BURNOUT EN EL PERSONAL DE ENFERMERÍA
DE CUIDADOS INTENSIVOS: CAUSAS,
CONSECUENCIAS Y ESTRATEGIAS
DE AFRONTAMIENTO
BURNOUT IN INTENSIVE CARE NURSES: CAUSES,
CONSEQUENCES AND COPING STRATEGIES
Johanna Pilar Lombeyda Tabares
Investigador Independiente, Ecuador
Diana Carolina Villamar Mosquera
Investigador Independiente, Ecuador
Tanya del Rocío Toala Choez
Investigador Independiente, Ecuador
Luis Mario Lopez Cando
Investigador Independiente, Ecuador
Gissela Katherine Molina Duarte
Investigador Independiente, Ecuador
pág. 1395
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i3.17739
Burnout en el Personal de Enfermería de Cuidados Intensivos: Causas,
Consecuencias y Estrategias de Afrontamiento
Johanna Pilar Lombeyda Tabares1
johasalva1031@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-0173-2898
Investigador Independiente
Ecuador
Diana Carolina Villamar Mosquera
dianacvm@hotmail.es
https://orcid.org/0009-0001-6632-9373
Investigador Independiente
Ecuador
Tanya del Rocío Toala Choez
tanyatoala@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-8839-5325
Investigador Independiente
Ecuador
Luis Mario Lopez Cando
luislopezcando@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-4593-0096
Investigador Independiente
Ecuador
Gissela Katherine Molina Duarte
gi_sse89@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-7886-7659
Investigador Independiente
Ecuador
RESUMEN
El síndrome de Burnout constituye una problemática creciente en el ámbito de la salud, especialmente
en el personal de enfermería de cuidados intensivos, donde la sobrecarga asistencial, el contacto
continuo con el sufrimiento y la presión institucional generan condiciones propicias para el desgaste
profesional. El objetivo del estudio fue general analizar las causas, consecuencias y estrategias de
afrontamiento del síndrome de Burnout en el personal de enfermería de cuidados intensivos. La
metodología adoptada fue de enfoque cualitativo, con diseño documental-bibliográfico, de tipo
descriptivo-exploratorio, junto con el uso de métodos teórico, inductivo-deductivo y analítico-sintético.
Los resultados muestran que las principales causas del Burnout están relacionadas con la sobrecarga
laboral, la falta de apoyo organizacional y la exposición emocional constante, las consecuencias
incluyen deterioro físico, emocional y conductual, así como disminución de la calidad asistencial, se
identificaron factores de riesgo asociados a condiciones laborales, sociodemográficas y estructurales.
Se concluye que es urgente consolidar una política integral de prevención del Burnout, que articule
acciones individuales, institucionales y sistémicas, adaptadas a las particularidades del contexto
sanitario ecuatoriano.
Palabras clave: burnout, enfermería, cuidados intensivos, estrategias preventivas, salud laboral
1
Autor principal
Correspondencia: johasalva1031@gmail.com
pág. 1396
Burnout in Intensive Care Nurses: Causes, Consequences and Coping
Strategies
ABSTRACT
Burnout syndrome is a growing problem in the health care field, especially in intensive care nurses,
where the overload of care, continuous contact with suffering and institutional pressure generate
conditions conducive to professional burnout. The general objective of the study was to analyze the
causes, consequences and coping strategies of Burnout syndrome in intensive care nurses. The
methodology adopted was of qualitative approach, with documentary-bibliographic design, descriptive-
exploratory type, together with the use of theoretical, inductive-deductive and analytical-synthetic
methods. The results show that the main causes of Burnout are related to work overload, lack of
organizational support and constant emotional exposure, the consequences include physical, emotional
and behavioral deterioration, as well as a decrease in the quality of care, risk factors associated with
labor, sociodemographic and structural conditions were identified. It is concluded that it is urgent to
consolidate a comprehensive Burnout prevention policy that articulates individual, institutional and
systemic actions, adapted to the particularities of the Ecuadorian healthcare context.
Keywords: burnout, nursing, intensive care, preventive strategies, occupational health
Artículo recibido 18 abril 2025
Aceptado para publicación: 22 mayo 2025
pág. 1397
INTRODUCCIÓN
El síndrome de Burnout constituye una alteración de origen laboral que ha cobrado notoriedad en las
últimas décadas debido a sus efectos multidimensionales en el bienestar psicosocial del personal de
salud. Su aparición se acentúa especialmente en contextos de alta exigencia emocional y física, como
las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), donde el personal de enfermería se encuentra expuesto de
forma constante a situaciones de emergencia, toma de decisiones críticas y contacto directo con el
sufrimiento humano. Esta condición, definida inicialmente por Maslach y Jackson (1982), se caracteriza
por el agotamiento emocional, la despersonalización y la baja realización personal, y ha sido reconocida
como una respuesta al estrés crónico relacionado con el trabajo, impactando negativamente en la salud
del profesional y en la calidad del servicio prestado (Olaleye et al., 2022).
Diversas investigaciones han señalado que los factores que precipitan el Burnout incluyen sobrecarga
de trabajo, falta de recursos institucionales, conflicto de roles, escasa valoración profesional y
desequilibrios en la vida laboral y personal; en particular, Vásquez et al. (2023), evidenciaron que un
67,5% del personal de enfermería en la UCI del Hospital IESS de Santo Domingo de los Tsáchilas
presenta un nivel alto de Burnout, destacándose las dimensiones de agotamiento emocional,
despersonalización y disminución de la autorrealización. Este hallazgo revela un patrón crítico de
desgaste laboral en un entorno altamente especializado, lo que alerta sobre la necesidad de establecer
medidas de prevención y afrontamiento eficaces.
Desde una perspectiva sistemática, Ávila et al. (2021) compilaron evidencia empírica que indica una
prevalencia global de agotamiento emocional de hasta un 75% entre profesionales de salud, con un
riesgo incrementado en áreas críticas como cuidados intensivos. Entre las consecuencias identificadas
se incluyen afectaciones psicológicas, físicas y sociales, tales como ansiedad, insomnio, ideación
suicida, ausentismo laboral y disminución del rendimiento clínico, las cuales comprometen la
funcionalidad del sistema sanitario y la seguridad del paciente. Frente a ello, las estrategias terapéuticas
se han centrado en fortalecer la autoeficacia, promover el apoyo organizacional y reducir las cargas
laborales, aunque su implementación aún resulta limitada en entornos hospitalarios ecuatorianos.
En este escenario, se plantea como problema de investigación la escasez de estudios actualizados que
aborden de forma integral las causas, consecuencias y mecanismos de afrontamiento del síndrome de
pág. 1398
Burnout en el personal de enfermería de cuidados intensivos en el Ecuador, lo cual genera un vacío en
la gestión preventiva y en el diseño de políticas institucionales orientadas al autocuidado profesional.
La ausencia de protocolos estandarizados y de líneas de intervención sustentadas en la evidencia
científica agrava la vulnerabilidad del colectivo de enfermería, especialmente en contextos de alta
demanda asistencial y emocional.
En consecuencia, el presente estudio tiene como objetivo general analizar las causas, consecuencias y
estrategias de afrontamiento del síndrome de Burnout en el personal de enfermería de cuidados
intensivos, con el fin de aportar fundamentos que orienten el diseño de medidas preventivas y de
intervención contextualizadas a las realidades del sistema de salud ecuatoriano. Este aporte busca
consolidar un cuerpo teórico-práctico que complemente investigaciones previas y promueva una cultura
organizacional centrada en la salud mental y la sostenibilidad laboral del talento humano sanitario.
Fundamentos del Síndrome de Burnout
El ndrome de Burnout ha sido definido como un trastorno psicosocial que surge ante la exposición
prolongada a situaciones de estrés laboral crónico. Maslach y Jackson lo conceptualizan como una
respuesta tridimensional compuesta por agotamiento emocional, despersonalización y disminución de
la realización personal, siendo frecuente en profesiones con alta interacción humana, como la enfermería
(Quesada et al., 2024).
Este síndrome se manifiesta cuando los recursos emocionales y físicos del individuo se ven superados
por las demandas del entorno laboral, generando actitudes de distanciamiento y pérdida de interés hacia
el trabajo. En contextos de alta exigencia como las Unidades de Cuidados Intensivos, la prevalencia del
Burnout es elevada debido a la constante presión asistencial y la confrontación diaria con la muerte.
Etiología del síndrome: factores personales, organizacionales y sociales
A nivel personal, se identifican predisposiciones psicológicas como la baja tolerancia al estrés, la
inseguridad, la autoexigencia desproporcionada y la escasa autorregulación emocional. Estos rasgos
interactúan con condiciones estructurales que acentúan el riesgo de agotamiento, entre ellas, jornadas
laborales prolongadas, rotación constante de turnos y exposición continua a situaciones críticas en el
entorno hospitalario. Desde la dimensión organizacional, la sobrecarga de trabajo, la falta de
reconocimiento institucional, la ausencia de canales de comunicación efectivos y los estilos de liderazgo
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autoritarios constituyen factores que disminuyen la percepción de control y pertenencia del profesional
en su espacio de trabajo (Olaleye et al., 2022).
En el plano social, la escasa valoración del rol de la enfermería, la desprotección legal en ambientes de
alta presión y la dualidad del rol profesional-familiar dificultan el desarrollo de mecanismos de
afrontamiento eficaces. La interacción de estos factores conduce a un deterioro progresivo del equilibrio
emocional y físico del profesional, generando una desconexión entre la identidad profesional y el
quehacer cotidiano. Por tanto, el Burnout no responde a una causa única sino a un entramado de
tensiones acumuladas y sostenidas en el tiempo dentro de contextos vulnerables.
Clasificación, causas, diagnóstico y consecuencias del Burnout
El síndrome de Burnout se clasifica en función de la intensidad y combinación de sus dimensiones, en
fases iniciales, se manifiesta de forma leve a través de fatiga física, irritabilidad y disminución de la
motivación, en etapas moderadas y graves, aparecen aislamiento, actitudes cínicas, conductas evitativas,
alteraciones del sueño, baja autoestima y deterioro funcional severo (G. Romero, 2024).
Las causas se estructuran en tres grandes núcleos: personales, institucionales y sociolaborales. A nivel
individual, influyen la edad, el género, la experiencia profesional y rasgos de personalidad como la
ansiedad anticipatoria o la impulsividad. Institucionalmente, la falta de apoyo organizacional, la
asignación de tareas sin criterio técnico, la escasez de personal y la precariedad de recursos se configuran
como factores desencadenantes frecuentes. Desde el ámbito sociolaboral, las condiciones contractuales
inestables, la alta rotación, la falta de formación en afrontamiento emocional y la ausencia de políticas
de autocuidado agravan el problema.
El diagnóstico del Burnout se realiza mayoritariamente a través del Maslach Burnout Inventory (MBI),
que evalúa las tres dimensiones del síndrome, este instrumento es validado internacionalmente y
ampliamente utilizado en profesionales sanitarios, destacándose por su fiabilidad para detectar niveles
de agotamiento emocional, despersonalización y disminución de la autoeficacia laboral, la identificación
precoz es clave, ya que muchas veces el personal afectado continúa trabajando bajo condiciones
adversas sin recibir apoyo clínico o institucional adecuado.
Las consecuencias del síndrome de Burnout son significativas, a nivel personal, se asocian con trastornos
depresivos, cuadros ansioso-somáticos, consumo de sustancias, conflictos familiares y pensamientos
pág. 1400
suicidas. En el plano profesional, se produce una disminución en la calidad asistencial, errores clínicos,
ausentismo, renuncias inesperadas y deterioro de las relaciones interpersonales con pacientes y colegas.
Institucionalmente, el Burnout repercute en el aumento de los costos operativos, la rotación de personal
y el debilitamiento del clima organizacional. Estas secuelas revelan que el síndrome no solo constituye
un problema de salud ocupacional, sino también una amenaza directa a la sostenibilidad de los sistemas
sanitarios (Zula, 2023).
El Síndrome de Burnout en el personal de enfermería de cuidados intensivos
Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) constituyen entornos altamente demandantes por su
complejidad clínica y emocional, el personal de enfermería en estas unidades se enfrenta a situaciones
de vida o muerte, alta carga de responsabilidad, toma de decisiones inmediatas y exposición continua al
sufrimiento humano, este contexto genera condiciones propicias para el desarrollo de estrés laboral
crónico, ya que se combinan exigencias asistenciales, presión jerárquica, limitaciones estructurales y
escasa recuperación emocional entre turnos (De las Salas et al., 2021).
La falta de personal, el uso constante de tecnología médica avanzada y la relación tensa con familiares
y equipos interdisciplinarios incrementan el nivel de vulnerabilidad psicológica. Este entorno se
caracteriza por jornadas prolongadas, turnos rotativos y urgencias frecuentes, lo que afecta los ritmos
biológicos y la estabilidad emocional del profesional, estas condiciones conducen a un deterioro
progresivo de la capacidad de afrontamiento y a la aparición de manifestaciones precoces del síndrome
de Burnout.
Prevalencia, factores de riesgo y sintomatología del Burnout en enfermería
La prevalencia del síndrome de Burnout en el personal de enfermería ha mostrado una tendencia
alarmante, especialmente en contextos de atención crítica como las UCI. Estudios recientes reportan que
hasta el 62,8% de las enfermeras presentan agotamiento emocional, un 64,9% despersonalización
elevada y el 77,7% una significativa disminución de la realización profesional, este fenómeno no se
distribuye uniformemente, pues variables como edad, estado civil, carga horaria, insatisfacción laboral,
alteraciones del sueño y presencia de dolor físico se correlacionan con una mayor incidencia del
síndrome (De Souza et al., 2024).
Entre los factores de riesgo más representativos se encuentran las condiciones laborales precarias, la
pág. 1401
exposición continua a situaciones críticas, la escasa autonomía en la toma de decisiones, el trato
deshumanizado y la falta de reconocimiento profesional. A nivel personal, se identifican como
vulnerables los profesionales con estilos de afrontamiento evitativo, menor experiencia clínica, escasa
red de apoyo y baja regulación emocional. Adicionalmente, elementos organizacionales como la mala
distribución de cargas, el trabajo nocturno y la rotación de turnos agudizan la percepción de
desbordamiento y pérdida de sentido laboral.
La sintomatología del Burnout en enfermería incluye agotamiento físico persistente, trastornos del
sueño, irritabilidad, conductas evasivas, insensibilidad emocional, falta de motivación y sensación de
fracaso profesional, estas manifestaciones pueden aparecer de forma progresiva, pasando de ntomas
leves como fatiga crónica a estados graves que comprometen la funcionalidad laboral y personal. Se ha
observado que el deterioro emocional se acompaña de cambios conductuales como ausentismo,
desapego de funciones, conflictos interpersonales y disminución de la empatía. La combinación de estos
síntomas representa una amenaza constante tanto para la salud mental del enfermero como para la
calidad asistencial (Rendón et al., 2020).
Impacto del Burnout en la calidad asistencial y en la salud del profesional
El síndrome de Burnout no solo afecta al individuo que lo padece, sino que repercute directamente en
la calidad de los servicios de salud, en el ámbito asistencial, este síndrome se asocia con un incremento
en la incidencia de errores clínicos, disminución de la seguridad del paciente, omisiones en la
administración de tratamientos y reducción en la empatía hacia los usuarios del sistema, ya que se ha
revelado una relación significativa entre los niveles elevados de agotamiento emocional en el personal
de enfermería y la frecuencia de eventos adversos dentro de las instituciones sanitarias. La
despersonalización, entendida como una respuesta de defensa frente al sufrimiento, se traduce en una
atención mecanizada, menos humana y empática, lo cual pone en riesgo la integridad del paciente (Polo
et al., 2024).
En el plano individual, las consecuencias para la salud del profesional son amplias y complejas, el
Burnout genera alteraciones en el estado de ánimo, cuadros de ansiedad, depresión, insomnio, cefaleas
tensionales, disfunciones gastrointestinales y un riesgo creciente de consumo de sustancias o
automedicación, también se evidencian trastornos de la conducta, aislamiento social, ideación suicida y
pág. 1402
deterioro de las relaciones familiares. A nivel fisiológico, la sobrecarga emocional constante impacta en
los sistemas neuroendocrinos e inmunológicos, provocando un desgaste generalizado que compromete
la homeostasis del organismo.
La afectación se extiende al componente organizacional. El personal con síntomas de Burnout suele
mostrar disminución del rendimiento, rdida de motivación, mayor rotación laboral, ausentismo
frecuente y desvinculación con la misión institucional. Estas consecuencias generan costos económicos
para el sistema de salud y una disminución del capital humano especializado. Además, el deterioro de
los vínculos profesionales genera un clima laboral negativo que repercute en la dinámica del equipo de
trabajo y en la continuidad del cuidado al paciente. Ante este escenario, se reconoce la urgencia de
implementar estrategias institucionales que prevengan y mitiguen el Burnout, promoviendo una cultura
organizacional de bienestar psicosocial y salud laboral sostenible (Santos et al., 2023).
Estrategias de afrontamiento y prevención del Burnout en cuidados intensivos
Las intervenciones individuales se enfocan en fortalecer la capacidad del personal de enfermería para
afrontar las exigencias emocionales derivadas del entorno hospitalario. La autorregulación emocional
permite gestionar reacciones impulsivas frente a situaciones de alta presión, favoreciendo el control
conductual y la estabilidad psíquica en entornos de cuidados intensivos. El desarrollo de esta
competencia se relaciona directamente con una disminución del agotamiento emocional y con la
preservación de vínculos empáticos con los pacientes (Romero & Ochoa, 2024).
El autocuidado, entendido como la práctica consciente de hábitos que promueven el bienestar integral,
incluye la alimentación saludable, el descanso adecuado, la actividad física regular y la desconexión
emocional planificada de las tareas asistenciales. Este componente ha demostrado ser un amortiguador
eficaz frente a los efectos del estrés crónico y se asocia con una mayor percepción de autoeficacia y
satisfacción profesional.
La resiliencia constituye una competencia clave en contextos de atención crítica. Se define como la
capacidad de adaptarse positivamente ante la adversidad, manteniendo un funcionamiento estable a
pesar de las presiones constantes del entorno. Según Olaleye et al. (2022), los profesionales resilientes
presentan menor sintomatología de Burnout, mayores niveles de compromiso laboral y mayor
disposición para construir relaciones colaborativas dentro del equipo de salud. La promoción de la
pág. 1403
resiliencia implica el entrenamiento en habilidades de resolución de conflictos, reestructuración
cognitiva y fortalecimiento del sentido de propósito en la práctica clínica. Estas estrategias permiten una
mejor respuesta adaptativa ante las exigencias del entorno hospitalario, especialmente en cuidados
intensivos.
Acciones organizacionales: climas laborales saludables y apoyo institucional
Las intervenciones organizacionales buscan mitigar el riesgo de Burnout mediante la creación de
entornos laborales que favorezcan el bienestar psicosocial del personal, un clima laboral saludable se
caracteriza por relaciones interpersonales respetuosas, comunicación efectiva, equidad en la distribución
de tareas y reconocimiento institucional de la labor profesional, estas condiciones mejoran la percepción
de justicia organizacional y reducen la carga emocional asociada a los servicios de alta complejidad
(Román et al., 2023).
El apoyo institucional se traduce en acciones concretas orientadas al fortalecimiento del talento humano,
entre ellas destacan los programas de acompañamiento psicológico, los espacios de reflexión ética, la
formación continua en habilidades blandas y la implementación de turnos razonables. La ausencia de
estas medidas incrementa la rotación laboral y el deterioro de la salud mental del equipo de enfermería.
Estudios recientes señalan que las enfermeras que perciben respaldo institucional muestran menores
niveles de agotamiento y mayor compromiso hacia los objetivos organizacionales.
La intervención organizacional requiere un enfoque sistémico, el liderazgo transformacional, centrado
en la empatía y la escucha activa, actúa como catalizador del cambio institucional, promoviendo
prácticas organizativas orientadas a la sostenibilidad emocional y la permanencia del personal de salud
en contextos clínicos exigentes.
Protocolos de intervención interdisciplinaria y programas de salud mental laboral
La gestión efectiva del Burnout en contextos de cuidados intensivos demanda la implementación de
protocolos interdisciplinarios que integren los aportes de distintas disciplinas, generando un abordaje
integral del fenómeno, estos protocolos deben contemplar la evaluación sistemática de factores de
riesgo, la identificación temprana de signos de desgaste profesional y la activación de rutas
institucionales de atención psicológica y acompañamiento emocional. La articulación entre servicios de
psicología, trabajo social, medicina laboral y gestión del talento humano permite un enfoque coordinado,
pág. 1404
que reconoce la naturaleza multifactorial del Burnout y ofrece respuestas diferenciadas según las
necesidades del personal (Jiménez et al., 2025).
Los programas de salud mental laboral constituyen una estrategia preventiva fundamental. Incluyen
acciones como la implementación de talleres de autocuidado emocional, sesiones grupales de
contención, actividades de mindfulness, asesoría individual y mecanismos de retroalimentación
institucional, estas intervenciones fortalecen la percepción de autoeficacia, reducen la
despersonalización y favorecen la cohesión del equipo de trabajo. Según Romero et al. (2024), los
espacios institucionales que promueven el bienestar psicológico muestran una disminución significativa
en los niveles de desmotivación y una mejora sostenida en la calidad del servicio clínico asistencial.
La incorporación de protocolos clínicos de intervención ante crisis emocionales agudas permite reducir
los riesgos asociados a eventos traumáticos en la práctica cotidiana, estos protocolos contemplan la
actuación inmediata del equipo de salud mental ante incidentes críticos como muertes inesperadas,
conflictos familiares o errores médicos. Asimismo, incluyen la capacitación del personal en primeros
auxilios emocionales y la promoción de redes internas de apoyo entre colegas.
Desde un enfoque estructural, es fundamental que estos programas estén alineados con la política de
salud ocupacional de la institución, cuenten con recursos estables y sean evaluados periódicamente en
función de su impacto. El compromiso de la alta dirección y la asignación presupuestaria son
determinantes para garantizar su sostenibilidad, la consolidación de una cultura organizacional que
priorice la salud mental no solo mejora el clima laboral, sino que también contribuye a la fidelización
del talento humano y a la calidad de la atención en contextos clínicos complejos.
METODOLOGÍA
La investigación fue cualitativa, y se define como un enfoque que permite comprender fenómenos
complejos desde una perspectiva interpretativa y holística, se caracteriza por explorar significados,
percepciones y experiencias subjetivas dentro de un contexto determinado (Hadi et al., 2023).
Esta modalidad resulta adecuada para estudiar el síndrome de Burnout, pues permite analizar sus causas,
consecuencias y afrontamientos desde la vivencia del personal de enfermería en unidades críticas,
revelando aspectos no visibles cuantitativamente.
El enfoque descriptivoexploratorio se orienta a examinar un fenómeno poco abordado, describiendo
pág. 1405
sus características esenciales y reconociendo sus componentes fundamentales, su finalidad es
comprender el qué, cómo y por qué de una situación sin formular hipótesis iniciales (Ñaupas et al.,
2018).
En el presente estudio, este enfoque permite visibilizar la realidad del Burnout en el entorno intensivo,
identificando patrones causales, impactos en la salud y estrategias emergentes de afrontamiento, lo que
aporta una comprensión estructurada sobre una problemática compleja y en crecimiento dentro del
ámbito sanitario.
La investigación fue documentalbibliográfica que consiste en la recolección, organización, evaluación
e interpretación de información proveniente de fuentes académicas primarias y secundarias, su objetivo
es construir conocimiento a partir del análisis crítico de textos especializados (Iturralde & Soria, 2021).
Este estudio se articula con dicha modalidad al fundamentarse en artículos científicos, revisiones
sistemáticas y publicaciones recientes sobre el síndrome de Burnout, seleccionados de bases de datos
confiables, esto permite sustentar teóricamente los hallazgos, identificar vacíos investigativos y
construir una síntesis argumentada sobre el fenómeno desde una perspectiva interdisciplinaria.
Los métodos usados son el teórico, que se basa en la revisión y articulación conceptual de conocimientos
existentes, permitiendo construir un marco explicativo del síndrome de Burnout en cuidados intensivos.
El método inductivo posibilita extraer generalizaciones a partir del análisis particular de diversos
estudios de caso encontrados en la literatura. El método deductivo se aplica para contrastar teorías
previas con los hallazgos documentales y reflexionar sobre su vigencia en contextos hospitalarios. El
método analítico permite descomponer la información en variables clave: causas, consecuencias y
estrategias. Por su parte, el método sintético integra estos elementos en una visión holística, permitiendo
interpretar la complejidad del fenómeno y proponer orientaciones estratégicas para su prevención y
gestión desde una perspectiva institucional y personal (Maldonado et al., 2023).
Se utilizó el análisis documental, que es una técnica cualitativa que permite examinar, clasificar e
interpretar contenidos provenientes de fuentes impresas y digitales,sus pasos incluyen la selección,
lectura crítica, categorización temática, extracción de información relevante y síntesis argumentativa, y
se aplicó al estudio de artículos científicos en español e inglés, publicados entre 2019 y 2024, centrados
en el síndrome de Burnout en personal de enfermería de cuidados intensivos. Esta técnica ofrece un
pág. 1406
panorama amplio y actualizado del fenómeno, facilitando la identificación de patrones comunes, brechas
investigativas y estrategias de afrontamiento documentadas, contribuyendo así al desarrollo de un
análisis profundo y fundamentado del objeto de estudio.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La sistematización de los estudios revisados permitió identificar patrones comunes y divergencias sobre
el síndrome de Burnout en enfermería, particularmente en cuidados intensivos, se analizaron múltiples
dimensiones del fenómeno, incluyendo causas, consecuencias, factores de riesgo y estrategias de
afrontamiento, con el fin de construir una visión integral fundamentada en evidencia científica reciente.
Tabla 1. Burnout en enfermería
Autor y
Año
Causas
Consecuencias
Relación con
los cuidados
intensivos
Estrategias de
afrontamiento
(Vásquez
et al.,
2023)
Sobrecarga
emocional,
turnos rotativos,
alta demanda
asistencial
Fatiga extrema,
irritabilidad,
disminución del
rendimiento clínico
Prevalencia
del 67,5% de
Burnout en
UCI del IESS
Apoyo
psicológico
institucional,
reorganización
de horarios
(Olaleye
et al.,
2022)
Estrés
ambiental
crónico,
eventos
traumáticos,
atención a
pacientes
críticos
Despersonalización,
pérdida de
motivación, deseos
de renuncia
Burnout
relacionado
directamente
con
intensidad de
casos en UCI
Fomento de
resiliencia, redes
de apoyo,
ejercicio físico
(Romero
& Ochoa,
2024)
Conflictos con
colegas, baja
remuneración,
hábitos
inadecuados
Aislamiento,
pérdida de sentido
profesional,
desgaste físico y
emocional
Factores
asociados a
deterioro
funcional en
cuidados
paliativos
Intervenciones
personalizadas y
organizacionales
integradas
(Polo et
al., 2024)
Exceso de
trabajo, presión
institucional,
ausencia de
cultura de
autocuidado
Mayor probabilidad
de errores clínicos,
eventos adversos,
desmotivación
Riesgo de
impacto
negativo en la
seguridad del
paciente
Programas de
apoyo
emocional,
estrategias de
autocuidado
(Ávila et
al., 2021)
Comorbilidad
psíquica,
valores
morales,
desequilibrio
emocional
Afectación física,
psíquica y social;
insatisfacción
laboral
Incidencia
del 75% en
áreas críticas
según
revisión
sistemática
Fortalecimiento
de autoeficacia y
autonomía,
reducción de
carga laboral
(Quesada
et al.,
2024)
Inadecuadas
condiciones
laborales,
déficit
estructural, alta
rotación
Trastornos
emocionales, baja
realización personal,
abandono
profesional
Prevalencia
del 50% de
Burnout en
personal de
UCI
Mejora de la
satisfacción
laboral, soporte
institucional
continuo
pág. 1407
(De
Souza et
al., 2024)
Jornada
extensa,
insatisfacción,
ansiedad, dolor
físico
Alta
despersonalización,
agotamiento
emocional, bajo
logro profesional
64,9%
presentó
Burnout en
UCI pública
de Bahía
Políticas de salud
mental, cambios
estructurales en
turnos y
descansos
(Santos
et al.,
2023)
Impacto de la
pandemia,
inseguridad
laboral, presión
constante
Trastornos del
sueño, síntomas
psicosomáticos,
afectación mental
persistente
61,6% de
profesionales
presentó
indicios de
Burnout
durante
COVID-19
Intervenciones
de salud mental,
protección
laboral, apoyo
gubernamental
(Román
et al.,
2023)
Estrés crónico,
inadecuado
reconocimiento
profesional,
falta de recursos
Desmotivación,
reducción de
compromiso,
afectación del clima
laboral
70,6% mostró
bajo nivel en
realización
personal
Prevención
institucional,
capacitación en
habilidades
emocionales
(C.
Romero
et al.,
2024)
Sobrecarga
crítica,
exposición a la
muerte,
inestabilidad
emocional
Síntomas físicos,
cinismo profesional,
dificultades de
adaptación
Las UCI son
entornos
altamente
propensos al
desarrollo del
síndrome
Programas
integrales:
psicosociales,
resiliencia,
mejora del
ambiente laboral
Elaborado por los autores
El análisis comparativo de los estudios revisados evidencia coincidencias significativas en torno a las
causas, consecuencias y factores de riesgo del síndrome de Burnout en el personal de enfermería,
particularmente en unidades de cuidados intensivos. Autores como Vásquez et al. (2023) y Quesada- et
al. (2024) destacan que las condiciones estructurales adversas, el déficit de personal y la presión
asistencial son detonantes comunes del desgaste profesional, esta visión es compartida por Ávila et al.
(2021), quienes señalan que la sobrecarga emocional y la inequidad organizacional actúan como
catalizadores del síndrome.
En cuanto a las consecuencias, existe consenso en que el Burnout compromete tanto la salud física y
emocional del profesional como la calidad de la atención brindada. Polo et al. (2024) y Santos et al.
(2023) resaltan su impacto directo en la seguridad del paciente, subrayando la relación entre agotamiento
y eventos adversos. De igual forma, Olaleye et al. (2022) enfatizan la vinculación entre el síndrome y la
intención de abandono profesional, alertando sobre sus implicaciones sistémicas.
En lo que respecta a los factores de riesgo, autores como Souza et al. (2024) y Romero et al. (2024)
identifican variables sociodemográficas como la edad, el estado civil, el insomnio y el dolor físico como
determinantes claves, esta perspectiva es compatible con los hallazgos de Román et al. (2023), quienes
enfatizan la baja realización personal como una dimensión crítica del fenómeno.
pág. 1408
Las estrategias de afrontamiento varían según el enfoque disciplinar, mientras Romero et al. (2024) y
Olaleye et al. (2022) proponen intervenciones resilientes y psicosociales, otros como Quesada et al.
(2024) y Ávila et al. (2021) enfatizan la necesidad de políticas estructurales y programas
organizacionales sostenibles, en conjunto, las concordancias validan la multicausalidad del Burnout,
mientras que las divergencias permiten enriquecer su comprensión con propuestas interdisciplinarias.
Tabla 2. Propuestas de medidas preventivas frente al Burnout
Autor y Año
Aporte fundamentado
Vásquez et al.
(2023)
A partir de su estudio en el Hospital IESS de Santo Domingo, recomiendan implementar
protocolos preventivos centrados en la identificación temprana de signos de agotamiento
emocional, junto con capacitaciones periódicas en gestión emocional para el personal de
enfermería. La experiencia local demuestra que las estrategias deben adaptarse a
contextos institucionales con limitaciones presupuestarias y alta demanda asistencial.
Proponen como eje clave la inclusión de espacios de escucha activa.
Olaleye et al.
(2022)
Desde la experiencia con enfermería crítica, subrayan la relevancia de la resiliencia como
competencia clave frente al Burnout. En contextos como el ecuatoriano, donde la
infraestructura puede ser limitada, el fortalecimiento de habilidades personales como la
resolución de problemas, la autoreflexión y la empatía resulta fundamental.
Recomiendan incluir programas de formación emocional y desarrollar comunidades de
práctica como entornos seguros para el aprendizaje y el acompañamiento.
Romero et al.
(2024)
Analizando factores en cuidados paliativos, identifican que los conflictos interpersonales
y la baja remuneración son comunes. Proponen mejorar las condiciones laborales
mediante acuerdos institucionales que regulen las cargas de trabajo. Aconsejan adaptar
políticas de salud ocupacional que incorporen actividades psicoeducativas desde una
perspectiva culturalmente contextualizada y orientadas a preservar la salud integral del
profesional.
Polo et al. (2024)
Destacan la asociación entre agotamiento emocional y errores clínicos. Sugieren que las
unidades de salud desarrollen una cultura organizacional que priorice el bienestar
psicológico del personal. Proponen fortalecer la seguridad institucional mediante talleres
de inteligencia emocional, análisis de casos clínicos y sistemas de retroalimentación sin
sanción, integrando dichas estrategias al marco legal y operativo del sistema de salud
ecuatoriano.
Ávila et al. (2021)
Con base en su revisión en contextos andinos, insisten en medidas estructurales como
redistribución equitativa de turnos, incentivos laborales y fortalecimiento de la
autonomía profesional. Enfatizan la necesidad de inversión en formación continua en
autocuidado y en fomentar espacios de corresponsabilidad institucional que prevengan
el abandono laboral y mejoren la calidad del servicio en entornos hospitalarios exigentes.
Quesada et al.
(2024)
Identifican que la baja satisfacción laboral se vincula con niveles elevados de Burnout.
Proponen que en Ecuador se desarrollen sistemas de evaluación de clima laboral,
integrados a los indicadores institucionales. Recomiendan estrategias de
acompañamiento mediante mentorías entre colegas, reforzando el sentido vocacional y
reduciendo la desvinculación emocional en unidades críticas como la UCI.
pág. 1409
Souza et al.
(2024)
A partir de su estudio transversal, recomiendan focalizar intervenciones
institucionales en la mejora de los turnos laborales, la eliminación de rotaciones
excesivas y la promoción de pausas activas. En el contexto ecuatoriano, sugieren
que estas prácticas se integren en las normativas hospitalarias como parte de una
estrategia nacional de bienestar laboral para el personal de enfermería.
Santos et al.
(2023)
Basados en la experiencia durante la pandemia, advierten sobre los efectos del trabajo
nocturno y la exposición al duelo. Proponen medidas inmediatas de contención
emocional tras eventos críticos, con protocolos psicológicos de emergencia adaptados al
sistema público. Estas acciones deben contemplar el acompañamiento individual y
espacios grupales de descompresión profesional.
Román et al.
(2023)
Desde el primer nivel de atención, enfatizan la necesidad de descentralizar las estrategias
y adaptarlas a cada unidad operativa. Proponen campañas internas de autocuidado con
metodologías participativas y herramientas accesibles. Insisten en fortalecer el liderazgo
local como eje promotor del bienestar emocional, promoviendo la gestión participativa
del clima organizacional.
Romero et al.
(2024)
Recomiendan integrar la prevención del Burnout en la planificación institucional
mediante un enfoque holístico que combine intervenciones psicosociales, programas de
resiliencia y mejoras en las condiciones laborales. Enfatizan la necesidad de evaluaciones
periódicas del entorno psicosocial laboral, con políticas de apoyo organizacional
sostenidas en el tiempo y ajustadas a las condiciones nacionales.
Elaborado por los autores
El análisis interpretativo revela que las medidas preventivas frente al Burnout no deben concebirse como
acciones fragmentadas, sino como componentes integradores de una política institucional de salud
mental sostenible, la evidencia sugiere que la prevención eficaz trasciende la atención individualizada,
articulando dinámicas organizacionales, estructurales y formativas que promuevan una cultura de
bienestar emocional sistémico.
Se identifica una necesidad urgente de transitar de modelos reactivos hacia esquemas proactivos, donde
la resiliencia y el cuidado mutuo se configuren como principios operativos, este enfoque exige
reconceptualizar la práctica de enfermería desde una lógica del cuidado recíproco, en la que el entorno
laboral se redefine como espacio de protección y desarrollo humano, y no como un territorio de desgaste
normalizado.
CONCLUSIONES
Los hallazgos derivados del análisis sistemático del síndrome de Burnout en el personal de enfermería
de cuidados intensivos evidencian una problemática compleja, multicausal y progresiva que trasciende
el ámbito individual y compromete dimensiones institucionales, profesionales y sociales, el fenómeno
se manifiesta con mayor intensidad en contextos clínicos altamente demandantes, donde el personal se
ve expuesto a una sobrecarga asistencial constante, turnos irregulares, exposición continua a situaciones
críticas y escaso reconocimiento emocional y organizacional. Esta realidad convierte a las unidades de
pág. 1410
cuidados intensivos en espacios de alta vulnerabilidad psicosocial, donde la salud del talento humano se
ve comprometida por una cultura institucional que en muchas ocasiones naturaliza el desgaste emocional
como parte inherente del ejercicio profesional.
A nivel causal, se han identificado factores estructurales relacionados con las condiciones laborales, la
cultura organizacional y la insuficiente implementación de políticas de apoyo; asimismo, se constata
que los efectos del Burnout no solo impactan en la salud mental y física del profesional, sino que
repercuten directamente en la calidad asistencial, la seguridad del paciente y la eficiencia de los servicios
de salud, esta correlación señala que la atención a esta problemática no debe limitarse al tratamiento de
síntomas, sino que debe incluir estrategias integrales que atiendan el entorno, las dinámicas relacionales
y las condiciones sistémicas que perpetúan el agotamiento profesional.
En cuanto a las estrategias de afrontamiento, los estudios analizados coinciden en la necesidad de
implementar medidas preventivas que integren la promoción del autocuidado, el fortalecimiento de la
resiliencia y la consolidación de climas laborales saludables,resulta indispensable articular
intervenciones de tipo psicosocial e institucional, diseñadas desde una perspectiva situada y
contextualizada a las realidades del sistema de salud ecuatoriano. La evidencia sugiere que las respuestas
más efectivas son aquellas que consideran simultáneamente el bienestar del individuo y la
transformación del entorno laboral. En consecuencia, se plantea la necesidad de consolidar una política
pública de salud ocupacional para el personal de enfermería, sostenida en principios de
corresponsabilidad institucional, equidad, cuidado y justicia emocional.
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