ESTENOSIS PILÓRICA SECUNDARIA A
INGESTA DE CÁUSTICO: REPORTE DE CASO
Pyloric stenosis SECONDARY to caustic ingestion: Case report
Dra. María Yuliana Díaz Garay
Médico Residente del Posgrado de Pediatría, Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde.
Dra. María Elizabeth Bravo Bazurto
Médico Tratante de Gastroenterología Pediátrica, Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde.
Dra. Verónica Ayling Lama Asinc
Médico Residente del posgrado de Pediatría
Dr. Pedro David Méndez Cordero
Médico Residente del posgrado de Pediatría
Dra. Betty María Montalván Durazno
Médico tratante de gastroenterología
pág. 12890
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.16900
Estenosis pilórica secundaria a ingesta de cáustico: Reporte de caso
Dra. María Yuliana Díaz Garay1
yulianadiazg@gmail.com
https://orcid.org/0009-0001-5436-4390
Médico Residente del Posgrado de Pediatría,
Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert Elizalde.
Dra. María Elizabeth Bravo Bazurto
mariabravob1985@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-9268-4598
Médico Residente del posgrado de Pediatría
Dra. Verónica Ayling Lama Asinc
aylinglamaasinc@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-1726-8367
Médico Residente del posgrado de Pediatría
Dr. Pedro David Méndez Cordero
pmendezczs5@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-3741-8916
Médico Residente del posgrado de Pediatría
Dra. Betty María Montalván Durazno
bettymontalvand@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-3621-5543
Médico tratante de gastroenterología
RESUMEN
La ingesta de cáusticos es un incidente que se observa en niños, particularmente en aquellos entre 1 y 3
años de edad, y puede dar lugar a lesiones graves y complicaciones a largo plazo en el tracto
gastrointestinal. Las manifestaciones clínicas varían considerablemente dependiendo de la naturaleza,
la concentración del cáustico ingerido y el tiempo transcurrido desde la exposición. La complicación
más común es la disfagia, aunque también pueden observarse estenosis y perforaciones. En este reporte
de caso se presenta a un paciente masculino de 1 año y 10 meses de edad, quien sufrió la ingestión de
un líquido para baterías (ácido), lo que provocó una lesión corrosiva en su esófago y estómago. Tras el
episodio agudo inicial, el paciente evolucionó hacia una estenosis pilórica secundaria, una complicación
tardía poco frecuente en este contexto. A pesar de las intervenciones iniciales médicas, se requirió una
intervención quirúrgica debido al empeoramiento de los síntomas y la persistencia de la obstrucción
gástrica. El procedimiento realizado fue una gastroduodenoanastomosis tipo Kimura, que permitió la
restitución de la función gastrointestinal. Este caso resalta la importancia de un seguimiento estrecho en
pacientes con ingesta de cáusticos, ya que las complicaciones tardías, aunque raras, pueden ser graves y
requerir intervenciones quirúrgicas. Además, se discuten los mecanismos patológicos y las opciones de
tratamiento para las complicaciones a largo plazo asociadas con la ingestión de cáusticos.
Palabras clave: estenosis esofágica, quemaduras químicas, pediatría
1
Autor principal
Correspondencia: yulianadiazg@gmail.com
pág. 12891
Pyloric stenosis secondary to caustic ingestion: Case report
ABSTRACT
Caustic ingestion is an incident commonly observed in children, particularly those between 1 and 3 years
of age, and can lead to severe injuries and long-term complications in the gastrointestinal tract. Clinical
manifestations vary considerably depending on the nature, concentration of the ingested caustic
substance, and the time elapsed since exposure. The most common complication is dysphagia, although
stenosis and perforations can also occur. This case report presents a 1-year-and-10-month-old male
patient who ingested battery acid, causing corrosive injury to his esophagus and stomach. After the
initial acute episode, the patient developed secondary pyloric stenosis, a rare delayed complication in
this context. Despite initial medical interventions, surgical intervention was required due to worsening
symptoms and persistent gastric obstruction. The procedure performed was a Kimura-type
gastrojejunostomy, which restored gastrointestinal function. This case highlights the importance of close
follow-up in patients with caustic ingestion, as delayed complications, although rare, can be severe and
require surgical interventions. Additionally, the pathological mechanisms and treatment options for
long-term complications associated with caustic ingestion are discussed.
Keywords: esophageal stenosis, chemical burns, pediatrics
Artículo recibido 15 enero 2025
Aceptado para publicación: 19 febrero 2025
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INTRODUCCIÓN
La ingestión de sustancias cáusticas es un evento clínico poco frecuente, pero significativo en la práctica
pediátrica, que a menudo se presenta en los servicios de urgencias. Este tipo de intoxicación se observa
más comúnmente en niños pequeños, especialmente en aquellos de 1 a 3 años, debido a su curiosidad y
la facilidad con la que acceden a productos domésticos peligrosos. Los productos de limpieza, como
detergentes o limpiadores, son los agentes cáusticos más comúnmente involucrados en estos incidentes,
representando aproximadamente el 11% de las ingestiones tóxicas en pacientes pediátricos, seguidos
por los cosméticos (1). A pesar de la baja incidencia de la ingestión de cáusticos, las complicaciones
que pueden surgir son graves y a menudo requieren un manejo multidisciplinario para prevenir secuelas
a largo plazo.
Las sustancias cáusticas pueden causar lesiones agudas graves en el tracto gastrointestinal superior, que
incluyen daños en la mucosa esofágica, gástrica y duodenal. De las complicaciones derivadas de la
ingestión de cáusticos, la estenosis esofágica es la más común, y generalmente se presenta como un
síntoma de disfagia, lo cual puede ocurrir incluso en casos de lesiones leves (2). Esta complicación
puede llevar a la necesidad de una intervención quirúrgica si la obstrucción es severa. Sin embargo, otro
fenómeno menos frecuente, pero igualmente grave, es el desarrollo de estenosis pilórica secundaria a
lesiones gástricas graves causadas por la ingestión de cáusticos. Este tipo de estenosis, que resulta de la
cicatrización y fibrosis de la región pilórica debido a la acción cáustica, es una complicación poco
documentada, pero puede causar obstrucción gástrica y problemas nutricionales a largo plazo si no se
maneja adecuadamente (3,4).
La estenosis pilórica secundaria a la ingestión de cáusticos es una complicación rara, que requiere un
enfoque clínico especializado, dado que los pacientes afectados pueden desarrollar síntomas como
vómitos persistentes, desnutrición y una grave dificultad para la alimentación, lo que compromete su
crecimiento y desarrollo. Las lesiones gástricas severas también pueden desencadenar otras
complicaciones, como perforación esofágica, mediastinitis y fístulas traqueoesofágicas, todas ellas con
un pronóstico grave si no se tratan a tiempo (5). Por otro lado, estas lesiones a largo plazo pueden
aumentar el riesgo de carcinoma esofágico debido a la cicatrización crónica y la alteración de la mucosa
esofágica (6).
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La manifestación clínica inicial de la ingestión de cáusticos incluye síntomas como la sialorrea, dolor
retroesternal o abdominal y hematemesis, que pueden ser indicativos de daño severo en el tracto
gastrointestinal (7). La disfagia, incluso en lesiones leves, es un síntoma prominente que puede requerir
hospitalización para manejo especializado, incluidos tratamientos quirúrgicos y terapias de
rehabilitación (8). El manejo de los niños con ingestión cáustica debe ser multidisciplinario,
involucrando no solo cirugía, sino también cuidados médicos y nutricionales a largo plazo para prevenir
y tratar complicaciones adicionales.
Este artículo presenta el caso de un preescolar que sufrió la ingestión de ácido ustico, desarrollando
una estenosis pilórica como complicación tardía. El caso fue manejado de forma multidisciplinaria, con
intervención quirúrgica, seguimiento adecuado y cuidados especializados para garantizar la mejora del
paciente y prevenir secuelas a largo plazo.
Caso clínico
Se trata de paciente masculino de 1 año y 10 meses que ingiere de forma accidental ácido sulfúrico
(líquido para batería de automóvil), su manejo inicial dado en otra institución fue lavado gástrico e
inhibidor de bomba de protones, endoscopía alta con reporte normal y egreso. Sin embargo 1 semana
después presenta sintomatología clínica caracterizada por dolor abdominal, disfagia a líquidos y sólidos,
vómitos alimentarios e importante limitación a la ingesta oral que condiciona deshidratación moderada
por lo que acude a nuestra institución donde se hospitaliza. A su ingreso se programan estudios de
imagen: ecografía abdominal reporta engrosamiento pilórico 0,41 cm, seriado gastro-esófago-duodenal
confirma estenosis pilórica y reflujo gastroduodenal grado III. (Figura 1) Es programado a nueva
endoscopía alta en la que se realiza piloroplastia y colocación de sonda transpilórica por evidencia de
mucosa pilórica engrosada, secuela de quemadura con contracción de la mucosa que ocluye la luz
pilórica en su totalidad. (Figura 2) Permanece en ayuno durante 5 días con evolución adecuada, nuevo
seriado gastro-esófago-duodenal con contraste hidrosoluble indica adecuado paso del medio de
contraste, sin evidencia de fugas. Se retira sonda transpilórica, pero se evidencia obstrucción a tracto de
salida. El paciente persiste con vómitos por lo que se realiza nueva intervención endoscópica
observándose a nivel de región antral secuela de quemadura que ocluye la luz pilórica en su totalidad,
presencia de tejido fibrótico sin progresión de aire distal por lo que se decide convertir a cirugía abierta,
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se realiza gastroduodeno anastomosis tipo Kimura y colocación de nueva sonda transpilórica con
mejores resultados clínicos, se egresa para continuar manejo por la consulta externa.
DISCUSIÓN
La mayoría de las ingestiones en niños son accidentales y las cantidades ingeridas tienden a ser
pequeñas, lo contrario ocurre en adolescentes y adultos, en quienes la ingestión a menudo es deliberada
y esrelacionada con intentos de suicidio. (2) Una sustancia es cáustica si es capaz de quemar o corroer
tejido orgánico por acción química, generalmente debido a fuertes propiedades ácidas o alcalinas. (5)
Los álcalis y los ácidos producen daño tisular mediante diferentes mecanismos: Los agentes alcalinos
tienden a causar lesión esofágica si el pH es superior a 11,5 a través de necrosis por licuefacción, este
tipo de lesión causa desintegración temprana de la mucosa, lo que favorece la perforación. (5) Los ácidos
o agentes corrosivos tienden a causar lesiones esofágicas si el pH es inferior a 2, a través de necrosis por
coagulación, estas tienden a atenuarse y la perforación es menos común porque el coágulo que se forma
en la superficie de la mucosa puede limitar la penetración más profunda de la sustancia cáustica, sin
embargo, tienen mayor riesgo de estenosis. (3,5)
Después de la necrosis inicial se produce una destrucción adicional durante la primera semana, causada
por la inflamación y la trombosis vascular, hay formación de tejido de granulación que debilita la pared
esofágica con mayor vulnerabilidad para la perforación. Aproximadamente a las 3 semanas de la lesión
inicial la formación de estenosis está bien encaminadas y la perforación es menos probable. (6)
Con relación a las sustancias ingeridas los detergentes domésticos, los fosfatos y los blanqueadores
tienen valores de pH que oscilan entre 9 y 11 y rara vez causan lesiones graves, a menos que se tomen
en grandes cantidades, los blanqueadores domésticos se ingieren con relativa frecuencia, pero rara vez
causan quemaduras esofágicas, las pilas de botón alojadas en el esófago pueden causar rápidamente
lesiones en el esófago y en las estructuras circundantes críticas, en parte debido a la fuga de material
alcalino, los productos domésticos ácidos más comunes incluyen limpiadores de inodoros, líquidos para
baterías y ácido muriático (clorhídrico) utilizado en piscinas. (5,6)
La incidencia y gravedad de las lesiones gástricas en la ingestión de cáusticos no se han descrito
extensamente, en parte porque este tipo de lesión es menos común que la lesión esofágica. (7) La lesión
gástrica suele ser más grave con ácidos, como el ácido sulfúrico, que desencadenan un espasmo antral,
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lo que lleva a la acumulación de ácido en el antro. Esto puede causar quemaduras graves en el área
prepilórica y dar lugar a una obstrucción pilórica. (7,8)
En una revisión de 98 niños con ingestión de sustancias ácidas, ocho (8,2%) desarrollaron obstrucción
de la salida gástrica a una media de 27 días después de la ingestión, lo que requirió gastroyeyunostomía.,
en otro estudio en el que participaron 220 niños, el 5% desarrolló obstrucción de tracto gastrointestinal,
con una mayor incidencia en aquellos que ingirieron sustancias alcalinas (5,3%) en comparación con
sustancias ácidas (3,8%). (6)
La inducción del vómito está contraindicada porque el mito puede provocar lesiones esofágicas
adicionales si el contenido gástrico entra en contacto con la mucosa esofágica. (9) La administración de
carbón activado no es útil ya que estos químicos pequeños y altamente ionizados son poco absorbidos
por el carbón. (9) Los estudios de contraste radiológico (serie gastrointestinal superior) generalmente no
son valiosos en las etapas iniciales de la evaluación, porque no son confiables para detectar una lesión
aguda o predecir la formación de estenosis, pero si son de utilidad cuando se sospecha de lesiones
seculares como estenosis esofágica o pilórica. (10). Los síntomas obstructivos dan como resultado
cicatrices antrales y pilóricas en la etapa crónica. Los vómitos, la pérdida rápida de peso corporal y la
disminución de la ingesta oral siguen siendo las características más notables después de las quemaduras
con ácido en los niños. (6,10)
La endoscopia superior debe realizarse en todos los pacientes que presenten síntomas, quemaduras
orales o que se sepa que han ingerido una sustancia con un alto riesgo de lesión esofágica. (11) En el
caso de los pacientes con ingestión de álcalis y síntomas mínimos, como vómitos o sialorrea, es
razonable la observación y proceder a la endoscopia solo si los síntomas persisten. (10, 11)
La mayoría de los pacientes que desarrollan una estenosis tendrán síntomas obstructivos dentro de los
dos meses. (11) En pacientes con quemaduras más graves, puede haber obstrucción completa dentro de
las tres semanas, en los casos graves, suele ser necesaria una intervención quirúrgica. (12) Los
procedimientos incluyen gastroyeyunostomía: eficaz para pacientes con obstrucción completa o casi
completa del tracto gástrico o piloroplastia, indicada para lesiones moderadas de la mucosa con
obstrucción parcial. La obstrucción parcial con lesión mucosa moderada generalmente responde a la
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piloroplastia. El mal estado nutricional y las adherencias perigástricas extensas son indicaciones de
gastroyeyunostomía. (12)
En el seguimiento es importante complementar el manejo nutricional con suplementos alimenticios, así
como seguimiento de peso y talla. (13) En caso de sumarse condiciones como reflujo gastroesofágico
también es de utilidad el manejo crónico de inhibidores de bomba de protones y procinéticos que
mejoren las condiciones en las que el paciente maneja los alimentos ingeridos. (12,13)
CONCLUSIONES
La ingestión de cáusticos en la población pediátrica es un evento poco frecuente, pero potencialmente
devastador, con un alto riesgo de complicaciones graves tanto a corto como a largo plazo. En este caso,
la ingestión de ácido sulfúrico llevó a una secuela poco común: estenosis pilórica, lo que subraya la
importancia de reconocer y tratar de manera oportuna las complicaciones gástricas derivadas de este
tipo de lesiones. Los niños pequeños, especialmente aquellos entre 1 y 3 años, son los más susceptibles
a este tipo de accidentes, debido a la curiosidad y la falta de supervisión, lo que resalta la necesidad de
medidas preventivas adecuadas en el hogar.
El diagnóstico temprano mediante estudios de imagen como el seriado gastroesófago-duodenal y la
endoscopia es crucial para determinar la extensión de la lesión y orientar el tratamiento adecuado. En
este caso, la intervención endoscópica inicial con piloroplastia fue necesaria para aliviar la obstrucción
pilórica, aunque la evolución clínica mostró la necesidad de un enfoque quirúrgico abierto más tarde, lo
que resalta la posible evolución compleja de estas lesiones.
El manejo de la ingestión de cáusticos debe ser multidisciplinario, involucrando gastroenterología,
cirugía pediátrica y nutrición. Es esencial un seguimiento cercano a largo plazo, ya que los pacientes
pueden presentar complicaciones crónicas como el reflujo gastroesofágico o problemas de crecimiento
y nutrición. Los tratamientos deben ser individualizados según la gravedad de la lesión y el estado
clínico del paciente. En resumen, este tipo de lesiones requiere un enfoque integral para asegurar la
recuperación del paciente, minimizar las secuelas y garantizar una adecuada calidad de vida a largo
plazo.
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pág. 12899
Figura 1. Serie esófago-gastro-duodenal donde se evidencia reflujo gastroesofágico grado III, así como
falta de paso del contraste a nivel de píloro compatible con estenosis.
Figura 2. Endoscopia alta donde se muestra compromiso de la mucosa antral, con tejido fibrótico y
retracción del tejido como secuela de quemadura química.