Invisibilizaci�n de la mujer ecuatoriana en la sociedad actual

 

 

Carlos Calder�n-Guevara

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-7408-8733

 

Melany Daniela Ch�vez Buri

[email protected]

 

RESUMEN

El presente art�culo tiene como objetivo analizar la invisibilizaci�n de la mujer ecuatoriana en la sociedad actual. En el aparatado te�rico se especifica el contexto en el cual se desarrolla la poblaci�n femenina en el Ecuador. El estudio es cualitativo de car�cter descriptivo, documental-bibliogr�fico. En la recolecci�n de informaci�n se utiliz� la t�cnica del fichaje y el instrumento las fichas de trabajo. En los resultados se afirma que el sistema patriarcal/capitalista causa la invisibilizaci�n femenina y por ende es una problem�tica que a�n persiste en la sociedad; lo que hace que sectores importantes de mujeres asuman una posici�n contrahegem�nica de cuestionamiento constante. Entre las principales conclusiones se establece que el proceso de invisibilizaci�n de la mujer nace del androcentrismo, se fortalece con la existencia del patriarcado que, como parte del sistema vigente, originan la vulneraci�n permanente de los derechos de la mujer. Finalmente, se destaca el papel protag�nico que juegan hoy en d�a las mujeres ecuatorianas para la construcci�n de una sociedad m�s justa.

 

Palabras clave: invisibilizaci�n; patriarcado; machismo; misoginia; capitalismo.

 


 

Invisibility of ecuadorian women in today's society

 

ABSTRACT

This article aims to analyze the invisibility of Ecuadorian women in today's society. In the theoretical section, the context in which the female population in Ecuador develops is specified. The study is qualitative descriptive, documentary bibliographical. In the collection of information, the recording technique and the worksheet instrument were used. In the results it is affirmed that the patriarchal/capitalist system causes the invisibility of women and therefore it is a problem that still persists in society; what makes important sectors of women assume a counter-hegemonic position of constant questioning. Among the main conclusions, it is established that the process of making women invisible is born of androcentrism, it is strengthened by the existence of patriarchy that, as part of the current system, causes the permanent violation of women's rights. Finally, the leading role those Ecuadorian women play today for the construction of a more just society is highlighted.

 

Keywords: invisibility; patriarchy; sexism; misogyny; capitalism

 

 

 

Art�culo recibido:� 15 enero 2022

Aceptado para publicaci�n: 08 febrero 2022

Correspondencia: [email protected]

Conflictos de Inter�s: Ninguna que declarar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

��������������������������������������������� No ser� una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas, incluso cuando sus cadenas

sean muy diferentes a las m�as.�

�Audre Lorde

1. INTRODUCCI�N

La invisibilizaci�n es parte de una problem�tica que afecta a distintos grupos no hegem�nicos, en el caso espec�fico de las mujeres su invisibilizaci�n es la consecuencia de un sistema androcentrista, patriarcal y capitalista. El reconocimiento que se le da a la mujer a nivel de sociedad es casi nulo en los campos econ�micos, sociales, pol�ticos, acad�micos, tecnol�gicos, deportivos, etc. En las actividades que se les toma en cuenta son en los quehaceres dom�sticos y tareas de cuidado, alegando que ellas las realizan de manera innata solo por ser mujeres.

Se han dado diversas acciones que pretenden reducir la problem�tica de g�nero e invisibilizaci�n femenina, entre las m�s comunes est�n la paridad num�rica su integraci�n m�nima, sin embargo, el n�mero de mujeres que integren un espacio no tienen relaci�n directa con la validez que se le da a sus opiniones o necesidades.

Al ser parte de una regi�n con distintas problem�ticas sociales, Ecuador tambi�n refleja la invisibilizaci�n de la mujer como un problema que violenta a la poblaci�n femenina. Cuando se analiza la situaci�n es necesario tomar en cuenta un punto trascendental, las mujeres ecuatorianas son diversas en todos los sentidos ya sea por su origen �tnico, clase, g�nero u otras. Las particularidades de cada mujer influyen mucho al hablar de su posici�n ante el reconocimiento, una mujer afroecuatoriana no est� en la misma condici�n de privilegio que una mujer blanca. A pesar de sonar contradictorio, existen sectores de mujeres que se encuentran m�s invisibles e ignoradas que otras, a aquella situaci�n se la puede denominar como otras de la otredad.

Este trabajo pretende dar respuestas a las siguientes preguntas: �Por qu� se invisibiliza a la mujer ecuatoriana en nuestra sociedad?, �Cu�les son las consecuencias de la invisibilizaci�n de la mujer? y, �Qu� papel ha tenido la mujer dentro de la sociedad?

Con relaci�n a la estructura y contenido del art�culo, en el primer apartado se encuentran las ideas iniciales, s�ntesis de la investigaci�n y las bases te�ricas. En el segundo apartado se realiza la descripci�n de la metodolog�a investigativa. En el tercer apartado se presenta el an�lisis y discusi�n de resultados. Por �ltimo, en el cuarto apartado se exponen las conclusiones del presente estudio.

1.1  Conceptos relacionados

1.1.1 Invisibilizaci�n de la mujer-Androcentrismo

En el campo social la invisibilizaci�n es una palabra que se utiliza para hacer referencia a un problema social de no reconocimiento de un grupo determinado, esto conlleva a que dicho grupo sufra distintas consecuencias que lo convierte en vulnerable. En palabras de�(Hern�ndez, 2020) �Son muchos los te�ricos que han recurrido a ella como una herramienta para la comprensi�n y explicaci�n de la realidad social��(p. 102). Agregando la definici�n de (Honnet, 2011) �es el resultado de una deformaci�n de aquella capacidad humana de percepci�n que est� vinculada con el reconocimiento��(p. 181).

Tomando en cuenta la opini�n de los dos autores, la palabra invisibilizaci�n es un t�rmino que busca enmarcar una problem�tica social, cuya caracter�stica es que la sociedad no percibe a un grupo como parte de esta y a la vez ignoran su existencia y todo lo que esta conlleva, es decir, condiciones, necesidades y exigencias.

Una vez entendida la problem�tica, es necesario explicar su origen, pues la mujer forma parte de un grupo que ha sido excluido hist�ricamente. Este fen�meno nace del androcentrismo, el hecho de poner al hombre como representante de la humanidad, el punto m�ximo de la evoluci�n y como un est�ndar irrevocable ha dado paso a que la mujer sea ignorada y no reconocida. A pesar de que ambos son parte de la especie humana, el hombre prevalece en la c�spide de la jerarqu�a social.

1.1.2. Patriarcado

A lo largo de la historia, las sociedades se han desarrollado con base a distintas formas de gobierno y organizaci�n social, una de las que m�s destaca es el patriarcado. El origen del nombre nace en Grecia y hace referencia al padre, dado que �l era quien deb�a estar a cargo de todas las cuestiones familiares que se relacionen al poder y en su defecto, si este se encontraba ausente, el control lo tomaba el var�n con m�s edad de la casa. En la actualidad este sistema social de poder se encuentra vigente, de su seno surgen actitudes machistas y mis�ginas que afectan directamente a las mujeres, el menosprecio y repudio a todo lo que se relacione con ellas, es un claro ejemplo de c�mo los valores patriarcales se anteponen a su bienestar.

El patriarcado es palpable en la realidad de las mujeres y en las relaciones de poder que se establecen entre los hombres. Cuando los varones se relacionan con sus pares se crean v�nculos de apoyo que les facilita la subordinaci�n de mujeres, ya sea de manera consciente o inconsciente. Aunque este sector de la poblaci�n posea diferencias de etnia, clase, etarias u otras, las alianzas constituidas persisten en la mayor�a de las ocasiones, los argumentos m�s comunes para menospreciar e invalidar a una mujer son principalmente econ�micos, �tnicos, biol�gicos y religiosos.

1.1.3. Mecanismos de invisibilizaci�n

El grupo de poder que lidera el patriarcado utiliza diversos mecanismos para ejercer la invisibilizaci�n, desde los sesgos de g�nero hasta el ideario de la elecci�n familiar libre; en situaciones comunes y las maneras de silenciar a las mujeres, pueden expresarse as� en la vida cotidiana:

  Mansplaining, T�rmino usado para hacer referencia a la actitud de los hombres cuando explican algo a una mujer desde una postura paternalista y condescendiente, como si no tuviera los conocimientos o inteligencia suficiente para entender algo. (Vaccaro, 2021, p. 199).

  Manterrupting: Interrumpir intencionalmente por parte de un hombre a una mujer hasta que ella decida guardar silencio, situaci�n que normalmente no sucede entre hombres.�(Leal, 2019, p. 355).

  Gaslighting Hacer sentir a una persona que se est� volviendo
�loca� o perdiendo la cordura, invalidando sus ideas y sentimientos.
(Gal�n & Figueroa, 2017, pp. 57-58).

Estos mecanismos cotidianos son parte de las acciones que se generan a diario para que los hombres consigan silenciar a las mujeres y, por consecuencia, esto se replica en mayor magnitud a nivel social e institucional donde se encuentran normalizadas estas formas de pensar, sentir y actuar. La naturalizaci�n del menosprecio hacia la mujer es causal de su invisibilizaci�n en todos los estratos y campos de la sociedad.

1.1.4. Patriarcado y capitalismo

El patriarcado y el capitalismo est�n unidos por el mismo cord�n umbilical, se desenvuelven y fortalecen simult�neamente, a pesar de que el primero existe mucho antes de la aparici�n del capitalismo; el d�a de hoy ambos juegan un papel preponderante en la realidad de las mujeres. Por un lado, el patriarcado predica la superioridad del hombre y por otro, el capitalismo, ha desvalorizado socialmente el trabajo dom�stico y de cuidado, destinado principalmente a ellas.

Los capitalistas y sus detractores no conciben al trabajo dom�stico realizado por mujeres como una actividad que genere r�ditos econ�micos, por ende, se lo ignora y no se le da la atenci�n necesaria, es m�s este no es considerado como trabajo o actividad laboral. Adicional a esto, el capitalismo promueve la explotaci�n de las mujeres, de manera principal en el campo de lo sexual, sexualizaci�n y mercantilizaci�n de los cuerpos para obtener m�s ganancias a trav�s de la pornograf�a, la prostituci�n y el proxenetismo.

Con la finalidad de comprender la relaci�n entre patriarcado y capitalismo, si es un sistema unificado o dos sistemas independientes, (Frega, 2019, pp. 23-26), menciona a varios autores/as que exponen sus principales argumentos de las dos teor�as:

Teor�a de los dos sistemas

  Heidi Hartmann: Las jerarqu�as establecidas por el orden patriarcal sientan las bases materiales que ordenan la divisi�n sexual del trabajo y estas se entrelazan con los mecanismos de explotaci�n capitalista.

  Christine Delphy: Existencia de un modo de producci�n dom�stico propio del sistema patriarcal. Las relaciones entre las clases antag�nicas se trasladan directamente a las relaciones sexuales de explotaci�n y opresi�n de los hombres hacia las mujeres.

Teor�a unitaria

  Iris Young: Se incorpora al an�lisis de la opresi�n capitalista a la categor�a de g�nero con relaci�n al trabajo productivo y reproductivo.

  Cinzia Arruzza (2016) y Tithi Batthacharya (2015): Relaciones patriarcales de dominaci�n son constitutivas de las estructuras e instituciones sociales capitalistas, conformando as� un sistema unificado de explotaci�n y dominaci�n.

Ahora bien, el capitalismo patriarcal o el patriarcado del capital son sistemas que de una u otra forma generan estructuras y relaciones de poder para conseguir la vulneraci�n de los derechos de la mujer, sin importar que se los considere un sistema unitario o dos sistemas separados que se interrelacionan. Es verdad que un hombre proletario y un hombre burgu�s no poseen los mismos privilegios de clase, a pesar de que, el primero sufra la explotaci�n del segundo, el hombre proletario puede continuar con la opresi�n de la mujer dentro de su realidad.

Amoros (1992), afirma que �De no haber existido el patriarcado la clase obrera unificada podr�a haberse enfrentado al capitalismo, pero las relaciones sociales patriarcales dividieron a la clase obrera, permitiendo que una parte (los hombres) fuera comprada a expensas de la otra (las mujeres)�(p. 43). Desde una visi�n anticapitalista el autor cuestiona el car�cter del patriarcado como causante de la situaci�n actual que vive la mujer en general e impl�citamente cuestiona al capitalismo, pues son sistemas de opresi�n que afectan a las mujeres, no ser�a de mucha ayuda que se acabe con la explotaci�n de las mujeres a nivel de sistema econ�mico, si dentro de sus hogares siguen siendo relegadas al cumplimiento de tareas dom�sticas.

1.1.5. Invisibilizaci�n de mujeres ecuatorianas

Ecuador se enmarca y desarrolla dentro del capitalismo y el patriarcado, por ende, las mujeres ecuatorianas sufren la invisibilizaci�n generada por estos sistemas. Seg�n las cifras del INEC (2010), el 50,44% de la poblaci�n est� conformada por mujeres, es decir la poblaci�n femenina es mayor que la masculina, pero a pesar de existir superioridad num�rica las mujeres no tienen los mismos beneficios que los hombres a nivel general. Es necesario mencionar que al hablar de generalidad se hace referencia a la invisibilizaci�n que sufren las mujeres sin tomar en cuenta las categor�as de etnia, clase, orientaci�n sexual o diversidad sexo gen�rica.

En este pa�s se pueden reconocer actitudes de discriminaci�n de manera cotidiana. Coello (2016) asevera que �A pesar de que la cultura ecuatoriana es machista y racista, la mayor�a de la sociedad no reconoce serlo, aunque en la vida diaria se demuestre lo contrario��(p. 108). De acuerdo con Coello, la mayor�a de la poblaci�n ecuatoriana niega la existencia de las problem�ticas de exclusi�n, pero en la realidad se evidencian varias conductas que prueban su plena vigencia en las relaciones sociales y humanas. El ignorar por completo la existencia de una problem�tica da paso a que se generen nuevas barreras para las mujeres.

Todas las actividades de la sociedad, con excepci�n las tareas del hogar o de cuidado, contin�a manejadas por los hombres, indicador que permite afirmar que existe discriminaci�n, desigualdad e inequidad, se vulneran derechos de las mujeres en actividades vinculadas con la pol�tica, salud, econom�a, educaci�n o cualquier sector productivo. El creer que integrar a las mujeres a los distintos espacios de participaci�n elimina la problem�tica de reconocimiento y valoraci�n es una idea errada, no solo es necesario que formen parte de estos espacios, sino que es vital que sean escuchadas y consideradas como iguales, con derechos y responsabilidades.

Un problema que afecta al reconocimiento femenino en cualquier �mbito es el uso del masculino gen�rico, el sexismo dentro del lenguaje y los discursos con misoginia y machismo impl�cito, es por este motivo que el Consejo de Regulaci�n y Desarrollo de la Informaci�n y Comunicaci�n, CORDICOM (2017) asevera que los �discursos diferenciales hacia las mujeres, (�) constituyen representaciones negativas y estereotipadas de la poblaci�n femenina, elementos que refuerzan la ideolog�a patriarcal y configuran un discurso de car�cter sexista, que hist�ricamente ha valorado al hombre� (p. 305). La forma en la cual el ser humano se comunica y el mensaje que transmite genera consecuencias en la realidad de los diversos sectores de la sociedad, espec�ficamente para las mujeres, se piensa que el t�rmino todos es utilizado para englobar tanto a hombres como a mujeres, a pesar de ello, lo que no se nombra no es percibido por la sociedad y genera problem�ticas de omisi�n, pues se habla expl�citamente de hombres y se sobreentiende que ellas forman parte de ese grupo.

Por otro lado, dentro del campo de la pol�tica ecuatoriana las mujeres a�n no comparten las mismas condiciones que los varones para lograr sobresalir en el mismo. Es verdad que existen mujeres dentro de los distintos cargos pol�ticos, pero esto no garantiza que se les de la misma validez y reconocimiento que reciben los hombres. Varias organizaciones como ONU MUJERES & CNE (2019) concluyen que:

(�) m�s all� de que en algunos partidos pueda haber una mayor presencia num�rica de mujeres y ellas ocupen cargos de direcci�n, siguen manteniendo una situaci�n de subordinaci�n respecto de los hombres. Aunque las mujeres afiliadas/militantes participan y opinan al interior de los partidos, siempre se tiende a dar la raz�n a los hombres. (p. 29)

De estas afirmaciones se deduce lo siguiente, el n�mero de mujeres que integren un partido u organizaci�n pol�tica no son garant�a de que sean tomadas en cuenta, en otras palabras, las opiniones, ideas y decisiones de los varones tienen mayor validez al hacer pol�tica en comparaci�n a las que puedan emitir las mujeres. Cuando se habla de activismo pol�tico y militancia existe una superioridad masculina, a�n en este campo las mujeres son relegadas a tareas de log�stica porque se cree que son actividades que pueden realizar por su naturaleza, ignorando sus potencialidades y capacidades de liderazgo y de gesti�n.

El mundo de la ciencia y tecnolog�a no ha presentado condiciones distintas para el desenvolvimiento de las mujeres, existe androcentrismo, machismo y misoginia. En este sector se propicia el raciocinio de los hombres, pues a las mujeres se las considera sentimentales y por este motivo no son personas indicadas para generar ciencia.�(Pessina, 2019) analiza la situaci�n de las mujeres en la ciencia y tecnolog�a ecuatoriana, plantea que efectivamente existe una igualdad legal; las leyes, normas y reglamentos describen a hombres y mujeres como seres iguales ante el Estado, sin embargo a nivel social esto no sucede, los roles y estereotipos de g�nero afectan la participaci�n cient�fica femenina, adem�s de ser objeto de una segregaci�n (pp. 53-54).

Los deportes tambi�n son parte de la invisibilizaci�n, en este campo, los prejuicios de la sociedad lo han dividido en aquellos que son para hombres o mujeres; los primeros realizar�n actividades deportivas de agilidad, velocidad y sobre todo de fuerza, por el contrario, las mujeres ser�n parte de deportes que socialmente son considerados femeninos. A�n con esta clasificaci�n no oficial del deporte las mujeres no logran ser protagonistas, (Ord��ez, 2011) determina que existe poca poblaci�n femenina practicante de un deporte profesional en �reas urbanas misma que es a�n peor en la ruralidad, los factores que afecta al deporte de mujeres son: las jornadas laborales, el trabajo dom�stico, el monopolio del futbol masculino y las constantes violencias hacia su aspecto f�sico o manera de vestir, sin mencionar la falta de incentivos de los gobiernos. (pp. 112-113)

En este sentido las mujeres no son un grupo protag�nico en el campo de los deportes, aquellas que son parte de este campo pasan desapercibidas por los medios de comunicaci�n, adicional a eso, se da m�s �nfasis a su validaci�n como objetos sexualizados que deben ser aceptados por los hombres. Finalmente, los gobiernos no han implementado pol�ticas que fomenten e incentiven la integraci�n e inclusi�n de las mujeres en el deporte tomando en cuenta todos los factores que influyen en realidad.

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estad�stica y Censos (INEC, 2020) las mujeres representan el 77,4% de trabajo no remunerado en la zona urbana y 76,9% en la zona rural, en comparaci�n a un 22,85% de hombres. Las mujeres son quienes sostienen el hogar, con la incorporaci�n de las mujeres al campo laboral sus jornadas de trabajo se han intensificado, hasta dos o tres veces m�s. El trabajo laboral, el trabajo dom�stico y de cuidado que deben realizar representa un gran aporte para la familia y la sociedad, a pesar de ello no es reconocido. (Radcliffe, 2014) �afirma, el trabajo dom�stico y no remunerado es invisibilizado por las reglas patriarcales sobre el g�nero, por este motivo los trabajadores no logran entender completamente las limitaciones que atraviesan las mujeres. (p. 22)

Como sostiene el autor, las mujeres se desarrollan en condiciones distintas a los hombres, el trabajo dom�stico se encuentra naturalizado como una actividad innata de ellas, por lo cual no es considerado relevante. En la mayor�a de los casos, los trabajadores finalizan su jornada de trabajo al llegar a su casa, situaci�n que no se replica a las mujeres. Ellas se levantan antes para cocinar u ordenar la casa, van a trabajar, regresan, se hacen cargo del aseo, cuidado de los hijos/as e incluso cumplen funciones de docentes al realizar tareas escolares.

Uno de los puntos m�s graves de la invisibilizaci�n de las mujeres se refleja en el no reconocimiento de la violencia en cualquiera de sus formas. Seg�n datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estad�sticas y Censos (INEC, 2019), el 64,9% de la poblaci�n femenina ha vivido alg�n tipo de violencia relacionada al g�nero a lo largo de su vida a nivel nacional, sin embargo, la mayor�a prefiere no denunciarla ante las instituciones pertinentes.

Los resultados obtenidos en la investigaci�n realizada por la Fiscal�a General del Estado y la Escuela Polit�cnica Nacional (2020) indican que es m�nimo el porcentaje de denuncias por violencia de g�nero; en promedio, el 95% no denuncia la violencia f�sica, el 84% la violencia sexual y, el 85% la violencia psicol�gica. Entre las razones m�s comunes para que decidan no continuar o iniciar una denuncia, est�n los prejuicios de polic�as, jueces y abogados, adem�s de la revictimizaci�n y cuestionamiento de sus acciones. La expresi�n culminante de la violencia es el femicidio, hasta 2020 exist�a un promedio de 6 delitos por mes; a pesar de ello, colectivos y organizaciones afirman que el n�mero es m�s alto que los datos oficiales.

El no tomar en cuenta las problem�ticas de las mujeres provoca que sus condiciones de violencia y vulnerabilidad se agraven, la naturalizaci�n del uso gen�rico del masculino, la revictimizaci�n, poner en tela de juicio el accionar de las v�ctimas y la impunidad en todos los casos son condicionantes para ellas. Es pertinente mencionar que esto disminuye las probabilidades de que las v�ctimas compartan sus experiencias y a su vez la posibilidad de crear proyectos preventivos y de ayuda en situaciones de violencia de g�nero.

En Ecuador existen una amplia diversidad de mujeres, las categor�as de etnia, clase, g�nero, orientaci�n sexual y diversidad sexo gen�rica juegan un papel importante al momento de analizar las problem�ticas que viven a diario. No se pueden comparar las violencias que afectan a las mujeres afroecuatorianas, ind�genas, lesbianas y/o trans con las que sufren las mujeres hegem�nicas, blanco-mestizas, heterosexuales y cisg�nero. El racismo se liga con el patriarcado y el capitalismo para discriminar a mujeres afroecuatorianas e ind�genas. Adicionalmente, el patriarcado que impone la heteronormatividad y el cisgenerismo crea barreras para el desarrollo de lesbianas y mujeres trans a nivel nacional.

1.1.7. Aporte de la mujer

Es importante resaltar que, a lo largo de la historia ecuatoriana, el aporte de la mujer se ha dado en diversos campos, y su lucha ha impulsado el logro de derechos, como el derecho al voto y la participaci�n pol�tica; adem�s de procesos emancipadores por la equidad, sin olvidar la resistencia ind�gena, afro, entre otros; en las cuales las mujeres han representado un papel fundamental.

En la actualidad, en el campo econ�mico, las mujeres tambi�n tienen un rol crucial para el desarrollo del pa�s. (Acosta, 2019) afirma que el trabajo femenino es muy representativo para el crecimiento econ�mico de la naci�n ecuatoriana en las actividades de comercio, la agricultura, la ganader�a y la manufactura. (p. 53) Adicionalmente a lo que menciona Acosta, se debe hablar sobre el aporte del trabajo dom�stico, los hombres no podr�an desarrollarse de la manera en que lo hacen si las mujeres no asumieran todo el trabajo dom�stico y de cuidado, siendo una contribuci�n objetiva, invisibilizada y desvalorizada.

La participaci�n de las mujeres en la esfera pol�tica y social es el resultado de su lucha y organizaci�n colectiva. Ortiz (2012) afirma que �la tenacidad en la lucha de las mujeres (es) la que les ha permitido ir ganado espacios en lo social y concretamente en lo pol�tico y hacer que se las visibilice y valore su aporte��(p. 85). Por tanto, los espacios ganados por las mujeres en algunas esferas de la vida econ�mica, social, pol�tica y cultural, y donde participan activamente, son el fruto de la constancia, hacer escuchar su voz y lucha permanente que le han dado al sistema; es decir, la participaci�n de la mujer ha obligado al sistema y sus representantes que se la visibilice, aunque falte mucho por hacer y conseguir.

Con una mirada retrospectiva, es necesario reconocer el significado que han tenido en la historia nacional destacadas mujeres en la lucha social y pol�tica por sus derechos y reivindicaciones, mujeres como: Manuela Sa�nz, Manuela Espejo, Marieta de Veintimilla, Rosa Cabeza de Vaca, Matilde Hidalgo de Pr�cer, Zoila Ugarte de Land�var, Nela Mart�nez, Mar�a Z��iga, Transito Amagua�a, Dolores Cacuango, Sonia Espa�a Qui��nez, Rosa Paredes Jumbo y una infinidad de mujeres, han luchado desde sus realidades y fueron quienes sentaron las bases del proceso reivindicativo pero que la historia las ha invisibilizado.

Es importante destacar la creaci�n de redes de apoyo y organizaci�n para sobrellevar las dificultades que se puedan presentar, tanto la Red Ecuatoriana de Mujeres Cient�ficas (REMCI), Coordinadora Nacional de Mujeres Negras (CONAMUNE), Mujeres CONAIE, Mujeres por el Cambio, Las Comadres, La Kasa de acogida trans y otros colectivos que organizan por la necesidad de establecer espacios seguros que les permitan expresarse y representen un soporte para ellas.

2. ESTRATEGIAS METODOL�GICAS

En este apartado se describe la metodolog�a utilizada en la investigaci�n:

Enfoque: Se utiliza la metodolog�a cualitativa orientada al an�lisis cr�tico de los datos obtenidos de la informaci�n documental, apoy�ndose en el m�todo inductivo.

Nivel de profundidad: El nivel de profundidad es descriptivo, lo que permite caracterizar la problem�tica identificada.

Tipo de investigaci�n: La investigaci�n es documental, fundamentada en la recolecci�n, revisi�n y an�lisis de la informaci�n obtenida en textos f�sicos y digitales.

T�cnicas e instrumentos: Para la recolecci�n de informaci�n se emple� la t�cnica del fichaje y el instrumento, la ficha de trabajo, lo que permiti� la recolecci�n, sistematizaci�n y organizaci�n de la informaci�n documental.

T�cnica de procesamiento de informaci�n: Se emplea la t�cnica de an�lisis de contenido cualitativo. La t�cnica consiste en realizar un cotejo y comparaci�n de lo que afirman las y los diferentes autores, adicional a eso, este an�lisis se complementa con las interpretaciones de la investigadora.

3. Resultados y discusi�n

El estudio se enfoca en dar respuesta a las preguntas: �Por qu� se invisibiliza a la mujer ecuatoriana en nuestra sociedad?, �Cu�les son las consecuencias de la invisibilizaci�n de la mujer? y, �Qu� papel ha tenido la mujer dentro de la sociedad?

Con relaci�n a la interrogante �Por qu� se invisibiliza a la mujer ecuatoriana en nuestra sociedad?, la invisibilizaci�n de la mujer ecuatoriana es el producto de diversos sistemas de opresi�n. El m�s preponderante es el patriarcado, el cual se articula con el sistema capitalista, siendo estos los causantes de crear las condiciones de vulnerabilidad e invisibilizaci�n de las mujeres. Amoros (1992) establece que, si no hubiera existido el capitalismo la clase obrera estuviera unificada, pero al no ser as� se generan relaciones de verticalidad dentro de una misma clase social poniendo en desventaja a las mujeres (p.43). De acuerdo con lo recopilado por Frega (2019), la teor�a de los dos sistemas de Hartmann y Delphy, determinan al patriarcado y al capitalismo como dos sistemas independientes pero relacionados entre s�; o el sistema unitario que sostiene Arruzza Batthacharya, y Young que establece la existencia de un sistema �nico, es decir, la conjunci�n entre patriarcado y capitalismo da paso a la invisibilizaci�n de la mujer. (pp. 23 - 26)

Adem�s, las mujeres afroecuatorianas e ind�genas en el pa�s deben afrentar la problem�tica del racismo y etnocentrismo. Coello (2016), establece que los y las ecuatorianas son racistas y machistas, esto se demuestra en su diario vivir, sin embargo, no son capaces de reconocer estas actitudes o acciones de exclusi�n y discriminaci�n, lo cual facilita que se ignore la realidad de las mujeres racializadas. (p. 108)

El no reconocimiento de la mujer parte de un proceso prolongado que utiliza herramientas derivadas de las actitudes machistas y mis�ginas, mismas que hacen que la sociedad considere menos importante su realidad, la cual no necesitar�a ser analizada y mucho menos cuestionada, entre las m�s comunes est�n: el mansplaining, utilizado para menospreciar los conocimientos de una mujer (Vaccaro, 2021, p. 199); el manterrupting, que encuentra la necesidad de interrumpir las diferentes intervenciones femeninas sin motivos s�lidos (Leal, 2019, p. 355); y el gaslighting que invalida las expresiones de las mujeres so pretexto de su mala salud mental (Gal�n & Figueroa, 2017, pp. 57-58); lo que permite que en la convivencia diaria se normalice la violencia hacia las ecuatorianas, dado que la mayor�a de hombres piensan que tienen la potestad para menospreciarlas, interrumpirlas e invalidarlas.

De acuerdo con la segunda interrogante, las consecuencias son directas para las mujeres, y se evidencian en su diario vivir. El abandono del Estado y la sociedad provocan que las mujeres sean sujetas de violencia por condiciones de g�nero. Seg�n los datos de la Fiscal�a General del Estado (2020), las mujeres prefieren no denunciar a sus agresores y esto evidencia la falta de apoyo por parte de aparato estatal. Adicional a eso, las mujeres se han sentido invalidadas dentro de los espacios pol�ticos, (ONU MUJERES & CNE, 2019) establece que la paridad num�rica entre hombres y mujeres dentro de un partido no garantiza que sean tratados como iguales en los procesos (p. 29). En el campo de la ciencia y la investigaci�n tambi�n se refleja esta problem�tica, (Pessina, 2019) afirma que la igualdad legal no basta para que las mujeres se desenvuelvan bajo las mismas condiciones de los varones, y a su vez los prejuicios patriarcales afectan a sus procesos investigativos (pp. 53 - 54). La esfera deportiva no es la excepci�n (Ord��ez, 2011) manifiesta que existe un porcentaje m�nimo de mujeres deportistas, pues han visto las mismas limitaciones que en otros aspectos sociales (pp. 112-113). Finalmente, que el trabajo dom�stico sea asignado socialmente a las mujeres, es un factor que contribuye a su invisibilizaci�n, dado que las desvaloriza y las limita en su desarrollo.

Tabla 1

Breve descripci�n de las condiciones en las que se desarrollan las mujeres ecuatorianas

MUJERES

 

Afroecuatorianas

Ind�genas

Lesbianas

Trans

Econom�a y trabajo.

Una gran mayor�a tiene trabajo informal, sin ingresos fijos, a esta situaci�n se le suma el poder patriarcal que controla las plazas de trabajo. (COMUNAME & FES-ILDIS, 2021)

La exclusi�n econ�mica de las ind�genas las convierte en invisibles ante el Estado y dificulta el denunciar las violaciones hacia sus derechos humanos, volvi�ndolas vulnerables. (Comisi�n Interamericana de Derechos Humano, 2017)

No existen datos estad�sticos que reflejen a nivel nacional la situaci�n econ�mica y de trabajo, sin embargo, de acuerdo con los datos de. (INEC & CDT, 2013)� 49,5% de la PEA ocupada son trabajadoras de los servicios y vendedores de comercios y mercados.

Salud

Se ha borrado de la historia los conocimientos de medicina tradicional de las mujeres afro, sus conocimientos y roles como curanderas. (M�ndez D. , 2018)

Falta de personal biling�e, de informaci�n y de infraestructura. (Consejo de Regulaci�n y Desarrollo de la Informaci�n y Comunicaci�n, 2017)

Son excluidas y omitidas de planes de prevenci�n y tratamiento de enfermedades de transmisi�n sexual. La hetero sexualizaci�n y la informaci�n limitada genera que ellas se alejen de los sistemas de salud.�(�lvarez & Cordero, 2017).

Los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres ind�genas son invisibilizados por parte del sector p�blico y privado.�(Ortiz, 2009)

Educaci�n

Del 14,4% de poblaci�n afrodescendiente el 7,9% representa a las mujeres analfabetas.�(INEC, 2010)

1 de cada 10 ni�as ind�genas termina la escuela secundaria en Latinoam�rica. (Comisi�n Interamericana de Derechos Humano, 2017)

No existe una tem�tica educativa que hable sobre vivencias, necesidades y realidades lesbianas y trans.

Reconocimiento

En Ecuador se utiliza indistintamente a categor�as raciales como �negro� sin tomar en cuenta elementos conceptuales y metodol�gicos. (Ant�n, 2010)

Los logros conseguidos por el movimiento ind�genas se ven ocupados con la violencia sistem�tica que sufren las mujeres ind�genas.�(Lavinas, 2009)

No tienen representaci�n pol�tica, ni social.

231 mil mujeres son excluidas en Ecuador, situaci�n que se agrava con aquellas que se auto consideran negras, montubias y mulatas. (King & Morales, 2018)

En las comunidades ind�genas existen distintas violencias de g�nero. (M�ndez G. , 2009)

Solo existe un peque�o estudio de caso por parte de INEC para tener datos porcentuales m�nimos, en este estudio solo se tomaron en cuenta a 2805 personas de las principales ciudades del pa�s.

Fuente: Elaboraci�n propia

En la Tabla 1 se describe la realidad de las mujeres afroecuatorianas, ind�genas, lesbianas y trans que, como consecuencia de ser parte de grupos minoritarios, sufren discriminaci�n y doble invisibilizaci�n.����

Las consecuencias de la invisibilizaci�n tambi�n implican el no tomar en cuenta a mujeres neurodivergentes, con discapacidad f�sica, migrantes, rurales, montubias, aquellas que se encuentran en el espectro de lo no binario y dem�s, dado que el sistema genera barreras de reconocimiento, el no tener en cuenta sus contextos, limita la creaci�n de mejores condiciones de vida para su desarrollo.

Finalmente, respecto a la respuesta de la �ltima interrogante relacionada al aporte de la mujer, es fundamental destacar que, a pesar de no ser reconocidas y de no poseer las mismas ventajas que los hombres, la mujer ecuatoriana ha logrado romper paradigmas de las opresiones sistem�ticas y destacar en las distintas esferas de la sociedad, desde el reconocimiento individual o colectivo. En lo econ�mico, ellas son un pilar fundamental, Acosta (2019), afirma que las actividades realizadas las mujeres son representativas en el crecimiento econ�mico del pa�s. (p. 53). En la participaci�n pol�tica, Ortiz (2012), establece que la lucha de las mujeres les ha permitido conseguir espacios de participaci�n dentro de lo social y pol�tico. (p. 85).

�Las mujeres han aportado a la ciencia, tecnolog�a, pol�tica, econom�a, educaci�n y lucha social reivindicativa. Adem�s, se debe resaltar la creaci�n de redes de ayuda y espacios seguros que han generado para resistir al sistema que las violenta. (Ver Tabla 2)

Tabla 2

Aporte de la mujer ecuatoriana

Investigaci�n y ciencia

Deportes

Legislaci�n y derechos

Cultura

Carolina Serrano:

Creadora de pa�ales biodegradables producidos con residuos de ca�a de az�car.

Neisi Dajones:

Ganadora de la medalla de oro en los JJOO 2020 en la categor�a de halterofilia.

Nina Gualinga:

Activista ambiental, lideresa del pueblo Kichwa de Sarayaku, representante ante CIDH de los j�venes de Sarayaku, de comunidades ind�genas ecuatorianas en CMNUCC.

Ch�a Pati�o:

Logr� convertir a la Fundaci�n Teatro Nacional Sucre en una referencia a nivel regional.

Mar�a Cazorla: Promotora de una estaci�n de mediciones atmosf�ricas y pionera en el desarrollo de ISAF, cient�fica de la Nasa.

Tamara Salazar: Pesista afroecuatoriana, gan� la medalla de plata en halterofilia en Tokio 2020.

 

Patricia Gualinga:� Lideresa de Sarayaku presidenta de la Fundaci�n de Derechos Humanos del TIAM, activista en contra de la explotaci�n petrolera de su territorio y a favor de los derechos ind�genas y de la naturaleza.

M�nica Ojeda: Primera mujer ecuatoriana artista en ganar el premio Pr�ncipe Claus en 2019.

Mar�a Endara: Bi�loga evolutiva, puso en duda la teor�a de la coevoluci�n. Clasific� e identific� nuevas especies de �rboles.

Poleth M�ndez:

Ganadora de la medalla de oro en lanzamiento de bala en los Juegos Paral�mpicos 2020 en la categor�a F20.

 

 

Shiram Diana Atamaint:� pertenece a la comunidad Shuar, lucha por la mejora de las condiciones de vida de shuar, achuar y mestizos. Primer mujer shuar que forma parte de la academia de la UASB.

Gabriela Calvache: Su cortometraje En espera gan� el premio al Mejor Corto de Ficci�n de Latinoam�rica de la televisi�n de Brasil.

Con el cortometraje La mala noche gan� el premio a Mejor pel�cula internacional en el NY Latino Film Festival HBO (La Hora, 2020).

Mar�a Ulloa:

Public� la existencia de 22 plantas ecuatorianas nuevas para la ciencia.

An�s M�ndez:

Obtuvo la medalla de bronce en los juegos paral�mpicos en el lanzamiento de bala en la categor�a F20.

Varios colectivos: Presentaci�n de acci�n de inconstitucionalidad del art�culo 150 COIP, numeral 2, dando paso al debate de la legalizaci�n del aborto en casos de violaci�n.

Paulina Aguirre: Primera mujer en obtener un Grammy Latino en la categor�a Mejor �lbum Cristiano en espa�ol.

 

Linda Guam�n: Microbi�loga, proyecto para incorporar las propiedades de la carne de origen animal a la carne de origen vegetal.

Kiara Rodr�guez:

Logr� obtener la medalla de bronce en los Paral�mpicos de Tokio en la categor�a T46 de largo salto.

Johanna Moreira: iniciativa para el Proyecto de Ley Org�nica de Salud e Higiene Menstrual.

Susana Reyes:

Su aporte m�s destacado es la �Danza Butoh� de los Andes y la creaci�n de la Casa de la Danza.

Fuente: Elaboraci�n propia

La Tabla 2 recoge los aspectos m�s importantes del aporte de la mujer ecuatoriana, muestra su protagonismo en el campo de la investigaci�n, ciencia, deportes, legislaci�n, derechos y cultura, a pesar de las grandes dificultades que enfrentan y limitaciones impuestas por los m�ltiples sistemas de opresi�n.

4. conSIDERACIONES FINALES

  La invisibilizaci�n de la mujer ecuatoriana no es un proceso espont�neo, es una problem�tica social que se ha forjado hist�ricamente, se fundamenta en el no reconocimiento y la marginalizaci�n de sus vivencias y necesidades, siendo vulnerables a todas las formas de violencia que se desprenden del car�cter de clase e inequitativo de la sociedad ecuatoriana.

  La causa directa de esta invisibilizaci�n se encuentra en el androcentrismo, que pone al hombre como centro de la humanidad y ha excluido a las mujeres de todas las narrativas socioculturales, lo que genera el surgimiento del patriarcado, sistema que se asocia f�cilmente con el capitalismo y junto a este, desarrollan las condiciones necesarias para violentar a la mayor�a de las mujeres; sin embargo, las causas de la invisibilizaci�n e inequidades se entretejen entre s�.

  Las consecuencias de la invisibilizaci�n de la mujer ecuatoriana se resumen en sus condiciones de vida y desarrollo. La pobreza, educaci�n inconclusa, analfabetismo, violencia y el restringido acceso a los derechos b�sicos son parte de las afectaciones que viven las mujeres ecuatorianas, estas pueden ser m�s graves en algunos casos. Adem�s, como una consecuencia generalizada son las largas jornadas de trabajo que pueden llegar a tener, provocando limitaciones en su desarrollo. El ignorar esta invisibilizaci�n ayuda a replicar situaciones de violencia y vulnerabilidad.

  Los aportes de las mujeres ecuatorianas a pesar de las barreras impuestas tienen un significado importante para la sociedad ecuatoriana. Sus contribuciones se evidencian en la econom�a, pol�tica, ciencia, investigaci�n, cultura y educaci�n, y particularmente, se debe destacar su protagonismo en lucha reivindicativa por conseguir autonom�a y equidad.

  Es importante luchar para que mujeres y hombres tengan igualdad de oportunidades y de trato, sin discriminaci�n y exclusi�n, en ejercicio pleno de sus derechos establecidos en la Constituci�n y dem�s instrumentos de derechos humanos; por un pa�s intercultural y plurinacional donde se promueva el di�logo, el respeto a la diversidad, la participaci�n y la equidad de g�nero.

5.� Lista de Referencias

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