pág. 1523
ADHERENCIA AL USO DE MÉTODOS DE
BARRERAS PARA LA PREVENCIÓN DE
INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL EN
ESTUDIANTES DE SECUNDARIA DE UN
COLEGIO DE LA CIUDAD DE NEIVA-HUILA
2025-1

ADHERENCE TO THE USE OF BARRIER METHODS FOR
THE PREVENTION OF SEXUALLY TRANSMITTED
INFECTIONS IN HIGH SCHOOL STUDENTS AT A SCHOOL
IN NEIVA-HUILA, 2025-1

María Del Mar Covaleda Zambrano

Fundación Universitaria Navarra Uninavarra

Natalia Pastrana Leiva

Fundación Universitaria Navarra Uninavarra

Nicolás Pérez Morales

Fundación Universitaria Navarra Uninavarra

Jairo Andrés Artunduaga Charry

Fundación Universitaria Navarra Uninavarra
pág. 1524
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i3.17763
Adherencia al uso de métodos de barreras para la prevención de infecciones
de transmisión sexual en estudiantes de secundaria de un colegio de la ciudad
de Neiva-Huila 2025-1

María Del Mar Covaleda Zambrano
1
maria.covaleda17@uninavarra.edu.co

https://orcid.org/0009-0003-9530-7477

Fundación Universitaria Navarra Uninavarra

Colombia

Natalia Pastrana Leiva

natalia.pastrana@uninavarra.edu.co

https://orcid.org/0009-0005-9279-3056

Fundación Universitaria Navarra Uninavarra

Colombia

Nicolás Pérez Morales

nicolas.perez@uninavarra.edu.co

https://orcid.org/0009-0005-5765-3672

Fundación Universitaria Navarra Uninavarra

Colombia

Jairo Andrés Artunduaga Charry

jairo.artunduaga@uninavarra.edu.co

https://orcid.org/0009-0000-9694-3086

Fundación Universitaria Navarra Uninavarra

Colombia

RESUMEN

El presente estudio tuvo como objetivo identificar la adherencia al uso de métodos de barrera para la
prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS) en estudiantes de secundaria de un colegio de
Neiva-Huila durante el periodo 2025-1. Para ello, se empleó un diseño cuantitativo de tipo descriptivo
transversal con aplicación de cuestionarios validados (ECI y CAP) para evaluar conocimientos,
actitudes y prácticas relacionadas con el VIH y otras ITS. La muestra incluyó 44 estudiantes entre los
14 y 17 años. Los hallazgos revelaron un nivel de conocimiento aceptable sobre el VIH,
particularmente en sus vías de transmisión y prevención, aunque con vacíos importantes respecto a la
transmisión vertical, el periodo ventana y otras ITS como sífilis, gonorrea y hepatitis B. Si bien el 93
% manifestó intención de usar preservativo en su primera relación sexual, sólo el 86 % lo utilizó
efectivamente, evidenciando una brecha entre intención y práctica. Además, persisten mitos y
confusiones entre métodos anticonceptivos y de barrera. Se concluye que es urgente implementar
programas de educación sexual integral que fortalezcan el conocimiento, promuevan el uso correcto de
métodos de barrera y reduzcan barreras contextuales y socioculturales.

Palabras clave: infecciones de transmisión sexual, métodos de barrera, adolescentes,
prevención, educación sexual

1 Autor principal

Correspondencia:
maria.covaleda17@uninavarra.edu.co
pág. 1525
Adherence to the Use of Barrier Methods for the Prevention of Sexually
Transmitted Infections in High School Students at a School in Neiva-Huila,
2025-1

ABSTRACT

This study aimed to identify adherence to the use of barrier methods for the prevention of sexually
transmitted infections (STIs) among high school students at a school in Neiva-Huila during the 2025-1
academic term. A quantitative, cross-sectional descriptive design was employed, using validated
questionnaires (ECI and CAP) to assess knowledge, attitudes, and practices related to HIV and other
STIs. The sample included 44 students between 14 and 17 years of age. The findings revealed an
acceptable level of knowledge about HIV, particularly regarding its transmission routes and prevention,
although significant gaps were identified concerning vertical transmission, the window period, and other
STIs such as syphilis, gonorrhea, and hepatitis B. While 93% of participants reported the intention to
use a condom during their first sexual encounter, only 86% actually did so, indicating a gap between
intention and practice. Additionally, myths and confusion persist regarding contraceptive and barrier
methods. The study concludes that it is urgent to implement comprehensive sexual education programs
that strengthen key knowledge, promote the correct use of barrier methods, and reduce contextual and
sociocultural barriers.

Keywords: sexually transmitted infections, barrier methods, adolescents, prevention, sexual education

Artículo recibido 15 abril 2025

Aceptado para publicación: 15 mayo 2025
pág. 1526
INTRODUCCIÓN

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) representan uno de los problemas de mayor frecuencia en
la salud pública a nivel mundial, afectando principalmente a individuos entre 15 y 49 años (1). Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2024, cada día más de un millón de personas en este rango
de edad contrae una ITS curable, acumulando aproximadamente 374 millones de nuevos casos en 2020.
Estas ITS incluyen la clamidiasis, la gonorrea, la sífilis y la tricomoniasis, todas ellas con tratamientos
disponibles que permiten su cura completa (2).

Además de las ITS curables, existen infecciones virales como el herpes genital y el virus del papiloma
humano (VPH), este último asociado a más de 311,000 muertes anuales por cáncer de cuello uterino.

Las ITS no solo incrementan el riesgo de contraer otras enfermedades como el VIH, sino que también
pueden causar complicaciones graves como esterilidad, diversos tipos de cáncer, y complicaciones
significativas en el embarazo que pueden llevar a resultados perinatales adversos, como la muerte
neonatal y prematuridad (2).

Se ha evidenciado que las ITS tienen un impacto directo en la salud sexual y reproductiva, las ITS
pueden causar daños en el sistema reproductivo que, si no se tratan adecuadamente, pueden resultar en
infertilidad tanto en hombres como en mujeres. Un ejemplo claro de esto es la enfermedad inflamatoria
pélvica (EIP), una complicación grave de ciertas ITS como la clamidia y la gonorrea en las mujeres (3).
La EIP puede causar daño permanente en las trompas de Falopio, lo que impide el paso de los óvulos
desde los ovarios, una causa directa de infertilidad. En los hombres, las ITS como la gonorrea y la
clamidia pueden causar epididimitis, una inflamación del epidídimo que también puede llevar a la
infertilidad por el bloqueo del paso de los espermatozoides (4). Además, el daño causado por las ITS
puede ser irreversible si el tratamiento no se administra de manera oportuna, llevando a complicaciones
a largo plazo que afectan la capacidad reproductiva (5).

Además del impacto físico directo, el estigma asociado con las ITS puede impedir que las personas
busquen tratamiento a tiempo, exacerbando el riesgo de complicaciones a largo plazo como la
infertilidad. Este estigma puede provenir de normas culturales, falta de educación en salud sexual o
temores sobre el juicio social, lo que puede desalentar a las personas afectadas de recibir el diagnóstico
y tratamiento adecuado (6). La estigmatización, infecundidad, cánceres y por complicaciones presentes
pág. 1527
en el embarazo, puede conllevar a que incremente el riesgo de contraer el virus de inmunodeficiencia
adquirida (VIH) (7).

La práctica de relaciones sexuales sin protección, es uno de los principales desencadenantes del
incremento de estas infecciones evidenciadas principalmente en la adolescencia y el adulto joven (8).
La falta de adherencia al uso de métodos de barrera, como los condones, representa un papel crucial en
este contexto y requiere una exploración detallada para entender sus causas y consecuencias (9).

La baja utilización de métodos de barrera entre los adolescentes puede atribuirse a múltiples factores,
incluyendo la falta de educación sexual adecuada que abarque temas de salud reproductiva y prácticas
seguras (10). En muchos entornos educativos, la información sobre sexualidad es insuficiente o se
imparte de manera que no resuena con los jóvenes, dejándolos desinformados sobre las implicaciones
reales de las ITS y los beneficios de los métodos de barrera (11). Además, los factores psicosociales
como la presión de grupo, las normas culturales y los tabúes sobre la sexualidad pueden influir
negativamente en la decisión de los adolescentes de utilizar métodos de barrera. En algunos casos, los
jóvenes pueden sentir vergüenza o temor al rechazo por parte de sus parejas o pares al sugerir el uso de
protección, lo que conduce a prácticas sexuales riesgosas (12).

Un estudio realizado por Sánchez et al., (13) sobre los adolescentes colombianos y su conocimiento
sobre el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) destaca varias deficiencias en la
comprensión de los métodos de barrera que incluyen preservativos masculinos y femeninos, que son
fundamentales para prevenir la transmisión de ITS y el VIH. Así mismo, otro estudio en el país evidenció
que los adolescentes presentan una escasa utilización de métodos preventivos y que existe una falta de
conocimientos sobre las infecciones y la percepción insuficiente del riesgo que conllevan (14). En 2019,
el estudio de Badillo et al., (15) en Barranquilla expuso que el 87% de los estudiantes jóvenes reportó
haber participado en algún tipo de comportamiento sexual riesgoso al menos una vez, lo que incluye
tener relaciones sexuales vaginales sin el uso de condón, reportado por el 73%, y la práctica de sexo oral
sin protección, indicada por el 60.3% de los participantes. El estudio también reveló que el 66.2% de
los encuestados tuvo múltiples parejas sexuales, y el 54.4% experimentó encuentros sexuales
inesperados.

Este problema requiere una atención urgente para implementar estrategias efectivas de prevención y
pág. 1528
tratamiento, especialmente en poblaciones jóvenes y en regiones con acceso limitado a servicios de
salud sexual integral. La prevención de estas infecciones y la gestión adecuada de sus complicaciones

pueden evitar significativamente la carga global de enfermedad y mejorar la calidad de vida de millones
de personas en todo el mundo.

Ante el panorama preocupante de las infecciones de transmisión sexual (ITS) y sus implicaciones en la
salud pública global, resulta necesario explorar y entender los factores que influencian la falta de uso de
métodos de barrera entre los adolescentes, sobre todo en contextos donde la educación sexual puede ser
deficiente o inaccesible. Este estudio, centrado en los estudiantes de secundaria de Neiva-Huila, busca
abordar esta problemática desde una perspectiva integral que no solo considere la prevalencia de las
ITS, sino también las barreras culturales, educativas y psicosociales que impiden una prevención
efectiva. Al hacerlo, se espera proporcionar conocimientos valiosos que podrán servir para diseñar
intervenciones más efectivas, aumentando así la adherencia a métodos de barrera y disminuyendo la
incidencia de estas infecciones entre los jóvenes.

Dada la alta incidencia de ITS y su impacto en la salud reproductiva, se plantea la siguiente pregunta de
investigación:

Pregunta De Investigación:

¿Cuál es la adherencia al uso de métodos de barreras para la prevención de infecciones de transmisión
sexual en estudiantes de secundaria de un colegio de la ciudad de Neiva-Huila 2025-1?

JUSTIFICACIÓN

El presente artículo parte de la necesidad de comprender el comportamiento sexual de los estudiantes
frente a los métodos de barrera con fin de mejorar la educación sexual y desarrollar estrategias efectivas
para la prevención de infección de transmisión sexual (ITS). La investigación pretende el
reconocimiento de la problemática que causa la incidencia de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS),
ya que, según la OMS, mundialmente más de un millón de personas de entre 15 y 49 años contrae una
ITS, siendo la mayoría de los casos asintomáticos; y anualmente unos 374 millones de personas se ven
afectadas (2). Algunas de estas ITS son curables o se pueden controlar con tratamiento; aunque muchas
otras son una causa importante de mortalidad y enfermedad que repercuten de forma negativa para el
bienestar de las personas y la población en general, así como para el sistema de salud (16).
pág. 1529
La importancia de investigar la adherencia al uso de métodos de barrera para la prevención de
infecciones de transmisión sexual (ITS) en adolescentes de secundaria en Neiva-Huila se destaca por
varias razones que abordan tanto la necesidad de comprensión como de intervención. Las ITS son un
problema global que afecta a todos los jóvenes del mundo, más aún a los adolescentes y adultos jóvenes,
las investigaciones sobre la adherencia a los métodos de barrera conllevan a desarrollar estrategias
efectivas para abordar este problema en diferentes contextos a nivel global, nacional y local; lo que,
permite la comparación de resultados de investigaciones realizadas en otros países y regionales para
identificar patrones y tendencias (17).

El incremento de ITS entre adolescentes es una preocupación de salud pública urgente. Estas infecciones
no solo representan un riesgo inmediato para la salud individual, sino que también tienen repercusiones
a largo plazo, como la infertilidad y la transmisión vertical de madre a hijo. Dada la alta prevalencia de
ITS entre los jóvenes, especialmente en edades de 15 a 49 años, es crucial entender las dinámicas de
prevención en este grupo demográfico (18).

Adicionalmente, la adherencia a los métodos de barrera, como el uso del condón, es conocida por ser
efectiva en la prevención de la transmisión de ITS (19). Sin embargo, la investigación preliminar sugiere
que la utilización de estos métodos entre los adolescentes es insuficiente (7). Este estudio buscará
explorar las causas de esta baja adherencia, que pueden incluir factores como la falta de acceso a
métodos de barrera, la educación sexual inadecuada, y las normas sociales y culturales que pueden
inhibir su uso.

El presente proyecto parte de la necesidad de comprender el comportamiento sexual de los estudiantes
frente a los métodos de barrera con el fin de mejorar la educación sexual y desarrollar estrategias
efectivas para la prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS). En este contexto, la
investigación se enmarca dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones
Unidas, específicamente en el Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos
en todas las edades, en el cual el inciso 3.3 establece la meta de reducir la propagación de enfermedades
transmisibles, incluyendo las ITS (20). La adherencia al uso de métodos de barrera es un factor clave
para prevenir estas infecciones, y su estudio permitirá diseñar estrategias de educación y prevención
más eficaces, reduciendo así la incidencia de ITS entre los adolescentes.
pág. 1530
La prevención de las ITS está directamente vinculada con la promoción de la salud y la educación
sexual en los jóvenes, factores esenciales para alcanzar las metas establecidas en los ODS (20). En este
sentido, el estudio no solo busca generar conocimiento sobre la adherencia al uso de métodos de
barrera, sino también fortalecer estrategias de intervención educativa en colegios y comunidades,
asegurando que los adolescentes tengan acceso a información confiable y herramientas eficaces para la
prevención de ITS. Asimismo, esta investigación contribuye a la promoción de la equidad en salud,
dado que el acceso desigual a la educación sexual y a métodos de prevención es un determinante clave
en la propagación de las ITS. Al proporcionar datos basados en evidencia, el estudio servirá como base
para iniciativas que buscan reducir las brechas en el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva,
garantizando que todos los adolescentes, independientemente de su contexto socioeconómico, puedan
ejercer su derecho a una vida sexual segura e informada. Esta perspectiva refuerza el compromiso con
el cumplimiento de las metas del ODS 3 y con el desarrollo de políticas públicas más inclusivas y
sostenibles.

Este proyecto presenta otros impactos sociales significativos y multifacéticos, tales como la
desestigmatización de la sexualidad y la educación sexual, lo que hace posible que los estudiantes se
sientan cómodos al hablar sobre estos temas y se abran a la oportunidad de recibir información confiable,
práctica e para la prevención de las ITS, la formación de educadores y docentes para que estos estén
mejor preparados para abordar los temas de sexualidad y prevención de ITS lo que permite a su vez la
mejora de la educación sexual en los planes de estudio universitarios, en donde el contenido de entrega
en aras de esa educación sexual se ve influido por imparcialidad y centrado en su totalidad en la
formación de los estudiantes 6. Sin lugar a duda, a gran escala, la investigación podría además llegar a
influir en el desarrollo de las políticas públicas que se relacionan con la salud sexual, la salud sanitaria
y la prevención de las ITS lo que a su vez conllevan a tener un impacto amplio en la sociedad.

Este estudio contribuye significativamente a la disciplina de la medicina, especialmente en el campo de
la salud pública y la medicina preventiva. Al investigar los factores que influyen en la adherencia al uso
de métodos de barrera entre adolescentes, proporciona datos críticos para el desarrollo de estrategias
efectivas de prevención de ITS. Este enfoque preventivo no solo tiene el potencial de reducir la
incidencia de ITS entre adolescentes, sino que también educa a futuros profesionales médicos sobre la
pág. 1531
importancia de la prevención y el manejo de salud pública en la práctica clínica. Además, el estudio
fomenta una visión holística en la medicina que integra aspectos socioeconómicos y culturales en la
planificación de la salud pública y las intervenciones médicas.

De este modo, este proyecto no solo es pertinente por su potencial para mejorar directamente la salud
de los adolescentes en Neiva-Huila, sino también por su capacidad de contribuir al conocimiento y
estrategias de salud pública a nivel nacional e internacional. La investigación proporcionará una base
crítica para futuras políticas y programas destinados a combatir las ITS entre los jóvenes.

La viabilidad de este estudio se sustenta en varios aspectos clave. Primero, la existencia de
infraestructura educativa y de salud pública en Neiva facilita la implementación de encuestas y la
recopilación de datos. Además, el apoyo institucional de la Facultad de Medicina y el interés
comunitario en mejorar la salud sexual garantizan un entorno favorable para la ejecución del estudio.
La colaboración con escuelas secundarias y profesionales de la salud proporciona un marco adecuado
para alcanzar a la población objetivo y obtener datos relevantes y confiables.

La factibilidad del estudio está asegurada por la disponibilidad de recursos, con un presupuesto adecuado
para cubrir los costos de materiales y análisis de datos, combinado con el acceso a la población
estudiantil a través de las escuelas, el estudio puede llevarse a cabo eficientemente. La participación del
semillero de investigación en enfermedades infecciosas ofrece experiencia técnica y analítica,
facilitando la gestión y el análisis de los datos recogidos.

Objetivos General:

Identificar la adherencia del uso de métodos de barreras para la prevención de infecciones de transmisión
sexual en estudiantes de secundaria de un colegio de la ciudad de Neiva-Huila 2025-1.

Objetivos Específicos:

Caracterizar los factores sociodemográficos de los estudiantes de secundaria de un colegio
de la ciudad de Neiva-Huila.

Determinar el conocimiento de los estudiantes sobre los métodos de barrera para la
prevención de infecciones de transmisión sexual.

Establecer el nivel de adherencia de los estudiantes frente al uso de métodos de barrera.
pág. 1532
METODOLOGÍA

Tipo de estudio

El tipo de estudio que se realizó en el proyecto fue de investigación cuantitativa, específicamente un
estudio descriptivo transversal. Este diseño permitió evaluar la adherencia al uso de métodos de barrera
para la prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS) entre los estudiantes de secundaria de un
colegio en la ciudad de Neiva-Huila, proporcionando un análisis en un punto específico en el tiempo sin
manipular las variables del estudio.

El enfoque cuantitativo resultó adecuado para cuantificar datos y generalizar resultados a partir de una
muestra hacia una población de interés. En este estudio, se recopilaron datos a través de cuestionarios
estructurados, lo cual facilitó la recolección de información de manera sistemática y la posibilidad de
realizar análisis estadísticos para interpretar las variables de estudio, como el conocimiento sobre ITS,
la percepción de riesgo y la frecuencia y consistencia en el uso de métodos de barrera.

Población

Estudiantes de secundaria de un colegio de la ciudad de Neiva-Huila 2025-1.

Muestra

La muestra del estudio estuvo compuesta por 44 estudiantes de secundaria de un colegio específico en
la ciudad de Neiva-Huila. La estimación del total de estudiantes que participaron en la investigación se
determinó una vez se obtuvieron los permisos necesarios por parte de la institución educativa.
Posteriormente, se solicitó información precisa sobre la cantidad total de estudiantes para el cálculo del
tamaño muestral, que se estableció para garantizar que los resultados tuvieran una precisión estadística
adecuada, considerando la prevalencia de uso de métodos de barrera y las tasas de ITS reportadas en
estudios preliminares o datos locales similares.

Muestreo

Se empleó un muestreo por conveniencia. Este método no probabilístico seleccionó sujetos que fueron
fácilmente accesibles y dispuestos a participar (21).

Criterios de selección

Los criterios de inclusión y exclusión están diseñados para definir claramente quiénes participaron en el
estudio:
pág. 1533
Criterios de Inclusión:

Estar matriculado en el colegio durante el periodo del estudio.
Tener entre 14 y 17 años de edad.
Aceptar participar en el estudio y firmar el consentimiento informado
(presentaron consentimiento informado firmado por sus padres o tutores legales).

Criterios de Exclusión:

Estudiantes que no estuvieran en el rango de edad de 14 a 17 años.
Estudiantes que no proporcionaran consentimiento informado o cuyos padres o tutores no
lo proporcionaran.

Estudiantes que dejaron el colegio antes de la finalización del estudio.
Procedimiento de la recolección de la información

Antes de iniciar cualquier actividad de recolección de datos, se solicitó el aval del Centro de
Investigaciones de la universidad, lo cual permitió asegurar que el estudio cumpliera con todos los
estándares éticos y metodológicos requeridos. Se presentó el anteproyecto de investigación detallado,
incluyendo objetivos, metodología, instrumentos de recolección de datos y procedimientos de
consentimiento informado. El aval de CIINA garantizó que el estudio estuviera alineado con las
directrices académicas y éticas.

Una vez obtenido el aval universitario, se contactó con la administración del colegio seleccionado para
realizar el estudio. En esta etapa, se presentó una solicitud formal de colaboración, acompañada de una
copia del aval del Centro de Investigaciones y una descripción del estudio. Se solicitaron los permisos
necesarios para interactuar con los estudiantes y acceder a las instalaciones necesarias para la
recolección de datos. Además, se discutieron los detalles operativos, como los horarios más
convenientes para la realización del estudio y las medidas para garantizar la mínima interrupción de las
actividades académicas regulares.

Con los permisos necesarios, el siguiente paso fue el abordaje directo de los estudiantes para participar
en el estudio. Se organizaron sesiones informativas donde se explicó el propósito del estudio, la
importancia de su contribución y se aclararon dudas. Posteriormente, se distribuyeron los formularios
de consentimiento informado a los estudiantes y a sus padres o tutores legales. Una vez recogidos y
pág. 1534
verificados los consentimientos, se programaron las sesiones de recolección de datos de acuerdo con el
cronograma establecido con el colegio.

Para la recolección de información, se empleó la Escala de Conocimientos sobre VIH y otras ITS (ECI),
validada en Colombia. Este instrumento fue diseñado para evaluar el conocimiento de los estudiantes
en cuatro dimensiones críticas: transmisión del VIH, otras ITS, conocimiento general sobre el VIH y la
eficacia del preservativo en la prevención de la transmisión sexual del VIH (22).

La aplicación de la ECI se realizó en un entorno controlado dentro del colegio para garantizar la
privacidad y la concentración de los participantes. Cada estudiante completó la escala de manera
individual, marcando sus respuestas a las afirmaciones verdaderas o falsas proporcionadas. Se tomaron
medidas para asegurar que los estudiantes entendieran cada ítem antes de responder, proporcionando
aclaraciones sobre cualquier término o concepto médico según fuera necesario sin influir en sus
respuestas. Los datos recogidos fueron analizados cuantitativamente para evaluar el nivel de
conocimiento sobre el VIH y otras ITS, lo cual fue fundamental para entender la relación entre el
conocimiento y la práctica efectiva de la prevención de ITS a través de métodos de barrera.

Instrumentos de recolección de datos

Para abordar integralmente los objetivos de la investigación sobre la adherencia al uso de métodos de
barrera en la prevención de infecciones de transmisión sexual entre estudiantes de secundaria en Neiva-
Huila, se utilizaron dos cuestionarios complementarios. El primer cuestionario, centrado en el
conocimiento general sobre el VIH y otras ITS, permitió evaluar el nivel de información que poseían
los estudiantes sobre estas enfermedades, un aspecto crucial para la prevención eficaz. El segundo
cuestionario incluyó preguntas específicas sobre el uso de métodos de barrera, como los condones, y
una sección de caracterización sociodemográfica. La combinación de ambos cuestionarios resultó
esencial para cumplir con los objetivos del estudio: caracterizar sociodemográficamente a los
estudiantes, determinar su conocimiento sobre métodos de barrera y establecer su nivel de adherencia a
estos métodos.

Cuestionario 1: Escala de Conocimientos sobre VIH y otras ITS (ECI), validada en Colombia.

La escala incluye 24 ítems que evalúan el conocimiento sobre el VIH y otras ITS. Las preguntas
permiten respuestas de tipo "verdadero", "falso" o "no lo sé". Los ítems 5, 6, 7, 15 y 16 se centran en las
pág. 1535
formas específicas de transmisión del VIH. Por otro lado, los ítems del 19 al 24 abordan conocimientos
generales sobre otras ITS distintas al VIH. Los ítems 1, 2, 3, 4, 8, 9, 10 y 18 se refieren a los mecanismos
de transmisión del VIH. Los ítems 13 y 14 evalúan la eficacia de los métodos de barrera masculino y
femenino. Finalmente, los ítems 11, 12 y 17 tratan sobre métodos anticonceptivos que no ofrecen
protección contra ITS. En cuanto a la calificación, las respuestas correctas se basan en si el ítem debe
ser marcado como "verdadero" o "falso". Marcar "no lo sé" es considerado un error. Los ítems que deben
responderse como "verdadero" son los números 1, 2, 3, 4, 8, 9, 10, 13, 14, 18 y 22, mientras que los

ítems que deben marcarse como "falso" son los números 5, 6, 7, 11, 12, 15, 16, 17, 19, 20, 21, 23 y 24

(Ver Anexo 1).

Cuestionario 2: Encuesta CAP sobre VIH y SIDA.

El cuestionario fue diseñado por Sierra et al., (23) para evaluar el nivel de conocimientos, actitudes y
prácticas (CAP) respecto al VIH y SIDA en estudiantes de grados 9°, 10° y 11° de dos colegios en
Cúcuta (Colombia) entre agosto de 2017 y noviembre de 2018, incluye 18 preguntas distribuidas en tres
secciones. La primera sección evalúa conocimientos generales sobre el VIH/SIDA, incluyendo modos
de transmisión y diferencias entre VIH y SIDA. La segunda sección aborda las actitudes de los
estudiantes hacia las personas con VIH/SIDA, explorando percepciones y estigmas. Finalmente, la
tercera sección investiga las prácticas preventivas de los estudiantes, como el uso de preservativos,
métodos de barrera y la participación en actividades educativas sobre salud sexual. Este instrumento
combina preguntas de opción múltiple con respuestas abiertas para obtener una visión detallada de los
CAP de los estudiantes en esta área vital de la salud pública.

Validez y confiabilidad

Cuestionario 1: Escala de Conocimientos sobre VIH y otras ITS (ECI), validada en Colombia.

Espada et al., (24) validaron la escala de conocimiento sobre el VIH y otras infecciones de transmisión
sexual en una muestra de adolescentes españoles mediante un diseño descriptivo transversal. Elaboraron
un banco de 40 ítems que fue evaluado por un panel de expertos y luego administrado a un grupo piloto
con características similares a la muestra final para asegurar su comprensión. La validez de la escala se
examinó mediante análisis de ítems, consistencia interna, prueba de retest y análisis factorial
exploratorio.
pág. 1536
Los resultados del estudio de Espada et al., (24) revelaron una estructura de cinco factores que
explicaban el 46% de la varianza total, reflejando dimensiones como conocimiento general sobre el
VIH, uso del preservativo como método protector, vías de transmisión del VIH, medidas de prevención

del VIH y conocimiento sobre otras ITS. La escala demostró una buena fiabilidad, con valores de
consistencia interna que variaban entre 0,66 y 0,88, y una correlación test-retest de 0,59, lo que indica
una adecuada estabilidad temporal. Este instrumento ofrece una herramienta eficaz para evaluar los
conocimientos sobre VIH y otras ITS, facilitando así la evaluación de programas preventivos dirigidos
a adolescentes (24).

Cuestionario 2: Encuesta CAP sobre VIH y SIDA.

La validez se llevó a cabo mediante la revisión de expertos y un análisis de contenido que confirma que
las preguntas abordan adecuadamente los aspectos esenciales relacionados con el VIH/SIDA. La
confiabilidad se evaluó utilizando el coeficiente alfa de Cronbach para verificar la coherencia interna de
las preguntas, idealmente buscando un valor superior a 0.7, y mediante pruebas test-retest para asegurar
la consistencia de las respuestas en el tiempo, garantizando así que el cuestionario proporciona medidas
consistentes y replicables de los CAP de los estudiantes (23).

Usos del instrumento en Colombia

La Escala de Conocimientos sobre VIH y otras ITS (ECI) fue utilizada en el estudio titulado
"Promoviendo la salud sexual y la prevención de ITS VIH/SIDA en estudiantes de la Universidad
Católica de Colombia" elaborado por Velasco et al., (22), quienes evaluaron el nivel de conocimiento
sobre las infecciones de transmisión sexual (ITS) y el VIH/SIDA entre estudiantes universitarios. Se
utilizó la Escala de Conocimientos sobre VIH y otras ITS, que ha sido modificada y validada en
Colombia para adaptarse mejor al contexto local y a las necesidades específicas de la población
estudiada (22).
pág. 1537
Variables del estudio

Objetivo 1: Caracterizar los factores sociodemográficos de los estudiantes de secundaria de un
colegio de la ciudad de Neiva-Huila.

Cuestionario 2: Encuesta CAP sobre VIH y SIDA.

Variable
Definición
Operacional

Indicadores
Método de
Medición

Tipo de Variable

Grado escolar y
curso

Nivel académico y
curso del estudiante

Grado y sección del
curso

Respuesta abierta en
cuestionario

Variable
independiente

Edad
Edad del estudiante
en años

Edad en años
completos

Respuesta abierta en
cuestionario

Variable
independiente

Género

Género con el que se
identifica el
estudiante

Femenino,
Masculino, Otro
(especificar)

Opciones de
elección múltiple en
cuestionario

Variable
independiente

Estrato
socioeconómico

Nivel
socioeconómico
basado en
clasificación local

Estrato numérico (1-
6 u otro sistema
local)

Respuesta abierta en
cuestionario

Variable
independiente

Tipo de familia
Estructura familiar
del estudiante

- Nuclear (Madre y
Padre)

Variable
independiente

- Monoparental
(Solo Madre/Padre)

Opciones de
elección múltiple en
cuestionario

- Huérfano(a)

- Otro (especificar)
pág. 1538
Objetivo 2: Determinar el conocimiento de los estudiantes sobre los métodos de barrera para la
prevención de infecciones de transmisión sexual.

Cuestionario 1: Escala de Conocimientos sobre VIH y otras ITS (ECI), validada en Colombia.

Variable
Definición
Operacional

Dimensiones
Indicadores Método de
Medición

Tipo de
Variable

Conocimient o
sobre el VIH

Grado de
entendimiento
correcto sobre el
VIH y sus
mecanismos de
transmisión y
prevención.

Conocimiento
General del VIH

Entendimiento
de qué es el VIH.

Verdadero,
Falso, No lo sé.
Variable
dependiente

Conocimiento
sobre cómo se
transmite el VIH.

Conocimiento
sobre la
prevención del
VIH.

Conocimient o
sobre otras ITS

Grado de
entendimiento
correcto sobre
ITS distintas del
VIH, incluyendo
sus mecanismos
de transmisión y
prevención.

Conocimiento
General de otras
ITS

Identificación de
diferentes ITS
además del VIH.

Verdadero,
Falso, No lo sé.

Variable
dependiente
Métodos de
transmisión de
estas ITS.

Medidas de
prevención de
las ITS.

Uso del
preservativo

Conocimientos
sobre la
efectividad del
preservativo en
la prevención

Uso del
preservativo

Eficacia del
preservativo para
prevenir el VIH
y otras ITS.

Verdadero,
Falso, No lo sé.

Variable
dependiente
pág. 1523
del VIH y otras
ITS.

Correcto uso del
preservativo.

Vías de
transmisión del
VIH

Entendimiento
específico sobre
las vías a través
de las cuales el
VIH puede ser
transmitido.

Vías de
transmisión del
VIH

Conocimiento de
las principales
vías de
transmisión del
VIH.
Verdadero,
Falso, No lo sé.
Variable
dependiente

Diferenciación
entre mitos y
hechos reales
sobre la
transmisión.

Medidas de
prevención del
VIH

Conocimiento
sobre las
medidas
efectivas para
prevenir la
transmisión del
VIH.

Medidas de
prevención del
VIH

Conocimientos
de estrategias
preventivas
contra el VIH.

Preguntas de
opción múltiple
en la escala.

Variable
dependiente
- Importancia del
diagnóstico y
tratamiento
temprano.

Respuestas:
Verdadero,
Falso, No lo sé.
pág. 1524
Objetivo 3: Establecer el nivel de adherencia de los estudiantes frente al uso de métodos de
barrera.

Cuestionario 2: Encuesta CAP sobre VIH y SIDA.

Variable
Definición
Operacional

Indicadores
Método de
Medición

Tipo de Variable

Compartir
jeringuillas

Práctica de
compartir
jeringuillas con
otras personas

-
Opciones de
elección múltiple en
cuestionario

Variable
dependiente

- No

Uso de preservativo
en relaciones
sexuales

Uso del
preservativo para
prevenir la
transmisión del VIH
durante relaciones
sexuales

-
Opciones de
elección múltiple en
cuestionario

Variable
dependiente

- No

Diversidad de
fuentes a través de
las cuales el

- Amigos
Variable
dependiente

- Colegio

Fuentes de
información sobre
VIH/SIDA

estudiante se
informa sobre el
VIH/SIDA

- Padres

Opciones de
elección múltiple en
cuestionario

- Medios

- Salud

- Familia

- Redes sociales

- Textos

- Ninguna

- Todas

Lugares de compra
de preservativos

Lugares donde los
estudiantes
adquirirían
preservativos

- Tienda de barrio

Opciones de
elección múltiple en
cuestionario

Variable
dependiente

- Almacenes de
cadena

- Farmacia

- No sabe

Razones para el uso
de preservativos

Motivos por los
cuales los
estudiantes utilizan
preservativos
durante relaciones
sexuales

- Prevención de ITS

Opciones de
elección múltiple en
cuestionario

Variable
dependiente

- Prevención de VIH

- Todas las
anteriores

- Ninguna de las
anteriores
pág. 1525
Plan de análisis

En el estudio se utilizó Microsoft Excel para llevar a cabo un análisis descriptivo de los datos recogidos,
alineando cada paso con los objetivos específicos del proyecto. Primero, para cumplir con el objetivo
general de identificar la adherencia al uso de métodos de barrera, se calcularon las prevalencias y los
porcentajes de los estudiantes que informaron usar estos métodos de manera efectiva. Además, en
relación con los objetivos específicos, se calcularon los porcentajes para caracterizar los factores
sociodemográficos de los estudiantes, como edad, género, estrato socioeconómico y tipo de familia. Se
empleó el mismo método para determinar el conocimiento que tenían los estudiantes sobre los métodos
de barrera y el nivel de adherencia a estos.

Cada categoría del cuestionario fue tabulada para reflejar la distribución de respuestas, lo que facilitó
una visión clara de los patrones y tendencias dentro de la población estudiada. Este enfoque aseguró que
cada aspecto del cuestionario fuera analizado meticulosamente, proporcionando una comprensión
detallada de las prácticas preventivas y los niveles de conocimiento relacionados con las ITS y el VIH.

Control de sesgos y limitaciones

Para minimizar los sesgos en este estudio, se tomaron varias medidas tanto en la fase de recolección
como en la de análisis de los datos. Se evitó el sesgo de selección asegurando que todos los estudiantes

elegibles dentro de los grados seleccionados tuvieran igual oportunidad de participar, mediante un
proceso aleatorio y transparente de selección de clases. Para combatir el sesgo de información, se empleó
un cuestionario pre-testeado y estandarizado que había sido validado en estudios previos, garantizando
así que las preguntas fueran entendidas de forma uniforme por todos los participantes.

demás, se mantuvo la confidencialidad de los datos para reducir el sesgo de deseo social, donde los
estudiantes podrían haber respondido de maneras socialmente aceptables en lugar de proporcionar
respuestas honestas. Los datos fueron anonimizados antes del análisis, y solo se utilizaron números de
identificación para cualquier referencia a los datos específicos. Todas estas estrategias fueron diseñadas
para fortalecer la integridad y la confiabilidad de los resultados del estudio.

Aspectos éticos y bioéticos

El estudio se rigió por principios éticos y bioéticos de acuerdo con las normativas vigentes. Se clasificó
como de "riesgo mínimo" según la Resolución 8430 de 1993 (25), que establece las normas científicas,
pág. 1526
técnicas y administrativas para la investigación en salud en Colombia. Esto significó que no se alteraron
de manera significativa las variables fisiológicas, biológicas, psicológicas o sociales de los participantes.

Aspectos éticos:

Consentimiento Informado: Se informó claramente a los estudiantes y a sus padres o tutores sobre los
objetivos del estudio, los procedimientos involucrados, los posibles beneficios y riesgos, y la
voluntariedad de la participación. Se solicitó la firma de un consentimiento informado antes de cualquier
recolección de datos, asegurando que los participantes comprendieran plenamente su derecho a retirarse
del estudio en cualquier momento sin consecuencias.

Confidencialidad: Se garantizó la confidencialidad de la información recogida, utilizando códigos para
identificar a los participantes en lugar de sus nombres u otros identificadores directos. Los datos fueron
accesibles únicamente por el equipo de investigación y se almacenaron en formatos seguros.

Principios bioéticos:

Beneficencia: El estudio tuvo como objetivo generar beneficios directos para los participantes y la
comunidad escolar al aumentar el conocimiento y mejorar las prácticas relacionadas con la prevención
de ITS, contribuyendo así a una mejor salud sexual y reproductiva y beneficiando a la comunidad
educativa en general.

No maleficencia: Al ser clasificado como de riesgo mínimo, el estudio fue diseñado para asegurar que
no se causara daño a los participantes. Los cuestionarios utilizados fueron validados y no implicaron
intervenciones invasivas ni preguntas que pudieran causar malestar significativo.

Autonomía: Se respetó la autonomía de los participantes, ofreciéndoles la libertad de participar o no en
el estudio y retirarse en cualquier momento si así lo desearan.

Justicia:

Se aseguró que todos los participantes tuvieran igual acceso a participar y beneficiarse de los resultados
del estudio. No se realizaron discriminaciones ni se proporcionaron incentivos que pudieran sesgar la
voluntariedad de la participación.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La muestra del estudio estuvo conformada por 44 estudiantes de secundaria que cumplieron con los
criterios de inclusión establecidos. En cuanto a la distribución por grado académico, el 45,45 % (n = 20)
pág. 1527
de los participantes cursaba noveno grado, seguido por el 36,36 % (n = 16) que se encontraba en décimo
grado y el 18,18 % (n = 8) en onceavo grado. Esta distribución permitió obtener una representación
adecuada de los diferentes niveles de secundaria incluidos en el estudio (Tabla 1).

Tabla 1. Distribución de participantes por grado académico.

GRADO
(n) (%)
Noveno
20 45,45 %
Décimo
16 36,36 %
Once
8 18,18 %
TOTAL
44 100,00 %
Caracterización de factores sociodemográficos

En cuanto a los factores sociodemográficos, la edad de los participantes osciló entre 14 y 17 años, con
una media de 14,89 años, una mediana de 15 años y una moda de 14 años, siendo esta última la edad
más frecuente entre los estudiantes (40,91 %, n = 18). La mayoría de los participantes tenía 14 o 15 años
(72,73 %). Respecto al género, predominó el masculino con 68,18 % (n = 30), mientras que el 31,82 %
(n = 14) fueron de género femenino. En cuanto al estrato socioeconómico, la mayoría de los estudiantes
pertenecía al estrato 3 (52,27 %, n = 23), seguido del estrato 2 (29,55 %, n = 13), estrato 4 (15,91 %, n

= 7) y una pequeña proporción del estrato 5 (2,27 %, n = 1). Por último, se encontró que el 68,18 % de
los estudiantes (n = 30) vivía en familias nucleares (madre y padre), mientras que el 29,55 % pertenecía
a familias monoparentales (solo madre o padre), y solo un estudiante (2,27 %) reportó otra estructura
familiar (huérfano u otro) (Tabla 2).

Tabla 2. Caracterización sociodemográfica de los participantes.

EDAD

Moda
14 años
Media
14,886 años
Mediana
15 años
Edad mínima
14 años
Edad máxima
17 años
pág. 1528
Desv. Esta.
0,8685 años
Rangos
(n) (%)
14 años
18 40,91 %
15 años
14 31,82 %
16 años
11 25,00 %
17 años
1 2,27 %
TOTAL
44 100,00 %
GÉNERO
(n) (%)
Femenino
14 31,82 %
Masculino
30 68,18 %
TOTAL
44 100,00 %
ESTRATO
(n) (%)
Estrato 2
13 29,55 %
Estrato 3
23 52,27 %
Estrato 4
7 15,91 %
Estrato 5
1 2,27 %
TOTAL
44 100,00 %
TIPO FAMILIA
(n) (%)
Nuclear (Madre y Padre)
30 68,18 %
Monoparental (Solo Madre/Padre)
13 29,55 %
Huérfano(a), Otro (especificar)
1 2,27 %
TOTAL
44 100,00 %
pág. 1529
Conocimiento sobre el vih y otras its

En cuanto al conocimiento general sobre el VIH, se observaron resultados variables entre los
participantes. La mayoría respondió correctamente que el SIDA es causado por un virus llamado VIH
(77,27 %, n = 34) y que la principal vía de transmisión del VIH en Colombia es a través de las relaciones
sexuales (88,64 %, n = 39). Además, el 84,09 % (n = 37) reconoció correctamente que compartir jeringas
usadas representa un riesgo de transmisión del VIH, y el 79,55 % (n = 35) identificó adecuadamente que
el VIH se transmite por fluidos vaginales, seminales y sangre, así como que la detección del virus se
realiza mediante un análisis de sangre. Por otra parte, el 63,64 % (n = 28) reconoció el efecto del VIH
sobre el sistema inmunológico (Tabla 3).

Sin embargo, se evidenciaron vacíos importantes en ciertos aspectos específicos. Solo el 40,91 % (n =
18) identificó correctamente que una mujer seropositiva embarazada puede transmitir el VIH a su bebé,
lo que revela un desconocimiento considerable sobre la transmisión vertical del virus. Más preocupante
aún fue el bajo porcentaje (9,09 %, n = 4) que respondió correctamente sobre el concepto de “periodo
ventana”, indicando una gran necesidad de reforzar la educación respecto a los tiempos de detección y
diagnóstico del VIH (Tabla 3).

Estos hallazgos sugieren que, si bien existe un conocimiento general aceptable sobre las formas comunes
de transmisión y detección del VIH, persisten deficiencias significativas en áreas más específicas y
técnicas, que podrían limitar la comprensión integral de la enfermedad y afectar la toma de decisiones
informadas para la prevención.

Tabla 3. Conocimiento general sobre el VIH en los participantes del estudio.

CONOCIMIENTO GENERAL VIH
CORRECTAS
(n)
(%)
El SIDA es causado por un virus llamado "VIH".
34 77,27 %
La principal vía de transmisión del VIH en Colombia es a través de las
relaciones sexuales.

39
88,64 %
Una mujer seropositiva embarazada puede transmitir el VIH a su bebé.
18 40,91 %
El VIH se transmite exclusivamente por medio de fluidos vaginales, seminales y
la sangre.

35
79,55 %
pág. 1530
Existe riesgo de contraer el VIH por compartir jeringas usadas.
37 84,09 %
El VIH afecta al sistema inmunológico humano.
28 63,64 %
El periodo ventana es el tiempo que tarda el cuerpo en producir anticuerpos tras
la transmisión del VIH.

4
9,09 %
La prueba de detección del VIH se suele realizar mediante un análisis de sangre.
35 79,55 %
En relación con los conocimientos sobre la transmisión del VIH, la mayoría de los estudiantes (88,64

%, n = 39) respondió correctamente que el VIH no se transmite a través del aire, demostrando una buena
comprensión de esta vía de transmisión errónea. Asimismo, el 65,91 % (n = 29) identificó que abrazar
o besar en la mejilla a una persona seropositiva no implica riesgo de transmisión, lo cual refleja un nivel
adecuado de conocimiento en cuanto al contacto social y el bajo riesgo de contagio en situaciones
cotidianas (Tabla 4).

Sin embargo, se observaron importantes deficiencias en otras afirmaciones. Solo el 52,27 % (n = 23)
reconoció que compartir alimentos o agua con personas seropositivas no representa peligro de
transmisión, mientras que apenas el 29,55 % (n = 13) entiende que lavar ropa junto a la de una persona
con VIH/SIDA no supone riesgo de contagio. Además, solo el 31,82 % (n = 14) identificó que dar un
beso con lengua no implica riesgo significativo de transmisión, lo que sugiere la persistencia de
creencias erróneas sobre formas de contacto que no representan vías reales de transmisión del virus
(Tabla 4).

Estos resultados evidencian que, si bien los estudiantes comprenden adecuadamente algunas vías de
transmisión inexistentes, como el aire o el contacto casual, persisten mitos y desinformación sobre otras
situaciones cotidianas que no representan riesgo.
pág. 1531
Tabla 4. Conocimiento sobre transmisión del VIH en los participantes del estudio.

En cuanto al conocimiento sobre otras infecciones de transmisión sexual (ITS), los resultados reflejan
niveles bajos a moderados de comprensión entre los estudiantes. Solo el 43,18 % (n = 19) respondió
correctamente que cuando alguien tiene gonorrea o gonococia es necesario tratar también a su pareja
sexual, y solo el 38,64 % (n = 17) reconoció que la gonorrea no se cura sola en la mayoría de los casos,
lo que evidencia un desconocimiento preocupante sobre el manejo adecuado de estas infecciones
comunes y el riesgo de reinfección (Tabla 5).

Respecto a la sífilis, el 50 % de los estudiantes (n = 22) respondió correctamente que no es una
enfermedad desaparecida, y el 47,73 % (n = 21) supo que puede causar lesiones permanentes si no se
trata oportunamente. Sin embargo, menos de la mitad comprendió adecuadamente la persistencia y
peligrosidad de esta ITS, mientras que solo el 36,36 % (n = 16) identificó que el contagio de sífilis sigue
siendo relativamente frecuente y no es difícil de adquirir (Tabla 5).

Finalmente, solo el 47,73 % (n = 21) contestó correctamente que la hepatitis B sí puede dejar secuelas,
lo que indica que más de la mitad de los estudiantes desconoce las posibles consecuencias crónicas y
graves de esta infección, como la cirrosis o el cáncer hepático (Tabla 5).

Estos resultados ponen de manifiesto una importante brecha de conocimiento sobre las ITS diferentes

CONOCIMIENTOS TRANSMISIÓN VIH
CORRECTAS
(n)
(%)
El VIH se transmite a través del aire
39 88,64 %
Es peligroso compartir alimentos o agua con personas seropositivas o con
SIDA

23
52,27 %
Lavar la ropa con la de un seropositivo o con SIDA implica riesgo de contraer
la enfermedad

13
29,55 %
Dar un beso con lengua a una persona seropositiva es un riesgo para la
transmisión del VIH

14
31,82 %
Abrazar y besar en la mejilla a una persona seropositiva implica riesgo de
transmisión del VIH

29
65,91 %
pág. 1532
al VIH. Aunque algunos conceptos generales son conocidos por cerca de la mitad de los estudiantes,
persisten mitos y desinformación que podrían limitar la prevención eficaz y la búsqueda de tratamiento
oportuno.

Tabla 5. Conocimiento sobre otras ITS en los participantes del estudio.

Conocimiento de los estudiantes sobre los métodos de barrera para la prevención de infecciones
de transmisión sexual

En relación con el conocimiento de los estudiantes sobre los métodos de barrera para la prevención de
infecciones de transmisión sexual, se observó que el 79,55 % (n = 35) reconoció correctamente que el
condón es un método eficaz para evitar la transmisión del VIH, lo que indica que la mayoría tiene
conocimiento básico sobre la efectividad de este método preventivo ampliamente promovido en
campañas de salud pública. Sin embargo, el porcentaje de estudiantes que reconoció la eficacia del
condón femenino fue considerablemente menor. Solo el 47,73 % (n = 21) respondió correctamente que
el condón femenino es tan eficaz como el condón masculino en la prevención del VIH/SIDA,
evidenciando una importante brecha de conocimiento sobre métodos de barrera menos difundidos
(Tabla 6).

Este patrón sugiere que, si bien existe un buen nivel de conocimiento general respecto al condón
masculino, persiste una desinformación significativa sobre opciones alternativas como el condón
femenino.

CONOCIMIENTO OTRAS ITS
CORRECTAS
(n)
(%)
Cuando alguien tiene gonorrea o gonococia no es necesario tratar a su pareja
sexual.

19
43,18 %
La gonorrea o cono cocía se cura sola en la mayoría de los casos.
17 38,64 %
La sífilis es una enfermedad prácticamente desaparecida.
22 50,00 %
La Sífilis puede dejar lesiones permanentes si no se trata rápidamente.
21 47,73 %
Actualmente el contagio de la sífilis es muy difícil.
16 36,36 %
La hepatitis B nunca deja secuelas.
21 47,73 %
pág. 1533
Tabla 6. Conocimiento de los participantes del estudio sobre el preservativo.

Respecto al conocimiento de los estudiantes sobre la prevención del VIH, los resultados evidenciaron
importantes lagunas conceptuales. Solo el 27,27 % (n = 12) respondió correctamente que ni el anillo
vaginal ni el DIU (T de cobre) son métodos eficaces para evitar el VIH/SIDA, lo que revela una
confusión significativa entre métodos anticonceptivos y métodos de barrera. Por otro lado, el 81,82 %
(n = 36) identificó correctamente que las pastillas anticonceptivas no previenen la transmisión del VIH,
lo cual indica que la mayoría de los estudiantes diferencia adecuadamente entre anticoncepción y
prevención de ITS en este caso particular (Tabla 7).

Sin embargo, un porcentaje preocupante (38,64 %) de los estudiantes cree erróneamente que practicar
la penetración vaginal con retiro antes de la eyaculación ("viniéndose fuera") es una estrategia segura
contra el VIH. Aunque el 61,36 % (n = 27) respondió correctamente que esta práctica no previene la
infección, todavía una proporción significativa sostiene creencias erróneas que podrían exponerlos a un
mayor riesgo de transmisión (Tabla 7).

Estos resultados reflejan que, si bien ciertos conceptos básicos de prevención del VIH están
relativamente bien comprendidos, persisten ideas equivocadas sobre métodos anticonceptivos y
conductas sexuales que no ofrecen protección contra las ITS.

Tabla 7. Conocimiento de los participantes del estudio sobre la prevención del VIH.

CONOCIMIENTO PREVENCIÓN VIH
CORRECTAS
(n)
(%)
Tanto el anillo vaginal como el DIU (T de cobre) son métodos eficaces para
evitar el VIH/SIDA.

12
27,27 %
Las pastillas anticonceptivas son eficaces para prevenir la transmisión del VIH
36 81,82 %
CONOCIMIENTO SOBRE PRESERVATIVO
CORRECTAS
(n)
(%)
El condón es un método eficaz para evitar la transmisión del VIH.
35 79,55 %
El condón femenino es tan eficaz como el condón masculino para evitar la
transmisión del VIH/SIDA.

21
47,73 %
pág. 1534
en las relaciones sexuales.

Practicar la penetración vaginal "viniéndose fuera" es una forma segura de
practicar sexo sin riesgo de infección por VIH.

27
61,36 %
En relación con el conocimiento de los participantes sobre la fecha de vencimiento de los preservativos,
se observó que el 50 % (n = 22) consideró que los preservativos deben tener una fecha de vencimiento
de más de 1 año, mientras que solo el 15,91 % (n = 7) seleccionó la opción de 3 años, que se aproxima
más a los plazos reales de caducidad de la mayoría de los preservativos comerciales (que típicamente
oscilan entre 3 y 5 años, dependiendo de los materiales y almacenamiento). Ningún estudiante respondió
que los preservativos no tienen fecha de vencimiento, lo cual es positivo ya que denota que los
participantes en general reconocen la importancia de este aspecto. Sin embargo, es preocupante que el
34,09 % (n = 15) indicó no saber la respuesta, lo que refleja una falta de información crítica sobre un
tema que puede impactar directamente la eficacia de los métodos de barrera (Tabla 8).

Tabla 8. Conocimiento de los participantes del estudio sobre la fecha de vencimiento de los
preservativos.

¿Los preservativos deben tener fecha de vencimiento por encima de:
(n) (%)
1 año.
22 50,00 %
3 años.
7 15,91 %
No tienen fecha de vencimiento.
0 0,00 %
No sabe.
15 34,09 %
TOTAL
44 100,00 %
En cuanto al conocimiento de los participantes sobre el uso adecuado del preservativo, el 97,73 % (n =
43) respondió correctamente que el preservativo no debe reutilizarse, mientras que solo el 2,27 % (n =
1) manifestó la creencia errónea de que podría utilizarse varias veces. Este resultado es altamente
positivo, ya que refleja un nivel adecuado de conocimiento en la gran mayoría de los estudiantes sobre
una de las prácticas básicas y esenciales para el uso seguro del condón (Tabla 9).
pág. 1535
Tabla 9. Conocimiento de los participantes del estudio sobre el uso del preservativo.

¿Cree Usted que un preservativo se puede usar varias veces?
(n) (%)
SI
1 2,27 %
NO
43 97,73 %
TOTAL
44 100,00 %
Prácticas sobre el vih y sida

En cuanto a la práctica de compartir jeringas, el 100 % de los estudiantes (n = 44) respondió que no
comparte el uso de jeringuillas con otras personas. Este resultado es altamente positivo y refleja una
conducta preventiva adecuada frente a una de las vías de transmisión más riesgosas para el VIH y otras
infecciones, como la hepatitis B y C (Tabla 10).

Tabla 10. Uso de jeringas en los participantes del estudio.

¿Usted comparte el uso de las jeringuillas con otra persona?
(n) (%)
SI
0 0,00 %
NO
44 100,00 %
TOTAL
44 100,00 %
En relación con las prácticas de búsqueda de información sobre el VIH/SIDA, los resultados muestran
una diversidad de fuentes consultadas por los estudiantes. El colegio o escuela (29,55 %, n = 13) y los
padres de familia (29,55 %, n = 13) fueron las fuentes más mencionadas individualmente, lo que refleja
la importancia tanto del entorno educativo como familiar en la transmisión de conocimientos sobre salud
sexual. Sin embargo, el hecho de que solo alrededor de un tercio de los estudiantes recurran a estas
fuentes de manera regular sugiere oportunidades de mejora en ambas áreas (Tabla 11).

Las redes sociales fueron mencionadas por el 22,73 % (n = 10), lo que evidencia la creciente influencia
de los medios digitales como fuente de información, aunque la calidad y veracidad de los contenidos
que se consultan por estos medios puede ser variable. Los servicios de salud fueron indicados por el
18,18 % (n = 8), lo que muestra una relativamente baja utilización de fuentes formales y especializadas
para resolver dudas sobre VIH/SIDA, a pesar de que estas podrían ofrecer información más confiable y
pág. 1536
actualizada (Tabla 11).

Un 25 % de los estudiantes (n = 11) reportó consultar todas las fuentes mencionadas, lo cual puede
interpretarse como una práctica positiva de búsqueda de información diversificada. Sin embargo,
preocupa que el 9,09 % (n = 4) indicó no buscar información en ninguna fuente, lo que podría reflejar
falta de interés, desconocimiento sobre dónde buscar información o barreras para acceder a estas fuentes
(Tabla 11).

Tabla 11. Prácticas de los participantes del estudio frente a la adquisición de información sobre el
VIH/SIDA.

¿Usted indaga sobre las formas de adquisición del VIH/SIDA a través
de las siguientes fuentes?
(n) (%)
Amigos o amigas
7 15,91 %
Colegio o escuela
13 29,55 %
Padres de familia
13 29,55 %
Radio o televisión
3 6,82 %
Servicios de salud
8 18,18 %
Familiar
3 6,82 %
Redes sociales
10 22,73 %
Lectura de texto o artículos
7 15,91 %
Ninguna de las anteriores
4 9,09 %
Todas las anteriores
11 25,00 %
Adherencia de los estudiantes frente al uso de métodos de barrera

Los resultados relacionados con la adherencia de los estudiantes al uso de métodos de barrera reflejan
tendencias mayoritariamente positivas, aunque con áreas que aún requieren atención. En primer lugar,
el 93,18 % (n = 41) de los participantes manifestó que usaría preservativo en su primera relación sexual,
lo que indica una alta intención de adoptar conductas sexuales seguras desde el inicio de su vida sexual
activa. Esta disposición es un indicador importante de una adecuada internalización de las prácticas
preventivas promovidas en programas de educación sexual y campañas de salud pública (Tabla 12).

Sin embargo, cuando se indagó sobre las prácticas reales, el 86,36 % (n = 38) reportó utilizar
pág. 1537
preservativo durante sus relaciones sexuales actuales para protegerse del VIH, mientras que el 13,64 %
(n = 6) indicó no usarlo. Aunque la proporción de uso es alta, la discrepancia entre la intención declarada
y la práctica real (una diferencia de aproximadamente 7 %) sugiere que existen factores que pueden
dificultar la adopción consistente del uso del preservativo, como barreras de acceso, negociación con la
pareja o situaciones de presión social (Tabla 13).

Estos hallazgos reflejan un panorama general positivo en cuanto a la actitud y conducta preventiva de
los adolescentes frente a las ITS, especialmente el VIH. No obstante, la presencia de una minoría que
aún no utiliza preservativos de manera regular destaca la necesidad de reforzar las estrategias educativas
y de acceso a métodos de barrera, así como de trabajar en habilidades para la toma de decisiones y la
negociación sexual, factores críticos para garantizar una adherencia efectiva y sostenida.

Tabla 12. Prácticas de los participantes del estudio frente al uso del preservativo en la primera
relación sexual.

¿Usted usaría preservativo en la primera relación sexual?
(n) (%)
SI
41 93,18 %
NO
3 6,82 %
TOTAL
44 100,00 %
Tabla 13. Prácticas de los participantes del estudio frente al uso del preservativo como método de
prevención frente al VIH.

En cuanto a las prácticas de adquisición de preservativos, el 86,36 % de los estudiantes (n = 38) indicó
que ha comprado o compraría preservativos en farmacias, lo que evidencia una preferencia clara por
establecimientos formales y especializados en productos de salud. Esto es un hallazgo positivo, ya que
las farmacias ofrecen mayores garantías en términos de calidad, almacenamiento adecuado y fechas de

¿Usted utiliza preservativo en una relación sexual para
protegerse de infección por VIH?
(n) (%)
SI
38 86,36 %
NO
6 13,64 %
TOTAL
44 100,00 %
pág. 1538
vencimiento de los preservativos. Un 13,64 % (n = 6) mencionó que optaría por tiendas de barrio,
mientras que solo el 4,55 % (n = 2) eligió almacenes de cadena (Tabla 14).

Es importante destacar que el 4,55 % (n = 2) de los estudiantes respondió que no sabe dónde adquirir
preservativos, lo que, aunque representa una proporción pequeña, refleja una necesidad de fortalecer la
orientación sobre los lugares de acceso seguro y confiable a métodos de barrera, especialmente para
aquellos adolescentes que podrían enfrentar barreras socioculturales o económicas al intentar obtener
preservativos (Tabla 14).

Tabla 14. Prácticas de los participantes del estudio frente al lugar en que comprar preservativos.

¿En cuál de los siguientes lugares Usted ha comprado o
compraría preservativos?

(n)
(%)
Tienda de barrio
6 13,64 %
Almacenes de cadena
2 4,55 %
Farmacia
38 86,36 %
No sabe
2 4,55 %
Respecto a las razones declaradas por los participantes para utilizar preservativo durante las relaciones
sexuales, el 86,36 % (n = 38) señaló que su motivación incluye tanto la prevención de infecciones de
transmisión sexual (ITS) como la prevención del VIH, lo que evidencia una comprensión integral de los
beneficios del uso del condón más allá de la anticoncepción. Esta respuesta predominante refleja que la
mayoría de los estudiantes reconoce el preservativo como una herramienta clave para proteger su salud
sexual en general, no solo frente a embarazos no deseados, sino también frente a múltiples infecciones
(Tabla 15).

Un pequeño porcentaje de estudiantes reportó como motivaciones específicas evitar únicamente ITS
(4,55 %, n = 2) o solamente el VIH (6,82 %, n = 3), lo que puede indicar una visión más limitada de los
riesgos o una priorización de ciertas infecciones sobre otras en su percepción del riesgo (Tabla 14).

Es relevante mencionar que el 2,27 % (n = 1) indicó que no utiliza preservativos por ninguna de las
razones mencionadas, lo que plantea una preocupación en cuanto a la exposición a conductas sexuales
de riesgo y la necesidad de intervención educativa personalizada en estos casos (Tabla 14).
pág. 1539
Tabla 15. Razones por las cuales los participantes del estudio usan el preservativo durante las
relaciones sexuales.

Las razones por las cuales usa el preservativo durante una
relación sexual.

(n)
(%)
Evitar Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)
2 4,55 %
Evitar infección por VIH
3 6,82 %
Todas las anteriores
38 86,36 %
Ninguna de las anteriores
1 2,27 %
TOTAL
44 100,00 %
DISCUSIÓN

Los participantes del estudio pertenecían a los grados 9°, 10° y 11°, con una mayoría de varones (68,2%)
y una edad promedio de 15 años, lo que los ubica en una etapa de desarrollo cognitivo aún inmadura
para la toma de decisiones plenas en salud sexual, lo que podría explicar comportamientos impulsivos
o la subestimación de riesgos. Si bien investigaciones indican que los adolescentes varones tienden a
creer menos en mitos como la transmisión del VIH por mosquitos, las brechas de conocimiento persisten
en ambos sexos (26,27). Por otra parte, la mayoría de los estudiantes en el presente estudio provenía de
estratos socioeconómicos medios-bajos (2 y 3), un factor que influye significativamente en el acceso a
información y recursos sanitarios. Gutiérrez et al., (28) expresan que los adolescentes de niveles
socioeconómicos más altos suelen tener mayor conocimiento sobre VIH y mayor uso de condón, lo que
subraya cómo las desigualdades económicas aumentan la vulnerabilidad frente a las ITS, situación que
también se refleja en la necesidad de intervenciones educativas ajustadas al contexto socioeconómico
de esta población.
pág. 1540
Por otra parte, los resultados evidencian un nivel de conocimiento general moderado sobre el VIH/SIDA.
Como fortaleza, la mayoría reconoció las principales vías de transmisión: el contacto sexual sin
protección fue identificado correctamente por 89% de los estudiantes como la vía predominante de
contagio en Colombia, y 84% supo que compartir jeringas usadas conlleva alto riesgo de transmisión.
Asimismo, ~80% entendía que el VIH se transmite por fluidos sexuales y sangre, y que su detección se
realiza mediante análisis de sangre. Estos aciertos reflejan la eficacia de los mensajes básicos de
prevención difundidos en campañas públicas (uso de condón, no compartir agujas), concordando con
tendencias internacionales donde la mayoría de jóvenes identifica correctamente las rutas sexuales y
parenterales de infección (29,30). De hecho, a nivel global se ha observado un aumento en la proporción
de adolescentes con conocimiento básico del VIH; sin embargo, solo alrededor de un tercio posee un
conocimiento integral de prevención (que incluye desterrar mitos) (31).

No obstante, los resultados revelaron también la persistencia de mitos sobre la transmisión del VIH entre
los estudiantes, evidenciando estigmas latentes que aún afectan su percepción del riesgo. Aunque la
mayoría reconoció correctamente que el VIH no se transmite por el aire ni mediante contacto social
casual como abrazos o besos en la mejilla, una proporción significativa mantuvo creencias erróneas,
como pensar que compartir alimentos o lavar ropa junto a la de una persona seropositiva implica riesgo,
y casi siete de cada diez creyeron que besarse con lengua puede transmitir el virus. Estas concepciones
equivocadas no son exclusivas de esta población; Sohn et al., (30) reportan que entre el 40% y 70% de
los adolescentes coreanos también sostienen ideas infundadas sobre contagio por contacto cotidiano.
Tales creencias alimentan el estigma y dificultan la inclusión de personas que viven con VIH. Por ello,
es fundamental que la educación sexual no solo transmita información científica precisa, sino que
también desmantele mitos, promueva la empatía y fomente actitudes de respeto, en consonancia con las
recomendaciones globales sobre educación en VIH (32).

Además, el estudio reveló que un 39% de los estudiantes cree erróneamente que el coito interrumpido
reduce el riesgo de contraer VIH, lo cual refleja una confusión común entre métodos anticonceptivos y
estrategias de prevención de ITS. Aunque el 61% respondió correctamente que esta práctica no previene
infecciones, la proporción que mantiene esta creencia es preocupante. Esta percepción podría estar
motivada más por factores psicológicos o sensoriales, como la idea de que el condón disminuye el placer
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sexual, que por una falta total de conocimiento. Tal como lo han señalado estudios cualitativos, algunos
adolescentes prefieren la retirada por considerarla menos invasiva o más placentera, sin comprender
plenamente los riesgos (33,34).

Por otro lado, el estudio evidenció un conocimiento limitado de los estudiantes sobre infecciones de
transmisión sexual distintas al VIH, como la gonorrea, la sífilis y la hepatitis B. Menos de la mitad supo
que en casos de gonorrea es necesario tratar también a la pareja y que no se cura por sí sola, mientras
que solo una minoría reconoció la vigencia y gravedad de la sífilis o las secuelas crónicas de la hepatitis

B. Esta brecha sugiere que, aunque el mensaje sobre el VIH ha calado, otras ITS siguen siendo poco
comprendidas, lo cual coincide con estudios que muestran un enfoque educativo desproporcionado en
VIH y VPH, en detrimento de infecciones igualmente relevantes (33). Además, persisten conceptos
erróneos, como creer que el uso de desinfectantes íntimos o pastillas anticonceptivas previenen ITS, lo
que refleja una clara falta de información integral. Ante este panorama, se hace urgente reforzar la
educación sexual integral para incluir todo el espectro de ITS, sus síntomas, formas de transmisión y
tratamiento, como medida clave para proteger la salud de los adolescentes y prevenir la propagación
silenciosa de estas infecciones en la comunidad (33).

El estudio evidenció una notable discrepancia en el conocimiento de los adolescentes sobre métodos de
barrera para prevenir ITS. Mientras que cerca del 80% reconoció correctamente la eficacia del condón
masculino para prevenir el VIH, solo el 48% supo que el condón femenino ofrece una protección
comparable, lo que refleja su escasa visibilidad y difusión. Esta tendencia concuerda con estudios
internacionales que reportan bajo conocimiento y uso del condón interno, atribuible a la limitada
promoción, falta de acceso y desconocimiento sobre su uso (35). Además, la mayoría de los estudiantes
identificó adecuadamente la función del condón masculino como método de protección dual contra ITS
y embarazo, lo que coincide con estudios cualitativos donde los adolescentes describen saber que el
condón previene simultáneamente el embarazo y las infecciones (34). También se encontró confusión
entre métodos anticonceptivos y métodos de barrera, pues solo el 27% comprendió que dispositivos
como el anillo vaginal o el DIU no previenen el VIH, mientras que un 82% reconoció correctamente la
ineficacia de las pastillas anticonceptivas frente a las ITS. La literatura indica que persisten ideas
equivocadas entre adolescentes acerca de métodos de prevención: por ejemplo, en Europa se han
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documentado creencias de que algunos anticonceptivos o incluso duchas vaginales podrían evitar ITS
(33).

Un aspecto crucial de la adherencia es la diferencia entre lo que los jóvenes dicen que harían y lo que
efectivamente hacen en situaciones reales. En este caso, el estudio evidenció una alta intención declarada
entre los adolescentes de usar preservativo en su primera relación sexual (93%), pero también una brecha
del 7% con respecto a su uso real (86%) entre quienes ya habían iniciado su vida sexual, lo que refleja
una discrepancia común entre intención y práctica. Esta diferencia sugiere la presencia de barreras
contextuales como el acceso limitado al condón, dificultades para negociar su uso con la pareja, o
situaciones de presión social o emocional que desvían a los jóvenes de sus intenciones iniciales.
Similarmente, en Portugal, Abreu et al., (33) halló que, si bien 98% de los adolescentes reconocían los
riesgos del sexo sin protección y la utilidad del condón, aproximadamente uno de cada cinco no lo usaba
sistemáticamente, es decir, incluso con alto conocimiento e intención, una proporción notable incurre
en prácticas de riesgo esporádicas. Factores como desigualdades de género, consumo de sustancias,
confianza excesiva en la pareja o encuentros sexuales no planificados también influyen negativamente
en la adherencia (36).

Los canales a través de los cuales los estudiantes obtienen información sobre VIH/ITS y sexualidad
resultan ser variados, lo cual coincide con patrones reportados en otros países. En el presente estudio,
los estudiantes obtienen información sobre VIH, ITS y sexualidad a través de diversas fuentes, siendo
las más citadas la escuela y los padres (29,5% cada una), lo que resalta su papel clave en la educación
sexual, aunque su alcance aún es limitado. También recurren a amigos (15,9%), textos o artículos
(15,9%) e Internet, especialmente redes sociales (22,7%), que ofrecen anonimato, pero presentan el
riesgo de difundir contenido poco confiable. Silva et al., (37) expresan que los adolescentes utilizan
predominantemente la familia, la escuela, los amigos y la Internet para informarse en sexualidad,
eligiendo la fuente según la confianza que les inspire y la privacidad que ofrezca (37). Las redes sociales
y sitios web brindan anonimato para resolver dudas “incómodas” que quizás no se atreven a preguntar
a un adulto; no obstante, la calidad de la información en línea es muy variable. Organismos como la
Academia Americana de Pediatría advierten que muchos jóvenes acuden a Internet en busca de

información sexual, pero los sitios consultados con frecuencia contienen contenido inexacto o no
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verificado (38).

La investigación exploró también qué facilita o dificulta que los adolescentes usen condón en la práctica.
La investigación identificó que la principal motivación de los adolescentes para usar condón es la doble
protección frente a infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados (86%), lo cual refleja
una comprensión integral promovida por las campañas de “sexo seguro”, de forma similar a lo reportado
por Mbachu et al., (34) quienes exponen que muchos adolescentes reconocen el doble propósito del
condón en evitar simultáneamente embarazos e ITS. Entre las barreras destacaron creencias erróneas
como la pérdida de placer sexual, inmadurez cognitiva, y dificultades para negociar su uso debido a
dinámicas de poder desiguales en la pareja, especialmente en mujeres. Del mismo modo Mbachu et al.,

(34) expusieron que, generalmente los adolescentes masculinos tienen la idea de que usar preservativo
“daña la experiencia” y por ello prefieren evitarlo. La OMS indica que, también influyen factores como
la confianza excesiva en relaciones monogámicas, encuentros sexuales no planificados y la falta de
disponibilidad o acceso a preservativos por razones económicas, vergüenza o restricciones escolares
(36).

Los hallazgos del estudio respaldan marcos teóricos como el enfoque KAP y la Teoría de la Conducta
Planificada, al mostrar que un mayor conocimiento sobre salud sexual no siempre se traduce en prácticas
preventivas, debido a factores como actitudes, normas sociales y control percibido (39). La alta intención
de uso del condón entre los estudiantes contrasta con barreras reales o imaginadas que impiden su uso,
evidenciando la brecha entre intención y conducta. Además, la persistencia de mitos refuerza la vigencia
del Marco de Creencias de Salud, donde percepciones erróneas sobre riesgos influyen negativamente en
el comportamiento. Estos resultados, obtenidos en una ciudad intermedia colombiana, ofrecen evidencia
útil para diseñar políticas públicas locales, destacando la necesidad de fortalecer la educación sexual
desde edades tempranas como estrategia costo-efectiva para reducir ITS y embarazos no planificados.

En conclusión, los hallazgos de este estudio señalan progresos importantes en la comprensión y
disposición preventiva de los adolescentes, pero también revelan vacíos críticos que deben ser atendidos.
Integrar las recomendaciones anteriores en una respuesta coordinada escuela-familia-comunidad
contribuirá a mejorar la adherencia al uso de métodos de barrera y, por ende, a reducir la incidencia de
ITS en la juventud. Esto no solo protege la salud inmediata de los estudiantes, sino que sienta las bases
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para una vida sexual adulta más segura y responsable, coherente con los objetivos de salud pública tanto
locales como globales de frenar la propagación de las infecciones de transmisión sexual.

CONCLUSIONES

A partir de los hallazgos obtenidos en este estudio, se concluye que los estudiantes de secundaria
presentan un conocimiento general aceptable sobre el VIH. La mayoría demostró reconocer las
principales vías de transmisión, como el contacto sexual sin protección y el uso compartido de jeringas,
así como la eficacia del preservativo masculino en la prevención tanto del VIH como de otras
infecciones. Esto indica que las campañas básicas de prevención han tenido un impacto positivo en esta
población, al menos en términos de conocimientos fundamentales.

No obstante, al profundizar en aspectos específicos del VIH, se evidencian vacíos significativos que
limitan la comprensión integral del tema. Una proporción considerable de los estudiantes desconoce que
una madre seropositiva puede transmitir el virus a su hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.
Además, se observó un escaso conocimiento sobre el periodo ventana, concepto clave para entender el
momento oportuno de realizarse una prueba diagnóstica. Estos vacíos sugieren que, si bien existe una
base informativa general, se requieren intervenciones educativas más detalladas y enfocadas en los
aspectos críticos del VIH.

Además de estas limitaciones, el estudio reveló una desinformación respecto a otras infecciones de
transmisión sexual; infecciones como la sífilis, la gonorrea y la hepatitis B fueron poco comprendidas
por los participantes, quienes en su mayoría desconocen sus formas de transmisión, síntomas y posibles
consecuencias a largo plazo. Esta falta de conocimiento refleja un enfoque educativo desproporcionado
en torno al VIH, dejando de lado otras ITS que también representan un riesgo considerable para la salud
pública adolescente.

A esto se suma una evidente confusión entre métodos anticonceptivos y métodos de prevención de ITS.
Muchos estudiantes demostraron no diferenciar con claridad qué métodos previenen embarazos y cuáles
previenen infecciones. Por ejemplo, algunos creyeron que dispositivos como el DIU o el anillo vaginal
ofrecían protección contra el VIH, y una parte significativa pensó erróneamente que el coito
interrumpido era eficaz para evitar el contagio. Esta situación pone en evidencia la necesidad de reforzar
en la educación sexual escolar la enseñanza clara y diferenciada de los distintos métodos, destacando
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sus verdaderos alcances y limitaciones.

Asimismo, se observó una discrepancia entre la intención declarada de uso del preservativo y su práctica
real. Aunque un alto porcentaje de estudiantes manifestó que usaría condón en su primera relación
sexual, la proporción que efectivamente lo utilizó en relaciones reales fue menor. Esta brecha puede
atribuirse a barreras contextuales, como la presión de pareja, la falta de acceso al preservativo en el
momento oportuno o la subestimación del riesgo. Estos resultados indican que no basta con promover
la intención preventiva, sino que es fundamental trabajar en habilidades prácticas que faciliten su
implementación en situaciones reales.

Por otra parte, los estudiantes reportaron obtener información sobre VIH e ITS desde diversas fuentes,
entre las que destacan la escuela y la familia, seguidas por redes sociales, amigos y lecturas informales.
Esta diversidad puede ser positiva, pero también plantea un reto en cuanto a la calidad y precisión de la
información recibida. El creciente uso de redes sociales como fuente de información, aunque útil por su
accesibilidad, conlleva el riesgo de exponer a los adolescentes a contenido erróneo o sin respaldo
científico. Por ello, se hace indispensable fortalecer tanto la educación formal como las estrategias de
comunicación digital, garantizando que los adolescentes tengan acceso a contenidos confiables y
pertinentes.

De este modo, los resultados del estudio resaltan la necesidad urgente de implementar programas de
educación sexual más integrales, sistemáticos y tempranos. Dichos programas deben abordar las lagunas
de conocimiento identificadas, combatir los mitos aún vigentes, y fomentar actitudes responsables y
prácticas sexuales seguras. Esta tarea requiere el compromiso conjunto de instituciones educativas,
profesionales de la salud, familias y medios digitales, con el fin de promover una sexualidad informada,
autónoma y saludable que contribuya a la prevención efectiva de ITS y al bienestar integral de los
adolescentes.

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