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Según el Foro Permanente de las Cuestiones Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), cerca del 40% de las lenguas del mundo están en riesgo, y la mayoría de ellas son lenguas
indígenas (UNESCO, 2019), lo que representa una calamidad de proporciones incalculables para la
humanidad debido a la disminución de la diversidad lingüística, cultural y de visiones del mundo. Es
evidente, que esta situación es una problemática que tiene múltiples causas interrelacionadas que, en
conjunto, han erosionado progresivamente las lenguas nativas de los pueblos originarios, en este caso
de Colombia, contribuyendo así, a la pérdida de valiosos patrimonios culturales y saberes ancestrales
mediante sus lenguas nativas.
En palabras de Ramírez-Cruz y Chaparro Rojas (2021), la pérdida de una sola lengua conlleva la
desaparición de prácticas culturales, tradiciones orales y visiones de mundo cifradas en forma genuina
en dicha lengua. En muchas ocasiones, tales conocimientos, invaluables para la comprensión del ser
humano, no podrán recuperarse ni testimoniarse si no existen registros lingüísticos, como es el caso de
la lengua nativa del pueblo indígena Zenú en Colombia, que ha experimentado la desafortunada pérdida
de su lengua, dejando hoy en día a la comunidad sin ningún hablante nativo; catalogando a esta lengua
como muerta, ya que no se encuentra dentro del listado de las 65 lenguas vivas registradas en el Plan
Decenal de Lenguas Nativas de Colombia 2022-2032, sino todo por el contrario, a la lengua de los
Zenúes la consideran como una lengua extinta hace muchos años (Mincultura, 2022); además, dicha
afirmación es corroborada por líderes y profesores Zenúes “al referirse con pesadumbre a la pérdida de
su lengua ancestral” (Larraín, A., 2014, p. 6) cuando se les pregunta por ella.
Según el estudio realizado por el Instituto Caro y Cuervo en el año 2000, para el Atlas de las Lenguas
Indígenas de Colombia estas lenguas las clasifica y agrupa en 13 familias y en ninguna de estas aparece
una conexión con los Zenúes. Para profundizar un poco, Larraín, A., 2014, expresa que: "cualquier
información sobre los Zenúes inevitablemente destaca la pérdida de su lengua sin registro documental,
lo que lleva al desconocimiento del tronco lingüístico" (Larraín, A., 2014, p. 5). Es decir, la falta de un
tronco lingüístico registrado en documentación conlleva a una comprensión limitada de su herencia
lingüística.
De manera que, con tristeza, se puede afirmar que la comunidad indígena Zenú presenta una “pérdida
parcial” de su identidad cultural, pues no cuenta con una Lengua Propia Aborigen que refleje la visión