicina
si infección
materna;
sulfadiazina +
pirimetamina
si infección
fetal
confirmada
Espiramicina
si infección
materna,
cambio a
esquema
triple solo en
casos
seleccionados
Espiramicina
en infección
materna;
esquema
triple si
infección
fetal
confirmada
Varía según
disponibilidad, en
general similar a
OMS y Europa
Seguimiento
neonatal
Tratamiento
con esquema
triple por 12
meses +
controles
oftalmológicos
y neurológicos
Evaluación
serológica y
oftalmológica
en RN con
sospecha
Seguimiento
estricto con
tratamiento
prolongado
Variable según
país, en algunos
casos no hay
seguimiento
adecuado
ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN
Las estrategias de prevención de la toxoplasmosis en el embarazo se dividen en medidas primarias y
secundarias. La prevención primaria se centra en la educación de la mujer embarazada para reducir el
riesgo de infección mediante hábitos higiénicos y alimentarios adecuados. Se recomienda evitar el
consumo de carne cruda o poco cocida, lavar adecuadamente frutas y verduras antes de su consumo,
pág. 8
evitar la manipulación de tierra sin guantes, especialmente en actividades de jardinería, y restringir el
contacto con excremento de gatos, dado que los felinos son los principales reservorios del parásito
Toxoplasma gondii. (17, 18, 19)
Las guías enfatizan la importancia de lavar las manos después de manipular carne cruda o elementos
potencialmente contaminados, así como el uso de agua potable y la correcta manipulación de alimentos
para evitar la contaminación cruzada. En cuanto a la prevención secundaria, algunas guías proponen la
detección serológica sistemática en mujeres embarazadas para identificar aquellas susceptibles a la
infección y, en caso de seronegatividad, reforzar las medidas preventivas durante toda la gestación. (20,
21)
En contraste, otras instituciones consideran que el tamizaje sistemático no es costo-efectivo en
contextos de baja prevalencia y abogan por la prevención basada exclusivamente en educación sanitaria,
dejando el diagnóstico serológico para casos específicos con sospecha clínica o hallazgos ecográficos
sugestivos. (22)
Diagnóstico: uso de IGG, IGM, pruebas de avidez, PCR en líquido amniótico
El diagnóstico de toxoplasmosis en el embarazo es un desafío debido a la necesidad de diferenciar entre
infecciones antiguas, recientes y aquellas que puedan representar un riesgo de transmisión fetal. La
mayoría de las guías recomiendan el uso de pruebas serológicas como primera línea, detectando
anticuerpos IgG e IgM. (22)
La presencia de IgG sin IgM sugiere una infección pasada, mientras que la detección simultánea de
ambas inmunoglobulinas puede indicar una infección reciente, aunque los falsos positivos de IgM
pueden dificultar la interpretación. Para estos casos, se utilizan pruebas de avidez de IgG, que permiten
determinar si la infección ocurrió en los últimos tres meses o si es más antigua. (17, 22)
En situaciones donde se sospecha infección fetal, la técnica de reacción en cadena de la polimerasa
(PCR) en líquido amniótico es el estándar de oro para confirmar la transmisión vertical. Sin embargo,
la sensibilidad de esta prueba puede variar dependiendo del momento en que se realice la amniocentesis,
siendo más efectiva después de la semana 18 de gestación. Las guías internacionales difieren en la
frecuencia y necesidad de realizar estos estudios, ya que algunas recomiendan la PCR en todos los casos
de infección materna confirmada, mientras que otras solo la sugieren cuando hay hallazgos ecográficos
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indicativos de compromiso fetal, como ventriculomegalia, calcificaciones cerebrales o
hepatoesplenomegalia. (22)
Tratamiento: diferencias en protocolos según el trimestre (Espiramicina, Sulfadiazina +
Pirimetamina + Ácido Folínico)
El tratamiento de la toxoplasmosis en el embarazo varía según el trimestre de la gestación y la
confirmación de la infección fetal. En mujeres con infección materna confirmada, pero sin evidencia de
transmisión fetal, la espiramicina es el fármaco de elección. Este macrólido no cruza la barrera
placentaria en cantidades significativas, pero se concentra en la placenta y reduce la probabilidad de
transmisión vertical. (19)
En casos en los que la infección fetal ha sido confirmada mediante PCR en líquido amniótico, se
recomienda el esquema de combinación de sulfadiazina, pirimetamina y ácido folínico, ya que estos
fármacos tienen mayor capacidad para atravesar la placenta y tratar la infección fetal. Sin embargo, este
régimen presenta efectos adversos significativos, como toxicidad hematológica y reacciones de
hipersensibilidad, por lo que su administración debe ser vigilada de cerca mediante controles
hematológicos periódicos. (20)
Las guías también presentan discrepancias en cuanto al inicio del tratamiento, ya que algunas
recomiendan iniciar espiramicina en todas las infecciones maternas mientras se espera el resultado de
la PCR fetal, mientras que otras prefieren un enfoque más conservador basado en la confirmación previa
de infección fetal antes de cambiar el esquema de tratamiento. En la tabla 1 se resume un poco este
esquema terapéutico. (13, 14, 16, 21)
Tabla 1. Tabla con el esquema terapéutico de la toxoplasmosis durante el embarazo según el trimestre
Trimestre
Espiramicina
Sulfadiazina +
Pirimetamina
Ácido Folínico
Indicaciones
Primer
Trimestre
Recomendado en
infección materna
para reducir
transmisión fetal
No
recomendado
No recomendado
Se administra espiramicina
si hay infección materna
confirmada, ya que no
atraviesa la placenta.
Segundo
Trimestre
Recomendado si
infección materna
sin confirmación
fetal
Recomendado
si hay
infección fetal
confirmada
Recomendado
con sulfadiazina
+ pirimetamina
Si la infección fetal está
confirmada, se cambia a
sulfadiazina +
pirimetamina + ácido
folínico.
pág. 10
Tercer
Trimestre
No recomendado
Recomendado
en infección
fetal
confirmada
Recomendado
con sulfadiazina
+ pirimetamina
Se usa el esquema
completo, ya que hay
mayor riesgo de
transmisión al feto.
Seguimiento: evaluación neonatal y manejo postnatal
El seguimiento de los neonatos expuestos a toxoplasmosis durante la gestación es un aspecto
fundamental en las guías de manejo, ya que la infección congénita puede manifestarse con síntomas al
nacer o presentarse de forma asintomática con secuelas tardías. En los recién nacidos con infección
confirmada, el tratamiento con sulfadiazina, pirimetamina y ácido folínico se recomienda durante un
año para reducir el riesgo de complicaciones neurológicas y oculares. (22)
Se deben realizar controles periódicos con evaluación oftalmológica, neurológica y serológica para
monitorear la evolución de la infección y detectar posibles recaídas o secuelas tardías, como
coriorretinitis o retraso en el desarrollo psicomotor. Las guías enfatizan la importancia de realizar
seguimiento serológico en los primeros meses de vida, ya que la persistencia de IgG más allá de los 12
meses sugiere infección congénita, mientras que su desaparición progresiva indica que los anticuerpos
detectados al nacimiento correspondían a la transferencia pasiva de la madre. (23)
En algunos países, los programas de seguimiento neonatal incluyen pruebas de neuroimagen, como
ecografía transfontanelar o resonancia magnética cerebral, para identificar lesiones cerebrales que
puedan afectar el desarrollo neurológico. A pesar de estas recomendaciones, existen discrepancias en
cuanto a la duración del tratamiento y el protocolo de seguimiento, reflejando la necesidad de mayor
investigación para optimizar el manejo de estos pacientes y minimizar el impacto de la toxoplasmosis
congénita en la salud infantil. (24)
Las guías clínicas sobre toxoplasmosis en el embarazo presentan variaciones significativas en cuanto a
estrategias de prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento, lo que refleja diferencias en la
epidemiología de la enfermedad, la disponibilidad de recursos y la interpretación de la evidencia
científica. Mientras algunos países han implementado tamizajes universales con el objetivo de detectar
infecciones de manera temprana, otros han optado por una estrategia basada en la educación y la
prevención primaria. (22)
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Del mismo modo, el manejo terapéutico varía según la región, con algunas guías recomendando
tratamiento empírico en todas las infecciones maternas y otras reservando el uso de fármacos para casos
con infección fetal confirmada. El seguimiento de los neonatos también presenta diferencias en cuanto
a la duración del tratamiento y la necesidad de estudios complementarios para evaluar el impacto de la
infección. Dada la relevancia de esta enfermedad en la salud maternoinfantil, es crucial continuar con
la investigación y actualización de guías clínicas para optimizar la prevención y manejo de la
toxoplasmosis en el embarazo, asegurando que las recomendaciones se basen en la mejor evidencia
disponible y sean aplicables en diferentes contextos clínicos. (21)
DISCUSIÓN
Las guías clínicas sobre toxoplasmosis en el embarazo han sido desarrolladas por diversas
organizaciones internacionales con el propósito de estandarizar el abordaje de la enfermedad y reducir
el impacto de la infección congénita. Sin embargo, existen diferencias significativas en sus
recomendaciones, reflejando variaciones en la epidemiología de la enfermedad, la disponibilidad de
recursos y las políticas sanitarias de cada región. En Europa, por ejemplo, Francia ha implementado un
programa de tamizaje prenatal sistemático desde la década de 1970, basado en controles serológicos
mensuales para detectar seroconversión temprana y aplicar tratamiento oportuno. Esta estrategia ha
demostrado una reducción en la transmisión vertical y en la gravedad de las manifestaciones congénitas,
lo que ha llevado a otros países europeos, como Austria e Italia, a adoptar programas similares. (22)
En contraste, en Estados Unidos, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) y los
Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) no recomiendan el cribado universal,
argumentando que la baja prevalencia de la infección en la población general y el alto costo del tamizaje
sistemático no justifican su implementación. En su lugar, proponen una estrategia basada en la
educación para la prevención primaria y la evaluación serológica solo en casos con hallazgos clínicos
o ecográficos sugestivos de infección fetal. Esta diferencia de enfoques ha generado debate en la
comunidad científica, ya que algunos estudios sugieren que el cribado universal puede ser costo-
efectivo en regiones con una seroprevalencia intermedia, mientras que en otras áreas con menor carga
de enfermedad, la educación y las medidas preventivas podrían ser suficientes para mitigar el riesgo de
transmisión. (23)
pág. 12
Otro punto de discordancia entre las guías internacionales es la estrategia de diagnóstico y confirmación
de la infección fetal. Todas las guías coinciden en que el diagnóstico inicial se basa en pruebas
serológicas para la detección de anticuerpos IgG e IgM, pero existen diferencias en la interpretación y
en el uso de pruebas complementarias. Mientras que las guías europeas enfatizan el uso de pruebas de
avidez de IgG para distinguir entre infecciones recientes y antiguas en casos de IgM positiva, algunas
guías latinoamericanas prefieren repetir la serología en un intervalo de dos a tres semanas para evaluar
la seroconversión y así determinar la cronología de la infección. Además, la confirmación de la
transmisión fetal mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en líquido amniótico es
ampliamente recomendada en Europa y en algunos países de América Latina, pero en Estados Unidos
no se utiliza de manera rutinaria debido a preocupaciones sobre su costo y la necesidad de
procedimientos invasivos como la amniocentesis. (18, 22) En su lugar, en EE.UU. se prefiere un
abordaje basado en la vigilancia ecográfica para detectar signos indirectos de infección fetal, como
ventriculomegalia, calcificaciones intracraneales o hepatoesplenomegalia, antes de considerar estudios
invasivos. Estas diferencias en la aproximación diagnóstica pueden influir en la detección temprana de
casos y en la oportunidad de intervención, lo que subraya la necesidad de estudios adicionales que
permitan evaluar la efectividad comparativa de estas estrategias en diferentes contextos. (24)
El manejo terapéutico de la toxoplasmosis en el embarazo es otro aspecto en el que existen variaciones
importantes entre las guías. En general, todas coinciden en que el tratamiento debe basarse en la
administración de antibióticos con capacidad para reducir la transmisión vertical y la carga parasitaria
en el feto. La espiramicina es el tratamiento de primera línea en mujeres con infección materna sin
evidencia de transmisión fetal, debido a su capacidad para concentrarse en la placenta y disminuir el
paso del parásito al feto. (24)
Sin embargo, cuando se confirma la infección fetal, la mayoría de las guías recomiendan un cambio a
la combinación de sulfadiazina, pirimetamina y ácido folínico, un esquema más agresivo con mayor
capacidad de penetración transplacentaria. A pesar de este consenso general, existen discrepancias en
cuanto al momento de iniciar el tratamiento y la necesidad de confirmación diagnóstica antes de
modificar la terapia. Mientras que en Europa se recomienda iniciar espiramicina en todas las mujeres
embarazadas con infección aguda desde el momento del diagnóstico, en algunas guías latinoamericanas
pág. 13
se sugiere esperar la confirmación de transmisión fetal mediante PCR antes de cambiar al esquema
triple. (24, 25)
Esta diferencia se debe, en parte, a la preocupación por los efectos adversos de la sulfadiazina y la
pirimetamina, que pueden inducir toxicidad hematológica y requieren un monitoreo estrecho. Por otro
lado, algunas guías sugieren que, en ausencia de datos concluyentes sobre la efectividad del tratamiento
fetal, el manejo debe ser individualizado, considerando factores como la edad gestacional, la carga
parasitaria y la presencia de hallazgos ecográficos sugestivos de infección severa. (26)
El seguimiento neonatal de los recién nacidos expuestos a toxoplasmosis congénita también varía en
las recomendaciones de las diferentes guías internacionales. La mayoría de las guías coinciden en que
los recién nacidos con infección confirmada deben recibir tratamiento con sulfadiazina, pirimetamina y
ácido folínico durante un año para reducir el riesgo de secuelas a largo plazo. Sin embargo, las
estrategias de monitoreo varían en términos de la frecuencia de las evaluaciones serológicas,
oftalmológicas y neurológicas. (27)
En Francia, por ejemplo, los neonatos expuestos son seguidos de manera sistemática con controles
mensuales durante el primer año de vida, además de evaluaciones oftalmológicas cada tres a seis meses
para detectar signos tempranos de coriorretinitis. En contraste, en algunos países de América Latina, el
seguimiento puede ser menos estructurado, dependiendo de la disponibilidad de recursos y del acceso
a especialistas en enfermedades infecciosas y neurología pediátrica. Además, la duración del
tratamiento ha sido objeto de debate, ya que algunos estudios han sugerido que en casos leves el
tratamiento prolongado podría no ser necesario y que esquemas más cortos podrían ser igualmente
efectivos, reduciendo el riesgo de toxicidad asociada a los medicamentos. Estas diferencias resaltan la
importancia de continuar investigando sobre el impacto a largo plazo de la toxoplasmosis congénita y
optimizar los protocolos de seguimiento para mejorar los resultados en los pacientes afectados. (28, 29)
A pesar de los avances en la prevención y el manejo de la toxoplasmosis en el embarazo, aún existen
importantes lagunas en el conocimiento que dificultan la implementación de un enfoque uniforme a
nivel global. La falta de consenso sobre la necesidad del tamizaje universal, la variabilidad en las
estrategias de diagnóstico fetal y las diferencias en el manejo terapéutico reflejan la complejidad de la
pág. 14
enfermedad y la necesidad de adaptar las guías a los contextos epidemiológicos y sanitarios de cada
país. (30)
Además, la mayoría de las recomendaciones actuales se basan en estudios observacionales y en datos
retrospectivos, lo que limita la solidez de la evidencia y subraya la importancia de realizar ensayos
clínicos bien diseñados para evaluar la efectividad de diferentes intervenciones. Asimismo, el acceso
desigual a pruebas diagnósticas y tratamientos en diferentes partes del mundo representa un desafío
adicional, ya que en muchos países en desarrollo la detección y el tratamiento oportuno de la
toxoplasmosis congénita siguen siendo inadecuados. (31)
CONCLUSIONES
Futuras investigaciones deberían centrarse en mejorar la accesibilidad a pruebas diagnósticas más
precisas y económicas, desarrollar nuevas estrategias terapéuticas con menor toxicidad y evaluar la
relación costo-beneficio de diferentes enfoques de cribado y tratamiento en distintos escenarios
epidemiológicos. Solo a través de una evaluación continua de la evidencia y una actualización periódica
de las guías clínicas se podrá garantizar un manejo óptimo de la toxoplasmosis en el embarazo,
reduciendo así la carga de esta enfermedad en la salud maternoinfantil a nivel global.
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