pág. 3290
¿PLAGUICIDAS ASESINOS? CÁNCER DE PIEL
POR EL MAL MANEJO AGRÍCOLA EN
POBLACIÓN RURAL DE MILAGRO, 2022

KILLER PESTICIDES? SKIN CANCER DUE TO

AGRICULTURAL MISMANAGEMENT IN RURAL

POPULATION OF MILAGRO, 2022

Doménica María Echeverría López

Universidad Estatal de Milagro

Melanie Daniela Vives Vargas

Universidad Estatal de Milagro

Edgar Starlyn Moreira De La Torre

Universidad Estatal de Milagro

Brayan Joel Agualongo Chimbolema

Universidad Estatal de Milagro

Mauricio Alfredo Guillen Godoy

Universidad Estatal de Milagro
pág. 3291
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i3.17950
¿Plaguicidas asesinos? Cáncer de piel por el mal manejo agrícola en
población rural de Milagro, 2022

Doménica María Echeverría López
1
decheverrial@unemi.edu.ec

https://orcid.org/0009-0002-3271-1037

Universidad Estatal de Milagro

Ecuador

Melanie Daniela Vives Vargas

mvivesv@unemi.edu.ec

https://orcid.org/0009-0003-7088-3849

Universidad Estatal de Milagro

Ecuador

Edgar Starlyn Moreira De La Torre

emoreirad2@unemi.edu.ec

https://orcid.org/0009-0009-6524-347X

Universidad Estatal de Milagro

Ecuador

Brayan Joel Agualongo Chimbolema

bagualongoc@unemi.edu.ec

https://orcid.org/0009-0002-4605-8788

Universidad Estatal de Milagro

Ecuador

Mauricio Alfredo Guillen Godoy

mguilleng@unemi.edu.ec

https://orcid.org/0000-0001-8965-5959

Universidad Estatal de Milagro

Ecuador

RESUMEN

El cáncer de piel se ha convertido en una de las enfermedades más frecuentes a nivel mundial, con una
incidencia especialmente preocupante en comunidades rurales expuestas a factores ambientales y
ocupacionales de alto riesgo. Esta investigación analizó la relación entre el uso inadecuado de
plaguicidas y la aparición de cáncer de piel en trabajadores agrícolas de la parroquia Roberto Astudillo,
cantón Milagro, Ecuador. Se trabajó con una muestra de 372 personas, bajo un enfoque cuantitativo, un
diseño correlacional no experimental y mediante la aplicación de encuestas estructuradas. Los resultados
evidenciaron que el 67 % de los participantes labora regularmente en entornos donde se utilizan
plaguicidas, y el 49 % manifestó no utilizar equipo de protección personal o hacerlo de forma esporádica,
aumentando así su nivel de exposición y riesgo. Además, el 72 % de los encuestados percibió un
incremento sostenido de casos de cáncer de piel en su comunidad, lo que podría estar asociado al
contacto directo o indirecto con agroquímicos mal gestionados. Estos hallazgos ponen de manifiesto una
alarmante carencia de medidas preventivas, formación técnica y políticas públicas efectivas sobre el uso
seguro de plaguicidas. Se concluye que existe una relación significativa entre el mal manejo de
plaguicidas y el riesgo de desarrollar cáncer de piel, lo que requiere la implementación urgente de
estrategias integradas en salud, educación y regulación para proteger a las poblaciones rurales expuestas.

Palabras claves: cáncer, plaguicidas, bioseguridad, salud, trabajadores

1
Autor principal
Correspondencia:
decheverrial@unemi.edu.ec
pág. 3292
¿
Killer pesticides? Skin cancer due to agricultural mismanagement in rural
population of Milagro, 2022

ABSTRACT

Skin cancer has become one of the most common diseases worldwide, with particularly concerning

incidence rates in rural communities exposed to high environmental and occupational risks.
This study
examined the relationship between improper pesticide use and the development of skin cancer among

agricultural workers in the Roberto Astudillo parish, located in the Milagro canton, Ecuador. A sample

of 372 individuals was analyzed using a quan
titative approach, a non-experimental correlational design,
and structured surveys for data collection. Results showed that 67% of participants work regularly in

environments where pesticides are used, and 49% reported either never using personal protectiv
e
equipment (PPE) or doing so only occasionally, thereby increasing their level of exposure and health

risk. Additionally, 72% of respondents perceived a sustained rise in skin cancer cases within their

community, which may be linked to direct or indirect
contact with improperly managed agrochemicals.
These findings reveal a critical lack of preventive measures, technical training, and effective public

policies regarding the safe use of pesticides. The study concludes that there is a significant relationshi
p
between the mismanagement of pesticides and the risk of developing skin cancer, highlighting the urgent

need for integrated strategies in health, education, and regulation to protect vulnerable rural populations
.
Keywords
: cancer, pesticide, workers, biosecurity, health
Artículo recibido 11 mayo 2025

Aceptado para publicación: 13 junio 2025
pág. 3293
INTRODUCCIÓN

El uso de plaguicidas en las actividades agrícolas, especialmente en zonas rurales
de países que se
encuentran en vía de desarrollo, se ha considerado como una práctica
frecuente con consecuencias
preocupantes para la salud pública
. Diversas investigaciones como la realizada por Ordoñez et al.
(
2019), han evidenciado que la exposición constante e inadecuada a estos componentes químicos pueden
provocar efectos carcinogénicos,
particularmente en la piel, uno de los órganos más vulnerables al
contacto ambiental
. En este contexto, la presente investigación determinar la incidencia del mal manejo
de plaguicidas en la aparición de cáncer de piel en la población rural de la ciudad de Milagro
, Ecuador,
durante el año 2022
. Región caracterizada por la alta actividad agrícola y la escasa regulación en el uso
de
agroquímicos, lo que promueve condiciones propicias para el desarrollo de enfermedades
dermatológicas graves.
A través del enfoque metodológico, se pretende evidenciar de forma científica
la relación existente entre las prácticas agrícolas inseguras y los riesgos oncológicos, con la finalidad

fortalecer la educación preventiva e
impulsar las acciones de bioseguridad en comunidades rurales
expuestas.

Desde estas perspectivas, el cáncer de piel se ha convertido en una de las principales causas de

morbilidad a nivel mundial
(Leroy, 2020)., producto de una interacción compleja entre factores
genéticos, ambientales y ocupacionales
. Dentro de la diversidad de formas de cáncer, el de la piel destaca
de manera específica por su creciente prevalencia
y frecuencia diagnóstica durante los últimos años. En
este sentido, la problemática tiende a
agravarse en sectores rurales netamente agrícolas, donde el uso
intensivo y
desproporcionado de plaguicidas, sumado a la carencia de equipos de protección personales
adecuados, representa una amenaza directa
para las personas que se dedican a estas labores. Por lo tanto,
en estos contextos, la exposición dérmica a sustancias tóxicas es constante, situación que incrementa el

riesgo de desarrollar enfermedades cutáneas graves, cómo el cáncer de la piel
(Pabón, 2020).
En el cantón Milagro, ubicado en la provincia del Guayas, se puede observar que la actividad agrícola

representa
una de las principales fuentes de sustento económico de muchas familias asentadas en las
zonas rurales
, especialmente en la parroquia Roberto Astudillo, donde el uso de agroquímicos resulta
frecuente durante los últimos años
. Desde estas perspectivas, la exposición continua a sustancia
altamente tóx
icas, como los plaguicidas, sin que se consideren las medidas pertinentes de bioseguridad,
pág. 3294
ha ocasionado un alto índice de alerta y preocupación debido a los efectos acumulativos
respecto a la
salud, particularmente en la piel.

Ante esta problemática, la presente investigación
estuvo orientada a identificar la influencia del manejo
inadecuado
de plaguicidas en la aparición del cáncer de piel en comunidades rurales de la localidad.
Para su efecto
, se plantearon como ejes de análisis la identificación de trabajadores que han sido
expuestos de forma regular a plaguicidas, además de la evaluación
de las condiciones inseguras respecto
a la manipulación de estos productos
, así como la percepción de los habitantes sobre el incremento de
casos
durante los últimos años, teniendo como base un contexto marcado por las prácticas agrícolas
deficientes que podrían convertirse en factores incidentes
en el desarrollo de esta patología
dermatológica severa.

A pesar de la elevada exposición a agentes potencialmente cancerígenos, muchas prácticas agrícolas en

las zonas rurales continúan realizándose sin regulaciones efectivas ni procesos de capacitación

adecuados sobre el uso seguro de plaguicidas. La interacci
ón de factores ambientales, laborales y
sociales ha configurado un entorno propicio para el desarrollo de enfermedades como el cáncer de piel,

cuyas manifestaciones iniciales suelen pasar desapercibidas o confundirse con afecciones cutáneas

benignas. En es
te contexto, el análisis del vínculo entre el mal manejo de plaguicidas y la salud
dermatológica de los trabajadores agrícolas se vuelve una prioridad urgente. Tal análisis es esencial para

sustentar la formulación de intervenciones sanitarias y políticas
públicas que garanticen la protección
de esta población altamente vulnerable
(Rivas & Alfonso, 2021).
Diversos estudios han demostrado que la exposición prolongada a plaguicidas está estrechamente

relacionada con un incremento en la incidencia de enfermedades oncológicas, entre ellas, el cáncer de

piel. Estas sustancias químicas, muchas de ellas clasificad
as como probable o posible carcinógenos por
la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), actúan sobre el ADN celular,

favoreciendo procesos mutagénicos y degenerativos a nivel dérmico (IARC, 2020). A nivel global, se

estima que cada añ
o se registran al menos 150 nuevos casos de cáncer de piel por cada 100.000
habitantes, lo que equivale a más de seis millones de diagnósticos anuales (World Health Organization

[WHO], 2022). Esta cifra continúa en ascenso, impulsada por factores como el c
recimiento demográfico,
la intensificación de actividades agrícolas, la industrialización no regulada y la escasa implementación
pág. 3295
de medidas de bioseguridad laboral. En las regiones rurales de países en desarrollo, donde el control

sobre el uso de plaguicidas es limitado, el riesgo se ve aún más potenciado, configurando un escenario

crítico de salud pública que demanda intervención i
nmediata (Salas & Bello, 2022)
En Ecuador, el uso de plaguicidas en la agricultura constituye una práctica extendida y alarmante,

especialmente en regiones rurales donde predominan las actividades agroproductivas. El cantón

Milagro, en la provincia del Guayas, concentra una significativ
a población de trabajadores agrícolas que
están expuestos de forma constante a estos compuestos químicos sin contar, en muchos casos, con los

conocimientos ni las medidas de protección adecuadas. Según datos del Instituto Nacional de Estadística

y Censos (
INEC, 2022), más del 60 % de los trabajadores agrícolas en zonas rurales desconocen los
protocolos básicos de seguridad para la manipulación de plaguicidas, lo que incrementa notablemente

su nivel de riesgo.

Ante lo expuesto
, Ecuador se ubica entre los países con mayor uso de plaguicidas por hectárea en
América Latina, alcanzando un promedio de 20 kilogramos por hectárea, de acuerdo con el Ministerio

del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE, 2021). Esta exposición fre
cuente y desregulada
representa un riesgo tangible para la salud pública, particularmente en lo que respecta al desarrollo de

enfermedades dermatológicas graves. La Sociedad de Lucha contra el Cáncer (SOLCA, 2023) reportó

que entre 2019 y 2
022 el cáncer de piel representó el 4,8 % de los nuevos casos de cáncer diagnosticados
en el país, cifra que refleja la creciente amenaza que implica la exposición continua a agentes químicos

sin adecuada prevención.

Por otra parte, investigaciones recientes han evidenciado que la combinación entre la exposición a

plaguicidas y la radiación ultravioleta (UV) incrementa de forma significativa el riesgo de desarrollar

cáncer de piel. Aunque se reconoce que la radiación U
V es el principal agente etiológico de esta
enfermedad, diversos factores adicionales como el estilo de vida, los hábitos alimenticios, la

contaminación ambiental y, especialmente, la exposición a sustancias químicas como los plaguicidas,

actúan de manera
sinérgica para potenciar el daño cutáneo (González, López & Martínez, 2020). El
cáncer de piel, por tanto, se posiciona como el tipo de cáncer más frecuente en la población mundial, lo

cual se explica por el hecho de que la piel es el órgano más expuesto a
los agentes del entorno,
pág. 3296
convirtiéndose en la primera línea de contacto con factores físicos, químicos y biológicos capaces de

alterar su integridad celular
.
En este contexto, la presente investigación resulta fundamental para visibilizar una problemática de

salud pública escasamente abordada en el ámbito nacional: la relación entre las malas prácticas agrícolas

en el manejo de plaguicidas y la aparición de cán
cer de piel en trabajadores rurales del cantón Milagro.
Generar evidencia empírica y contextualizada sobre esta realidad permitirá no solo comprender la

magnitud del riesgo, sino también orientar el diseño de estrategias efectivas de prevención, educación

sanitaria y promoción de la salud. Asimismo, los hallazgos de este estudio aportan elementos clave para

la formulación de políticas públicas que garanticen condiciones laborales seguras y bioseguras en

comunidades agrícolas vulnerables. De este modo, esta
investigación representa una contribución
significativa a la literatura científica ecuatoriana, al integrar los factores sociales, ambientales y

ocupacionales que inciden directamente en la salud dermatológica de quienes se dedican a labores

agrícolas en e
ntornos rurales.
METODOLOGÍA

El enfoque metodológico de esta investigación fue cuantitativo, dado que se fundamentó en la

recolección y análisis de datos numéricos para describir y comprender una realidad específica dentro de

un contexto determinado. En cuanto a su alcance, se adoptó
un diseño correlacional, con el propósito de
examinar la relación existente entre la variable independiente (mal manejo de plaguicidas) y la variable

dependiente (cáncer de piel). Asimismo, el estudio fue de tipo no experimental, ya que no se

manipularon d
eliberadamente las variables, sino que se observaron fenómenos ya existentes en su
contexto natural.

Para la recolección de datos, se utilizó la técnica de encuesta aplicada a la población rural del cantón

Milagro, lo cual permitió obtener información estructurada y representativa sobre prácticas agrícolas,

condiciones de exposición a plaguicidas y percep
ciones sobre la incidencia de cáncer de piel. Esta
estrategia metodológica facilitó la verificación empírica de la hipótesis planteada y el análisis de

patrones de asociación entre las variables estudiadas
.
Posteriormente, se llevó a cabo una revisión teórica rigurosa de ambas variables, recurriendo a diversas

fuentes de información científica y académica. Entre
ellas se incluyeron bases de datos especializadas
pág. 3297
como Google Académico, repositorios digitales de universidades nacionales e internacionales, tesis de

grado y posgrado, artículos indexados en revistas científicas arbitradas, así como informes técnicos y

estadísticos emitidos por instituciones oficiales c
omo el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INEC), el Ministerio de Salud Pública (MSP) y la Sociedad de Lucha contra el Cáncer del Ecuador

(SOLCA). Esta indagación documental permitió contextualizar el problema de estudio, identificar

antecedentes
relevantes, sustentar teóricamente las variables y enriquecer el análisis de los resultados
obtenidos
.
Para garantizar la validez de los resultados obtenidos, la encuesta fue aplicada específicamente a

residentes de la comunidad rural de Roberto Astudillo, perteneciente al cantón Milagro, cuya población

total asciende a 10.823 habitantes. A partir de este u
niverso, se seleccionó una muestra representativa
de 372 personas, utilizando para la recolección de datos la plataforma digital “QuestionPro”, que

permitió estructurar y aplicar el cuestionario de manera eficiente. El instrumento incluyó un total de 13

pr
eguntas: cinco dirigidas a la medición de la variable independiente (mal manejo de plaguicidas), seis
orientadas a la variable dependiente (cáncer de piel) y dos de carácter general para contextualizar a los

encuestados. Posteriormente, los datos fueron or
ganizados y tabulados mediante el software Microsoft
Excel, generando tablas de frecuencia que permitieron identificar patrones de respuesta. Con base en

este procesamiento, se realizó un análisis cuantitativo detallado que facilitó la obtención de conclus
iones
relevantes y fundamentadas para el objetivo de la investigación
.
RESULTADOS

La tabla 1, que nos indica el uso regular de plaguicidas, n
os brinda detalles relevantes, un 67% de los
encuestados señaló que trabaja en un entorno donde se emplean plaguicidas, lo que implica una mayor
susceptibilidad a padecer enfermedades, como el cáncer de piel, debido a la exposición constante a estos
químicos nocivos.

La tabla 2 basada en el mal manejo de plaguicidas, demostró que las respuestas “nunca” con un 18% y
“casi nunca” con un 31% dio un porcentaje total y relevante de un 49% lo que nos indicó que este grupo
no tiene la precaución de usar algún tipo de protección al momento de manipular los plaguicidas, esto
presenta un problema, ya que al estar expuestos sin ningún tipo de protección lo riesgos aumentan. Entre
las demás respuestas se distingue “ocasionalmente” con 22%, este grupo de personas hace uso del equipo
pág. 3298
de protección de manera poco frecuente lo cual no los exenta de los riesgos que tiene el inadecuado
manejo de los plaguicidas.

La tabla 3 relacionada al cáncer de piel, nos permite observar que las respuestas entre “regular” con un
33%, “bastante” con 17% y “mucho” con un 22%, dío un resultado total del 72% de aumento de casos
de cáncer de piel en la comunidad Roberto Astudillo en los últimos años, esto se debe por el contacto
ya sea directo o indirecto con el uso inadecuado de plaguicidas, por lo tanto, en esta situación se debe
tener muy en cuenta para poder tomar medidas de control y prevención para que no aumente el
porcentaje de casos que puede ser muy perjudicial para la población y además para poder preservar la
salud de los individuos.

DISCUSIÓN

Los resultados obtenidos a partir del estudio realizado en la parroquia Roberto Astudillo, cantón
Milagro, evidencian una situación crítica de salud pública. Según los datos presentados en la Tabla 1,
un 67 % de los encuestados manifestó trabajar en entornos donde se manipulan plaguicidas de manera
habitual, lo que refleja una alta proporción de la población rural en contacto directo y constante con
sustancias químicas potencialmente peligrosas. Esta cifra pone en evidencia la marcada vulnerabilidad
de estas comunidades frente a la aparición de enfermedades crónicas, entre ellas el cáncer de piel, cuya
incidencia se ve favorecida por la exposición prolongada y sin protección adecuada a compuestos
tóxicos.

Desde un enfoque teórico, Vargas (2022) advierte que tanto la exposición aguda como la continua a
plaguicidas representa un riesgo inminente para la salud humana, debido a sus efectos genotóxicos,
como el daño al ADN celular, mutagénicos por las alteraciones genéticas inducidas e inmunológicos,
mediante el debilitamiento del sistema inmune. Estos mecanismos patológicos pueden derivar en
enfermedades graves como cáncer de piel, malformaciones congénitas, infertilidad y trastornos
neurológicos, con mayor prevalencia en personas que trabajan en contextos agrícolas carentes de
medidas de bioseguridad. La evidencia empírica recabada en este estudio confirma estas advertencias
teóricas y refuerza la necesidad urgente de implementar intervenciones sanitarias, normativas de control
y campañas educativas orientadas a la prevención del daño dérmico por exposición a plaguicidas
.
pág. 3299
Adicionalmente, el estudio desarrollado por Bush y Burkhart (2023), titulado “Pesticidas y
contaminantes asociados con el aumento de casos de melanoma”, aporta evidencia relevante sobre los
factores químicos que inciden en el cáncer de piel, específicamente en el melanoma maligno, la forma
más agresiva de esta enfermedad. Si bien la radiación ultravioleta (UV) ha sido ampliamente reconocida
como el principal agente etiológico del melanoma, los autores destacan que este no es el único factor
determinante. A través de una revisión exhaustiva de literatura científica y casos documentados desde
el año 2000, se identificó que los pesticidas y otros contaminantes industriales desempeñan un papel
causal importante pero frecuentemente ignorado en el aumento de esta enfermedad. El estudio concluye
que existe una relación directa y preocupante entre la exposición a sustancias químicas tóxicas presentes
en los ecosistemas y el desarrollo de melanoma, lo cual refuerza la urgencia de implementar estrategias
de intervención y mediación ambiental, especialmente en zonas agrícolas donde el uso de plaguicidas
es intensivo y no regulado.

De manera complementaria, la investigación realizada por
Paz et al. (2019), titulada “Uso de
plaguicidas y su consecuencia en la leucemia linfoide y mieloide en trabajadores agrícolas”, evidenció
una correlación significativa entre la exposición prolongada a plaguicidas y la aparición de
enfermedades hematológicas graves, como la leucemia linfoide y mieloide. El estudio, llevado a cabo
con trabajadores agrícolas que acudían a la Clínica Touma, en Babahoyo (Provincia de Los Ríos), reveló
que el 80,4 % de los participantes expuestos ya presentaban células sanguíneas inmaduras, lo que indica
un riesgo elevado de desarrollar procesos neoplásicos hematopoyéticos. Además, se observó que los
casos más severos correspondían a trabajadores con una trayectoria de exposición de entre 5 y 20 años,
lo que refuerza la hipótesis de que la exposición crónica a plaguicidas no solo afecta la salud dérmica,
sino también compromete gravemente el sistema hematológico, hepático y renal. Asimismo, se
identificó una posible asociación con otros tipos de cáncer, como el gástrico, pulmonar y de vejiga, lo
que amplía el espectro de riesgo para poblaciones agrícolas que manipulan estos productos sin la debida
protección ni supervisión técnica.

Los resultados obtenidos, respaldados por diversas publicaciones científicas, evidencian que las
personas expuestas de manera directa o indirecta al uso de plaguicidas presentan un riesgo significativo
de desarrollar diversas afecciones de salud. Entre las más frecuentes se encuentran los cánceres de piel
pág. 3300
y hematológicos, así como alteraciones hepáticas, neurológicas y renales. Esta situación se ve agravada
por la notoria carencia de medidas adecuadas de protección laboral y la limitada conciencia sobre los
riesgos asociados a la exposición prolongada a estos compuestos químicos, especialmente en entornos
agrícolas sin regulación efectiva.

Los resultados presentados en la Tabla 2 reflejan con claridad el mal manejo de plaguicidas por parte de
los trabajadores agrícolas encuestados. Un 49 % de los participantes indicó que “nunca” (18 %) o “casi
nunca” (31 %) utiliza equipo de protección personal (EPP) al manipular estos productos químicos,
mientras que solo el 13 % afirmó hacerlo de manera constante. Estos datos evidencian una preocupante
falta de capacitación en prácticas agrícolas seguras, así como una escasa cultura de prevención laboral.
Esta situación es especialmente crítica considerando que la piel, al ser el órgano más extenso y expuesto
del cuerpo humano, actúa como la primera barrera frente a agentes ambientales nocivos.

Desde una perspectiva teórica, Vásquez Venegas et al. (2018) sostienen que las condiciones laborales
en las que se desarrollan las actividades agrícolas pueden constituir una fuente importante de riesgo para
la salud. Entre los factores más influyentes se encuentran la exposición prolongada a sustancias
químicas, la deficiente dotación y uso del equipo de protección personal, y la falta de medidas de higiene
durante la jornada laboral, todos ellos elementos determinantes en la aparición de enfermedades
ocupacionales, incluyendo las de carácter dermatológico.

Adicionalmente, el estudio realizado por Ramírez Mora et al. (2019), titulado “Exposición laboral a
plaguicidas en el agroecosistema con caña de azúcar en la región central de Veracruz, México”,
evidenció que el uso de equipo de protección personal (EPP) durante la aplicación de plaguicidas es, en
muchos casos, mínimo e incompleto. Esta deficiencia representa una clara señal de exposición directa a
agroquímicos y un riesgo latente de intoxicación. Entre las razones identificadas por los trabajadores
para justificar el escaso uso de EPP destacan la falta de costumbre, la incomodidad causada por el calor
durante las faenas agrícolas y el elevado costo de estos implementos. Aunque una mayoría significativa
de los encuestados (93,87 %) indicó que suele cambiarse de ropa al finalizar la jornada laboral, es
habitual que las prendas utilizadas durante la aplicación de plaguicidas no sean lavadas diariamente. En
su lugar, muchas veces son simplemente puestas al sol para su posterior reutilización, lo que prolonga
la exposición cutánea a residuos químicos y, por ende, eleva el riesgo de efectos tóxicos acumulativos.
pág. 3301
Además, el estudio reveló una relación directa entre el nivel de escolaridad y el uso adecuado de
plaguicidas, evidenciando que los trabajadores con menor formación académica tienden a adoptar
prácticas menos seguras. Muchos productores improvisan sus propias escalas de dosificación, lo cual se
atribuye a la falta de conocimientos técnicos y a la ausencia de programas formales de capacitación por
parte de las instituciones del sector agrícola. Los técnicos de campo, en su mayoría, se limitan a
recomendar el tipo de producto a aplicar, sin proporcionar información clara sobre las prácticas seguras
en el manejo y aplicación de agroquímicos.

En este contexto, el estudio de Sánchez-Gálvez (2020), titulado “La importancia de proteger nuestra piel
al usar equipos de protección individual”, resalta que las principales medidas para evitar la exposición
cutánea incluyen el uso de guantes resistentes a productos químicos, ropa de protección de manga larga
y pantalones que cubran completamente el cuerpo, así como gafas de seguridad para prevenir
salpicaduras o contacto ocular. Adicionalmente, se recomienda el uso de cremas barrera en las zonas
expuestas de la piel, la toma de duchas completas después de la jornada laboral, y el cambio inmediato
de ropa de trabajo antes de abandonar las áreas de exposición, como medidas esenciales para reducir el
riesgo de absorción dérmica de plaguicidas.

Los resultados reflejan una preocupante falta de responsabilidad por parte de los trabajadores agrícolas
en cuanto al uso adecuado del equipo de protección personal (EPP), a pesar del conocimiento
generalizado sobre los riesgos que implica la exposición directa a plaguicidas. No obstante, esta
situación también pone en evidencia un vacío estructural en términos de educación y formación sobre
buenas prácticas agrícolas. No es posible exigir responsabilidad plena a quienes no han recibido
capacitación formal ni han sido adecuadamente sensibilizados respecto a las consecuencias del uso
inadecuado de estos productos químicos. En este sentido, resulta fundamental no solo fomentar el uso
obligatorio del EPP, sino también asegurar que todos los trabajadores del sector agrícola cuenten con
acceso a programas de formación técnica que les permitan proteger su salud y reducir el impacto
ambiental de sus actividades.

En relación con los resultados presentados en la Tabla 3, se evidenció que el 72 % de los encuestados
percibe un aumento en los casos de cáncer de piel en su comunidad en los últimos años. Este porcentaje
se compone de un 33 % que reportó un incremento “regular”, un 22 % que lo calificó como “mucho” y
pág. 3302
un 17 % como “bastante”. Estos datos reflejan una percepción comunitaria creciente sobre el impacto
de esta enfermedad en la población rural de la parroquia Roberto Astudillo. Esta tendencia podría estar
directamente asociada con la exposición continua a plaguicidas, en condiciones de uso inadecuadas y
sin la debida protección personal, tal como se ha analizado en los apartados anteriores. La coincidencia
entre la percepción comunitaria y los riesgos identificados sugiere una necesidad urgente de intervención
desde los ámbitos sanitario, educativo y regulatorio.

Desde una perspectiva científica, la teoría de los mecanismos moleculares mediante los cuales la
exposición a plaguicidas puede inducir procesos de carcinogénesis ha sido ampliamente documentada.
Ataei et al. (2022) señalan que los plaguicidas tienen la capacidad de provocar daños genéticos y
epigenéticos, entre ellos la sobreexpresión de genes supresores de tumores como p21 y p53, alteraciones
en el ciclo celular y modificaciones en la integridad del ADN. Estos procesos pueden desencadenar
mutaciones celulares que, eventualmente, contribuyen al desarrollo de diferentes tipos de cáncer,
incluido el cáncer de piel. En contextos agrícolas, donde la exposición a estos compuestos es frecuente
y prolongada, se incrementa el riesgo de activar dichos mecanismos patológicos, generando un entorno
propicio para la aparición de enfermedades cutáneas malignas.

Este enfoque teórico está respaldado por estudios empíricos, como el realizado por Mejía et al. (2021),
titulado “Exposición ocupacional a plaguicidas y riesgo de cáncer de piel en trabajadores agrícolas del
litoral ecuatoriano”. En esta investigación, se observó una correlación positiva entre la exposición
repetida a agroquímicos, sin el uso adecuado de equipo de protección personal, y la aparición de lesiones
dermatológicas asociadas al cáncer de piel, particularmente en poblaciones rurales. Estos hallazgos
subrayan la urgencia de implementar políticas de control y educación que reduzcan la exposición a estos
agentes y minimicen su impacto en la salud pública.

El estudio de López y Ramírez (2020), titulado “Impacto de los plaguicidas en la salud pública de zonas
agrícolas de América Latina”, concluyó que en las áreas rurales con un uso intensivo de pesticidas se ha
registrado un incremento alarmante de casos de cáncer de piel, relacionado con el empleo excesivo de
compuestos como el glifosato y el paraquat, sin una regulación adecuada ni una capacitación efectiva.
Estos hallazgos coinciden con los resultados de la presente investigación, que también evidencia una
pág. 3303
relación directa entre la exposición comunitaria a plaguicidas y el aumento de los casos de cáncer de
piel, subrayando la necesidad de una intervención multisectorial.

Este resultado pone en evidencia la necesidad urgente de implementar campañas educativas en las zonas
agrícolas, dirigidas tanto a los trabajadores como a la población en general, sobre los efectos adversos
de los plaguicidas en la salud. El hecho de que más del 70% de los encuestados perciban un aumento en
los casos no puede ser tomado a la ligera, ya que refleja no solo una situación sanitaria preocupante,
sino también una deficiencia en el control, la regulación y la educación sobre el uso adecuado de estos
productos. La respuesta comunitaria puede convertirse en un motor de cambio si se canaliza
adecuadamente a través de políticas públicas que garanticen condiciones laborales más seguras y un
monitoreo constante de los casos oncológicos en estas zonas vulnerable.

Tabla No. 1 Preguntas generales.

Pregunta
Alternativas Frecuencia Porcentaje
¿Trabaja en una
industria o entorno
donde se utilizan
regularmente
plaguicidas?

Si
249 67%
No
123 33%
Total
372 100%
Fuente: Encuesta dirigida a la población Roberto Astudillo del Cantón Milagro.

Elaborado por: Agualongo B, Echeverría D, Moreira de la Torre E, Vives M. Estudiantes de la Carrera
Licenciatura en Enfermería de la Facultad Ciencias de la Salud. Universidad Estatal de Milagro
“UNEMI”

Tabla No. 2 Variable independiente: Mal manejo de plaguicidas.

Pregunta
Alternativas Frecuencia Porcentaje
¿Hace uso de su
equipo de protección
personal al momento
de manipular
plaguicida?

Nunca
69 18%
Casi Nunca
114 31%
Ocasionalmente
84 22%
Usualmente
58 16%
Siempre
47 13%
Total
372 100%
Fuente: Encuesta dirigida a la población Roberto Astudillo del Cantón Milagro.
pág. 3304
Elaborado por: Agualongo B, Echeverría D, Moreira de la Torre E, Vives M. Estudiantes de la Carrera
Licenciatura en Enfermería de la Facultad Ciencias de la Salud. Universidad Estatal de Milagro
“UNEMI”

Tabla No. 3 Variable dependiente: Cáncer de piel

Pregunta
Alternativas Frecuencia Porcentaje
¿Ha notado un aumento en
los casos de cáncer de piel
en su comunidad en los
últimos años?

Nada
15 4%
Poco
89 24%
Regular
123 33%
Bastante
63 17%
Mucho
82 22%
Total
372 100%
Fuente: Encuesta dirigida a la población Roberto Astudillo del Cantón Milagro.

Elaborado por: Agualongo B, Echeverría D, Moreira de la Torre E, Vives D. Estudiantes de la Carrera
Licenciatura en Enfermería de la Facultad Ciencias de la Salud. Universidad Estatal de Milagro
“UNEMI”

CONCLUSIONES

El uso inadecuado de plaguicidas constituye un factor de riesgo significativo para la salud dermatológica
de los trabajadores agrícolas de la parroquia Roberto Astudillo, en el cantón Milagro. La exposición
constante a estos compuestos químicos, junto con la limitada disponibilidad y utilización de equipos de
protección personal, sitúa a esta población en una condición de alta vulnerabilidad frente al desarrollo
de patologías cutáneas, siendo el cáncer de piel una de las más alarmantes.

Los resultados de la encuesta aplicada a 372 personas reflejaron que una proporción considerable de los
encuestados trabaja en entornos donde se emplean plaguicidas con regularidad, lo que confirma una
elevada exposición ocupacional. Asimismo, se evidenció una baja frecuencia en el uso adecuado de
equipo de protección personal, y una percepción generalizada del aumento de casos de cáncer de piel en
la comunidad en los últimos años. Esta combinación de exposición prolongada, prácticas inseguras y
deficiencias en la prevención refuerza la relación directa entre el mal manejo de plaguicidas y la
aparición de enfermedades dermatológicas graves.

Estos hallazgos subrayan la necesidad urgente de diseñar e implementar políticas públicas orientadas a
la formación, sensibilización y protección de los trabajadores agrícolas. Es imperativo fomentar el uso
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obligatorio de equipos de protección personal, garantizar el acceso a programas de capacitación en
buenas prácticas agrícolas y fortalecer la vigilancia sanitaria en zonas rurales. Promover el conocimiento
sobre los efectos nocivos de los plaguicidas y mejorar las condiciones laborales puede reducir de manera
significativa los riesgos para la salud, y contribuir a la prevención efectiva del cáncer de piel en contextos
agrícolas expuestos.

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