LA EDUCACIÓN HÍBRIDA DESDE
DIFERENTES CONTEXTOS
HYBRID EDUCATION IN DIFFERENT CONTEXTS
Lic. Silvia Alvina León Soto
Investigador independiente
MSc. Ederita Verenice Gavica Espin
Investigador independiente
Lic. Rosa Veronica Verdezoto Bajaña
Investigador independiente
MSc. Mariuxi Marilu Magallanes Mayorga
Investigador independiente
Lic. Albina Abigail Bajaña Peña
Investigador independiente

pág. 8214
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i2.17542
La Educación Híbrida Desde Diferentes Contextos
Lic. Silvia Alvina León Soto1
silvialeonsoto@yahoo.com.ar
https://orcid.org/0009-0003-4636-5398
Investigador independiente
MSc. Ederita Verenice Gavica Espin
verenicegavicae@yahoo.es
https://orcid.org/0009-0009-9995-3525
Investigador independiente
Lic. Rosa Veronica Verdezoto Bajaña
roverdezotob@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0005-3141-8957
Investigador independiente
MSc. Mariuxi Marilu Magallanes Mayorga
mariuxi1983magallanes@gmail.com
https://orcid.org/0009-0003-6413-2897
Investigador independiente
Lic. Albina Abigail Bajaña Peña
ivaniagavilanes@gmail.com
https://orcid.org/0009-0006-8945-7710
Investigador independiente
RESUMEN
La educación híbrida ha surgido como un modelo innovador que combina la enseñanza presencial con
la virtual, adaptándose a las demandas sociales y los avances tecnológicos. Este enfoque busca
proporcionar una enseñanza más flexible y personalizada, permitiendo a los estudiantes gestionar su
aprendizaje a su propio ritmo y aprovechar los recursos digitales para enriquecer su experiencia
educativa. Sin embargo, su implementación presenta desafíos, especialmente en contextos rurales y de
escasos recursos, donde la desigualdad en el acceso a tecnología limita su eficacia. La flexibilidad en
la organización del tiempo y el acceso a herramientas tecnológicas son aspectos que los estudiantes
valoran positivamente, aunque algunos enfrentan dificultades en la organización de su tiempo de
estudio. La educación híbrida, aunque bien recibida en la mayoría de los contextos, requiere una
adaptación a las realidades locales para garantizar su efectividad. La disponibilidad de recursos
tecnológicos es un factor crítico que afecta la equidad en el aprendizaje, ya que aún existen barreras
tecnológicas que dificultan la participación plena de algunos estudiantes. A pesar de estos retos, la
mayoría de los estudiantes han internalizado este modelo como parte de su rutina educativa. La
investigación resalta la necesidad de políticas inclusivas que promuevan la inclusión digital y la equidad
en el acceso a la educación, para asegurar que todos los estudiantes, independientemente de su contexto,
puedan beneficiarse del modelo híbrido.
Palabras clave: educación híbrida, flexibilidad, acceso tecnológico, inclusión digital, desigualdad
1 Autor principal
Correspondencia: silvialeonsoto@yahoo.com.ar

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Hybrid Education in Different Contexts
ABSTRACT
Hybrid education has emerged as an innovative model that combines in-person and virtual teaching,
adapting to social demands and technological advances. This approach seeks to provide more flexible
and personalized teaching, allowing students to manage their learning at their own pace and take
advantage of digital resources to enrich their educational experience. However, its implementation
presents challenges, especially in rural and low-resource contexts, where inequality in access to
technology limits its effectiveness. Students value flexibility in time management and access to
technological tools, although some face difficulties in organizing their study time. Hybrid education,
although welcomed in most contexts, requires adaptation to local realities to ensure its effectiveness.
The availability of technological resources is a critical factor affecting equity in learning, as
technological barriers still exist that hinder the full participation of some students. Despite these
challenges, most students have internalized this model as part of their educational routine. Research
highlights the need for inclusive policies that promote digital inclusion and equity in access to
education, to ensure that all students, regardless of their background, can benefit from the hybrid model.
Keywords: hybrid education, flexibility, technological access, digital inclusion, inequality
Artículo recibido 05 abril 2025
Aceptado para publicación: 28 abril 2025

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INTRODUCCIÓN
La educación ha experimentado transformaciones significativas en las últimas décadas, impulsadas
principalmente por los avances tecnológicos y las nuevas demandas sociales. En este escenario, ha
emergido la educación híbrida como una alternativa innovadora que combina lo mejor de la enseñanza
presencial y virtual. Este modelo busca no solo responder a los desafíos contemporáneos, sino también
enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje, haciéndolo más flexible, accesible y adaptado a las
necesidades individuales de los estudiantes.
La implementación de la educación híbrida ha generado un cambio profundo en la concepción
tradicional del aula, donde los recursos digitales ya no son un complemento, sino una parte integral del
proceso educativo. Esta transformación exige repensar tanto los métodos pedagógicos como el rol del
docente y del estudiante. Lejos de limitarse a una digitalización de contenidos, la educación híbrida
promueve interacciones más dinámicas, colaborativas y personalizadas, donde los estudiantes adquieren
mayor autonomía y responsabilidad sobre su propio aprendizaje.
No obstante, el impacto de la educación híbrida varía significativamente según el contexto en el que se
aplique. Mientras en zonas urbanas su implementación se ve favorecida por el acceso a infraestructura
tecnológica, conectividad y capacitación docente, en contextos rurales o de escasos recursos las brechas
tecnológicas y sociales suponen un reto considerable. Esta desigualdad plantea la necesidad de políticas
inclusivas y estrategias pedagógicas adaptadas a la realidad de cada entorno, para garantizar que el
modelo híbrido no reproduzca ni profundice las brechas existentes.
Por ello, este trabajo se enfoca en analizar la educación híbrida desde diferentes contextos
socioeducativos, con el objetivo de comprender su alcance, beneficios y limitaciones. A través de un
marco teórico sólido, se exploran sus características fundamentales, modelos aplicables, enfoques
pedagógicos y el impacto que tiene en contextos urbanos y rurales. Esta mirada contextualizada
permitirá valorar cómo este modelo puede contribuir al fortalecimiento del sistema educativo, siempre
que se garantice su implementación de manera equitativa, sostenible y centrada en las necesidades reales
de los estudiantes.

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MARCO TEÓRICO
La Educación Híbrida
La educación híbrida, en términos generales, hace referencia a un modelo pedagógico que combina la
enseñanza presencial con la enseñanza en línea, permitiendo que los estudiantes aprendan a través de
una mezcla de entornos físicos y virtuales. Según Riveros, (2025), este enfoque se caracteriza por
integrar elementos de la educación tradicional con el uso de tecnologías digitales, permitiendo una
mayor flexibilidad en los métodos de enseñanza y aprendizaje. En este sentido, la educación híbrida no
solo se trata de un simple uso de herramientas tecnológicas, sino de una reconfiguración profunda del
proceso educativo, con el objetivo de crear un espacio más interactivo, accesible y personalizado.
La evolución de la educación híbrida ha estado estrechamente vinculada con los avances tecnológicos
y la creciente disponibilidad de internet, lo cual ha permitido que los métodos de enseñanza se adapten
a las nuevas demandas sociales. Según Gamarra et al., (2023), la transición hacia modelos híbridos
comenzó a finales del siglo XX, cuando las instituciones educativas comenzaron a incorporar
plataformas digitales para complementar los contenidos presenciales. Este modelo se consolidó en la
primera década del siglo XXI, especialmente con la expansión de las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC), que facilitaron el acceso a recursos educativos a una mayor diversidad de
estudiantes, independientemente de su ubicación geográfica.
Una de las características fundamentales de la educación híbrida es su flexibilidad, tanto en el tiempo
como en el espacio de aprendizaje. En un modelo híbrido, los estudiantes pueden acceder a materiales,
realizar actividades y participar en interacciones educativas fuera del aula tradicional, lo cual les otorga
autonomía en su proceso de aprendizaje. Según Ortiz (2024), la flexibilidad es uno de los factores más
atractivos de la educación híbrida, ya que permite a los estudiantes gestionar su propio ritmo de estudio
mientras mantienen el contacto directo con sus compañeros y docentes a través de plataformas en línea.
La educación híbrida ha transformado el panorama educativo al ofrecer un modelo que integra la
enseñanza presencial con la enseñanza en línea, brindando flexibilidad y adaptabilidad a las necesidades
de los estudiantes. Este enfoque no solo responde a los avances tecnológicos y la globalización, sino
que también permite una personalización del aprendizaje, proporcionando a los estudiantes mayor
autonomía en su proceso educativo.

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A medida que las tecnologías digitales continúan evolucionando, la educación híbrida se establece como
una herramienta fundamental para promover una enseñanza más inclusiva, accesible y eficiente, que
puede superar las barreras geográficas y ofrecer oportunidades educativas a una población estudiantil
más diversa.
Modelos y Enfoques de la Educación Híbrida
La educación híbrida ha emergido como una respuesta adaptativa a las necesidades y demandas de un
mundo cada vez más interconectado y digitalizado. En este contexto, se observa la coexistencia de
modelos pedagógicos tradicionales y digitales. Los primeros están centrados en la enseñanza presencial,
donde el docente juega un rol central en la transmisión de conocimientos. Por otro lado, los modelos
digitales, caracterizados por el uso de plataformas virtuales, permiten una mayor autonomía del
estudiante. Según Cruz et al., (2023), la integración de tecnologías digitales en la educación ha
propiciado la transición de los modelos tradicionales hacia enfoques más dinámicos y flexibles,
brindando herramientas para complementar el proceso educativo presencial.
La educación híbrida es una combinación estratégica de la enseñanza presencial y virtual. Este modelo
busca aprovechar lo mejor de ambos mundos, promoviendo la interacción cara a cara mientras se
incorporan recursos digitales que enriquecen el aprendizaje. Como señalan Gonzales (2024), los
modelos híbridos pueden adoptar diversas formas, desde aquellos que alternan clases presenciales y
virtuales en horarios definidos, hasta aquellos que permiten a los estudiantes acceder a contenidos y
actividades en línea de manera autónoma, complementados con sesiones presenciales esporádicas. Esta
modalidad se ajusta a los tiempos y ritmos de los estudiantes, favoreciendo su participación activa y la
creación de experiencias de aprendizaje más personalizadas.
Existen diversos enfoques pedagógicos que se han adaptado para la educación híbrida, cada uno de los
cuales tiene sus particularidades dependiendo del contexto educativo. Entre ellos, el enfoque
constructivista ha sido ampliamente aplicado, ya que promueve el aprendizaje activo y la colaboración
entre estudiantes, tanto en entornos presenciales como virtuales. Según Peña et al., (2024), el uso de
herramientas tecnológicas en entornos híbridos debe ser entendido no solo como una adición de
recursos, sino como una manera de transformar la forma en que se concibe el aprendizaje.

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De este modo, los estudiantes no son meros receptores de conocimiento, sino que se convierten en
creadores activos de su propio aprendizaje, utilizando las tecnologías como un medio para explorar,
reflexionar y crear.
Los enfoques pedagógicos en la educación híbrida deben estar centrados en la interacción y la
flexibilidad. El modelo de "flipped classroom" (aula invertida), por ejemplo, ha ganado popularidad en
entornos híbridos, permitiendo que los estudiantes estudien contenidos teóricos de manera autónoma
en línea y luego utilicen el tiempo presencial para aplicar esos conocimientos en actividades prácticas
y colaborativas.
La Educación Híbrida en Diversos Contextos
La educación híbrida ha mostrado un notable potencial para transformar los contextos educativos tanto
urbanos como rurales. En las áreas urbanas, donde el acceso a la tecnología es generalmente mayor, los
modelos híbridos ofrecen la posibilidad de combinar la enseñanza presencial con la virtual, lo que
permite a los estudiantes acceder a recursos educativos de manera más flexible y adaptativa. Según
Madrigal (2025), en los contextos urbanos, la infraestructura tecnológica y la conectividad son factores
clave que favorecen la implementación exitosa de la educación híbrida, permitiendo que se promueva
una enseñanza más personalizada y acorde a las necesidades individuales de los estudiantes. Sin
embargo, en los contextos rurales, la falta de acceso a la tecnología y la conectividad se presentan como
barreras significativas para la aplicación de este modelo.
En los contextos de recursos limitados, tanto en zonas rurales como en áreas urbanas de países en
desarrollo, la educación híbrida enfrenta desafíos adicionales. La escasez de dispositivos electrónicos,
la inestabilidad de la conexión a internet y la falta de capacitación docente son factores que dificultan
la implementación de estos modelos educativos. Según Marimon et al., (2022), la educación híbrida en
estos contextos no solo debe adaptarse a las condiciones tecnológicas, sino también a las realidades
socioeconómicas de los estudiantes, quienes a menudo enfrentan múltiples barreras para acceder a los
recursos necesarios para su aprendizaje. Sin embargo, estas limitaciones también abren oportunidades
para el desarrollo de soluciones creativas, como el uso de tecnologías más accesibles y la creación de
plataformas de aprendizaje adaptadas a entornos con pocos recursos.

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La implementación de la educación híbrida en países en desarrollo es una cuestión particularmente
compleja, debido a la falta de infraestructura y la disparidad en el acceso a la tecnología. Sin embargo,
a pesar de estos desafíos, muchos países en desarrollo han comenzado a adoptar modelos híbridos como
una forma de ampliar las oportunidades educativas. Gamarra,2024) añade que las políticas públicas
deben estar alineadas con la realidad local, promoviendo la inclusión digital y la capacitación de los
docentes para facilitar la transición hacia un modelo híbrido eficaz. Esto requiere una inversión en
infraestructura tecnológica, pero también en la formación de los educadores, quienes deben estar
preparados para usar las tecnologías de manera efectiva y adaptativa.
La educación híbrida presenta un amplio espectro de oportunidades y desafíos dependiendo del contexto
en el que se implemente. En los entornos urbanos, su éxito depende en gran medida de la infraestructura
tecnológica, mientras que en los contextos rurales y de recursos limitados, los desafíos son más
pronunciados debido a las barreras tecnológicas y socioeconómicas. Sin embargo, en países en
desarrollo, la implementación de la educación híbrida puede ser un motor clave para la ampliación de
oportunidades educativas, siempre que se logren superar las limitaciones estructurales y se adapten las
políticas educativas a las realidades locales.
Ventajas y Desafíos de la Educación Híbrida
La educación híbrida ofrece una serie de ventajas que la convierten en una propuesta atractiva para los
sistemas educativos modernos. Entre sus principales beneficios se encuentran la flexibilidad, la
personalización del aprendizaje y la accesibilidad. Sánchez, (2024) menciona que la flexibilidad que
ofrece la educación híbrida permite a los estudiantes aprender a su propio ritmo y desde cualquier lugar,
lo cual resulta especialmente valioso para aquellos que enfrentan dificultades para asistir a clases
presenciales debido a diversos factores, como ubicación geográfica o responsabilidades laborales.
Además, este modelo permite una personalización del aprendizaje, ya que los estudiantes pueden
acceder a materiales complementarios y adaptados a sus necesidades, lo que favorece una mayor
autonomía en su proceso educativo. La accesibilidad, por otro lado, se ve potenciada por el uso de
plataformas digitales que permiten a los estudiantes acceder a una variedad de recursos educativos que,
de otro modo, estarían fuera de su alcance.

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Sin embargo, la implementación de la educación híbrida también presenta importantes desafíos. Uno
de los mayores obstáculos es la brecha digital, que afecta a muchos estudiantes, especialmente en zonas
rurales y en países en desarrollo, donde el acceso a tecnologías de calidad y a una conexión estable a
Internet es limitado. Según Villavicencio et al., (2024), esta brecha no solo impide el acceso a los
recursos educativos en línea, sino que también contribuye a la exclusión educativa de aquellos que no
pueden beneficiarse de los modelos híbridos. Además, la capacitación docente representa otro desafío
crucial. Los profesores deben estar preparados para utilizar las tecnologías adecuadas, integrar
herramientas digitales de manera efectiva y gestionar el aprendizaje tanto en el aula como en línea. Esto
requiere no solo formación técnica, sino también un cambio en las metodologías pedagógicas para
adaptarse al nuevo enfoque híbrido.
Otro desafío significativo es la equidad en el acceso a la educación. Según Holguin (2024), la educación
híbrida tiene el potencial de ofrecer una experiencia educativa más equitativa, pero solo si se garantiza
que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades de acceder a los recursos necesarios,
independientemente de su contexto socioeconómico. En muchos lugares, los estudiantes de familias de
bajos ingresos carecen de dispositivos adecuados y de acceso a Internet, lo que limita su participación
en el aprendizaje en línea. La solución a estos problemas pasa por políticas públicas que aseguren una
distribución equitativa de recursos tecnológicos y, al mismo tiempo, la creación de soluciones
alternativas, como el uso de materiales impresos o clases en radio y televisión en áreas donde el acceso
a Internet es limitado.
La integración de la tecnología en diferentes contextos educativos presenta retos específicos. En las
áreas urbanas, la infraestructura tecnológica suele ser más avanzada, pero la implementación de la
educación híbrida requiere una adaptación constante de los docentes y estudiantes a nuevas plataformas
y herramientas digitales. En los contextos rurales, como se mencionó anteriormente, las dificultades
tecnológicas son más evidentes, lo que exige la creación de soluciones más inclusivas. Según López y
Rodríguez (2025), la integración exitosa de la tecnología no depende solo de la disponibilidad de
recursos, sino de la capacidad de los sistemas educativos para adaptar las tecnologías a las realidades
locales y garantizar que todos los involucrados en el proceso educativo puedan aprovechar al máximo
las herramientas digitales.

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En conclusión, aunque la educación híbrida ofrece beneficios claros, como la flexibilidad y la
personalización del aprendizaje, los desafíos asociados a la brecha digital, la capacitación docente y la
equidad en el acceso deben ser abordados para garantizar que todos los estudiantes puedan beneficiarse
de este modelo. La integración de la tecnología en diversos contextos requiere una adaptación tanto de
las infraestructuras como de las metodologías pedagógicas, y un compromiso por parte de las
autoridades educativas para garantizar un acceso equitativo a los recursos necesarios.
Impacto de la Educación Híbrida en el Aprendizaje
La educación híbrida ha transformado los procesos de enseñanza y aprendizaje al combinar la
instrucción presencial con herramientas digitales, permitiendo mayor flexibilidad y accesibilidad. Este
modelo ha impulsado cambios en las metodologías pedagógicas, promoviendo un enfoque más
dinámico e interactivo. Según García, (2023), la educación híbrida favorece una enseñanza centrada en
el estudiante, donde los docentes asumen un rol de facilitadores en lugar de meros transmisores de
conocimiento. De este modo, los estudiantes desarrollan habilidades para gestionar su propio
aprendizaje mediante el uso de recursos digitales, lo que incrementa su autonomía y capacidad de
autorregulación.
Uno de los principales beneficios de la educación híbrida es el fomento del aprendizaje autónomo y
colaborativo. A través de plataformas virtuales, los estudiantes pueden acceder a materiales en cualquier
momento, permitiéndoles avanzar a su propio ritmo. Además, el uso de herramientas digitales facilita
la interacción y el trabajo en equipo, incluso en contextos a distancia. Vivero (2024) señala que este
modelo educativo promueve el desarrollo de competencias digitales y la comunicación efectiva,
aspectos fundamentales en el entorno académico y profesional actual. La posibilidad de colaborar en
espacios virtuales también refuerza el aprendizaje basado en proyectos y la resolución de problemas,
mejorando la comprensión y aplicación de los contenidos.
La evaluación del aprendizaje en entornos híbridos representa un desafío y una oportunidad para
innovar en los métodos de valoración del desempeño estudiantil. Las herramientas digitales han
permitido diversificar las estrategias de evaluación, incorporando enfoques formativos y sumativos que
van más allá de los exámenes tradicionales.

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Como sugieren Mero & Bailón (2025), el uso de rúbricas, foros de discusión, proyectos multimedia y
autoevaluaciones contribuye a una valoración más integral del aprendizaje. Asimismo, las plataformas
digitales facilitan el seguimiento del progreso individual, permitiendo a los docentes identificar
fortalezas y áreas de mejora en cada estudiante.
La educación híbrida ha generado un impacto significativo en la manera en que se enseña y aprende,
ofreciendo nuevas oportunidades para el desarrollo de habilidades digitales, la autonomía y la
colaboración. Sin embargo, su implementación requiere de estrategias adecuadas para garantizar una
evaluación efectiva y un equilibrio entre las modalidades presencial y virtual. El desafío radica en
diseñar experiencias de aprendizaje que integren lo mejor de ambos mundos, asegurando que todos los
estudiantes puedan beneficiarse de este modelo de enseñanza.
Factores Clave para el Éxito de la Educación Híbrida
El éxito de la educación híbrida depende en gran medida de la capacitación y formación continua de los
docentes. La transición hacia este modelo requiere que los educadores adquieran habilidades digitales
y metodológicas para diseñar experiencias de aprendizaje efectivas en entornos presenciales y virtuales.
Córdoba et al., (2023) mencionan que la formación docente debe incluir estrategias de enseñanza
en línea, manejo de plataformas educativas y enfoques pedagógicos adaptados a la modalidad híbrida.
Además, el acompañamiento institucional y el acceso a programas de actualización son fundamentales
para que los docentes puedan implementar buenas prácticas en este modelo educativo.
Otro factor clave es la infraestructura tecnológica y el acceso a recursos digitales, ya que sin una
conectividad adecuada y dispositivos funcionales, la educación híbrida no puede desarrollarse de
manera equitativa. Según Cornelio et al., (2024), la brecha digital sigue siendo un desafío en muchos
contextos, afectando a estudiantes con menos recursos y limitando su acceso a materiales educativos en
línea. Para garantizar el éxito de este modelo, es necesario que las instituciones educativas inviertan en
plataformas tecnológicas accesibles, proporcionen dispositivos y fomenten políticas de conectividad
inclusiva que reduzcan las desigualdades en el acceso a la educación.
Además, la integración de metodologías innovadoras y centradas en el estudiante es un pilar esencial
para que la educación híbrida sea efectiva.

pág. 8224
Este modelo permite la implementación de enfoques como el aprendizaje basado en proyectos, la
gamificación y la enseñanza personalizada, lo que mejora la motivación y el compromiso de los
estudiantes. Ordóñez (2024) enfatiza que las metodologías activas en la educación híbrida fortalecen la
autonomía del estudiante, permitiéndole gestionar su tiempo y ritmo de aprendizaje con mayor
independencia. La combinación de enseñanza sincrónica y asincrónica, junto con estrategias didácticas
innovadoras, permite una mayor personalización del proceso educativo.
El éxito de la educación híbrida radica en la formación docente, la infraestructura tecnológica y el uso
de metodologías centradas en el estudiante. Sin estos elementos, su implementación puede verse
limitada y generar desigualdades en el acceso a la educación. Es necesario que tanto docentes como
instituciones trabajen en conjunto para desarrollar estrategias que maximicen las oportunidades de este
modelo, garantizando una enseñanza de calidad y adaptada a las necesidades del siglo XXI.
La Educación Híbrida en el Contexto Latinoamericano
La educación híbrida ha cobrado especial relevancia en América Latina debido a la necesidad de
garantizar la continuidad del aprendizaje en un contexto de desigualdades estructurales. Las políticas
educativas nacionales han comenzado a integrar este modelo dentro de sus marcos normativos,
buscando estrategias para equilibrar la educación presencial y digital. Como indica Cerero, (2024),
varios países han implementado planes de educación híbrida como parte de sus reformas educativas,
destacando la importancia de la capacitación docente y la adaptación curricular. Sin embargo, el éxito
de estas iniciativas varía según los recursos disponibles y la infraestructura tecnológica de cada país.
Uno de los principales desafíos para la implementación de la educación híbrida en América Latina es
la brecha digital, que limita el acceso equitativo a herramientas tecnológicas y plataformas educativas.
De acuerdo con Santana (2024), la falta de acceso a dispositivos electrónicos y conexión a internet en
sectores rurales y comunidades vulnerables impide la adopción efectiva de modelos híbridos. Aunque
algunos gobiernos han promovido la distribución de dispositivos y el acceso a internet en zonas
marginadas, la falta de formación tecnológica tanto en docentes como en estudiantes sigue siendo un
obstáculo significativo.
A pesar de estos desafíos, existen casos de éxito en la región donde la educación híbrida ha demostrado
ser una estrategia efectiva para mejorar la calidad del aprendizaje.

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Como sugiere Herrera & Rojas (2024), países como Chile y Colombia han desarrollado programas
educativos que combinan enseñanza en línea con experiencias presenciales, logrando mejores niveles
de participación estudiantil y un aprendizaje más flexible. Además, iniciativas privadas y
colaboraciones con organizaciones internacionales han permitido fortalecer la educación híbrida en
sectores con menos recursos, optimizando el uso de tecnologías y metodologías innovadoras.
La educación híbrida en América Latina enfrenta desafíos relacionados con la equidad digital y la
infraestructura tecnológica, pero también representa una oportunidad para transformar la enseñanza y
hacerla más accesible. Las políticas educativas deben seguir evolucionando para garantizar que este
modelo sea inclusivo y eficaz, aprovechando los casos de éxito como referencia para expandir su
implementación. Solo a través de un enfoque integral que involucre a gobiernos, docentes y
comunidades se podrá consolidar la educación híbrida como un pilar del sistema
Claro, aquí tienes una propuesta de redacción de la metodología cuantitativa en tres párrafos, basada en
el texto proporcionado y considerando que se aplicará una encuesta a 15 estudiantes seleccionados:
METODOLOGÍA
La presente investigación se desarrollará bajo un enfoque cuantitativo, ya que busca obtener datos
medibles y objetivos sobre las percepciones de los estudiantes respecto a la educación híbrida desde
diferentes contextos. Este enfoque permite analizar de forma sistemática las opiniones y experiencias
de los participantes, facilitando la identificación de patrones, tendencias y niveles de aceptación del
modelo híbrido en su proceso formativo. La cuantificación de los resultados obtenidos contribuirá a una
mejor comprensión del impacto de esta modalidad educativa en aspectos como la flexibilidad, la
accesibilidad y la interacción educativa.
Para la recolección de datos se utilizará como instrumento una encuesta estructurada, diseñada con
preguntas cerradas de opción múltiple y escala Likert, que permitirá recoger información específica
sobre la experiencia de los estudiantes con la educación híbrida. La encuesta será aplicada a una muestra
intencional de 15 estudiantes seleccionados, quienes representan diferentes contextos educativos dentro
de la institución. Esta selección permitirá observar posibles diferencias en la percepción del modelo
híbrido en función del acceso tecnológico, las dinámicas familiares y el entorno social.

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Una vez recopilada la información, los datos serán organizados y analizados mediante técnicas
estadísticas descriptivas, como frecuencias y porcentajes, con el fin de interpretar los resultados de
manera clara y precisa. Este análisis permitirá evaluar el nivel de aceptación de la educación híbrida,
así como identificar los elementos que favorecen o dificultan su implementación desde la perspectiva
estudiantil. Los resultados serán representados gráficamente para facilitar su comprensión e
interpretación en el marco de la investigación.
RESULTADOS
Del total de 15 estudiantes encuestados, el 46,7% indicó que participa siempre en clases bajo el modelo
de educación híbrida, lo que representa una mayoría significativa. El 33,3% afirmó participar
frecuentemente, mientras que el 20% señaló hacerlo ocasionalmente. Es importante destacar que ningún
estudiante manifestó no haber participado nunca en este tipo de modalidad. Estos datos reflejan que
todos los participantes han tenido algún nivel de exposición al modelo híbrido, lo que sugiere una
implementación generalizada en el contexto educativo evaluado.
La alta frecuencia de participación sugiere que la educación híbrida se ha consolidado como una práctica
habitual en la dinámica escolar de los estudiantes encuestados. Esto podría deberse a factores como la
disponibilidad tecnológica, la flexibilidad que ofrece esta modalidad o la adaptación institucional a
nuevos modelos pedagógicos. Asimismo, el hecho de que ningún estudiante haya seleccionado la
opción "nunca" evidencia una cobertura amplia del modelo híbrido, lo que permite suponer una
apropiación progresiva del mismo dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Gráfico 1
Los resultados reflejan que una mayoría considerable de los estudiantes encuestados tiene una
percepción positiva sobre su experiencia con la educación híbrida.

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El 46,7% calificó su experiencia como muy satisfactoria, y el 40% la consideró satisfactoria, lo que
representa un 86,7% de respuestas favorables. Solo un estudiante (6,7%) se ubicó en una posición
neutral, indicando que su experiencia fue "ni satisfactoria ni insatisfactoria", mientras que otro (6,7%)
expresó una percepción negativa al calificarla como "insatisfactoria". Ninguno de los participantes
consideró su experiencia como "muy insatisfactoria".
Estos datos evidencian que, en general, la implementación del modelo híbrido ha sido bien recibida por
la mayoría de los estudiantes. La valoración positiva sugiere que este enfoque ha logrado adaptarse a
sus necesidades y expectativas, proporcionando una experiencia educativa eficiente y flexible. Sin
embargo, la presencia de respuestas neutrales o insatisfactorias también indica que aún existen aspectos
susceptibles de mejora, como la calidad de las plataformas digitales, la organización de las sesiones o
el acompañamiento docente. Estos elementos deben ser considerados para optimizar la implementación
del modelo y garantizar una experiencia aún más significativa para todos los estudiantes.
Gráfico 2
Los resultados revelan que un alto porcentaje de los estudiantes encuestados percibe contar con los
recursos tecnológicos necesarios para participar en la educación híbrida. El 60% respondió
afirmativamente de forma contundente ("sí, totalmente"), mientras que un 26,7% indicó que dispone de
los recursos "en parte", lo que sugiere ciertas limitaciones o dificultades puntuales. Solo el 13,3%
manifestó tener muchas dificultades, y ninguno de los estudiantes declaró no contar con ningún recurso.
Esta información pone de manifiesto que, si bien la mayoría de los estudiantes tiene acceso a
dispositivos, conexión a internet y un espacio adecuado para el estudio, aún existe una proporción
significativa que enfrenta barreras tecnológicas.

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Esto representa un factor crítico a considerar, ya que las desigualdades en el acceso pueden impactar
directamente en la calidad del aprendizaje y la participación activa de todos los estudiantes. Por tanto,
es necesario que las instituciones educativas identifiquen estos casos para brindar apoyo o alternativas
que garanticen la equidad en el desarrollo del modelo híbrido.
Gráfico 3
Los resultados indican que la gran mayoría de los estudiantes considera que la educación híbrida les
permite organizar mejor su tiempo de estudio. El 73,3% respondió estar “de acuerdo”, mientras que un
20% manifestó estar “totalmente de acuerdo”. Esto refleja que el modelo híbrido es percibido
positivamente en cuanto a la gestión del tiempo personal, lo cual es una de las principales ventajas de
esta modalidad. Solo un 6,7% (1 estudiante) expresó estar “en desacuerdo”, y no se registraron
respuestas en los extremos más negativos.
Este alto nivel de conformidad sugiere que la flexibilidad horaria que ofrece la educación híbrida es
valorada por los estudiantes, ya que les permite combinar sus responsabilidades académicas con otras
actividades, ajustando su ritmo de aprendizaje.
La posibilidad de acceder a contenidos en línea y organizar su propio horario parece ser un factor clave
para mejorar la autonomía y responsabilidad en el estudio. No obstante, el caso aislado de desacuerdo
indica que algunos estudiantes podrían necesitar apoyo en técnicas de organización o gestión del tiempo
para aprovechar al máximo esta modalidad.

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Gráfico 4
Los resultados muestran una distribución diversa de opiniones respecto a la modalidad educativa más
efectiva para el aprendizaje. Un 40% de los estudiantes (6 de 15) considera que la modalidad híbrida es
la más efectiva, destacando así el valor de combinar la enseñanza presencial con la virtual. Esta
preferencia refuerza la idea de que el modelo híbrido integra lo mejor de ambos entornos, permitiendo
mayor flexibilidad y acceso a recursos, sin perder el contacto directo con docentes y compañeros. En
segundo lugar, el 33,3% optó por la modalidad presencial, lo que indica que para una parte significativa
del grupo, la interacción cara a cara sigue siendo esencial para un aprendizaje efectivo.
Por otro lado, un 26,7% señaló preferir la modalidad virtual, lo que revela que algunos estudiantes se
adaptan bien al aprendizaje autónomo y digital. Es relevante destacar que ningún estudiante seleccionó
la opción "ninguna", lo cual sugiere que todos reconocen alguna forma de efectividad en al menos una
de las modalidades presentadas. Estos resultados reflejan que, aunque existen diferentes estilos de
aprendizaje, la modalidad híbrida se posiciona como una alternativa integradora que logra satisfacer
diversas necesidades educativas.
Gráfico 5

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Los resultados indican que una mayoría significativa de los estudiantes perciben que la educación
híbrida sí fomenta su participación y autonomía en el aprendizaje. En detalle, el 53,3% (8 de 15)
respondió “Casi siempre”, mientras que el 33,3% (5 de 15) indicó “Siempre”. Estos datos reflejan una
valoración positiva hacia la modalidad híbrida, ya que más del 86% del grupo reconoce que esta forma
de enseñanza estimula su involucramiento activo y la gestión personal del estudio.
Asimismo, solo un 13,3% (2 estudiantes) seleccionó la opción “A veces” y nadie eligió “Casi nunca” o
“Nunca”, lo que sugiere una ausencia de rechazo hacia el modelo híbrido en términos de autonomía. En
conjunto, esta información respalda la idea de que la combinación de clases presenciales y virtuales no
solo diversifica los espacios de aprendizaje, sino que también promueve un rol más protagónico del
estudiante en su propio proceso educativo.
Gráfico 6
Los resultados muestran una distribución equilibrada entre los contextos de estudio de los estudiantes
encuestados. Del total de 15 participantes, el 53,3% (8 estudiantes) se encuentra en un contexto rural,
mientras que el 46,7% (7 estudiantes) proviene de un entorno urbano. Esta leve mayoría rural permite
observar que la modalidad de educación híbrida está siendo implementada en diversos entornos
geográficos, lo cual enriquece el análisis al incluir perspectivas desde realidades distintas.
Esta diversidad contextual es relevante para interpretar otros resultados del estudio, ya que el acceso a
recursos tecnológicos, la calidad del internet o el acompañamiento familiar pueden variar
significativamente entre zonas urbanas y rurales. Así, comprender el contexto de los estudiantes ayuda
a identificar factores externos que podrían incidir en la percepción, efectividad y aceptación de la
educación híbrida, y destaca la importancia de diseñar estrategias adaptadas a las condiciones
particulares de cada grupo.

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DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Los resultados obtenidos en este estudio muestran que la educación híbrida ha logrado una
implementación generalizada, ya que el 100% de los estudiantes encuestados han participado en alguna
modalidad de este enfoque. Es destacable que la mayoría de los estudiantes participa de manera
frecuente o constante en clases híbridas, lo que refleja una integración sólida de esta modalidad en la
dinámica escolar. La flexibilidad y accesibilidad que ofrece el modelo híbrido parecen ser factores clave
para su aceptación. La alta frecuencia de participación indica que los estudiantes han internalizado este
enfoque como parte de su rutina educativa, lo que sugiere una adaptación progresiva del sistema
educativo a nuevas formas de enseñanza y aprendizaje.
La percepción positiva de la educación híbrida, con un 86,7% de respuestas favorables, refuerza la idea
de que este modelo está alineado con las necesidades y expectativas de los estudiantes. La flexibilidad
en la organización del tiempo y el acceso a recursos tecnológicos se presentan como factores
determinantes en la valoración positiva. Sin embargo, el hecho de que un pequeño porcentaje de
estudiantes haya reportado una experiencia neutral o insatisfactoria señala que aún existen aspectos que
pueden mejorarse, como la calidad de las plataformas virtuales, la interacción docente-estudiante o la
estructura de las clases híbridas. Estos resultados sugieren que, aunque el modelo híbrido es
generalmente bien recibido, aún es necesario trabajar en su optimización para asegurar que todos los
estudiantes se beneficien plenamente de sus ventajas.
La disponibilidad de recursos tecnológicos es otro aspecto crítico destacado por los resultados. Aunque
una mayoría considerable de los estudiantes tiene acceso adecuado a dispositivos y conexión a internet,
un 13,3% enfrenta dificultades significativas. Este hallazgo resalta las desigualdades tecnológicas que
aún persisten y que pueden afectar la equidad en el aprendizaje. A pesar de la amplia disponibilidad de
recursos en muchos contextos, la presencia de barreras tecnológicas para un porcentaje de estudiantes
indica que las instituciones deben trabajar en soluciones para garantizar que todos los estudiantes,
independientemente de su contexto, puedan participar activamente en la educación híbrida. La
implementación de medidas para asegurar la equidad digital es esencial para la efectividad del modelo.
La flexibilidad horaria y la autonomía en el aprendizaje son dos aspectos clave que los estudiantes
valoran positivamente.

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La mayoría de los encuestados percibe que la educación híbrida les permite gestionar mejor su tiempo
de estudio, lo que fomenta la autonomía y la responsabilidad. Sin embargo, se observa que no todos los
estudiantes se sienten igualmente cómodos con esta modalidad, ya que un pequeño porcentaje indicó
dificultades para organizar su tiempo. Esto sugiere que, aunque la flexibilidad es generalmente
apreciada, algunos estudiantes pueden requerir estrategias adicionales de apoyo para maximizar su
aprovechamiento del tiempo. Finalmente, la distribución de estudiantes entre contextos urbanos y
rurales también destaca la importancia de adaptar la educación híbrida a las realidades locales, dado
que el acceso a la tecnología y la conectividad varía considerablemente entre estos entornos. La
implementación exitosa de la educación híbrida debe tener en cuenta estas diferencias para garantizar
una experiencia educativa equitativa para todos los estudiantes.
CONCLUSIÓN
La educación híbrida ha emergido como una estrategia innovadora que fusiona lo mejor de los métodos
presenciales y virtuales, ofreciendo un modelo más flexible, accesible y adaptado a las necesidades de
los estudiantes. Este enfoque ha sido bien recibido por la mayoría de los estudiantes encuestados,
quienes valoran principalmente la autonomía en su aprendizaje y la posibilidad de gestionar su tiempo
de estudio. La flexibilidad horaria y el acceso a recursos digitales son elementos clave que favorecen la
aceptación y el éxito del modelo híbrido, proporcionando una experiencia educativa más personalizada
y eficiente.
Sin embargo, los resultados también han mostrado que persisten desafíos significativos, especialmente
en lo que respecta a las desigualdades tecnológicas y las diferencias contextuales entre zonas urbanas y
rurales. A pesar de que muchos estudiantes tienen acceso adecuado a dispositivos y conectividad, un
pequeño porcentaje enfrenta barreras que limitan su participación plena en la educación híbrida. Estas
brechas tecnológicas pueden generar desigualdades en el acceso al aprendizaje y dificultar la equidad
en la educación, lo que resalta la necesidad urgente de políticas y estrategias que promuevan la inclusión
digital y garanticen que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades de aprendizaje.
Además, aunque el modelo híbrido permite una mayor autonomía en los estudiantes, algunos
expresaron dificultades para organizar su tiempo de estudio de manera efectiva.

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Esto sugiere que, si bien la flexibilidad es valorada, algunos estudiantes requieren apoyos adicionales,
como guías claras de organización o tutorías, para maximizar su aprovechamiento del tiempo y mejorar
su rendimiento académico. Es esencial que las instituciones educativas diseñen estrategias de apoyo
personalizadas que faciliten la adaptación de los estudiantes a este modelo de enseñanza.
En conclusión, la educación híbrida representa una oportunidad clave para la transformación del sistema
educativo, especialmente en un mundo cada vez más interconectado y digital. No obstante, su
implementación exitosa depende de la superación de las desigualdades tecnológicas y la adaptación a
las realidades locales. Para que este modelo sea verdaderamente inclusivo, se deben considerar las
condiciones contextuales de los estudiantes y garantizar que todos tengan acceso a los recursos
necesarios. Solo así se podrá asegurar que la educación híbrida contribuya de manera efectiva al
fortalecimiento de la educación, promoviendo un aprendizaje más equitativo y accesible para todos.
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