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INTRODUCCIÓN
El choque séptico es un estado de hipoperfusión tisular definido como “una subcategoría de la sepsis
en la que las alteraciones circulatorias y del metabolismo celular son lo suficientemente profundas para
aumentar considerablemente la mortalidad”; afecta principalmente la microcirculación, los elementos
más pequeños del sistema circulatorio, y se encarga de suplir los nutrientes y oxígeno necesarios para
el metabolismo aerobio. En el choque séptico ocurre un daño endotelial cuando los leucocitos
interactúan con el endotelio y los mediadores inflamatorios (prostaglandinas, especies reactivas de
oxígeno o proteasas) provocando aumento de la permeabilidad capilar, disminución del tono vascular
por dilatación, hipovolemia, inadecuada perfusión de los órganos, depresión miocárdica, choque y
muerte (Didier Francisco Ake Canul, 2023).
La sepsis y el shock séptico son el resultado de la respuesta inadecuada del huésped a una infección que
ocasiona disfunción de uno o más órganos. La respuesta inflamatoria en la mayoría de los individuos
es adaptativa y contribuye a controlar la infección. Sin embargo, en la sepsis se produce un desequilibrio
entre los mecanismos proinflamatorios y antiinflamatorios. La progresión de esta condición se
caracteriza por la aparición sucesiva de estadios clínicos que son el resultado de la respuesta
inflamatoria sistémica secundaria a la activación de diferentes mediadores inflamatorios que conducen
a disfunción orgánica. Esto incluye diferentes procesos fisiológicos, como la activación de diferentes
líneas celulares (monocitos, macrófagos, neutrófilos, células endoteliales, plaquetas), la producción
local y sistémica de citocinas, la estimulación de la cascada de proteínas plasmáticas (como el sistema
del complemento), la activación de las vías de coagulación intrínseca (sistema de contacto) y extrínseca
y el sistema fibrinolítico, la producción de mediadores lipídicos y la activación de la vía del óxido
nítrico (NO), la producción de radicales libres, la estimulación de los linfocitos B y T y sus productos
y fenómenos de proteólisis (Luis Chiscano-Camón, 2022).
A nivel mundial, el choque séptico ocupa el segundo lugar como causa de muerte no coronaria en la
Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), con una incidencia anual del 10%, y con una mortalidad
hospitalaria de 18 a 35%. Esta patología se desencadena por complicaciones entre el 30 y 50% de los
pacientes que ingresan al servicio de urgencias por una sepsis bacteriana o por una infección adquirida
durante la estancia hospitalaria, de estos, aproximadamente un 46% fallecen por choque séptico.