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alcanzaron 18.5 casos por cada 10,000 habitantes en 2022, superando en un 23% la media nacional
(MSP, 2023).
Estos datos son alarmantes teniendo en cuenta que Babahoyo es uno de los principales centros de
producción agrícola del país, con amplias zonas dedicadas al cultivo de arroz, maíz, cacao y banana,
entre otros productos. La gran intensidad de la agricultura en esta zona conlleva una mayor utilización
de agroquímicos y, por ende, un incremento en el peligro de exposición para los habitantes de la zona.
Estas cifras señalan un problema sumamente preocupante que respalda un estudio detallado de la
situación del Cantón Babahoyo. Los casos de intoxicaciones por pesticidas en esta zona no solo suponen
un problema de salud urgente para las personas afectadas, sino que también implica repercusiones
importantes para el sistema de salud local, la rentabilidad económica y el bienestar social de la
comunidad en general. Y afecta a lo socioeconómico de ya que se deben utilizaren los gastos de atención
sanitaria, la reducción de los días de trabajo y la reducción de la capacidad productiva de los empleados
rurales, generando así un ciclo que perjudica a personas en situaciones de vulnerabilidad
socioeconómica.
Esto evidencia que el problema del uso frecuente de pesticidas es una realidad diaria que afecta en la
calidad de vida de los ciudadanos de Babahoyo. Las cifras obtenidas a través de encuestas de
agricultores, trabajadores del campo y habitantes de áreas cercanas a cultivos en donde se utiliza
comúnmente los pesticidas muestran un impacto en la salud que oscilan entre síntomas agudos hasta la
aparición de enfermedades crónicas. Las intoxicaciones agudas, definidas por síntomas como náuseas,
vómitos, cefaleas, vértigo y problemas respiratorios, son los datos más directos y claros de la exposición
a estos compuestos químicos. Sin embargo, los efectos crónicos, tales como alteraciones neurológicas,
dificultades reproductivas, alteraciones dermatológicas y posible aparición de varios tipos de cáncer,
son un peligro muy grande y constante para la salud de la población vulnerable.
Cuando tomamos en cuenta elementos contextuales que contribuyen a aumentar la vulnerabilidad de los
agricultores y habitantes de áreas rurales, el problema se intensifica. Dentro de estos factores se incluyen
el acceso restringido a información sobre los peligros vinculados al uso de pesticidas, la formación
insuficiente en prácticas seguras de manipulación y aplicación, la falta de equipos de protección personal
apropiados, y las carencias en los sistemas de vigilancia y regulación del uso de estos productos.