pág. 6351
INTRODUCCIÓN
La introducción La infección del tracto urinario (ITU) es la presencia de microorganismos patógenos
en cualquier parte de la vía urinaria (riñones, uréteres, vejiga, uretra), con o sin la presencia de síntomas,
se puede presentar de 3 formas: cistitis aguda, pielonefritis y bacteriuria asintomática (BA) (Rodríguez
Aldama Juan Carlos et al., 2021). El principal agente causal sigue siendo E. coli, la frecuencia de ITU
por otros microorganismos como K. pneumoniae, P. mirabilis y otros Enterobacterales, Pseudomonas
aeruginosa, E. faecalis, Candida sp. y estafilococos, se incrementa, además, estos patógenos suelen
presentar mayor resistencia a los antibióticos (Isabel María Fontán Atalaya, Jose Ma Bravo-Ferrer
Acosta, Marina de Cueto López, 2023).
Las infecciones urinarias ocurren del 2 al 10% en mujeres embarazadas quienes en su mayoría presentan
BA, en menor frecuencia cistitis siendo del 1 al 2%, mientras la pielonefritis es menor al 1% (Quirós
Del Castillo Ana Lucía & Apolaya Segura Moisés, 2018). En México, las ITU representan un problema
de salud pública, ya que constituyen la segunda causa de morbilidad en las mujeres, encontrando que
del 5-10% de mujeres embarazadas ha presentado al menos en una ocasión ITU, siendo que un 23% de
estas pacientes tienen una recurrencia en el mismo embarazo o poco después del nacimiento (Cortés
Enríquez & Torres González, 2022).
Los factores de riesgo asociados al desarrollo de ITU en mujeres embarazadas son los mismo que en
las mujeres no gestantes (uretra corta, edad avanzada, multiparidad, nivel socioeconómico bajo,
diabetes, litiasis renal, malformaciones uroginecologicas, insuficiencia renal, etc.), sin embargo, a estos
se le agregan diferentes cambios fisiológicos que lo vuelven más susceptibles como son: modificaciones
hormonales en donde la progesterona ocasiona atonía del musculo liso del sistema colector y vejiga,
dilatación de uréteres, hidrouréter y disminución de peristalsis, lo cual puede abolir la protección contra
el ascenso de uropatógenos. Además, la expansión del útero ocasiona efecto masa sobre la uretra
favoreciendo la estasis urinaria y la colonización del tracto urinario bajo. De igual manera, la presión
aumentada de la vejiga propicia el riesgo de progresión a pielonefritis (Luis Mejía Ramírez et al., 2023).
Las complicaciones en su mayoría se consideran provenientes de una BA y una cistitis no tratada o
tratada de forma inadecuada que evoluciona hacia un cuadro de pielonefritis aguda, siendo esta la
principal causa de ingreso hospitalario no obstétrico en el embarazo.