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EL NIVEL EDUCATIVO DE LA MEDIA TÉCNICA EN
COLOMBIA: DESARROLLO HISTÓRICO Y
PROBLEMAS ACTUALES

THE EDUCATIONAL LEVEL OF THE TECHNICAL HIGH SCHOOL IN
COLOMBIA: HISTORICAL DEVELOPMENT AND CURRENT
PROBLEMS

Flor Alba Vargas Silva

Docente catedrática Universidad del Tolima

Pedro Alfonso Castro Campos

Docente catedrática Universidad del Tolima
pág. 8304
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i2.17556
El nivel educativo de la media técnica en Colombia: Desarrollo histórico y
problemas actuales

Flor Alba Vargas Silva
1
floralbavargas@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-7656-9856

Docente catedrática Universidad del Tolima

Pedro Alfonso Castro Campos

Castrocpa@ut.edu.co

https://orcid.org/0000-0002-0428-6670

Docente catedrático de la Universidad del Tolima

RESUMEN

El presente artículo es el resultado de un trabajo de revisión documental el cual se complementó con un
trabajo de campo sobre el nivel educativo de la media técnica que se ofrece en el país, su historia, su
desarrollo y algunos de los problemas que presenta en la actualidad. El nivel de educación de la media
técnica es parte fundamental del sistema educativo del país y por tanto requiere su fortalecimiento a
partir de políticas, acciones, estrategias que permitan cumplir con los objetivos que establece la Ley
General de Educación y que posibiliten orientar la construcción del proyecto de vida de los jóvenes y
su vocación, desarrollar sus competencias generales, laborales y ciudadanas, promover su permanencia
en el sistema y prepararlos para su inserción en el mercado laboral o para la continuación de los estudios
superiores. Por un lado, la falta de apoyo económico y de políticas educativas que favorezcan el
desarrollo de la media técnica, hacen que este nivel de educación carezca de pertinencia, es decir, que
no logra dar respuesta a las necesidades y exigencias del sector productivo. Sin contar con los problemas
de calidad y de cobertura, entre otros, que también afectan la educación que se ofrece en estas
instituciones. De otro lado, la falta de profesionalización y actualización de los docentes del nivel de la
media técnica, en lo relacionado con las competencias pedagógicas y el escaso interés del estado por
renovar los docentes de este nivel educativo, acentúan el problema. Por tanto, es un nivel muy
importante que merece ser estudiado y analizado, conocer su historia, desarrollo y profundizar sobre sus
problemáticas para proponer alternativas que permitan su cualificación y perfeccionamiento.

Palabras clave: nivel de educación media técnica, ley general de educación, sistema educativo

1
Autor principal
Correspondencia:
floralbavargas@gmail.com
pág. 8305
The educational level of the technical high school in Colombia: Historical

development and current problems

ABSTRACT

The present article is the result of a documentary review work complemented by fieldwork on the

technical high school education level offered in the country, its history, its development, and some of

the problems it
currently faces. The level of education in technical high school is a fundamental part of
the country's educational system and therefore requires strengthening through policies, actions, and

strategies that enable the fulfillment of the objectives set by the General Educat
ion Law and that allow
for guiding the construction of young people's life projects and vocations, developing their general,

labor, and civic competencies, promoting their retention in the system, and preparing them for insertion

into the
labor market or for the continuation of higher education. On one hand, the lack of economic
support and educational policies that favor the development of technical secondary education make this

level of education lack relevance, meaning it fails to meet the needs and demands of the productive

sector. Not to ment
ion the quality and coverage issues, among others, that also affect the education
provided in these institutions. On the other hand, the lack of professionalization and updating of teachers

at the t
echnical high school level, in relation to pedagogical competencies and the state's scant interest
in renewing teachers at this educational level, exacerbates the problem.
Therefore, it is a very important
level that deserves to be studied and analyzed, to know its history, development, and to delve into its

issues in order to propose alternatives that allow for its qualification and improvement.

Keywords
: educational level of the technical media, general education law, educational system
Artículo recibido 05 abril 2025

Aceptado para publicación: 28 abril 2025
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INTRODUCCIÓN

Dentro del sistema educativo colombiano el nivel de educación media técnica debe formar a los
estudiantes de manera integral para incorporarse laboralmente a uno de los sectores de la producción
dentro o fuera del país; de igual manera esa formación es vinculante para que los egresados continúen
con sus estudios superiores; para ello, la formación media articula conocimientos teóricos con la
práctica y además debe tener en cuenta los avances científicos y tecnológicos, así como responder a las
necesidades y problemáticas del contexto regional.

Los establecimientos que ofrezcan este nivel de educación deben tener la infraestructura adecuada y
realizar convenios de articulación con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) u otras instituciones
que puedan formar a los estudiantes para el trabajo y el desarrollo humano. A pesar de que en sus
comienzos las instituciones educativas del nivel de educación media técnica fueron dotados
adecuadamente para su funcionamiento, en la actualidad, no se cuenta con los recursos básicos, para
responder a las necesidades y expectativas de los educandos, ni de la región. Los talleres que existen
están obsoletos, las especialidades que ofrecen están descontextualizadas y no responden a los avances
tecnológicos del mundo actual.

A pesar de que la Ley 115 o Ley General de la Educación establece claramente que la educación media
técnica tiene como objetivos a) La capacitación básica inicial para el trabajo; b) La preparación para
vincularse al sector productivo y a las posibilidades de formación que éste ofrece, y c) La formación
adecuada a los objetivos de educación media académica, que permita al educando el ingreso a la
educación superior, estos objetivos no se cumplen en su totalidad por muchas razones, entre ellas, los
problemas que presenta en la actualidad esta nivel educativo, que a pesar de los esfuerzos realizados por
el Ministerio de Educación Nacional por cualificarlo y darle un status semejante al de la educación
académica, desde sus inicios, este nivel ha sido mirado con desdén por considerarlo “una educación para
pobres”, lo cual afecta la calidad de educación que reciben los estudiantes de este nivel.

De otro lado, por la falta de apoyo económico y de políticas educativas que favorezcan el desarrollo de
la media técnica, hacen que este nivel de educación carezca de pertinencia, es decir, que no logra dar
respuesta a las necesidades y exigencias del sector productivo y a la sociedad en general. Sin contar con
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los problemas de calidad y de cobertura, entre otros, que también afectan la educación que se ofrece en
estas instituciones.

Un poco de historia sobre la educación media técnica en Colombia

La educación media técnica en el Siglo XIX: Desde el Congreso de Cúcuta en 1821 una de las
preocupaciones recurrentes de las autoridades educativas en Colombia ha sido la de brindar una
educación orientada hacia el trabajo productivo que aporte al desarrollo económico del país, pero que
también se convierta en otra alternativa de la educación clásica. Más tarde, en 1826 se promulga la Ley
General de Educación, en la que se resalta la importancia de la educación en ciencias y oficios. También,
a través de la historia se ha presentado la tendencia a identificar la educación práctica como educación
para los pobres y la educación teórica, clásica y humanística, como la educación para los ricos. (Turbay,
2006).

A mediados del Siglo XIX “un segundo hito en la historia del bachillerato orientado por modalidades se
encuentra en el ministerio de Mariano Ospina Rodríguez (1841-1845)”. (Turbay, 2006 p. 103). En esta
reforma se pretendía orientar a la juventud hacia las ciencias prácticas con el fin de fomentar industrias,
impulsar el desarrollo y acrecentar la riqueza nacional.

Años más tarde, se crean las escuelas de artes y oficios, consideradas como los primeros intentos
efectivos de una educación técnica. Estas escuelas se ofrecían como una alternativa educativa para los
hijos de obreros y artesanos. Se ofrecían distintas opciones a hombres y mujeres, creando así estereotipos
de género. De ese modo, reiteramos, se ha visto con desdén a la educación técnica, identificándola con
una educación para pobres.

Desde entonces a la educación técnica se le ha atribuido en el país un escaso valor social y se la ha
concebido como formación terminal para pobres y alternativa para el control social, en desmedro de los
requerimientos del desarrollo nacional, no obstante, el discurso industrializador y modernizante.
(Turbay, 2006 p. 104).

A pesar de la demanda de formación profesional por las necesidades que implicaba la naciente industria
nacional, estas reformas en la educación no se pusieron en marcha. Por otro lado, en Colombia ha
persistido la economía basada en la actividad agrícola, por tanto, esos primeros intentos de industrializar
al país no se pudieron realizar. Otros factores como el control de la educación por parte de la iglesia
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católica, los enfrentamientos entre los partidos políticos tradicionales (liberal y conservador) entre otros,
impidieron la puesta en marcha de estas reformas en el sistema educativo colombiano.

Las reformas educativas de los últimos años del Siglo XIX se dan alrededor del liberalismo radical que
proponía una educación pública integradora de la nación y laica y las que proponía el movimiento de la
regeneración, caracterizadas por el orden económico, político y moral. (Turbay, 2006)

La educación media técnica en el Siglo XX: Los comienzos del Siglo XX en Colombia se
caracterizaron por el enfrentamiento entre los partidos liberal y conservador conocido como la Guerra
de los Mil días (1899-1902). Esta guerra trajo consecuencias funestas para la economía, la política, la
sociedad, y por consiguiente para la educación. Como consecuencia de la guerra muchos de los colegios
y escuelas fueron destruidas y una gran cantidad de estudiantes no pudieron volver a sus clases; los
problemas de deserción y analfabetismo se acentuaron y el país retrocedió en materia educativa
(Ramírez y Téllez, 2006) lo cual repercutió como era de esperarse en todos los niveles, entre ellos la
educación media técnica.

“Tras la crisis derivada de la Guerra de los Mil Días, se expide en octubre de 1903 la Ley 39, o Ley
orgánica de la Educación, que fundamenta el ordenamiento jurídico del sistema educativo colombiano”
(Silva, 1989 citado en Turbay, 2006 p. 106). Esta ley se constituye en la primera reglamentación, aún
incipiente, de la educación técnica industrial (Acuña, 2002 citado en Turbay, 2006 p. 106).

En cuanto a la secundaria, la ley distingue entre secundaria clásica (humanidades) y técnica (práctica).
Ésta última la ofrecía el sector oficial y se dirigía a los hijos de los obreros, en estrecha relación con las
escuelas de artes y oficios. Su dirección estuvo ligada fundamentalmente a las comunidades religiosas.

En 1914 se expide la Ley 38, mediante la cual se pretende fomentar la enseñanza agropecuaria. Se crea
entonces el Instituto Agrícola Nacional, y surgen escuelas prácticas de agricultura en varios
departamentos (Turbay, 2006 p. 107)

La educación media técnica en Colombia durante los primeros años del siglo XX se continúa viendo
como una herramienta para impulsar la capacidad productiva del país. Como se dijo en el epígrafe
anterior, fue pensada para sectores bajos y medios de la población; según Herrera (1993), la enseñanza
técnica para las clases populares se impartía en las escuelas complementarias y en las escuelas nocturnas,
escuelas de artes y oficios y escuelas industriales; también existían establecimientos de enseñanza
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comercial y agrícola; algunos de estos establecimientos ofrecían títulos de bachiller o representaban un
paso intermedio entre la educación primaria y secundaria.

En cuanto a la enseñanza industrial, la mayor de las veces eran las comunidades religiosas las que se
encargaban de administrar las escuelas de artes manuales femeninas donde se enseñaba herrería,
tipografía, carpintería, encuadernación, zapatería, entre otras (Herrera, 1993). De acuerdo con los años
de estudio, en estos establecimientos se conferían los títulos de aprendiz, oficial y maestro.

Durante la hegemonía liberal (1930-1945) se pensó en formar un hombre que estuviera en concordancia
con el nuevo modelo de desarrollo basado en el impulso a la industria; así fue como se creó la enseñanza
industrial y se crearon nuevos colegios con este fin.

En 1946 existían 62 escuelas de artes y oficios con 4.253 estudiantes, de los cuales 2.493 eran mujeres;
además, había 209 escuelas complementarias con 10.617 alumnos, de las que 157 eran de propiedad
estatal. En este mismo año un nuevo decreto creó el bachillerato industrial (Herrera, 1993, pág. 9).

La mayoría de los establecimientos industriales eran masculinos por considerar que eran labores propias
para hombres; para las mujeres se impulsó la enseñanza comercial. Era común que en los municipios
grandes se fundaran colegios industriales para varones y comerciales para las niñas. Un ejemplo de ello
sucedió en algunos municipios del departamento del Tolima, como Espinal, Líbano, Guamo, entre otros,
donde los colegios industriales eran exclusivos para varones y los colegios comerciales eran para
mujeres.

Sin embargo, la educación comercial no contaba con suficiente vigilancia por parte del estado, razón
por la cual la mayoría de las instituciones donde se impartía la enseñanza comercial eran de carácter
privado. En la tercera década del siglo XX el Estadio legisló sobre esta enseñanza y determinó que
tendría un nivel elemental de tres años y otro de dos a nivel superior, donde se recibiría el título de
bachillerato. “En 1946 existían 188 establecimientos de enseñanza comercial de los cuales el 82% eran
privados, y contaban en su totalidad con 9.346 alumnos” (Herrera, 1933, p.9).

En cuanto a la enseñanza agrícola, continuó con un funcionamiento irregular (Herrera, 1933); aun
cuando eran comunes los discursos que resaltaban la importancia por ser Colombia un país de tradición
agrícola no hubo orientaciones claras sobre su funcionamiento. A nivel de educación media, se crearon
escuelas agrícolas pensadas en fomentar la producción y mejorar el nivel cultural de la población rural.
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Se fundaron las primeras Escuelas Vocacionales Agrícolas, entre ellas las de Buga. “En 1949 existían
23 escuelas agrícolas con un total de 800 estudiantes” (Herrera, 1933, p.10).

Aunque era reducido el control que el gobierno ejercía sobre estas instituciones, el impulso a la
educación técnica se entiende por el afán de los gobiernos liberales que administraron a Colombia entre
1930 y 1945 de industrializar el país, puesto que se estaba viviendo en el mundo las consecuencias de
la revolución industrial que se había generado en Europa a finales del Siglo XIX. Para mediados del
Siglo XX, ya se conocía el número de establecimientos educativos y se inició un mayor control estatal
sobre este tipo de instituciones.

A pesar de su desarrollo incipiente, uno de los problemas que tuvo la educación media técnica en la
primera mitad del siglo XX fue la carencia de infraestructura adecuada y básica para impartir una
educación técnica y especializada.

Habrá que esperar hasta las décadas del 50 y 60, período en el que la economía sufre una expansión y
se acentúan las necesidades de mano de obra, para que surjan entidades de enseñanza técnica con una
dotación adecuada y con mejores condiciones para impartir capacitación técnica (Herrera, 1933, p.10).

No obstante, a pesar de los cambios económicos, durante la segunda mitad del siglo XX la educación
media no sufrió cambios drásticos; al contrario, se conservó la tendencia impartir la educación media
técnica en los colegios públicos y pensada para educar los sectores más necesitados de la población.

En lo que respecta a la educación secundaria, en esta época, como en casi todas, las políticas públicas
educativas estatales han sido insuficientes y en ocasiones inapropiadas. Para la época existían muy pocas
instituciones oficiales, y las que había, estaban en su mayoría bajo la regencia de comunidades religiosas
(Aguilar y otros. 2017 p. 91).

A pesar de que en Colombia el proceso de evolución industrial se ha presentado desde los primeros años
del siglo XX, -vale la pena resaltar que los inventos de la revolución industrial cuya cuna fue Inglaterra
en el Siglo XIX, llegaron a nuestro país con 100 años de retraso- esta evolución no se ha visto reflejada
en la modernización de las instituciones, y menos en las educativas.

De otro lado, la educación secundaria en Colombia durante la década de los 60´ presentaba graves
problemas, entre ellos que la mayor parte de la matrícula se concentraba en el bachillerato tradicional,
por lo cual se generaba una alta demanda de cupos universitarios, pero la mayoría de los jóvenes que no
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podían acceder a la educación superior no estaban preparados para su inserción en el mercado laboral;
el bachillerato académico generaba una educación enciclopedista que no tenía en cuenta los intereses y
necesidades de los estudiantes; se presentaba un alto índice de deserción en el bachillerato académico,
por lo cual un alto número de estudiantes debían ingresar al trabajo sin una formación ocupacional. Era
necesario, por tanto, elaborar un currículo diferenciado que tuviera en cuenta materias de educación
general, pero también de formación ocupacional y materias electivas que tuvieran en cuenta las
necesidades e intereses tanto de los estudiantes como los requerimientos de la sociedad y del sector
productivo. Esta situación condujo a la reforma de la secundaria académica tradicional mediante una
política de “diversificación” del nivel de la media técnica. (Gómez,1993).

Es solamente hasta la década de los 70´, durante el gobierno del presidente Carlos Lleras Restrepo, que
se crean los Institutos de Educación Media Diversificada INEM y los Institutos Técnicos Agrícolas ITA,
como una propuesta seria y estructurada por el MEN, para dar respuesta a las necesidades de la
educación media técnica en Colombia. En cada ciudad importante del país se fundó un INEM con
capacidad para más de 3000 niños y adolescentes en cada uno de ellos. En total se crearon 24 colegios
INEM.

El proyecto de los INEM fue innovador y propuso nuevos retos y cambios radicales para entender la
educación técnica en el país. Esta propuesta enfatiza en la educación diversificada, es decir, varias
modalidades o especialidades en una misma institución. Los estudiantes inician en el grado 6° con una
exploración vocacional hasta el grado 8°. En el grado 9° inician una formación específica de acuerdo
con las modalidades o especialidades que ofrece la institución. El INEM tiene autonomía para organizar
un currículo común hasta el grado 9° y en los grados 10° y 11° ofrece la diversificación que se desarrolla
como educación media académica y técnica. De acuerdo con una orientación vocacional, los estudiantes
tienen la oportunidad de escoger la modalidad que deseen.

Cada INEM cuenta con una planta profesional suficiente y necesaria para orientar áreas en los niveles
de educación básica secundaria, media académica, técnica y por modalidades. Estos colegios pueden
realizar convenios de articulación con instituciones de educación superior como el SENA y las
Universidades de la región, con el fin de realizar procesos de homologación para beneficiar a los
estudiantes que terminan su bachillerato y tienen la oportunidad de recibir doble titulación, en el caso
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de los que se articulan con el SENA. Además, cada INEM en el momento de su inauguración contaba
con la dotación técnica especializada de acuerdo con las modalidades que ofrecía. Esta dotación,
constaba de talleres, maquinaria, aulas especializadas y personal altamente calificado para orientar cada
una de las áreas.

Lamentablemente, este modelo de educación media diversificada no fue tenido en cuenta en la Ley
General de educación o Ley 115 de 1994, lo cual tuvo como consecuencia, el abandono de este proyecto
educativo modernizador, que en un momento histórico determinado se asumió como modelo y años más
tarde empezó a declinar por falta de apoyo y de inversión por parte del estado a la infraestructura que
hoy en día se encuentra obsoleta, por lo cual las modalidades ya no son llamativas ni pertinentes con el
desarrollo económico y cultural de la nación.

Historia de la articulación de la educación media técnica con el SENA.

Antecedentes: Durante las dos últimas décadas del Siglo XX se habían reorganizado las finanzas del
Estado y en 1985, con la Ley 55 se firmó el convenio SENA-Ministerio de Educación Nacional, por
medio del cual se buscaba el mejoramiento de los programas de educación técnica.

El SENA se convirtió en un aliado estratégico del MEN, en su intento de organizar la educación media
técnica. Para ello se realizaba un diagnóstico, se identificaban las necesidades de los colegios públicos
estatales y se les asignaban recursos para la construcción o adecuación de talleres, laboratorios y además
se ofrecía asesoría para la homologación de programas de formación y actualización de docentes.

En este orden, los Centros de Formación Profesional Integral del SENA, por solicitud de los colegios
interesados, iniciaron su ejercicio ofreciendo asesoría para el diagnóstico de necesidades y desarrollo de
programas, actualización pedagógica de los docentes, evaluación y certificación de la formación de los
alumnos. Según la Guía metodológica para el programa de articulación del SENA, en algunos casos, los
Centros de Formación del SENA, facilitaban sus talleres para que los alumnos de dichos planteles
realizaran las prácticas formativas. (p. 6). Para continuar con el proceso de articulación, los Centros de
Formación Profesional integral del SENA, teniendo en cuenta la cadena de formación, organizaron la
oferta educativa de tal manera que alumnos de las instituciones educativas vinculadas al programa de
articulación, que cumplieran con el proceso de ingreso en el SENA, continuaran su formación en la
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especialidad, según el programa de Formación Profesional Integral. Es decir, se daba la oportunidad a
los estudiantes de continuar su proceso de formación una vez terminaran su bachillerato.

A partir de 1999, las acciones que venían siendo lideradas y desarrolladas por los Centros de Formación
Profesional Integral del SENA, se comenzaron a canalizar a través de las Secretarías de Educación, con
el fin de optimizar los recursos humanos y técnicos, para lo cual ha sido indispensable continuar
estableciendo alianzas que permitan la ejecución del programa. Los colegios firmaban el convenio de
articulación con el SENA por medio de las Secretarías de Educación, encargadas de liderar el proceso
de articulación. (Guía metodológica para el programa de articulación del SENA, p.6)

Posteriormente, el gobierno nacional expidió el decreto 249 de 2004 por el cual modifica a estructura
del SENA y las funciones de sus dependencias. Así mismo en el año 2017 se expide el manual para
operación de la articulación del SENA con la educación media, cuyo objetivo es “Proporcionar los
elementos conceptuales básicos y políticas orientadoras que posibiliten la planeación, organización,
ejecución, seguimiento y control relacionadas con la estrategia de articulación del SENA con la
educación media” (Guía metodológica para el programa de articulación del SENA, p. 6).

Generalidades de la articulación del SENA con la educación media. De acuerdo con el Manual para
la articulación del SENA con la educación media, la articulación es una estrategia para integrar
contenidos curriculares, pedagógicos y didácticos, así como los recursos que dispone el SENA con los
que poseen las instituciones educativas tanto oficiales como privadas (p. 9)

Por medio de los convenios de articulación las instituciones educativas se benefician en cuanto los
estudiantes reciben la doble titulación, es decir la que les ofrece la institución y la que les ofrece el
SENA, y, por otra parte, los estudiantes tienen la posibilidad de continuar sus estudios técnicos una vez
terminan su bachillerato. Además, el proceso de articulación implica un diálogo entre las partes, las
cuales conservan su naturaleza y su especificidad. A través del diálogo, se construye una sinergia, una
comunicación pedagógica alrededor de las competencias que debe desarrollar el educando que es el eje
central de este proceso y que le permitan enfrentar los retos del mundo globalizado.

La educación media técnica en la actualidad.

Actualmente el sistema de educación formal en Colombia está organizado en niveles que van desde el
preescolar (grado cero), la educación básica con los ciclos de básica primaria que comprende los grados
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de primero a quinto y básica secundaria, que comprende los grados de sexto a noveno; el nivel de media
que comprende los grados décimo y undécimo(…) los grados décimo y undécimo que son los dos
últimos grados requeridos para obtener el diploma de bachiller en el país y que son necesarios para
aspirar a entrar a la educación superior (…) (Documentos de trabajo escuela de Gobierno Alberto Lleras
Camargo. Caracterización de la escuela media en Colombia) (2016, p.12)

La Ley 115 de 1994 o Ley General de Educación es la que regula el Servicio Público de la Educación
formal en todos sus niveles y ciclos de acuerdo con los principios de la Constitución Política de
Colombia. De acuerdo con esta Ley, la educación media está reglamentada en la sección cuarta, en los
artículos del 27 al 34, así: En el artículo 27 se establece su duración y finalidad; la educación media
comprende los grados 10° y 11° y su finalidad consiste en preparar al educando para el ingreso a la
educación superior y/o al trabajo. El artículo 28 se refiere al carácter de la educación media, la cual
puede ser académica o técnica (los establecimientos educativos son autónomos para definir su carácter)
y su culminación le confiere al educando el título de bachiller y lo habilita para el ingreso a la educación
superior en cualquiera de sus carreras o niveles o para ingresar al mercado laboral (Ley General de
Educación. p.9)

El nivel de educación de media técnica debe formar a los estudiantes de manera integral para
incorporarse laboralmente a uno de los sectores de la producción dentro o fuera del país, de igual manera
esa formación es vinculante para que sus egresados continúen con sus estudios superiores; para ello, la
formación media articula conocimientos teóricos con la práctica y además debe tener en cuenta los
avances científicos y tecnológicos, así como responder a las necesidades y problemáticas del contexto
regional. Los establecimientos que ofrezcan este nivel de educación deben tener la infraestructura
adecuada y realizar convenios de articulación con el SENA u otras instituciones que puedan formar a
los estudiantes para el trabajo y el desarrollo humano.

Para el Ministerio de Educación, la educación media es parte fundamental del sistema educativo y por
tanto, requiere ser fortalecida con políticas, estrategias y acciones específicas que le permitan cumplir
los objetivos de orientar la construcción del proyecto de vida de los jóvenes, orientar su vocación
desarrollando competencias para el trabajo, a la vez que se procura ampliar su permanencia en el sistema
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educativo y se propicia la continuidad hacia niveles superiores de educación y formación para el trabajo.
(Guía articulación del SENA con la Educación Media pág. 4).

Algunos problemas de la educación media técnica

En este apartado se realizarán algunas comparaciones entre la educación media académica y la
educación media técnica con el fin de determinar la pertinencia de esta última, que es uno de los
problemas que enfrenta este nivel de educación en el país.

Como se explicó en párrafos anteriores, la educación media prepara a los jóvenes para ingresar a la
educación superior o al mercado laboral; ese tránsito se realiza …a partir de la integración de
profundizaciones en la educación media académica y especializaciones en la educación media técnica.”
(MEN, 2016 p. 15).

Al culminar sus estudios de educación media los estudiantes reciben un certificado que los habilita para
continuar sus estudios en instituciones de educación superior o para vincularse a la vida laboral en
cualquiera de los sectores de la producción. Por esta razón, “la calidad y pertinencia de la educación
recibida en este nivel será decisiva en las oportunidades laborales, educativas y personales de los jóvenes
que la transitan” (Dimas y Malagón, p. 2).

Por otro lado, teniendo en cuenta que muchos de los estudiantes que transitan en el sistema educativo
colombiano tienen pocas oportunidades de ingreso a la educación superior, la educación media tiene
funciones formativas muy importantes para los jóvenes porque “Para la mayor parte de los egresados,
el nivel medido es el último nivel de educación formal que recibirán. Lo que exalta la enorme
importancia social de la calidad y pertinencia de la educación media recibida” (Díaz y Celis 2011 p.
375)

En cuanto al plan de estudios existen semejanzas entre la educación media académica y la educación
media técnica. De acuerdo con los documentos de trabajo de la escuela de Gobierno Alberto Lleras
Camargo MEN (2016) tanto la educación media académica como la técnica deben dedicar el 80% del
plan de estudios a las áreas fundamentales y obligatorias; de esta forma, los establecimientos de carácter
técnico solamente tienen el 20% del plan de estudios para el desarrollo de las profundizaciones propias
de la especialidad lo cual es insuficiente. (p. 16), corroborado por Gómez, 1993 (p. 14)
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Las diferencias aparecen cuando las líneas de especialización que ofrece la educación media técnica
implican el estudio de áreas diferentes que obligan a los estudiantes a cursar muchas más asignaturas
que requieren el programa o los programas que ofrecen las instituciones, lo cual demanda más tiempo y
esfuerzo que en muchas ocasiones no son valorados académicamente, por ejemplo, cuando la prueba
Saber 11 realizada por el ICFES no tiene en cuenta las competencias que desarrollan estos estudiantes,
sino las que se relacionan directamente con la educación media académica, las cuales debe profundizar
en un campo específico de las ciencias, las artes o las humanidades, áreas que sí son evaluadas por las
pruebas estatales. Esto explica los bajos resultados de las instituciones de carácter técnico en relación
con las de carácter académico; se evidencia que las instituciones de carácter técnico están en franca
desventaja con las de carácter académico y ello se convierte en una de las razones por las cuales existen
en el país muchas más instituciones de carácter académico que de carácter técnico.

Según datos del MEN, en el 2014, Colombia contaba con 6431 establecimientos educativos que ofrecen
educación media, de los cuales el 57,5 % son de carácter académico, el 26,7 % técnico y el 15,9 %
restante ofrece ambos caracteres (técnico y académico). (MEN. Documentos de trabajo escuela de
Gobierno Alberto Lleras Camargo. Caracterización de la escuela media en Colombia) (2016, p.18).

Las anteriores cifras demuestran que la educación media técnica presenta problemas de cobertura porque
son pocos los jóvenes que acceden a ella y por diferentes razones quedan excluidos del sistema
educativo; según Dimas y Malagón (2016) los problemas que presenta la educación media en Colombia
tienen relación con la cobertura, la pertinencia y la calidad.

En cuanto a la pertinencia, los mismos autores afirman que la educación media técnica no responde a
las necesidades del sector productivo ni al mercado laboral; “…cada vez es más grande la brecha que
separa las instituciones educativas del entorno y de los mismos jóvenes” (p.2) tampoco incide en las
dinámicas sociales, políticas y culturales del entorno, ni responde a los intereses, aptitudes y necesidades
de la población adolescente. Respecto a la calidad las instituciones de carácter técnico no poseen la
infraestructura, ni la logística, ni el personal técnico que ofrezcan propuestas innovadoras, ni procesos
investigativos a los educandos. (p.2). Los problemas de cobertura se refieren a que cada vez son más los
jóvenes que quedan excluidos del sistema educativo (p.2)
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También afirman que la identidad técnica de las instituciones está en crisis porque las especialidades
que ofrecen tienen un perfil más vocacional que técnico, centrado en un oficio generalmente de baja
calificación y remuneración, por lo cual se le acusa de baja calidad académica y de formar mano de obra
barata y mal calificada.

Continuando con Dimas y Malagón (2016) la falta de pertinencia de la educación media técnica en
Colombia se explica también porque los programas que ofrecen no han “logrado incorporar aspectos
científicos, tecnológicos y de resolución de problemas y tampoco articularse con la educación superior”
(p. 5).

Otro problema que plantean los mismos autores se relaciona con la escasa inversión que realiza el Estado
en estas instituciones, debido a que la media técnica posee un costo por alumno superior al de la
modalidad académica, “por lo que resulta más conveniente no invertir en laboratorios, talleres,
maquinaria, equipos y capacitación docente y apostarle, en cambio, a instituciones de corte
academicista, de tiza y tablero” (p. 5)

Con relación a la incidencia de la educación media técnica en las dinámicas sociales, políticas y
culturales del entorno, los autores encuentran que este nivel de educación no ha cumplido con las
expectativas que se crearon en torno a convertirse en un puente entre la educación básica y la
universidad.

Pese a estos problemas, podría pensarse que la educación media técnica tiene algunas ventajas sobre la
educación media académica, en el sentido que se espera de ella que el alumno aprenda algo que le pueda
servir para la vida, lo cierto es que la falta de apoyo por parte del Estado, los bajos resultados obtenidos
por los alumnos egresados de esta modalidad, la falta de profesores especializados en todas las áreas
técnicas, la falta de diálogo entre el sector educativo y el sector productivo, la ausencia de reflexión de
los docentes y directivos de las instituciones técnicas sobre sus responsabilidad social en la formación
de futuros ciudadanos, la ausencia de políticas educativas que ayuden a superar los problemas de este
nivel de educación, entre otros aspectos, hacen que la educación media técnica en Colombia no sea
pertinente.

En cuanto a la cobertura, también la educación en el nivel de media técnica presenta graves problemas
por varias razones que están ligadas a la concepción de que la educación técnica es “para pobres”; las
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inversiones que hace el gobierno a estos colegios es mínima; muchos de ellos ofrecen especialidades
que ya no corresponden con las necesidades del sector productivo, están obsoletas, pero se niegan a
cerrar estas especialidades porque los docentes quedarían sin asignación académica y porque no tienen
recursos para ofrecer otro tipo de especialidades. Además,

Uno de los mayores retos que tiene Colombia para asegurar la cobertura de la educación media y
alcanzar mayores tasas de graduación y años de educación de la población es contar con la capacidad
de ampliar la cobertura de este nivel educativo y a la vez mejorar la calidad (García, J. y otros. p 4).

Entre otros problemas de la educación media técnica en Colombia vale la pena mencionar “El
desconocimiento de la especificidad de la educación técnica y la improvisación de la política educativa”
(Gómez, V. 1993 p. 13). Este problema radica en que el Estado desconoce las características específicas
de la educación media técnica en cuanto a sus necesidades y requerimientos, respecto a los recursos,
calificación de docentes, dotación de talleres e infraestructura. Este desconocimiento conlleva a
concepciones equívocas sobre las finalidades y propósitos de este nivel educativo. Además, “también
se desconocen el carácter “bivalente” de la educación técnica y su aporte potencial a la enseñanza de las
ciencias y las tecnologías. Se desconoce que, la educación técnica puede ofrecer una educación general
de alta calidad académica y además formadora de una cultura técnica” (Gómez, V. 1993 p. 14)

Esta situación, trae como consecuencia que no exista una política educativa que conduzca al
fortalecimiento y consolidación de esta modalidad, la cual cuenta con presupuestos exiguos que no
permiten la dotación permanente y adecuada de los talleres e infraestructura necesaria para una
educación de calidad; tampoco hay programas de cualificación de docentes, los cuales merecen un tipo
de valoración y evaluación diferente a los demás porque para este tipo de modalidades si bien es cierto
la formación académica y pedagógica es importante, también lo es la formación técnica que se imparte.

Otra dificultad que presenta el nivel de media técnica es la problemática de las especialidades
relacionada con la actualidad y relevancia de estas. No hay articulación entre el mercado ocupacional y
sus necesidades, con las competencias, los adelantos tecnológicos, la modernidad de los talleres, la
maquinaria y el currículo que desarrollan las instituciones educativas. “Algunas especialidades no han
logrado actualizar sus contenidos ni sus prácticas, por lo cual la formación que ofrecen es desactualizada
y, en gran medida, obsoleta respecto a los cambios tecnológicos y ocupacionales en esa área del
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conocimiento”. (Gómez, V. 1993 p. 14). Esta situación conlleva a que las especialidades pierdan encanto
e interés por parte de los estudiantes. Muchas veces, los cupos se llenan con estudiantes poco interesados
o que no tienen clara su vocación. Por otra parte, los procesos de exploración vocacional, selección y
especialización no son eficaces, muchas veces porque se realizan a edades muy tempranas en las que
los estudiantes aún no cuentan con la madurez cognitiva que les permita seleccionar adecuadamente la
modalidad o especialidad. Además, en muchos colegios no se lleva a cabo por personal capacitado, ni
cuenta con un proceso sustentado ni teórica ni conceptualmente.

En cuanto a los aspectos curriculares, de acuerdo con Gómez (1993), también se presentan problemas
en tanto la formación técnica se ha visto afectada por la reducción en la intensidad horaria. Además, los
contenidos curriculares del área académica funcionan de forma aislada, sin ninguna congruencia con los
contenidos del área técnica, por lo cual los estudiantes se ven en dificultades para la integración del
saber técnico con el saber académico, entre la formación teórica y la práctica.

Con relación a la formación de docentes, “no existe una política explícita de formación y calificación
del docente adecuado para este tipo de educación” (Gómez, 1993, p.16), a tal punto que no se reconoce
al docente técnico en ninguno de los estatutos docentes, ni en el escalafón, lo cual conlleva al
desconocimiento de las necesidades y requerimientos de formación y profesionalización del docente
técnico. Por tal motivo, la escasez de oportunidades de actualización, repercuten negativamente respecto
a la labor y cumplimiento de la función de los docentes. Por ejemplo, la evaluación que utilizan estos
docentes no siempre corresponde al desarrollo de competencias, sino que se dirigen a la comprobación
del resultado final, y no al desarrollo de procesos (Campos, O., y Méndez G., 2013), lo cual afecta
negativamente el proceso de enseñanza aprendizaje de los educandos.

En cuanto a las instituciones oficiales esta situación problemática se acentúa y se suman otras
dificultades que la hacen aún más difícil. Uno de los problemas propios de estas instituciones es la
masificación por la necesidad de aumentar la cobertura; esto ha hecho que muchas instituciones oficiales
aumenten sus jornadas, pero no dotan proporcionalmente la infraestructura y los recursos necesarios
para el buen funcionamiento, teniendo en cuenta que el trabajo en los talleres no puede sobrepasar un
determinado número de estudiantes porque allí se realizan trabajos prácticos por la utilización de la
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maquinaria, lo cual implica que cada estudiante debe tener acceso al uso de los elementos de protección
como cascos, guantes, entre otros, es decir, es una educación individualizada.

METODOLOGÍA

Para establecer una relación entre la teoría y la práctica, entre el saber y el hacer, y con el objetivo de
evidenciar lo que se describe en el apartado anterior, en el presente epígrafe se describe la problemática
de la educación media técnica, para lo cual se aplicaron dos estrategias y dos instrumentos de
recolección de información; la primera, fue la observación participante realizada durante las visitas in
situ a algunas instituciones de carácter técnico del departamento del Tolima, en el transcurso de varios
convenios interinstitucionales entre la Universidad del Tolima y la Secretaría de Educación y Cultura
del Departamento (Convenios 1232 de 2019, 1699de 2021) en los cuales participaron los autores del
presente artículo.

La observación fue de carácter participante porque los investigadores se integraron de forma directa al
proceso; se realizó un registro fotográfico de las visitas a los talleres y laboratorios haciendo una
valoración de la infraestructura de los colegios visitados, así mismo, se complementó con un taller
didáctico con docentes de la media técnica donde los participantes expresaron sus percepciones frente a
las necesidades y problemas de este nivel educativo.

La observación se complementó con una entrevista virtual realizada por los autores del presente artículo
a los docentes y directivos docentes del nivel de media técnica que participaron en los diferentes talleres
y jornadas de capacitación realizados por la Secretaría de Educación y Cultura del Departamento del
Tolima, durante la época de la pandemia; la entrevista se realizó con el objetivo de analizar la percepción
de algunos docentes y directivos docentes del nivel de media técnica, sobre el tema de la problemática
actual que enfrenta este nivel educativo y la falta de pertinencia del mismo.

Resultados: Como resultado de la observación se logró constatar el estado de obsolescencia de los
talleres en los cuales reciben clases los estudiantes de este nivel de educación, la falta de inversión por
parte del Estado, la falta la actualización en materia tecnológica, la escasa formación pedagógica de los
docentes de la media técnica, la desarticulación del currículo de este nivel educativo, la falta de
articulación entre el nivel de media técnica y el sector productivo, lo cual conlleva al escaso desarrollo
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de competencias laborales que necesitan estos educandos para enfrentar el mercado laboral y responder
asertivamente a las necesidades y exigencias del sector productivo.

A continuación, se transcriben algunas opiniones de los docentes de este nivel, entrevistados en las
jornadas de capacitación que realizaron los autores de este artículo y convocadas por la Secretaría de
Educación y Cultura del Departamento del Tolima, cuando se les preguntó 1. ¿Por qué cree que no existe
articulación entre el sector educativo en el nivel de media técnica y el sector productivo?

Por la falta de infraestructura.

Las ofertas laborales son mínimas.

Existe una etapa en la formación complementaria que ofrece el SENA, denominada
etapa práctica, donde los estudiantes necesitan poner en práctica los conocimientos adquiridos en la
técnica en una empresa del sector y las empresas no colaboran.

En el caso particular de mi institución encontramos que es muy difícil dicho vínculo ya
que el sector productivo es muy apático a colaborar o apoyar los programas técnicos de las
instituciones, sectores como el bancario y fabril colocan muchas talanqueras para dicho vínculo, en
realidad somos como dos ruedas sueltas, cada uno por su lado, nosotros hacemos lo que está a nuestro
alcance, pero no es suficiente.

El sector productivo es muy apático a fortalecer los objetivos de las Instituciones
Educativas, no apoyan a los jóvenes empresarios y no retroalimentan las experiencias.

La falta de gestión y la responsabilidad que los estudiantes pueden llegar a tener en
una empresa.

Mucho recelo por la competencia y no hay muchas oportunidades para la experiencia
laboral.

Los establecimientos comerciales en el municipio no dan permisos de incluir
estudiantes sino básicamente empleados.

Falta de acercamientos de la institución.

El acercamiento es básicamente académico como publicidad o asesorías.
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No se cumple la articulación con los sectores productivos, no hay compromiso, no les
dan la oportunidad a los estudiantes, los docentes tampoco están haciendo acompañamiento a los
procesos de la media técnica.

Las empresas no reciben menor de edad, además de las ubicaciones geográficas de las
mismas.

Falta más interrelación entre el sector productivo y la educación.

Falta de oportunidades.

Solamente la articulación se da en la teoría.

Falta de garantías para los estudiantes y gestión con este sector.

No se ha dado la interacción entre ellos.

Falta más apoyo del gobierno para estas instituciones

Es un círculo donde no hay apoyo de ninguno de los dos

Porque para las instituciones educativas técnicas no hay apoyo del gobierno ni sectores
privados.

Porque nuestro contexto es rural y la especialidad es en agroindustria alimentaria.

Porque se enseñan contenidos básicos estandarizados y no se focaliza la educación
hacia sectores productivos de la zona como café, plátano, cacao, ganado etc. (Vargas, F y Castro, s.e.
2024 págs. 135 a 137).

CONCLUSIONES

Para garantizar un mínimo de calidad es necesario la dotación de los recursos adecuados y suficientes;
este es siempre el mayor problema que manifiestan los docentes y directivos docentes de estas
instituciones. También exponen que la falta de inversión por parte del estado y la falta de articulación
entre el sector educativo y el sector productivo, son problemas que afectan a este nivel educativo.

Como consecuencia de estos problemas, los talleres se desactualizan, los insumos son insuficientes en
algunas especialidades, no existe una adecuada articulación entre la teoría y la práctica, hay
desmotivación de docentes y estudiantes y pérdida de confianza del sector productivo a la hora de
contratar estudiantes egresados de las distintas especialidades que ofrecen estas instituciones.
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Las instituciones educativas que ofrecen este nivel, presentan problemas con relación a la escasez de
recurso humano emergente y con el perfil adecuado, en tanto que el estado no realiza procesos de
selección específicos para este nivel y mucho menos procesos de cualificación continua que garanticen
la pertinencia y pertenencia tanto de docentes como de estudiantes.

Se recomienda a las agencias investigativas, Universidades, investigadores, Secretarías de Educación y
a las propias instituciones educativas, continuar indagando sobre los problemas del nivel educativo de
la media técnica, con el propósito de buscar alternativas de solución y resignificación de las prácticas
educativas.

Afianzar vínculos entre el sector productivo y las secretarías de educación con miras a establecer
políticas que garanticen la articulación, fortalecimiento y continuidad de este nivel educativo que
beneficien a las comunidades tanto urbanas como rurales y mantengan el arraigo por el territorio y su
desarrollo productivo, social y cultural.

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