METODOLOGÍAS ACTIVAS EN EL AULA:
IMPACTO EN LA MOTIVACIÓN Y EL
APRENDIZAJE DE LOS ESTUDIANTES

ACTIVE METHODOLOGIES IN THE CLASSROOM: IMPACT

ON STUDENT MOTIVATION AND LEARNING

Jackeline del Carmen Verdezoto Cepeda

Investigador Independiente - Ecuador

Diana Carolina Tipanluisa Irazabal

Investigador Independiente Ecuador

Cinthya Patricia Llaulli Mejia

Investigador Independiente Ecuador

María del Carmen Cazar Valencia

Investigador Independiente Ecuador

Pilar Rosemary Cun Aldaz

Investigador Independiente - Ecuador
pág. 5248
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i3.18159
Metodologías activas en el aula: impacto en la motivación y el aprendizaje
de los estudiantes

Jackeline del Carmen Verdezoto Cepeda
1
jacke_blue9@hotmail.com

https://orcid.org/0009-0008-2373-7378

Investigador Independiente

Ecuador

Diana Carolina Tipanluisa Irazabal

karitosebas1124@gmail.com

https://orcid.org/0009-0003-8849-303X

Investigador Independiente

Ecuador

Cinthya Patricia Llaulli Mejia

cinllau@hotmail.com

https://orcid.org/0009-0008-5275-8127

Investigador Independiente

Ecuador

María del Carmen Cazar Valencia

maricarmencazar@hotmail.es

https://orcid.org/0009-0001-1609-6591

Investigador Independiente

Ecuador

Pilar Rosemary Cun Aldaz

pilarcun@hotmail.es

https://orcid.org/0009-0008-2239-748X

Investigador Independiente

Ecuador

RESUMEN

El presente estudio aborda el impacto de las metodologías activas en la motivación y el aprendizaje de
los estudiantes, reconociendo la necesidad urgente de transformar las prácticas pedagógicas
tradicionales frente a contextos escolares diversos y complejos, estas se consolidan como
herramientas clave para fomentar la participación activa, la autonomía y el aprendizaje significativo.
El objetivo general fue analizar el impacto de las metodologías activas en la motivación y el
rendimiento académico de los estudiantes. Se aplicó una metodología cualitativa con enfoque
descriptivo y exploratorio, sustentada en el análisis documental de literatura científica reciente, se
utilizaron métodos teórico, inductivo-deductivo y analítico-sintético, junto con la técnica de análisis
documental, para sistematizar datos relevantes. Los resultados evidenciaron que las metodologías
activas, como el aprendizaje basado en proyectos, la clase invertida y el trabajo colaborativo,
incrementan la motivación intrínseca, facilitan la personalización del aprendizaje y promueven la
mejora sostenida del rendimiento académico. Se concluye que su incorporación estructurada en la
planificación curricular fortalece la equidad y la inclusión, y permite responder de manera eficaz a los
desafíos actuales del sistema educativo, constituyéndose en una vía transformadora hacia una
educación de calidad centrada en el estudiante.

Palabras clave: metodologías activas, motivación escolar, aprendizaje significativo, inclusión
educativa, estrategias pedagógicas

1
Autor principal.
Correspondencia:
jacke_blue9@hotmail.com
pág. 5249
Active
methodologies in the classroom: impact on student motivation and
learning

ABSTRACT

This study addresses the impact of active methodologies on student motivation and learning,

recognizing the urgent need to transform traditional pedagogical practices in the face of diverse and

complex school contexts, these are consolidated as key tools to promote active participation,

autonomy and meaningful learning. The general objective was to analyze the impact of active

methodologies on students' motivation and academic performance. A qualitative methodology with a

descriptive and exploratory approac
h was applied, based on the documentary analysis of recent
scientific literature, using theoretical, inductive
-deductive and analytical-synthetic methods, together
with the documentary analysis technique, to systematize relevant data. The results showed that active

methodologies, such as project
-based learning, flipped classroom and collaborative work, increase
intrinsic motivation, facilitate the personalization of learning and promote sustained improvement in

academic performance. It is concluded that the
ir structured incorporation in curricular planning
strengthens equity and inclusion, and allows an effective response to the current challenges of the

educational system, constituting a transformative path towards a quality education centered on the

student.

Keywords:
active methodologies, school motivation, meaningful learning, educational inclusion,
pedagogical strategies

Artículo recibido 15 mayo 2025

Aceptado para publicación: 18 junio 2025
pág. 5250
INTRODUCCIÓN

En el ámbito de la educación contemporánea, las metodologías activas en el aula se han consolidado
como estrategias pedagógicas fundamentales que promueven la participación protagónica del
estudiantado en su proceso de aprendizaje, en contraste con los enfoques tradicionales centrados en la
transmisión unidireccional de contenidos (Loza & Calle, 2023). Estas metodologías, entre las que
destacan el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje cooperativo, la clase invertida y el
aprendizaje basado en problemas, se aplican en contextos escolares diversos para potenciar la
motivación intrínseca, el pensamiento crítico y el compromiso cognitivo de los estudiantes, su
implementación responde no solo a la necesidad de dinamizar los procesos didácticos, sino también a
la urgencia de atender a la diversidad en el aula mediante propuestas flexibles que se adaptan a los
distintos ritmos, estilos y capacidades de aprendizaje, contribuyendo así a una educación más
equitativa y significativa (Zambrano et al., 2024).

Este enfoque se enmarca dentro de una perspectiva pedagógica centrada en el estudiante, articulada
con los principios de la educación inclusiva y la equidad educativa, en este contexto, las metodologías
activas no solo se relacionan con la pedagogía diferenciada y la planificación curricular diversificada,
sino también con la normativa educativa que impulsa la atención a estudiantes con necesidades
educativas específicas (L. Rodríguez, 2014). La inclusión de estas metodologías en el diseño
curricular permite a los docentes responder de manera más eficaz a las diferencias individuales,
promoviendo entornos de aprendizaje más accesibles, dinámicos y colaborativos, y reduciendo las
barreras que limitan la participación plena del estudiantado, así, se establecen vínculos con áreas
como la didáctica general, la psicología del aprendizaje, la evaluación formativa y las políticas
públicas educativas (Verde et al., 2024).

La relevancia del presente tema radica en la necesidad de reconfigurar las prácticas docentes en el
marco de un sistema educativo que aún enfrenta desafíos en cuanto a equidad, calidad e inclusión, en
un escenario donde persisten altos índices de deserción escolar, bajo rendimiento académico y escasa
participación estudiantil, el estudio del impacto de las metodologías activas sobre la motivación y el
aprendizaje se vuelve crucial. Abordar esta temática permite no solo mejorar la eficacia de la
enseñanza, sino también avanzar en la construcción de aulas democráticas, donde cada estudiante
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tenga oportunidades reales de aprendizaje, desarrollo personal y éxito académico (Martínez, 2024).

El problema que sustenta esta investigación se vincula con la limitada implementación y evaluación
de las metodologías activas en contextos escolares que presentan alta diversidad estudiantil, lo que
conlleva una baja efectividad en los procesos de enseñanza-aprendizaje, a pesar del respaldo
normativo y de las recomendaciones curriculares vigentes, se observa una escasa sistematización de
experiencias pedagógicas que midan su impacto en términos de motivación y rendimiento académico,
lo que evidencia un vacío tanto teórico como práctico en la materia (Robledo, 2015).

En este sentido, el planteamiento del problema es representado por la interrogante ¿De qué manera
inciden las metodologías activas en la motivación y aprendizaje de los estudiantes?. El objetivo
general de este estudio consiste en analizar el impacto de las metodologías activas en la motivación y
el rendimiento académico de los estudiantes, con el fin de identificar prácticas pedagógicas eficaces
que promuevan entornos de aprendizaje inclusivos, participativos y adaptados a las necesidades
individuales.

¿Qué son las metodologías activas?

Las metodologías activas constituyen un enfoque pedagógico centrado en el protagonismo del
estudiante, quien construye conocimiento mediante experiencias participativas, colaborativas y
reflexivas, estas metodologías promueven el aprendizaje significativo al involucrar al alumno en la
resolución de problemas reales y actividades dinámicas que estimulan el pensamiento crítico y la
autonomía, se oponen a la enseñanza tradicional pasiva, favoreciendo la interacción, la indagación y
la construcción colectiva del saber en contextos educativos diversos (Leal & Hernández, 2024).

Desde la teoría del constructivismo social, propuesta por Vygotsky, quien sostiene que el aprendizaje
es un proceso sociocultural en el que los individuos construyen conocimiento a través de la
interacción con otros y con el entorno; las metodologías activas se alinean al propiciar contextos de
aprendizaje colaborativos, donde se fomenta el diálogo, la cooperación y la resolución conjunta de
problemas. En el aula, esto se traduce en actividades que estimulan el intercambio de ideas, la
construcción de significados y la apropiación progresiva de conocimientos, habilidades y actitudes.
Por ello, este enfoque sustenta la eficacia de las metodologías activas como mecanismos para
potenciar la motivación y el aprendizaje profundo(Carrera, 2001).
pág. 5252
Analizado desde el Aprendizaje significativo, propuesto por Ausubel, quien teoriza que el aprendizaje
ocurre cuando el nuevo conocimiento se integra de manera sustancial y no arbitraria en la estructura
cognitiva previa del estudiante, a diferencia del aprendizaje memorístico, el aprendizaje significativo
favorece la comprensión, la retención a largo plazo y la transferencia de conocimientos, en este
sentido, las metodologías activas potencian este tipo de aprendizaje al partir del conocimiento previo
del alumno, fomentar la exploración de nuevas ideas y permitir la aplicación de conceptos en
contextos reales o simulados (Viganò & Colombetti, 2007).

Desde la Teoría de Kolb, basada en la experiencia directa del individuo, estructurada en un ciclo que
comprende cuatro fases: experiencia concreta, observación reflexiva, conceptualización abstracta y
experimentación activa, este modelo enfatiza la importancia de vivencias reales como punto de
partida para la construcción del conocimiento, lo cual se refleja claramente en las metodologías
activas, donde el estudiante aprende haciendo, reflexionando y aplicando, así, el aprendizaje
experiencial se convierte en una herramienta didáctica poderosa que legitima prácticas pedagógicas
como el aprendizaje basado en problemas, las simulaciones y las dinámicas cooperativas (Rodríguez,
2018).

Tipos de metodologías activas

Aprendizaje basado en proyectos. Es una metodología activa que promueve el desarrollo de
conocimientos y habilidades mediante la realización de tareas complejas, estructuradas en torno a una
pregunta guía, problemática o desafío contextualizado, el proceso implica planificación,
investigación, ejecución, reflexión y socialización de los resultados. El ABP se caracteriza por su
enfoque interdisciplinar, el trabajo colaborativo y la producción de un producto tangible, lo que
favorece la integración de saberes y la motivación del estudiante, esta metodología permite aplicar
conocimientos en situaciones reales, fomentando la autonomía, la creatividad y la toma de decisiones
(Nontol & Leyva, 2024).

El aprendizaje cooperativo y colaborativo. Se fundamenta en la construcción conjunta del
conocimiento entre estudiantes, quienes trabajan interdependientemente para alcanzar objetivos
comunes. En el aprendizaje cooperativo, se establecen roles definidos, metas grupales y
responsabilidad individual, mientras que en el aprendizaje colaborativo se privilegia una interacción
pág. 5253
más espontánea y horizontal. Ambos enfoques favorecen la comunicación, la empatía, la resolución
de conflictos y el pensamiento crítico, estas metodologías impulsan la inclusión, ya que permiten la
heterogeneidad de grupos, fortaleciendo la participación equitativa y el aprendizaje entre pares (Abalo
& Jaramillo, 2024 ).

Clase invertida. Es una metodología que invierte el modelo tradicional de enseñanza: los contenidos
conceptuales se abordan fuera del aula mediante materiales digitales, mientras que el tiempo
presencial se destina a actividades prácticas, discusión de casos, resolución de dudas y aplicación del
conocimiento, esta estrategia permite un ritmo de aprendizaje personalizado y facilita una
participación más activa en clase. Asimismo, fomenta el desarrollo de habilidades de autorregulación
y autonomía en los estudiantes, la clase invertida favorece una atención más individualizada por parte
del docente, quien puede dedicar más tiempo a retroalimentar a los estudiantes y resolver dificultades
específicas (Valdez et al., 2024).

Aprendizaje basado en problemas. Es una estrategia pedagógica centrada en la resolución de
situaciones problemáticas auténticas que demandan indagación, análisis crítico y toma de decisiones,
esta metodología propicia la integración de conocimientos disciplinares y habilidades transversales
como la investigación, el razonamiento lógico y la argumentación. En esta metodología, los
estudiantes actúan como protagonistas del proceso, identificando lo que saben, lo que necesitan
aprender y cómo abordarán el problema, el docente guía el proceso como facilitador, asegurando que
se respeten las fases del método y promoviendo la reflexión permanente, esta modalidad es
especialmente eficaz para fomentar el pensamiento complejo y el aprendizaje significativo, y su
aplicación exige un diseño riguroso que articule objetivos cognitivos, recursos y evaluación (Fortea,
2019).

Estaciones de aprendizaje. Consisten en la organización del aula en espacios o “estaciones” donde
se desarrollan actividades distintas, pero complementarias, que permiten abordar un mismo contenido
desde múltiples enfoques, esta estrategia ofrece variedad metodológica, fomenta la autonomía y
facilita la atención a la diversidad, ya que los estudiantes rotan por estaciones de acuerdo con su ritmo
e intereses. La flexibilidad del modelo permite integrar actividades prácticas, lúdicas, tecnológicas y
reflexivas, estimulando el aprendizaje activo y multisensorial, el rol del docente es diseñar tareas con
pág. 5254
niveles de complejidad diferenciada y acompañar el tránsito entre estaciones para asegurar la
coherencia del proceso. Esta metodología puede aplicarse en diversas asignaturas y niveles
educativos, favoreciendo un clima participativo y motivador (Arellano, 2024).

Gamificación. Consiste en aplicar elementos y dinámicas propias de los juegos en entornos de
aprendizaje con el fin de aumentar la motivación, el compromiso y la participación del estudiantado.
Incluye mecánicas como recompensas, retos, niveles, avatares y retroalimentación inmediata, esta
metodología transforma las actividades educativas en experiencias significativas, en las que se
estimulan la curiosidad, la perseverancia y el sentido de logro. La gamificación permite desarrollar
habilidades cognitivas, sociales y emocionales mediante el juego estructurado y con propósito
pedagógico, es adaptable a distintas áreas del currículo y perfiles estudiantiles, lo que la convierte en
una herramienta inclusiva y su implementación requiere un diseño intencional, donde se alineen
objetivos educativos con las dinámicas lúdicas sin perder el rigor académico (Quiroz et al., 2022).

Motivación escolar

La motivación académica se refiere al conjunto de procesos internos que activan, dirigen y mantienen
el comportamiento del estudiante hacia el logro de objetivos educativos, esta motivación se configura
por variables cognitivas, emocionales y contextuales que influyen en el compromiso del alumno con
su propio aprendizaje, en el ámbito escolar, una adecuada motivación es clave para la participación
activa, la persistencia ante retos y la calidad del desempeño académico (Zambrano et al., 2024).

Tipos de motivación

La motivación intrínseca surge del interés personal y del disfrute en la realización de una actividad,
sin necesidad de recompensas externas; en cambio, la motivación extrínseca depende de estímulos
ajenos al estudiante, como calificaciones, premios o sanciones (Isaac, 2025).

Ambas formas influyen en el comportamiento académico, aunque la motivación intrínseca se
relaciona con un aprendizaje más profundo y sostenido, las metodologías activas favorecen
principalmente la motivación intrínseca al ofrecer contextos de aprendizaje significativos, retadores y
relevantes, lo cual potencia la implicación personal, no obstante, en contextos tradicionales,
predomina la motivación extrínseca, lo que puede limitar la autonomía y la creatividad del estudiante.
pág. 5255
Factores contextuales que inciden en la motivación

La motivación académica está influida por múltiples factores contextuales, entre los que destacan el
clima escolar, las expectativas docentes, la retroalimentación recibida y las características de la
metodología empleada. El entorno educativo que promueve la confianza, la participación activa y la
valoración del esfuerzo propicia una mayor implicación del estudiante, las prácticas pedagógicas
tradicionales, centradas en la transmisión y evaluación memorística, suelen generar apatía o
desinterés, mientras que los enfoques participativos y dinámicos aumentan la percepción de control y
relevancia del aprendizaje (García, 2023).

Asimismo, la percepción de justicia en las evaluaciones y la existencia de metas claras fortalecen la
motivación, en particular, el uso de metodologías activas crea ambientes favorables que estimulan el
aprendizaje autónomo y colaborativo, promoviendo el sentido de pertenencia y la implicación
emocional del estudiante. Por tanto, los factores contextuales no solo actúan como mediadores, sino
como elementos estructurales del proceso motivacional.

Aprendizaje en el contexto escolar

El aprendizaje es un proceso dinámico mediante el cual los individuos adquieren, modifican y
reconstruyen conocimientos, habilidades, actitudes y valores, producto de la interacción con su
entorno y la experiencia. Desde una perspectiva constructivista, implica la construcción activa del
conocimiento, orientada por la significación y la aplicación contextual, en el ámbito educativo, el
aprendizaje cobra sentido cuando promueve el desarrollo integral del estudiante, permitiéndole
comprender, transformar y actuar en su realidad (Alonzo et al., 2010).

Dimensiones del aprendizaje

El aprendizaje escolar puede analizarse desde tres dimensiones fundamentales: la cognitiva, que alude
a la adquisición y estructuración del conocimiento; la metacognitiva, que comprende la capacidad del
estudiante para autorregular sus procesos de aprendizaje, y la afectiva, vinculada a las emociones,
actitudes e intereses que influyen en su disposición a aprender. La dimensión cognitiva incluye
habilidades como la comprensión, la aplicación y el análisis. La metacognitiva, por su parte, permite
al estudiante planificar, monitorear y evaluar su desempeño, lo cual es crucial para el aprendizaje
autónomo. La dimensión afectiva implica aspectos motivacionales y actitudinales que condicionan la
pág. 5256
receptividad al contenido. Las metodologías activas integran estas tres dimensiones al promover un
aprendizaje situado, reflexivo y emocionalmente significativo, así, no solo se fortalece la competencia
académica, sino también la conciencia del propio proceso de aprender (López & Morales, 2015).

La motivación como catalizador del aprendizaje

La motivación actúa como un motor fundamental del aprendizaje, al influir directamente en la
intensidad, persistencia y calidad del esfuerzo que los estudiantes invierten en sus tareas académicas,
diversas investigaciones coinciden en que el nivel de motivación determina en gran medida la
efectividad del proceso educativo, cuando los estudiantes están motivados, muestran mayor
disposición para enfrentar desafíos, explorar nuevas ideas y superar obstáculos (Vivas, 2003).

En el contexto de metodologías activas, la motivación se potencia al promover experiencias
educativas significativas, autónomas y colaborativas, que conectan los intereses personales con los
contenidos escolares, esta sinergia favorece el aprendizaje autorregulado, el compromiso emocional
con las tareas y la internalización de metas académicas, en consecuencia, la motivación no solo
facilita el acceso al conocimiento, sino que transforma la actitud del estudiante hacia el aprendizaje,
convirtiéndolo en un proceso deseado y autoimpulsado.

METODOLOGÍA

La presente investigación se enmarcó en un enfoque cualitativo, entendido como aquel que privilegia
la interpretación profunda de fenómenos sociales, educativos o psicológicos a partir de las
experiencias, discursos y contextos de los actores involucrados, su fundamento epistemológico se
sustenta en el paradigma interpretativo, el cual reconoce la construcción subjetiva de la realidad y
valora la comprensión holística de las dinámicas humanas. A través de la indagación no estructurada,
flexible y contextualizada, los estudios cualitativos permiten captar significados, representaciones y
sentidos, lo que resulta esencial cuando se abordan fenómenos complejos, cambiantes o sensibles
(Alban et al., 2020).

En este estudio, el enfoque cualitativo resultó pertinente para explorar el impacto de las metodologías
activas en la motivación y el aprendizaje de los estudiantes, debido a que permitió acceder a una
comprensión situada y contextual del fenómeno, este enfoque facilitó la identificación de dinámicas
pedagógicas emergentes y representaciones subjetivas sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje, así
pág. 5257
como la sistematización de hallazgos no cuantificables, favoreció, además, la recuperación de marcos
conceptuales y experiencias descritas en investigaciones precedentes, propiciando una visión
comprensiva del objeto de estudio.

La investigación adoptó un enfoque descriptivo-exploratorio. El enfoque descriptivo se centró en
caracterizar, ordenar y sistematizar los componentes esenciales del fenómeno estudiado,
proporcionando una imagen detallada y estructurada de las metodologías activas y su relación con la
motivación escolar. En paralelo, el enfoque exploratorio permitió indagar en un campo aún poco
sistematizado, orientando el análisis hacia la identificación de vacíos teóricos, nuevas líneas de
interpretación y posibles categorías analíticas relevantes (Carazas et al., 2024).

Ambos enfoques permitieron abordar de manera coherente el propósito del estudio, al facilitar una
revisión rigurosa de la literatura académica, identificar patrones comunes y establecer posibles
relaciones entre variables pedagógicas y psicoeducativas, este doble enfoque fue útil para profundizar
en el conocimiento de prácticas innovadoras que inciden en la experiencia escolar, y sentó las bases
para futuras investigaciones empíricas o propuestas de intervención educativa fundamentadas.

El estudio se fundamentó en el diseño de una investigación bibliográfica, sustentada en la
recopilación, análisis y síntesis de fuentes secundarias, este tipo de investigación permite acceder a un
corpus amplio de conocimientos sistematizados, generados por comunidades científicas
especializadas, a través de artículos, tesis, libros y documentos académicos, además, permitió
construir un marco teórico robusto, identificar antecedentes pertinentes y contrastar visiones
conceptuales diversas (González, 2024).

La elección de esta modalidad fue coherente con el objetivo de analizar cómo las metodologías
activas inciden en la motivación y el aprendizaje escolar, al integrar distintos enfoques teóricos y
evidencias empíricas documentadas, se logró una comprensión profunda y estructurada del fenómeno,
sin necesidad de intervención directa en el aula. Este procedimiento garantizó rigurosidad teórica y
apertura interpretativa.

En cuanto a los métodos empleados, se aplicaron el método teórico, el inductivo-deductivo y el
analítico-sintético. El método teórico permitió definir las categorías centrales, estructurar los
conceptos clave y realizar una revisión crítica de los enfoques existentes. El método inductivo-
pág. 5258
deductivo facilitó, por un lado, extraer inferencias generales a partir de estudios de caso y, por otro,
aplicar marcos conceptuales generales al análisis de fenómenos específicos. Finalmente, el método
analítico-sintético permitió descomponer los elementos constitutivos del fenómeno para luego
integrarlos en una interpretación coherente, la articulación de estos métodos posibilitó una
comprensión integrada, rigurosa y fundamentada del objeto de estudio (Hernández et al., 2016).

La técnica utilizada fue el análisis documental, entendida como una técnica cualitativa que permite
examinar en profundidad fuentes escritas con el fin de identificar información válida y relevante, a
través de la lectura crítica, esta técnica permitió extraer y organizar datos cualitativos clave para
responder a los objetivos planteados, privilegiando el contenido conceptual y metodológico de los
documentos seleccionados. Las fuentes analizadas correspondieron a artículos científicos publicados
en los últimos cinco años en revistas indexadas, tanto en español como en inglés, esta elección
respondió a criterios de actualidad, pertinencia temática, calidad metodológica y revisión por pares, lo
cual garantizó la fiabilidad de los datos y la validez del análisis.

El proceso de recolección de datos se desarrolló en varias etapas, en primer lugar, se aplicaron
criterios de selección documental que incluyeron la pertinencia al objeto de estudio, la actualidad
(últimos cinco años), el respaldo científico y la revisión por pares, posteriormente, se validaron las
fuentes seleccionadas mediante su presencia en bases de datos reconocidas como Scopus, Scielo,
Redalyc, Dialent, Latindex, o por la autoría de investigadores de trayectoria. Luego, se procedió a la
codificación inicial de los contenidos extraídos, organizándolos en categorías temáticas emergentes y
predefinidas, finalmente, la información fue sistematizada en matrices de análisis conceptual,
facilitando la interpretación y la articulación teórica del fenómeno investigado.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los resultados obtenidos a partir del análisis documental revelaron una influencia significativa y
multifactorial de las metodologías activas en la motivación y el aprendizaje de los estudiantes,
particularmente en aquellos con necesidades educativas diversas, esta afirmación se sustenta en la
reiterada evidencia de que prácticas como el aprendizaje basado en proyectos, la clase invertida y el
trabajo cooperativo no solo promueven una mayor implicación del estudiante en su proceso
formativo, sino que también favorecen un aprendizaje más significativo, personalizado y sostenible,
pág. 5259
por lo tanto los hallazgos obtenidos se presentan a continuación:

Tabla 1. Incidencia de las metodologías activas en la motivación y aprendizaje de los estudiantes

Autor y
Año

¿Cómo influyen las
metodologías activas en la
motivación y el compromiso
de los estudiantes con
necesidades educativas
diversas?

¿Qué herramientas
didácticas permiten una
mejor personalización del
aprendizaje en entornos
activos?

¿Qué impacto tienen las
prácticas pedagógicas
activas diferenciadas en el
desarrollo académico y
desarrollo de los
estudiantes?

(Ganchozo
et al., 2024)

Las metodologías activas
incrementan significativamente
la motivación intrínseca,
permitiendo que estudiantes con
necesidades educativas diversas
participen de forma más
equitativa y dinámica en el aula,
al centrarse en sus intereses y
estilos de aprendizaje.

El ABP, aula invertida y
aprendizaje colaborativo se
identificaron como
herramientas eficaces para
adaptar el aprendizaje a
diversos perfiles
estudiantiles, promoviendo el
protagonismo y la
autonomía.

Las metodologías activas
mejoran el rendimiento
académico respecto a
métodos tradicionales, al
fomentar la autonomía, el
pensamiento crítico y la
resolución de problemas.

(Leal &
Hernández,
2024)

Los estudiantes encuestados
reportaron sentirse más
motivados hacia las matemáticas
gracias al ABP y aula invertida,
destacando que la participación
activa fortaleció su compromiso
y autoconfianza en el
aprendizaje.

Se implementaron
plataformas digitales,
proyectos colaborativos y
videos interactivos que
facilitaron la personalización
en función del ritmo, estilo y
necesidades de cada
estudiante.

Se observó un incremento
significativo en el
rendimiento en matemáticas,
acompañado de una mejora
en habilidades como el
trabajo en equipo, la
comunicación y el análisis
lógico.

(Isaac,
2025)

Al integrar el aprendizaje
colaborativo, los estudiantes con
diferentes niveles de
competencia se sienten
valorados y parte activa del
grupo, lo que fomenta su
motivación y reduce el rezago
escolar.

La utilización de rúbricas,
portafolios y tareas
contextualizadas permitió
personalizar el proceso
evaluativo y adaptarlo a las
particularidades de los
estudiantes con diferentes
estilos cognitivos.

El uso sostenido de
estrategias colaborativas ha
demostrado reducir la
brecha de desempeño entre
estudiantes con y sin
necesidades educativas
especiales, generando
resultados más equitativos.

(García,
2023)

El trabajo en equipo promovido
por metodologías activas
fortalece el sentido de
pertenencia, lo que genera
mayor implicación emocional y
compromiso con las actividades
escolares, especialmente en
estudiantes con necesidades
específicas.

El aprendizaje cooperativo
flexible posibilita la
conformación de grupos
heterogéneos donde se
distribuyen roles y tareas de
acuerdo con las capacidades
individuales, personalizando
la experiencia de aprendizaje.

La implementación de
metodologías activas se
asocia a una mayor
retención del conocimiento
y desarrollo de habilidades
cognitivas complejas, según
análisis longitudinales.

(Mayorga et
al., 2023)

Transformar al estudiante en
protagonista del proceso facilita

La combinación de recursos
digitales, materiales

Los estudiantes que
participan activamente en
pág. 5260
su conexión emocional con el
contenido, promoviendo un
compromiso más duradero y
auténtico con el aprendizaje,
según evidencias recogidas en
educación secundaria.

manipulativos y tutorías
personalizadas brinda a cada
estudiante oportunidades
diferenciadas para alcanzar
los mismos objetivos
curriculares.

clase tienden a alcanzar
mayores niveles de
desempeño, ya que
internalizan el conocimiento
desde la experiencia directa
y reflexiva.

(Jaramillo
et al., 2024)

Las metodologías activas
disminuyen la deserción escolar
al incrementar el sentido de
logro y el interés por las
actividades educativas,
impulsando un vínculo afectivo
con la escuela más sólido.

Las estaciones de trabajo
temáticas adaptadas permiten
a los estudiantes elegir entre
distintas actividades que se
ajustan a su nivel de
comprensión y preferencias
de aprendizaje.

Se reportan tasas más bajas
de reprobación y mayor
rendimiento promedio en
aulas donde se integran
metodologías activas con
orientación inclusiva y
diferenciada.

(Coloma et
al., 2023)

Las estrategias de trabajo por
proyectos permiten que
estudiantes con diferentes ritmos
de aprendizaje se involucren
desde sus fortalezas, generando
un compromiso inclusivo con la
tarea académica.

Los proyectos
interdisciplinarios ajustados
a intereses individuales
ofrecen escenarios para la
integración de conocimientos
desde perspectivas
personales y
contextualizadas.

Los proyectos colaborativos
permiten desarrollar
simultáneamente
competencias académicas y
habilidades
socioemocionales,
fundamentales para el
desempeño integral del
estudiante.

(Flor &
Obaco Soto,
2024)

La resolución de problemas
mediante estrategias activas
favorece el involucramiento de
estudiantes con bajo
rendimiento, mejorando su
autoestima académica y
motivación intrínseca.

El uso de Edpuzzle y
plataformas similares
posibilita adaptar el
contenido visual al ritmo de
cada estudiante,
incrementando la
comprensión mediante la
repetición autónoma y las
preguntas insertas.

La resolución de problemas
contextualizados favorece el
aprendizaje profundo de
conceptos abstractos y su
aplicación en entornos
reales, potenciando el
rendimiento académico.

(Moreno et
al., 2024)

Los recursos tecnológicos
interactivos adaptados a las
necesidades particulares de los
alumnos aumentan el
compromiso, al ofrecer
experiencias personalizadas y
accesibles desde múltiples
formatos.

Las guías de autoevaluación
orientadas por criterios
permiten que los estudiantes
monitoreen su progreso y
ajusten sus estrategias de
aprendizaje con base en su
desempeño.

Las estrategias
personalizadas mediante
plataformas interactivas han
mostrado mejoras
significativas en pruebas
estandarizadas en
comparación con métodos
tradicionales.

(Portero &
Medina,
2025)

El enfoque heurístico basado en
aprendizaje activo transforma la
percepción negativa hacia las
matemáticas en una experiencia
desafiante y motivadora,

Las simulaciones prácticas y
escenarios reales
contextualizados fomentan la
personalización al conectar el
contenido con experiencias

Las actividades prácticas y
colaborativas motivan a los
estudiantes a aplicar
conceptos teóricos,
mejorando la comprensión
pág. 5261
especialmente en poblaciones
vulnerables.

relevantes y cercanas para los
estudiantes.

conceptual y los resultados
académicos medidos.

Elaborado por los autores

Los hallazgos destacan que los entornos de aprendizaje activos permiten reducir la brecha de
rendimiento entre estudiantes con y sin necesidades específicas, al generar escenarios inclusivos y
participativos. Asimismo, se identificaron elementos que resaltan la importancia de las herramientas
tecnológicas interactivas para personalizar el aprendizaje y facilitar el acceso a contenidos desde
distintas capacidades cognitivas y estilos de aprendizaje, en este sentido, el presente estudio aporta
una sistematización más actualizada y focalizada en la interrelación entre metodologías activas,
diversidad y motivación, lo que representa una contribución relevante al debate pedagógico
contemporáneo.

Los resultados obtenidos permiten establecer una correlación positiva significativa entre la
implementación de metodologías activas y el incremento tanto del rendimiento académico como de la
motivación estudiantil. Esta relación evidencia que dichas estrategias pedagógicas no solo dinamizan
los procesos de enseñanza-aprendizaje, sino que inciden directamente en el compromiso, la autonomía
y la participación del estudiantado, la evidencia empírica recabada confirma la pertinencia del
objetivo general de la investigación, el cual consistía en analizar el impacto de las metodologías
activas en la motivación y el aprendizaje de los estudiantes.

A partir del análisis de los datos, se constata que estas metodologías contribuyen a la generación de
entornos formativos más inclusivos, participativos y orientados al desarrollo integral del alumnado.
Las respuestas obtenidas a las preguntas de investigación refuerzan la necesidad de trascender la
aplicación aislada de estas estrategias, proponiendo su integración estructural en las políticas
educativas y en la planificación curricular institucional. Este hallazgo no solo valida el enfoque
teórico adoptado, sino que plantea desafíos concretos para los sistemas educativos que aún operan
bajo esquemas tradicionales y homogéneos.

Desde una perspectiva interpretativa, los resultados deben comprenderse en función de las
condiciones contextuales en las que operan los sistemas educativos actuales, caracterizados por la
heterogeneidad estudiantil, la exigencia de inclusión y el avance de los entornos digitales. A pesar de
las limitaciones inherentes a los estudios bibliográficos, este análisis evidencia tendencias consistentes
pág. 5262
que orientan tanto la innovación pedagógica como la formulación de estrategias formativas
adaptativas.

La motivación emergió como un componente clave, no únicamente como respuesta emocional, sino
como catalizador del compromiso cognitivo, lo cual refuerza la perspectiva teórica sobre la
autodeterminación y su vínculo con el desarrollo académico. Se sugiere continuar con estudios
empíricos que validen estos hallazgos en contextos específicos, promoviendo así la construcción de
una cultura pedagógica inclusiva, dinámica y centrada en el estudiante.

Tabla 2. Estrategias para promover las metodologías activas en el aula

Nombre de la
estrategia

Objetivo
específico

Aplicación de la
estrategia en el
aula

Alcance o
cobertura

Indicador de
evaluación

Resultado
esperado

Ruta de
Aprendizaje
Multisensorial

Favorecer la
comprensión de
contenidos
complejos
mediante la
activación
simultánea de
canales
sensoriales,
promoviendo la
inclusión de
estudiantes con
distintos estilos
de aprendizaje y
capacidades
cognitivas.

Se organizaron
estaciones de
trabajo donde los
estudiantes
experimentaron
el contenido a
través de
materiales
táctiles, videos,
aromas y
sonidos. Cada
estación abordó
el mismo
concepto desde
un canal
sensorial
distinto,
permitiendo que
el estudiante elija
el orden según su
preferencia. Al
finalizar,
registraron sus

Aplicable a
todos los
niveles
educativos con
énfasis en
estudiantes con
discapacidades
sensoriales o
dificultades de
procesamiento.
Cubre
asignaturas de
ciencias,
lenguaje o arte
en aulas
inclusivas.

Guías de
observación de
participación
multisensorial,
rúbricas de diario
sensorial, listas de
cotejo de
interacción por
estación y
autoevaluación
del aprendizaje
percibido.

Aumento en el
nivel de
comprensión
conceptual,
mayor
retención de
contenidos y
reducción de
barreras de
aprendizaje
asociadas a
estilos
sensoriales
limitados.
pág. 5263
aprendizajes en
un diario
sensorial. El
docente guía
mediante
retroalimentación
personalizada.

Debates
Divergentes
Guiados

Desarrollar el
pensamiento
crítico y la
argumentación
estructurada en
los estudiantes,
fomentando la
participación
activa y
respetuosa desde
diversas
perspectivas
culturales o
cognitivas.

Se presentó una
pregunta abierta
compleja
vinculada al tema
de estudio. Los
estudiantes
investigaron
previamente y se
organizaron en
grupos con
posturas
contrastantes.
Durante la
sesión, cada
grupo defendió
su posición
usando
evidencias. Se
promovió el uso
de mapas
argumentativos y
turnos de palabra
regulados. Al
final, se realizó
una reflexión
grupal sobre las
posturas.

Se implementa
en áreas como
ciencias
sociales,
lenguaje y
ciudadanía, con
cobertura para
estudiantes
desde segundo
ciclo básico
hasta
bachillerato.
Enfocado en
aulas diversas y
multigrado.

Rúbricas de
calidad
argumentativa,
análisis de
participación
equitativa,
registros de uso
de fuentes y
evaluación de la
capacidad crítica
durante la
exposición.

Mejora de la
expresión
argumentativa,
fortalecimiento
del respeto por
la diversidad de
opiniones y
desarrollo del
pensamiento
crítico en
entornos
colaborativos.

Laboratorio de
Problemas

Estimular la
resolución de

El docente
propuso un

Aplicación en
áreas como

Listas de cotejo
interdisciplinarias,

Incremento en
la capacidad de
pág. 5264
Contextuales
problemas reales
desde un enfoque
interdisciplinario,
fortaleciendo la
capacidad
analítica y el
trabajo en equipo
entre estudiantes
con diferentes
niveles de
desempeño.

problema real del
contexto escolar
o comunitario.
Los estudiantes
trabajaron en
equipos para
definir el
problema,
generar hipótesis
y proponer
soluciones
aplicables desde
diversas
disciplinas.
Usaron recursos
digitales y
fuentes
bibliográficas. Se
expusieron los
resultados en
formato
audiovisual ante
la comunidad
educativa.

matemáticas,
ciencias y
estudios
sociales.
Dirigido a
grupos
heterogéneos,
con énfasis en
trabajo
cooperativo e
integración
curricular.

rúbricas de
solución de
problemas,
encuestas de
autoeficacia y
observación
estructurada del
trabajo
colaborativo.

resolución de
problemas,
mejora en la
integración
curricular y
aumento del
sentido de
utilidad del
conocimiento
aprendido.

Bitácora de
Metacognición
Visual

Fomentar la
reflexión
autónoma sobre
el propio proceso
de aprendizaje,
fortaleciendo la
conciencia
metacognitiva y
la autoevaluación
en estudiantes de
todos los niveles.

Cada estudiante
completó
semanalmente
una bitácora
visual con
dibujos,
esquemas o
infografías donde
describió su
proceso de
aprendizaje,
identificó logros,

Dirigido a
estudiantes de
todos los
niveles y
asignaturas.
Particularmente
útil en entornos
con alta
diversidad
cognitiva y
emocional.
Aplicación

Revisión
cualitativa de
bitácoras, análisis
de progresos
autorreportados,
entrevistas de
retroalimentación
entre pares y
observaciones de
mejora
metacognitiva.

Mayor
conciencia del
propio proceso
de aprendizaje,
incremento de
la autonomía y
mejora en la
capacidad de
autorregulación
académica.
pág. 5265
dificultades y
estrategias
usadas. Estas
bitácoras se
compartieron de
forma voluntaria
en espacios de
retroalimentación
horizontal entre
pares y con el
docente.

transversal.

Reto
Interdisciplinar
Comunitario

Integrar el
aprendizaje
activo con la
realidad del
entorno social
mediante retos
prácticos, con el
objetivo de
fortalecer la
empatía, la
creatividad y la
colaboración.

Se diseñó un reto
con impacto
social directo,
como campañas
de
sensibilización,
reciclaje o apoyo
comunitario. Los
estudiantes
formaron grupos,
investigaron el
problema y
diseñaron una
intervención
concreta. El
proceso fue
documentado
mediante diarios
de campo, videos
y entrevistas. La
ejecución se
socializó con
actores externos.

Cobertura
institucional o
por paralelo, en
asignaturas
integradas.
Dirigido a
grupos mixtos,
fomentando la
equidad y la
conexión entre
escuela y
comunidad.

Rúbricas de
impacto social,
bitácoras de
acción,
observaciones
externas y
valoración
comunitaria del
proyecto
ejecutado por los
estudiantes.

Fortalecimiento
del compromiso
social del
estudiante,
aumento de su
protagonismo
en actividades
transformadoras
y mayor
sensibilidad
hacia los
problemas
comunitarios.

Estas estrategias permiten identificar una tendencia hacia la diversificación consciente de los procesos
pág. 5266
de enseñanza-aprendizaje, con un enfoque marcadamente activo, de esta manera, los hallazgos
evidencian un giro metodológico centrado en el estudiante como agente activo de su aprendizaje, lo
cual responde a las demandas contemporáneas de equidad y atención a la diversidad en los entornos
escolares. Este conjunto estratégico, aunque variado en su estructura operativa, converge en su
intención de flexibilizar el currículo, democratizar el acceso al conocimiento y promover experiencias
formativas significativas.

CONCLUSIONES

El análisis desarrollado a lo largo del presente estudio permite afirmar que las metodologías activas
representan un eje transformador en la práctica educativa contemporánea, al situar al estudiante como
agente protagónico de su proceso de aprendizaje, su impacto en la motivación escolar no se limita a
una respuesta emocional positiva, sino que se manifiesta en el fortalecimiento del compromiso
cognitivo, la participación activa y la capacidad autorregulativa, factores que inciden directamente en
la mejora del rendimiento académico.

Este enfoque metodológico, al incorporar actividades colaborativas, experiencias significativas,
resolución de problemas reales y uso de recursos digitales interactivos, contribuye a generar contextos
más inclusivos, equitativos y adaptados a la diversidad de necesidades, ritmos y estilos de aprendizaje
presentes en el aula. La evidencia sistematizada en esta investigación demuestra que la aplicación
coherente y estructurada de metodologías activas, como el aprendizaje basado en proyectos, el
aprendizaje cooperativo, la clase invertida o la gamificación, no solo favorece el desarrollo de
competencias cognitivas y socioemocionales, sino que también actúa como catalizador de la
motivación intrínseca, esta última constituye un componente clave para la construcción de
aprendizajes duraderos y transferibles, especialmente en estudiantes con trayectorias escolares
vulnerables o necesidades educativas específicas.

Asimismo, los hallazgos revelan que el uso de estrategias pedagógicas activas, especialmente aquellas
que integran la dimensión tecnológica y la contextualización social del contenido, permite alcanzar
mayores niveles de personalización en la enseñanza. Esto se traduce en un aumento significativo de la
participación, la autonomía y la confianza del estudiante en sus propias capacidades, elementos
esenciales para la inclusión educativa.
pág. 5267
Finalmente, se concluye que la incorporación de metodologías activas en el diseño curricular y la
planificación didáctica no debe entenderse como una tendencia pasajera, sino como una respuesta
pedagógica legítima frente a los desafíos del sistema educativo actual. En este sentido, se plantea la
necesidad de consolidar una cultura escolar centrada en la innovación metodológica, la reflexión
docente y la participación estudiantil como pilares fundamentales para alcanzar una educación de
calidad con justicia social.

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