Evaluaci�n del estado nutricional del adulto mayor

en una estancia geri�trica permanente

 

MTFS Claudia Marcela Cant� S�nchez.

[email protected]

Profesor de Tiempo Completo.

Doctorante en Desarrollo Humano,

Departamento de Enfermer�a y Obstetricia.

Divisi�n de Ciencias de la vida, M�xico.

L�nea de Investigaci�n Promoci�n de la salud y cuidado en grupos vulnerables.

 

Dra. Gloria Vega Argote.

[email protected]

Profesor de Tiempo Completo.

Departamento de Enfermer�a y Obstetricia de Irapuato.

Divisi�n de Ciencias de la Vida.

Universidad de Guanajuato. M�xico.

L�nea de Investigaci�n Prevenci�n y estados cr�nicos del adulto.

 

ME. Greever Mar�a �vila S�nsores.�

[email protected]

Profesor de Tiempo Completo.

Departamento de Enfermer�a y Obstetricia de Irapuato.

Divisi�n de Ciencias de la Vida.

Universidad de Guanajuato. M�xico.�

�L�nea de Investigaci�n Prevenci�n y estados cr�nicos del adulto.

Dr. Osmar Antonio Jaramillo Morales

[email protected]

Profesor de Tiempo Completo.

Departamento de Enfermer�a y Obstetricia de Irapuato.

Divisi�n de Ciencias de la Vida.

Universidad de Guanajuato, M�xico

L�nea de Investigaci�n Promoci�n de la salud y cuidado en grupos vulnerables

 

RESUMEN

El proceso de envejecimiento sugiere una serie de cambios fisiol�gicos a nivel de los diversos �rganos y sistemas provocando p�rdida de la masa y fuerza conocida como sarcopenia. La desnutrici�n es uno de los grandes s�ndromes geri�tricos y un factor desencadenante para fragilidad en los adultos mayores.� Esto representa un factor de riesgo para institucionalizaci�n y desencadenamiento de otras morbilidades. Es por esto que la realizaci�n de un diagn�stico oportuno sobre el estado nutricional de los adultos mayores dentro de una estancia geri�trica permanente es una herramienta para la realizaci�n y evaluaci�n de las intervenciones de enfermer�a para los cuidadores y los pacientes institucionalizados. El presente trabajo fue parte de la materia de Cuidado de Enfermer�a en la salud mental donde los estudiantes de la materia de Cuidado de Enfermer�a en el adulto mayor tomaron los datos a evaluar a trav�s de 4 escalas de evaluaci�n que fueron la escala de Braden para determinar �lceras por presi�n, Escala de Morse para evaluar riesgo de ca�das, Mini nutricional Self MNA para evaluar estado nutricional y SARC � F que eval�a presencia de sarcopenia. �Dentro de los principales resultados encontramos que los adultos mayores institucionalizados presentan desnutrici�n 17%, 30% riesgo de desnutrici�n, 45% estado nutricional normal y un 8% se neg� a evaluar, en cuanto a riesgo bajo de �lceras por presi�n, con un poco riesgo de ca�das con un 50% y 25 sin riesgo de ca�das, en cuanto a la presencia de �lceras se encontr� un 70% de riesgo bajo, 15% con riesgo moderado y 15 % de pacientes con alto riesgo de presentar �lceras por presi�n. Es por esto que la evaluaci�n y seguimiento de la nutrici�n tanto de cuidadores como de personal de enfermer�a son cruciales para evitar compromiso en la salud del adulto mayor.

 

Palabras clase: adulto mayor; desnutrici�n; estancia geri�trica.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Evaluation of the nutritional status of the elderly in

a permanent geriatric stay

 

ABSTRACT

The aging process suggests a series of physiological changes at the level of various organs and systems, causing loss of mass and strength known as sarcopenia. Malnutrition is one of the major geriatric syndromes and a triggering factor for frailty in older adults. This represents a risk factor for institutionalization and triggering of other morbidities. This is why making a timely diagnosis of the nutritional status of older adults within a permanent geriatric stay is a tool for carrying out and evaluating nursing interventions for caregivers and institutionalized patients. The present work was part of the subject of Nursing Care in mental health where the students of the subject of Nursing Care in the elderly took the data to be evaluated through 4 evaluation scales that were the Braden scale to determine pressure ulcers, Morse Scale to assess the risk of falls, Mini nutritional Self MNA to assess nutritional status and SARC - F that assesses the presence of sarcopenia. Among the main results we found that institutionalized older adults have 17% malnutrition, 30% risk of malnutrition, 45% normal nutritional status and 8% refused to evaluate, in terms of low risk of pressure ulcers, with a little risk of falls with 50% and 25 without risk of falls, in terms of the presence of ulcers, 70% were found to be at low risk, 15% at moderate risk and 15% of patients at high risk of presenting pressure ulcers. This is why the evaluation and follow-up of the nutrition of both caregivers and nursing staff are crucial to avoid compromising the health of the elderly.

 

Keywords: �older adult; malnutrition; geriatric stay.

 

Art�culo recibido:� 02 enero 2022

Aceptado para publicaci�n: 28 enero 2022

Correspondencia:  [email protected]

Conflictos de Inter�s: Ninguna que declarar

 

 

 

 

INTRODUCCI�N

La vejez es la etapa de la vida cuyo inicio es determinado por cada sociedad. Actualmente, en los pa�ses en desarrollo como M�xico se acepta como inicio de la vejez los 60 a�os, mientras que en los pa�ses desarrollados esa edad es a los 65 a�os. Cuando nos referimos a envejecimiento, hablamos de un proceso natural, gradual, continuo e irreversible de cambios a trav�s del tiempo. Estos cambios se dan en el nivel biol�gico, psicol�gico y social, que est�n determinados por la historia, la cultura y las condiciones socioecon�micas de los grupos y las personas. Por ello, la forma de envejecer de cada persona es diferente. Si bien, el envejecimiento deber�a ser sano y activo, existen problemas de salud en los adultos mayores como grupo poblacional en este caso las enfermedades cr�nicas, que tienen mayor prevalencia y ocurren por m�ltiples factores, es por esto que la familia y sociedad tienen la responsabilidad de ofrecer las oportunidades para que el adulto mayor tenga las habilidades para lograr un autocuidado satisfactorio. De acuerdo con la pir�mide poblacional en el estado de Guanajuato se visualiz� un aumento en el grupo de Adultos Mayores del 6.5% en el a�o 2000 y del 13.9% en el a�o 2015, y donde ser� m�s notable por su rapidez ser� en el corredor Industrial que incluye a la ciudad de Le�n, Irapuato y Celaya. Los problemas de salud que se presentan con m�s frecuencia son: diabetes, c�ncer, neumon�a, depresi�n, sordera, ceguera, enfermedades no identificadas por proceso de envejecimiento.

En el a�o actual 2021, se observa un aumento de 7.83% en la cantidad de adultos mayores, es por esto que se debe contar con la creaci�n de empresas al cuidado de ellos, y con esto un crecimiento en las �reas de enfermer�a, optometr�a, odontolog�a y especialidades m�dicas enfocadas en el adulto mayor. Como se mencion� anteriormente en el envejecimiento la persona atraviesa por cambios biopsicosociales importantes que pueden hacer que la din�mica cotidiana del adulto se altere, tambi�n aumenta la prevalencia de problemas ligados al estado nutricional, que van desde la desnutrici�n hasta el sobrepeso y la obesidad. Por tal raz�n, la nutrici�n vista como el factor m�s influyente en la salud de los adultos mayores debe ser un aspecto vital a tener en cuenta en la intervenci�n por parte del personal de enfermer�a, desde la promoci�n de la salud y la prevenci�n de la enfermedad que tienen su base en la modificaci�n de h�bitos y conductas para incorporar otras como: la realizaci�n de actividad f�sica regular, disminuci�n del consumo de alcohol o tabaco y la adopci�n de una dieta saludable adaptada a las necesidades propias del envejecimiento. Estas acciones deben ser parte de un tratamiento conjunto en el mantenimiento integral de la salud y control de las enfermedades cr�nicas, para proporcionar as� una mejor calidad de vida al individuo en donde se pueda adaptar a su nueva condici�n.

Justificaci�n

Se torna indispensable una buena alimentaci�n, para aminorar el deterioro progresivo en la fisiolog�a del adulto mayor y la prevenci�n de las enfermedades que afectan en gran parte a este grupo et�reo (sarcopenia, artritis, artrosis, osteoporosis, diabetes, hipertensi�n arterial, infartos cardiacos).

La importancia en realizar una valoraci�n del estado nutricional reside en obtener datos sobre la calidad de la salud de los adultos mayores, encontrar alg�n problema ligado a �ste o riesgo de desnutrici�n, la obtenci�n de otros diagn�sticos y el desarrollo de un plan para intervenir y dar seguimiento.

Se pretende que la investigaci�n aporte conocimientos sobre la situaci�n nutricional del adulto mayor que reside en �Casa Hogar La Paz� y la relaci�n que esta tiene con la sarcopenia, para que con la participaci�n de las personas que le rodeen, se logre mejorar su calidad de vida.

Adulto Mayor

Se denomina envejecimiento al proceso de cambios morfofuncionales que se producen en el ser vivo en relaci�n con el paso del tiempo. Dicho proceso de envejecimiento puede ser contemplado desde dos perspectivas principales, la referida a los cambios fisiol�gicos o esperados para todos los individuos independientemente de sus experiencias vitales, o lo que se refiere a los cambios patol�gicos, propios de cada individuo y que est�n relacionados con las alteraciones del equilibrio org�nico en relaci�n con el desarrollo de procesos morbosos. En el a�o de 1987, Rowe y Kahn establecieron la diferenciaci�n entre envejecimiento normal (usual aging) y envejecimiento exitoso o saludable (succesful aging), incluyendo en �ste la baja probabilidad de padecer enfermedades o discapacidad, elevada capacidad funcional f�sica y cognitiva, y mantenimiento de una vida activa en la sociedad.

Se tiene estimado que �nicamente entre el 20 y 25% de la variabilidad en la edad de fallecimiento vendr� determinado por los factores gen�ticos, de los cuales unos se constituir�n en factores de supervivencia, mientras que otros ser�n factores predisponentes para el padecimiento de ciertas enfermedades cr�nicas, entre las que podr�amos destacar las enfermedades coronarias, algunos tipos de c�ncer, la diabetes mellitus o algunas demencias como la enfermedad de Alzheimer.

Los determinantes socioecon�micos ejercen una gran influencia sobre el proceso de envejecimiento, de tal manera que en las sociedades desarrolladas y, por lo tanto, m�s ricas, la esperanza de vida al nacer llega a ser el doble de la de los pa�ses m�s pobres, incluy�ndose las condiciones y seguridad en el trabajo, aspectos referidos a la jubilaci�n o el nivel de instrucci�n alcanzado.

Otro factor de gran relevancia en el proceso de envejecimiento como lo refiere Calenti, 2011,� ser� el referido a los h�bitos o estilos de vida; as�, se considerar�an h�bitos an�malos y, por lo tanto, con influencia negativa sobre el envejecimiento, la vida sedentaria, el consumo de tabaco o alcohol, las dietas no equilibradas, la falta de las relaciones sociales o la actividad en algunos sectores laborales generadores de estr�s (directivos, profesionales de la salud o controladores a�reos, entre otros), o muy exigentes desde el punto de vista f�sico (estibadores o peones de obra, entre otros).� Hay que se�alar la importante diferencia de longevidad en cuanto al g�nero, ya que, en las mujeres, por ejemplo, en Espa�a, viven casi siete a�os m�s de media que los hombres y, de alguna manera, est�n condicionando una sociedad feminizada de mayores, sobre todos cuando nos referimos a la poblaci�n de m�s edad.

El envejecimiento es el conjunto de transformaciones y/o cambios que aparecen en el individuo a lo largo de la vida; es la consecuencia de la acci�n del tiempo sobre los seres vivos. Estos cambios son: bioqu�micos, fisiol�gicos, morfol�gicos, sociales, psicol�gicos y funcionales.� (Sociedad Espa�ola de Enfermer�a Geri�trica, 1999)

La edad efectiva de una persona puede establecerse teniendo en cuenta diversas consideraciones que nos permiten diferencias cuatro tipos de edades: Edad cronol�gica, Edad fisiol�gica, Edad ps�quica y Edad social.

La Edad Cronol�gica: Se define por haber cumplido un determinado n�mero de a�os; respecto de la vejez se ha convenido hasta el momento, los 65 a�os. Es objetiva en su medida ya que todas las personas nacidas en la misma fecha comparten id�ntica edad cronol�gica. La ventaja de la objetividad de la edad cronol�gica se vuelve inconveniente al comprobar el impacto diferente del tiempo sino la calidad del tiempo transcurrido, los acontecimientos vividos y las condiciones ambientales que lo han rodeado.

Edad Fisiol�gica: Es definida por el envejecimiento de sus �rganos y tejidos, es decir, la afectaci�n f�sica del individuo. Los cambios org�nicos se producen de forma gradual: lentos e inapreciables al comienzo del proceso, hasta que afectan el normal desarrollo de las actividades de la vida diaria o interfieren en ellas.

Edad Ps�quica: Dif�cilmente se puede establecer, pero los acontecimientos externos de la vida de cada persona, sociales y afectivos, hacen reaccionar a cada una seg�n su personalidad, circunstancias y experiencia vital.

Edad Social: Esta se establece con el rol individual que se debe desempe�ar en la sociedad. Esta forma de clasificar puede considerarse discriminatoria ya que no tiene en cuenta las aptitudes y actitudes personales frente a la resoluci�n de las actividades de la vida diaria. Sin embargo, los l�mites de la edad social cambian seg�n las necesidades econ�micas y pol�ticas del momento. (Sociedad Espa�ola de Enfermer�a Geri�trica, 1999).

El Paciente Gerontol�gico como persona: autonom�a y dependencia.

Nuestras sociedades envejecidas plantean desaf�os econ�micos, sociales, familiares, personales y tambi�n �ticos.� El tr�nsito a la madurez y el logro de autonom�a significan convertirse en razonadores pr�cticos independientes. No independencia en el sentido de autarqu�a, sino independencia consciente de nuestra vulnerabilidad, fragilidad y dependencia: una interdependencia reflexiva, en la que el reconocimiento de la dependencia y su conversi�n en oportunidad o capacidad de vida es la clave de la independencia y la autonom�a.

Las tres dimensiones de la autonom�a

Para identificar y comprender cu�les son las necesidades de salud de un paciente gerontol�gico y las respuestas cl�nicas y �ticas m�s adecuadas es necesario distinguir tres dimensiones de la autonom�a, aunque no como realidades aisladas sino como un continuum: la autonom�a decisoria, la autonom�a informativa y la autonom�a funcional:

La autonom�a decisoria refiere a la libertad de elecci�n, esto es, a la capacidad del paciente para deliberar y decidir (se) por un curso de acci�n. Es la dimensi�n �tica y jur�dicamente m�s desarrollada, a partir de la teor�a del consentimiento informado. La ausencia o limitaci�n de la autonom�a decisoria se califica gen�ricamente como incapacidad y se soluciona a trav�s de las decisiones de representaci�n, las instituciones de guarda, representaci�n y asistencia y m�s recientemente, la planificaci�n anticipada de la atenci�n o las instrucciones previas.

La autonom�a informativa se centra en la definici�n, la protecci�n y el control de la informaci�n de car�cter personal y de la documentaci�n asistencial, bien con mecanismos tradicionales como el secreto profesional, la confidencialidad y el derecho a la intimidad, bien con otros m�s recientes como el derecho fundamental a la protecci�n de datos personales, garantizados al paciente anciano igual que al resto de los ciudadanos.

La autonom�a funcional alude a la libertad de acci�n (actuaci�n o abstenci�n) y la capacidad de realizar por uno mismo las decisiones adoptadas. Esta dimensi�n est� estrechamente relacionada con la primera, la autonom�a decisoria, pero conviene otorgarle un tratamiento individualizado en el caso del paciente gerontol�gico. Las limitaciones en la autonom�a funcional suelen calificarse como situaciones de dependencia, o discapacidad y su soluci�n no proviene de las instituciones de representaci�n (que en ocasiones son innecesarias e ineficaces), sino de otras como la asistencia personal, los sistemas de apoyo y los cuidados, profesionales y no profesionales o informales. (Calenti, 2011).

An�lisis de la actividad

Diversas investigaciones centradas en el grupo de poblaci�n de personas mayores concluyen que la actividad f�sica, psicol�gica y social aumenta de forma significativa la calidad de vida y el bienestar en las personas que lo realizan de manera asidua. Los individuos experimentan por s� mismos y es a ra�z de estas experiencias donde conocen sus capacidades y d�ficit. As� pues, el profesional de la salud puede utilizar las actividades para evaluar las destrezas y d�ficit de cada persona y para identificar las subsecuentes razones para la planificaci�n de la intervenci�n terap�utica basada en diversas actividades.

Desempe�o Ocupacional

El objetivo de la terapia ocupacional es convertir estas ocupaciones humanas que son habituales en estado de salud (comer, caminar, etc) en actividades que adquieren circunstancialmente valor terap�utico.

Para explicar adecuadamente qu� es el desempe�o ocupacional es necesario entender que desde la terapia ocupacional se trata la funci�n y son utilizados los� procedimientos y actividades con el prop�sito de promover la salud y el bienestar ( por ejemplo, a trav�s de la higiene postural); minimizar o prevenir el deterioro (por ejemplo, a trav�s de estimulaci�n cognitiva con respecto a la memoria); desarrollar, mantener, mejorar y/o recuperar el desempe�o de las funciones necesarias y, por �ltimo, desarrollar, mantener y compensar las disfunciones instauradas. Las categor�as de la funci�n se encuentran bien diferenciadas: por un lado, las �reas del desempe�o ocupacional y, por otro, los componentes del desempe�o ocupacional. Seg�n el Marco de Trabajo de la Pr�ctica de la Terapia Ocupacional en su segunda edici�n (2008) las �reas del desempe�o son:

Las actividades de la Vida Diaria B�sicas son aquellas actividades orientadas al cuidado de uno mismo, e incluyen el nivel m�s b�sico de la ocupaci�n. Incluye la alimentaci�n, el vestido, higiene menor (lavado de manos, lavado de cara, cepillado de pelo y cepillado de dientes), higiene mayor (uso del ba�o), esf�nteres, movilidad funcional (en la cama, silla de ruedas y transferencias) y cuidado de dispositivos personales (gafas, aud�fonos, lentillas, dentadura postiza, equipamiento adaptado y dispositivos sexuales y contraceptivos).

Las actividades de la Vida Diaria Instrumentales son aquellas que est�n orientadas hacia la interacci�n con el medio y que son a menudo m�s complejas. Incluye cuidado de otros, cuidado de mascotas, uso de sistemas de comunicaci�n (tel�fono e internet), uso de transporte p�blico, manejo de dinero, cuidados del hogar, preparaci�n de comidas, medidas de mantenimiento y seguridad en el hogar e ir de compras.

Percepci�n de los cuidados al adulto mayor

Con la globalizaci�n debemos retomar el concepto de �cuidar es una actividad humana que se define como una relaci�n y un proceso cuyo objetivo va m�s all� de la enfermedad (Colliere, 2007) debido al aumento en la esperanza de vida a la disminuci�n de la tasa de natalidad, la poblaci�n de adultos mayores est� creciendo m�s r�pido en comparaci�n con otro grupo de edad, lo que indica que la poblaci�n mundial est� envejeciendo a pasos acelerados, pero eso tambi�n habla de que existen programas exitosos en salud p�blica y desarrollo socioecon�mico haciendo a los adultos mayores funcionales, se prev� que la mayor�a de los adultos mayores tendr�n convivencia con alguno de sus padres vivos, y muchos j�venes conocer�n a sus bisabuelos, esto ya es cotidiano en nuestros tiempos. La percepci�n hacia la persona adulta mayor ha ido variando, antes era importante que estuviera inmerso en la familia, m�s sin embargo ahora los familiares ya consideran el ingreso de ellos en centros geri�tricos. Una de las propuestas que los cuidados que se realizan en un centro residencial se realicen por el personal de enfermer�a ya que se basan en la planeaci�n asistida de personas ancianos que no pueden permanecer al cuidado de familiares en su propio domicilio, estos deben cumplir con criterios de calidad en la estructura y funcionamiento, sobre todo porque este ser� su hogar y debe brindar seguridad sobre todo para la prevenci�n de ca�das. El personal de enfermer�a por su formaci�n es el �nico que debe de estar capacitado para la realizaci�n de determinadas t�cnicas como la administraci�n de medicamentos, aplicaci�n de sondas nasog�stricas, valoraci�n biopsicosocial para que el equipo interdisciplinario realice las medidas terap�uticas pertinentes de acuerdo con las necesidades del paciente. Pero adem�s encontramos situaciones en emergencia como Accidentes cerebrovasculares, ca�das, glaucoma, asfixia, por lo que se requiere una valoraci�n integral para realizar intervenciones inmediatas de manera adecuada, debemos tomar en cuenta tambi�n los factores de riesgo para aplicar programas preventivos, de tratamiento y rehabilitaci�n. (Quintanilla, 2006).

Otro dato importante a considerar es que los adultos mayores que necesitan de cuidados se deben sentir confiados y seguros si conocen a las personas que les brindan cuidados, aplicando los conocimientos en el manejo de T�cnicas y procedimientos ya que su seguridad es muy importante, ya que si el cuidado se realiza de forma no satisfactoria, tardar�n m�s en llegar al bienestar, adem�s los apoyos ps�quicos y emocionales tienen un gran impacto en su salud mental fortaleciendo la experiencia como parte del crecimiento personal. (Bergland, 2006). Rey J.I. citado en Vanegas 2009, refiere que el aumento de los adultos mayores lo coloca en una posici�n de vulnerabilidad en su salud, y protecci�n por lo que debe aplicarse sus derechos humanos y del adulto mayor en las instituciones geri�tricas con profesionales disponibles resaltando la importancia del personal de enfermer�a profesional y capacitado para brindar atenci�n en el cuidado de la salud, seguridad, alimentaci�n, abrigo y trato digno, ya que el objetivo de los centros geri�tricos es lograr la mayor autonom�a y la val�a en actividades de la vida diaria.

Ante estos datos del crecimiento de la poblaci�n de adultos mayores, Hidalgo 2012� espera que� realicen acciones encaminadas a un autocuidado, haciendo referencia a Dorothea Orem y su teor�a del autocuidado que se define como el cuidado de uno mismo, dado por uno mismo y para uno mismo, que es una funci�n inherente a los profesionales de la salud involucrando a la familia y su entorno, incorpor�ndolo a actividades de la vida diaria para aumentar la calidad de vida, es una actividad aprendida por los individuos para lograr un beneficio de su vida, salud o bienestar. Es un derecho del adulto mayor que participe en los programas de salud p�blico y privados, para lograr el autocuidado a trav�s de la consecuci�n de objetivos, ya que al mejorar los conocimientos sobre aspectos de salud, factores de riesgo y promoci�n de la salud, adem�s si la persona es sensible a sus sentimientos, sensaciones corporales y respuestas valorara las necesidades personales y aumentara la capacidad de auto cuidarse y lograremos tratar con una poblaci�n adulta m�s saludable.(Orem, 1995). La capacidad de realizar el autocuidado aumenta la independencia percibida por las personas mayores aumentando la independencia aumenta la autoestima, la autoconfianza aumentando el bienestar emocional de las personas, la familia es un factor importante para que se realice el autocuidado, as� como el personal sanitario a cargo. (Hidalgo, 2012).

Objetivo General

  Con este diagn�stico situacional buscamos recabar informaci�n espec�fica y fidedigna por medio de escalas de medici�n acerca del estado nutricional en el que se encuentran los integrantes de la casa hogar �La Paz�, esto con el fin de determinar medidas preventivas o, en todo caso, correctivas que se vean involucradas en la alimentaci�n, riesgo de desnutrici�n y sarcopenia de los pacientes.

Objetivos Espec�ficos

  Realizar el llenado de escala Mini Nutritional Asessment contest�ndola de manera eficaz por cada adulto mayor designado a cada colaborador para designar intervenciones de enfermer�a registrando la efectividad de cada caso.

  Determinar estado de la nutrici�n del adulto mayor

Marco de referencia

Concepto de Norma Oficial Mexicana y su reglamentaci�n

Las normas oficiales mexicanas (NOM) son disposiciones generales de tipo t�cnico expedidas por dependencias de la administraci�n p�blica federal.

Su objetivo es establecer reglas, especificaciones, directrices y caracter�sticas aplicables a un producto, proceso o servicio.

1.�� Objetivo

Esta Norma Oficial Mexicana tiene por objeto establecer los procedimientos para uniformar principios, criterios, pol�ticas y estrategias en la prestaci�n de servicios y desarrollo de actividades en materia de asistencia social a menores y adultos mayores.

2.�� Campo de aplicaci�n

Esta Norma Oficial Mexicana es aplicable a todas las dependencias y entidades de la administraci�n p�blica, tanto federal como local y las personas f�sicas o morales de los sectores social y privado que conforman el Sistema Nacional de Salud.

  Adulto mayor, a la persona de 60 a�os de edad o m�s.

  Adulto mayor en estado de abandono, aquel que presenta cualquiera de las caracter�sticas siguientes: carencia de familia, rechazo familiar, maltrato f�sico o mental, carencia de recursos econ�micos.

  Albergue para adultos mayores, al establecimiento donde se proporcionan temporalmente servicios de alojamiento a adultos mayores, en tanto son reubicados a otras instituciones o a su familia.

  Casa hogar para adultos mayores, al establecimiento de asistencia social donde se proporciona a adultos mayores atenci�n integral mediante servicios de alojamiento, alimentaci�n, vestido, atenci�n m�dica, trabajo social, actividades culturales, recreativas, ocupacionales y psicol�gicas

Prestaci�n de servicios de asistencia social en casa hogar y albergues para adultos mayores deben incluir:

Alimentaci�n

  El usuario tendr� derecho a recibir tres alimentos al d�a con un intervalo de seis a siete horas entre un alimento y otro.

  La alimentaci�n debe ser de buen sabor y aspecto, en cantidad suficiente para una adecuada nutrici�n y servida en utensilios decorosos.

Atenci�n m�dica

Se debe contar con equipo m�dico indispensable que incluya:

a.       Botiqu�n de primeros auxilios.

b.      Estetoscopio biauricular.

c.       Esfigmoman�metro.

d.      Estuche de diagn�stico con oftalmoscopio.

e.       Aspirador.

La atenci�n m�dica que se proporcione al adulto mayor debe estar sustentada en principios cient�ficos, �ticos y sociales; comprende actividades preventivas, curativas y de rehabilitaci�n, que se llevan a cabo por el m�dico, la enfermera, gericultista, psic�logo y terapista f�sico � ocupacional

Con sustento a la NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-167-SSA1-1997, PARA LA PRESTACION DE SERVICIOS DE ASISTENCIA SOCIAL PARA MENORES Y ADULTOS MAYORES, enfocado en el asilo de ancianos �Casa Hogar la Paz� y al Diagnostico nutricional encontramos:

8.2 Alimentaci�n.

�8.2.1 El usuario tendr� derecho a recibir tres alimentos al d�a con un intervalo de seis a siete horas entre un alimento y otro.

�8.2.2 La alimentaci�n debe ser de buen sabor y aspecto, en cantidad suficiente para una adecuada nutrici�n y servida en utensilios decorosos. 8.3 Atenci�n m�dica.

8.3.1 Se debe contar con equipo m�dico indispensable que incluya: a) Botiqu�n de primeros auxilios. b)� Estetoscopio biauricular. c)� Esfigmoman�metro. d)� Estuche de diagn�stico con oftalmoscopio. e)� Aspirador. 8.3.2 La atenci�n m�dica que se proporcione al adulto mayor debe estar sustentada en principios cient�ficos, �ticos y sociales; comprende actividades preventivas, curativas y de rehabilitaci�n, que se� llevan� a cabo por� el� m�dico, la enfermera,� gericultista,� psic�logo� y terapista� f�sico - ocupacional.

8.3.3 Las actividades preventivas� comprender�n� las� acciones� siguientes:

�8.3.3.1 Educaci�n y promoci�n de� la salud� del� adulto mayor.

8.3.3.2 Fomento de una cultura de� dignificaci�n del� adulto mayor, que implica la difusi�n� de preceptos� gerontol�gicos� que permitan� conocer y comprender� el� proceso de� envejecimiento.

�8.3.3.3 Detecci�n oportuna de factores� de� riesgo� y� enfermedades, para� prevenir� secuelas discapacitantes� y mantener� la� funcionalidad� y� autonom�a del individuo,� entre� las� cuales� se encuentran: a.� Hipertensi�n arterial. b.� Diabetes mellitus. c.� Enfermedad del sistema m�sculo esquel�tico. d.� Aterosclerosis. e.� Malnutrici�n. f.� C�ncer. g.� Otras enfermedades cardiovasculares. h.� Depresi�n. i.� Enfermedades respiratorias. j.� Enfermedades visuales. k.� Enfermedades auditivas. l.� Enfermedades estomatol�gicas. m.� Enfermedades dermatol�gicas. 8.3.3.4.� Dise�ar y aplicar programas� orientados� a la� atenci�n� integral del� adulto� mayor� con acciones� relativas� a:

8.3.3.4.1 Orientaci�n nutricional.

8.4.2.8 Actividades de autocuidado.

L�mites del programa

El tiempo de elaboraci�n de este programa de forma presencial fue del 22 al 26 de noviembre, por medio de dos turnos en un horario de 9:00 am a 11:00 am y de 11:00 am a 1:00 pm en Casa Hogar de La Paz (asilo de ancianos) ubicada en Avenida de los Insurgentes #1921, La Paz, Irapuato, Guanajuato, con c�digo postal 36560, �donde pudimos conocer y aplicar nuestras� intervenciones de enfermer�a con nuestras personas de cuidado del grupo poblacional de adultos mayores (hombres y mujeres), as� como recabar los datos para posteriormente elaborar de forma grupal y virtual en la semana del 29 de noviembre al 3 de diciembre.

M�TODOS Y METODOLOG�A

Se pretende trabajar con pacientes geri�tricos que abarcan de 45-90 a�os que a su vez se dividen en Preseniles 45-60 a�os, Senectud gradual 60-70 a�os, Vejez declarada 70-90 a�os, longevos m�s de 90 a�os, que son los pacientes que se encuentran en el albergue del asilo de ancianos Casa hogar la Paz, para determinar el estado nutricional del adulto mayor a�� trav�s de 4 escalas tipo Likert que son Braden, para ulceras por presi�n, Riesgo de Ca�da de Morse, Escala SARC-F para evaluar sarcopenia, y una mini evaluaci�n nutricional, adem�s se contar� con una b�scula con estadi�metro que ya se encuentra en la instituci�n para determinar el estado nutricional del adulto mayor, se vaciar�n los datos en gr�ficos en Excel para mostrar los datos demogr�ficos y de nutrici�n.

Actualmente hay un total de 56 adultos mayores institucionalizados en la Casa hogar para ancianos y desvalidos de Irapuato, A.C. se tomaron los criterios de inclusi�n, pacientes que reunieran los requisitos para ser valorados en su estado nutricional y que aceptaran participar, se excluy� a pacientes con deterioro cognoscitivo y que no aceptaran ser evaluados.

Recursos

El programa es elaborado por estudiantes de s�ptimo semestre de la carrera de Enfermer�a y Obstetricia de la Universidad de Guanajuato, junto a las docentes responsables de la pr�ctica, la MTFS Claudia Marcela Cant� S�nchez como Coordinadora de la pr�ctica la MC Greever �vila Sensores como profesora adjunta, la revisi�n de la informaci�n corri� por parte de la Dra. Gloria Vega Argote y el Dr. Osmar Omar Jaramillo Morales.

Los materiales utilizados de papeler�a fueron: hojas blancas y tinta donde se imprimi� la valoraci�n geri�trica asignada y las escalas de valoraci�n fue financiado por la Empresa Semillas Hibridas de Irapuato, plumas y l�pices que los estudiantes llevaron. Tambi�n se hizo uso de b�scula y cinta m�trica para medir peso, talla y la pantorrilla. Los medios digitales: computadora donde se trabaj� mediante un archivo compartido y la aplicaci�n �Teams� e impresora y en esta ocasi�n por la pandemia COVID se requiri� equipo de protecci�n personal como cubrebocas tricapa, careta, gel antibacterial y sanitizante. Los colaboradores asistieron con uniforme comunitario, de acuerdo con los lineamientos establecidos por la coordinaci�n escolar.

Descripci�n de las escalas utilizadas

Escala de Morse

La escala de ca�da de Morse es una herramienta r�pida y simple para evaluar la probabilidad de que un paciente sufra una ca�da.� Los puntajes se asignan de acuerdo con las siguientes definiciones:

1. Antecedentes de ca�das recientes:

Se asignan 25 puntos si el paciente se ha ca�do durante la presente internaci�n o si tiene antecedentes dentro de los �ltimos tres meses de ca�das fisiol�gicas a consecuencia de situaciones tales como convulsiones o trastornos de la marcha. Si el paciente no se ha ca�do, se asigna 0 puntos.

Nota: si un paciente se cae por primera vez, entonces su puntaje autom�ticamente sube a 25. Si el paciente s�lo puede caminar apoy�ndose en los muebles se asignan 30 puntos.

2. Diagn�stico secundario:

Se asignan 15 puntos si hay m�s de un diagn�stico en la historia cl�nica. Si no, se califica 0.

3. Ayuda para deambular:

Se califica con 0 si el paciente camina sin ning�n dispositivo de ayuda (aun siendo ayudado por una enfermera/o), se encuentra en silla de ruedas o est� en reposo y no se levanta de la cama para nada. Si el paciente utiliza muletas, bast�n o andador se asignan 15 puntos. Si el paciente s�lo camina apoy�ndose en los muebles se asignan 30 puntos.

 

4. V�a endovenosa:

Se asignan 20 puntos si el paciente tiene una v�a IV, en caso contrario el puntaje es 0.

5. Marcha (Equilibrio y/o traslado):

Se define como marcha normal cuando el paciente camina con la cabeza erecta, los brazos balance�ndose libremente a los costados y con pasos seguros. A esta marcha no se le asignan puntos (0).

Con una marcha d�bil (puntaje 10) el paciente camina encorvado, pero es capaz de levantar la cabeza mientras camina sin perder equilibrio. Los pasos son cortos y puede arrastrar los pies. Con una marcha alterada (puntaje 20) el paciente puede tener dificultades para levantarse de la silla, pudiendo realizar varios intentos apoyando sus brazos en los brazos de la silla o "tomando IMPULSO" (ej: realizando varios intentos por incorporarse. La cabeza del paciente est� baja, mirando al piso. Como tiene muy poco equilibrio, el paciente se agarra de los muebles, de una persona de apoyo o de bastones/andadores y no puede caminar sin esta asistencia).

6. Conciencia - estado mental:

Cuando se utiliza esta escala, el estado mental del paciente es valorado chequeando la propia evaluaci�n que hace el paciente acerca de su capacidad para caminar. Se le pregunta al paciente: "�Puede ir al ba�o s�lo o necesita ayuda?" Si la respuesta del paciente es consistente con sus reales posibilidades se le asigna 0 punto. Si la respuesta del paciente no es realista, se considera que el mismo sobreestima sus propias capacidades y no es consciente de sus limitaciones, asign�ndose entonces 15 puntos.

7. Puntuaci�n final y nivel de riesgo:

Se suman los puntajes de los 6 �tems y se documenta en la historia cl�nica. Se identifica as� el nivel de riesgo de ca�das y las acciones recomendadas seg�n el riesgo.

Escala de Braden

La Escala de Braden fue desarrollada en 1985 en EE.UU., en el contexto de un proyecto de investigaci�n en centros sociosanitarios, como intento de dar respuesta a algunas de las limitaciones de la Escala de Norton. Barbara Braden y Nancy Bergstrom desarrollaron su escala a trav�s de un esquema conceptual en el que rese�aron, ordenaron y relacionaron los conocimientos existentes sobre UPP.

 

Escala de Braden eval�a el riesgo de desarrollar �lceras por presi�n en base a la sensibilidad y humedad de la piel, la fricci�n del cuerpo con las s�banas, la movilidad, actividad y nutrici�n del paciente. Un puntaje menor o igual a 16 implica riesgo de desarrollar �lceras por presi�n, se utiliz� este punto de corte ya que es lo que se describe por los autores de la escala para su utilizaci�n.

La Escala de Braden consta de seis subescalas: percepci�n sensorial, exposici�n de la piel a la humedad, actividad f�sica, movilidad, nutrici�n, roce y peligro de lesiones cut�neas, con una definici�n exacta de lo que se debe interpretar en cada uno de los apartados de estos sub�ndices. Los tres primeros sub�ndices miden factores relacionados con la exposici�n a la presi�n intensa y prolongada, mientras que los otros tres est�n en relaci�n con la tolerancia de los tejidos a la misma.

Mini Nutricional

El MNA es una herramienta de cribado que ayuda a identificar a ancianos desnutridos o en riesgo de desnutrici�n fue validado espec�ficamente en poblaci�n geri�trica en Toulouse y publicado por primera vez en 1994; desarrollado por Nestl� y geriatras de liderazgo internacional; suficientemente validado en estudios internacionales en varios escenarios cl�nicos.

Se recomienda repetir el MNA con una periodicidad anual en pacientes ambulatorios, cada tres meses en pacientes institucionalizados o en aquellos que han sido identificados como desnutridos o en riesgo de malnutrici�n, y cuando ocurra cualquier cambio en la situaci�n cl�nica del paciente.�(Salv� Casanovas, 2012) (N�stleNutritionInstitute.)

Escala de Sarc-F

SARC-F permite evaluar la fuerza muscular a trav�s de un sistema de evaluaci�n y puntuaci�n en el que los pacientes registran su habilidad en 5 par�metros: fuerza, capacidad para caminar, levantarse de una silla, subir unas escaleras y frecuencia de ca�das.

Para cada componente, los pacientes son evaluados con 0,1, o 2 puntos (0 representa ninguna dificultad, 1 supone alguna dificultad y 2 mucha dificultad o incapacidad). La puntuaci�n total va de 0 a 10 y los pacientes que registran 4 puntos o menos padecen sarcopenia. La herramienta SARC-F se ha desarrollado como alternativa a las pruebas de imagen y los test f�sicos que se utilizan habitualmente para medir la fuerza muscular.

La sarcopenia es una enfermedad muscular que se caracteriza por una masa muscular baja y una fuerza muscular reducida, como principales determinantes. Si bien es una enfermedad asociada con los adultos mayores, su desarrollo comienza a edades tempranas. Este desorden musculoesquel�tico progresivo y generalizado est� asociado a un incremento del riesgo de ca�das, fracturas, discapacidad f�sica y mortalidad. Adem�s del proceso natural de envejecimiento, otros factores, como una alimentaci�n sub�ptima, la inactividad f�sica, el sedentarismo o el reposo en cama, las enfermedades cr�nicas y/o determinados tratamientos farmacol�gicos, pueden favorecer el desarrollo de sarcopenia.

RESULTADOS

Valoraci�n Self-MNA 2012, Mini Nutritional Assessment, para adultos a partir de 65 a�os.

 

La escala Self-MNA 2012, se aplic� a 20 pacientes, arrojando los siguientes resultados: 3 pacientes (17%) con desnutrici�n, 6 pacientes (30%) con riesgo de desnutrici�n, 9 pacientes (45%) con un estado nutricional normal y 2 pacientes de negaron a evaluar.

Valoraci�n Escala SARC-F.

 

La escala SARC-F, se aplic� a 20 pacientes, arrojando los siguientes resultados: 13 pacientes (65%) con sarcopenia y 7 pacientes (35%) sin sarcopenia.

 

 

 

 

 

Escala de Braden

La escala de Braden se aplic� a 20 pacientes, arrojando los siguientes resultados; 14 pacientes (70%) tienen un bajo riesgo, 3 pacientes (15%) un riesgo moderado y 3 pacientes (15%) un alto riesgo.

 

Escala de Morse

La escala de Morse se aplic� a 20 pacientes, arrojando los siguientes resultados; 5 pacientes (25%) tienen un riesgo alto de ca�das, 10 pacientes (50%) un riesgo bajo y pacientes (25%) sin riesgo.

 

 

CONCLUSI�N

Para finalizar, es vital reconocer la importancia de realizar diagn�sticos de esta magnitud, ya que con ello ayudamos a mejorar la calidad de vida de los pacientes mayores, identificando a aquellos que tienen o est�n en riesgo de problemas nutricionales. Como futuros profesionales de la salud, debemos ampliar nuestra visi�n m�s all� de lo que aprendemos, estar en una b�squeda constante de nuevas estrategias para ayudar a las personas vulnerables, siempre optando por la prevenci�n de aquellas enfermedades que pueden poner en alto riesgo el estado de salud de nuestros pacientes mayores, afortunadamente, a trav�s del tiempo gracias a la ciencia, tenemos mejores herramientas de apoyo las cuales mejoran la calidad de atenci�n que como personal de enfermer�a podemos otorgar, aunque esas herramientas son solo un apoyo, el trabajo duro viene de nuestra calidad de atenci�n, con calidez humana.

Financiamiento: Este proyecto fue financiado por la empresa Semillas Hibridas de Irapuato S.A. de C.V.

 

Agradecimiento a los estudiantes que participaron en la elaboraci�n de este trabajo:

Aguilar Laguna Mar�a Guadalupe Madeleine

Gayt�n Hern�ndez Milene

Ortiz Alfaro Daniel Alfredo

Aguilar Morales Miriam Abigail

Hurtado Montoya Mar�a de los �ngeles

Otero Cabrera Laura Cristal

�vila Mart�nez Elizabeth Nayelli

Iturriaga Mina Karla Mar�a

Patl�n Rosales Daniela Elizabeth

Camarillo Toledo Luz Aidee

L�pez Villegas Leslie Daniela

Ramos Cisneros Mariana

Espinosa L�pez Natalia Sina�

Lozano Torres Jes�s Gabriela Alejandra

Rodr�guez Grana Samuel Efra�n

Galv�n B�rcenas Ver�nica Jazm�n

Mart�nez Garc�a Diana Edith

Rodr�guez Rico Iris Yunuel

Garc�a Ram�rez Andrea Michelle

Mart�nez Hern�ndez Jazm�n Guadalupe

Ruiz Salas Paulina Berenice

Granados Mart�nez Daniela

Mart�nez Morales Ruth Mariela

Segura Manjarrez �ngel Guadalupe

Gonz�lez Luna Mar�a Fernanda

Medrano Acosta Ana Mar�a

Vela Ram�rez Jazm�n Sarah�

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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