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Conceptualización de Violencia
Partiendo de la idea que establece, Slavoj Žižek, en torno al concepto de Violencia (2009), distingue
entre dos tipos: subjetiva y objetiva. La violencia subjetiva, es la más visible y reconocida, ya que es
aquella cometida por un agente en concreto, como actos de terrorismo, crímenes, conflictos bélicos o
enfrentamientos directos. Es lo que comúnmente se percibe como "violencia" porque tiene una causa
identificable y es ejecutada por individuos o grupos específicos. En este caso, se pone atención en el
perpetrador y la víctima, lo que hace que sea fácil de condenar o justificar en términos morales.
Mientras que la violencia objetiva, es menos visible y no se manifiesta a través de actos directos de
agresión. Esta se divide a su vez en dos categorías; violencia simbólica, que está relacionada con el
lenguaje y la imposición de significados, normas, e ideologías que perpetúan la exclusión, la
marginación y la dominación. El lenguaje, para Žižek (2009), no es neutral, sino que puede ser una
herramienta para legitimar o naturalizar las relaciones de poder.
De Igual manera, señala respecto a la violencia sistémica, que esta se logra vislumbrar como parte de
las estructuras sociales, económicas y políticas que generan desigualdad, explotación y opresión. Este
tipo de violencia está introducida en el funcionamiento "normal" de la sociedad capitalista
contemporánea y sus instituciones. Aunque no se manifiesta en actos violentos visibles, causa daño
continuo a grandes sectores de la población (pobreza, exclusión, injusticia).
Žižek (2009), sostiene que la violencia objetiva es más peligrosa porque está normalizada y no se percibe
como tal. La sociedad tiende a concentrarse solo en la violencia subjetiva y, al hacerlo, ignora las
condiciones estructurales que hacen que la violencia subjetiva surja. Por ejemplo, los actos de terrorismo
o crimen no se comprenden en su totalidad si no se tienen en cuenta las condiciones de desigualdad o
exclusión que los producen.
González Luna (2012) desarrolla un análisis exhaustivo sobre la violencia, desglosándola en diferentes
tipos; violencia física, simbólica, estructural y cultural, además explora su relación con las estructuras
socioeconómicas y políticas. En ese sentido, el autor plantea que la violencia es un fenómeno
omnipresente en la sociedad actual, pero que a menudo se reduce a explicaciones simplistas, critica la
tendencia a considerar únicamente la violencia subjetiva (interpersonal) y argumenta que es crucial
entenderla en un contexto más amplio, que incluya sus dimensiones estructurales y simbólicas.