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INTRODUCCIÓN
Las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), como las enfermedades cardiovasculares, el
cáncer, enfermedades respiratorias crónicas o la diabetes, son responsables del 74% de la mortalidad a
nivel mundial, afectando principalmente a países ingresos bajos y medianos, como México. Además,
estas enfermedades se han relacionado con el desarrollo de algún nivel de dependencia en las personas
que las padecen. Al respecto, en la región de las Américas las ECNT representan 105 millones de años
de vida vividos con discapacidad, equivalentes a 10,455 años por cada 100,000 habitantes (World Health
Organization, 2023) (Panamerican Health Organization, 2021).
Derivado de la dependencia que puede presentar la persona con ECNT, surge la figura del cuidador
familiar (CF), una persona que comparte parentesco con la persona receptora de los cuidados y quien se
responsabiliza de los cuidados hacia su familiar (Sierra Leguia, Montoya- Juárez, García- Caro, López-
Morales, & Montalvo, 2019), muchas veces sin recibir remuneración económica, los cuidados que
proporciona están enfocados en las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria y facilitar la
interacción de la persona dependiente con su entorno (Del Ángel-García, León Hernández, Méndez
Santos, Peñarrieta de Córdoba, & Flores Barrios, 2020) (Streck, Wind Wardell, & LoBiondo Wood,
2020) (Tuttle, Griffiths, & Kaunnil, 2022) (Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, 2020).
A causa de las funciones que realiza el cuidador hacia su familiar, se incrementa la carga del cuidado y
éste puede desarrollar complicaciones que repercuten negativamente en su calidad de vida, como
depresión, alteraciones en el patrón de sueño y en sus finanzas, disminución de las actividades
recreativas (sociales y familiares) (Tuttle, Griffiths, & Kaunnil, 2022), conflictos entre el cuidador y la
persona receptora de los cuidados u otros familiares, deterioro en el ámbito profesional (Li, 2021)
(Campos de Aldana, Durán Niño, Rivera Carvajal, Páez Esteban, & Carrillo González, 2019); así como
el descuido de actividades de autocuidado como realizar ejercicio o la alimentación saludable. Así, la
carga del cuidador amenaza la salud física, psicológica, social y funcional de los CF (Bekdemir & Ilhan,
2019), quienes desafortunadamente no son una prioridad para la Salud Pública (Tuttle, Griffiths, &
Kaunnil, 2022).
La profesión de Enfermería puede intervenir en la prevención y disminución de la carga del CF al
implementar un Proceso de Atención de Enfermería (PAE) fundamentado en el Modelo de Promoción