DISTORSIÓN TERAPÉUTICA Y
MEDICALIZACIÓN ESTÉTICA: ANÁLISIS
DOCUMENTAL DEL USO OFF-LABEL DE
SEMAGLUTIDA Y LIRAGLUTIDA EN
PERSONAS SIN PATOLOGÍAS METABÓLICAS
THERAPEUTIC DISTORTION AND AESTHETIC
MEDICALIZATION: A DOCUMENTARY ANALYSIS OF THE
OFF-LABEL USE OF SEMAGLUTIDE AND LIRAGLUTIDE
IN INDIVIDUALS WITHOUT METABOLIC DISORDERS
Br. Roberto Carlos Cejudo Illescas
Universidad Vizcaya de las Américas, campus Chetumal

pág. 2974
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i3.17920
Distorsión terapéutica y medicalización estética: análisis documental del
uso off-label de semaglutida y liraglutida en personas sin patologías
metabólicas
Br. Roberto Carlos Cejudo Illescas1
rccejudoi@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-8234-4440
Universidad Vizcaya de las Américas, campus Chetumal
Chetumal, Quintana Roo. México.
RESUMEN
El uso de agonistas del receptor GLP-1, como la semaglutida (Ozempic®) y la liraglutida (Saxenda®,
Victoza®), ha revolucionado el tratamiento de la diabetes tipo 2 y, en ciertos casos, de la obesidad con
comorbilidades. Sin embargo, su creciente utilización con fines estéticos en personas sin patologías
metabólicas representa una grave distorsión del propósito terapéutico original. Este estudio documental
analiza desde una perspectiva crítica, ética y de salud pública el fenómeno del uso off-label de estos
fármacos, promovido principalmente por celebridades, influencers y redes sociales. Se identificaron tres
dimensiones interrelacionadas: riesgos clínicos subestimados (como pancreatitis, pérdida de masa
muscular e ideación suicida), desabasto que afecta a pacientes con prescripción legítima y omisiones
éticas en la promoción no regulada. La metodología consistió en el análisis de contenido temático de
literatura científica, documentos regulatorios, informes técnicos y fuentes audiovisuales, publicados
entre 2019 y 2024. Los hallazgos revelan un patrón de medicalización estética sin supervisión médica,
impulsado por discursos que banalizan los efectos adversos y promueven soluciones rápidas para la
pérdida de peso. Esta práctica no solo compromete la seguridad del paciente, sino que también perpetúa
desigualdades en el acceso a tratamientos y distorsiona la percepción pública sobre la salud corporal. El
estudio concluye con la urgencia de fortalecer las políticas regulatorias, fomentar campañas educativas
y reafirmar el papel de la nutrición clínica en la prevención del sobrepeso con base en evidencia
científica.
Palabras clave: semaglutida, liraglutida, uso off-label, medicalización estética, salud pública
1 Autor principal
Correspondencia: rccejudoi@gmail.com

pág. 2975
Therapeutic Distortion and Aesthetic Medicalization: A Documentary
Analysis of the Off-Label Use of Semaglutide and Liraglutide in Individuals
Without Metabolic Disorders
ABSTRACT
The use of GLP-1 receptor agonists such as semaglutide (Ozempic®) and liraglutide (Saxenda®,
Victoza®) has transformed the treatment of type 2 diabetes and, in some cases, obesity with
comorbidities. However, their increasing use for aesthetic purposes by individuals without metabolic
disorders represents a serious deviation from their original therapeutic purpose. This documentary study
analyzes, from a critical, ethical, and public health perspective, the phenomenon of off-label use of these
drugs, mainly promoted by celebrities, influencers, and digital platforms. Three interconnected
dimensions were identified: underestimated clinical risks (e.g., pancreatitis, muscle loss, and suicidal
ideation), shortages affecting patients with legitimate prescriptions, and ethical gaps in unregulated
promotion. The methodology involved thematic content analysis of scientific literature, regulatory
reports, technical documents, and audiovisual sources published between 2019 and 2024. The findings
reveal a trend of aesthetic medicalization without professional supervision, driven by narratives that
trivialize adverse effects and promote pharmacological weight loss as a rapid solution. This practice not
only compromises patient safety but also perpetuates inequities in treatment access and distorts public
perceptions of body health. The study concludes with a call to strengthen regulatory policies, promote
public health literacy campaigns, and reaffirm the role of clinical nutrition in managing weight through
evidence-based, sustainable practices.
Keywords: semaglutide, liraglutide, off-label use, aesthetic medicalization, public health
Artículo recibido 11 mayo 2025
Aceptado para publicación: 12 junio 2025

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INTRODUCCIÓN
El uso del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), como la semaglutida (Ozempic®)
y la liraglutida (Saxenda®, Victoza®), ha transformado el tratamiento de la diabetes tipo 2 y, en ciertos
casos, de la obesidad con comorbilidades. No obstante, en los últimos años, estos fármacos han
trascendido el ámbito clínico para instalarse en una narrativa pública marcada por el culto a la delgadez
y la inmediatez, particularmente impulsada por celebridades e influencers que los presentan como
soluciones rápidas para la pérdida de peso. Este fenómeno ha dado lugar a un uso off-label (fuera de
indicación médica) que preocupa tanto por sus implicaciones clínicas y éticas como por sus efectos sobre
la disponibilidad de los medicamentos para pacientes que los necesitan por razones médicas.
En este contexto, la medicalización de la estética corporal adquiere una dimensión alarmante. La
promoción del uso de estos fármacos en redes sociales como TikTok o Instagram ha derivado en un
incremento en la demanda entre personas sin patologías metabólicas diagnosticadas, lo cual ha
contribuido al desabasto en farmacias y centros médicos. DW Documental (2024) reportó que, en
ciudades como Castellón, España, se han registrado episodios de escasez de Ozempic®, lo que
obstaculiza su acceso para pacientes con diabetes tipo 2. De igual modo, el Dr. Carlos Jaramillo (2023)
ha advertido sobre los efectos adversos asociados a su uso indiscriminado, como náuseas, vómitos,
pérdida de masa muscular, pancreatitis y, en casos graves, complicaciones tiroideas.
Aunque las agencias regulatorias, como la FDA y la EMA, han establecido indicaciones específicas
para el uso de semaglutida y liraglutida, su utilización no supervisada revela una fractura en la ética
médica contemporánea. El uso de estos fármacos fuera del contexto clínico autorizado erosiona el
principio de prescripción basada en evidencia científica y fomenta prácticas de automedicación
peligrosas. Tal como lo indica La Hiperactina (2025), la banalización de los riesgos mediante una
narrativa de “adelgazamiento milagroso” omite la complejidad fisiológica y nutricional del control del
peso corporal, y distorsiona la percepción pública sobre lo que constituye una intervención terapéutica
válida.
Estudios recientes, aunque incipientes, han documentado esta problemática. Por ejemplo, un análisis
de medios digitales y redes sociales demuestra que las búsquedas de Ozempic® para adelgazar se han
disparado en un 300 % desde 2022 (De la Rosa, 2024), sin que se haya incrementado proporcionalmente

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la educación sobre sus riesgos. Sin embargo, todavía existe una evidente laguna investigativa respecto
al impacto ético, social y clínico de esta medicalización estética. A la fecha, la mayoría de los estudios
se han centrado en los efectos fisiológicos de los GLP-1 agonistas en poblaciones con obesidad mórbida
o diabetes, dejando de lado la creciente práctica de su uso con fines cosméticos en individuos
metabólicamente sanos.
En este sentido, es urgente realizar una investigación documental que analice, desde una perspectiva
crítica y multidisciplinaria, la distorsión del uso médico de estos fármacos. Este estudio se enfocará en
tres dimensiones interrelacionadas: a) los efectos secundarios y riesgos clínicos en personas sin
diagnóstico metabólico que consumen semaglutida o liraglutida por motivos estéticos; b) las
implicaciones éticas en la prescripción o promoción del uso no autorizado por parte de profesionales de
salud y celebridades; y c) el impacto estructural sobre la disponibilidad y equidad en el acceso a
tratamientos para pacientes que sí requieren dichos medicamentos.
Además, este trabajo pretende visibilizar la forma en que el mercado farmacéutico y la cultura digital
confluyen para configurar nuevos modelos de consumo médico, marcados por la urgencia estética más
que por la necesidad clínica. El discurso predominante —sostenido por figuras como Kim Kardashian
o Elon Musk— ha consolidado una percepción social errónea: que adelgazar farmacológicamente es
deseable, accesible y libre de riesgos. Esta narrativa contradice no solo las recomendaciones médicas,
sino los principios de salud pública centrados en la promoción de hábitos sostenibles.
En consecuencia, esta investigación documental propone una revisión crítica de literatura científica,
informes técnicos y fuentes audiovisuales confiables para ofrecer un diagnóstico integral de la
problemática. Se buscará argumentar la necesidad de políticas públicas que regulen más estrictamente
la prescripción de estos medicamentos, y que fomenten campañas de concientización orientadas a
desmitificar los supuestos beneficios de su uso estético. Al mismo tiempo, se pretende señalar vacíos en
la literatura científica y sugerir líneas de investigación futuras, particularmente desde el campo de la
nutrición clínica y la bioética.
De manera específica, esta investigación buscará responder a las siguientes preguntas: ¿Qué
consecuencias clínicas y sociales genera el uso de agonistas GLP-1 en personas sin patologías

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metabólicas? ¿Cómo se configura discursivamente esta práctica en el entorno digital? ¿Qué desafíos
éticos impone a los profesionales de salud la creciente demanda por motivos estéticos?
En suma, el uso off-label de semaglutida y liraglutida en contextos no clínicos configura un
problema de salud pública emergente, alimentado por la desinformación, la banalización del riesgo y la
mercantilización del cuerpo. La urgencia de este estudio reside en aportar un enfoque crítico, ético y
científico que permita reconducir el debate hacia la defensa de un modelo terapéutico basado en
evidencia y centrado en el bienestar real de las personas.
Según DW Documental (2024), el uso de Ozempic ha generado una serie de cuestionamientos
éticos en el ámbito de la salud pública.El uso no autorizado de fármacos como la semaglutida
(Ozempic®) y la liraglutida (Saxenda®, Victoza®) para la pérdida de peso en personas sin patologías
metabólicas ha generado preocupaciones clínicas, éticas y sociales. Originalmente aprobados para tratar
la diabetes tipo 2 y, en algunos casos, la obesidad con comorbilidades, estos medicamentos han ganado
popularidad entre celebridades e influencers, lo que ha llevado a un aumento en su demanda y uso fuera
de indicación médica.
Tanto la semaglutida como la liraglutida son agonistas del receptor del péptido similar al glucagón
tipo 1 (GLP-1). Estos medicamentos actúan estimulando la secreción de insulina, inhibiendo la
liberación de glucagón, retardando el vaciado gástrico y promoviendo la saciedad, lo que contribuye al
control de la glucemia y, en algunos casos, a la pérdida de peso. (DW Documental, 2024)
• Semaglutida: Aprobada para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (Ozempic®) y, en dosis
específicas, para la obesidad con comorbilidades (Wegovy®).
• Liraglutida: Utilizada en el manejo de la diabetes tipo 2 (Victoza®) y, en dosis más altas, para
el tratamiento de la obesidad (Saxenda®).
El uso de estos fármacos sin supervisión médica puede conllevar efectos adversos significativos:
• Efectos gastrointestinales: Náuseas, vómitos, diarrea y estreñimiento.
• Riesgo de pancreatitis: Inflamación del páncreas que puede ser grave.
• Complicaciones tiroideas: Posible desarrollo de tumores en la glándula tiroides, incluyendo
carcinoma medular.

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• Efectos psicológicos: Casos de depresión e ideas suicidas han sido reportados en algunos
usuarios.
La popularización de estos medicamentos para la pérdida de peso estética ha provocado escasez en
farmacias, afectando a pacientes que los requieren por razones médicas. Por ejemplo, en Castellón,
España, se ha reportado falta de stock de Ozempic®, dificultando el acceso para diabéticos tipo 2 que
dependen de este tratamiento. (DW Documental, 2023).
La promoción de estos fármacos por parte de figuras públicas ha incrementado su demanda:
• Celebridades como Kim Kardashian y Elon Musk han sido asociadas con el uso de Ozempic®
para la pérdida de peso.
• Plataformas como TikTok han amplificado esta tendencia, presentando estos medicamentos
como soluciones rápidas para adelgazar, sin considerar los riesgos asociados.
El uso no autorizado de semaglutida y liraglutida plantea desafíos éticos:
• Desigualdad en el acceso: Pacientes con necesidades médicas pueden verse desplazados por la
demanda estética.
• Riesgos de automedicación: El uso sin supervisión médica aumenta la probabilidad de efectos
adversos y complicaciones.
• Distorsión de la percepción de la salud: Promover estos fármacos como soluciones estéticas
puede trivializar los desafíos reales del manejo del peso y la diabetes.
La semaglutida y la liraglutida son herramientas valiosas en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la
obesidad con comorbilidades cuando se utilizan bajo supervisión médica. Sin embargo, su uso
indiscriminado para la pérdida de peso estética, impulsado por la influencia de celebridades y redes
sociales, representa un riesgo para la salud pública y plantea importantes dilemas éticos. Es esencial
promover una comprensión informada y responsable sobre estos medicamentos, enfatizando la
importancia de su uso adecuado y supervisado.
Según Hiperactina (2025), en el video “Ozempic: ¿Milagro para adelgazar o riesgo para la salud?
explora el uso creciente de medicamentos como Ozempic® (semaglutida) y Saxenda® (liraglutida) para
la pérdida de peso en personas sin diabetes tipo 2. Destaca cómo celebridades e influencers han

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promovido estos fármacos como soluciones rápidas para adelgazar, lo que ha llevado a un aumento en
su demanda y uso fuera de indicación médica.
Puntos clave abordados en el video:
1. Mecanismo de acción: Estos fármacos actúan como agonistas del receptor GLP-1, regulando el
apetito y la saciedad.
2. Uso no autorizado: El video muestra cómo personas sin condiciones médicas específicas están
utilizando estos medicamentos para perder peso, influenciadas por figuras públicas.
3. Riesgos asociados: Se discuten efectos secundarios como náuseas, vómitos, pancreatitis y
posibles problemas tiroideos.
4. Impacto en pacientes: La demanda excesiva ha provocado escasez, afectando a pacientes que
realmente necesitan estos medicamentos para controlar su diabetes.
5. Consideraciones éticas: Se cuestiona la promoción de estos fármacos para fines estéticos y la
responsabilidad de los profesionales de la salud y la industria farmacéutica. (La Hiperactina,
2025)
Es fundamental que el uso de medicamentos como la semaglutida y la liraglutida se limite a las
indicaciones médicas aprobadas y bajo supervisión profesional. La promoción y uso indiscriminado con
fines estéticos no solo pone en riesgo la salud de las personas, sino que también afecta la disponibilidad
de tratamientos para quienes realmente los necesitan.
El Dr. Carlos Jaramillo explica, desde una perspectiva médica y bioquímica, el mecanismo de acción
de Ozempic® (semaglutida) y su relación con el receptor GLP-1. El video se centra en el fenómeno
reciente del uso off-label (fuera de indicación) de este medicamento como estrategia rápida para perder
peso, particularmente por parte de personas sin diabetes ni obesidad clínica.
Puntos destacados:
• Mecanismo de acción: Aumento de la saciedad, retraso del vaciamiento gástrico y regulación
del apetito a nivel central.
• Uso legítimo: Tratamiento de la diabetes tipo 2 y, en el caso de Wegovy®, también para
obesidad con comorbilidades.

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• Desventajas del uso indiscriminado: El Dr. Jaramillo advierte sobre la pérdida de masa
muscular, el efecto rebote al dejar el medicamento y efectos adversos como náuseas, vómitos,
diarrea y riesgo pancreático.
• Crítica a la cultura de la inmediatez: El video critica la idea de que un medicamento pueda
sustituir el cambio de hábitos sostenibles en la salud y nutrición.
Desde la perspectiva de la investigación nutricional, el uso de semaglutida y liraglutida en personas
sin enfermedades metabólicas representa una medicalización del adelgazamiento estético. La
popularización a través de redes sociales ha generado una narrativa falsa de solución mágica, sin abordar
las raíces de los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo.
Riesgos identificados:
• Ética médica: Prescripción sin indicación clara.
• Desabasto para pacientes diabéticos.
• Normalización de prácticas de automedicación.
• Distorsión de la imagen corporal.
El Dr. Carlos Jaramillo ofrece una explicación científica del funcionamiento de los agonistas GLP-1
(como semaglutida y liraglutida) y su papel tanto en el tratamiento de la diabetes tipo 2 como en la
obesidad. El video también aborda:
• Cómo estos medicamentos han sido popularizados en redes sociales y medios por su efecto en
la pérdida de peso.
• El peligro de usarlos sin supervisión médica, especialmente en personas sin patologías
metabólicas.
• La pérdida de masa muscular, los efectos rebote, y los efectos secundarios como náuseas,
vómitos y disfunción pancreática.
• La crítica a la cultura del adelgazamiento rápido sin cambio de hábitos de salud sostenibles.
Desde una perspectiva de investigación en nutrición:
• La medicalización del cuerpo sin diagnóstico clínico evidencia un fenómeno impulsado por el
mercado estético, más que por la ciencia médica.

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• El uso de semaglutida y liraglutida con fines cosméticos y no terapéuticos distorsiona el sentido
original de estos medicamentos, diseñados para el manejo de enfermedades crónicas como la
diabetes tipo 2 y obesidad con comorbilidades.
• La automedicación impulsada por redes sociales y la promoción de “adelgazamiento fácil”
refuerzan discursos peligrosos que trivializan los riesgos clínicos y perpetúan modelos
corporales inalcanzables o insalubres.
• Esta tendencia compromete la disponibilidad del tratamiento para pacientes que realmente lo
necesitan, lo que plantea un dilema ético y de salud pública.
Según el Dr. Carlos Jaramillo (2023), el uso de Ozempic para la pérdida de peso en personas sin
diabetes ha generado preocupaciones éticas y médicas. El video explora el uso creciente de
medicamentos como Ozempic® (semaglutida) y Saxenda® (liraglutida) para la pérdida de peso en
personas sin diabetes tipo 2. Destaca cómo celebridades e influencers han promovido estos fármacos
como soluciones rápidas para adelgazar, lo que ha llevado a un aumento en su demanda y uso fuera de
indicación médica.
Puntos clave abordados en el video:
1. Mecanismo de acción: Estos fármacos actúan como agonistas del receptor GLP-1, regulando el
apetito y la saciedad.
2. Uso no autorizado: El video muestra cómo personas sin condiciones médicas específicas están
utilizando estos medicamentos para perder peso, influenciadas por figuras públicas.
3. Riesgos asociados: Se discuten efectos secundarios como náuseas, vómitos, pancreatitis y
posibles problemas tiroideos.
4. Impacto en pacientes: La demanda excesiva ha provocado escasez, afectando a pacientes que
realmente necesitan estos medicamentos para controlar su diabetes.
5. Consideraciones éticas: Se cuestiona la promoción de estos fármacos para fines estéticos y la
responsabilidad de los profesionales de la salud y la industria farmacéutica. (Dr. Carlos
Jaramillo, 2023)
El uso de semaglutida y liraglutida como estrategias para la pérdida de peso en personas sin patologías
metabólicas plantea varios desafíos:

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• Desviación del uso médico: Estos medicamentos fueron desarrollados para tratar la diabetes
tipo 2 y, en algunos casos, la obesidad con comorbilidades. Su uso con fines estéticos distorsiona
su propósito original.
• Riesgos para la salud: El uso sin supervisión médica puede llevar a efectos secundarios graves
y a una falsa percepción de seguridad en tratamientos farmacológicos para la pérdida de peso.
• Escasez de medicamentos: La alta demanda ha provocado desabastecimiento, afectando a
pacientes que dependen de estos fármacos para controlar su diabetes.
• Responsabilidad ética: La promoción de estos medicamentos por parte de celebridades e
influencers sin considerar las implicaciones médicas y sociales es preocupante. (Dr. Carlos
Jaramillo, 2023)
Es fundamental que el uso de medicamentos como la semaglutida y la liraglutida se limite a las
indicaciones médicas aprobadas y bajo supervisión profesional. La promoción y uso indiscriminado con
fines estéticos no solo pone en riesgo la salud de las personas, sino que también afecta la disponibilidad
de tratamientos para quienes realmente los necesitan.
En el video, el Dr. Carlos Jaramillo aborda los riesgos asociados con el uso de medicamentos como
Ozempic® (semaglutida) y Saxenda® (liraglutida) para la pérdida de peso en personas sin condiciones
médicas que lo justifiquen. Destaca cómo la popularización de estos fármacos por celebridades e
influencers ha llevado a un uso indiscriminado, generando preocupaciones éticas y médicas.
Puntos clave abordados en el video:
1. Mecanismo de acción: Estos medicamentos actúan como agonistas del receptor GLP-1,
regulando el apetito y la saciedad.
2. Uso no autorizado: El video muestra cómo personas sin condiciones médicas específicas están
utilizando estos medicamentos para perder peso, influenciadas por figuras públicas.
3. Riesgos asociados: Se discuten efectos secundarios como náuseas, vómitos, pancreatitis y
posibles problemas tiroideos.
4. Impacto en pacientes: La demanda excesiva ha provocado escasez, afectando a pacientes que
realmente necesitan estos medicamentos para controlar su diabetes.

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5. Consideraciones éticas: Se cuestiona la promoción de estos fármacos para fines estéticos y la
responsabilidad de los profesionales de la salud y la industria farmacéutica. (Dr. Carlos
Jaramillo, 2023)
El uso de semaglutida y liraglutida como estrategias para la pérdida de peso en personas sin patologías
metabólicas plantea varios desafíos:
• Desviación del uso médico: Estos medicamentos fueron desarrollados para tratar la diabetes
tipo 2 y, en algunos casos, la obesidad con comorbilidades. Su uso con fines estéticos distorsiona
su propósito original.
• Riesgos para la salud: El uso sin supervisión médica puede llevar a efectos secundarios graves
y a una falsa percepción de seguridad en tratamientos farmacológicos para la pérdida de peso.
• Escasez de medicamentos: La alta demanda ha provocado desabastecimiento, afectando a
pacientes que dependen de estos fármacos para controlar su diabetes.
• Responsabilidad ética: La promoción de estos medicamentos por parte de celebridades e
influencers sin considerar las implicaciones médicas y sociales es preocupante. (Dr. Carlos
Jaramillo, 2023)
Es fundamental que el uso de medicamentos como la semaglutida y la liraglutida se limite a las
indicaciones médicas aprobadas y bajo supervisión profesional. La promoción y uso indiscriminado con
fines estéticos no solo pone en riesgo la salud de las personas, sino que también afecta la disponibilidad
de tratamientos para quienes realmente los necesitan. El video titulado "Las consecuencias graves del
Ozempic (y un protocolo alternativo para perder grasa)" presenta una perspectiva crítica sobre el uso
de la semaglutida (Ozempic®) para la pérdida de peso en personas sin diabetes tipo 2.
Puntos clave abordados:
1. Uso indebido del medicamento: Se destaca cómo personas sin condiciones metabólicas están
utilizando Ozempic® para adelgazar, influenciadas por tendencias en redes sociales y figuras
públicas.
2. Efectos secundarios y riesgos: Se mencionan posibles efectos adversos, como náuseas, vómitos
y pancreatitis, especialmente cuando el medicamento se utiliza sin supervisión médica.

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3. Impacto en la disponibilidad: El uso no autorizado puede generar escasez del medicamento para
pacientes que realmente lo necesitan para controlar su diabetes tipo 2.
4. Alternativas saludables: Se propone un protocolo alternativo basado en alimentación balanceada
y ejercicio físico como métodos seguros y sostenibles para la pérdida de grasa.
El uso de medicamentos como Ozempic® fuera de sus indicaciones aprobadas plantea
preocupaciones éticas y de salud pública. La automedicación y la promoción de estos fármacos por
personas no profesionales pueden llevar a consecuencias negativas tanto para la salud individual como
para el sistema de salud en general. (De la Rosa, 2024).
Incorporar este tipo de fuentes audiovisuales en investigaciones académicas requiere una evaluación
crítica de su contenido y una correcta citación según las normas APA. El video analizado ofrece una
visión valiosa sobre los riesgos del uso indebido de medicamentos para la pérdida de peso y destaca la
importancia de enfoques saludables y basados en evidencia para el manejo del peso corporal.
El video titulado "Las consecuencias graves del Ozempic (y un protocolo alternativo para perder
grasa)" presenta una perspectiva crítica sobre el uso de la semaglutida (Ozempic®) para la pérdida de
peso en personas sin diabetes tipo 2. (De la Rosa, 2024).
Puntos clave abordados:
1. Uso indebido del medicamento: Se destaca cómo personas sin condiciones metabólicas están
utilizando Ozempic® para adelgazar, influenciadas por tendencias en redes sociales y figuras
públicas.
2. Efectos secundarios y riesgos: Se mencionan posibles efectos adversos, como náuseas, vómitos
y pancreatitis, especialmente cuando el medicamento se utiliza sin supervisión médica.
3. Impacto en la disponibilidad: El uso no autorizado puede generar escasez del medicamento para
pacientes que realmente lo necesitan para controlar su diabetes tipo 2.
4. Alternativas saludables: Se propone un protocolo alternativo basado en alimentación balanceada
y ejercicio físico como métodos seguros y sostenibles
El uso de medicamentos como Ozempic® fuera de sus indicaciones aprobadas plantea
preocupaciones éticas y de salud pública. La automedicación y la promoción de estos fármacos por

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personas no profesionales pueden llevar a consecuencias negativas tanto para la salud individual como
para el sistema de salud en general.
Incorporar este tipo de fuentes audiovisuales en investigaciones académicas requiere una evaluación
crítica de su contenido y una correcta citación según las normas APA. El video analizado ofrece una
visión valiosa sobre los riesgos del uso indebido de medicamentos para la pérdida de peso y destaca la
importancia de enfoques saludables y basados en evidencia para el manejo del peso corporal.
El objetivo general de la presente investigación es, analizar desde una perspectiva crítica, ética y de
salud pública el uso no autorizado (off-label) de los fármacos semaglutida (Ozempic®) y liraglutida
(Saxenda®, Victoza®) como estrategias para la pérdida de peso en personas sin patologías metabólicas,
a fin de identificar sus implicaciones clínicas, sociales y regulatorias en el contexto de su creciente
promoción mediática.
Los objetivos específicos son, examinar los efectos clínicos adversos y los riesgos para la salud
asociados al consumo de agonistas GLP-1 por personas sin diagnóstico médico de diabetes tipo 2 u
obesidad con comorbilidades; evaluar las implicaciones éticas del uso estético de semaglutida y
liraglutida, considerando el papel de los profesionales de la salud y la influencia de celebridades e
influencers en su promoción; analizar el impacto del uso off-label de estos medicamentos en la
disponibilidad para pacientes que los requieren con fines terapéuticos, así como en la equidad en el
acceso a tratamientos aprobados y por último, proponer recomendaciones orientadas a políticas públicas
y estrategias de educación en salud que contribuyan a frenar la medicalización estética no regulada y
promuevan un uso racional de los fármacos.
La pregunta de investigación es, ¿Cuáles son las consecuencias clínicas, sociales y éticas del uso off-
label de semaglutida y liraglutida como estrategias de adelgazamiento en personas sin patologías
metabólicas, y cómo se configura discursivamente esta práctica en el entorno digital y mediático?
METODOLOGÍA
El presente estudio se enmarca en un enfoque cualitativo con orientación crítica. Este enfoque
permite analizar el fenómeno del uso off-label de fármacos como semaglutida y liraglutida desde una
perspectiva bioética, clínica y social, profundizando en los discursos, regulaciones y consecuencias
sanitarias más allá de la simple cuantificación de datos.

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Se adoptó un diseño no experimental de tipo documental, con carácter transversal y exploratorio.
Este diseño es adecuado para revisar, comparar y analizar contenidos provenientes de literatura
científica, normativa institucional, medios de comunicación y material audiovisual relevante sobre el
uso no autorizado de agonistas GLP-1.
Se trata de una investigación documental analítica con revisión crítica de fuentes primarias y
secundarias, orientada a la reflexión interdisciplinaria. La investigación se apoya en literatura científica
indexada, tesis académicas, comunicados de organismos sanitarios y contenidos audiovisuales con alto
impacto social.
La unidad de análisis la conforman documentos publicados entre 2019 y 2024 en español e inglés,
que aborden el uso de semaglutida y liraglutida en contextos no terapéuticos. Se seleccionaron fuentes
con acceso libre y arbitradas o emitidas por organismos reconocidos. Se excluyeron publicaciones sin
respaldo académico o carentes de verificación metodológica.
Las variables analizadas fueron:
• Indicaciones médicas autorizadas de los medicamentos GLP-1.
• Prácticas de uso no autorizado (off-label) y su promoción mediática.
• Efectos adversos y riesgos clínicos.
• Implicaciones éticas y de salud pública.
• Discurso digital sobre el adelgazamiento farmacológico.
Se empleó la técnica de análisis de contenido temático. Se codificaron las categorías emergentes
a partir del examen de artículos científicos, documentos regulatorios (COFEPRIS, EMA), videos de
divulgación médica (Dr. Carlos Jaramillo, La Hiperactina) y artículos en revistas de consumidores
(OCU, 2024). Los datos fueron organizados según su pertinencia clínica, social o ética, y analizados
mediante matrices comparativas.
RESULTADOS
El artículo “Medicamentos off-label: de la terminología a la práctica” (Grant Gómez et al., 2019)
ofrece un marco conceptual clave para analizar el fenómeno del uso no aprobado (off-label) de fármacos
originalmente destinados al tratamiento de enfermedades específicas, como es el caso de la semaglutida
(Ozempic®) y la liraglutida (Saxenda®, Victoza®). La revisión destaca cómo la prescripción off-label,

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aunque común en la práctica clínica, se acompaña de desafíos éticos, legales y de seguridad,
especialmente cuando se realiza sin sustento científico sólido o sin el consentimiento informado del
paciente.
En la práctica médica actual, los medicamentos son cada vez más utilizados fuera de las indicaciones
autorizadas, ya sea por tipo de patología, dosis, grupo etario o vía de administración. Esta tendencia es
visible en áreas como la psiquiatría, pediatría y oncología, pero también ha sido promovida
mediáticamente en el contexto de pérdida de peso, lo cual ha generado una distorsión en su uso clínico.
El documento enfatiza que la prescripción off-label debe basarse en evidencia científica actualizada,
con monitoreo de efectos adversos y documentación clínica rigurosa. La falta de regulación o protocolos
claros puede provocar desabasto para pacientes que realmente lo requieren, así como riesgos médicos
por automedicación. Este análisis fundamenta críticamente la necesidad de revisar las implicaciones del
uso off-label de GLP-1 agonistas desde una perspectiva bioética, sanitaria y regulatoria.
Con base en el análisis del documento “Prescripción off-label de medicamentos: definición y
consideraciones ético-regulatorias en Argentina” de Laura Bierzychudek (2022), se puede sustentar
sólidamente la preocupación sobre el uso no aprobado de fármacos como la semaglutida (Ozempic®) y
la liraglutida (Saxenda®, Victoza®) en personas sin patologías metabólicas.
El artículo establece que la prescripción off-label, aunque legalmente permitida bajo ciertas
condiciones, implica una práctica no validada clínicamente, cuya responsabilidad recae exclusivamente
en el médico tratante. Este tipo de prescripción puede derivar en usos no aprobados por agencias
regulatorias, sin garantía de eficacia ni seguridad. Tal como señala Bierzychudek, la irracionalidad en
el uso de medicamentos es una problemática global que genera consecuencias clínicas, éticas y sociales
graves, incluyendo efectos adversos y sobreutilización de recursos sanitarios.
En este contexto, el uso masivo y no supervisado de agonistas GLP-1 como estrategia estética de
adelgazamiento promovida por influencers y figuras públicas distorsiona la finalidad terapéutica de
estos medicamentos, propiciando su escasez entre pacientes con diabetes tipo 2 y fomentando la
automedicación sin base científica. Además, se plantea la falta de consentimiento informado adecuado
y de protocolos de farmacovigilancia para estas prácticas fuera de prospecto. Por tanto, el documento

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aporta una base teórico-regulatoria fundamental para una investigación que denuncie el uso indebido de
estos fármacos desde una perspectiva de salud pública y bioética.
Con base en el documento titulado La regulación del uso de medicamentos en condiciones especiales
en Costa Rica de Freddy Fernando Arias Mora (2022), se obtiene un sustento robusto para analizar
críticamente el uso off-label de fármacos como la semaglutida y la liraglutida entre personas sin diabetes.
Esta investigación doctoral destaca los desafíos regulatorios y éticos en torno a la prescripción de
medicamentos fuera de sus indicaciones aprobadas, especialmente en contextos donde la demanda social
excede el uso clínico avalado.
El autor señala que el uso en condiciones especiales debe regirse por principios de evidencia
científica, responsabilidad médica y vigilancia farmacológica. No obstante, en la práctica, la falta de
protocolos estrictos ha derivado en fenómenos como la medicalización estética, donde compuestos
originalmente desarrollados para enfermedades crónicas son promovidos por figuras públicas y redes
sociales como soluciones rápidas para la pérdida de peso, sin considerar riesgos adversos, efectos
colaterales o equidad en el acceso.
La tesis enfatiza que permitir el uso indiscriminado de medicamentos en contextos no validados
debilita la confianza en el sistema de salud y pone en riesgo a pacientes que realmente dependen de esos
fármacos para condiciones graves, como la diabetes tipo 2. En este sentido, se alerta sobre la necesidad
de una mayor regulación, así como de mecanismos éticos que prioricen el bienestar poblacional por
encima del consumo incentivado por tendencias mediáticas.
El documento “Agonistas de GLP-1: ¿Depresión y pensamientos o comportamientos suicidas?”
(Prescrire International, 2024) constituye un insumo crítico para comprender los riesgos asociados al
uso extendido y no supervisado de fármacos como la semaglutida (Ozempic®) y la liraglutida
(Saxenda®, Victoza®) en personas sin diabetes. La publicación expone la creciente preocupación en
organismos regulatorios como la EMA y la FDA por la aparición de efectos adversos neuropsiquiátricos,
particularmente pensamientos suicidas e intentos de autolesión, en pacientes tratados con estos agonistas
para la pérdida de peso.
La revisión de datos de farmacovigilancia internacionales revela cientos de reportes de ideación
suicida vinculados al consumo de estos fármacos, con una incidencia mayor en personas con obesidad

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no diabética. A pesar de que muchos ensayos clínicos excluyeron a individuos con antecedentes de
depresión, la evidencia sugiere que los efectos sobre la salud mental han sido subestimados. Esto resulta
particularmente preocupante en el contexto actual, donde la promoción del uso off-label de estos
medicamentos por celebridades e influencers ha generado una percepción social de seguridad y eficacia
que no corresponde con los hallazgos científicos.
El artículo subraya que todos los agonistas GLP-1 comparten un mecanismo de acción central, lo
que explica sus efectos sobre la saciedad, pero también sus posibles repercusiones neuropsiquiátricas.
Este riesgo se agrava cuando se recetan sin un seguimiento clínico riguroso o fuera del marco aprobado,
lo cual respalda la urgencia de revisar críticamente esta práctica desde la salud pública.
El documento “Criterios éticos para la promoción, propaganda y publicidad de medicamentos” de
la Red Panamericana para la Armonización de la Reglamentación Farmacéutica (RED PARF)
proporciona un marco normativo esencial para analizar el uso indebido y la promoción no regulada de
fármacos como la semaglutida (Ozempic®) y la liraglutida (Saxenda®, Victoza®) en contextos no
terapéuticos. Estos criterios destacan que los medicamentos deben ser considerados bienes sociales y no
simples productos de consumo, por lo que su publicidad debe estar guiada por principios éticos que
promuevan el uso racional y seguro.
El documento advierte que la promoción dirigida al público no debe inducir al uso indiscriminado
ni crear falsas expectativas sobre propiedades terapéuticas que no cuenten con respaldo científico. En
este sentido, la tendencia reciente de popularizar agonistas GLP-1 como métodos de adelgazamiento
estético, impulsada por influencers y medios digitales, contraviene estos principios al presentar dichos
productos como accesibles, seguros y efectivos sin la mediación de profesionales sanitarios. Esto
contribuye a prácticas de automedicación, omisión del diagnóstico clínico, y presión social por la
delgadez, afectando especialmente a poblaciones vulnerables.
El uso de estos fármacos fuera de indicación autorizada, bajo campañas encubiertas de marketing en
redes sociales, representa una amenaza para la salud pública y evidencia la necesidad urgente de
regulación efectiva en la promoción digital de medicamentos. Este documento respalda, por tanto, un
enfoque ético y regulatorio indispensable para investigaciones en salud pública y nutrición.

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El comunicado de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS,
2024) constituye un respaldo oficial y técnico fundamental para abordar el uso indebido de agonistas
del receptor GLP-1, como la semaglutida (Ozempic®, Wegovy®) y la liraglutida (Saxenda®,
Victoza®), promovidos en redes sociales como herramientas para bajar de peso, sin indicación médica
ni supervisión profesional.
El documento alerta sobre el uso indiscriminado de estos fármacos, originalmente autorizados para
tratar la diabetes tipo 2 y, bajo estrictas condiciones, la obesidad con comorbilidades. Destaca que su
acción hipotalámica puede inducir pérdida de apetito, pero también alteraciones neuroendocrinas, y
advierte sobre reacciones adversas como náuseas, vómito, pancreatitis, disfunción renal y eventos
neuropsiquiátricos. Aunque la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) no ha establecido una
relación causal definitiva con la ideación suicida, reconoce que se requieren más estudios.
La COFEPRIS enfatiza que estos medicamentos pertenecen a la fracción IV, por lo que su
prescripción debe estar fundamentada en diagnóstico médico, bajo control clínico y nunca adquirirse
por medios informales. La automedicación sin control, subraya, puede inducir toxicidad hepática o
pancreática, e incluso la muerte. Su popularización entre influencers representa una distorsión del uso
terapéutico y una amenaza para la equidad sanitaria, pues genera desabasto para quienes realmente los
necesitan.
El artículo publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU, 2024) en la revista
OCU Salud ofrece una visión crítica y detallada sobre el auge de los agonistas GLP-1, como la
semaglutida y la liraglutida, utilizados para la pérdida de peso. Aunque estos medicamentos fueron
inicialmente desarrollados para el tratamiento de la diabetes tipo 2, su efecto secundario de inducción
de saciedad y reducción del apetito los ha convertido en productos altamente demandados para fines
estéticos.
La publicación subraya que su uso masivo ha provocado problemas de desabasto global, afectando
a pacientes que realmente los necesitan. Además, denuncia un preocupante uso off-label impulsado por
redes sociales e influencers, generando expectativas irreales y banalizando su consumo. El documento
advierte sobre efectos adversos frecuentes como náuseas, diarrea, cefalea, pérdida de cabello y cálculos
biliares, así como los riesgos aún desconocidos a largo plazo.

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La OCU cuestiona la falta de criterios para su financiación en algunos países y alerta sobre la
comercialización fraudulenta de imitaciones en Europa, lo cual ha derivado en eventos adversos graves,
incluyendo casos de hipoglucemia severa. También expone que, una vez interrumpido el tratamiento,
los pacientes suelen recuperar la mayor parte del peso perdido, lo que evidencia la necesidad de un
abordaje integral que incluya cambios sostenidos en el estilo de vida. Este documento es clave para
visibilizar las implicaciones éticas, clínicas y sociales del uso no regulado de estos medicamentos en
contextos no terapéuticos.
El trabajo de fin de grado “Semaglutida como tratamiento de la obesidad en pacientes no diabéticos”
(Medina Aguilar, 2024) aporta un análisis integral sobre la eficacia y seguridad de este agonista GLP-
1, destacando su uso extendido más allá de las indicaciones autorizadas. A través del ensayo clínico
STEP y sus distintas fases, se concluye que la semaglutida 2,4 mg semanal produce una reducción de
hasta el 15% del peso corporal en adultos y adolescentes con obesidad, incluso sin diabetes. Sin
embargo, estos beneficios solo se mantienen con un tratamiento continuo; su interrupción conlleva un
efecto rebote con recuperación significativa del peso perdido.
El documento evidencia que el uso “off-label” de Ozempic®, promovido por redes sociales, ha
provocado desabasto global, afectando a pacientes con diabetes tipo 2. También alerta sobre
falsificaciones con consecuencias graves en Europa. Además, expone riesgos clínicos como náuseas,
colelitiasis, pancreatitis leve, alteraciones tiroideas e interacciones farmacológicas. El perfil de
seguridad a largo plazo aún es incierto, dada la novedad de estos medicamentos.
Desde una perspectiva ética y de salud pública, el trabajo enfatiza que la popularización del uso
estético de semaglutida refleja una distorsión de su propósito terapéutico. La autora concluye que el uso
racional y regulado del fármaco es indispensable para garantizar la equidad en el acceso y la seguridad
de los pacientes.
El boletín farmacoterapéutico del Departamento de Salud del País Vasco (2023) proporciona un
análisis exhaustivo y crítico del uso de fármacos para la obesidad, entre ellos la liraglutida y la
semaglutida, cuya popularización más allá del ámbito clínico ha desencadenado importantes
implicaciones sanitarias. El documento señala que ambos medicamentos, originalmente diseñados para

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tratar la diabetes tipo 2, han sido autorizados en Europa para el tratamiento de la obesidad, pero
únicamente en contextos clínicos específicos y bajo estricta supervisión médica.
Se enfatiza que estos agonistas del receptor GLP-1 inducen pérdida de peso al suprimir el apetito y
retrasar el vaciamiento gástrico, pero sus efectos son transitorios: al suspender el tratamiento, se recupera
hasta dos tercios del peso perdido. Además, presentan efectos adversos frecuentes como náuseas,
vómitos, cálculos biliares, pancreatitis y riesgo potencial de ideación suicida, lo que ha motivado una
revisión de seguridad por parte de la EMA.
El texto subraya que el uso racional de estos fármacos debe limitarse a personas con obesidad
diagnosticada (IMC ≥30) o con sobrepeso y comorbilidades, dentro de un abordaje integral que incluya
dieta, ejercicio y modificación conductual. El uso masivo y desregulado promovido por figuras públicas
constituye una grave desviación médica que genera escasez para los pacientes con indicación real,
además de consecuencias éticas y sanitarias aún no totalmente cuantificadas.
El artículo “El combate de los análogos de GLP-1: efectos de semaglutida 0,5 mg semanales versus
liraglutida 3 mg diarios sobre los parámetros antropométricos durante 3 meses en la vida real” (Pujol et
al., 2024) proporciona evidencia empírica sólida sobre la eficacia comparada de ambos fármacos en
personas con obesidad sin diabetes. En este estudio observacional, se analizaron 179 pacientes que
recibieron tratamiento con semaglutida o liraglutida, además de intervenciones en el estilo de vida.
Los resultados revelan que ambas sustancias reducen significativamente el peso corporal sin
comprometer la masa magra, con efectos comparables entre sí: la semaglutida (0,5 mg/semana) y la
liraglutida (3 mg/día) lograron pérdidas de peso de aproximadamente 5–6% tras tres meses. Sin
embargo, se subraya que estas dosis se utilizaron en condiciones reales y, en el caso de la semaglutida,
fuera de la ficha técnica aprobada, lo que evidencia su uso off-label, una práctica creciente entre quienes
buscan resultados estéticos rápidos sin indicación clínica formal.
El estudio también resalta un contexto preocupante: la escasez de estos medicamentos en España
por su uso no regulado, lo que refuerza la necesidad de regulación y vigilancia. Si bien los autores
concluyen que ambas terapias son seguras a corto plazo, advierten que su uso debe enmarcarse dentro
de criterios éticos, diagnósticos y clínicos claros, alejados de la promoción superficial en redes sociales.

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El estudio “El combate de los análogos de GLP-1” (Pujol et al., 2024) ofrece evidencia empírica
sólida sobre la eficacia comparativa de la semaglutida y la liraglutida en el tratamiento de la obesidad
en pacientes sin diabetes. A través de un diseño observacional en condiciones reales, se analizó el efecto
de semaglutida 0,5 mg/semana y liraglutida 3 mg/día durante tres meses, en combinación con
intervenciones dietéticas y ejercicio estructurado. Los resultados demostraron reducciones de peso
similares entre ambos grupos, sin diferencias significativas en pérdida de masa grasa o magra, lo que
respalda la seguridad de ambas opciones a corto plazo.
No obstante, el estudio expone un aspecto crítico: el uso de semaglutida en dosis menores, fuera de
ficha técnica, motivado por su costo inferior y la escasez generalizada del medicamento. Este fenómeno
refleja la creciente presión del mercado y la medicalización del adelgazamiento impulsada por
tendencias sociales. Si bien los resultados son clínicamente válidos, también revelan cómo la
disponibilidad económica y mediática puede condicionar el acceso a tratamientos, generando
inequidades sanitarias.
El documento destaca además las limitaciones del enfoque farmacológico sin evaluación de largo
plazo y sin considerar el impacto de factores sociales en el acceso terapéutico. Así, se convierte en una
fuente clave para discutir el uso off-label de estos fármacos, no solo desde la eficacia clínica, sino desde
una perspectiva ética, regulatoria y de salud pública.
El artículo “La revolución de los agonistas GLP-1: de la diabetes y la obesidad al tratamiento del
dolor” (Robles-Funes et al., 2025) ofrece una revisión actualizada sobre las múltiples aplicaciones
terapéuticas de estos fármacos, destacando tanto su eficacia en el tratamiento de la diabetes tipo 2 como
en la pérdida de peso, pero también advirtiendo sobre su uso extensivo más allá de indicaciones clínicas
estrictas. El texto profundiza en los efectos analgésicos de la semaglutida y la liraglutida, mostrando
cómo su acción antiinflamatoria y moduladora de vías opioides endógenas abre nuevas líneas de
investigación, especialmente en pacientes con obesidad y artrosis.
Uno de los aspectos más relevantes es el análisis del ensayo STEP 9, que mostró que la semaglutida
no solo logró una pérdida de peso superior al 13% en 68 semanas, sino también una disminución
significativa del dolor articular y mejora de la funcionalidad física. Si bien parte de este efecto se
atribuye al alivio mecánico derivado de la pérdida de peso, el artículo sugiere que mecanismos directos

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sobre las vías del dolor también están involucrados, lo que amplía el espectro terapéutico de estos
fármacos.
No obstante, el entusiasmo generado por estos efectos beneficiosos ha propiciado un uso fuera de
indicación —off-label— impulsado por tendencias sociales. Esto plantea importantes desafíos éticos y
de salud pública, sobre todo cuando se produce escasez y desplazamiento de pacientes con indicaciones
legítimas.
DISCUSIÓN
Los resultados analizados revelan una preocupante normalización del uso off-label de semaglutida
(Ozempic®) y liraglutida (Saxenda®, Victoza®) para la pérdida de peso en personas sin enfermedades
metabólicas, lo cual representa un fenómeno multidimensional que combina la banalización del riesgo
clínico, la presión estética social y una evidente falla en los mecanismos de regulación sanitaria. Si bien
la eficacia de estos fármacos en la reducción ponderal está documentada (Pujol et al., 2024; Medina
Aguilar, 2024), su utilización fuera de indicación médica desvirtúa su propósito terapéutico y pone en
riesgo tanto la salud individual como la equidad en el acceso al tratamiento (Bierzychudek, 2022; Arias
Mora, 2022).
En términos éticos, la promoción masiva en redes sociales —respaldada por celebridades y figuras
públicas— ha propiciado una cultura de automedicación alimentada por ideales corporales inalcanzables
y narrativas de “soluciones rápidas” (La Hiperactina, 2025; Jaramillo, 2023). Este fenómeno, más
mediático que científico, ha derivado en desabasto global (COFEPRIS, 2024; OCU, 2024), afectando a
pacientes con diabetes tipo 2 que sí requieren estos medicamentos.
Adicionalmente, los reportes de efectos adversos graves como pancreatitis, disfunción tiroidea e
ideación suicida (Prescrire International, 2024) subrayan la necesidad urgente de reorientar la
percepción pública hacia un enfoque informado, ético y clínicamente sustentado. Los hallazgos invitan
a reconsiderar no solo los mecanismos de prescripción y publicidad farmacológica, sino también el papel
de la nutrición clínica como vía preventiva frente a una medicalización estética indiscriminada.
CONCLUSIONES
El presente estudio documental ha permitido visibilizar una problemática creciente que trasciende el
ámbito clínico y se inscribe en un fenómeno más amplio de medicalización estética: el uso off-label de

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agonistas GLP-1, como la semaglutida (Ozempic®) y la liraglutida (Saxenda®, Victoza®), por parte de
personas sin patologías metabólicas diagnosticadas. Aunque estos medicamentos han demostrado
eficacia terapéutica en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad con comorbilidades, su uso no
supervisado —promovido en redes sociales y reforzado por figuras mediáticas— representa una grave
distorsión de su finalidad médica.
Los hallazgos recopilados revelan tres dimensiones interrelacionadas. Primero, los efectos adversos
clínicos, que incluyen desde trastornos gastrointestinales y pérdida de masa muscular hasta pancreatitis
e ideación suicida, son subestimados por quienes consumen estos fármacos como una “solución rápida”
para perder peso. Segundo, el uso estético indiscriminado ha derivado en desabasto mundial, afectando
directamente a pacientes que sí requieren estos medicamentos por prescripción médica, configurando
un problema de equidad en salud. Y tercero, se identifican graves omisiones éticas tanto en la promoción
no regulada como en la banalización de los riesgos por parte de profesionales, industria y líderes de
opinión.
En consecuencia, urge una respuesta integral que combine regulación farmacológica efectiva,
campañas de alfabetización en salud y políticas públicas que desincentiven el uso cosmético de
medicamentos indicados para enfermedades crónicas. La nutrición clínica debe posicionarse como pilar
de la prevención y tratamiento del exceso de peso, frente a la tentación farmacológica mediada por
discursos estéticos superficiales. Solo desde una perspectiva crítica, ética y basada en evidencia se podrá
proteger a las poblaciones vulnerables, garantizar la disponibilidad terapéutica y defender un modelo de
salud centrado en la integridad y el bienestar de las personas.
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