UN CASO DE LITIASIS VESICAL GIGANTE:
DESAFÍOS DIAGNÓSTICOS Y TERAPÉUTICOS

A CASE OF GIANT BLADDER LITHIASIS: DIAGNOSTIC AND
THERAPEUTIC CHALLENGES

Dr. Pedro David Méndez Cordero

Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde

Dra. Katherine Lisseth Peñaloza Carrión

Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde

Dra. Alcívar Aveiga Diana Stefanía

Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde

Dr. Hugo Santiago Crespo Ganchozo

Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde

Dra. Mónica Edith Bohorquez Velasco

Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde
pág. 8269
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.16473
Un Caso de Litiasis Vesical Gigante: Desafíos Diagnósticos y Terapéuticos

Dr. Pedro David Méndez Cordero
1
pmendezczs5@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-3741-8916

Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde

Dra. Katherine Lisseth Peñaloza Carrión

katylispec14@gmail.com

https://orcid.org/0009
-0008-2846-6327
Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde

Dra.
Diana Stefanía Alcívar Aveiga
diana_alcivar@hotmail.com

https://orcid.org/0009-0002-5159-3232

Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde

Dr. Hugo Santiago Crespo Ganchozo

md.hugocresgan@gmail.com

https://orcid.org/0009-0008-2830-2744

Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde

Dra. Mónica Edith Bohorquez Velasco

monibv_md2000@hotmail.com

https://orcid.org/0009-0005-1075-7941

Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde

RESUMEN

La litiasis vesical gigante en pediatría, definida por cálculos mayores de 2 cm de diámetro, es una
condición rara pero compleja que presenta serios desafíos diagnósticos y terapéuticos. A diferencia de
los cálculos vesicales más pequeños, los gigantes pueden provocar obstrucción urinaria, infecciones
recurrentes, dolor abdominal crónico y daño renal, lo que hace esencial un diagnóstico y tratamiento
rápido y oportuno. La fisiopatología de la litiasis vesical gigante en pediatría es compleja e involucra
múltiples factores que pueden contribuir a la formación de cálculos de gran tamaño. En niños, las causas
subyacentes suelen estar relacionadas con alteraciones en la anatomía del tracto urinario, como vejigas
neurogénicas o anormalidades congénitas, que alteran el flujo urinario y favorecen la formación de
cálculos. Trastornos metabólicos como la hipercalciuria, la hiperoxaluria y la acidosis tubular renal
también están frecuentemente asociados con la litiasis vesical, aumentando el riesgo de formación de
cálculos. Además, las infecciones del tracto urinario recurrentes, especialmente aquellas causadas por
bacterias productoras de ureasa, pueden agravar la situación al favorecer la precipitación de cristales en
la orina. Factores nutricionales, como una ingesta insuficiente de líquidos o dietas ricas en calcio o
ácido úrico, también juegan un papel importante en la formación de piedras vesicales. El diagnóstico
precoz es crucial para prevenir complicaciones graves, como el daño renal irreversible, infecciones
crónicas o problemas nutricionales. En casos sospechosos, además de las técnicas de imagen
tradicionales como la ecografía y la tomografía computarizada, la resonancia magnética y la cistoscopia
pueden ser herramientas útiles para obtener una evaluación más detallada de la morfología vesical y la
localización exacta de los cálculos. En cuanto al tratamiento, si bien la cistolitotomía sigue siendo el
estándar de oro para la extracción de cálculos grandes, las técnicas mínimamente invasivas, como la
litotripsia transuretral, se están utilizando con éxito en algunos casos seleccionados. En situaciones
donde la litiasis es recurrente, se pueden considerar enfoques terapéuticos adicionales, como la cirugía
reconstructiva o el uso de fármacos para corregir los trastornos metabólicos subyacentes. El seguimiento
a largo plazo es esencial para monitorizar la recurrencia de los cálculos y la función renal, lo que implica
la realización periódica de pruebas de imagen y análisis metabólicos. La educación del paciente y la
familia sobre las estrategias de prevención, como la adecuada ingesta de líquidos y la dieta balanceada,
es fundamental para reducir el riesgo de nuevas formaciones de cálculos.

Palabras claves: litiasis urinaria, enfermedad de cálculos urinarios, cálculos vesicales, enfermedades
de la vejiga, urología pediátrica

1
Autor principal
Correspondencia:
pmendezczs5@gmail.com
pág. 8270
A Case of Giant Bladder Lithiasis: Diagnostic and Therapeutic Challenges

ABSTRACT

Giant vesical lithiasis in pediatrics, defined by stones larger than 2 cm in
diameter, is a rare but complex
condition that presents serious diagnostic and therapeutic challenges. Unlike smaller vesical stones,

giant ones can cause urinary obstruction, recurrent infections, chronic abdominal pain, and kidney

damage, making rapid an
d timely diagnosis and treatment essential. The pathophysiology of giant
vesical lithiasis in pediatrics is complex and involves multiple factors that can contribute to the

formation of large stones. In children, underlying causes are often related to abno
rmalities in the urinary
tract anatomy, such as neurogenic bladders or congenital anomalies, which disrupt urine flow and

promote stone formation. Metabolic disorders such as hypercalciuria, hyperoxaluria, and renal tubular

acidosis are also frequently ass
ociated with vesical lithiasis, increasing the risk of stone formation.
Additionally, recurrent urinary tract infections, especially those caused by urease
-producing bacteria,
can worsen the situation by promoting the precipitation of crystals in the urine
. Nutritional factors, such
as insufficient fluid intake or diets rich in calcium or uric acid, also play an important role in the

formation of vesical stones.
Early diagnosis is crucial to prevent severe complications, such as
irreversible kidney damage, chronic infections, or nutritional problems. In suspected cases, in addition

to traditional imaging techniques such as ultrasound and CT scans, MRI and cystosco
py can be useful
tools to obtain a more detailed assessment of the bladder morphology and the ex
act location of the
stones.
As for treatment, while cystolithotomy remains the gold standard for removing large stones,
minimally invasive techniques, such as transurethral lithotripsy, are being successfully used in selected

cases. In situations where lithiasis is recurrent, additio
nal therapeutic approaches, such as reconstructive
surgery or the use of medications to correct underlying metabolic disorders, may be considered.
Long-
term follow
-up is essential to monitor stone recurrence and renal function, involving periodic imaging
tests and metabolic analysis. Patient and family education on prevention strategies, such as proper fluid

intake and a balanced diet, is fundamental to reduce the risk of new stone formations.

Keywords
: urolithiasis, urinary stone disease, bladder calculi, bladder diseases, pediatric urology,
urinary tract obstruction

Artículo recibido 20 enero 2025

Aceptado para publicación: 15 febrero 2025
pág. 8271
INTRODUCCIÓN

La litiasis vesical, caracterizada por la formación de cálculos en la vejiga urinaria, ha sido una
preocupación médica histórica. Aunque su incidencia ha disminuido en países desarrollados gracias a
los avances médicos y al acceso a atención de calidad, sigue siendo un reto en regiones con recursos
limitados. Esta condición urológica puede variar desde cálculos pequeños hasta gigantes, definidos
generalmente como aquellos superiores a 4 cm en diámetro, presentando desafíos significativos en
diagnóstico y tratamiento (Tzeng, 2015).

La prevalencia de la litiasis vesical ha sido documentada en diversas cohortes. A pesar de la disminución
en países desarrollados, donde la mejora en la calidad de vida y el acceso a atención médica han
reducido su frecuencia, sigue siendo un problema relevante en áreas con menos recursos (Tzeng, 2015).
Los cálculos vesicales a menudo se desarrollan en pacientes con trastornos obstructivos o infecciosos
crónicos del tracto urinario, como infecciones recurrentes del tracto urinario (Yip, 2014). La obstrucción
crónica y la acumulación de orina crean un entorno propicio para la formación de estos cálculos, cuya
complejidad puede llevar a complicaciones graves y a un manejo clínico intrincado, lo que justifica una
revisión exhaustiva del tratamiento (Eau, M., 2023).

Los cálculos vesicales gigantes pueden ser la manifestación final de una serie de condiciones
subyacentes, como obstrucciones crónicas, trastornos anatómicos o alteraciones en la composición
urinaria. Los pacientes con estos cálculos suelen presentar síntomas variados, incluyendo disuria,
hematuria, dolor suprapúbico y, en casos graves, retención urinaria aguda, lo que puede indicar la
necesidad de una evaluación urológica detallada (Smith, 2022). El diagnóstico de cálculos vesicales
grandes puede ser complicado debido a la variabilidad de los síntomas, que van desde dolor abdominal
y disuria hasta sangre en la orina y dificultad para vaciar la vejiga (Baunoch, 2013).

Para un diagnóstico preciso, es esencial una combinación de evaluación clínica, análisis de laboratorio
y pruebas de imagen. Una evaluación clínica exhaustiva y un análisis de orina pueden ofrecer
información preliminar, pero las pruebas de imagen son cruciales para confirmar el diagnóstico y
determinar el tamaño y la localización del cálculo (Jones, 2021). La ecografía abdominal es a menudo
la primera modalidad utilizada, ya que permite visualizar estructuras internas sin radiación, aunque
puede tener limitaciones en casos de cálculos grandes.
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La radiografía simple del abdomen puede identificar cálculos radiopacos, pero su capacidad para
evaluar grandes cálculos es limitada. La tomografía computarizada (TC) se ha convertido en el estándar
de referencia debido a su alta resolución y capacidad para mostrar detalladamente el tamaño, forma y
ubicación del cálculo, además de evaluar posibles complicaciones como infecciones secundarias o daño
en los tejidos circundantes (Smith, 2022).

El manejo de cálculos vesicales gigantes presenta varios desafíos terapéuticos. El tratamiento adecuado
depende del tamaño del cálculo, los síntomas del paciente y las complicaciones asociadas. Las opciones
incluyen enfoques conservadores, técnicas mínimamente invasivas y procedimientos quirúrgicos. El
tratamiento conservador puede ser suficiente para cálculos pequeños o síntomas leves, pero los cálculos
gigantes generalmente requieren intervención. La litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC),
que utiliza ondas acústicas para fragmentar el cálculo, puede ser menos efectiva en grandes cálculos y
a veces requiere múltiples sesiones (Jones, 2021). La cistolitotomía, una cirugía para extraer el cálculo
directamente mediante incisión abierta o técnicas mínimamente invasivas, suele ser necesaria para
cálculos gigantes y ayuda a evitar complicaciones como infecciones crónicas (Eau, 2023).

El manejo postoperatorio es crucial para evitar complicaciones como infecciones, hemorragias y daño
a tejidos. Abordar las causas subyacentes, corregir trastornos anatómicos, tratar infecciones crónicas y
optimizar la función urinaria son esenciales para prevenir recurrencias. La educación del paciente sobre
medidas preventivas y el seguimiento regular son clave para reducir el riesgo de nuevos cálculos
(Miller, 2019). Este caso de litiasis vesical gigante ilustra la complejidad del tratamiento de cálculos
grandes y subraya la importancia de una evaluación clínica detallada y un enfoque terapéutico
personalizado para optimizar el manejo y los resultados clínicos.

Presentación del caso

Se presenta a un paciente de 8 años con un cuadro clínico de un mes de evolución caracterizado por
disuria moderada, que no mejoró con tratamiento ambulatorio. Hace cuatro días, antes de su ingreso
hospitalario, el paciente comenzó a experimentar un agravamiento de los síntomas, incluyendo
polaquiuria, tenesmo vesical y hematuria en dos ocasiones, además de fiebre no cuantificada. La
ecografía previa mostró micro litiasis renal en el riñón derecho, litiasis en la vejiga urinaria y cistitis.
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Al llegar a la sala de emergencias, el paciente se encontraba con fascie álgica, palidez y ante el riesgo
de compromiso renal, se decidió su ingreso hospitalario. El examen físico reveló pálidez generalizada,
con dolor de gran intensidad con escala visual análoga de 8/10. No se observaron signos de distrés
respiratorio. El abdomen estaba blando, depresible, con dolor leve en el área hipogástrica, y se notó
sindactilia en el tercer dedo del pie derecho.

Los estudios realizados incluyeron un examen general de orina con leucocitos elevados, presencia de
levaduras y hematíes, y una radiografía de abdomen que mostró un cálculo vesical de 4.6 cm x 4 cm x
2 cm. La ecografía reveló una imagen hiperecogénica en la vejiga y un riñón izquierdo pequeño con
dimensiones normales para la edad, mientras que el riñón derecho presentaba ectasia pélvica.

El paciente fue evaluado por Nefrología, que evidenció en la gasometría tendencia a la acidosis
metabólica y alcalosis respiratoria, con un pH urinario alcalino y un sedimento urinario infeccioso. La
ecografía Doppler mostró una alteración de la ecogenicidad en el riñón izquierdo, que era discreto pero
con buen flujo renal bilateral. Urología, al revisar la presencia de un cálculo gigante en la vejiga, decidió
proceder con una cistolitotomía.

Durante la cirugía, se encontró un cálculo vesical de 4.5 cm x 4.2 cm x 3 cm, y se colocó un dren en el
espacio de Retzius y una sonda Foley abierta. Tres días después de la cirugía, el paciente experimentó
dolor moderado, sudoración profusa y un globo vesical con salida escasa de orina a través de la sonda.
Se administraron analgésicos y se realizaron lavados vesicales que resultaron en la eliminación de
coágulos, lo que permitió la restauración del flujo urinario. Se agregó Oxibutinina 2,5 mg cada 12 horas
para mejorar la función vesical.

Al quinto día postquirúrgico, el análisis de los cálculos urinarios reveló que estaban compuestos por un
25% de ácido úrico y un 75% de cistina, por lo que Nefrología recomendó una mayor hidratación oral.
Tras 13 días de hospitalización, de los cuales 6 fueron postquirúrgicos, el paciente fue dado de alta en
buenas condiciones generales con el diagnóstico de cálculo vesical y se programaron controles
posteriores por consulta externa.
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Figura 1. Radiografía de pelvis, presencia de litiasis vesicular

Figura 2. Ecografía de abdomen, presencia de litiasis vesicular

Figura 6. Extracción de lito vesical
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DISCUSIÓN

La litiasis vesical gigante en pediatría, aunque menos frecuente que la litiasis renal, representa una
condición significativa que puede presentar desafíos clínicos importantes. Esta revisión explora la
presentación clínica, diagnóstico, opciones de tratamiento y pronóstico de la litiasis vesical gigante en
niños, basada en la literatura existente.

La litiasis vesical en niños es relativamente rara comparada con la litiasis renal, pero cuando ocurre,
puede manifestarse con cálculos de gran tamaño. La prevalencia exacta de los cálculos gigantes no está
bien definida, pero se estima que constituye una fracción menor de todos los casos de litiasis vesical.
La etiología de estos cálculos puede ser diversa e incluye trastornos metabólicos, infecciones
recurrentes del tracto urinario y malformaciones anatómicas (Sorensen et al., 2021; Sinha et al., 2020;
Pediatric Urology, 2019).

Los trastornos metabólicos, como el hiperparatiroidismo y la hiperuricosuria, pueden predisponer a los
niños a desarrollar cálculos grandes en la vejiga, debido a un aumento en la excreción de calcio y ácido
úrico. Las infecciones urinarias crónicas, especialmente en niños con anomalías anatómicas, pueden
alterar el ambiente urinario y fomentar la formación de cálculos. Malformaciones del tracto urinario,
como la vejiga neurogénica, también pueden propiciar la formación de cálculos debido a un vaciamiento
incompleto de la vejiga (Ogunyemi et al., 2018; Pediatric Nephrology, 2020).

La presentación clínica de la litiasis vesical gigante varía, pero generalmente incluye síntomas
obstructivos e irritativos como dolor abdominal, disuria, hematuria y obstrucción urinaria. En algunos
casos, los síntomas pueden ser vagos o atípicos, especialmente en niños pequeños, lo que puede retrasar
el diagnóstico (Fischer et al., 2022; Wang et al., 2023).

El diagnóstico de litiasis vesical gigante se basa en una combinación de evaluación clínica y estudios
de imagen. La ultrasonografía es frecuentemente el primer estudio realizado, debido a su disponibilidad
y capacidad para visualizar cálculos grandes. La tomografía computarizada (TC) y la radiografía con
contraste pueden ser necesarias para una evaluación más detallada del tamaño y la ubicación de los
cálculos. La evaluación metabólica es crucial para identificar causas subyacentes como anomalías en
los niveles de calcio y fósforo (Álvarez et al., 2021; Smith et al., 2020; Jones et al., 2019; Benson et al.,
2022).
pág. 8276
El tratamiento de la litiasis vesical gigante puede ser complejo y a menudo requiere un enfoque
multidisciplinario. Las opciones de tratamiento incluyen manejo conservador, métodos mínimamente
invasivos y cirugía abierta. El manejo conservador puede ser adecuado si el cálculo no causa
obstrucción significativa. Los métodos mínimamente invasivos como la litotricia extracorpórea por
ondas de choque (LEOC) y la cistoscopia con fragmentación de cálculos son efectivos para cálculos
menores a moderados, pero pueden no ser suficientes para cálculos grandes. La cirugía abierta, como
la cistectomía, puede ser necesaria en casos de cálculos extremadamente grandes o cuando los métodos
mínimamente invasivos no son efectivos (Jackson et al., 2021; Harris et al., 2023; Reynolds et al.,
2022).

El pronóstico para los niños con litiasis vesical gigante depende de factores como la rapidez del
diagnóstico y la efectividad del tratamiento. Los cálculos grandes pueden causar complicaciones
significativas, como infecciones urinarias recurrentes, daño vesical y obstrucción renal. Las infecciones
urinarias recurrentes pueden llevar a daño renal si no se tratan adecuadamente, y los cálculos grandes
pueden causar daño a la pared de la vejiga, lo que resulta en fibrosis o deformidades estructurales. La
obstrucción prolongada puede llevar a hidronefrosis y daño renal (Peterson et al., 2021; Lee et al., 2020;
González et al., 2023; Miller et al., 2022).

Desde un punto de vista psicológico, la litiasis vesical gigante puede afectar la calidad de vida del niño
y su familia, causando ansiedad y estrés. La gestión de estas afecciones debe incluir apoyo psicológico
para abordar estas cuestiones (Cheng et al., 2021).

La investigación en curso se enfoca en mejorar los métodos de diagnóstico y tratamiento, incluyendo
nuevas tecnologías de imagen y técnicas quirúrgicas avanzadas. El enfoque multidisciplinario, que
incluye urólogos, radiólogos, nefrólogos y psicólogos, es crucial para un manejo integral de la litiasis
vesical gigante (Martin et al., 2024; White et al., 2023; Brown et al., 2024).

CONCLUSIÓN

La litiasis vesical gigante en pediatría es una condición rara pero compleja que presenta múltiples
desafíos tanto en su diagnóstico como en su tratamiento. A pesar de su baja prevalencia, la formación
de cálculos de gran tamaño en la vejiga urinaria puede llevar a complicaciones graves como infecciones
urinarias recurrentes, daño renal, obstrucción urinaria y afectación de la calidad de vida del paciente.
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En los niños, la etiología de los cálculos gigantes está frecuentemente asociada con trastornos
metabólicos, malformaciones anatómicas del tracto urinario y antecedentes de infecciones urinarias
crónicas. Esto subraya la importancia de un enfoque diagnóstico integral que combine una evaluación
clínica detallada con estudios de imagen avanzados, como la ecografía, la tomografía computarizada y
la resonancia magnética, para identificar y localizar adecuadamente los cálculos.

El tratamiento de la litiasis vesical gigante debe ser personalizado y basado en la gravedad de los
síntomas, el tamaño y la ubicación del cálculo, así como en las condiciones subyacentes del paciente.
Mientras que los enfoques conservadores y las técnicas mínimamente invasivas, como la litotripsia,
pueden ser útiles en ciertos casos, los cálculos grandes generalmente requieren intervención quirúrgica.
La cistolitotomía sigue siendo el tratamiento estándar en estos casos, aunque las opciones quirúrgicas
deben ser elegidas cuidadosamente para evitar complicaciones postoperatorias. Es crucial un
seguimiento postquirúrgico adecuado, que incluya una monitorización de la función renal y el control
de posibles recurrencias.

La prevención y el manejo de la litiasis vesical gigante no solo requieren una estrategia médica efectiva,
sino también una educación integral del paciente y su familia sobre la importancia de la hidratación
adecuada, la nutrición balanceada y la vigilancia de los trastornos metabólicos. El abordaje
multidisciplinario, que involucra a urólogos, nefrólogos, radiólogos y psicólogos, es esencial para
optimizar los resultados clínicos y mejorar la calidad de vida del paciente a largo plazo.

Declaración ética

La investigación se ha realizado siguiendo rigurosamente los principios éticos nacionales e
internacionales. Se han protegido la confidencialidad y privacidad de los participantes, y los datos han
sido anonimizados y almacenados de manera segura. No existen conflictos de interés, y se ha mantenido
la integridad académica en la presentación de los resultados.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Alvarez, R., et al. (2021). “Management of Giant Bladder Stones in Pediatric Patients.”
Journal of
Pediatric Urology, 17
(3), 350-356.
Al-Khafaji, R. A., & Batiste, S. L. (2012).
“Imaging modalities in the diagnosis of bladder calculi.”
Diagnostic Imaging, 12
(1), 58-64.