RESILIENCIA EN EL AULA: FORMACIÓN DE
PROFESIONALES DEL TURISMO, UN ANÁLISIS
REFLEXIVO
RESILIENCE IN THE CLASSROOM: A REFLECTIVE ANALYSIS
ON THE TRAINING OF TOURISM PROFESSIONALS
Devaki Sabah
Universidad Hipócrates, México
Erick García-Serna
Universidad Hipócrates, México
pág. 2903
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i3.17913
Resiliencia en el Aula: Formación de Profesionales del Turismo, un Análisis
Reflexivo
Devaki Sabah1
devakisabahm@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-0461-1742
Universidad Hipócrates
México
Erick García-Serna
erickga29@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-5178-9676
Universidad Hipócrates
México
RESUMEN
El turismo representa un sector estratégico para el desarrollo económico y social en México, lo que
exige una formación profesional pertinente, integral y alineada con las transformaciones del entorno
global. Este trabajo analiza la importancia de integrar la resiliencia como competencia clave en los
planes de estudio de las licenciaturas en turismo, considerando su utilidad para afrontar escenarios
complejos, adaptarse a cambios constantes y responder a las demandas de una industria dinámica. La
revisión académica sugiere que la educación superior debe replantear su currículo mediante un enfoque
por competencias, bajo perspectivas constructivistas, que consideren dimensiones culturales, sociales,
económicas, ambientales y tecnológicas. En este contexto, la resiliencia se configura como una
herramienta esencial para fortalecer tanto el desarrollo humano como el desempeño profesional en el
sector turístico. Asimismo, se destaca la necesidad de que las instituciones educativas generen
propuestas que vinculen teoría y práctica, facilitando experiencias formativas que promuevan el
pensamiento crítico, la gestión emocional, la interacción intercultural y la capacidad de resolución de
problemas. A partir del análisis realizado, se concluye que la resiliencia contribuye a mejorar la
preparación de los futuros profesionales del turismo, permitiendo una mejor adaptación a los retos del
entorno laboral y una mayor calidad en la prestación de servicios turístico.
Palabras clave: formación profesional, resiliencia, turismo
1
Autor principal
Correspondencia: devakisabahm@gmail.com
pág. 2904
Resilience in the Classroom: A Reflective Analysis on the Training of
Tourism Professionals
ABSTRACT
Tourism plays a key role in Mexico's economic and social development, demanding a higher education
system capable of responding to the complexities of an increasingly dynamic and globalized sector. This
study explores the relevance of resilience as a core competency in the academic training of tourism
professionals. Through a reflective analysis of specialized literature, the paper highlights the need for
curriculum reform based on a competency-based and constructivist approach that addresses cultural,
social, environmental, economic, and technological dimensions. Resilience is positioned as a strategic
skill that supports emotional regulation, problem-solving, and adaptive capacities essential for
navigating unpredictable and challenging professional contexts. The findings underscore the importance
of integrating both theoretical knowledge and practical experience to strengthen critical thinking,
intercultural communication, and sustainable service delivery in the tourism industry. As a result,
resilience emerges as a key factor for improving the quality of professional performance and enhancing
the sector’s capacity to adapt to ongoing changes in local and global contexts.
Keywords: resilience, professional training, tourism
Artículo recibido 14 abril 2025
Aceptado para publicación: 17 mayo 2025
pág. 2905
INTRODUCCIÓN
El turismo constituye un sector estratégico para el desarrollo económico y social de México, debido a
su contribución en la generación de empleo y al fortalecimiento de vínculos intersectoriales, factores
que pueden influir en la reducción de la pobreza y el crecimiento económico nacional (Rodríguez
Brindis, 2015). Destinos como Acapulco, Guerrero, han sido reconocidos históricamente como polos de
captación de divisas y generación de oportunidades laborales, aunque existen estudios que destacan la
necesidad de evaluar con mayor precisión su impacto real en el desarrollo socioeconómico local
(Ramírez Mendoza, 1979).
A nivel regional, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL-ONU, 2020) ha
señalado que el turismo representa un motor económico clave por su capacidad para atraer divisas,
ingresos financieros y empleo. En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, s.f.)
reportó que, en 2023, el Producto Interno Bruto (PIB) turístico alcanzó los 2.5 mil millones de pesos, lo
que refuerza la importancia de fortalecer la formación académica de los futuros profesionales del sector.
Asimismo, el turismo no solo contribuye al desarrollo económico, sino que también fomenta el
intercambio sociocultural y atrae inversiones públicas y privadas (Rodríguez-Marín, 2024).
Dada la relevancia del turismo en la economía mexicana, resulta fundamental analizar la formación de
los licenciados en esta disciplina. La educación superior en turismo enfrenta el desafío de adaptarse a
las dinámicas globales actuales, marcadas por transformaciones económicas, ambientales, sociales,
culturales y tecnológicas aceleradas (Ortega Martiñón et al., 2020). En este sentido, la formación
profesional debe reorientarse hacia el desarrollo de competencias que permitan a los egresados resolver
problemas complejos, ejercer pensamiento crítico, fomentar la creatividad y vincularse eficazmente con
la práctica profesional en un entorno digitalizado (Ortega Martiñón et al., 2020; Juan Vázquez y
Alvarado López, 2017).
El enfoque por competencias se ha posicionado como una alternativa pertinente para responder a estos
retos, ya que integra teoría y práctica, orienta el desarrollo profesional y facilita la adquisición de
conocimientos, habilidades, actitudes y valores necesarios para una inserción laboral efectiva (Juan
Vázquez y Alvarado López, 2017). Entre las competencias clave se encuentra la resiliencia, la cual
desempeña un papel fundamental en la gestión emocional de los profesionales del turismo, favoreciendo
pág. 2906
interacciones efectivas entre prestadores de servicios y turistas, así como la promoción de destinos y
empresas del sector (Marcano, 2020).
Adicionalmente, las organizaciones turísticas requieren enfocarse en la calidad de sus servicios, lo que
implica incorporar los conocimientos adquiridos por los profesionales durante su formación
universitaria. Este bagaje teórico-práctico facilita la adaptabilidad a entornos cambiantes y contribuye a
un crecimiento progresivo del sector (Parra et al., 2023).
El presente trabajo tiene como objetivo analizar la literatura científica sobre la necesidad de fomentar,
en la educación superior en turismo, el desarrollo de competencias y habilidades que permitan a los
egresados enfrentar con éxito los desafíos del entorno global contemporáneo, con especial énfasis en la
resiliencia y la comunicación como ejes fundamentales para su desempeño profesional.
DESARROLLO
Conceptualización de la educación y su relevancia en el siglo XXI
La educación superior enfrenta actualmente el reto de formar profesionales preparados para
desenvolverse en un entorno global caracterizado por cambios acelerados. Según la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2018), los sistemas educativos deben evolucionar
para desarrollar competencias que trasciendan el conocimiento disciplinar básico. En el campo del
turismo, esta necesidad se acentúa debido a la naturaleza cambiante del sector, influenciada por factores
económicos, avances tecnológicos y transformaciones sociales (Organización Mundial del Turismo
[OMT], 2019).
El enfoque educativo en turismo ha evolucionado desde modelos tradicionales centrados en la
transmisión de información hacia paradigmas que privilegian el desarrollo integral de competencias.
Como señala la UNESCO (2015), la educación del siglo XXI debe fomentar habilidades como el
pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de adaptación, particularmente relevantes en un sector
tan dinámico como el turístico.
Modelos pedagógicos aplicables a la formación en turismo
El modelo por competencias ha sido ampliamente adoptado en la formación turística. Este enfoque,
según la Secretaría de Educación Pública de México (2017), integra tres dimensiones fundamentales:
conocimientos teóricos, habilidades prácticas y actitudes profesionales. Su implementación en el ámbito
pág. 2907
turístico permite alinear la formación académica con las necesidades reales del sector, preparando a los
estudiantes para los diversos escenarios que encontrarán en su ejercicio profesional.
Los métodos experienciales complementan efectivamente este modelo pedagógico. Kolb (2015) destaca
que el aprendizaje experiencial facilita la adquisición de competencias profesionales a través de la
práctica reflexiva. En el contexto del turismo, esto se traduce en estrategias como:
Prácticas profesionales en empresas del sector
Simulaciones de situaciones turísticas reales
Proyectos aplicados en colaboración con la industria
Análisis de casos basados en experiencias reales
La gastronomía como dimensión formativa en turismo
La integración de la gastronomía en los programas de turismo responde a su reconocimiento como
elemento fundamental de la experiencia turística. La UNESCO (2010), al declarar la cocina tradicional
mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial, destacó su importancia como expresión cultural y
atractivo turístico. Esta perspectiva debe reflejarse en los planes de estudio a través de:
Enfoque cultural: Estudio del patrimonio gastronómico como manifestación de identidad y
tradición (Pérez, 2018).
Dimensión económica: Análisis del impacto de la gastronomía en la competitividad de los
destinos (Secretaría de Turismo, 2020).
Perspectiva de gestión: Desarrollo de competencias para la administración de negocios
gastronómicos y diseño de experiencias culinarias.
Hacia un enfoque integral en la formación académica
La formación de calidad en turismo requiere una aproximación multidimensional que incorpore:
Actualización curricular continua: Los planes de estudio deben evolucionar para incluir las
últimas tendencias del sector, como señaló la OMT (2021) en su informe sobre educación
turística. Esto implica la incorporación de contenidos sobre transformación digital,
sostenibilidad y nuevas formas de turismo.
Vinculación con el sector productivo: La colaboración entre instituciones educativas y
empresas turísticas es fundamental para garantizar la pertinencia de la formación. La Asociación
pág. 2908
Mexicana de Instituciones de Educación Turística (2022) destaca la importancia de las estancias
profesionales y los proyectos conjuntos como mecanismos para acercar a los estudiantes a la
realidad del sector.
Enfoque interdisciplinario: La complejidad del fenómeno turístico exige la integración de
conocimientos diversos. Como plantea Tribe (2017), la educación turística debe combinar
perspectivas de gestión, ciencias sociales, tecnologías digitales y sostenibilidad para formar
profesionales integrales.
Turismo, educación superior y resiliencia
El turismo es una actividad compleja que articula dimensiones económicas, sociales, culturales y
ambientales mediante un conjunto de interacciones entre personas, instituciones y territorios. Su
dinamismo no solo responde a procesos de consumo y desplazamiento, sino también a estructuras
organizativas y profesionales que deben adaptarse constantemente a los cambios del entorno. En este
contexto, la formación de profesionales del turismo se convierte en un eje estratégico para la
sostenibilidad del sector, lo cual exige procesos formativos adaptativos, críticos y orientados al
desarrollo de competencias que integren habilidades técnicas, comunicativas, interculturales y,
especialmente, resilientes.
En los últimos años, se ha identificado una creciente necesidad de replantear las ofertas académicas en
las instituciones de educación superior, con el propósito de responder a las transformaciones del entorno
social y económico. Estas transformaciones implican desafíos como el cambio climático, las crisis
sanitarias, los movimientos migratorios, el desarrollo sostenible y las innovaciones tecnológicas, todos
los cuales inciden directamente en la configuración del turismo global. La resiliencia, entendida como
la capacidad de adaptación, recuperación y transformación frente a la adversidad, se presenta como una
competencia clave en la formación de los futuros profesionales del sector.
La formación superior en turismo requiere ser repensada desde un enfoque integral que combine el
conocimiento técnico y operativo con herramientas provenientes de las ciencias sociales, la psicología
y la educación, de modo que se promueva el desarrollo de capacidades para afrontar contextos complejos
e inciertos. La inclusión de la resiliencia como eje transversal en el currículo permite dotar al estudiante
de una mayor preparación para enfrentar escenarios de crisis, cambios abruptos en la demanda turística,
pág. 2909
disrupciones tecnológicas o tensiones sociopolíticas en los destinos.
Además, la educación superior debe proporcionar espacios de formación que estimulen la reflexión
crítica, la innovación, la empatía y el aprendizaje significativo, facilitando así la construcción de perfiles
profesionales con alto grado de adaptabilidad, resolución de problemas y gestión del cambio. La
resiliencia, en este marco, no es únicamente una respuesta a situaciones límite, sino una capacidad
permanente de evolución frente a los desafíos cotidianos del ejercicio profesional en el turismo (Fook
& Askeland, 2007; Luthans, Vogelgesang, & Lester, 2006).
Los planes de estudio deben ser objeto de una evaluación y rediseño constante, considerando las
transformaciones en la industria turística, las nuevas exigencias de los usuarios y las metas de
sostenibilidad. Esto implica una revisión profunda de contenidos, metodologías y estrategias de
enseñanza-aprendizaje, apostando por enfoques educativos centrados en el estudiante y orientados al
desarrollo de habilidades blandas, liderazgo ético, trabajo colaborativo y pensamiento sistémico (United
Nations Educational, Scientific and Cultural Organization [UNESCO], 2021).
Por tanto, el fortalecimiento de la resiliencia en el aula implica no solo la inclusión de contenidos
teóricos sobre el tema, sino también la implementación de prácticas pedagógicas que favorezcan la
construcción de experiencias formativas significativas, promoviendo el pensamiento crítico y la toma
de decisiones en contextos inciertos. A través de este enfoque, se contribuye a la formación de
profesionales del turismo capaces de actuar con responsabilidad, creatividad y compromiso en contextos
locales y globales, respondiendo a los retos de un mundo interdependiente y cambiante.
Administración turística y planificación integral del turismo
La administración es una disciplina orientada a la organización eficiente de recursos humanos,
financieros, materiales y tecnológicos con el fin de alcanzar objetivos previamente definidos dentro de
una estructura organizativa. Su aplicación al ámbito del turismo permite no solo gestionar empresas del
sector, sino también planificar el desarrollo de productos, rutas y destinos de forma estratégica y
sostenible. En este sentido, la administración turística representa un componente esencial para el diseño,
implementación, evaluación y mejora continua de políticas, servicios y experiencias turísticas (Kotler,
Bowen, & Makens, 2017).
pág. 2910
La figura del profesional en turismo, también conocido como gestor turístico o turistónomo, debe
trascender la simple ejecución de tareas operativas. Su rol implica asumir una visión holística del
fenómeno turístico, integrando el análisis de variables económicas, sociales, ambientales, culturales y
políticas. A través de una formación sólida en administración, estos profesionales están llamados a
diseñar productos y destinos turísticos que respondan a criterios de sostenibilidad, inclusión,
competitividad y resiliencia, en correspondencia con las dinámicas globales y las particularidades de
cada territorio (Organización Mundial del Turismo [OMT], 2020).
El turismo integralmente planeado se concibe como un enfoque de gestión que articula de manera
estratégica todas las dimensiones del desarrollo turístico. Este enfoque considera no solo el
aprovechamiento racional de los recursos disponibles, sino también la protección del entorno natural, el
fortalecimiento de las identidades culturales y la participación activa de las comunidades receptoras. La
planificación integral implica un proceso continuo que busca equilibrar la demanda turística con la
capacidad de carga de los destinos, evitando así impactos negativos en los ecosistemas y en las
estructuras sociales locales (Hall, 2008).
Para que un destino turístico pueda consolidarse y generar valor sostenible, es necesario que su
planificación considere múltiples dimensiones. En el plano económico, se requiere una estructura que
favorezca la generación de empleo, la redistribución del ingreso y la inversión responsable. En el ámbito
social, es esencial garantizar la participación de la comunidad local, el respeto a los derechos humanos
y la equidad en el acceso a los beneficios del turismo. Desde la dimensión ambiental, se deben
implementar prácticas de conservación de la biodiversidad, gestión de residuos, uso eficiente del agua
y mitigación de emisiones contaminantes. Finalmente, en la dimensión cultural, es prioritario preservar
el patrimonio tangible e intangible, promover las tradiciones locales y reforzar los elementos identitarios
como parte de la oferta turística (Briassoulis, 2002).
El diseño de corredores turísticos o productos integrados debe atender estos elementos para generar
experiencias significativas, diversificadas y sostenibles. Esto requiere de diagnósticos territoriales,
análisis de mercado, proyecciones de impacto y modelos de gobernanza colaborativa que incluyan a
actores públicos, privados, académicos y comunitarios. Asimismo, se vuelve imprescindible la
aplicación de metodologías participativas y herramientas de monitoreo que aseguren la adaptación del
pág. 2911
destino a los cambios sociales, económicos o ambientales que puedan surgir (Inskeep, 1991).
El fortalecimiento de capacidades en administración turística y planificación estratégica contribuye a
que los profesionales del sector asuman un papel activo en la construcción de un patrimonio turístico
responsable, resiliente y duradero. La formación en competencias administrativas, combinada con una
perspectiva crítica y ética, permite a los gestores del turismo diseñar soluciones integradas que
respondan a las necesidades del presente sin comprometer los recursos de las futuras generaciones.
Profesionalización del turismo a través de la educación superior
La profesionalización del turismo constituye un proceso necesario para enfrentar los retos
contemporáneos del sector, el cual demanda conocimientos y habilidades especializadas que permitan
gestionar integralmente los destinos, productos y servicios turísticos. En este sentido, la educación
superior se convierte en un espacio clave para formar individuos con las competencias técnicas,
metodológicas, éticas y sociales requeridas para liderar procesos de desarrollo turístico sostenido y
coherente con las realidades locales y globales (Tribe, 2002).
El turismo es un fenómeno multidimensional que debe abordarse desde una perspectiva
interdisciplinaria. Por tanto, su profesionalización requiere más que habilidades operativas; exige
capacidades para la gestión estratégica, la innovación y la adaptación. La formación universitaria en
turismo debe integrar saberes vinculados a la economía, la geografía, la sociología, la antropología, la
administración y el derecho, entre otros, con el fin de comprender las múltiples dimensiones que lo
configuran (Cooper, Fletcher, Fyall, Gilbert, & Wanhill, 2008).
En contextos de alta incertidumbre como los generados por crisis sanitarias, ambientales o
sociopolíticas, es crucial formar profesionales capaces de actuar con sentido crítico y resiliente. La
resiliencia, entendida como la capacidad de adaptación positiva frente a situaciones adversas, puede y
debe ser promovida como una competencia transversal en la formación profesional (Luthe & Wyss,
2015). Esta habilidad permite a los futuros profesionistas responder de manera ética, flexible e
innovadora a los desafíos que afectan a los destinos turísticos, a las comunidades anfitrionas y al entorno
natural.
A través de una educación que priorice la investigación aplicada, la vinculación con el entorno, el
pensamiento crítico y la sostenibilidad, los profesionales del turismo pueden convertirse en agentes de
pág. 2912
transformación, con la capacidad de diseñar productos turísticos que generen valor económico, cultural
y social. Esto implica un compromiso con el respeto por la identidad local, la participación comunitaria,
la conservación del patrimonio y la búsqueda del equilibrio entre los intereses del mercado y el bienestar
colectivo.
Innovación curricular y enfoque constructivista en la formación turística
La transformación del sector turístico requiere una transformación equivalente en los programas
formativos. En este sentido, el currículo universitario debe evolucionar hacia modelos más flexibles,
integradores e innovadores que respondan a las necesidades reales del entorno. Un enfoque
constructivista se presenta como una alternativa pedagógica adecuada, al privilegiar el aprendizaje
activo, situado y significativo, donde el estudiante construye conocimiento a partir de la interacción con
su contexto (Vygotsky, 1978; Piaget, 1973).
En el marco del constructivismo, el proceso formativo debe promover no solo la adquisición de
conocimientos técnicos, sino también el desarrollo de habilidades como la toma de decisiones, la
resolución de problemas, la creatividad, la empatía y la capacidad de trabajo colaborativo. Esto se puede
lograr mediante metodologías activas como el aprendizaje basado en problemas, el aprendizaje por
proyectos, el aprendizaje-servicio y la simulación de escenarios reales, que fortalecen la conexión entre
la teoría y la práctica (Biggs & Tang, 2011).
La inclusión de una perspectiva interdisciplinaria permite articular distintas dimensiones en la formación
turística: social, cultural, económica, ambiental y política. Así, es posible integrar al currículo
contenidos como el análisis del patrimonio histórico y cultural, la gastronomía como símbolo de
identidad, el desarrollo territorial, la planificación estratégica, la gobernanza turística, la sostenibilidad
ambiental y la justicia social. Esta perspectiva favorece una formación más crítica y holística, alineada
con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (United Nations, 2015).
Asimismo, es fundamental que los programas formativos fomenten el pensamiento reflexivo y la
conciencia ética. La formación turística no debe enfocarse únicamente en maximizar beneficios
económicos, sino también en garantizar prácticas responsables que favorezcan la equidad, la inclusión
y la conservación de los recursos. En este sentido, el profesional del turismo debe ser capaz de diseñar,
implementar y evaluar estrategias turísticas que respeten los límites de carga, protejan la diversidad
pág. 2913
biocultural y fortalezcan el tejido social de las comunidades anfitrionas (Hall & Page, 2014).
Por tanto, el currículo debe contemplar no solo los contenidos técnicos del turismo, sino también los
marcos conceptuales que permitan interpretar y transformar la realidad. La innovación curricular, en
este contexto, se convierte en una herramienta clave para asegurar la pertinencia de la educación superior
en turismo, así como para preparar a profesionales capaces de enfrentar los desafíos complejos y
cambiantes de la contemporaneidad.
CONCLUSIONES
El análisis realizado permite identificar la necesidad de reconfigurar los procesos formativos en la
educación superior orientada al turismo, particularmente en lo referente a la inclusión de competencias
transversales que respondan a los desafíos actuales del sector. Entre estas competencias, la resiliencia
se reconoce como un elemento estratégico para fortalecer la capacidad de adaptación, respuesta y mejora
continua ante contextos cambiantes, adversos o de crisis.
El enfoque formativo actual demanda una revisión estructural del currículo, integrando contenidos que
permitan al estudiantado desarrollar habilidades no solo técnicas, sino también sociales, culturales,
ambientales y organizacionales, que resulten pertinentes ante las exigencias del entorno turístico. Esta
perspectiva contempla la formación integral de profesionales capaces de vincular el conocimiento con
la acción, mediante la construcción de soluciones contextualizadas, colaborativas y sostenibles.
A partir de esta visión, se plantea la necesidad de establecer propuestas curriculares que, además de
fortalecer las competencias tradicionales, incorporen ejes como la innovación, la sostenibilidad, la
gestión del patrimonio, la sensibilidad cultural y la toma de decisiones informadas. La resiliencia, en
este marco, se posiciona como una competencia articuladora entre la teoría y la práctica, al facilitar el
desarrollo de estrategias orientadas a la resolución de problemas en distintas dimensiones: sociales,
económicas, culturales, técnicas, organizacionales y medioambientales.
Los procesos de formación deben propiciar experiencias educativas que fomenten el pensamiento
crítico, la autonomía, el trabajo en equipo y la construcción de sentido frente a la diversidad de contextos
turísticos. La implementación de metodologías activas, situadas e interdisciplinares permite generar
aprendizajes significativos que contribuyen a una mayor pertinencia y calidad del perfil profesional.
Se identificó que, en el contexto nacional, el turismo representa una actividad clave en el dinamismo
pág. 2914
económico, lo que exige la preparación de profesionales con conocimientos amplios, adaptabilidad,
capacidad de gestión y competencias para interactuar eficazmente con distintos públicos. En este
escenario, la resiliencia adquiere relevancia al integrarse como una capacidad que contribuye a la
estabilidad, el equilibrio y la capacidad de respuesta dentro de entornos laborales exigentes.
El estudio permitió describir e interpretar la función de la resiliencia como un factor formativo de valor
estratégico en la preparación de licenciados en turismo. Esta competencia permite identificar áreas de
mejora, evaluar riesgos, responder con oportunidad y diseñar acciones que fortalezcan la práctica
profesional en escenarios complejos.
Finalmente, se reconoce que el desarrollo de competencias como la resiliencia implica una articulación
entre actores educativos, empresariales y sociales, que requiere continuidad en la reflexión, el diseño y
la aplicación de políticas institucionales, estrategias curriculares y procesos de evaluación orientados al
fortalecimiento integral del capital humano vinculado al sector turístico.
Implicaciones en futuras líneas de investigación
Como parte del complemento de la investigación, se recomienda realizar una actividad investigativa a
profundidad, donde se presenta, una matriz de congruencia (tabla 1) del contenido temático con la
finalidad de aportar a futuras investigaciones sobre el mismo ámbito, que permita contribuir al
conocimiento
pág. 2915
Tabla 1. Matriz de Congruencia
Preguntas de
investigación
Objetivo
general
Objetivos
específicos
Marco teórico
Hipótesis
Variables
Metodología
Instrumentos
¿Por qué se hace
necesario que las
instituciones
universitarias
incorporen la
resiliencia en los
planes de estudio
curriculares de los
licenciados en
turismo?
¿Cuáles son los
elementos
integradores que
deben estructurar las
asignaturas de
resiliencia, a fin de
que los licenciados en
turismo tengan los
conocimientos
óptimos, las
capacidades y
destrezas efectivas
para hacer frente a
crisis, problemas e
inconveniencias
dentro de las empresas
donde prestan sus
servicios
profesionales?
¿De q manera las
instituciones de
educación superior,
las empresas privadas
y las instituciones
públicas van a
determinar los ejes
formativos de
licenciados en turismo
Analizar la
literatura
actualizada
que aborda la
resiliencia
como
componente
significativo
en la
formación
educativa de
licenciados en
turismo, lo
cual permite
valorar la
innovación,
curricular
sobre este
tema y sus
grados de
aplicación
efectiva para
que afronten
los nuevos
retos de las
organizaciones
turísticas
privadas y
públicas, así
como las
exigencias de
los turistas.
1.- Comprender
la importancia
formativa que
implica la
resiliencia en el
desenvolvimiento
exitoso de los
licenciados en
turismo en sus
entornos sociales
y profesionales.
2.- Distinguir las
características
que deben reunir
los licenciados en
turismo para ser
personas y
profesionistas
resilientes que
cumplan con
metas personales,
sociales y
empresariales,
que los sitúen
como mujeres y
hombres
proactivos y
resolutivos.
La resiliencia es
un constructo
social y
profesional, que
puesto en el plano
de la educación
superior, abarca
un conjunto de
conocimientos y
técnicas para que
los estudiantes y
futuros
profesionistas
adquieran las
siguientes
capacidades:
A)
Enriquecimiento
de vínculos: El
fortalecimiento de
las conexiones
entre los
individuos e
instituciones.
B) Aprendizaje de
habilidades para la
vida, que integra
los siguientes
puntos:
solidaridad,
unidad,
cooperación,
proposición,
comunicación,
resolución de
problemas,
tácticas de
resistencia,
asertividad,
comunicación y
La formación
de licenciados
en turismo con
asignaturas de
resiliencia
garantiza la
permanencia
competitiva y
el éxito a largo
plazo de las
empresas
privadas y
públicas
dedicadas a
esta prestación
de servicios y
bienes
Empresas
Turísticas.
Currícula
Universitaria.
Procesos de
Enseñanza-
Aprendizaje en
Universidades.
Capacidad para
Solucionar
Problemas, Ser
Empáticos,
Creativos y
Proactivos
Satisfacción de
los Clientes
con Calidad y
Oportunidad.
Desarrollo y
Crecimiento de
las
Organizaciones
con
Competitividad
Enfoque
Cualitativo.
Método
Documental.
Análisis de
Contenido.
Discusión de
Resultados
Referencias
Bibliográficas.
Lectura y Análisis
de Textos
Especializados en
Educación Superior,
Turismo,
Resiliencia y
Formación de
Licenciados en
Turismo
Recolección y
Sistematización de
datos y citas para la
Redacción e
Interpretación en el
Artículo Científico.
pág. 2916
Preguntas de
investigación
Objetivo
general
Objetivos
específicos
Marco teórico
Hipótesis
Variables
Metodología
Instrumentos
en materia de
resiliencia, a efecto de
hacer efectivas
interacciones
positivas con turistas,
compañeros de
trabajo y diversos
entornos naturales y
sociales?
Relacione las
preguntas con
indicadores y
variables.
habilidades para
resolver
problemas y
adoptar toma de
decisiones
correctas, así
como manejo del
estrés.
Desde la teoría de
la resiliencia se
entiende que ésta
es una capacidad
de las personas,
grupos sociales o
sistemas
organizacionales
para desarrollar y
crecer sus
potencialidades de
eficacia/éxito en
presencia de
dificultades.
La resiliencia se
genera mediante
un proceso
continuo de vida y
con la interacción
entre la persona,
grupo social u
organizacional y
los distintos
entornos
(personales,
familiares,
sociales,
laborales,
culturales, etc.)
Fuente: Elaboración propia con base en la literatura
pág. 2917
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