Turismo y patrones de consumo artesanal en Teotihuac�n, M�xico

 

Ver�nica Ortega Cabrera

[email protected]

Universidad Aut�noma del Estado de M�xico,

�Valle de Teotihuac�n

M�xico

 

Susana Esquivel Rios

[email protected]

Universidad Aut�noma del Estado de M�xico,

�Valle de Teotihuac�n

M�xico

 

Norma Lizbet Gonz�lez Cororna

[email protected]

Universidad Aut�noma del Estado de M�xico,

Valle de Teotihuac�n

M�xico

 

RESUMEN

El presente trabajo se enfoca a describir el v�nculo entre el fen�meno tur�stico y las din�micas productivas de los artesanos de obsidiana en el valle de Teotihuac�n, Estado de M�xico, espec�ficamente en el poblado de San Francisco Mazapa, una comunidad que produce la mayor cantidad de artesan�as que se ofrecen a los turistas en la zona arqueol�gica Patrimonio Mundial.

A trav�s de una metodolog�a cualitativa y una estrategia descriptiva, mostramos las condiciones en que operan las redes artesanales dedicadas a la producci�n de objetos de obsidiana y la relaci�n que �stas guardan con los principales actores que dinamizan el turismo en esta zona del Estado de M�xico, generando patrones productivos que satisfacen las demandas de un turismo con intereses diversos, entre los que destacan los rasgos de identidad, el esoterismo y el ornato, bajo un discurso en el que se idealiza el pasado prehisp�nico.

 

Palabras clave: artesan�as de obsidiana; turismo; Teotihuac�n

 

Tourism and craft consumption patterns in Teotihuac�n, Mexico

 

ABSTRACT

The present work focuses on describing the link between the tourist phenomenon and the productive dynamics of obsidian artisans in the Teotihuac�n Valley, State of Mexico, specifically in the town of San Francisco Mazapa, a community that produces the largest number of handicrafts offered to tourists in the World Heritage archaeological zone. Through a qualitative methodology� and a descriptive� strategy, we show the conditions in which the craft� networks dedicated to the production of obsidian objects operate and the relationship they have with the main actors that stimulate� tourism in this area of State of Mexico, generating productive patterns that satisfy the demands of tourism with diverse interests, among which identity traits, esotericism and ornamentation stand out, under a discourse in which the pre-Hispanic past is idealized.

 

Keywords: obsidian handicrafts, tourism, Teotihuacan

 

 

 

Art�culo recibido:� 02 enero 2022

Aceptado para publicaci�n: 28 enero 2022

Correspondencia: [email protected]

Conflictos de Inter�s: Ninguna que declarar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1.INTRODUCCI�N�

Hacia 1920, la poblaci�n del Valle de Teotihuac�n se compon�a en su mayor�a de ind�genas de habla n�huatl y una de las principales preocupaciones de las pol�ticas gubernamentales del momento era incorporarlos al desarrollo econ�mico y cultural, impulsado por la incipiente industrializaci�n del pa�s. Manuel Gamio promovi� la creaci�n de una Escuela de Artes y Oficios, con la que lograr�a atender dos cuestiones de suma trascendencia: por un lado se instru�a a los pobladores ind�genas en labores que les permitir�an un ingreso econ�mico y por otro se desarrollaban objetos que apuntalaban un concepto de identidad nacional (Gallegos, 1999, p. 234), en el que se fusionaba el car�cter ind�gena con las t�cnicas europeas de trabajo, bajo din�micas comerciales capitalistas que dar�an una amplia circulaci�n a esos objetos que hoy llamamos artesan�as.

El centro de artes y oficios desarrollado en el Campamento de las Pir�mides de San Juan Teotihuac�n contaba con una escuela para la instrucci�n primaria, as� como con varios talleres para la elaboraci�n de objetos de cer�mica (talavera), tapeter�a, obsidiana, arte plumario, carpinter�a y herrer�a; adem�s en el Museo Regional ─localizado al pie de la Pir�mide del Sol─, no solo se exhib�an las piezas arqueol�gicas recuperadas en las excavaciones, sino que tambi�n se contaba con una secci�n en la que se mostraba a los visitantes los objetos producidos en los talleres, de tal forma que parec�a existir una continuidad hist�rica entre lo prehisp�nico y lo contempor�neo (�dem, p. 235), pues se buscaba que las artesan�as contaran con un estilo propio �muy teotihuacano�, para posicionarse tanto en el gusto de quienes visitaban las ruinas arqueol�gicas, como en otros circuitos de venta fuera del valle.

Con el paso de los a�os, los artesanos especializados en las manufacturas de obsidiana y alfarer�a son los �nicos que han subsistido ante las transformaciones de las actividades econ�micas en el valle, as� como la frecuente migraci�n de los j�venes hacia los centros urbanos m�s cercanos. Estas artesan�as representan la principal oferta del Valle de Teotihuac�n, en donde decenas de talleres producen un importante volumen de objetos que son� comercializados principalmente en la zona arqueol�gica y su per�metro inmediato, que concentran el mayor n�mero de tiendas orientadas al turismo, mismas que funcionan como intermediarias entre los turistas y los artesanos, de tal forma que �stos �ltimos cumplen el rol de fabricantes en serie para abastecer tanto a los comercios como a los m�s de 400 vendedores ambulantes que, hasta antes de la pandemia de Covid-19, ofrec�an las artesan�as dentro de la zona arqueol�gica.

Por lo anterior, nuestro trabajo se enfoca en describir la situaci�n actual de los artesanos teotihuacanos, como un punto de partida que permita posteriores an�lisis sociales.

2. MATERIALES Y M�TODOS

2.1 Conceptos

El concepto de artesan�a �engloba las producciones manuales con un valor de uso en la vida dom�stica y ritual del campesinado, fundamentalmente indio, que destaca por un plus de tipo est�tico (un dibujo, un adorno, un acabado) como valor a�adido que va de la mano de estilos locales o regionales� (Novelo, 2015, p. 29), por lo cual generalmente se aplica a� aquellos objetos de manufactura ind�gena y campesina, que se expenden principalmente en los sitios tur�sticos, formando parte de un imaginario colectivo que aporta identidad a un territorio y estableci�ndose como referentes de �ndole geogr�fico, tradicional, religioso y festivo. Las artesan�as tienen protagonismo en las dimensiones econ�mica, cultural e hist�rica de M�xico, por lo que el discurso sobre ellas ha sido utilizado para muy diversas funciones: generar s�mbolos, construir imaginarios sociales y convertirse en marca o imagen promocional de una entidad o de la naci�n (�dem, p. 30). Tambi�n se asocian con las manufacturas de las clases populares, de hecho, el artesano generalmente es un peque�o productor que desarrolla un trabajo aprendido en el n�cleo familiar o comunitario, que se ha hecho de sus herramientas e instrumental de manera paulatina, produciendo fundamentalmente para abastecer mercados locales y/o regionales, en los que deben competir con intermediarios del mercado tur�stico o adaptarse a un pago muy reducido por sus productos (Par�, 2015, p. 497).

Con el crecimiento de la industria tur�stica, la venta de artesan�as tom� una relevancia nunca antes vista, particularmente con las nuevas tendencias de diversificaci�n de los destinos, que delimitaron un segmento relacionado con el patrimonio cultural tangible e intangible denominado turismo cultural, el cual provoc� un nuevo tipo de consumo de las manufacturas locales, transform�ndolas en los ya mencionados souvenirs artesanales. Bajo esta l�gica comercial, la producci�n de artesan�as incluy� centros de producci�n, canales de distribuci�n y puntos de venta, generando una serie de productos en funci�n de la demanda (v�ase Le M�r, 2015, p. 517), raz�n por la cual los artesanos han tenido que modificar sus productos de acuerdo con las preferencias y gustos� de los clientes, trabajando bajo �pedidos� y en muchos casos, incluso, con indicaciones en cuanto al material, las formas y otras caracter�sticas para satisfacer ciertos requisitos, entre los que sobresalen la autenticidad, el exotismo, la portabilidad y el bajo costo, principalmente.

Todo lo anterior se encuentra ligado al proceso productivo y los canales de distribuci�n de los objetos terminados, los cuales requieren de una organizaci�n bien estructurada para transformar las materias primas en tiempos y espacios espec�ficos, con el fin de abastecer una serie de necesidades vinculadas a los diversos segmentos de turistas que llegan a Teotihuac�n: estudiantes y familias mexicanas, viajeros internacionales, excursionistas juveniles, parejas y grupos de amigos, principalmente; cada uno de los cuales manifiesta preferencias por determinados objetos.

Adem�s, es importante reconocer las principales materias primas utilizadas, as� como los materiales adicionales que son incorporados para llegar al producto final con ciertos niveles de calidad, lo que les permitir� posicionarse en circuitos de comercializaci�n de diverso alcance.

Ya hemos se�alado l�neas arriba la diversidad de las artesan�as de acuerdo con la aceptaci�n que �stas tienen entre los turistas, por lo que algunas pueden ser de poco, mediano o alto consumo, mientras que otras son piezas �nicas, pero todas cuentan con elementos identitarios con una importante carga cultural, est�tica y simb�lica, debido a la gran proporci�n de mano de obra que incluyen, pues cada pieza proviene de un taller en el que el artesano tuvo contacto directo con la materia prima y la transform� sin la mediaci�n de grandes recursos tecnol�gicos ni industriales

2.2 M�todo

Nos proponemos describir el proceso de producci�n artesanal de objetos de obsidiana en San Francisco Mazapa, Teotihuac�n, para identificar patrones de consumo por parte del turismo que visita la zona arqueol�gica Patrimonio Mundial. Por lo tanto, el alcance de este estudio es descriptivo, toda vez que se establecer�n las caracter�sticas del trabajo artesanal de la obsidiana en el Valle de Teotihuac�n, identificando las variables que el turismo genera para que esta actividad tenga presencia, relevancia y se adapte a las condiciones econ�mico sociales. De acuerdo con Rojas (2015, p. 7) este tipo de investigaci�n exhibe el conocimiento de la realidad tal como se presenta en una situaci�n de espacio y de tiempo dado; "Se observa y se registra, o se pregunta y se registra. Describe el fen�meno sin introducir modificaciones: tal cual." Y es que si algo falta para avanzar en los estudios tur�sticos de esta regi�n es la descripci�n del estado de las cosas; a la fecha son escasos los trabajos acad�micos que den cuenta de las condiciones en que se desarrollan las actividades ligadas al turismo, incluso el fen�meno tur�stico no ha sido abordado con suficiente solvencia como para dar paso a estudios de tipo anal�tico.

Retomando los conceptos de Sancho (2001), buscamos identificar al colectivo de individuos que conforma el grupo artesanal de obsidiana en San Francisco Mazapa, as� como las variables internas y externas que inciden en su actividad. La estrategia de recolecci�n de datos se aplic� en un contexto emp�rico real, representado por los artesanos ya mencionados durante el a�o 2020, seleccionando una muestra de 10 artesanos, que constituyen el 20% de la poblaci�n censada en la comunidad; indagando la influencia y los valores a trav�s de los cuales se manifiesta la variable "demanda tur�stica de artesan�as".

La estrategia de campo para la recolecci�n de datos primarios fue la entrevista, aplicando un instrumento de recolecci�n de datos de tipo cuestionario estructurado, en atenci�n a los siguientes aspectos: condiciones de trabajo, redes de abastecimiento de materias primas, circuitos de venta de objetos artesanales, caracter�sticas identitarias de las piezas y consumo tur�stico

3. RESULTADOS Y DISCUSI�N

Los resultados obtenidos durante el trabajo de campo se desglosan en los ocho apartados que presentamos a continuaci�n:

1) Contexto: El poblado de San Francisco Mazapa pertenece al municipio de Teotihuac�n, Estado de M�xico; colinda hacia el norte con el municipio de San Mart�n de las Pir�mides, hacia el oeste con la Zona Arqueol�gica de Teotihuac�n, hacia el sur con Santa Mar�a Coatl�n y hacia el este con la carretera M�xico-Tulancingo y el pueblo de Cuautlacingo, perteneciente al municipio de Otumba. Adem�s de su actividad artesanal, San Francisco Mazapa cuenta con espacios de hospedaje y restaurantes especializados en la atenci�n a los turistas, as� como tambi�n se han habilitado globo puertos ante la creciente demanda de vuelos en globo aerost�tico. Durante el per�odo de la pandemia de Covid-19 y ante la imposibilidad de vender sus productos en la zona arqueol�gica, diversos talleres han optado por abrir sus puertas para la venta directa.

El gremio artesanal se ha organizado en dos grandes agrupaciones: la �Uni�n de Artesanos no Asalariados dentro de la Zona Arqueol�gica de Teotihuac�n� y la �Uni�n de Artesanos Aut�nticos del Valle de Teotihuac�n� (Flores, 2015, p. 27-28).

2) Antecedentes del trabajo artesanal en San Francisco Mazapa: El primer taller de objetos artesanales de obsidiana se fund� hacia 1920, perteneciente a la familia Baz�n, que era muy cercana a Manuel Gamio y que se capacit� en la Escuela de Artes y Oficios (Mart�nez, 2011). La mencionada escuela fue el primer impulso a la actividad artesanal de talla de obsidiana, y despu�s de su cierre no se ha registrado ninguna otra iniciativa para la capacitaci�n formal de los artesanos, de tal forma que el conocimiento de las t�cnicas de trabajo se transmite de forma emp�rica, en el entorno familiar o, en algunos casos, las empresas de venta de artesan�as capacitan a algunos trabajadores para que elaboren las piezas que ellos comercializan (v�ase Flores, 2015).

La mayor�a de las personas dedicadas a esta actividad se integran a ella desde muy j�venes, de tal manera que resulta bastante com�n que, despu�s de algunos a�os en los que formaron parte de alg�n taller y han adquirido conocimientos sobre todo el proceso productivo, tomen la iniciativa de comenzar con su propia microempresa, pues tambi�n ya conocen los contactos a los cuales pueden recurrir en caso de necesitar cr�dito, herramienta y ayuda en general. As�, el 90% de los talleres son resultado del esfuerzo e iniciativa individual en donde el principal obst�culo es la falta de financiamientos y asesor�as (�dem). Cabe mencionar que durante el proceso de integraci�n de los municipios del Valle de Teotihuac�n al Programa Estatal Pueblos con Encanto del Bicentenario, as� como durante la b�squeda del nombramiento de Pueblos M�gicos para Teotihuac�n y San Mart�n de las Pir�mides (Ortega, et al., 2020, p. 93435 y 93437) se orientaron diversos financiamientos a algunos talleres por parte del Fondo Nacional para las Artesan�as (FONART), as� como el est�mulo por parte del Instituto de Investigaci�n y Fomento de las Artesan�as del Estado de M�xico (IIFAEM) para su credencializaci�n, con lo que algunos artesanos podr�an optar a programas de capacitaci�n, promoci�n, concursos, salud ocupacional, proyectos artesanales estrat�gicos y comercializaci�n dentro de ferias y exposiciones (Municipio de Teotihuac�n, 2017, p. 17), aunque muchos de los entrevistados refieren que todo lo anterior depende de filiaciones partidistas y cercan�a de las agrupaciones con los actores pol�ticos.

Entre los principales retos que afrontan los artesanos se encuentra el incremento en los costos de las materias primas y la presencia cada vez mayor de productos orientales ("chinos") que generan una competencia desleal, al venderse a precios mucho m�s bajos que los de las artesan�as locales, por lo que cada vez un mayor n�mero de artesanos incentivan a sus hijos para que acudan a escuelas de nivel superior, con la finalidad de contar en el taller con personas mejor calificadas, no necesariamente en el arte, sino en aspectos del negocio como la administraci�n, organizaci�n, publicidad y ventas. As�, los nuevos artesanos tendr�n un nivel educativo m�s alto que las viejas generaciones� en las ramas administrativa, contable, de emprendimiento y comercializaci�n, con lo que se lograr� incrementar el capital humano, lo cual les ayudar� a buscar innovaciones para mantenerse en el mercado y no abandonar esta valiosa actividad.

3) Base de datos de los talleres registrados: Como ya se mencion� los instrumentos de recolecci�n de datos fueron aplicados en diez talleres dentro del poblado, identificados a trav�s del recorrido directo en la comunidad y por recomendaci�n entre los propios artesanos, quienes ayudaron a establecer el contacto con sus conocidos.

4) Materias primas: La obsidiana es un vidrio volc�nico que se forma cuando las lavas incandescentes, a 600 �C, con alto contenido de s�lice y aluminio se enfr�an r�pidamente (Pastrana, 2010, p. 49), y es el material natural m�s eficiente para la elaboraci�n de instrumentos de corte y penetraci�n. Nuestro pa�s cuenta con diversos yacimientos de obsidiana, pero la que se utiliza en San Francisco Mazapa proviene esencialmente de tres lugares: Jalisco, Hidalgo y en menor medida Otumba, llegando a los talleres b�sicamente de dos maneras: directamente de las minas a las que acuden los artesanos para adquirirla, o a trav�s de los proveedores que llegan a ofrecerla a la comunidad. Las variedades m�s utilizadas son la arcoiris, negra, meca (rojiza), caf�, dorada y gris; el costo promedio de una tonelada de obsidiana negra es de $50,000.00 (cincuenta mil pesos), se entrega en bloques que van desde los 100 kg hasta varias toneladas y es muy importante que el artesano tenga habilidad para seleccionarlos ya que, ocasionalmente, algunos traen fisuras o grietas que reducen la posibilidad de aprovechar todo el material. Por otro lado, se pudo registrar que la obsidiana dorada proviene de las minas de Nopalillo, en la Sierra de las Navajas, Hidalgo, mientras que las variedades roja, negra y arcoiris son extra�das en minas de los municipios de Magdalena y Tequila, Jalisco.

5) Herramientas de trabajo utilizadas en los talleres: Cortadoras industriales para desbastar los grandes bloques, esmeriles con punta de diamante para dar forma y detallar las figuras, rectificadores o moto-tool para pulir las piezas, tortur para la incrustaci�n de otras piedras como el cuarzo, y lijas para darle brillo y acabado liso a las piezas.

6) Tipos de objetos elaborados: Se pudo registrar que existen especializaciones en ciertos objetos, pues no necesariamente todos los artesanos elaboran piezas completas, ya que algunos grupos maquilan cuentas para ser engarzadas y conformar bisuter�a, mientras que otros dan terminados especiales como las incrustraciones; un segmento m�s se dedica al dise�o de piezas por pedido de las grandes tiendas ubicadas junto a la zona arqueol�gica. Los artesanos con menor capacidad adquisitiva compran los remanentes de desbaste de los talleres m�s grandes, para elaborar principalmente cuentas y aplicaciones para otros objetos como la bisuter�a. Las cuentas redondas para formar collares, aretes y pulseras son elaboradas principalmente por mujeres, pues a decir de algunos �ellas tienen m�s delicadeza para ese tipo de piezas�.

7) Piezas con mayor demanda: De acuerdo con el an�lisis de los instrumentos aplicados se presenta el listado de objetos de obsidiana con mayor demanda en orden decreciente: jabones para masaje, tortugas de la buena suerte, �indios� o �mu�ecos�, esferas, pir�mides, cr�neos y corazones. Otra categor�a de artesan�as es la de las m�scaras teotihuacanas con incrustaciones de concha, turquesa, malaquita, azurita, ojo de tigre as� como plata y oro (para pedidos especiales), reproducciones de piezas arqueol�gicas, mismas que se elaboran principalmente en los talleres vinculados a las grandes tiendas que se ubican en torno a la zona arqueol�gica. La categor�a m�s reducida es la de hachas, cuchillos y puntas de flecha elaboradas a trav�s de la t�cnica de percusi�n, pues requieren de un trabajo muy detallado que debe complementarse con la elaboraci�n de mangos o bastones de madera, pasta ep�xica y pl�sticos.

8) Dise�o de un esquema de comercializaci�n de las piezas artesanales de obsidiana a nivel local, regional y panregional: Lo anterior para comprender el impacto de esta producci�n para el mercado de Teotihuac�n as� como de otros puntos tur�sticos en el pa�s, pues Teotihuac�n es considerado como el principal centro productor y distribuidor de artesan�as de obsidiana a nivel nacional. Si esta actividad ha mantenido una tasa sostenida de crecimiento a lo largo de las �ltimas cinco d�cadas, se debe en gran medida a la demanda de los objetos en los circuitos artesanales para el turismo, no solo del valle, sino de otros destinos tur�sticos como la Ciudad de M�xico, Canc�n, la Riviera Maya, Los Cabos, Huatulco, Oaxaca y Chiapas. Lo anterior permite explorar una l�nea de estudio en la que el turismo como pr�ctica local, ha dado pie al desarrollo de cadenas de distribuci�n semejantes a las que la antigua sociedad teotihuacana domin� hace 1500 a�os, justamente con la misma materia prima, aunque por supuesto, con otra finalidad.

4.      CONCLUSIONES

Hemos avanzado en una primera fase en la que observamos un panorama con actores sociales que han sido moldeados por la actividad tur�stica desde hace un siglo, y que contin�an inmersos en la din�mica marcada por los grandes proyectos de crecimiento en este sector. De hecho, la actividad artesanal existe en Teotihuac�n debido al turismo, es su raz�n de ser y su objetivo final, incluso ampliando su radio de distribuci�n a zonas geogr�ficas lejanas, gracias al prestigio que han adquirido muchos de los artesanos y a la constante innovaci�n, lo que demuestra una buena adaptaci�n a las exigencias del mercado. La siguiente tabla resume la informaci�n proporcionada por los artesanos:

 

Tabla 1. Objetos artesanales producidos en San Francisco Mazapa, Teotihuac�n, M�xico

Formas

Motivo o inspiraci�n

Usos

Nivel de Consumo

Tipos de obsidiana

M�scara Teotihuacana

Prehisp�nico

Ornato

Medio

Negra, dorada, arcoiris, plateada, meca. Incrustaciones de plata, concha y otras piedras

Cabeza de Quetzalc�atl

Huehuet�otl

Cabeza de la vida y la muerte

Vasija de mono

Calendario azteca

Cabeza maya

Pir�mides escalonadas

Pir�mides lisas

Caballeros tigre

�dolos, mu�ecos, indios

 

 

 

 

 

 

 

 

Jabones para masaje

Contempor�neo

Utilitario (spa, relajaci�n, terap�utico)

Alto

Negra y dorada

Esferas

Espejos

Gotas

 

Tortugas

Contempor�neo

Ornato y utilitario

Alto

Negra, dorada, arcoiris, meca, incrustaciones de concha y plata

Elefantes

Huevos

Corazones

Cuentas

Dijes

 

 

 

 

 

Cuchillos

Prehisp�nico

Ornato

Bajo

Negra, verde y dorada

Hachas

Puntas de flecha

Navajillas

Fuente: Elaboraci�n propia.

 

En lo que se refiere a los componentes del proceso productivo de los objetos artesanales, es posible visualizar una diversificaci�n que permite el �nfasis tanto en los procesos como en la repetici�n y la personalizaci�n, lo que indica que esta actividad es sumamente adaptable a los tiempos y a las exigencias del turismo, manteniendo una vigencia que se vincula en buena medida con el valor simb�lico que se le asigna a la obsidiana, ya que por un lado se le considera uno de los principales referentes de la tecnolog�a prehisp�nica, mientras que por el otro es un material con una fuerte carga esot�rica y est�tica, adecuada para la elaboraci�n de piezas de joyer�a y objetos terap�uticos, que pueden ser directamente vinculados con el discurso metaf�sico �que muchos turistas buscan en las zonas arqueol�gicas. Debido a lo anterior, la elaboraci�n de jabones para masaje, esferas, espejos y gotas ha manifestado un aumento considerable en la �ltima d�cada, debido a la demanda por parte de turistas que visitan el sitio y que acuden a hoteles con spa, temazcales y espacios en los que se ofrecen terapias alternativas.

Las artesan�as inspiradas en piezas arqueol�gicas mantienen una buena presencia, pero se comercializan en circuitos m�s especializados pues generalmente sus costos son altos y atienden a la demanda de turistas m�s informados, generalmente extranjeros, que adem�s del elemento est�tico buscan rasgos de autenticidad y originalidad. Varios artesanos comentaron acerca de la importancia de que se realicen actividades de capacitaci�n e informaci�n acerca de los nuevos hallazgos arqueol�gicos y la cosmovisi�n prehisp�nica, para poder elaborar artesan�as con mayor significado.

El caso de Teotihuac�n puede ser paradigm�tico para comprender el desarrollo del turismo cultural; describirlo ser� adem�s una buena oportunidad para los interesados en los estudios de caso y dotar� de informaci�n emp�rica a futuros investigadores, pues hasta el momento se carece de informaci�n sistematizada proveniente de un estudio tur�stico, ya que prevalecen en la zona los enfoques antropol�gicos, sociol�gicos, hist�ricos y educativos, pero hay una fuerte carencia de trabajos desde la �ptica de la disciplina tur�stica.

4. CONSIDERACIONES FINALES

Las artesan�as teotihuacanas de obsidiana son elaboradas principalmente por habitantes de los alrededores de la Zona Arqueol�gica de Teotihuac�n, quienes reproducen formas y materiales completamente ajenos a su vida cotidiana, que evocan desde las deidades prehisp�nicas hasta� la imaginer�a propia de la cultura contempor�nea, que incluye figuras de elefantes, tortugas, espejos, esferas, piedras para masaje, corazones, pir�mides egipcias y una gran cantidad de elementos que demandan los turistas. De esta forma la artesan�a de obsidiana sigue tendencias comerciales, aunque sobresalen algunos artesanos fieles a la tradici�n de la talla de motivos prehisp�nicos, que replican piezas arqueol�gicas famosas, muchas de ellas de origen maya o mexica.

Podemos ligar lo anterior con el hecho de que los artesanos en Teotihuac�n no mantienen un contacto directo con los turistas, pues en su mayor�a producen en talleres dom�sticos dentro de las comunidades, para abastecer a los intermediarios (vendedores ambulantes o locatarios) que se encuentran en los alrededores o dentro de la zona arqueol�gica (Flores, 2015, p. 40), de tal forma que el turista o el visitante no es consiente del proceso productivo y de las implicaciones culturales del mismo; por su parte muchos artesanos asumen un papel de maquiladores, con capacidad para suministrar las formas y dise�os que m�s se comercializan. Por lo tanto, estamos frente a una industria de obsidiana que sigue una l�nea est�tica marcada por los hallazgos arqueol�gicos y los dise�os propios de una cultura contempor�nea globalizada, que fusiona diversos estilos conforme tienen �xito comercial.

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