INFLUENCIA DE LA MICROBIOTA
INTESTINAL EN TRASTORNOS MENTALES
COMO LA DEPRESIÓN Y LA ANSIEDAD: UNA
REVISIÓN NARRATIVA DE LA LITERATURA
INFLUENCE OF THE INTESTINAL MICROBIOME ON MENTAL
DISORDERS SUCH AS ANXIETY AND DEPRESSION: A
NARRATIVE REVIEW OF THE LITERATURE
Jaime Andrés Cediel Araujo
Fundación Universitaria Navarra Uninavarra
María Claudia Covaleda Zambrano
Fundación Universitaria Navarra Uninavarra
Andrés Felipe Carvajal Ortiz
Fundación Universitaria Navarra Uninavarra
Ronaldo del Piero González Falla
Fundación Universitaria Navarra Uninavarra

pág. 8502
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.16490
Influencia de la microbiota intestinal en trastornos mentales como la
depresión y la ansiedad: una revisión narrativa de la literatura
Jaime Andrés Cediel Araujo1
jaime.cediel16@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-0412-3757
Fundación Universitaria Navarra Uninavarra
Colombia
María Claudia Covaleda Zambrano
mariaclaudiacovaleda@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-2491-9705
Fundación Universitaria Navarra Uninavarra
Colombia
Andrés Felipe Carvajal Ortiz
andrespipe312@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-9633-1421
Fundación Universitaria Navarra Uninavarra
Colombia
Ronaldo del Piero González Falla
rdpgf18@gmail.com
https://orcid.org/0009-0001-7877-2217
Fundación Universitaria Navarra Uninavarra
Colombia
RESUMEN
Los trastornos mentales, como la depresión y la ansiedad representan una carga global significativa,
afectando a millones de personas y altos costos para los sistemas de salud. La evidencia reciente sugiere
un papel crucial de la microbiota intestinal en la salud mental a través del eje microbiota-intestino-cerebro.
El objetivo de nuestra investigación es analizar la evidencia científica mostrada en los diferentes estudios
acerca de esta relación. Se realizó una revisión narrativa de la literatura seleccionando estudios publicados
entre el 2013 y 2023 en bases de datos como PubMed, Scopus, PyscINFO, ScieELO y Web of Science.
Dentro de los resultados se identificaron algunos de los mecanismos fisiopatológicos del eje microbiota-
intestino-cerebro, posibles mecanismos fisiopatológicos y su asociación con la disbiosis y otros factores
y su influencia en la ansiedad y la depresión, se revisaron las estrategias terapéuticas usadas para la
modulación de la microbiota y se describieron las limitaciones mitológicas y vacíos en el conocimiento.
Este estudio resalta la importancia de la microbiota intestinal en los trastornos mentales como la ansiedad
y depresión a través del eje microbiota-intestino-cerebro, teniendo en cuenta sus diferentes mecanismos
fisiopatológicos, así como el potencial terapéutico de la modulación de la microbiota como estrategias
complementarias a tratamientos convencionales.
Palabras clave: microbioma intestinal, ansiedad, depresión, eje microbiota-intestino-cerebro
1 Autor principal
Correspondencia: jaime.cediel16@gmail.com

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Influence of the intestinal microbiome on mental disorders such as anxiety
and depression: a narrative review of the literature
ABSTRACT
Mental disorders, such as depression and anxiety, represent a significant global burden, affecting millions
of people and generating high costs for health systems. Recent evidence suggests a crucial role of the gut
microbiota in mental health through the microbiota-gut-brain axis. The objective of our research is to
analyze the scientific evidence shown in the different studies about this relationship. A narrative review
of the literature was carried out selecting studies published between 2013 and 2023 in databases such as
PubMed, Scopus, PyscINFO, ScieELO and Web of Science. Within the results, we found some of the
pathophysiological mechanisms of the microbiota-gut-brain axis, possible routes of action and their
association with dysbiosis and other factors and their influence on anxiety and depression were identified,
the therapeutic strategies used for the modulation of the microbiota were reviewed and the methodology
limitations and gaps in knowledge were described. This study highlights the importance of the intestinal
microbiota in mental disorders such as anxiety and depression through the microbiota-gut-brain axis,
taking into account its different pathophysiological mechanisms, as well as the therapeutic potential of
microbiota modulation as complementary strategies to conventional treatments.
Keywords: intestinal microbiome, anxiety, depression, brain-gut-microbiota axis

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INTRODUCCIÓN:
La microbiota intestinal es una compleja comunidad de microorganismos que incluye bacterias, virus,
hongos y arqueas, y que habita en el tracto gastrointestinal humano. Estos microorganismos no solo
coexisten con el organismo, sino que desempeñan funciones esenciales para la salud general y el
equilibrio del cuerpo. Entre sus principales roles se encuentra la digestión de componentes de la dieta que
el intestino humano no puede procesar, como las fibras alimentarias. Este proceso da lugar a la producción
de ácidos grasos de cadena corta, que no solo proveen energía a las células intestinales, sino que también
ejercen efectos antiinflamatorios en todo el organismo
Además, la microbiota intestinal es crucial en la regulación del sistema inmunológico, educando a las
células inmunes desde edades tempranas y modulando respuestas inflamatorias para proteger al
organismo de enfermedades. También contribuye al mantenimiento de la barrera intestinal, una estructura
que evita la entrada de patógenos y toxinas al torrente sanguíneo. Cuando la microbiota se desequilibra,
un fenómeno conocido como disbiosis, la permeabilidad intestinal puede aumentar, lo que facilita la
inflamación y la aparición de enfermedades .
Una de las funciones más destacadas de la microbiota es su participación en el eje microbiota-intestino-
cerebro, un sistema de comunicación bidireccional que regula tanto funciones fisiológicas como
emocionales. Este eje actúa a través de mecanismos inmunológicos, metabólicos, hormonales y
neuronales. Por ejemplo, la microbiota modula la producción de citoquinas inflamatorias, influye en la
actividad neuronal mediante metabolitos como los ácidos grasos de cadena corta, regula hormonas
relacionadas con el estrés como el cortisol y produce neurotransmisores esenciales como la serotonina y
el GABA, los cuales impactan directamente en el estado de ánimo y las emociones .
Una evidencia creciente indica que los microorganismos que habitan en el tracto gastrointestinal
(microbiota) tienen cada día una asociación cada vez más clara con la ansiedad y la depresión. La
Organización Mundial de la Salud estima que una reducción de la productividad global debido a los
desórdenes de ansiedad y depresión le cuestan al mundo hasta $1 trillón de dólares, una tendencia que
preocupa a los investigadores debido a que viene a la alza en los últimos años. Con el objetivo de encontrar
la relación causal de esta creciente ansiedad y depresión se ha tomado el eje microbiota-intestino-cerebro
como eje fisiopatológico para intentar esclarecer su relación. El objetivo de nuestra investigación es

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analizar la evidencia científica disponible sobre la influencia de la microbiota intestinal en el desarrollo
y manejo de los trastornos mentales como la depresión y la ansiedad, mediante una revisión narrativa de
la literatura.
A nivel global, la depresión tiene una alta carga de morbilidad con estimado de 3.8%, siendo esto
alrededor de 350 millones de personas según lo indicado por un estudio realizado por la Organización
Mundial de la Salud siendo la primera causa mundial de morbilidad. La ansiedad por otro lado también
tiene un alto impacto en la vida de las personas con un estimado del 4.0% correspondiendo esto a 301
millones de personas, incluyendo 58 millones de niños y adolescentes, además esta afección puede
favorecer el abuso de sustancias, el riesgo de padecer otros desórdenes y desencadenar síntomas
musculoesqueléticos.
En América Latina, la Organización Panamericana de la Salud tiene como dato que el 77.9% de la
población sufre de trastornos afectivos, de ansiedad y consumo de sustancias y un 73.9% sufre de
trastornos depresivos, con el 1 de cada 4 personas en las Américas experimenta enfermedades mentales
y/o el uso de sustancias en su vida con un estimado de 20.6 millones de años ajustados a la calidad
(QALY) en el 2019, en donde los países más afectados son República Dominicana, Brasil y Cuba. (4)
En Colombia, la prevalencia de depresión alcanza el 6,2% en los hombres y 10.6% de las mujeres,
mientras que los trastornos de ansiedad afectan en las mujeres al 12.4% y al 5.3% de los hombres. Con
mayor prevalencia en las regiones de Bogotá, la región pacífica y central con el 10.1% de prevalencia
según la última Encuesta de Salud Mental realizada en el 2015.
Se ha demostrado que el impacto de la microbiota intestinal en el cerebro puede ser tanto directo como
indirecto, afectando vías como el sistema nervioso autónomo y el eje hipotálamo-pituitario-adrenal
(HPA). Esto sugiere que los microorganismos intestinales pueden jugar un rol en la inflamación cerebral
y en la reducción de la neuroplasticidad, factores clave en la patología de la depresión. También se ha
explorado el uso de probióticos y prebióticos como una forma de mejorar la salud mental al restaurar el
equilibrio microbiano intestinal (4).
Scorza et al., (5) en 2019 en un artículo publicado en la Revista de Psiquiatría del Uruguay, analizaron
la conexión entre la microbiota intestinal y la salud mental, destacando la importancia del eje microbiota-
intestino-cerebro como una red bidireccional de comunicación. Este eje, regulado por sistemas endocrino,

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nervioso, entérico e inmune, modula respuestas emocionales y comportamentales a través de
neurotransmisores como serotonina y GABA, producidos por bacterias intestinales. La disbiosis intestinal
se asocia con trastornos como depresión, ansiedad y esquizofrenia, mientras que intervenciones como
probióticos y psicobióticos han mostrado potencial para modular estas afecciones. Estudios preclínicos
revelaron que probióticos específicos pueden reducir la ansiedad y la respuesta al estrés en modelos
animales, mientras que evidencia clínica preliminar sugiere beneficios en pacientes con síndrome de
colon irritable y depresión.
Guillot en 2020, en su artículo de revisión publicado en la Revista Cubana de Pediatría, analizó la
relación entre el eje microbiota-intestino-cerebro y los trastornos del comportamiento humano,
especialmente en la infancia, enfatizando el papel de la disbiosis como factor determinante. La revisión
incluyó estudios publicados entre 2015 y 2019 en bases de datos como PubMed y SciELO. Los resultados
señalaron que la disbiosis intestinal se asocia con alteraciones del comportamiento como el espectro
autista, ansiedad, hiperactividad y depresión, a través de mecanismos que involucran la producción de
neurotransmisores, neuroinflamación y alteración de barreras como la hematoencefálica.
Hernández et al., en 2021, en un artículo de revisión publicado en la Revista Colombiana Salud Libre,
exploraron la relación entre la salud mental y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), abarcando su
fisiopatología y comorbilidades psiquiátricas. Se destacó que pacientes con EII presentan una mayor
prevalencia de ansiedad, depresión y otros trastornos psiquiátricos debido a la desregulación del eje
microbiota-intestino-cerebro, influenciada por mediadores neuronales, endocrinos, metabólicos e
inflamatorios. Además, se señaló que estos trastornos afectan negativamente la evolución de la EII,
incrementando el riesgo de recaídas y la necesidad de cirugía.
En 2022, Fernández realizó una revisión bibliográfica sobre la relación entre la microbiota intestinal y
los trastornos de ansiedad y depresión. A través del análisis de 10 estudios seleccionados de bases de
datos como PubMed y CINAHL, la autora encontró que la administración de probióticos, especialmente
cepas de Lactobacillus y Bifidobacterium, puede ser efectiva para reducir síntomas depresivos y ansiosos,
así como para mejorar la calidad del sueño. Los resultados mostraron que estos probióticos aumentaron
la abundancia de bacterias beneficiosas como Akkermansia y Streptococcus, mientras que redujeron las
bacterias patógenas como Fusobacterium y Clostridium. También se observó una disminución en los

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niveles de marcadores inflamatorios como la interleucina-6 (IL-6), destacando el potencial
antiinflamatorio de estas cepas bacterianas. La revisión resalta el impacto de la microbiota intestinal en
la salud mental, sugiriendo que su modulación mediante probióticos puede ser una herramienta
terapéutica complementaria para la ansiedad y la depresión. Sin embargo, la autora señala la necesidad
de más estudios para analizar los efectos combinados de los probióticos con antidepresivos y su impacto
en diferentes niveles de sintomatología.
El creciente interés por esta área de investigación sugiere que la modulación de la microbiota a través de
intervenciones como los probióticos, prebióticos y simbióticos podría representar una vía prometedora
para el tratamiento de trastornos mentales . Sin embargo, la evidencia actual sigue siendo mixta y limitada,
especialmente en cuanto a la eficacia de estas intervenciones en humanos.
Dado el impacto global de los trastornos mentales y la búsqueda continua de nuevos enfoques
terapéuticos, es crucial entender mejor cómo la microbiota intestinal puede influir en la salud mental y
cómo esta conexión puede ser aprovechada para desarrollar tratamientos más efectivos. Este estudio
pretende abordar y explorar el creciente campo de la microbiota intestinal y su influencia en la salud
mental a través del eje intestino-cerebro, un área emergente con implicaciones para tratamientos
alternativos de la depresión y la ansiedad. Aporta una síntesis actualizada de la literatura científica
reciente, integrando los últimos descubrimientos sobre cómo la composición microbiana afecta los
procesos neurológicos y emocionales. Además, resalta las potenciales intervenciones terapéuticas basadas
en la modulación de la microbiota, ofreciendo nuevas perspectivas para abordar trastornos mentales en
un contexto clínico y científico de creciente interés.
METODOLOGÍA:
Se llevó a cabo una revisión narrativa de la literatura, con el objetivo de analizar la información relevante
y actualizada sobre la influencia de la microbiota intestinal en trastornos mentales como la ansiedad y la
depresión. Esta investigación tiene un enfoque cualitativo con un diseño analítico longitudinal en el cual
se realizó una búsqueda en las diferentes bases de datos para la recolección completa de la información
para tratar de explicar la asociación propuesta entre variables. Este tipo de estudio permite integrar
hallazgos de investigaciones previas para generar una comprensión amplia del tema, identificar los vacíos
del conocimiento y plantear hipótesis futuras.

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Figura 1.
Diagrama de flujo sobre la metodología para la selección de estudios
Criterios de inclusión:
● Estudios originales, revisiones sistemáticas, metaanálisis, ensayos clínicos y reportes relevantes
sobre microbiota intestinal, depresión y ansiedad.
● Publicaciones en inglés y español, disponibles en texto completo.
● Estudios publicados en los últimos 10 años (2013-2023), priorizando aquellos con mayor impacto
en el área.
● Investigaciones en humanos y, de manera complementaria, estudios en modelos animales que
expliquen mecanismos fisiopatológicos.
Criterios de exclusión:
● Opiniones, editoriales, cartas al editor y resúmenes de congresos sin respaldo en datos originales.
● Estudios que no incluyan un análisis explícito de la relación microbiota-salud mental.
● Investigaciones duplicadas o no revisadas por pares.
Identificación
Se realizó una revisión narrativa de la literatura, buscando artículos en PubMed,
MEDLINE, Scopus, Web of Science, PyscINFO y SciELO con los términos
específicos establecidos (n = 635)
Cribado ElegibilidadInclusión
Se realizó un cribado según los criterios de inclusión y exclusión posterior al análisis del
título y del resumen de los artículos (n = 96)
Se realizó un cribado según los criterios de inclusión y exclusión posterior a la lectura
completa de los artículos en base a los criterios de la escala de CASPe (n = 58)
Artículos que cumplieron los criterios de
elegibilidad (n = 42)
Artículos descartados posterior al cribado y los
criterios de elegibilidad (n = 16)
Se realizó la selección de 26 artículos que incluyeron estudios relacionados con la
microbiota intestinal, la ansiedad y la depresión ( n = 26)

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Aspectos éticos y bioéticos:
1. Clasificación de la investigación: Según el artículo 11, párrafo a de la resolución número 8430
de 1993 nuestro estudio se clasificaría como una investigación sin riesgo debido a que es un estudio en el
cual se emplean técnicas y métodos de investigación documental retrospectivos en el cual no se realizará
ningún tipo de intervención o modificación de variables biológicas, fisiológicas, psicológicas o sociales.
2. Condiciones mínimas para proteger a los sujetos de investigación: Teniendo en cuenta los
aspectos éticos de la investigación en seres humanos contemplados en la resolución número 8430 de 1993
nuestro artículo debe: A. Ajustarse a los principios científicos y éticos que la justifiquen; C. Realizarse
sólo cuando el conocimiento que se pretende producir no pueda obtenerse por otro medio idóneo; D.
Prevalecer la seguridad de los beneficiarios y expresa claramente los riesgos (mínimos) que no deben
contradecir el artículo 11 de esta misma resolución; F. Deberá ser realizada por profesionales con
conocimiento y experiencia para cuidar la integridad del ser humano, siempre y cuando se cuente con los
recursos humanos y materiales necesarios para garantizar el bienestar del sujeto de investigación; G. Se
llevará a cabo cuando se obtenga la autorización: la aprobación del proyecto por parte del Comité de Ética
en Investigación de la institución.
3. Los principios bioéticos que se respetarán en nuestra investigación incluyen los siguientes:
• Principio de Confidencialidad y privacidad: Se buscará proteger la identidad y la información
personal de los autores y participantes mencionados en los estudios revisados. Esto incluye no divulgar
información sensible sin el debido consentimiento, se tomarán medidas de ciberseguridad para la
protección de datos con códigos cifrados para el manejo de información.
• Principio de Integridad científica: Durante todo el proceso investigativo se mantendrá la
honestidad y la transparencia en la recopilación, análisis y presentación de los datos. Evitando el plagio
y dando el crédito adecuado a las fuentes originales.
• Principio de Justicia y equidad: Se seleccionarán los estudios de manera justa y equitativa, sin
sesgos que puedan favorecer ciertos resultados o autores. Esto ayuda a garantizar que la revisión sea
representativa y balanceada.
• Principio de Beneficencia y no maleficencia: La investigación aporta beneficios a la comunidad
científica dado que contribuye a disminuir una brecha de conocimiento frente al tema de estudio; a su vez

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se evita causar daño dado que se seguirán los demás aspectos éticos mencionados previamente para evitar
divulgar información errónea o sesgada que pueda perjudicar a otros investigadores o al público en
general.
• Principio de Veracidad: Entendida como la obligación de decir la verdad, de no mentir a otros,
garantizando la transparencia en la recolección, fabricación y producción científica sin incurrir en plagio,
falsificación o apropiación indebida de la propiedad intelectual.
Limitaciones metodológicas esperadas
• Heterogeneidad en los diseños de los estudios revisados, lo que puede dificultar la comparación
de resultados.
• Ausencia de investigaciones específicas para ciertas poblaciones o regiones.
• Estrategia de búsqueda:
Control de calidad y sesgos
• Para minimizar el riesgo de sesgos de selección, la búsqueda será realizada de manera
independiente por dos investigadores, quienes resolverán discrepancias mediante consenso o consulta con
un tercer evaluador.
• La calidad de los estudios incluidos se evaluará utilizando herramientas como la escala CASPe
(Critical Appraisal Skills Programme)
Estrategia de búsqueda
Inicialmente se realizó una búsqueda en bases de datos electrónicas reconocidas como PubMed,
MEDLINE, Scopus, Web of Science, PsycINFO y SciELO las cuales fueron seleccionadas debido a su
amplia cobertura de información con respecto a las ciencias de la salud. Se realizó una ecuación de
búsqueda utilizando términos y palabras clave relacionados con los temas más importantes de nuestro
estudio: Microbioma intestinal, ansiedad, depresión, trastornos mentales, eje microbiota-intestino-
cerebro, salud mental. Las palabras claves que fueron usados para la búsqueda en inglés fueron: ("Gut
Microbiota" OR "Intestinal Microbiome") AND ("Depression" OR "Anxiety") AND ("Brain-Gut Axis"),
esta combinación se realizó con el fin de abarcar los temas de interés de nuestro estudio y asegurar una
inclusión completa de las investigaciones pertinentes.

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Las palabras claves usadas en español fueron: ("Microbiota intestinal" OR "Microbioma intestinal") AND
("Depresión" OR "Ansiedad") AND ("Eje intestino-cerebro") con el fin de abarcar la mayor cantidad de
investigaciones posibles y teniendo en cuenta la relevancia de las investigaciones procedentes de
contextos hispanohablantes que puedan aportar perspectivas locales más adecuadas a nuestra región.
Se aplicaron filtros de fecha, limitando la búsqueda a los últimos 10 años, priorizando aquellos con mayor
impacto en el área. Además, se aplicaron filtros para excluir estudios que no fueran originales, revisiones
sistemáticas, meta-análisis, ensayos clínicos o reportes relevantes sobre la microbiota intestinal, la
depresión y la ansiedad. El uso de operadores booleanos facilitó la búsqueda, permitiendo abarcar los
estudios con diferentes enfoques competentes con nuestro tema de investigación.
Con el fin de asegurar la calidad de los estudios incluidos en nuestra revisión narrativa, se establecieron
criterios de inclusión y exclusión detallados previos a la recopilación y búsqueda de estudios los cuales
fueron analizados por el administrador de referencias Mendeley para evitar duplicados.
Para minimizar el riesgo de sesgos de selección, la búsqueda se realizó de manera independiente por
diferentes investigadores los cuales resolvieron discrepancias mediante consenso y consulta de un tercer
evaluador. A su vez, la calidad de los estudios incluidos se evaluó usando herramientas como la escala
CASPe el cual está desarrollado para ayudar en la lectura de documentos científicos en donde se realizan
de 10 a 12 preguntas para valorar la utilidad de este. Según este instrumento se realizó la elección y
descarte de los diversos artículos.
RESULTADOS:
1. Desarrollo de la microbiota y su relación con el cerebro:
Clapp et al., en el 2017 nos habla que inicialmente la microbiota se desarrolla mediante transmisión
vertical a través de la placenta, el líquido amniótico y el meconio. El desarrollo normal durante el parto
y el periodo de desarrollo gastrointestinal es fundamental para la salud e inmunidad del recién nacido, se
ha correlacionado un desarrollo deficiente en esta etapa con sepsis latente, enfermedades cardiovasculares
y enfermedades atópicas, a su vez, nos habla del rol de la nutrición el cual es fundamental para el
desarrollo normal de la microbiota, con estudios que han correlacionado la ingesta de leche materna con
un mayor número de inmunoglobulinas IgA y de bacterias del género Bifidobacterium y una disminución

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indirecta de la interleuquina 6 la cual está directamente relacionada con estados de inflamación, por lo
cual la no ingesta de leche materna predispone a la aparición de diversas enfermedades.
Adicionalmente, Brunser et al. en el 2013 habla acerca de diversas fuentes de bacterias adicionales a la
transmisión vertical para la formación de la microbiota del tubo digestivo incluyen el contacto con la piel
materna y el medio ambiente que lo rodea, por lo que afirma que el proceso de colonización no es un
proceso enteramente al azar sino que sigue una secuencia de diferentes familias de bacterias incluyendo
la alimentación mediante la leche materna, dando así nutriente dentro de los cuales se encuentran las
propiedades prebióticas y antimicrobianas y los microorganismos probióticos como lo demostró el
estudio hecho por Collado et al,. en el 2012 en donde se realizó un estudio a 50 muestras de leche en
diferentes madres mediante una PCR cuantitativa en tiempo real (qRT-PCR) en la cual se evidenció la
presencia de diversos conjuntos de bacterias dentro de los cuales resaltan predominantemente
Staphylococcus, Streptococcus, Bifidobacterium y Lactobacillus. (10)
2. Evidencia científica sobre la influencia de la microbiota intestinal en el desarrollo,
progresión y manejo de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad
Complementando el desarrollo correcto de la microbiota, Castillo et al., en el 2017 habla acerca de la
prevención de la colonización y el crecimiento de microorganismos patógenos, la cual ayuda a la
maduración de la respuesta inmune innata a través de los receptores toll-like receptors (TLR) y NOD-like
receptors (NDR) en la respuesta inmune adaptativa, los cuales cumplen un rol importante en la secreción
correcta de mucinas, péptidos antimicrobianos, defensinas y la inmunoglobulina A (IgA). También
menciona los ácidos grasos de cadena corta, especialmente el butirato, el cual es importante para el
balance del sistema inmune hacia un estado antiinflamatorio aumentando la producción de IL-10 e IL-4,
lo que reduce la adherencia vascular de los leucocitos, inhibiendo la función del interferón gamma y su
capacidad proinflamatoria. Además, hace referencia a la disbiosis intestinal relacionado con diversas
enfermedades neurológicas como lo son trastornos del espectro autista, el síndrome de Guillain-Barré y
trastornos psiquiátricos como la depresión, ansiedad y la esquizofrenia.
Eltokhi et al., en 2019 describe la relación entre la disbiosis de la microbiota intestinal y la disfunción en
las células microgliales en los desórdenes neuropsiquiátricos, en donde mediante estudios en ratones se
han mostrado efectos significativos en las diferentes composiciones de la microbiota en el control

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temprano de las emociones como la ansiedad, la actividad motora y las funciones cognitivas, confirmando
la relación funcional entre el cerebro y la microbiota. Otros estudios realizados en ratones tratados con
antibióticos de amplio espectro con el objetivo de eliminar la microbiota han demostrado que una
composición específica de la microbiota puede impactar en la fisiología y la neuroquímica del cerebro e
incluso mostrar cambios estructurales que llevan a deficiencias en el aprendizaje, la memoria, el
reconocimiento de patrones y el control de las emociones.
3. Mecanismos involucrados en la comunicación de la microbiota intestinal y el cerebro:
Los mecanismos de comunicación han sido objetivo de estudio reciente como lo hizo Fernández et al., en
el 2022, el cual plantea que la microbiota funciona como una barrera intestinal, asociando esto a los casos
en los cuales se produce la disbiosis el intestino se vuelve más permisivo al paso de citoquinas
proinflamatorias, toxinas y microorganismos en el torrente sanguíneo, dando como resultado la
liberación de hormonas, inmunoglobulinas y la activación de sistemas como el eje hipotálamo-pituitaria-
adrenal (HPA), generando la producción de cortisol y la activación del sistema vagal, condiciones que se
encuentran directamente relacionadas con alteraciones sistémicas como son las enfermedades
neuropsiquiátricas.
A su vez, Scorza et al., en el 2019 afirma que las bacterias intestinales tienen la capacidad producir y
suministrar grandes cantidades de sustancias neuroactivas, como la serotonina (5-HT) y el ácido gamma-
aminobutírico (GABA), que actúan sobre el eje intestino-cerebro. Neurotransmisores los cuales poseen
un papel determinante en la fisiopatología de la depresión y en los trastornos de ansiedad. Por medio de
la biosíntesis de 5-HT en el hospedero a partir de células enterocromafines del colon, que aportan el
neurotransmisor a la mucosa, luz intestinal y plaquetas circulantes. Además, se ha estudiado la relación
con el nervio vago (par craneal X), uno de los principales nervios del sistema nervioso autónomo
(parasimpático), encargado de regular funciones del organismo como el ritmo cardíaco y la motilidad
intestinal; en el cual se ha comprobado que el efecto modulador de la microbiota sobre el cerebro ocurre
solo si el vago aferente está intacto. Cuyo mecanismo son las vías vagales aferentes en la mediación de
la comunicación microbiota intestinal y el cerebro podría resultar útil en desarrollos e intervenciones
terapéuticas para los trastornos de la conducta.

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Incluso se han realizado estudios en los cuales se demuestra que tal vez el concepto de la influencia del
intestino en el cerebro no es tan nuevo como parece, como lo demuestra Foster et al,. en el 2019 al referirse
que a pesar del concepto de la integración del intestino y el cerebro que se ha normalizado en los últimos
años, es sólo hasta hace poco que los estudios nos han dado herramientas para describir y relacionar los
enlaces bidireccionales entre la fisiología de la microbiota y el intestino con la función del cerebro, en
donde estudios realizados en ratones han demostrado respuestas del eje hipotálamo-pituitaria adrenal
exagerados en respuesta al estrés en el que se produjo una respuesta replicable al ser colonizados por una
especie específica de Bifidobacterias.
3.1 Relación del eje microbiota-intestino-cerebro con la ansiedad:
La relación del eje microbiota-intestino-cerebro con la ansiedad se ha descrito, tal y como lo hizo Cepeda
et al., en el 2019 en donde describió la compleja relación de la microbiota intestinal y la ansiedad, en
donde intervienen numerosos agentes, como son el sistema noradrenérgico, el sistema serotoninérgico, el
ácido g-aminobutírico (GABA), el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal y una importante cantidad de
neurotransmisores como el neuropéptido Y (NPY) y la colecistoquinina (CCK) (15). Entre todos estos
factores y sistemas tan complejos también se ha demostrado que la Microbiota intestinal también es capaz
de influir en numerosas funciones cerebrales, entre las que se encuentra la regulación de la ansiedad. Por
medio de varias vías de comunicación entre el intestino y el cerebro, como por ejemplo: aferentes vagales;
hormonas intestinales; citoquinas, y comunicación mediante exosomas, que son membranas
lipopolisacáridas. Recientemente, se ha podido observar que las lesiones cerebrales también son capaces
de afectar potencialmente la composición de la MI y causar un estado de disbiosis.
Sabine et al, en el 2024. Manifiesta que en la ansiedad los ácidos grasos de cadena corta y de cadena
larga, se involucran en la detección de señales por medio de la microbiota en especial en el nervio vago.
Estos ácidos grasos que se producen en la microbiota se encargan de de activar fibras vagales en
dependencia al compuesto específico; por otro lado el oleato interactúa en un mecanismo mediado por
CCK, ya que el butirato tiene un efecto directo sobre las aferentes vagales.
3.2 Relación del eje microbiota-intestino-cerebro con la depresión:
Inicialmente se habla de la relación del eje con la depresión, en donde Fernandez et al., en el 2022 plantea
que los distintos factores que se producen en la disbiosis como lo que la inflamación, la activación

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inmunitaria sostenida y el incremento de los niveles de citoquinas proinflamatoria; llegan a afectar los
sistemas de estrés en el cerebro, siendo el más afectado el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal, dando como
resultado que altos niveles de cortisol y de marcadores de inflamación los cuales desarrollan y generan
predisposición ante distintos trastornos psiquiátricos, incluyendo la depresión.
Otros estudios como el de Luqman et al, en el 2024, habla sobre la disbiosis fisiológica que se relaciona
con la depresión y la alteración en los metabolitos y redes neuronales deficientes, menor crecimiento de
neuronas, plasticidad neuronal reducida e inflamación cerebral. Todo esto dado por el aumento de la
translocación sistemática de metabolitos intestinales, partículas bacterianas o incluso microbiota a través
del tracto intestinal dañado, aumentando las reacciones inflamatorias sistémicas como el trastorno
Th17/Treg, la interleucina-6, IL-1 y los factores de necrosis tumoral alfa que están implicados en la
expresión de la depresión.
Zhu et al, en el 2022, relaciona a los ácidos grasos de cadena corta y las partículas neuronales como las
catecolaminas, la histamina y el GABA los cuales afirma tienen una relación directa e indirecta con el
daño que se puede llegar a producir en el cerebro, dado que los microorganismos que se encuentran en el
intestino controlan los niveles de serotonina regulando el metabolismo del triptófano, generando así una
desregulación que promueve y sostiene la depresión como trastorno de salud mental en el organismo.
4. Evidencia científica sobre las modificaciones de la microbiota intestinal como posible
estrategia terapéutica en trastornos mentales:
En el 2019, Cepeda-Vidal et al., realizó una recopilación de la evidencia con respecto a los ensayos
clínicos y preclínicos en los cuales se usaron prebióticos y probióticos para el manejo de la ansiedad en
los cuales se demostró que tenían una importante disminución de 5 géneros productores de ácidos grasos
de cadena corta como lo son Faecalibacterium, Eubacterium rectale, Lachnospira, Butyricicoccus y
Sutterella en pacientes con trastorno de ansiedad por lo cual iniciaron un tratamiento en ratones y en muy
pocos adultos, administrando probióticos como Lactobacillus, Enterococcus, Streptococcus y
Bifidobacterium los cuales gracias a su capacidad de adherencia a las paredes intestinales y su producción
de hormonas reguladores de la ingesta como la CCK o el GLP-1, por lo que al ser administrados se vieron
mejoría de las crisis de ansiedad, reducción de la secreción de cortisol, disminución de la ansiedad en
ratones y adultos hospitalizados, efectos ansiolíticos mediante la inhibición del reflejo vagal, mejoría

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general del estado del ánimo y reducciones estadísticamente significativas en los niveles de ansiedad en
comparación a los grupos de control. Los probióticos que más demostraron estos efectos fueron los
Lactobacillus spp., destacando principalmente a L. rhamnosus, L gasseri y L. acidophilus.
Por otro lado en un estudio realizado por Burokas et al., en el 2017 en ratones se evidenció que los
prebióticos como los fructooligosacáridos (FOS) y los galactooligosacáridos (GOS) tienen efectos
ansiolíticos y antidepresivos, incluyendo la capacidad para reducir el impacto del estrés crónico. En el
estudio se tomaron 69 ratones de 7 semanas de edad los cuales se les administró una combinación de FOS
y GOS diluida en agua para administrar una concentración de alrededor de 0.3 a 0.4 gramos/ratón/día
durante 2 a 3 semanas en los cuales los ratones estarían expuestos a factores de estrés para valorar las
respuestas a la ansiedad como laberintos complejos, hipertermia y otros factores. Se evaluaron los
síntomas como la anhedonia utilizando orina fresca de ratones hembra y la respuesta antidepresiva fue
valorada por el movimiento de la cola del ratón y pruebas de nado forzadas; los resultados en el grupo de
control con factores estresantes incluyen disminución de la actividad con otros ratones, mientras que el
grupo al que se le administraron los prebióticos y fueron expuestos a factores estresantes no mostraron
disminución de esta, el grupo de expuesto a factores estresantes y al que se le estaba administrando la
droga mostraron un patrón de memoria menor al disminuir su capacidad de reconocer objetos nuevos, sin
embargo, el grupo de prebióticos mostró una tendencia a la mejoría en la capacidad de discriminación de
los objetos. Ambos grupos demostraron un menor interés ante el olor de la orina de la hembra, sin
embargo, el grupo del medicamento mostró un tiempo mayor al grupo expuesto únicamente a factores
estresantes. Estos resultados llevaron a los investigadores a la conclusión de los efectos ansiolíticos y
antidepresivos de los prebióticos, aunque hacen la aclaración sobre los mecanismos específicos, los cuales
aún no son del todo claros, concluyendo la posibilidad de usar una estrategia basada en prebióticos para
el tratamiento de diferentes trastornos mentales debe ser estudiada dado a que puede ser una nueva diana
terapéutica en el campo de la neuropsicofarmacología.
DISCUSIÓN:
La discusión de los resultados obtenidos se enfoca en el eje microbiota-intestino-cerebro y su relación
con la ansiedad y la depresión. Al comparar las diversas literaturas es posible encontrar múltiples

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similitudes y discrepancias las cuales son fundamentales analizar para llegar a un entendimiento a
profundidad en este campo de la investigación.
Los hallazgos descritos por Cepeda et al., en el 2019 y en el 2024 por Sabine et al., tienen factores en
común tales como la acción de los neurotransmisores como la colecistoquinina (CCK) la cual es clave en
la interacción con los ácidos de cadena larga y corta como el butirato el cual tiene acción aferente vagal.
Por otro lado, la influencia del nervio vago parece ser mucho más común ya que diversos autores en sus
resultados lo mencionan como componente fundamental en la relación del eje microbiota-intestino-
cerebro.
El nervio vago es mencionado por Scorza et al., en el 2019, por Fernández et al., en el 2022, por Sabine
et al., en el 2024. En donde estos autores tienen en común la relación de los neurotransmisores como el
GABA y la 5-HT sobre el nervio vago en los cuales existe una importante relación, en especial en lo que
se refiere a las vías vagales aferentes, los cuales consideran podrían resultar útil un enfoque en este para
desarrollar una intervención terapéutica para los diferentes trastornos de la conducta (5, 8, 18). Por otro
lado Cepeda-Vidal et al., con su estudio realizado también en el 2019 afirma que existe además de una
relación estrecha entre los neurotransmisores (mencionando adicionalmente al neuropéptido Y y la CCK),
el nervio vago y la microbiota intestinal, considera que la producción de hormonas reguladoras como el
GLP-1 tienen un papel importante como diana terapéutica, ya que al administrar probióticos como
Lactobacillus, Enterococcus, Streptococcus y Bifidobacterium, se vieron mejoría en las crisis de ansiedad,
reducción de la secreción de cortisol, y una mejoría general del estado del ánimo.(16)
Otros mecanismos involucrados fueron la inflamación, tal y como lo describen Cepeda et al., 2019 y
Fernandez et al., en el 2022, los cuales coinciden en que la disbiosis intestinal genera una hiperactivación
del eje hipotalámico hipofisario adrenal (HPA), donde promueve la liberación excesiva de cortisol,
haciendo que se produzca la elevación del riesgo de padecer trastornos psiquiátricos como la ansiedad y
depresión. ademas Eltokhi et al en el 2019, realiza un estudio en ratones donde la manipulación de la
microbiota influye de manera negativa la actividad del eje HPA. (8, 12, 16)
En la evidencia científica sobre las modificaciones de la microbiota como nueva diana terapéutica para
el manejo de alteraciones mentales son descritas por Steenbergen L, et al., en el 2015 con un suministro
de probióticos (Bifidobacterium bifidum, Bifidobacterium lactis, Lactobacillus acidophilus,

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Lactobacillus brevis, Lactobacillus casei, Lactobacillus salivarius, y Lactococcus lactis) contra un
placebo, lo cual demostró una mejoría en el comportamiento como disminución de la agresividad y
desesperanza. Schmidt K, et al., en el 2015 quien por medio de FOS y Bimuno-galactooligosacáridos (B-
GOS) demostraron que el cortisol disminuye significativamente en comparación a los pacientes que
fueron manejados con placebo, además de una mejoría en la concentración. Burokas et al., en el 2017,
demostró que el uso de FOS y GOS disminuye los niveles de ansiedad gracias a un estudio realizado en
ratones. Foster et al., en el 2019, no realizó estudios en ratones, pero comentó que por medio de estudios
realizados en ratones presentaron una respuesta HPA exagerados en respuesta estrés, la cual se pudo
recrear por medio de una colonización de una especie específica de bifidobacterias. Por otro lado, Cepeda-
Vidal et al., en el 2019, realizó ensayos clínicos y preclínicos en ratones y pacientes adultos en
hospitalización, donde se encontró disminución de 5 géneros productores de ácidos grasos de cadena
corta, a lo que inició manejo con probióticos como Lactobacillus, Enterococcus, Streptococcus y
Bifidobacterium, demostrando mejoría en el estado de ánimo y disminución de la ansiedad.
Teniendo en cuenta los resultados obtenidos, los cuales aportan una comprensión acerca de la interacción
del eje microbiota-intestino-cerebro con la ansiedad y la depresión, se tiene que tener en cuenta que
existen limitaciones en cuanto a la falta de homogeneidad en cuanto al estudio de las variables en cada
artículo científico, aunque esta revisión narrativa ayude a contextualizar los resultados de los diversos
estudios realizados en los últimos años se debe tener en cuenta que aún existen limitaciones inherentes al
estudio. Al ser este un campo de investigación no tan estudiado, la mayoría de las revisiones se basan en
estudios observacionales, usando datos correlacionales o la realización de metaanálisis de la literatura ya
disponible, lo que implica una limitación en el establecimiento de relaciones causales concretas.
La naturaleza multifactorial de la ansiedad y de la depresión, así como los diversos mecanismos que han
sido descrito por los diferentes autores sugieren una relación que podría orientar a centrar los esfuerzos
de investigación en ciertas áreas para lograr un entendimiento más oportuno de la relación del eje
microbiota-intestino-cerebro con la ansiedad y la depresión. A su vez, aunque este estudio tenga un
enfoque en estos dos trastornos mentales se hace un énfasis en que el eje microbiota-intestino-cerebro o
sólo tiene relación con estos, los diversos autores hablaron de otros trastornos mentales tales como: el
trastorno del espectro autista, la esquizofrenia, el trastorno bipolar; y de otras patologías como la

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enfermedad aguda desmielinizante y el síndrome de Guillain-Barré (SGB); las cuales se ha evidenciado
tienen importantes relaciones entre sí.
TABLAS:
Tabla 1. Diagrama de flujo de la estrategia de selección de datos basados en la escala CASPe de
elaboración propia. Los términos utilizados para la búsqueda de los artículos en las diferentes bases de
datos fueron los siguientes: ("Microbiota intestinal" OR "Microbioma intestinal") AND ("Depresión" OR
"Ansiedad") AND ("Eje intestino-cerebro") para los artículos en español y ("Gut Microbiota" OR
"Intestinal Microbiome") AND ("Depression" OR "Anxiety") AND ("Brain-Gut Axis") para los artículos
en inglés. Teniendo a “n” como la cantidad de artículos encontrados y cribados posterior a la aplicación
de los criterios de inclusión, exclusión y los autores.
CONCLUSIONES:
La relación entre el eje microbiota-intestino-cerebro y los trastornos mentales como la ansiedad y la
depresión ha sido el foco de estudio de los investigadores en los últimos años. La cantidad de evidencia
es cada vez más alta, apuntando a que el estudio de esta relación puede llevar a establecer un área
invaluable de investigación para la práctica médica en el futuro. Este artículo demuestra la importancia
del estudio de la microbiota, la influencia de la salud de esta en el cerebro y sus diferentes patologías
asociadas; a su vez, la asociación entre la disbiosis y la inflamación las cuales han sido relacionadas con
la presencia de enfermedades mentales.
Sin embargo, se han identificado diversas falencias en cuanto vacíos del conocimiento y limitaciones
metodológicas, la asociación de los diversos mecanismos fisiopatológicos descritos como fueron los
neurotransmisores, el nervio vago, el eje hipotálamo-pituitario-adrenal y las hormonas reguladoras
intestinales no tienen relación, por lo cual provee un área para investigación clara y amplia,
particularmente en relación con el nervio vago, los neurotransmisores y el eje HPA, los cuales fueron los
más mencionados por los diferentes autores. Así como la heterogeneidad entre estudios y la naturaleza
multifactorial de estos trastornos mentales dificultan el establecimiento de relaciones causales, por otro
lado, los estudios realizados varían en cuanto a tiempo de intervención, por lo que es difícil valorar
efectivamente la eficacia real de las intervenciones realizadas; sumado a esto están otros factores que no
se estudian como los son los diferentes estilos de vida, la calidad del sueño, los antecedentes familiares

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de trastornos mentales y los factores estresantes los cuales afectan la calidad de los resultados obtenidos
en los diferentes estudios.
La utilidad de los prebióticos y los probióticos ha sido estudiada tanto como en ratones como en humanos,
sin embargo, actualmente no se cuenta con una regulación por parte de un ente de control el cual defina
un prebiótico o probiótico en específico; particularmente, los estudios en humanos tienen una tendencia
a usar fuentes más naturales de probióticos como el yogur, el kéfir o algunos alimentos no fermentados,
los cuales han demostrado beneficios en cuanto a la salud gastrointestinal y mental se refiere. De igual
manera, se ha notado una tendencia con los estudios realizados en humanos, los cuales tienden a ser los
más antiguos y tienen limitaciones metodológicas tales como diferencia de sexos, comorbilidades no
descritas y el uso de sustancias psicoactivas no registradas que puedan alterar los resultados de los
estudios por lo que se considera no pueden ser tomados como una fuente confiable de información para
la realización de una nueva terapia diana para los diferentes trastornos mentales.
Se considera que a pesar de las diversas limitaciones de la información y discrepancias metodológicas los
pacientes con trastornos mentales como ansiedad y depresión pueden ser beneficiado del uso de terapias
concomitantes con prebióticos y probióticos, no solo por los diversos estudios realizados en humanos,
sino por la abundante información suministrada por los estudios realizados en ratones y alguno que otro
ensayo realizado en pacientes hospitalizados los cuales demostraron mejoría del estado del ánimo y
disminución de la sintomatología.
Adicionalmente, consideramos unas cuestiones a las cuales se le debería prestar importancia: ¿Son los
prebióticos y los probióticos suficientes para el tratamiento de la ansiedad y la depresión?, ¿Deberían ser
administrados de forma complementaria con los ansiolíticos y los antidepresivos?. Hasta el momento la
evidencia científica establecida nos indica que hasta que no haya un estudio a profundidad respecto al
tema, no se recomienda el uso exclusivo de estos para el tratamiento de los trastornos mentales.
Los resultados encontrados y el reciente interés dado por el eje microbiota-intestino-cerebro y su relación
con la salud mental y los diversos trastornos marca la importancia de la ampliación de este tema de
investigación y del entendimiento de la flora bacteriana. La ansiedad y la depresión son fenómenos
globales que están constantemente en aumento, por lo que el estudio adecuado y exhaustivo de este tema
puede llevar al desarrollo de nuevas dianas terapéuticas que pueden beneficiar a la población en general.

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