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INTRODUCCIÓN
La ciudad de Zaruma, situada en la región sur de Ecuador, en la provincia de El Oro, es conocida por su
geografía montañosa, su riqueza cultural y su arquitectura colonial. Con una población aproximada de
25,000 habitantes (Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 2022), la ciudad fue declarada
Patrimonio Cultural del Ecuador en 1990, debido a su valor histórico y urbano (UNESCO, 2021). Desde
la época colonial, la minería ha constituido un pilar económico de la región; sin embargo, su práctica
intensiva, desregularizada e informal ha provocado una serie de impactos negativos que transgreden los
derechos fundamentales y amenazan el desarrollo sostenible del cantón (Defensoría del Pueblo del
Ecuador, 2023).
El principal problema radica en las actividades mineras, al llevarse a cabo sin los controles adecuados,
han provocado graves afectaciones ambientales, sociales y culturales. Entre los impactos más evidentes
se encuentran los hundimientos de tierra en zonas urbanas, la contaminación de fuentes de agua, el
deterioro del suelo y la pérdida de biodiversidad (Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica,
2023). Además, “(…) el patrimonio arquitectónico de Zaruma se encuentra en un evidente deterioro,
poniendo en riesgo su legado cultural e histórico” (UNESCO, 2021).
Estas acciones han provocado un severo deterioro estructural del casco urbano, comprometiendo
edificaciones patrimoniales, sistemas de drenaje y redes de servicios básicos. Esta situación pone en
evidencia “(…) una fractura entre el marco normativa de protección y su aplicación efectiva, así como
una omisión por parte de las autoridades responsables de fiscalizar y sancionar las actividades en zonas
prohibida.” (OCDE, 2022). Uno de los impactos más alarmantes es el colapso del suelo urbano,
producto de la minería ilegal e informal, que ha generado la formación de túneles y galerías subterráneas
de grandes dimensiones. Esta inestabilidad geológica representa un riesgo permanente para la población,
al provocar derrumbes que “(…) afectan tanto bienes públicos como privados y vulneran directamente
derechos fundamentales como la vida, la salud, el hábitat, el acceso al agua y el derecho a la protección
del patrimonio cultural (…)” (Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, 2023).
Estos graves problemas representan una evidente transgresión de los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución de la República del Ecuador. En primer lugar, se vulnera el derecho a un
ambiente sano y ecológicamente equilibrado, consagrado en el artículo 14 de la Constitución, la cual