Principales enfermedades del cultivo de tomate

(Solanum lycopersicum L.) en condiciones de campo

Alma Leticia Salas Gómez

a2203018005@alumnos.uat.edu.mx

ORCID ID: 0000-0001-8553-7138

Facultad de Ingeniería y Ciencias

Universidad Autónoma de Tamaulipas

Cd. Victoria, Tamaulipas

 

Eduardo Osorio Hernández

eosorio@docentes.uat.edu.mx

ORCID ID: 0000-0002-9248-8167

Facultad de Ingeniería y Ciencias

Universidad Autónoma de Tamaulipas

Cd. Victoria, Tamaulipas

 

César Alejandro Espinoza Ahumada

caespinoza@itsmante.edu.mx

ORCID ID: 0000-0002-6846-2581

Instituto Tecnológico Superior de El Mante

Quintero, Tamaulipas

 

Raúl Rodríguez Herrera

raul.rodriguez@uadec.edu.mx

ORCID ID: 0000-0002-6428-4925

Facultad de Ciencias Químicas

Universidad Autónoma de Coahuila

 

 Ma. Teresa de Jesús Segura Martínez

tsegura@docentes.uat.edu.mx

ORCID ID: 0000-0001-8559-3885

Facultad de Ingeniería y Ciencias

Universidad Autónoma de Tamaulipas

 

Efraín Neri Ramírez

eneri@docentes.uat.edu.mx

ORCID ID: 0000-0003-1547-9942

Facultad de Ingeniería y Ciencias

Universidad Autónoma de Tamaulipas

 

Benigno Estrada Drouaillet

benestrada@docentes.uat.edu.mx

ORCID ID: 0000-0002-0332-5658

Facultad de Ingeniería y Ciencias

Universidad Autónoma de Tamaulipas

 

 

RESUMEN

El tomate es un cultivo importante en la zona productora del Sur de Tamaulipas, un factor limitante para su producción son las enfermedades, causadas por hongos, virus y bacterias, pueden propagarse en condiciones de campo abierto, y se desarrollan rápidamente cuando el clima es favorable. Para realizar un control eficaz es importante identificar el agente causal y diferenciar sus síntomas, estableciendo un programa de monitoreo y aplicar las medidas de control bajo un esquema de manejo integrado de enfermedades, usando variedades resistentes a las enfermedades, además del uso de diferentes insecticidas, fungicidas y bactericidas. Sin embargo, es importante integrar prácticas culturales como y manejo de fechas de siembra, control biológico con entomopatógenos y antagonistas. Esta revisión informa las principales enfermedades del cultivo de tomate a campo abierto en el sur de Tamaulipas, México, haciendo énfasis en la sintomatología, importancia económica, características morfológicas y el manejo de la enfermedad.

 

Palabras clave: control; epidemiologia; sintomatología

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Main diseases of tomato (Solanum lycopersicum L.)

crop under field conditions

 

ABSTRACT

Tomato is an important crop in producing area of ​​southern Tamaulipas, a limiting factor for its production is diseases, caused by fungi, viruses and bacteria, they can spread in open field conditions, and they develop quickly when the weather is favorable. To carry out effective control it is important to identify the causative agent and differentiate its symptoms, establishing a monitoring program and applying control measures under an integrated disease management scheme, using disease resistant and tolerant varieties, in addition to the use of different insecticides, fungicides and bactericides. However, it is important to integrate cultural practices and management of sowing dates, biological control with entomopathogens and antagonists. This review reports the main diseases of open field tomato cultivation in southern Tamaulipas, Mexico, emphasizing symptomatology, economic importance, morphological characteristics, and disease management.

 

Keywords: control; epidemiology; symptomatology

 

 

 

Artículo recibido:  15 enero 2022

Aceptado para publicación: 08 febrero 2022

Correspondencia: a2203018005@alumnos.uat.edu.mx

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

 

 

 

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

El tomate (Solanum lycopersicum) es un cultivo muy importante a nivel mundial, debido a su demanda y alto valor nutricional, y su producción ha ido en aumento en los últimos años (Hernández-Herrera et al., 2014). México se encuentra entre los primeros 10 lugares en producción de esta hortaliza (FAOSTAT, 2019), en particular, la zona noreste de México es la de mayor importancia, destacando el estado de Sinaloa como principal productor de tomate (Martínez-Ruiz et al., 2016). El estado de Tamaulipas en el año 2019 tuvo una producción de 8,317 ton, y el sur del estado, en los municipios de Aldama, Altamira, González y Madero se obtuvo una producción de 738 ton (SIAP, 2020). Sin embargo, este cultivo se ve afectado por diversas enfermedades que pueden generar pérdidas de hasta 100%.

Dentro de los agentes bióticos y parásitos causantes de las enfermedades en el cultivo de tomate están: bacterias, virus, fitoplasmas nemátodos, insectos, plantas parasitas y hongos. Entre los que destacan son Botrytis cinérea, Alternaria dauci f. solana, Laveillula taurina, Phytopthora infestans (Mont) de Bary, Pythium aphanidermantum, Fusarium oxysporum y Rizoctonia solani (Martínez-Ruiz et al., 2016).  Dichos patógenos atacan a nivel fruto y flor, por lo tanto, pueden llegar a causar pérdidas de más del 60%. Por ello a continuación se describen los principales patógenos y las enfermedades que ocasionan daños al cultivo de tomate a campo abierto en el sur del estado de Tamaulipas. 

Alternaria spp.

Importancia económica: A nivel mundial este patógeno es causante de una de las enfermedades más importantes del tomate conocida como el tizón temprano, algunas especies de Alternaria involucradas en esta enfermedad son: A. solani y A. alternata. En condiciones de alta incidencia y severidad de la enfermedad las pérdidas de rendimiento del tomate se han estimado en 79% (Adhikari et al., 2017).

Etiología y epidemiología: Las especies de Alternaria se caracterizan por presentar un micelio conformado por hifas septadas y bien desarrolladas, conidios pluricelulares, caracterizados por ser ovoides a oblongos, netamente septados transversal y longitudinalmente, los cuales forman largas cadenas (Fabrera et al., 2002). El crecimiento de Alternaria está en un rango de temperatura de 22-28 °C, sin embargo, la esporulación ocurre a 27°C y se inhibe por debajo de 15°C o sobre 33°C. (Figura 1).

 

Figura 1. Alternaria, a) crecimiento en caja Petri b) Conidias

Fotografía de elaboración propia

La infección del patógeno es favorecida en condiciones frescas y húmedas, esta ocurre al arribar las esporas, se forma el tubo germinativo y penetra el tejido del huésped directamente al degradar la pared celular o puede ser a través de los estomas o heridas de la planta (Adhikari et al., 2017). La infección secundaria se provoca cuando las esporas producidas en las plantas infectadas se diseminan a otras plantas a través del aire y precipitación pluvial (Sánchez, 2001).

Sintomatología: Alternaria se presenta en el follaje como pequeñas manchas de color café a negro, las cuales están rodeadas por un halo amarillo, aparecen en las hojas más viejas, midiendo aproximadamente 6 mm de diámetro se pueden observar anillos concéntricos (Figura 2). Los daños que presenta el fruto ocurren en la base del pedúnculo y se pueden notar manchas hundidas, oscuras y acartonadas (Molina, 2011). A. solani solamente necesita que los tejidos y las plantas estén dañados y así poder penetrar y crecer dentro de la planta (Barkai-Golan, 2001). En la postcosecha es el principal causante del moho negro en los frutos, generando importantes pérdidas (Morris et al., 2000).

Métodos de control:  El hongo fitopatógeno Alternaria alternata puede ser controlado con productos de contacto que actúan antes de la etapa de la penetración, utilizando ingredientes activos como clorotalonil, mancozep, folpan, hidróxido u oxicloruro de cobre, Folped, captan. También se pueden utilizar ingredientes activos con acción sistémica, que actúan en el control del hongo que está en periodo de infección, para ello se utilizan sustancias activas como azoxystrobin, benomilo, cyprodinil-fludioxonil, difenoconazol, y propiconazol. Las aplicaciones de los fungicidas, dosis y recomendaciones generales se realizan con base a la formulación adquirida y las especificaciones del producto (DEAC PLM México, 2020). El efecto de control de los extractos de canela (Cinnamomum zeylanicum) y gobernadora (Larrea tridentata) se ha demostrado en condiciones de laboratorio (Ramírez et al., 2016), estos son utilizados en condiciones de campo abierto como una alternativa al manejo de la enfermedad, para lo cual se aplican de manera preventiva.

Figura 2. Síntomas de Alternaria: a) Amarillamiento y manchas cafés, B) Anillamiento circular y amarillamiento

Imagen que contiene hongo, lechuga, verde, pequeño

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Fotografía elaboración propia (a), de Eduardo Osorio Hernández (b)

Botrytis cinérea

Importancia económica: es el causante de la enfermedad del moho gris, es de gran importancia en el cultivo de tomate, se considera de las más devastadoras ya que provoca grandes pérdidas económicas, en casi la mayoría de los países del mundo infecta las plantas de tomate en cualquier etapa vegetativa, incluyendo la postcosecha (Benito et al., 2000). La enfermedad causada por Botrytis cinerea, tiene un impacto significativo en la agricultura y es de particular interés para los productores, expertos en agricultura, asesores, personal de extensión e investigadores de todo el mundo (Fillinger & Elad, 2016), provoca pérdidas anuales de entre 10 y 100 000 millones de dólares estadounidenses en todo el mundo (Weiberg et al., 2013).

Etiología y epidemiología: B. cinerea posee un micelio tabicado, con hifas de aspecto algodonoso, de 11-23 µm de diámetro. La mayoría de las especies de B. cinerea producen numerosas conidias (macroconidia) que son asexuales, hialinos, unicelulares, ovoides y ubicados sobre extremos redondeados, las conidias son de vida corta y sobreviven dependiendo de las condiciones climáticas. (Fillinger & Walker, 2016). Los cuerpos fructíferos donde se ubican las conidias están ubicadas en los conidióforos ramificados que se desarrollan sobre los tejidos infectados. Los conidióforos, son de 1-3 mm de largo, a diferencia de los conidios, son ovoides, de 10-12 µm por 8- 10 µm, unicelulares y ligeramente grisáceos. In vitro, el micelio crece profusamente, y es de color blanco cambiando a marrón oliva grisáceo (García, 2017) (Figura 3). El patógeno algunas veces forma esclerocios y clamidosporas variables, lo cual les permite sobrevivir periodos secos, y en condiciones favorables pueden germinar y producir hifas o macroconidias para el desarrollo de la enfermedad. (Blanco et al., 2016; González et al., 2016), el cual es favorecido cuando existen altas densidades de siembra, lluvias continuas, humedad relativa alta (>70 % por al menos 12 h) y temperaturas entre 8 y 22 °C (Jaramillo et al., 2013).

Figura 3. Botrytis cinérea, a) Crecimiento en caja Petri y b) conidióforos con conidios maduros

Círculo

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Fotografía de María Elena Gutiérrez

Sintomatología: se pueden observar en tallos como grandes manchas y chancros que avanzan hasta formarse un estrangulamiento, provocando la muerte de la planta al bloquear el sistema vascular. Las lesiones se cubren de abundante micelio y esporas de color café oscuro, las hojas presentan lesiones en el ápice de color café, anillos concéntricos en el haz de la hoja y en el envés se encuentra abundante esporulación.  Los pétalos de las flores son susceptibles a la infección (Figura 3), se puede iniciar a partir de ellos y avanzar hasta los frutos, donde la podredumbre es blanda o acuosa de color café, y por lo general se localiza donde se une el pedúnculo con el fruto donde se presenta abundante esporulación de un color grisáceo (Jaramillo et al., 2013).

 

 

 

Figura 3. Infección causada por Botrytis cinérea en pétalos de la flor

Una rama con hojas verdes

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Fotografía elaboración propia

Métodos de control: Se ha reportado el biocontrol para Borytis cinérea con Trichoderma harzianum, obteniéndose resultados en la sanidad de las plantas sometidas al tratamiento (Abro, 2013). Los microorganismos Trichoderma sp., Bacillus sp. y Ulocladium sp. son agentes de biocontrol para reducir el uso de fungicidas sintéticos (Vos et al., 2015). La aplicación foliar del extracto de gobernadora tiene un efecto preventivo de la enfermedad, utilizando una solución del 1% del extracto y un volumen de aplicación de 200 l/ha. Por su parte, el control químico se aplica con fungicidas preventivos de las sustancias activas oxicloruro de cobre, clorotalonil, mancozeb y folpet, cuando las condiciones climáticas son favorables para el desarrollo de la enfermedad se realizan aspersiones de los ingredientes activos benomilo, Fludioxonil, Ciprodinil y boscalid (DEAC PLM México, 2020).

Fusarium oxysporum

Importancia económica: Entre las enfermedades más importantes que afectan este cultivo esta la causada por Fusarium oxysporum f. sp. lycopersici (FOL), el cual contribuye significativamente al marchitamiento vascular del tomate. Sus daños desencadenan en el hospedante una serie de afecciones generalmente de carácter irreversible, originando pérdidas económicas considerables de hasta un 60% además de afectar la calidad del producto, esta enfermedad afecta al menos 32 países en gran diversidad de condiciones, reportándose tres razas, las cuales se distinguen por su virulencia en materiales que contienen genes de resistencia (García et al., 2007).

Etiología y epidemiología: El crecimiento de F. oxysporum en PDA es color blanco, se observan microconidias microscópicamente unicelulares y bicelulares, de forma ovoide a elipsoide sobre fiálides cortas agrupadas en cabezas de falas y microconidias de tres septos con células apicales ligeramente curvadas (Espinoza-Ahumada et al., 2019). El micelio puede ser algodonoso, aéreo, abundante y a veces escaso con una coloración variable, de blanco a rosado durazno (Figura 4), pero usualmente con un tinte púrpura o morado que se vuelve más intenso (Garcés de Granada et al., 2001). En ocasiones produce abundantes esporas y macroconidias de color naranja, en algunos aislamientos se produce en una masa central de esporas abundantes macroconidias de tonalidades entre naranja y violeta pálido, además de esclerotes pequeños de color marrón claro a oscuro. (Leslie & Summerell, 2006). FOL es un hongo cosmopolita saprófito del suelo que destaca entre los hongos predominantes de los suelos cultivados. Este patógeno afecta al cultivo de tomate a temperaturas mayores a 28°C en campo (Debbi et al., 2018). FOL tiene tres razas conocidas como patógenos de cultivos de tomate y su distintivo son los genes de resistencia. Las razas 1 y 2 crecen en regiones productoras de tomate del mundo, la raza 3 se ha presentado en países como California, Australia, el suroeste de Georgia y México. La mayoría de las variedades comerciales de tomate cultivadas en todo el mundo son resistentes a las razas 1 y 2, pero muy pocas son resistentes a la raza 3 (Biju et al., 2017). Su propagación a distancias cortas es a través del riego y equipos agrícolas, a distancias grandes es por suelos o trasplantes infectados (Agrios, 2005). Cuando el suelo agrícola se contamina con FOL, este hongo permanece indefinidamente aun en ausencia de un huésped (Animashaun et al., 2017, Prihatna et al., 2018). La clamidospora inactiva de FOL en suelo infestado puede sobrevivir indefinidamente en ausencia de un huésped (Khan et al., 2017; Cha et al., 2016).

Figura 4. F. oxysporum, a) crecimiento en caja petri b) conidia vista al microscopio

Imagen que contiene Diagrama

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Fotografía de elaboración propia

Sintomatología: El FOL ingresa a la epidermis de la raíz, luego se dispersa a través del tejido vascular hasta los vasos del xilema de la planta, lo que provoca obstrucción y produce síntomas de marchitez, su identificación morfológica se puede realizar a través de la marchitez de las plantas, presentándose hojas de color amarillo, tallos necróticos y con un rendimiento mínimo o nulo (Singh et al., 2017).

El desarrollo de la enfermedad causada por Fo es un proceso complejo compuesto de varias etapas secuenciales: primero se observan en la raíz síntomas de la interacción huésped-patógeno, después la unión del patógeno a la superficie de los pelos de la raíz y la propagación de hifas, seguido de la invasión de la corteza de la raíz y tejido vascular y diferenciación dentro de los vasos del xilema, ocurriendo finalmente la exudación de las toxinas y los factores de virulencia. La colonización de los vasos conduce al desarrollo de enfermedades y al marchitamiento característico de la planta huésped (Di et al., 2016).

Los síntomas iniciales de la enfermedad se presentan en las hojas inferiores hasta llegar de manera gradual al marchitamiento total de la planta, el tejido vascular colonizado presenta color marrón obscuro, el cual se extiende hasta el ápice y provoca la marchitez y muerte de las plantas (Figura 5), debido la acumulación de micelio fúngico en el xilema y sus alrededores, a la producción de micotoxinas, inactivación de las defensas del huésped y la producción de tilosas; sin embargo, los síntomas de marchitez son variables (Srinivas et al., 2019).

Figura 5. Síntomas del ataque de Fusarium. a) Cultivo de tomate con síntomas de marchitez causada por Fusarium oxysporum, b) Hoja con marchitamiento y clorosis.

Un dibujo de un árbol

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Fotografía de Eduardo Osorio Hernández

Métodos de control: se utiliza el control biológico con Trichoderma asperellum, T. harzianum y T. yunnanense (Jiménez et al., 2018), Bacillus liqueniformis, B. subtilis, y B. amyloliquefaciens (Hernández et al., 2014), además de mezclas de fermento propagativo microbiano (MFPM) a base de Bacillus spp y Trichoderma spp. (Espinoza et al., 2019). Otra alternativa que se utiliza para controlar la infección por Fusarium oxysporum en tomate es el silenciamiento génico postranscripcional de los genes FOW2 y chsV inducido por el huésped (Bharti et al., 2017). El manejo de la enfermedad ha tenido éxito al sembrar semillas híbridas mejoradas que expresan resistencia a la enfermedad. El uso de fungicidas químicos ofrece poco control, sin embargo, el manejo de la enfermedad se recomienda con fungicidas de ingredientes activos del grupo de los bencimidazoles.

Bacterias fitopatógenas en el tomate.

Xanthomonas campestris

Importancia económica: Este patógeno se encuentra en todo el mundo y representa una grave amenaza ya que afecta principalmente a cultivos de importancia económica (Denancé et al., 2018). Las condiciones ideales para que se desarrolle la infección por este patógeno son las altas temperaturas y la humedad que se presentan en verano, este patógeno produce defoliación, manchado de frutos y perdidas en rendimiento de los frutos (Kaur et al., 2016). Esta enfermedad es de gran importancia en los cultivos de tomate y chile en el estado de Sinaloa, donde causa importantes pérdidas (Carrillo et al., 2001).

Etiología y epidemiología: Las células de Xantomonas campestris tienen forma de bastón o varilla recta de 0.4-0.6 por 0.8-2.0 micrómetros, son Gram negativa y son capaces de moverse, poseen un solo flagelo polar y no forma esporas, son aeróbicas obligadas, dado que el oxígeno lo utilizan como aceptor de electrones terminales. Por lo general, son amarillas, lisas, viscosas o mucoides (Saddler & Bradbury, 2015). Ha sido reportada como patogénica en especies vegetales de interés comercial pertenecientes a la familia Solanaceae, Malvaceae, Cucurbitaceae, Umbileferae, Leguminoceae y Graminaceae (Bhat et al., 2010). Su ciclo de infección se divide en dos partes epifítica y endofítica, la primera comienza cuando las bacterias tienen contacto con los tallos, hojas o frutos hasta que penetran al hospedero a través de heridas o aberturas naturales, comenzando su fase endofítica colonizando el hospedero con altas poblaciones de bacterias, las cuales reemergen a la superficie de las hojas para posteriormente ser trasmitidas a un nuevo hospedero a través del viento o la lluvia y así comenzar un nuevo ciclo infectivo (An et al., 2020)

Sintomatología: Se forma una lesión clorótica amarilla en forma de “V” con el vértice hacia la vena central de las hojas, junto con un oscurecimiento de las venas, lo cual indica que la bacteria a través del sistema vascular, así mismo se multiplica en el xilema, el cual se desintegra y ocurre una dispersión sistemática a través de las células parenquimáticas las cuales son descompuestas y se presenta cavitación (Agrios, 2005). Las zonas afectadas de la planta cambian de cloróticas a necróticas, las hojas caen prematuramente, se retrasa el crecimiento y la planta muere (Holub, 2013). El oscurecimiento que se presenta en las venas avanza hasta el tallo, las hojas superiores e inferiores y las raíces. (Agrios, 2005) (Figura 6).

Figura 6. Hoja del cultivo tomate con sintomas de X. campestris

Una planta con hojas verdes

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Fotografía de Eduardo Osorio Hernández

Métodos de control: Tradicionalmente se utiliza antibióticos y cobre aplicado a las plantas además de tratar la semilla con químicos y agua caliente (Vicente & Holub, 2019), debido a la contaminación por el uso de cobre junto a la resistencia que se ha generado a los antibióticos se propone el uso de bacterias biocontroladoras como Pseudomonas y Bacillus (Elsisi, 2017). 

Un intercambio de un solo aminoácido de valina a leucina en el extremo C-terminal de SP1 resultó en una inhibición del crecimiento más de 20 veces mayor de Xanthomonas campestris pv. Vesicatoria (Herrera et al., 2016). Para el control de este patógeno se recomienda la rotación de cultivos para romper los ciclos biológicos, control de plagas y malezas, mejorar el contenido de nutrientes, la estructura del suelo, reducción de la erosión y el aumento de la biodiversidad de microorganismos (Reddy et al., 2017)

El virus de la cuchara o virus del rizado de la hoja amarilla del tomate (Tomatto yellow leaf curl virus, TYLCV) (Geminiviridae: Begomovirus)

Importancia económica: El virus del rizo de la hoja amarilla del tomate (TYLCV) infecta el tomate (Solanum lycopersicum) y es transmitido por la mosca blanca Bemisia tabaci, es la enfermedad viral más devastadora que presenta el cultivo de tomate que se cultiva en las regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo, y causa pérdidas de hasta el 100%, en la mayoría de las regiones es considerado una limitante en su producción (Moriones & Navas, 2000).  La mayoría de los virus vegetales, como los begomovirus han evolucionado a través de mutaciones periódicas y eventos de recombinación, lo que genera la aparición de nuevos patotipos que se desarrollan en condiciones diferentes a las acostumbradas y desafían la resistencia del huésped (Lefeuvre & Moriones, 2015).

Etiología y epidemiología: Este virus fue reportado por primera vez en el estado de Sinaloa en el año 2005 -2006 donde causo grandes pérdidas en el cultivo de tomate (Garzón, 2015). El principal vector del TYLCV es la mosca blanca del camote, B. tabaci biotipo B, existen reportes de que este virus no se trasmite por otras especies de mosca blanca o semilla.

Sintomatología: TYLCV inicia en las hojas jóvenes presentando amarillamiento, rizado y ahuecamiento de las hojas, lo que genera una disminución de la eficiencia fotosintética, los síntomas van aumentando a medida que las hojas envejecen, esto genera retraso en el crecimiento y el aborto de la floración lo que reduce significativamente el rendimiento de frutos (Abhary et al., 2007)

La mosca blanca ocasiona daños directos e indirectos a los hospederos, los cuales los causan las ninfas y los adultos, los daños directos son causados debido a que inserta el estilete, succiona la savia de la planta y contamina las células con sus toxinas, lo cual causa interferencia en la producción de clorofila generando plantas amarillentas y anquilosadas (Figura 7) por lo cual esa enfermedad es conocida como “amarillamiento del psílido. Otro tipo de daño que causa de manera indirecta es cuando se alimenta de la planta y la contamina con fitoplasmas y otro tipo de organismos que originan la enfermedad del permanente del tomate (PT) (Garzón-Tiznado et al., 2009).

Figura 7. Mosca blanca causante de la virosis en tomate a) Bemisia tabaci en hoja de tomate, b) Síntomas en plantas de tomate

Un jardín con plantas verdes

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Fotografía de Eduardo Osorio Hernández (a), elaboración propia (b)

Métodos de control: El manejo se realiza en su mayoría con insecticidas para el control de la mosca blanca. Sin embargo, debido a su capacidad para invadir los tejidos del hospedero y la circulación frecuente del virus, estos controles a menudo fallan, lo que ocasiona resistencia en la mosca blanca lo que genera una mayor propagación de la enfermedad (Schuster et al., 2010). El uso excesivo de plaguicidas produce contaminación ambiental (Palumbo et al., 2001). El uso de barreras de malla fina en las plantas de tomate como método físico aumentan el costo de producción, y solo sirve como prevención, pero no reduce el tamaño de las poblaciones de mosca blanca (Antignus et al., 1998). En los programas de mejoramiento de plantas de tomate utilizan fuentes genéticas para obtener una resistencia confiable y duradera contra TYLCV, las cuales han sido eficaces para prevenir pérdidas de rendimiento debido a este virus y a su vez reducir el costo de control de enfermedades (Dhaliwal et al., 2020).

Los hongos entomopatógenos (EPF) durante mucho tiempo han demostrado ser enemigos naturales de la población de insectos (Jiang et al., 2020), ya que las especies de EPF de diferentes géneros ayudan a combatir de manera natural a poblaciones de B. tabaci, identificándose alrededor de 20 especies que actúan de manera eficaz contra este insecto (Ali et al., 2018, Sain et al., 2019). Las especies de EPF más utilizadas como agentes de control para B. tabaci son: Ashersonia spp., Isaria fumosoroseus Metarhizium anisopliae, Beauveria bassiana y Verticillium lecanii, (Abdel-Raheem & Al-Keridis, 2017; Zhang et al., 2017) ya que los EPF se conocen por infectar y matar a B. tabaci en todas las etapas de su vida (Iannacone & Gómez 2008).

CONCLUSIONES

El cultivo de tomate en el sur de Tamaulipas enfrenta pérdidas estimadas de un 60 a 100% en el rendimiento, además de una baja calidad de la cosecha, esta problemática es ocasionada por los fitopatógenos Alternaria spp., Botrytis cinérea, Fusarium oxysporum, Xanthomonas campestri y Virus del rizado de la hoja amarilla del tomate (TYLCV). Para el manejo de las enfermedades se debe realizar una planeación donde se integren los diferentes métodos de control, elaborando un programa de monitoreo en las distintas etapas fenológicas del cultivo, para detectar los signos y síntomas de las enfermedades y condiciones climáticas favorables para el desarrollo de estas. Con todo lo anterior, se tomarán las decisiones pertinentes para el establecimiento del cultivo y la aplicación de sustancias activas para el control de vectores, hongos y bacterias, aplicando las dosis recomendadas y evitar que el patógeno genere resistencia y así mismo, se eviten daños y pérdidas económicas. 

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