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del género, sin embargo, en 2017, Betancourth, Tacán & Cordoba, mencionaron que los hombres son
quienes más consumen dicha sustancia.
En el estudio “Cuarentena por COVID-19, factor asociado al consumo de drogas legales en estudiantes
de enfermería” de Fernández et al (2021), coincide mayormente con los resultados de acuerdo a un
consumo de alcohol superior al consumo de tabaco, en su caso, el 39.8% de los estudiantes se abstiene
a las bebidas, un consumo ocasional (53.0%), de riesgo (5.6%), y perjudicial o dependencia (0.8%),
mientras que para el tabaco, el 41.7% no inhala esta droga, 29.7% tiene riesgo bajo, 27.8% moderada y
al menos 0.8% presentan riesgo alto.
Los datos señalados anteriormente, concuerdan con datos recabados en la presente investigación,
teniendo un 26.4% de abstinencia en consumo de alcohol, consumo ocasional (53.7%), de riesgo
(17.7%), perjudicial (0.4%), y 1.7% con dependencia alcohólica. Referente al consumo de tabaco, se
encontró que el 99.6% de la población total mantiene una dependencia baja y el 0.4% pertenece a una
dependencia media.
Bajo el mismo contexto, se incluyen los resultados obtenidos por Banda & Garbus (2019), con su
estudio “Prevalencia del consumo de alcohol, tabaco y drogas en adolescentes y su relación con factores
psicológicos y psicosociales”, demostaron que, dentro de su población, el 58.3% han consumido
alcohol, por otro lado, el 22.2% han consumido en menor cantidad el tabaco.
Así mismo, Ortiz et al (2020), con su trabajo de investigación titulado “Estudiantes de enfermería:
valores y creencias en el consumo de alcohol y tabaco”, evidenciaron que el 76.2% de los estudiantes
han consumido alcohol por lo menos alguna vez en su vida y el 65% doce meses anteriores al estudio,
en cuanto al consumo de tabaco el 40% ha consumido alguna vez en su vida y el 23.8% ha fumado
tabaco en el último año.
Mejía et al (2021), en el artículo nombrado “El consumo de drogas como estilo de afrontamiento del
aislamiento social por la pandemia de COVID-19 y sus efectos en la adherencia a las pautas de
seguridad en México”, demostraron que la mayoría de los participantes presentó niveles bajos de abuso
de drogas antes y durante el aislamiento, además, existió una disminución en el consumo de tabaco y
alcohol. Contrario al estudio anterior, en este sí existe relación significativa del aislamiento social con
el consumo de alcohol, sin embargo, no hay relación con el tabaco. De la misma manera, Andrade