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INTRODUCCIÓN
La literatura ha sido traducida desde el comienzo de los tiempos como medio de comunicación,
inspirando la riqueza intelectual y una comprensión más profunda de otras culturas, sobre todo ha
pasado por una etapa de evolución y adaptación de acuerdo con las necesidades que se van agregando
con el pasar de los años. Llama mucho la atención que la traducción del dialecto ya sea en novelas
literarias, series o películas reciba muy poca notoriedad, siendo esta un elemento fundamental para la
creación de los personajes. Haciendo que su falta de conocimiento pueda ocasionar que se haga una
traducción errónea o se pierda algún rasgo interesante. De acuerdo con Tello Fons (2012), “estudiar la
variación lingüística y su traducción saca a la luz un problema traductológico clásico sobre el que se ha
debatido mucho; pero sobre el que son necesarios más esfuerzos descriptivos” (P.13).
La traducción de obras literarias clásicas figura un reto significativo, particularmente cuando estas
presentan diferencias dialectales resaltadas que ayudan a la caracterización de los personajes y al
contexto sociocultural en el que se desarrollan (Hurtado, 2011). Sin olvidar que la traducción literaria
tiene el poder de crear un periodo de relevancia en una nación al promover los estudios y su difusión.
Como afirma Tello Fons (2012), “la traducción de la variación lingüística resulta crucial para mantener
la identidad de los personajes, los ambientes y las intenciones comunicativas del texto original” (p.17).
El dialecto hace referencia a la manera característica que tiene cada persona al hablar, donde se hace
evidente una selección particular del léxico, de la gramática, así como también de palabras y frases en
las variantes de la entonación. Es decir, su función, aparte de mostrar al lector la forma de hablar de una
sociedad lingüística, siendo de ayuda para mostrar a la sociedad o la situación que esta vive, también
sirve como impulso para que el autor establezca o cree contradicciones entre los personajes, lo que
permite ironizar, criticar o elogiar ya sea una sociedad, una situación o un personaje, alimentando el
interés del público. Por lo que es de suma importancia que el traductor tenga una sensibilidad especial
y una estrategia congruente con los objetivos del texto meta (Tello Fons, 2012, p.20).
La adaptación cinematográfica de la novela literaria “Orgullo y Prejuicio” de la autora británica Jane
Austen, dirigida por Joe Wright y estrenada en el año 2005, muestra un complicado panorama
lingüístico donde la forma de hablar de los personajes no solo sirve para mostrar y trasmitir información,
sino que también trabaja como señalador sociocultural que es de mucha ayuda para la narrativa de la