EDUCACIÓN EMOCIONAL Y BIENESTAR:
HERRAMIENTAS PARA UNA
ESCUELA INCLUSIVA
EMOTIONAL EDUCATION AND WELL-BEING: TOOLS FOR
AN INCLUSIVE SCHOOL
Delicia Mireya Aguirre Asanza
Investigador Independiente, Ecuador
Lynnda Marcelle Ramírez Maldonado
Investigador Independiente, Ecuador
Ilda Cecilia Maldonado Sarmas
Investigador Independiente, Ecuador
Miriam Marina Apolo Maldonado
Investigador Independiente, Ecuador
Elena Margarita Maldonado Sarmas
Investigador Independiente, Ecuador
Delicia Carmita Masache Lojan
Investigador Independiente, Ecuador
pág. 946
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i2.16901
Educación Emocional y Bienestar: Herramientas para una
Escuela Inclusiva
Delicia Mireya Aguirre Asanza 1
mireya_aguirre1972@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0004-0441-5358
Investigador Independiente
Ecuador
Lynnda Marcelle Ramírez Maldonado
lynda_119511@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0001-8819-5003
Investigador Independiente
Ecuador
Ilda Cecilia Maldonado Sarmas
cimaza@live.com
https://orcid.org/0009-0003-5112-7933
Investigador Independiente
Ecuador
Miriam Marina Apolo Maldonado
miryapolo@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0007-1553-555X
Investigador Independiente
Ecuador
Elena Margarita Maldonado Sarmas
Elena_ms73@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0002-4258-174X
Investigador Independiente
Ecuador
Delicia Carmita Masache Lojan
delicia14@hotmail.es
https://orcid.org/0009-0007-8300-3280
Investigador Independiente
Ecuador
RESUMEN
La educación emocional se ha convertido en un componente esencial para promover el bienestar
estudiantil y construir entornos educativos inclusivos, su integración en el sistema educativo permite
desarrollar habilidades socioemocionales que favorecen la convivencia escolar y la equidad en el
aprendizaje. El objetivo de esta investigación fue analizar cómo la educación emocional puede fortalecer
el bienestar estudiantil y contribuir a la creación de espacios educativos más inclusivos, para ello, se
llevó a cabo un estudio de tipo cualitativo, con un enfoque descriptivo-exploratorio y una metodología
documental-bibliográfica basada en el análisis de artículos científicos recientes. Los resultados indican
que la educación emocional influye positivamente en el bienestar estudiantil, la reducción del acoso
escolar y la mejora de la convivencia, además, se identificó que la participación de docentes, familias y
comunidad es clave para su implementación efectiva. Se concluye que la educación emocional debe ser
un pilar fundamental en la educación inclusiva, su consolidación requiere estrategias pedagógicas
innovadoras, apoyo institucional y la formación docente en competencias socioemocionales,
garantizando así un aprendizaje equitativo y un desarrollo integral para todos los estudiantes.
Palabras clave: educación emocional, inclusión escolar, bienestar estudiantil, estrategias pedagógicas,
formación docente
1
Autor principal.
Correspondencia: mireya_aguirre1972@hotmail.com
pág. 947
Emotional Education and Well-Being: Tools for an Inclusive School
ABSTRACT
Emotional education has become an essential component to promote student well-being and build
inclusive educational environments; its integration into the educational system allows the development
of socioemotional skills that favor school coexistence and equity in learning. The objective of this
research was to analyze how emotional education can strengthen student well-being and contribute to
the creation of more inclusive educational spaces, for this purpose, a qualitative study was carried out,
with a descriptive-exploratory approach and a documentary-bibliographic methodology based on the
analysis of recent scientific articles. The results indicate that emotional education has a positive
influence on student wellbeing, the reduction of bullying and the improvement of coexistence, in
addition, it was identified that the participation of teachers, families and community is key for its
effective implementation. It is concluded that emotional education should be a fundamental pillar in
inclusive education; its consolidation requires innovative pedagogical strategies, institutional support
and teacher training in socioemotional competencies, thus guaranteeing equitable learning and
comprehensive development for all students.
Keywords: emotional education, school inclusion, student welfare, pedagogical strategies, teacher
training
Artículo recibido: 11 febrero 2025
Aceptado para publicación: 15 marzo 2025
pág. 948
INTRODUCCIÓN
El contexto educativo actual demanda estrategias que promuevan el bienestar integral del estudiante,
donde la educación emocional se consolida como un pilar para la construcción de una escuela inclusiva.
El desarrollo de competencias emocionales facilita la convivencia, el rendimiento académico y la
motivación, se traduce en ambientes de aprendizaje más equitativos y accesibles para todos, sin
embargo, persisten desafíos en la implementación efectiva de estos enfoques, dado que en muchas
instituciones aún se observan prácticas pedagógicas que no consideran la dimensión emocional del
aprendizaje (Zúñiga & Luque, 2021).
Uno de los problemas identificados en este ámbito es la carencia de formación docente en educación
emocional, lo que limita la capacidad de los educadores para gestionar adecuadamente las emociones
de los estudiantes y fomentar entornos inclusivos (Enrique et al., 2025). Este vacío en la preparación
pedagógica no solo afecta la calidad de la enseñanza, sino que también influye en la integración de
estudiantes con necesidades educativas diversas, quienes enfrentan mayores dificultades para
desarrollarse en entornos carentes de un enfoque socioemocional.
Además, la falta de herramientas para el manejo de conflictos dentro del aula agrava fenómenos como
el acoso escolar y la exclusión social, lo que refuerza las desigualdades en el acceso a una educación de
calidad (Echeita & Fernández, 2021). Por lo tanto, la relevancia de esta investigación radica en que el
bienestar estudiantil no solo depende del acceso a recursos pedagógicos adecuados, sino también de la
capacidad del sistema educativo para atender las dimensiones emocionales de los estudiantes y
garantizar un aprendizaje significativo.
Los antecedentes en la literatura señalan que la inteligencia emocional es un factor clave en la promoción
de la inclusión educativa, ya que permite la autorregulación emocional, la resolución pacífica de
conflictos y el fortalecimiento de la empatía entre los estudiantes (Retto et al., 2024). Programas
educativos basados en el desarrollo de estas competencias han mostrado resultados positivos en la
reducción de comportamientos agresivos y en la mejora del clima escolar. Asimismo, la Organización
de Estados Iberoamericanos (OEI) ha destacado la necesidad de generar espacios de aprendizaje donde
se garantice la equidad y la calidad educativa para todos, alineándose con los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) de la ONU.
pág. 949
A partir de lo expuesto, el problema que se plantea en esta investigación es la limitada integración de la
educación emocional en los programas de formación docente y su impacto en la inclusión escolar. Como
objetivo general, se busca analizar cómo la educación emocional puede fortalecer el bienestar estudiantil
y contribuir a la creación de espacios educativos más inclusivos, mediante la identificación de estrategias
y herramientas que faciliten la implementación de este enfoque en las instituciones escolares.
Fundamentos de la Educación Emocional
La educación emocional se ha consolidado como un eje fundamental en la formación integral de los
estudiantes, dado que permite el desarrollo de competencias para reconocer, comprender y gestionar
emociones propias y ajenas. Vílchez (2018), definen este concepto como un proceso continuo que debe
estar presente en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la adultez, con el propósito de
fortalecer el bienestar emocional y social. En este sentido, la educación emocional no solo contribuye a
la estabilidad psicológica, sino que también influye en el rendimiento académico y en la motivación de
los estudiantes para enfrentar los retos escolares de manera efectiva.
El impacto de la educación emocional en el aprendizaje se evidencia en la mejora de la concentración,
el incremento de la resiliencia y la promoción de relaciones interpersonales saludables dentro del aula.
San Martín y Tapia (2023), destacan que los estudiantes que han sido formados en inteligencia
emocional desarrollan una mayor capacidad para gestionar el estrés académico, lo que incide
positivamente en su desempeño escolar y en su capacidad de trabajo colaborativo. De acuerdo con
Zúñiga y Luque (2021), la inteligencia emocional facilita la convivencia dentro del aula, reduciendo los
niveles de violencia y promoviendo un ambiente de aprendizaje más inclusivo.
Además, la educación emocional juega un papel clave en la prevención de la deserción escolar, pues los
estudiantes que logran desarrollar habilidades socioemocionales presentan una mayor estabilidad en sus
procesos de aprendizaje, al fomentar el autoconocimiento y la regulación emocional, se fortalece la
confianza en las propias capacidades, lo que permite enfrentar los desafíos académicos con mayor
seguridad. La formación docente en este ámbito se vuelve imprescindible, ya que los educadores deben
estar capacitados para integrar estrategias emocionales en la enseñanza de manera efectiva (Villanueva
et al., 2024).
pág. 950
El bienestar emocional y la inclusión escolar son dos conceptos estrechamente relacionados, pues un
entorno educativo inclusivo no solo implica la adaptación de materiales y metodologías, sino también
el desarrollo de competencias emocionales que permitan a los estudiantes interactuar en un ambiente
seguro y empático. Bustamante et al. (2023), afirman que la inclusión educativa no solo fomenta el
respeto a la diversidad, sino que también fortalece la autoestima de los estudiantes con necesidades
educativas especiales (NEE), permitiéndoles integrarse de manera efectiva al entorno escolar.
Por otro lado, la falta de estrategias emocionales en la escuela puede generar exclusión y afectar la salud
mental de los estudiantes. En este sentido, San Martín y Tapia (2023), subrayan que los estudiantes que
no reciben educación emocional pueden experimentar mayores niveles de ansiedad, inseguridad y
dificultades para establecer relaciones interpersonales saludables. La inteligencia emocional, al estar
integrada en el currículo escolar, permite que los alumnos desarrollen la empatía y la tolerancia,
habilidades fundamentales para la construcción de una comunidad educativa inclusiva.
Desde una perspectiva práctica, los programas de educación emocional han demostrado su eficacia en
la reducción del acoso escolar y la mejora del clima escolar, estrategias como el aprendizaje cooperativo,
el mindfulness y el trabajo en equipo han sido aplicadas con éxito en diversos contextos educativos,
promoviendo la colaboración entre estudiantes y la resolución pacífica de conflictos. La educación
emocional, al proporcionar herramientas para la gestión de emociones, se convierte en un pilar
fundamental para garantizar el acceso equitativo a la educación y fortalecer la inclusión en las aulas
(Echeita & Fernández, 2021).
Estrategias para el desarrollo de competencias emocionales en el aula
El desarrollo de la inteligencia emocional en el ámbito educativo es un elemento clave para fomentar el
bienestar estudiantil y mejorar el proceso de aprendizaje. Según Moreno et al. (2023), la inteligencia
emocional se define como la capacidad de reconocer, comprender y regular las emociones propias y de
los demás, incidiendo en la adaptación socioemocional y el rendimiento académico de los estudiantes.
La implementación de programas educativos que fomenten la autorregulación emocional ha demostrado
beneficios significativos en la reducción del estrés, la mejora de la resiliencia y el fortalecimiento de la
convivencia dentro del aula.
pág. 951
En este contexto, los docentes desempeñan un papel fundamental, dado que su nivel de inteligencia
emocional impacta directamente en la dinámica del aula. Armstrong y Sandoval (2023), evidencian que
los docentes con alta inteligencia emocional generan ambientes de aprendizaje más positivos y
favorecen la inclusión, facilitando la atención a la diversidad y la resolución de conflictos. La
autorregulación emocional en los docentes no solo mejora su bienestar personal, sino que también
influye en la motivación y compromiso de los estudiantes.
Los estudios de Chunchi y Ordóñez, (2024), destacan la necesidad de capacitar a los docentes en
competencias emocionales, ya que muchos de ellos enfrentan desafíos en la gestión de emociones
propias y ajenas dentro del entorno escolar. Estrategias como la reflexión sobre las emociones, la
identificación de detonantes emocionales y la práctica del mindfulness han mostrado ser efectivas para
fortalecer la autorregulación en docentes y estudiantes. La integración de estas herramientas en la
enseñanza permite a los alumnos desarrollar habilidades que les ayuden a gestionar la frustración,
mejorar su capacidad de atención y fortalecer la empatía hacia sus compañeros.
El uso de metodologías activas en el aula contribuye significativamente al desarrollo de competencias
emocionales, estrategias como el aprendizaje basado en proyectos, el trabajo cooperativo y el juego de
roles han demostrado ser efectivas para fortalecer la educación emocional en estudiantes de distintos
niveles educativos. La implementación de estas metodologías no solo favorece la comprensión de
contenidos académicos, sino que también permite la experimentación y gestión de emociones en
situaciones reales de aprendizaje (Retto et al., 2024).
Los recursos didácticos desempeñan un papel clave en la enseñanza de la educación emocional,
materiales como cuentos, cortometrajes, dinámicas grupales y plataformas digitales permiten a los
estudiantes reflexionar sobre sus emociones y aprender estrategias para su regulación. La combinación
de herramientas digitales y recursos tradicionales ha mostrado ser una estrategia eficaz para promover
el aprendizaje socioemocional en contextos educativos diversos.
Las investigaciones de Armstrong y Sandoval (2023), resaltan la importancia de la formación continua
en educación emocional para los docentes, quienes deben contar con estrategias pedagógicas adecuadas
para abordar la dimensión emocional del aprendizaje. La implementación de programas específicos de
pág. 952
inteligencia emocional dentro del currículo escolar permite mejorar el clima del aula, fortalecer la
resiliencia estudiantil y fomentar relaciones interpersonales saludables.
Finalmente, el fortalecimiento de la educación emocional en el aula no solo impacta en el rendimiento
académico, sino que también contribuye a la formación integral de los estudiantes. La aplicación de
estrategias de enseñanza innovadoras y el uso de recursos didácticos adecuados potencian el desarrollo
de competencias emocionales esenciales para la vida, preparando a los estudiantes para enfrentar
desafíos tanto en el ámbito escolar como en su vida cotidiana.
Educación emocional como pilar para una escuela inclusiva y equitativa
El acoso escolar representa un problema persistente en diversas instituciones educativas, afectando el
bienestar emocional y el rendimiento académico de los estudiantes, la educación emocional se ha
consolidado como una estrategia eficaz para abordar esta problemática, al proporcionar herramientas
que permiten la regulación de emociones, la empatía y la comunicación asertiva, los programas de
educación emocional han demostrado su efectividad en la reducción de episodios de acoso escolar, ya
que fomentan habilidades sociales que promueven la convivencia armoniosa en los espacios educativos
(Silvana, 2024).
En este contexto, la inteligencia emocional se convierte en un factor clave para la prevención del acoso.
Vázquez y Velásquez (2024), sostienen que la empatía es un elemento esencial para la inclusión
educativa, pues contribuye a la formación de ambientes de respeto y cooperación. Cuando los
estudiantes aprenden a reconocer y gestionar sus emociones, logran establecer relaciones interpersonales
más saludables, disminuyendo así las actitudes de agresión y exclusión.
La aplicación de estrategias basadas en la educación emocional dentro del aula facilita la resolución de
conflictos de manera pacífica. Programas que incluyen actividades como dramatizaciones, debates
guiados y ejercicios de regulación emocional han sido implementados con éxito en diversas
instituciones, logrando una disminución de la violencia escolar, la mediación escolar, promovida por
docentes y otros actores educativos, permite canalizar los conflictos a través del diálogo y la
negociación, evitando la escalada de situaciones de acoso (Córdova et al., 2024).
El papel del docente en este proceso es crucial. Una formación adecuada en educación emocional les
permite actuar como mediadores en la resolución de conflictos y fomentar un ambiente de aula basado
pág. 953
en la tolerancia y el respeto. La capacitación en estrategias de regulación emocional y comunicación
asertiva fortalece la capacidad del profesorado para identificar situaciones de riesgo y aplicar
intervenciones oportunas (Ruiz et al., 2024).
El bienestar de los estudiantes no puede depender exclusivamente del entorno escolar. La colaboración
entre docentes, familias y la comunidad es fundamental para garantizar un desarrollo emocional
adecuado y una educación inclusiva. Estudios recientes han señalado que la participación activa de la
familia en la formación socioemocional del estudiante mejora su desempeño académico y su estabilidad
emocional (Cedeño et al., 2022).
La comunicación efectiva entre docentes y familias es un pilar en la educación emocional. Estrategias
como reuniones periódicas, talleres formativos y asesorías personalizadas permiten establecer vínculos
de confianza entre la escuela y el hogar. La creación de espacios de diálogo facilita la identificación de
problemáticas que afectan a los estudiantes, permitiendo un abordaje integral de sus necesidades
emocionales y académicas.
A nivel comunitario, el desarrollo de redes de apoyo fortalece la inclusión y el bienestar estudiantil.
Iniciativas como programas de mentoría, participación de organizaciones locales y actividades
extracurriculares orientadas al desarrollo emocional contribuyen a la creación de entornos educativos
más equitativos. La educación inclusiva no solo debe enfocarse en el aula, sino que debe extenderse a
los espacios en los que los estudiantes interactúan cotidianamente (San Martín et al., 2020).
El rol del docente en la vinculación con la comunidad resulta clave para la sostenibilidad de estas
estrategias, la formación en competencias emocionales y sociales les permite establecer conexiones con
actores clave dentro y fuera de la escuela, asegurando un enfoque integral en la formación del estudiante.
La implementación de metodologías participativas, donde las familias y la comunidad sean
protagonistas en la construcción de ambientes inclusivos, refuerza la equidad en el acceso a una
educación de calidad.
La educación emocional, como herramienta fundamental en la construcción de escuelas inclusivas y
equitativas, debe ser entendida como un proceso colaborativo que involucre a toda la comunidad
educativa, su implementación efectiva permite la creación de espacios seguros, la prevención de la
pág. 954
exclusión y el fortalecimiento del bienestar de los estudiantes, garantizando así una formación integral
que trascienda el ámbito académico.
METODOLOGÍA
Este tipo de estudio se centra en comprender la realidad desde la perspectiva de los sujetos involucrados,
explorando sus experiencias, percepciones y emociones, a diferencia de los estudios cuantitativos, no
busca la generalización de resultados mediante el uso de datos numéricos, sino el análisis profundo de
los factores que influyen en un fenómeno específico (Maldonado et al., 2023).
En el contexto de la educación emocional y el bienestar en una escuela inclusiva, un estudio cualitativo
permite comprender cómo se desarrollan las competencias emocionales en los estudiantes y cómo
impactan en la inclusión escolar, este enfoque posibilita la exploración de experiencias docentes,
prácticas pedagógicas y estrategias emocionales que fomentan ambientes educativos más equitativos y
accesibles para todos los alumnos.
El enfoque descriptivo se encarga de detallar y caracterizar fenómenos educativos y sociales sin
establecer relaciones causales, su objetivo es ofrecer una visión detallada de los componentes que
configuran una determinada realidad. Por otro lado, el enfoque exploratorio busca analizar
problemáticas poco estudiadas o que carecen de antecedentes suficientes, permitiendo generar nuevas
hipótesis y líneas de investigación para futuros estudios (Alban et al., 2020).
En relación con la educación emocional y la inclusión escolar, un enfoque descriptivo-exploratorio
facilita la identificación de estrategias que han sido implementadas en el ámbito educativo para
fortalecer el bienestar emocional de los estudiantes, este análisis permite examinar cómo la educación
emocional contribuye a la prevención del acoso escolar, la mejora de la convivencia y la resolución de
conflictos en entornos inclusivos.
La investigación documental se basa en la recopilación, selección y análisis de información proveniente
de diversas fuentes, como libros, artículos científicos y documentos institucionales, este tipo de estudio
permite construir un marco teórico sólido a partir de la revisión de investigaciones previas, lo que facilita
la comprensión del problema de estudio y el planteamiento de soluciones fundamentadas (Tarrillo et al.,
2024).
pág. 955
El método teórico permite la construcción del conocimiento a partir de la revisión y análisis de estudios
previos, facilitando la comprensión de conceptos clave y la formulación de hipótesis. El método
inductivo-deductivo combina la observación y la generalización de patrones con la aplicación de
principios teóricos a casos específicos, permitiendo un análisis más estructurado del fenómeno en
estudio. Finalmente, el método analítico-sintético permite descomponer la información en sus elementos
fundamentales para luego integrarla en una visión holística del tema (Hadi et al., 2023).
En el marco de la educación emocional y la inclusión escolar, estos métodos permiten analizar diferentes
enfoques teóricos, identificar patrones en la implementación de programas educativos y sintetizar la
información para formular estrategias que mejoren el bienestar estudiantil en entornos inclusivos.
El análisis documental se enfocó en la revisión de publicaciones científicas de los últimos cinco años,
en español e inglés, con el propósito de identificar tendencias y hallazgos recientes en la educación
emocional y su aplicación en entornos inclusivos, la selección de fuentes se realiza considerando su
relevancia, rigor metodológico y contribución al desarrollo del conocimiento en este campo (Danel &
Santa María, 2024).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El análisis de los hallazgos permite comprender la educación emocional no solo como un recurso
aislado, sino como un eje transversal que influye en la configuración de espacios educativos inclusivos.
Los estudios analizados coinciden en que la educación emocional fortalece la equidad y la participación,
sin embargo, su implementación aún enfrenta desafíos relacionados con la capacitación docente, la
integración curricular y la generación de estrategias efectivas para su consolidación dentro del aula.
pág. 956
Tabla 1. Educación emocional y bienestar estudiantil
Autor y
Año
Educación emocional como eje del
bienestar estudiantil
Estrategias para la
creación de espacios
educativos inclusivos
(Córdova et
al., 2024)
La educación emocional se considera
un pilar fundamental en la
construcción de una sociedad
equitativa y justa, donde se promueve
la inclusión y el bienestar estudiantil a
través del desarrollo de habilidades
socioemocionales.
Es necesario diseñar políticas
educativas que fomenten la
integración de todos los
estudiantes, garantizando
igualdad de oportunidades.
(C. San
Martín et al.,
2020)
Los docentes identifican que la
educación emocional favorece el
sentido de pertenencia y la
participación de los estudiantes en un
entorno inclusivo.
El trabajo colaborativo entre
docentes y familias
contribuye a la creación de
una comunidad educativa
inclusiva.
(Vázquez &
Velásquez,
2024)
El desarrollo de la empatía como parte
de la educación emocional permite a
los estudiantes mejorar su adaptación y
bienestar en entornos educativos
diversos.
La implementación de
programas de tutoría entre
pares fomenta un ambiente
de aprendizaje más inclusivo
y participativo.
(Chunchi &
Ordóñez,
2024)
La educación socioemocional fortalece
la salud mental de los adolescentes,
promoviendo un ambiente de
aprendizaje más positivo y
equilibrado.
Capacitar a los docentes en
competencias
socioemocionales les
permite generar espacios
educativos más equitativos.
(Armstrong
& Sandoval,
2023)
La inteligencia emocional de los
docentes influye en el clima del aula y
en la capacidad de los estudiantes para
gestionar sus emociones y su bienestar.
El desarrollo de prácticas
pedagógicas basadas en la
diversidad ayuda a fortalecer
la educación inclusiva en el
aula.
(Moreno et
al., 2023)
Las estrategias de educación
emocional impactan directamente en el
rendimiento académico y el desarrollo
personal de los estudiantes.
El diseño de programas de
educación emocional
basados en el aprendizaje
activo mejora la convivencia
escolar.
(R. San
Martín &
Tapia, 2023)
El fortalecimiento de la autoestima y la
resiliencia a través de la educación
emocional mejora la interacción social
y el desempeño escolar.
Las estrategias para el
desarrollo de la inteligencia
emocional en el aula
promueven la inclusión y el
respeto a la diversidad.
(Bustamante
et al., 2023)
La educación inclusiva debe
incorporar la educación emocional
para garantizar el desarrollo integral de
los niños con necesidades educativas
especiales.
Es esencial adaptar los
materiales didácticos a las
necesidades de los
estudiantes para fomentar la
inclusión en la educación
básica.
(Zúñiga &
Luque,
2021)
La inteligencia emocional junto con la
inclusión escolar permite una
convivencia armoniosa y reduce la
incidencia de conflictos dentro del
aula.
La implementación de
metodologías cooperativas
en el aula mejora la
convivencia y fortalece los
valores inclusivos.
(Echeita &
Fernández,
2021)
Las prácticas de educación inclusiva
deben considerar la educación
emocional como una herramienta
esencial para la equidad y la
participación estudiantil.
La participación activa de la
comunidad educativa en la
toma de decisiones fortalece
la inclusión en el entorno
escolar.
Elaborado por los autores
Un aspecto relevante identificado en la revisión es la relación entre la educación emocional y el
desarrollo de ambientes escolares favorables, más allá de mejorar el bienestar individual de los
pág. 957
estudiantes, los hallazgos evidencian que la educación emocional tiene un impacto sistémico en la
convivencia escolar y en la dinámica institucional, esto sugiere que no basta con enseñar habilidades
emocionales a los alumnos; es fundamental transformar la cultura escolar y generar modelos de
enseñanza que prioricen la autorregulación emocional y la empatía como competencias esenciales.
Los resultados también destacan que la inclusión educativa no puede depender exclusivamente de
estrategias pedagógicas, sino que requiere del compromiso de toda la comunidad escolar, la evidencia
muestra que la articulación entre docentes, familias y directivos resulta determinante para la
consolidación de espacios educativos más equitativos. En este sentido, la participación activa de los
actores educativos en la toma de decisiones favorece la implementación de programas emocionales con
mayor efectividad.
Otro hallazgo clave es la importancia de las herramientas tecnológicas en la educación emocional,
aunque su uso se menciona en varias investigaciones, su implementación efectiva aún no está
sistematizada en muchas instituciones, esto plantea la necesidad de diseñar estrategias específicas para
aprovechar los recursos digitales en el fortalecimiento del bienestar estudiantil y la inclusión.
Finalmente, se observa que la educación emocional sigue siendo vista en muchos contextos como un
complemento del currículo y no como un componente esencial del proceso educativo, esta percepción
debe cambiar para garantizar que el desarrollo socioemocional de los estudiantes tenga el mismo peso
que el desarrollo cognitivo, lo que permitiría consolidar una educación verdaderamente inclusiva y
equitativa.
Tabla 2. Propuesta de estrategias de educación emocional y bienestar estudiantil
Nombre de la
Estrategia
Objetivo
Alcance
Recursos
Resultados Esperados
Círculos de
Expresión
Emocional
Fomentar la
comunicación asertiva
y la gestión emocional
de los estudiantes a
través de espacios
seguros para la
expresión de
sentimientos y
experiencias
personales.
Se aplicará en todas las
áreas del currículo,
permitiendo que los
estudiantes de distintos
niveles educativos
participen en dinámicas
de diálogo abierto y
reflexión emocional.
Aula con disposición
en círculo, materiales
visuales de apoyo
(emocionómetro,
tarjetas con
emociones), guía de
preguntas para
facilitar la reflexión,
cuadernos de
emociones.
Mayor confianza y
cohesión grupal,
reducción de conflictos
escolares, fortalecimiento
de habilidades de empatía
y escucha activa, y mejora
del bienestar emocional de
los estudiantes.
pág. 958
Aprendizaje
Basado en la
Empatía
Desarrollar la empatía
y la conciencia social a
través de proyectos
colaborativos en los
que los estudiantes
aborden problemáticas
reales y propongan
soluciones inclusivas.
Actividades
interdisciplinarias que
involucren asignaturas
como ciencias sociales,
literatura y educación
para la ciudadanía,
adaptadas a todos los
niveles educativos.
Casos reales para
análisis, testimonios
de personas en
situación de
vulnerabilidad,
plataformas digitales
para investigación y
presentación de
propuestas.
Mayor sensibilidad social,
reducción de la
discriminación y los
prejuicios en el aula, y
desarrollo de
competencias
emocionales y de
resolución de problemas
en equipo.
Mindfulness y
Regulación
Emocional
Integrar prácticas de
atención plena
(mindfulness) en la
rutina escolar para
reducir el estrés,
mejorar la
concentración y
fortalecer la
inteligencia emocional
de los estudiantes.
Se implementará
diariamente durante 5-
10 minutos en el aula
antes de iniciar las clases
y en momentos de alta
carga emocional o estrés
académico.
Audios y videos de
meditación guiada,
ejercicios de
respiración, dinámicas
de relajación,
formación docente en
técnicas de
mindfulness.
Reducción del estrés y la
ansiedad en los
estudiantes, mayor
regulación emocional,
mejora en la
concentración y
desempeño académico, y
aumento del bienestar
general en el aula.
Tutorías de
Acompañamie
nto
Socioemocional
Crear un sistema de
tutorías en el que los
estudiantes puedan
contar con el apoyo de
docentes o
compañeros
entrenados en
educación emocional
para gestionar sus
emociones y mejorar
la convivencia.
Se aplicará a nivel
institucional,
permitiendo que cada
estudiante tenga acceso
a un tutor o mentor
capacitado en
inteligencia emocional y
resolución de conflictos.
Espacios de
orientación, guías de
tutoría emocional,
formación de docentes
y estudiantes
mentores, reuniones
semanales de
seguimiento.
Mayor integración social,
reducción de casos de
acoso escolar,
fortalecimiento de la red
de apoyo entre
estudiantes, mejora en la
resiliencia y autoeficacia
académica.
Cultura de la
Inclusión:
Escuela para
Todos
Sensibilizar a toda la
comunidad educativa
sobre la importancia
de la inclusión y la
diversidad,
promoviendo acciones
concretas para la
eliminación de
barreras y prejuicios
en el aula.
Involucra a docentes,
estudiantes, familias y
directivos en un plan de
sensibilización sobre
inclusión educativa y
diversidad en el aula.
Charlas,
documentales,
debates, material
audiovisual, jornadas
de sensibilización,
cartillas con
estrategias inclusivas
para docentes.
Reducción de la
discriminación, mayor
inclusión de estudiantes
con necesidades
educativas especiales,
fortalecimiento de una
cultura escolar basada en
el respeto y la equidad.
Elaborado por los autores
La implementación de estas estrategias en el entorno educativo permite abordar de manera integral la
educación emocional, el bienestar y la inclusión en el aula, cada una de las estrategias planteadas
responde a necesidades específicas de los estudiantes y de la comunidad educativa, ofreciendo
soluciones concretas para mejorar el ambiente escolar y promover el desarrollo socioemocional.
Uno de los aspectos clave de esta propuesta es su enfoque multidimensional, ya que combina prácticas
de gestión emocional (como el mindfulness y los círculos de expresión), metodologías activas centradas
en la empatía y el aprendizaje social, así como estrategias de acompañamiento y tutoría que fortalecen
el sentido de pertenencia dentro de la escuela, esta combinación de estrategias permite garantizar un
aprendizaje más equitativo y significativo.
pág. 959
Además, la propuesta destaca la importancia de la formación docente y el involucramiento de la
comunidad, estrategias como la cultura de inclusión y las tutorías de acompañamiento fomentan un
trabajo colaborativo entre docentes, estudiantes y familias, lo que refuerza la efectividad de la educación
emocional, la sensibilización y el fortalecimiento de las habilidades socioemocionales de los docentes
son fundamentales para la sostenibilidad de estos programas a largo plazo.
Otro punto relevante es la versatilidad y adaptabilidad de las estrategias, estas pueden implementarse en
distintos niveles educativos y ajustarse según las características de cada institución, además, el uso de
herramientas tecnológicas, dinámicas grupales y recursos multimedia facilita su aplicación en diversos
contextos de enseñanza.
Los resultados esperados, tales como la reducción del estrés y la ansiedad en los estudiantes, el
fortalecimiento de la convivencia escolar, la mejora del rendimiento académico y la inclusión efectiva,
reflejan la importancia de priorizar la educación emocional dentro del currículo escolar. La creación de
un entorno escolar seguro, empático e inclusivo no solo impacta en el bienestar de los estudiantes, sino
que también contribuye al desarrollo de una sociedad más equitativa y colaborativa.
La integración de estas estrategias en las instituciones educativas no solo responde a una necesidad
inmediata de mejorar el clima escolar, sino que también sienta las bases para un modelo educativo más
humano, inclusivo y orientado al desarrollo integral de los estudiantes. La educación emocional debe
consolidarse como un eje transversal del aprendizaje, garantizando que cada estudiante pueda desarrollar
sus habilidades emocionales y sociales en un entorno de respeto y equidad.
CONCLUSIONES
Se evidencia que la educación emocional no solo impacta en el desarrollo individual de los estudiantes,
sino que también influye en la cultura institucional y en la creación de ambientes de aprendizaje más
equitativos, su implementación efectiva requiere estrategias pedagógicas que trasciendan la enseñanza
de contenidos académicos y promuevan el desarrollo de habilidades emocionales desde un enfoque
integral.
Uno de los hallazgos más relevantes es la necesidad de articular la educación emocional con estrategias
inclusivas que favorezcan la participación de todos los actores de la comunidad escolar. La formación
docente, la colaboración con las familias y la creación de espacios de aprendizaje basados en la empatía
pág. 960
y el respeto son elementos determinantes para consolidar entornos educativos donde se promueva el
bienestar y la equidad, sin embargo, persisten desafíos en la integración de la educación emocional en
los programas educativos de manera sistemática, lo que sugiere la importancia de diseñar políticas que
respalden su implementación a largo plazo.
Además, la investigación revela que el uso de herramientas tecnológicas y metodologías activas puede
potenciar el desarrollo de competencias emocionales, siempre que su aplicación sea contextualizada y
responda a las necesidades específicas de los estudiantes. La inclusión educativa, vista desde esta
perspectiva, no debe limitarse a la adaptación de materiales o metodologías, sino que debe considerar la
dimensión emocional como un pilar fundamental del proceso de aprendizaje. En definitiva, garantizar
una educación emocional efectiva y equitativa implica repensar la forma en que las escuelas abordan el
desarrollo integral de sus estudiantes. Una escuela inclusiva solo es posible cuando el bienestar
emocional se reconoce como un derecho y una prioridad dentro del sistema educativo.
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