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violencia intrafamiliar en Colombia han mostrado una tendencia creciente. Por ejemplo, según los
informes Forensis de años anteriores, entre 2015 y 2022 se ha registrado un aumento sostenido en los
casos reportados, lo que refleja tanto una mayor visibilización del problema como un agravamiento de
las condiciones estructurales que lo generan. Estas cifras que van en ascenso refuerzan la necesidad de
políticas públicas más eficaces y sostenidas en el tiempo.
La violencia intrafamiliar tiene un contexto histórico asociado al conflicto armado interno, el cual ha
hecho que la violencia estructural se intensifique y que las prácticas de control violento en el hogar se
naturalicen. A ello se le debe sumar la débil capacidad institucional para prevenir, atender y sancionar
los casos. Profamilia indicó, mediante la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) de 2020,
que uno de cada tres mujeres del país ha experimentado alguna forma de violencia en el interior de la
pareja (Profamilia, 2021 p. 112). El informe también establece que las mujeres rurales y aquellas con
niveles educativos bajos muestran mayor vulnerabilidad, lo que sugiere una relación directa entre
condiciones socioeconómicas y riesgo de victimización (Profamilia, 2021, pp. 114–115).
Algunos de los nuevos marcos normativos, como la ley 1257 de 2008, la cual busca fomentar la
sensibilización, la prevención y la sanción de las formas de violencia de género hacia la mujer, han sido
insuficientes en la práctica; no obstante, la implementación de esas políticas enfrenta barreras de difícil
superación, como el hecho de que las prácticas patriarcales persistan, que los funcionarios públicos
estén poco formados en el tema y que la coordinación entre una y otra entidad sea escasa, limitando así
las acciones de la ley. Todo lo anterior pone de manifiesto la necesidad de abordar la violencia
intrafamiliar no solo como un hecho que ocurre de forma individual, sino como un problema estructural.
Esto es, atender la violencia intrafamiliar como un fenómeno amplio que debe contar con una respuesta
articulada y multisectorial.
Por todo lo anterior, la violencia intrafamiliar en Colombia se manifiesta como un fenómeno
ampliamente extendido y de compleja naturaleza, que suele incidir principalmente en mujeres en edad
reproductiva y en menores. Las cifras dadas a conocer por el INMLCF, por Profamilia y por organismos
internacionales como la OMS dan a conocer la magnitud del problema, así como sus consecuencias en
la salud física y mental de las víctimas. Para dar una respuesta efectiva, debe haber por una parte,
sistemas de información creíble; por otra parte, políticas públicas construidas a partir de datos válidos;