pág. 2420
CUIDANDO AL PACIENTE CON ACCIDENTE
CEREBRO VASCULAR
CARING FOR THE STROKE PATIENT
María Paulina Pintado Galarza
Universidad Técnica de Machala
Karina Lisseth Macas Bermeo
Universidad Técnica de Machala
Diana Elizabeth Calderón González
Universidad Técnica de Machala

pág. 2421
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i2.17066
Cuidando al paciente con accidente cerebro vascular
Maria Paulina Pintado Galarza1
mpintado4@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0009-0002-8271-2708
Universidad Tecnica de Machala
Karina Lisseth Macas Bermeo
kmacas5@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0009-0007-8227-4281
Universidad Tecnica de Machala
Diana Elizabeth Calderón Gonzalez
decalderon@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-7553-9789
Universidad Tecnica de Machala
RESUMEN
Introducción: El accidente cerebrovascular es una condición médica grave que ocurre cuando el flujo
sanguíneo hacia una parte del cerebro se interrumpe o se reduce, lo que impide que el tejido cerebral
reciba oxígeno y nutrientes. Objetivo: Explorar el impacto de las intervenciones de enfermería en la
evolución clínica de pacientes con accidente cerebrovascular (ACV) mediante una revisión sistemática
y estudios de campo, con el fin de mejorar la calidad de vida y reducir las complicaciones asociadas a
esta enfermedad. Metodología: Este estudio es de tipo cuantitativo y diseño descriptivo; la población
de estudio está conformada por 80 profesionales que laboran en las áreas de emergencia y cuidados
intensivos. Resultados: El 87,8% de los profesionales tienen excelente actuación en los cuidados que
se deben dar al paciente con esta patología; mientras que un 12,03% de los profesionales encuestados
ofrecen un muy buen servicio a los pacientes con Accidente Cerebrovascular. Conclusión: La mayoría
de los profesionales de enfermería están capacitados para llevar a cabo prácticas claves como la
evaluación constante de la presión intracraneal (PIC), el manejo adecuado de los niveles de oxígeno y
la monitorización cardíaca en pacientes con ACV, garantizando una atención eficiente en las primeras
horas de atención, que son cruciales.
Palabras Clave: accidente cerebrovascular, síntomas, complicaciones, intervenciones de enfermería
1 Autor Principal
Correspondencia: mpintado4@utmachala.edu.ec

pág. 2422
Caring for the stroke patient
ABSTRACT
Stroke is a serious medical condition that occurs when blood flow to a part of the brain is interrupted or
reduced, preventing brain tissue from receiving oxygen and nutrients. Objective: To explore nursing
interventions in the clinical course of patients with cerebrovascular accident (CVA) through a systematic
review and field studies, in order to improve quality of life and reduce complications associated with
this disease. Methodology: This study is quantitative and descriptive in design; the study population
consists of 80 professionals working in emergency and intensive care areas. Results: 87.8% of
professionals have excellent performance in the care that should be provided to patients with this
pathology; while 12.03% of the professionals surveyed provide very good service to patients with
cerebrovascular accident. Conclusion: Most nursing professionals are trained to perform key practices
such as continuous assessment of intracranial pressure (ICP), appropriate oxygen level management,
and cardiac monitoring in stroke patients, ensuring efficient care in the crucial first hours of care.
Keywords: Stroke, symptoms, complications, nursing interventions
Artículo recibido 06 febrero 2025
Aceptado para publicación: 12 marzo 2025

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INTRODUCCIÓN
El accidente cerebrovascular es una condición médica grave que ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia
una parte del cerebro se interrumpe o se reduce, lo que impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y
nutrientes; esta interrupción puede ser causada por un coágulo sanguíneo (accidente cerebrovascular
isquémico) o por la ruptura de un vaso sanguíneo (accidente cerebrovascular hemorrágico) (Fuentes y
Pirazán, 2021). En ambos casos, la falta de oxígeno provoca la muerte de las células cerebrales en
cuestión de minutos, lo que puede dar lugar a discapacidades permanentes o incluso la muerte (Borja et
al., 2021). Los ACV, el 70% son isquémicos y el resto son hemorragias intracerebrales o hemorragias
subaracnoideas (Phipps et al., 2020).
Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 15 millones de personas sufren un ACV
cada año, fallecen 6,5 millones y otros 5 millones quedan con discapacidad permanente (Molina et al.,
2021). En Latinoamérica, en 2020 se registraron entre 1,7 y 6,5 casos por cada 1.000 habitantes y en
Ecuador, es la tercera causa de muerte, después de las enfermedades isquémicas del corazón, y diabetes
mellitus; según el último reporte del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, en 2019 se registraron
4577 muertes por accidente cerebro vascular (ACV), siendo la tercera causa de mortalidad de hombres
y mujeres en el país (Berna y Encalada, 2021).
La herramienta diagnóstica más importante en la evaluación del ACV es la tomografía computarizada
(TC) y la resonancia magnética (RM), ya que la TC sin contraste es la prueba inicial de elección por su
disponibilidad, rapidez y capacidad para distinguir entre ACV isquémico y hemorrágico, además de
identificar hemorragias intracerebrales y otras lesiones cerebrales como tumores o abscesos; en cambio,
la RM es útil para evaluar áreas del cerebro menos accesibles a la TC, como el tronco encefálico y la
fosa posterior (Saltos et al., 2023). Ambas modalidades de imagen son cruciales para guiar el tratamiento
y determinar la elegibilidad para intervenciones específicas, como la trombólisis intravenosa o la
trombectomía mecánica (Chuchuca et al., 2023).
La atención de enfermería en pacientes con accidente cerebrovascular (ACV), tanto isquémico como
hemorrágico, es esencial para garantizar una adecuada recuperación y minimizar complicaciones
asociadas a estas condiciones críticas (Jiménez y Maridueña, 2022). Los accidentes cerebrovasculares

pág. 2424
son emergencias médicas que requieren una intervención inmediata y un monitoreo constante para
preservar las funciones neurológicas y mejorar la calidad de vida del paciente (Benavides et al., 2023).
En el caso del accidente cerebrovascular isquémico, las actividades de enfermería se enfocan
principalmente en la monitorización de signos vitales, evaluación neurológica, manejo del control de
líquidos y glucemia, prevención de complicaciones, la educación y apoyo a la familia (Ajila et al., 2024).
La correcta medición de la presión arterial, que debe mantenerse por debajo de 180/105 mmHg, así
como la vigilancia de la frecuencia cardíaca (60-100 lpm), la frecuencia respiratoria (12-20 respiraciones
por minuto), la temperatura corporal (36.5-37.5 °C) y la saturación de oxígeno (≥95%), son esenciales
para identificar cambios críticos en el estado del paciente (Piloto et al., 2020). Además, la evaluación
neurológica mediante la Escala de Coma de Glasgow (valor normal de 15) y la Escala NIHSS permite
establecer la gravedad del daño cerebral y orientar las intervenciones terapéuticas adecuadas. También
se debe monitorear la glucemia para mantener valores entre 140 y 180 mg/dL y garantizar un equilibrio
adecuado de electrolitos: Sodio (135-145 mEq/L), Potasio (3.5-5.0 mEq/L), Cloro (98-106 mEq/L) y
Calcio (8.5-10.5 mg/dL) (Barán et al., 2023).
Por otro lado, en los pacientes con accidente cerebrovascular hemorrágico, las actividades de enfermería
incluyen un monitoreo riguroso de los signos vitales, manejo del control de líquidos, prevención de
complicaciones relacionadas con el aumento de la presión intracraneal (PIC) y la realización de
exámenes complementarios (Cedeño, 2023).
Es fundamental mantener la presión arterial por debajo de 140/90 mmHg para evitar el agravamiento de
la hemorragia. Asimismo, la monitorización de la presión intracraneal, cuyo rango normal se encuentra
entre 5 y 15 mmHg, es esencial para prevenir daño cerebral adicional, considerando que valores
superiores a 20 mmHg requieren medidas inmediatas, como la administración de soluciones hipertónicas
o la realización de craniectomías descompresivas en casos críticos (Cárdenas y Roca, 2022). La
ejecución de estudios diagnósticos como la tomografía computarizada (TC), el recuento celular, la
evaluación de plaquetas, y la determinación de parámetros hematológicos como la actividad de
protrombina y el tiempo parcial de tromboplastina activada, son herramientas esenciales en la evaluación
inicial de estos pacientes (Barán et al., 2023).

pág. 2425
Finalmente, la educación a la familia y el apoyo emocional proporcionado por el personal de enfermería
también son aspectos fundamentales en la recuperación de los pacientes con ACV (Capiñala y
Benttencourt, 2020). Es necesario garantizar que los familiares comprendan las medidas de cuidado
necesarias y participen activamente en el proceso de recuperación (Balanquet et al., 2020). De este
modo, las actividades de enfermería se convierten en un pilar esencial para mejorar el pronóstico de los
pacientes con accidente cerebrovascular y optimizar su recuperación (Uchuari, 2023).
El profesional de enfermería es fundamental en la atención de pacientes con accidente cerebrovascular.
Su labor comienza en la identificación y evaluación de los síntomas iniciales, donde se detectan signos
de alerta como debilidad en un lado del cuerpo, disartria o pérdida de coordinación (Cuba, 2022). Esta
identificación temprana es esencial, siendo que el tiempo es un factor determinante en el tratamiento del
ACV (Chumpitaz et al., 2022). Además, los enfermeros realizan una valoración integral del paciente,
monitoreando constantes vitales y estado neurológico, lo que permite una intervención adecuada y
oportuna (Sánchez et al., 2022).
Razón por la cual nuestro objetivo es explorar las intervenciones de enfermería en la evolución clínica
de pacientes con accidente cerebrovascular (ACV) mediante una revisión sistemática y estudios de
campo, con el fin de mejorar la calidad de vida y reducir las complicaciones asociadas a esta enfermedad.
METODOLOGÍA
Este estudio es de tipo cuantitativo y diseño descriptivo, evalúa el cuidado brindado a pacientes con
enfermedad cerebrovascular en un entorno hospitalario mediante encuestas dirigidas a profesionales de
enfermería. La población de estudio está conformada por 80 profesionales que laboran en las áreas de
emergencia y cuidados intensivos. La muestra se seleccionó de manera intencional, incluyendo
únicamente a aquellos con experiencia en el manejo de pacientes con accidente cerebrovascular (ACV)
y que aceptaron participar voluntariamente.
Para la recolección de datos, se diseñó una encuesta validada por expertos, basada en el Protocolo de
Trauma Craneoencefálico Severo del Ministerio de Salud Pública del Ecuador y la Guía Práctica de
Enfermería en el Paciente Crítico, 2ª Edición. La encuesta incluyó preguntas sociodemográficas,
evaluación del conocimiento sobre los tipos de ACV y su manejo clínico, así como prácticas de
enfermería en monitoreo de signos vitales, administración de medicamentos, control de presión arterial,

pág. 2426
manejo de glucemia, evaluaciones neurológicas y estrategias de rehabilitación. También se abordaron
acciones educativas dirigidas a los pacientes y sus familias. Se emplearon preguntas de opción múltiple
y escalas de frecuencia para obtener datos cuantificables.
El proceso de recolección de datos contó con el consentimiento informado de los participantes,
garantizando la confidencialidad de la información. Los resultados obtenidos fueron analizados
mediante métodos estadísticos y técnicas cualitativas como análisis temático y de contenido, con el
objetivo de identificar patrones en la atención de los pacientes con ACV. Este estudio cumple con
principios éticos de investigación en salud, asegurando el anonimato y el uso exclusivo de la información
para fines investigativos. Se espera que los resultados obtenidos contribuyan a mejorar la calidad del
cuidado y las estrategias de intervención en el manejo de pacientes con ACV.
RESULTADOS
Luego de la aplicación de la encuesta, se pudo obtener los siguientes resultados:
Tabla 1. Conocimiento del Profesional de Enfermería
Años de experiencia
4 - 6 años 7 - 10 años
Más de 10
años
Total
Seleccione el concepto
correcto de Accidente
Cerebrovascular
Isquémico:
Ocurre cuando un vaso
sanguíneo en el cerebro se
rompe, provocando sangrado
en el tejido cerebral.
1.3% 8.8% 2.5% 12.6%
Se produce por la
obstrucción de una arteria
que lleva sangre al cerebro,
lo que
resulta en la reducción o
interrupción del flujo
sanguíneo.
26.3% 51.2% 10.0% 87.5%

pág. 2427
Seleccione el concepto
correcto de Accidente
Cerebrovascular
Hemorrágico:
Ocurre cuando un vaso
sanguíneo en el cerebro se
rompe, provocando sangrado
en el tejido cerebral.
25.0% 55.0% 11.3% 91.3%
Se produce por la
obstrucción de una arteria
que lleva sangre al cerebro,
lo que
resulta en la reducción o
interrupción del flujo
sanguíneo.
2.5% 5.0% 1.3% 8.8%
En la tabla 1 se hace referencia al conocimiento que tiene el Profesional de Enfermería con respecto al
Accidente Cerebrovascular según los años de experiencia que tienen ejerciendo la profesión, se obtuvo
como resultados que en cuánto al concepto de Accidente Cerebrovascular Isquémico el 87,5% de los
encuestados seleccionaron la respuesta correcta; mientras que en cuanto al concepto de Accidente
Cerebrovascular Hemorrágico un 91,3% eligió la respuesta correcta. Se resalta que el mayor porcentaje
de profesionales con respuestas correctas corresponden al grupo entre 7 y 10 años de experiencia,
representando el 51,2 % en el ACV isquémico y 55% en el ACV hemorrágico, quienes demostraron un
mayor nivel de conocimiento, especialmente en relación con el Accidente Cerebrovascular
Hemorrágico.
Tabla 2. Actividades inmediatas al atender a un paciente con ACV Isquémico
¿Con qué frecuencia realiza las siguientes actividades
inmediatas al atender a un paciente con ACV
ISQUÉMICO?
Frecuencia Porcentaje
Determinar tiempo de
síntomas
Siempre 49 61.3%
Frecuentemente 25 31.3%
Ocasionalmente 6 7.5%

pág. 2428
Escala de National
Institutes of Healt Stroke
Scale (NIHSS):
Siempre 39 48.8%
Frecuentemente 29 36.3%
Ocasionalmente 11 13.8%
Nunca 1 1.3%
Monitoreo cardíaco por lo
menos por 24 horas
Siempre 69 86.3%
Frecuentemente 11 13.8%
Oxígeno suplementario si
la SO₂ es menor a 94%
Siempre 79 98.8%
Frecuentemente 1 1.3%
Acceso endovenoso
Siempre 77 96.3%
Frecuentemente 3 3.8%
Determinar glucemia
Siempre 64 80.0%
Frecuentemente 16 20.0%
En la tabla 2 se reflejan las actividades inmediatas que se realizan al atender a un paciente con ACV
Isquémico en donde se obtiene que, en la actividad de determinar el tiempo de síntomas, el 61,3% de
los encuestados lo realiza siempre, mientras que el 31,3% frecuentemente y el 7,5% ocasionalmente; en
cuanto a la Escala de National Institutes of Healt Stroke Scale (NIHSS) hemos obtenido que el 48,8%
de los profesionales la utilizan siempre, el 36,3% frecuentemente, un 13,8% frecuentemente y un 1,3%
no la utiliza
En referencia a la actividad de monitoreo cardíaco por lo menos por 24 horas se obtuvo que el 86,3%
de los encuestados realiza siempre esta actividad, mientras que 13,8% frecuentemente; en cuanto a
utilizar oxígeno suplementario si la SO₂ es menor a 94%, se obtuvo que la mayoría en un 98,8% lo
utiliza, mientras que un 1,3% de manera frecuente. En la siguiente actividad los enfermeros mencionaron
que un 96,3% realiza acceso endovenoso y un 3,8% frecuentemente lo hace; y en cuanto a determinar
glucemia, el 80,0% de los profesionales de Enfermería lo hace siempre y una minoría de 20%
frecuentemente.

pág. 2429
Tabla 3. Actividades en el manejo de la presión arterial en pacientes con ACV isquémico
¿Con qué frecuencia realiza las siguientes actividades
en el manejo de la presión arterial en pacientes con
ACV ISQUÉMICO?
Frecuencia Porcentaje
Llevar gradualmente la
presión arterial sistólica a
< 185 mmHg y diastólica a
< 110 mmHg
Siempre 36 45.0%
Frecuentemente 32 40.0%
Ocasionalmente 12 15.0%
Mantener la presión
arterial media (PAM) ≥ 70
mmHg
Siempre 39 48.8%
Frecuentemente 32 40.0%
Ocasionalmente 9 11.3%
En la tabla 3 nos da a conocer la frecuencia con la que realiza algunas actividades en el manejo de la
presión arterial en pacientes con ACV ISQUÉMICO, en donde nos indica que el 45% siempre lleva
gradualmente la presión arterial sistólica a < 185 mmHg y diastólica a < 110 mmHg, mientras que el
40% de los enfermeros lo hacen frecuentemente y un 15% ocasionalmente; mientras que en la actividad
de mantener la presión arterial media (PAM) ≥ 70 mmHg, un 48,8% de los encuestados lo realiza
siempre, el 40% frecuentemente y un 11,3% ocasionalmente.
Tabla 4. Actividades en el manejo de la glucemia en pacientes con ACV Isquémico
¿Con qué frecuencia realiza las siguientes actividades
en el manejo de la glucemia
en pacientes con ACV ISQUÉMICO?
Frecuencia Porcentaje
Realizar glicemia en forma
inmediata
Siempre 46 57.5%
Frecuentemente 25 31.3%
Ocasionalmente 9 11.3%
Siempre 56 70.0%

pág. 2430
Corregir hipoglucemia
(sintomática o asintomática
<70 mg/dL) Frecuentemente
24 30.0%
Mantener valores de
glucemia entre 140 y 180
mg/dL
Siempre 53 66.3%
Frecuentemente 20 25.0%
Ocasionalmente 7 8.8%
En la tabla 4 se hace referencia la frecuencia con la que se realiza las siguientes actividades en el manejo
de la glucemia en pacientes con ACV en donde un mayor porcentaje de 57,5% de los profesionales de
Enfermería mencionan que siempre realizan glicemia en forma inmediata, un 31,3% de manera
frecuente y el 11,3% lo realiza ocasionalmente; en cuanto a corregir hipoglucemia (sintomática o
asintomática <70 mg/dL) se obtuvo que un 70% lo hace siempre y un 30% de manera frecuente; por
último el 66,3% de las personas encuestadas siempre mantiene valores de glucemia entere 140 y 180
mg/dl, el 25% frecuentemente y en un porcentaje menor de 8,8% ocasionalmente mantiene los valores
de glucemia entre 140 y 180 mg/dl.
Tabla 5. Frecuencia de evaluar el estado nutricional de los pacientes con ACV Isquémico.
¿Con qué frecuencia evalúa el estado nutricional de
los pacientes con ACV ISQUÉMICO?
Frecuencia Porcentaje
Peso
Siempre 43 53.8%
Frecuentemente 30 37.5%
Ocasionalmente 7 8.8%
IMC
Siempre 37 46.3%
Frecuentemente 33 41.3%
Ocasionalmente 10 12.5%
En la tabla 5 se especifica la frecuencia con la que se evalúa el estado nutricional de los pacientes con
ACV ISQUÉMICO, donde el 53,8% de los encuestados siempre está pendiente del peso del paciente

pág. 2431
con ACV, el 37,5% frecuentemente y un 8,8% ocasionalmente; con respecto al IMC del paciente el
46,3% de los profesionales de enfermería lo evalúa siempre, un 41,3% de manera frecuente y un 12,5
ocasionalmente.
Tabla 6. Actividades inmediatas al atender a un paciente con ACV Hemorrágico
¿Con qué frecuencia realiza las siguientes actividades
inmediatas al atender a un paciente con ACV
HEMORRÁGICO?
Frecuencia Porcentaje
Mantener Presión
Intracraneal (PIC)
0 – 15 mmHg 59 73.3%
0 – 10 mmHg 9 11.3%
0 – 20 mmHg 6 7.5%
5 – 15 mmHg 6 7.5%
Uso de solución hipertónica
si la PIC continúa
20 mmHg 5 6.3%
25 mmHg 19 23.8%
10 mmHg 1 1.3%
> 20 mmHg 55 68.8%
Realizar craniectomía
descompresiva cuando la
PIC está sostenida
25 mmHg 37 46.3%
> 20 mmHg 37 46.3%
20 mmHg 3 3.8%
30 mmHg 3 3.8%
En la tabla 6 se evidencia la frecuencia con la que se realiza las siguientes actividades inmediatas al
atender a un paciente con ACV HEMORRÁGICO, donde tenemos que en cuanto al mantener la Presión
Intracraneal (PIC) un 73,8% de los profesionales de Enfermería la mantiene de 0 – 15 mmHg, un 11,3%
de 0 – 10 mmHg, y un 7,5% mantiene la PIC entre 0 – 20 mmHg y 5 – 15 mmHg. Por otro lado, un
68,8% usa solución hipertónica si la PIC continúa > 20 mmHg, el 23,8% si continúa en 25 mmHg, un
6, 3% si continúa en 20 mmHg, y en un procentaje menor de 1,3% si la continúa en 10 mmHg. También
tenemos que un 46,3% de los encuestados realiza craniectomía descompresiva cuando la PIC está

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sostenida en 25 mmHg y > 20 mmHg; mientras que el 3,8% de los enfermeros lo hace si está sostenida
en 20 mmHg y 30 mmHg.
Tabla 7. Exámenes complementarios en la evaluación inicial de un paciente con ACV hemorrágico
¿Qué exámenes complementarios realiza habitualmente en
la evaluación inicial de un paciente con ACV Hemorrágico?
Frecuencia Porcentaje
TC craneal sin contraste 73 91.3%
Plaquetas 2 2.5%
Tiempo parcial de tromboplastina activada 5 6.3%
En la tabla 7 se hace referencia a los exámenes complementarios que se realiza habitualmente en la
evaluación inicial de un paciente con ACV Hemorrágico, en donde el 91,3% de los encuestados realiza
un TC craneal sin contraste, el 6,3% el Tiempo parcial de tromboplastina activada y en un porcentaje
menor de 2,5% realiza plaquetas.
Tabla 8. Calificación de la actuación oportuna del personal de enfermería
Calificación de la actuación oportuna del personal de
enfermería
Porcentaje
Excelente 87.9%
Muy bueno 12.1%
Total, general 100%
En la tabla 8 se evalúa la actuación oportuna de enfermería que labora en las áreas de Emergencia y
Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en el manejo de pacientes con Accidente Cerebrovascular,
obteniéndose como resultado que el 87,8% de los profesionales tienen excelente actuación en los
cuidados que se deben dar al paciente con esta patología; mientras que un 12,03% de los profesionales
encuestados ofrecen un muy buen servicio a los pacientes con Accidente Cerebrovascular.

pág. 2433
DISCUSIÓN
Los resultados de la investigación muestran que los profesionales de la salud poseen un alto nivel de
conocimiento sobre los tipos de ACV. El 87,5% de los encuestados identificó correctamente el concepto
de ACV isquémico, mientras que el 91,3% lo hizo con el ACV hemorrágico. Mas del 50% de los
participantes cuentan con 7 y 10 años de experiencia en la aplicación del protocolo de manejo en
pacientes con ACV. Sin embargo, estos hallazgos contrastan con el estudio de Chuchuca et al. (2023),
sobre el Conocimiento del personal de enfermería en el manejo de pacientes con ACV donde se
evidenció deficiencias en el conocimiento del personal de enfermería. Según su investigación, el 58,1%
del personal no posee un conocimiento completo ni ha recibido capacitación sobre los protocolos de
atención a estos pacientes, lo que indica limitaciones en la práctica clínica y en la implementación de
intervenciones adecuadas. De acuerdo con el estudio de Vives et al. (2014) sobre el Protocolo de
actuación de Enfermería para pacientes con enfermedad cerebrovascular el 57,1% del personal contaba
con una experiencia laboral de entre 6 y 10 años, lo que resulta clave para el cumplimiento adecuado de
normas, protocolos y procedimientos.
En cuanto al desarrollo del personal de salud ante las actividades inmediatas en pacientes con ACV
isquémico, se priorizan el monitoreo cardíaco durante 24 horas (86,3%), la administración de oxígeno
suplementario si la saturación de oxígeno (SO₂) es inferior al 94% (98,8%) y el establecimiento de un
acceso venoso (96,3%). Estos procedimientos coinciden con el estudio de la American Stroke
Association (ASA), que enfatiza la importancia del monitoreo continuo durante las primeras 24 a 72
horas posteriores al ACV para detectar arritmias y prevenir complicaciones secundarias. Por su parte,
Donoso et al. (2021) encontraron que el 47,5% de los pacientes estudiados recibió seguimiento dentro
de las 6 horas posteriores a la aparición de los síntomas, lo que resultó en buenos resultados y pocas
complicaciones. Sin embargo, Powers et al. (2023) recomienda mantener un monitoreo prolongado en
pacientes con riesgo de fibrilación auricular. En cuanto a la oxigenación, Virani et al. (2021) señala que
esta debe administrarse únicamente cuando la saturación de oxígeno del paciente sea inferior al 92%.
En relación con las actividades en el manejo de la presión arterial en pacientes con ACV isquemico, el
personal menciona que es fundamental mantener la presión arterial media (PAM) ≥ 70 mmHg (48,8%).
Respecto a esto, los ensayos realizados por Georgia et al. (2023) sobre la Anestesia General/Local en

pág. 2434
el ensayo de Terapia Intraarterial (GOLIATH), Sedación vs. Intubación para el ensayo de Tratamiento
de Accidentes Cerebrovasculares (SIESTA) y Anestesia Durante el ensayo de accidente cerebrovascular
(AnStroke,) indica que la PAM < 70 mmHg con duración de más de 45 minutos puede inducir a
complicaciones funcionales y de mayor riesgo hemorrágico.
En este sentido, la evaluación del estado nutricional se realiza de manera constante, utilizando
indicadores como el peso (53,8%) y el IMC (46,3%). El estudio de Meza-Miranda et al. (2021) identificó
factores de riesgo asociados al estilo de vida, como el consumo de alcohol y tabaco, dietas poco
saludables e inactividad física. Esta última es un aspecto clave en la presente investigación, que señala
un riesgo atribuible de al menos el 90% en pacientes con ACV isquémico y hemorrágico. Entre los
hallazgos de autor, realizado en una población de 113 pacientes, se encontró que el 31,4% presentaba
sobrepeso y el 48,5% tenía exceso de peso, mientras que solo el 34,4% mantenía un estado nutricional
adecuado. Además, se destaca que en adultos con un IMC superior a 30 kg/m², el riesgo de ACV es de
al menos un 70%.
Por otra parte, en las actividades inmediatas ante la atención en pacientes con ACV Hemorrágico,
las principales intervenciones incluyen: mantener la presión intracraneal (PIC) entre 0 y 15 mmHg
(73,3%), administrar solución hipertónica si la PIC supera los 20 mmHg (68,8%) y realizar una
craniectomía descompresiva cuando la PIC se mantiene por encima de 20 mmHg de manera sostenida
(46,3%). Según los hallazgos de Sánchez et al. (2022), entre los principales cuidados de enfermería no
solo se encuentra la monitorización continua de la presión arterial en función del aumento de la PIC,
sino también el uso programado de antihipertensivos cada 30 a 40 minutos para prevenir el riesgo de
sangrados y la rotura de pequeñas arterias y arteriolas. Además, el autor destaca que el uso de analgésicos
como paracetamol (1 g vía oral) y codeína (60 mg intravenosa, diluida y administrada lentamente)
contribuye a la reducción de la PIC.
CONCLUSION
El presente estudio resalta la importancia de la intervención oportuna y el conocimiento profundo del
personal de enfermería en el manejo de pacientes con accidente cerebrovascular (ACV), tanto isquémico
como hemorrágico. A lo largo de la investigación, se evidencia que la mayoría de los profesionales de
enfermería están capacitados para llevar a cabo prácticas claves como la evaluación constante de la

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presión intracraneal (PIC), el manejo adecuado de los niveles de oxígeno y la monitorización cardíaca
en pacientes con ACV, lo que refleja un compromiso con las mejores prácticas clínicas. Estos
procedimientos son fundamentales para prevenir complicaciones y mejorar los resultados de los
pacientes, garantizando una atención eficiente en las primeras horas de atención, que son cruciales.
En cuanto al manejo de los pacientes con ACV hemorrágico, se destaca la importancia de mantener la
presión intracraneal (PIC) dentro de valores específicos y utilizar soluciones hipertónicas cuando la PIC
supera los niveles establecidos, así como la realización de craniectomías descompresivas en situaciones
críticas. Estas intervenciones coinciden con los protocolos más actualizados en la atención de ACV
hemorrágico, lo que demuestra que el personal de enfermería está siguiendo adecuadamente las
directrices para el manejo de esta patología. En el caso de ACV isquémico, el monitoreo cardíaco
constante y la administración de oxígeno suplementario son prácticas frecuentes entre los profesionales,
lo que refleja el compromiso con la prevención de complicaciones secundarias. La educación al familiar
del paciente con ACV juega un papel crucial en el proceso de recuperación. Brindar información clara
y accesible sobre los cuidados domiciliarios, la prevención de complicaciones y la importancia de la
adherencia al tratamiento permite fortalecer la red de apoyo del paciente y mejorar su calidad de vida.
Además, es fundamental resaltar que la formación continua del personal de enfermería es clave para
mantener y mejorar la calidad de atención en estos casos. La actualización en técnicas y protocolos, así
como la participación en talleres permiten a los enfermeros estar al tanto de los avances en el tratamiento
del ACV, fortaleciendo sus habilidades y fomentando un ambiente de trabajo colaborativo donde se
comparten experiencias, lo que enriquece el aprendizaje y mejora la atención al paciente. En definitiva,
el compromiso del personal de enfermería con su formación y la aplicación de conocimientos
actualizados son pilares esenciales para ofrecer una atención integral y de calidad a los pacientes con
ACV.
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