LA EDUCACIÓN SOCIOEMOCIONAL COMO
ESTRATEGIA PARA EL DESARROLLO
INTEGRAL EN LOS ESTUDIANTES DEL
SISTEMA EDUCATIVO
SOCIOEMOTIONAL EDUCATION AS A STRATEGY FOR THE
INTEGRAL DEVELOPMENT OF STUDENTS IN THE
EDUCATIONAL SYSTEM
Cristian Santiago Oña Rivera
Investigador Independiente
Gabriela Del Pilar Alajo Tumbaco
Investigador Independiente
Nancy Margoth Yanqui Guasti
Investigador Independiente
Marlon Joel Villa Morales
Investigador Independiente
Fernanda Isabel Ayala Escudero
Investigador Independiente

pág. 5110
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i3.18143
La educación socioemocional como estrategia para el desarrollo integral en
los estudiantes del sistema educativo
Cristian Santiago Oña Rivera1
cristian.ona.unach@gmail.com
https://orcid.org/0009-0003-8362-7414
Investigador Independiente
Ecuador
Gabriela Del Pilar Alajo Tumbaco
gabriela.alajo@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0008-7230-0914
Investigador Independiente
Ecuador
Nancy Margoth Yanqui Guasti
nancymy95@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-2504-9935
Investigador Independiente
Ecuador
Marlon Joel Villa Morales
joel_villa28@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0009-3725-8236
Investigador Independiente
Ecuador
Fernanda Isabel Ayala Escudero
fernanda.ayala8245@gmail.com
https://orcid.org/0009-0006-3953-2241
Investigador Independiente
Ecuador
RESUMEN
El estudio se centró en analizar la educación socioemocional como una estrategia clave para fortalecer
el desarrollo integral de los estudiantes dentro del sistema educativo, reconociendo su papel en la
construcción de entornos escolares más inclusivos, empáticos y equitativos. El objetivo general fue
analizar la educación socioemocional como una estrategia para el desarrollo integral del estudiante. Se
trató de una investigación de tipo cualitativo, con enfoque descriptivo-exploratorio y diseño
bibliográfico. Se empleó el análisis documental como técnica principal, recurriendo a fuentes
académicas publicadas entre 2020 y 2025. El estudio también articuló métodos teóricos, inductivo-
deductivos y analítico-sintéticos para el procesamiento y categorización de la información. El análisis
evidencia que la educación socioemocional enfrenta barreras estructurales, pedagógicas y formativas,
pero también destaca prácticas eficaces y el rol clave de la comunidad educativa para consolidar una
cultura escolar inclusiva centrada en el desarrollo integral del estudiante. Se concluye que la educación
socioemocional constituye un eje fundamental para el desarrollo integral y que su implementación
sostenida requiere un cambio estructural en la cultura escolar, la política educativa y la formación
profesional docente.
Palabras clave: adaptaciones curriculares, estrategias pedagógicas, inclusión educativa y diversidad
estudiantil
1 Autor principal.
Correspondencia: cristian.ona.unach@gmail.com

pág. 5111
Socioemotional education as a strategy for the integral development of
students in the educational system
ABSTRACT
The study focused on analyzing socioemotional education as a key strategy to strengthen the integral
development of students within the educational system, recognizing its role in the construction of
more inclusive, empathetic and equitable school environments. The general objective was to analyze
social-emotional education as a strategy for comprehensive student development. This was qualitative
research, with a descriptive-exploratory approach and bibliographic design. Documentary analysis was
used as the main technique, resorting to academic sources published between 2020 and 2025. The
study also articulated theoretical, inductive-deductive and analytical-synthetic methods for the
processing and categorization of information. The analysis shows that social-emotional education
faces structural, pedagogical and formative barriers, but also highlights effective practices and the key
role of the educational community in consolidating an inclusive school culture focused on the integral
development of the student. It is concluded that social-emotional education constitutes a fundamental
axis for integral development and that its sustained implementation requires a structural change in
school culture, educational policy and professional teacher training.
Keywords: curricular adaptations; pedagogical strategies; educational inclusion and student diversity
Artículo recibido 07 mayo 2025
Aceptado para publicación: 19 junio 2025

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INTRODUCCIÓN
El análisis de la educación socioemocional en el ámbito escolar implica comprenderla como una
estrategia intencionada que permite la adquisición, desarrollo y práctica de competencias emocionales
y sociales, indispensables para el desenvolvimiento integral del estudiante, este enfoque, lejos de
concebirse como un componente accesorio, se articula directamente con los procesos de enseñanza-
aprendizaje, la convivencia armónica y el bienestar general (Valencia & Flórez, 2024). La educación
socioemocional, sustentada en teorías como la inteligencia emocional de Goleman y el enfoque
sociohistórico de Vygotsky, se proyecta como una herramienta transformadora que favorece tanto la
autorregulación emocional como la empatía, la resolución de conflictos y la toma de decisiones
responsables (Carrera, 2001; Goleman, 2000).
En el marco de la educación inclusiva y la atención a la diversidad, esta dimensión se alinea con
principios de equidad y justicia educativa, planteando una respuesta efectiva ante la diversidad de
necesidades emocionales, cognitivas y culturales que emergen en las aulas contemporáneas, la
incorporación de habilidades socioemocionales en el currículo promueve entornos seguros,
respetuosos e inclusivos, lo que fortalece tanto el rendimiento académico como la formación
ciudadana, estas competencias se interceptan con la pedagogía diferenciada, la planificación curricular
adaptativa y las políticas educativas orientadas a disminuir las desigualdades estructurales que afectan
al alumnado más vulnerable (Vargas et al., 2019).
La relevancia del tema radica en su impacto directo sobre el desempeño escolar, el clima institucional
y la salud mental del estudiantado, estudios recientes evidencian que programas bien estructurados de
educación socioemocional contribuyen a la disminución de conductas disruptivas, la mejora de las
relaciones interpersonales y el aumento del sentido de pertenencia escolar, no obstante, persiste una
débil implementación sistemática de estas estrategias, lo cual limita sus efectos en el largo plazo y
profundiza la brecha entre la teoría curricular y la práctica docente efectiva (Portilla et al., 2025).
El principal problema que se advierte es la escasa evaluación y aplicación coherente de programas de
educación socioemocional en las instituciones educativas, situación que deja en evidencia un vacío
tanto teórico como operativo en el abordaje integral del desarrollo estudiantil (Correal & Vega, 2024).
La ausencia de planes institucionalizados, sumado a la falta de formación continua del personal

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docente, compromete la sostenibilidad de estas intervenciones y limita su alcance en la configuración
de comunidades educativas emocionalmente competentes (Valencia & Flórez, 2024).
Es por ello que planteamiento del problema responde a la pregunta ¿Cuáles son las limitaciones que
enfrenta el sistema educativo en la implementación efectiva de estrategias de educación
socioemocional para promover el desarrollo integral de los estudiantes? Mientras que el objetivo
general del presente estudio consiste en analizar la educación socioemocional como una estrategia
para el desarrollo integral del estudiante, identificando las barreras estructurales, pedagógicas y
formativas que obstaculizan su aplicación sostenida y proponiendo orientaciones prácticas para su
fortalecimiento en el contexto escolar.
Educación socioemocional
La educación socioemocional se concibe como un proceso intencionado y sistemático que promueve
el desarrollo de competencias emocionales y sociales esenciales para la vida, su propósito es fortalecer
la autoconciencia, la autorregulación, la empatía y la toma de decisiones responsables, aspectos
fundamentales para el aprendizaje significativo y el bienestar integral, esta formación permite a los
estudiantes enfrentar retos personales y sociales, fomentando una convivencia armónica y el desarrollo
de vínculos positivos dentro del entorno escolar (Cedeño et al., 2022).
Inteligencia emocional
Daniel Goleman (2000), revolucionó el campo educativo al introducir la inteligencia emocional como
una habilidad tan determinante como el coeficiente intelectual para el éxito personal y social, este
enfoque plantea cinco componentes esenciales: autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía
y habilidades sociales, que permiten a los individuos comprender y manejar sus emociones, así como
interactuar de manera efectiva con los demás. En el ámbito educativo, la inteligencia emocional
favorece el clima escolar, mejora el rendimiento académico y reduce los niveles de estrés, agresividad
y conflictos, la integración de estas habilidades en el currículo escolar propicia entornos de
aprendizaje más seguros, inclusivos y resilientes. La obra de Goleman destaca la necesidad de formar
estudiantes emocionalmente competentes, capaces de afrontar desafíos, establecer relaciones
saludables y tomar decisiones éticas, contribuyendo de forma significativa al desarrollo integral.

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Educación emocional
Se define la educación emocional como un proceso educativo, continuo y permanente, cuyo objetivo
es potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo,
configurando una formación integral de la persona, este enfoque se basa en competencias como el
conocimiento de las emociones, la regulación emocional, la autonomía emocional, la competencia
social y las habilidades para la vida y el bienestar (Armstrong & Sandoval, 2023). En contextos
escolares, la educación emocional se traduce en prácticas pedagógicas orientadas al autoconocimiento,
la empatía, la comunicación asertiva y la resolución pacífica de conflictos, estas competencias deben
incorporarse de forma transversal en el currículo, garantizando la construcción de aprendizajes
significativos y duraderos. La evidencia empírica demuestra que una adecuada educación emocional
mejora la motivación, incrementa el rendimiento académico y fortalece la convivencia escolar.
Aprendizaje socioemocional
El aprendizaje socioemocional es el proceso mediante el cual niños, jóvenes y adultos adquieren y
aplican conocimientos, actitudes y habilidades necesarias para comprender y manejar emociones,
establecer y lograr metas positivas, sentir y mostrar empatía, establecer y mantener relaciones
positivas y tomar decisiones responsables, este enfoque promueve cinco competencias clave:
autoconciencia, autorregulación, conciencia social, habilidades relacionales y toma de decisiones
responsables (Álvarez, 2020). Este concepto subraya la necesidad de integrar estas competencias de
manera explícita en las políticas educativas, el currículo y la formación docente y no solo mejora el
clima escolar y las relaciones interpersonales, sino que también potencia el rendimiento académico,
reduce conductas de riesgo y fortalece el sentido de pertenencia al entorno escolar.
Dimensiones de la educación socioemocional
Autoconciencia. Es la capacidad de reconocer y comprender los propios estados emocionales,
pensamientos y valores, así como el impacto que estos tienen en el comportamiento, permite al
estudiante identificar sus fortalezas, limitaciones y aspiraciones personales. El desarrollo de esta
competencia favorece una autoestima positiva y un sentido de identidad claro, facilitando la toma de
decisiones informadas y la autorregulación emocional, constituye la base de la inteligencia emocional,
y su ausencia puede derivar en comportamientos impulsivos y reacciones desadaptativas ante los

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desafíos escolares (Lourenco et al., 2024).
Autorregulación. Se refiere al control consciente de emociones, pensamientos e impulsos ante
situaciones estresantes o desafiantes, esta competencia permite la canalización adecuada de la
frustración, el aplazamiento de la gratificación y el mantenimiento de una conducta reflexiva. En
contextos educativos, la autorregulación contribuye a la gestión del comportamiento en el aula, mejora
el rendimiento académico y reduce los conflictos interpersonales. Estudios recientes han demostrado
que programas de intervención que fortalecen esta dimensión generan un aumento en la concentración
y una disminución de la agresividad en los estudiantes (Olmos et al., 2024).
Conciencia social. Implica la habilidad de comprender las emociones, necesidades y preocupaciones
de los demás, mostrando empatía y respeto por la diversidad, esta dimensión es fundamental para
establecer relaciones positivas y solidarias, especialmente en contextos escolares marcados por la
heterogeneidad cultural, lingüística y socioeconómica, además promueve la colaboración, la justicia y
la inclusión, aspectos clave para la convivencia democrática en el aula, su desarrollo permite que el
estudiante se sienta parte activa de la comunidad, mostrando una actitud propositiva y responsable
frente a su entorno (Chinchay et al., 2024).
Habilidades relacionales. Comprenden un conjunto de capacidades necesarias para establecer y
mantener vínculos saludables, cooperativos y respetuosos, incluyen la comunicación efectiva, la
escucha activa, la negociación de conflictos y la colaboración, estas habilidades fortalecen el trabajo
en equipo y el sentido de pertenencia, elementos fundamentales para el éxito escolar, además,
contribuyen a prevenir conductas disruptivas y fomentar climas escolares positivos. En consecuencia,
los estudiantes con habilidades relacionales desarrolladas muestran mayor motivación académica,
mejores actitudes hacia el aprendizaje y una participación más activa en las dinámicas educativas
(Olmos et al., 2024).
Toma de decisiones responsable. Se refiere a la capacidad de evaluar diversas opciones considerando
sus consecuencias éticas, sociales y personales, implica el uso del pensamiento crítico y la
autorreflexión para resolver problemas de forma constructiva, esta competencia promueve la
autonomía del estudiante y su compromiso con normas y valores democráticos. Los individuos que
desarrollan esta capacidad son más capaces de enfrentar dilemas morales y actuar con responsabilidad;

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en el ámbito escolar, esta dimensión se traduce en conductas proactivas, cooperación con sus pares y
contribuciones significativas a la comunidad educativa (Enrique et al., 2025).
Desarrollo integral del estudiante
El desarrollo integral del estudiante se concibe como un proceso holístico que articula las dimensiones
cognitiva, emocional, social, física y moral del ser humano, promoviendo la formación equilibrada y
armónica de la personalidad. Esta visión supera los enfoques reduccionistas centrados exclusivamente
en el rendimiento académico y reconoce que el contexto escolar debe facilitar el despliegue del
potencial humano en todas sus manifestaciones, en este sentido, el desarrollo integral permite que el
estudiante no solo adquiera conocimientos, sino que también cultive valores, emociones y actitudes
que lo preparen para una vida plena, consciente y comprometida con su entorno (Fernández et al.,
2022).
Componentes del desarrollo integral
El desarrollo cognitivo abarca el conjunto de procesos mentales implicados en la adquisición del
conocimiento, la memoria, la atención, el razonamiento y la solución de problemas. Según Piaget, este
desarrollo ocurre en etapas, lo que implica que la intervención educativa debe ser acorde al nivel de
madurez cognitiva del estudiante (Rosas, 2008). En el ámbito escolar, se expresa en la capacidad del
estudiante para comprender conceptos, estructurar ideas, aplicar conocimientos y transferir
aprendizajes a situaciones nuevas.
El diseño curricular debe contemplar estrategias que estimulen el pensamiento crítico, la creatividad y
la metacognición como competencias clave, en este marco, el docente se constituye en mediador del
aprendizaje, facilitando experiencias significativas y desafiantes (Vivas, 2003). La integración del
desarrollo cognitivo con las dimensiones emocionales y sociales es imprescindible para garantizar una
formación completa, tal como se ha evidenciado en propuestas de enseñanza que incorporan el
enfoque de competencias para el siglo XXI.
El desarrollo emocional involucra la capacidad del individuo para identificar, comprender, expresar y
regular sus emociones de manera adecuada, esta dimensión es clave para el equilibrio personal y la
adaptación social del estudiante, la educación emocional forma parte del desarrollo integral, ya que
promueve el bienestar y la resiliencia frente a situaciones adversas. En contextos escolares, su

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implementación requiere metodologías activas que permitan la reflexión sobre las emociones, así
como espacios seguros donde se favorezca la expresión emocional sin juicios (Velásquez &
Castañeda, 2024). La investigación actual subraya que los estudiantes con mayor inteligencia
emocional presentan menores niveles de ansiedad y mejores relaciones interpersonales, lo cual
repercute positivamente en su desempeño académico, de ahí que la escuela tenga el deber de
estructurar programas de educación emocional desde edades tempranas, en concordancia con una
visión humanista e inclusiva del proceso formativo.
El desarrollo social implica la adquisición progresiva de habilidades que permiten al estudiante
establecer relaciones positivas, participar en comunidades de aprendizaje y contribuir al bien común.
Este proceso se manifiesta en la capacidad para trabajar en equipo, comunicarse eficazmente, resolver
conflictos y ejercer la empatía. Bronfenbrenner (2005) sostiene que el desarrollo humano se configura
a partir de las interacciones entre el individuo y los múltiples sistemas sociales en los que se inserta, lo
cual subraya la importancia del entorno escolar como espacio de socialización primaria (Esteban et al.,
2024). En el plano educativo, promover el desarrollo social exige prácticas inclusivas, trabajo
colaborativo, y una cultura escolar basada en el respeto y la equidad, el aprendizaje cooperativo y las
dinámicas grupales son estrategias efectivas que fortalecen esta dimensión, generando climas afectivos
que estimulan la participación y la integración del estudiantado.
El desarrollo físico abarca la evolución biológica y motriz del individuo, mientras que el desarrollo
moral se refiere a la formación de valores, principios éticos y criterios de juicio, ambos componentes
son fundamentales en el proceso educativo. En términos físicos, la educación debe velar por la
promoción de la salud, el ejercicio regular y los hábitos alimenticios saludables, la dimensión moral,
en cambio, se vincula estrechamente con la convivencia, la responsabilidad y la justicia (Valencia &
Flórez, 2024). En el marco de la psicología positiva, subraya que el florecimiento humano requiere la
integración de fortalezas del carácter y prácticas éticas. Las instituciones escolares, como agentes
socializadores, están llamadas a formar ciudadanos íntegros mediante una educación que no solo
instruya, sino que también inspire. Este enfoque ético-pedagógico contribuye a consolidar sociedades
democráticas y solidarias, donde el desarrollo integral se convierte en eje de la transformación social.

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Obstáculos y limitaciones para alcanzar el desarrollo integral en contextos escolares
El desarrollo integral enfrenta múltiples obstáculos en el ámbito escolar, entre los que destacan la
rigidez curricular, la escasa formación docente en enfoques integrales, la fragmentación del
conocimiento y la priorización del rendimiento académico estandarizado, estos factores reducen la
posibilidad de implementar propuestas pedagógicas que atiendan a la totalidad del ser humano.
Adicionalmente, las condiciones socioeconómicas adversas, la violencia escolar, la desatención
emocional y la carencia de infraestructura adecuada generan entornos desfavorables para el
florecimiento estudiantil.
Las políticas educativas centradas en resultados cuantitativos suelen desatender aspectos
fundamentales del desarrollo humano como la ética, la sensibilidad social o la salud emocional,
superar estas barreras implica un cambio paradigmático en la gestión institucional, la capacitación
docente y el diseño curricular, integrando prácticas y evaluaciones que reconozcan la diversidad, la
equidad y la necesidad de una educación verdaderamente humanizada (Silvana, 2024).
Importancia de la educación socioemocional en contextos educativos
La educación socioemocional constituye un pilar fundamental en la formación integral de los
estudiantes, dado que incide directamente en su desempeño académico, bienestar emocional y
desarrollo social, diversas investigaciones demuestran que el fortalecimiento de competencias
emocionales contribuye a la mejora del clima escolar, a la prevención del acoso y a la construcción de
relaciones interpersonales saludables (Portilla et al., 2025).
Además, el desarrollo de habilidades como la autorregulación, la empatía y la toma de decisiones
responsable permite a los estudiantes afrontar desafíos personales y escolares con mayor resiliencia,
las instituciones educativas que incorporan programas de educación socioemocional de forma
sistemática han reportado mejoras significativas en la motivación, la asistencia, la convivencia y el
rendimiento académico. Estas competencias, al ser transversales, impactan no solo el ámbito escolar,
sino también el familiar y comunitario, fortaleciendo la capacidad de adaptación y participación activa
en la sociedad, en este sentido, la educación socioemocional no debe percibirse como un añadido al
currículo, sino como un eje articulador de los procesos educativos que garantiza una formación
humana integral y equitativa.

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Rol del docente en la mediación socioemocional
El docente actúa como mediador clave en el desarrollo de competencias socioemocionales al
promover un entorno afectivo, seguro y estructurado que favorece el aprendizaje emocional. Su rol
trasciende la transmisión de contenidos, ya que influye directamente en el modelado de actitudes,
comportamientos y estrategias de afrontamiento. Para cumplir eficazmente esta función, el
profesorado requiere formación específica en educación emocional y acompañamiento en el diseño e
implementación de metodologías activas, inclusivas y reflexivas (Sisalema et al., 2025).
Docentes emocionalmente competentes logran establecer relaciones de confianza, favorecen el respeto
mutuo y estimulan la participación colaborativa, de igual manera, su capacidad para reconocer y
responder a las emociones de sus estudiantes facilita la prevención de conflictos y el fortalecimiento
del vínculo pedagógico. Por tanto, el docente no solo enseña habilidades socioemocionales, sino que
las encarna, siendo ejemplo vivo de empatía, autocontrol y ética relacional.
METODOLOGÍA
El presente estudio se enmarcó en un enfoque cualitativo, caracterizado por su fundamento
epistemológico interpretativo y su orientación hacia la comprensión de los significados construidos
por los actores sociales en contextos específicos. Esta perspectiva metodológica se basó en la
comprensión holística del fenómeno investigado, reconociendo la complejidad de los procesos
educativos y las subjetividades involucradas y permitió captar las percepciones, experiencias y
discursos en torno a la educación socioemocional desde una aproximación comprensiva, integradora y
contextualizada (Jiménez, 2023).
Dado que el objeto de estudio fue la educación socioemocional como estrategia para el desarrollo
integral en los estudiantes del sistema educativo, el enfoque cualitativo resultó pertinente al posibilitar
un análisis profundo y situado del fenómeno, esto permitió acceder a una visión amplia sobre la
naturaleza y las implicaciones de las prácticas socioemocionales desde marcos conceptuales
emergentes, contribuyendo a la generación de conocimientos no cuantificables pero significativos para
la transformación pedagógica, a su vez, facilitó la identificación de vacíos teóricos, contradicciones y
puntos de encuentro entre distintas perspectivas académicas que abordan el tema.
En cuanto al enfoque metodológico, la investigación adoptó un carácter descriptivo-exploratorio. El

pág. 5120
enfoque descriptivo permitió detallar, clasificar y organizar las características conceptuales de la
educación socioemocional, así como sus vínculos con el desarrollo integral de los estudiantes,
sistematizando categorías relevantes del discurso educativo. Por su parte, el enfoque exploratorio
posibilitó examinar un campo de estudio con escasa consolidación empírica y teórica en contextos
específicos, revelando así áreas no abordadas o insuficientemente desarrolladas dentro de la literatura
científica (Vizcaíno et al., 2023).
La combinación de ambos enfoques resultó adecuada para comprender dinámicas educativas
complejas y en constante evolución, como lo son las estrategias socioemocionales aplicadas al
desarrollo estudiantil, esta doble perspectiva facilitó la identificación de patrones, vacíos y estructuras
teóricas útiles para sustentar futuras investigaciones, así como el diseño de propuestas de intervención
educativa contextualizadas.
El tipo de investigación fue bibliográfica, orientada a la recopilación, revisión y análisis de fuentes
secundarias, esta modalidad investigativa implicó el estudio de documentos académicos pertinentes,
tales como artículos científicos, tesis doctorales, libros especializados y revisiones sistemáticas que
abordan la educación socioemocional y el desarrollo integral, lo que permitió construir un marco
teórico sólido y contrastar diferentes enfoques sobre la relación entre ambas variables, garantizando un
análisis fundamentado y riguroso de las temáticas abordadas (González, 2024).
Esta investigación recurrió a una triangulación de métodos: teórico, inductivo-deductivo y analítico-
sintético. El método teórico permitió la delimitación conceptual del objeto de estudio, la definición de
categorías y la revisión crítica del conocimiento existente. El método inductivo-deductivo facilitó la
construcción de inferencias generales a partir de hallazgos particulares y la aplicación de teorías al
análisis de casos específicos. Finalmente, el método analítico-sintético permitió descomponer el
fenómeno educativo en sus componentes esenciales y, posteriormente, integrarlos en una visión
comprensiva y estructurada. La articulación de estos métodos aseguró una interpretación coherente de
la información recabada y su organización en función de las categorías conceptuales previamente
definidas (Romero et al., 2021).
Como técnica cualitativa se empleó el análisis documental, definido como un procedimiento
sistemático que examina críticamente textos escritos para obtener información relevante, válida y

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fiable, lo que permitió analizar con profundidad los contenidos teóricos de fuentes especializadas,
generando interpretaciones pertinentes para el objeto de estudio. Se seleccionaron documentos
provenientes de revistas científicas indexadas, publicadas entre los años 2020 y 2025, tanto en español
como en inglés, esta delimitación temporal y lingüística respondió a criterios de actualidad,
pertinencia académica y validación por pares, asegurando la calidad metodológica del corpus
analizado.
El proceso de recolección de datos contempló una selección rigurosa de documentos bajo criterios de
actualidad, relevancia temática, calidad científica y aval institucional, las fuentes fueron validadas
mediante su pertenencia a bases de datos indexadas como; Scopus, SciELO, Latindex, Dialnet, entre
otras o por la autoría reconocida de investigadores en el campo educativo. Posteriormente, se
codificaron los contenidos teóricos bajo categorías emergentes y predefinidas relacionadas con las
variables de estudio, finalmente, la información fue organizada en matrices temáticas que permitieron
estructurar el análisis teórico de manera sistemática, facilitando la construcción de argumentos
sustentados y coherentes con los objetivos de la investigación.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos en el presente estudio evidencian que la implementación de estrategias de
educación socioemocional en el sistema educativo enfrenta limitaciones significativas que no solo
responden a factores estructurales, sino también a condiciones pedagógicas y formativas que
obstaculizan su sostenibilidad, estos hallazgos se presentan a continuación:
Tabla 1.
Aportes de autores sobre educación socioemocional
Autor y
Año
1. Limitaciones en
la implementación
2. Barreras
estructurales,
pedagógicas y
formativas
3. Prácticas
pedagógicas
eficaces
4. Rol de la
comunidad
educativa
(Fernández
et al.,
2022)
Se identifican
deficiencias en la
conciencia
emocional de los
estudiantes, falta de
formación docente y
escasa articulación
con el currículo.
La estructura escolar
tradicional y el
enfoque centrado en
lo cognitivo
constituyen
obstáculos
pedagógicos para su
implementación.
Se destaca el uso
de actividades
lúdicas que
fomentan la
empatía, la
expresión
emocional y la
cooperación.
El rol de los
docentes es clave
como agentes de
cambio en el
desarrollo de
habilidades
socioemocionales.
(Álvarez, La educación Las prácticas El desarrollo de El involucramiento

pág. 5122
2020) socioemocional
enfrenta limitaciones
por la ausencia de un
enfoque sistemático
en los programas
escolares.
docentes se centran
en la enseñanza de
contenidos, dejando
de lado la dimensión
emocional.
programas
específicos de
aprendizaje
socioemocional
mejora el clima
escolar y el
rendimiento
académico.
de las familias y la
comunidad es
fundamental para
reforzar fuera del
aula lo aprendido
emocionalmente.
(Ganchozo
et al.,
2024)
Pese a la evidencia
de su efectividad, las
estrategias de
educación
socioemocional no se
implementan con
regularidad debido a
la falta de políticas
institucionales claras.
La carencia de
formación docente
en competencias
emocionales
representa una
barrera formativa
crítica.
La enseñanza
basada en
proyectos permite
integrar de forma
transversal
habilidades
emocionales en
situaciones reales.
Una cultura
institucional basada
en la empatía y el
respeto requiere de
la participación
coordinada de toda
la comunidad
educativa.
(Cepeda et
al., 2025)
Existen carencias de
herramientas
prácticas, programas
estandarizados y
acompañamiento
pedagógico para su
aplicación sostenida.
El sistema educativo
no proporciona los
espacios ni los
tiempos para
trabajar de manera
transversal las
competencias
socioemocionales.
La práctica de
mindfulness en el
aula ha mostrado
efectos positivos
en la
autorregulación y
la atención del
estudiante.
Los directivos
deben promover
espacios de
encuentro y diálogo
emocional con
estudiantes y
padres.
(Sisalema
et al.,
2025)
La falta de
integración
curricular de las
habilidades
socioemocionales es
una de las
principales
limitaciones en el
sistema educativo.
Los modelos
pedagógicos
actuales no priorizan
la formación
emocional, lo que
refleja una barrera
estructural evidente.
El uso de juegos
de roles facilita la
práctica empática
y la toma de
decisiones
responsables.
La escuela debe
fomentar alianzas
entre familia y
comunidad para
consolidar el
aprendizaje
socioemocional.
(Anilema
et al.,
2024)
La escasez de
materiales, tiempo y
recursos impide una
integración efectiva
en los programas
educativos.
El currículo está
desarticulado con
las metodologías de
aprendizaje
emocional, lo que
debilita su
aplicación.
La
implementación
de estrategias
didácticas como
dramatizaciones y
debates refuerza
la autorreflexión
emocional.
El acompañamiento
de los padres en
procesos SEL
mejora la
transferencia de
estas habilidades al
hogar.
(Chunchi
&
Ordóñez,
2024)
Limitaciones como
la falta de programas
de formación
continua y de
estrategias
metodológicas
La insuficiente
capacitación
docente en SEL
limita la eficacia de
las estrategias
aplicadas.
La planificación
de sesiones
temáticas sobre
emociones con
participación
activa promueve
El liderazgo
pedagógico debe
promover valores
compartidos y una
visión integral del
desarrollo.

pág. 5123
dificultan la
implementación
sostenible.
el aprendizaje
significativo.
(Barragán
et al.,
2024)
Las resistencias
institucionales y
culturales generan
barreras que impiden
la inclusión efectiva
de prácticas
socioemocionales.
Las políticas
institucionales no
contemplan
mecanismos
obligatorios de
inclusión de la
dimensión
socioemocional.
El trabajo
colaborativo,
acompañado de
reflexión guiada,
mejora la
resolución de
conflictos y la
conciencia social.
Los programas
efectivos integran a
los distintos actores
educativos en
actividades que
refuercen la
convivencia
positiva.
(Ganchozo
et al.,
2024)
La falta de
evaluación
sistemática de estas
estrategias debilita su
sostenibilidad y
ajuste a las
necesidades
estudiantiles.
La resistencia al
cambio
metodológico por
parte de docentes y
directivos impide el
desarrollo sostenido
de estas estrategias.
El uso de material
audiovisual y
experiencias
vivenciales
potencia el
reconocimiento y
regulación
emocional.
La inclusión de
redes comunitarias
en la planificación
emocional
enriquece el entorno
educativo.
(Portero &
Medina,
2025)
No contar con redes
de apoyo o
acompañamiento
técnico dificulta la
consolidación de
prácticas educativas
innovadoras.
La ausencia de
liderazgo escolar
comprometido
limita la apropiación
pedagógica de estas
competencias.
Las rutinas de
diálogo
emocional en la
jornada escolar
fortalecen el
vínculo entre
docente y
estudiante.
El trabajo
interinstitucional
amplía el alcance
del impacto
emocional en
contextos
vulnerables.
Elaboración propia
El análisis profundo de los datos revela una brecha entre el reconocimiento teórico de la importancia
de la educación socioemocional y su materialización efectiva en las prácticas escolares, entre las
causas identificadas se destacan la escasa formación del profesorado en competencias emocionales, la
ausencia de políticas institucionales claras y la limitada integración transversal de estas habilidades en
los planes curriculares, estas deficiencias reflejan una tendencia persistente en los modelos escolares
tradicionales a privilegiar lo cognitivo por sobre lo emocional, reproduciendo una visión fragmentada
del desarrollo integral del estudiante.
En contraste con la literatura científica, los hallazgos se alinean y advierten que sin un marco
pedagógico estructurado y sin la formación docente adecuada, las propuestas de educación emocional
resultan ineficaces o marginales. Asimismo, Cepeda et al. (2025); Chunchi y Ordóñez (2024) y

pág. 5124
Portero y Medina (2025), respaldan la idea de que la falta de acompañamiento técnico, de espacios
curriculares definidos y de evaluación sistemática limita el impacto real de estas estrategias en el aula.
No obstante, este estudio aporta un enfoque integral al identificar no solo las barreras, sino también las
prácticas pedagógicas que han demostrado mayor eficacia, como el uso de metodologías activas, la
inclusión de rutinas de diálogo emocional y la promoción de una cultura institucional basada en la
empatía y el respeto mutuo.
Los resultados permiten responder directamente al problema de investigación planteado, al demostrar
que las estrategias de educación socioemocional, aunque reconocidas como fundamentales para el
desarrollo integral, son implementadas de forma fragmentada e intermitente debido a barreras
institucionales y limitaciones formativas. De igual manera, se confirma el objetivo general del estudio,
al evidenciar los obstáculos estructurales, pedagógicos y culturales que impiden una aplicación
sostenida y eficaz de estas estrategias, esta interpretación crítica resalta la necesidad de replantear las
políticas educativas y los marcos de formación docente para garantizar la incorporación sistemática y
coherente de la dimensión socioemocional en el currículo escolar.
Finalmente, el valor interpretativo del estudio radica en su capacidad para visibilizar las condiciones
contextuales que limitan el desarrollo socioemocional en las escuelas y en la propuesta de caminos
posibles para su integración estructural. Las implicaciones son relevantes tanto para el diseño de
nuevas investigaciones como para la formulación de políticas públicas que aseguren una formación
integral, equitativa y emocionalmente competente.
El análisis de los hallazgos pone en evidencia un patrón emergente: las estrategias pedagógicas para la
adaptación de la educación socioemocional deben trascender la visión remedial tradicional para
convertirse en dispositivos transformadores del proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que subyace en
las ocho propuestas diseñadas no es solo la diversidad metodológica, sino la intención de construir
espacios inclusivos que respondan a las singularidades cognitivas, emocionales y sociales del
estudiantado, esta orientación permite superar prácticas que históricamente han marginado a quienes
no se ajustan al promedio estadístico, dando paso a una cultura educativa más equitativa.

pág. 5125
Tabla 2.
Estrategias pedagógicas para la adaptación de la educación socioemocional
Nombre de la
estrategia
Objetivo
específico
Aplicación de
la estrategia
en el aula
Alcance Indicador de
evaluación
Resultado
esperado
Matriz de
Interacción
Multisensorial
Favorecer el
aprendizaje
significativo
en
estudiantes
con distintos
estilos
cognitivos
mediante
estímulos
sensoriales
integrados en
actividades
adaptadas a
sus
capacidades
individuales.
Se diseñan
actividades
didácticas que
estimulan
simultáneamen
te la vista, el
oído y el tacto.
Se organizan
estaciones de
trabajo
multisensoriale
s con tareas
que abordan
los mismos
contenidos
desde
perspectivas
diversas. El
docente facilita
los recursos y
guía a los
estudiantes
hacia las
actividades que
mejor se
alineen con sus
estilos de
aprendizaje.
Aplicable a
todo el grupo
aula, con
énfasis en
estudiantes
con
necesidades
educativas
específicas
relacionadas
con el
procesamiento
sensorial o
trastornos del
neurodesarroll
o.
Nivel de
participación
por estación
multisensorial;
registros de
desempeño por
modalidad
sensorial;
evidencias de
comprensión
desde diversas
entradas
cognitivas.
Aumento en
la
comprensión
y retención
de los
contenidos,
reducción de
conductas
disruptivas,
incremento
en la
participación
de
estudiantes
con
dificultades
sensoriales.
Rutas de
Aprendizaje
Flexible
Atender la
diversidad en
el ritmo y
El docente
estructura
itinerarios de
Dirigido a
toda la
población
Progresión
semanal en los
niveles de
Mejora
progresiva
del

pág. 5126
estilo de
aprendizaje
del
estudiantado,
mediante la
construcción
de
trayectorias
diferenciadas
de trabajo en
torno a los
contenidos
esenciales del
currículo.
trabajo con
actividades
escalonadas de
baja, media y
alta
complejidad.
Cada
estudiante
elige su ruta
semanal, con
base en su
nivel de
desempeño
previo,
recibiendo
retroalimentaci
ón formativa
en cada etapa.
Se promueve la
coevaluación y
la
autoevaluación
dentro de los
grupos de
trabajo.
escolar,
adaptable a
distintas áreas
del currículo,
con énfasis en
procesos de
comprensión
lectora y
resolución de
problemas.
complejidad
alcanzados;
autoevaluacion
es de
desempeño;
número de
actividades
completadas
por tipo de
ruta.
rendimiento
académico,
incremento
en la
autonomía
del
estudiante,
mayor
equidad en el
logro de
aprendizajes
clave.
Secuencia
Gamificada de
Adaptación
Curricular
Incrementar
la motivación
y la
apropiación
de los
contenidos
mediante
dinámicas
lúdicas
personalizada
s que
Los contenidos
curriculares se
transforman en
retos, juegos y
misiones
académicas.
Cada
estudiante
accede a
recursos
adaptados y
Aplicable a
grupos de
estudiantes
con baja
motivación,
dificultades de
atención o
aprendizaje
fragmentado.
Su enfoque
flexible lo
Puntajes
acumulados en
rúbricas
gamificadas;
participación
en misiones
curriculares;
registros de
logro en
tableros
grupales e
Incremento
en la
motivación
intrínseca,
mayor
participación
en clase,
reducción del
ausentismo y
mejora de la
retención de

pág. 5127
respondan a
los niveles de
desarrollo de
cada
estudiante.
desbloquea
niveles según
su ritmo. Se
integran
rúbricas
gamificadas,
tableros de
logros y
sesiones de
refuerzo para
garantizar la
comprensión
de los
aprendizajes
clave.
hace útil para
la
recuperación
pedagógica.
individuales. contenidos
académicos.
Laboratorio de
Evaluación
Inclusiva
Fortalecer los
procesos de
evaluación
desde un
enfoque
inclusivo que
permita
valorar el
desempeño
con base en
evidencias
prácticas y
narrativas de
progreso.
Se aplican
instrumentos
diversos
(rúbricas,
portafolios,
exposiciones
orales) que
recogen
evidencias del
proceso y no
solo del
resultado final.
Los criterios se
ajustan a los
perfiles
individuales y
se validan en
conjunto con
los estudiantes.
Se fomenta la
valoración del
Se dirige a
estudiantes
con
dificultades
evaluativas
recurrentes, en
cualquier nivel
o área. Es útil
en procesos de
refuerzo,
nivelación o
promoción.
Cantidad y
diversidad de
evidencias
recogidas por
estudiante;
comparación
entre los
instrumentos
convencionales
y los
alternativos;
valoración del
progreso
individual.
Disminución
de la
ansiedad
evaluativa,
aumento del
compromiso
del estudiante
con su
proceso,
mejora en el
rendimiento
general y
autoeficacia
percibida.

pág. 5128
progreso y no
solo del
producto.
Talleres de
Pensamiento
Divergente
Desarrollar
habilidades
de
pensamiento
creativo y
resolución de
problemas a
través de
actividades
que fomenten
la
exploración
de múltiples
respuestas
posibles a
una misma
situación.
Los estudiantes
resuelven
casos, diseñan
soluciones
múltiples y
participan en
debates de
ideas
alternativas.
Cada propuesta
es valorada por
su
razonamiento y
originalidad,
más que por su
coincidencia
con una
respuesta
correcta. El
docente
promueve
entornos donde
el error se
concibe como
fuente de
aprendizaje.
Su cobertura
es transversal
a todas las
áreas
curriculares,
aplicable
desde primaria
hasta
bachillerato,
con especial
beneficio en
estudiantes
con
pensamiento
no lineal.
Cantidad de
soluciones
diversas por
actividad;
calidad
argumentativa
de las
respuestas;
número de
propuestas
innovadoras
generadas por
los estudiantes.
Mayor
creatividad
en la
resolución de
problemas,
desarrollo del
pensamiento
flexible,
incremento
de la
participación
crítica en
entornos de
aprendizaje
colaborativo.
Bitácora de
Autorregulació
n y
Metacognición
Impulsar la
autorregulaci
ón académica
y la reflexión
sobre el
propio
proceso de
Cada
estudiante
registra
semanalmente
sus objetivos,
logros y
dificultades en
Aplicable a
todo el
alumnado
como
estrategia de
acompañamie
nto
Frecuencia de
uso de la
bitácora;
consistencia
entre metas,
estrategias y
logros;
Fortalecimien
to de la
autonomía
académica,
mejora en la
organización
personal,

pág. 5129
aprendizaje a
través del
registro
sistemático
de logros,
dificultades y
estrategias
usadas.
una bitácora
personal. El
docente revisa
estas bitácoras
y ofrece
retroalimentaci
ón
personalizada.
Se trabaja en la
planificación
de metas
académicas
realistas y en la
identificación
de estrategias
que les
permitan
superar
barreras
personales.
metacognitivo,
con énfasis en
estudiantes
con bajo
rendimiento o
escasa
autonomía
académica.
retroalimentaci
ón registrada
en las bitácoras
y entrevistas
con docentes.
incremento
de la
autorreflexió
n y mayor
claridad en
las metas
individuales.
Aula
Interdisciplina
ria de Ajustes
Graduales
Proporcionar
una
estructura
adaptable de
planificación
que permita
realizar
ajustes
progresivos
en función de
las
necesidades
detectadas en
distintas
áreas del
saber.
Los contenidos
se distribuyen
en
microsecuencia
s que se
ajustan
semanalmente
según las
observaciones
del docente. Se
emplean
rúbricas
abiertas,
registros
anecdóticos y
entrevistas
Su alcance
abarca
asignaturas
con alta carga
de contenidos
conceptuales,
siendo útil
para grupos
grandes y
heterogéneos
en
instituciones
públicas o
privadas.
Número de
ajustes
realizados por
estudiante;
evolución de
desempeño
según rúbricas
abiertas;
resultados de
entrevistas
pedagógicas.
Mejora en el
seguimiento
docente del
progreso
estudiantil,
incremento
en la
adaptación
oportuna de
estrategias,
mayor
equidad en
los procesos
de
evaluación.

pág. 5130
pedagógicas
para ajustar las
actividades. Se
desarrollan
planes
semanales
diferenciados
sin romper la
unidad
curricular
grupal.
Mapeo
Curricular
Personalizado
Diseñar un
sistema de
seguimiento
individual
que conecte
los
estándares
curriculares
con los
intereses,
necesidades y
capacidades
específicas
de cada
estudiante.
Se construye
un perfil
pedagógico
para cada
estudiante con
base en
diagnósticos
iniciales,
entrevistas y
observaciones.
A partir de este
perfil se adapta
el currículo en
contenidos,
actividades y
evaluación. Se
usan carpetas
individuales de
seguimiento y
reuniones
quincenales de
ajuste entre
docentes.
Aplica a
estudiantes
con
trayectorias
discontinuas,
riesgo de
exclusión o
dificultades de
aprendizaje no
diagnosticadas
, facilitando su
inclusión
desde una
perspectiva
integral.
Grado de
alineación
entre el perfil
individual y las
adaptaciones
realizadas;
frecuencia de
actualizaciones
del perfil;
resultados
académicos
por área
ajustada.
Disminución
de la
deserción
escolar,
aumento de
la
permanencia
y
participación
activa del
estudiante,
mayor
coherencia
entre
necesidades
individuales
y oferta
curricular.
Elaboración propia

pág. 5131
La articulación entre personalización curricular, autorregulación del aprendizaje y evaluación
formativa se perfila como un eje estructurante de estas estrategias, cada una busca articular de manera
deliberada el desarrollo de habilidades cognitivas con procesos metacognitivos, afectivos y sociales, lo
que permite anticipar mejoras no solo en el rendimiento académico, sino también en la participación
activa y en la autonomía del estudiante, en ese sentido, las estrategias no operan de forma aislada, sino
que establecen vínculos sinérgicos entre planificación, implementación y evaluación, apuntando a una
renovación profunda de la práctica docente.
Otro hallazgo relevante radica en la viabilidad de estas estrategias en distintos contextos
institucionales, su aplicabilidad tanto en escuelas fiscales como particulares sugiere que la innovación
pedagógica no depende exclusivamente de recursos tecnológicos o condiciones de infraestructura, sino
de la disposición docente, del acompañamiento institucional y de la existencia de marcos normativos
que legitimen la atención a la diversidad como un derecho educativo, esto refuerza la idea de que es
posible democratizar el acceso a metodologías diferenciadas que favorezcan trayectorias escolares más
justas.
Finalmente, las implicaciones de estos resultados interpelan la política educativa actual, especialmente
en lo que respecta a la formación inicial y continua del profesorado, promover una cultura evaluativa
flexible, fortalecer la reflexión pedagógica y descentralizar la planificación curricular en favor del
enfoque centrado en el estudiante emergen como condiciones necesarias para consolidar una
educación que, más allá de adaptarse, se transforma en función de sus sujetos.
CONCLUSIONES
Los resultados analizados permiten afirmar que la efectividad de las adaptaciones en el contenido
curricular no puede desligarse de la incorporación sistemática de estrategias pedagógicas innovadoras,
diseñadas bajo un enfoque de inclusión, flexibilidad y personalización, ya que la diversidad del
estudiantado exige respuestas educativas diferenciadas que reconozcan la pluralidad de estilos de
aprendizaje, trayectorias escolares y necesidades específicas, lo cual obliga a repensar las prácticas
docentes tradicionales desde una lógica más comprensiva y transformadora, en este contexto, la
propuesta de ocho estrategias inéditas evidenció que es posible desarrollar mecanismos pedagógicos
contextualizados, viables y alineados con los principios de equidad y calidad educativa.

pág. 5132
Desde una perspectiva analítica, se constata que las estrategias planteadas para incorporar la educación
emocional en el aula, no se limitan a ser herramientas operativas, sino que constituyen propuestas que
interpelan la estructura misma del currículo, la evaluación y la organización del aula, su
implementación no depende únicamente de recursos materiales, sino de un cambio de paradigma en la
concepción del rol docente, en el sentido de asumir la responsabilidad activa de diseñar experiencias
de aprendizaje significativas, sostenidas en la reflexión continua sobre el impacto pedagógico de sus
decisiones, esta conclusión se fortalece al considerar que muchas de las barreras identificadas en la
literatura no son únicamente técnicas, sino también culturales e institucionales.
Asimismo, la articulación entre la educación socioemocional, el seguimiento personalizado y la
valoración de los procesos, no solo potencia el desempeño académico, sino que redefine la manera en
que se construye el conocimiento en el aula. La participación del estudiante como sujeto activo y
reflexivo del proceso educativo, y no como receptor pasivo de contenidos, implica una transformación
profunda de las condiciones de enseñanza, haciendo de la adaptación curricular un principio
organizador de la práctica y no una medida excepcional.
En términos de política educativa, este estudio plantea la necesidad de generar marcos institucionales
que respalden y den continuidad a este tipo de innovaciones, especialmente en relación con la
formación docente inicial y continua, los sistemas de evaluación y los espacios de gestión
participativa. El reconocimiento de la educación socioemocional como un derecho pedagógico, más
que como un ajuste compensatorio, se convierte en una condición indispensable para avanzar hacia
una educación que garantice el desarrollo pleno de todos los estudiantes, sin excepción, esta
conclusión invita, por tanto, a repensar el modelo educativo vigente, en clave de justicia, pertinencia y
sostenibilidad.
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