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FRECUENCIA DE TRASTORNO DEPRESIVO EN
EMBARAZADAS DE ALTO RIESGO EN EL HGZ MF
1 PACHUCA DE SOTO
FREQUENCY OF DEPRESSIVE DISORDER IN HIGH-RISK
PREGNANT WOMEN IN THE HGZ MF 1 PACHUCA DE SOTO
Martha Nallely Martín Pérez
Instituto Mexicano del Seguro Social
Rebeca Diana Cruz Quintana
Instituto Mexicano del Seguro Social
Yureni Uribe Vázquez
Instituto Mexicano del Seguro Social

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DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i3.18428
Frecuencia de trastorno depresivo en embarazadas de alto riesgo en el HGZ
MF 1 Pachuca de Soto
Martha Nallely Martín Pérez 1
perezmarthanallely@gmail.com
https://orcid.org/0009-0001-3884-2137
Instituto Mexicano del Seguro Social, Hospital
General de Zona con Medicina Familiar N° 1,
Pachuca de Soto, Hidalgo
Mexico
Rebeca Diana Cruz Quintana
rdianacrz@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-3385-3248
Instituto Mexicano del Seguro Social, Hospital
General de Zona con Medicina Familiar N° 1,
Pachuca de Soto, Hidalgo
Mexico
Yureni Uribe Vázquez
yureuv@gmail.com
Instituto Mexicano del Seguro Social, Hospital
General de Zona con Medicina Familiar N° 1,
Pachuca de Soto, Hidalgo
Mexico
RESUMEN
Objetivo: Identificar la frecuencia de trastorno depresivo en embarazadas de alto riesgo en el Hospital
General de Zona con Medicina Familiar No. 1 (HGZ MF 1) en Pachuca, Hidalgo. Métodos: Estudio
transversal y observacional realizado en 54 mujeres embarazadas de alto riesgo. Se aplicó el Inventario
de Depresión de Beck. Se utilizó SPSS para análisis descriptivo y prueba de Chi-cuadrado para
asociaciones estadísticas. Resultados: El 18% de las participantes presentó síntomas de depresión. La
falta de red de apoyo familiar (p = 0.018) y embarazo no planeado (p = 0.046) se asociaron con mayor
prevalencia. La mayoría de las mujeres con depresión leve vivían sin pareja o apoyo familiar.
Conclusión: Es fundamental integrar la evaluación de salud mental en el control prenatal de
embarazadas de alto riesgo. La intervención oportuna puede mejorar los resultados materno-perinatales.
Palabras clave: depresión perinatal, embarazo de alto riesgo, salud mental, Beck, apoyo familiar
1 Autor principal
Correspondencia: perezmarthanallely@gmail.com

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Frequency of depressive disorder in high-risk pregnant women in the HGZ
MF 1 Pachuca de Soto
ABSTRACT
This study aimed to determine the frequency of depressive disorder in high-risk pregnant women at the
General Hospital of the Zone with Family Medicine No. 1 (HGZ MF 1) in Pachuca, Hidalgo. A cross-
sectional, observational design was used with a sample of 54 high-risk pregnant women. The Beck
Depression Inventory was administered, and data were analyzed using SPSS, including Chi-square tests
for associations. Findings revealed that 18% of participants exhibited depressive symptoms. Significant
associations were found with lack of family support (p = 0.018) and unplanned pregnancy (p = 0.046).
Most women with mild depression lacked a partner or familial support. The results underscore the
importance of integrating mental health assessment into prenatal care for high-risk pregnancies, as early
intervention can positively influence maternal and perinatal outcomes
Keywords: perinatal depression, high-risk pregnancy, mental health, Beck, family support
Artículo recibido 05 mayo 2025
Aceptado para publicación: 30 mayo 2025

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INTRODUCCIÓN
La depresión durante el embarazo es un trastorno frecuente, especialmente en contextos de alto riesgo
obstétrico. A pesar de su prevalencia, suele estar infradiagnosticada por la superposición de síntomas
comunes del embarazo y los del trastorno depresivo. Diversos estudios han identificado factores de
riesgo como la falta de apoyo emocional, embarazos no planeados, bajo nivel socioeconómico y
antecedentes de enfermedades mentales. La depresión se define por la presencia de un estado de ánimo
deprimido o la pérdida de interés o placer en la mayoría de las actividades, junto con otros síntomas,
durante al menos dos semanas. Durante el embarazo, el cuerpo experimenta cambios físicos,
emocionales y hormonales que buscan satisfacer las necesidades del desarrollo fetal. Estos cambios
pueden generar estrés y, en algunos casos, complicaciones como la depresión, que afecta tanto a la madre
como al bebé. La prevalencia de la depresión prenatal varía dependiendo del país. En países de ingresos
bajos y medianos, la prevalencia es del 12% al 42%, mientras que en países desarrollados, oscila entre
el 8% y el 11%. En México, se estima que dos de cada diez mujeres experimentan depresión durante el
embarazo y el primer año postparto, pero muchas no reciben diagnóstico ni tratamiento adecuado. Las
mujeres con depresión durante el embarazo pueden presentar conductas de riesgo como consumo de
sustancias, lo que incrementa el riesgo de parto prematuro y bebés con bajo peso. La depresión perinatal
es el resultado de la interacción de factores genéticos, epigenéticos, neuroendocrinos y ambientales.
Entre los factores de riesgo destacan los antecedentes familiares de trastornos depresivos, embarazo no
deseado, pobreza, falta de apoyo emocional y situaciones de abuso, entre otros. Además, el embarazo
adolescente es un factor de riesgo importante para la depresión prenatal.
Es importante mencionar que en México la pobreza, la influencia de los padres, el bajo nivel de
educación, provenir de una familia disfuncional, falta de comunicación entre padres e hijas, falta de
educación sobre salud sexual y reproductiva, matrimonio infantil, sexo forzado, tener conceptos
erróneos sobre el uso de anticonceptivos y disminución de valores culturales son algunos de los
determinantes sociales que condicionan el embarazo adolescente y este a su vez un factor de riesgo
importante para el desarrollo de depresión durante la gestación, el embarazo adolescente se relacionan
con aumento del riesgo de suicidio y autolesiones en todo el mundo otro de los factores de riesgo para
la depresión durante el embarazo son los niveles bajos de progesterona en sangre y un aumento en los

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niveles de cortisol, además, se ha encontrado una relación entre niveles elevados de cortisol y una mayor
incidencia de tristeza en el embarazo. Se sabe que los niveles de corticosteroides suelen estar elevados
en personas que sufren de depresión mayor. Los síntomas de la depresión durante el embarazo pueden
confundirse con manifestaciones normales de la gestación, como cansancio y cambios emocionales. La
depresión perinatal no tratada puede tener graves consecuencias, tanto para la madre como para el bebé,
incluidas complicaciones como parto prematuro, preeclampsia, y afectación del desarrollo cognitivo y
emocional del bebé. El inventario de Depresión de Beck es una herramienta comúnmente utilizada para
evaluar la gravedad de los síntomas depresivos. Este cuestionario autoaplicado ayuda a identificar la
presencia y gravedad de los síntomas, lo que facilita la intervención y tratamiento oportunos. El trastorno
depresivo mayor puede ser clasificado según la gravedad de los síntomas, el deterioro funcional que
causa y el nivel de angustia experimentado por el paciente, en categorías de leve, moderado o grave.El
tratamiento del trastorno depresivo se divide típicamente en tres fases: aguda, continuación y
mantenimiento. Durante la fase aguda se abordan los síntomas hasta lograr la remisión, que se define
como la resolución completa de los síntomas, la fase de continuación tiene como objetivo mantener la
remisión y prevenir la recaída, la fase de mantenimiento tiene como objetivo prevenir la recurrencia,
que se refiere a la aparición de un nuevo episodio depresivo después de un período de remisión sostenida
durante la fase de mantenimiento. La recuperación se define como la remisión sostenida a lo largo de la
fase de mantenimiento, lo que indica que el episodio depresivo ha concluido. El uso de inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) por parte de las madres durante las primeras etapas del
embarazo no parece estar significativamente asociado con un riesgo aumentado de defectos congénitos
importantes. Aunque se han observado algunas asociaciones entre el uso de ISRS y ciertos tipos de
defectos congénitos, los riesgos absolutos detectados han sido pequeños.
METODOLOGÍA
Se realizó un estudio transversal, observacional, y descriptivo en pacientes embarazadas de alto riesgo
en el HGZMF1 IMSS Pachuca, adscritas al HGZ con MF No.1, a las que se les aplicó el cuestionario
test de Beck, previa firma de consentimiento informado, para identificar la presencia de depresión. Se
realizó descripción estadística simple, proporciones y razones para variables cualitativas y para variables
cuantitativas medidas de tendencia central y de dispersión (media, mediana, moda, desviación estándar),

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se utilizó el programa SPSS para el análisis estadístico. El análisis bivariado se realizó mediante la
prueba estadística de Chi cuadrada, con la finalidad de establecer asociación estadística. Criterios de
inclusión: Pacientes con diagnóstico de embarazo de alto riesgo mayores de 18 años, derechohabientes
del HGZMF 1 Pachuca de Soto que firmaron consentimiento informado y que aceptaron participar en
el estudio. Criterios de exclusión: Se excluyeron pacientes con diagnóstico de depresión previo al
embarazo
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En el presente estudio participaron 54 mujeres con embarazo de alto riesgo atendidas en el HGZ MF 1
de Pachuca de Soto. La mayoría de las participantes se encontraba en el rango de edad de 20 a 25 años
(38.9%), seguido por el grupo de 30 a 35 años (27.8%). En cuanto al estado civil, el 50% vivía en unión
libre, el 27.8% estaba casada y el 22.2% era soltera. La mayoría tenía estudios universitarios: el 40.7%
contaba con licenciatura y el 3.7% con posgrado.
Respecto a la situación laboral, el 63% de las mujeres tenía empleo, siendo el 57.4% empleadas y el
3.7% dueñas de un negocio propio. El 37% restante eran amas de casa. En relación con la vivienda, más
de la mitad vivía en casa propia (55.6%), un 33.3% en casa rentada y un 11.1% en casa prestada. La
mayoría convivía con su pareja (61.1%), un 37% con su familia y solo una mujer (1.9%) vivía sola.
Desde el punto de vista obstétrico, el 55.6% estaba cursando su primer embarazo, el 24.1% el segundo
y el 20.4% el tercero o más. El 61.1% había utilizado métodos de planificación familiar antes del
embarazo y el 63% declaró que su embarazo fue planeado. El control prenatal se inició durante el primer
trimestre en el 48.1% de los casos, en el segundo en el 40.7% y en el tercero en el 11.1%. La mayoría
no había presentado abortos previos (77.8%) ni padecía comorbilidades (77.8%).
En cuanto al apoyo psicosocial, el 81.5% de las mujeres manifestó contar con una red de apoyo familiar.
Sin embargo, el 18.5% no disponía de dicha red, lo cual se asoció significativamente con mayor
frecuencia de síntomas depresivos (p=0.018).
Respecto a la salud mental, se detectó que 10 mujeres (18.5%) presentaban síntomas de depresión, de
las cuales 9 casos fueron leves (16.7%) y uno moderado (1.9%).
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De las 54 mujeres con embarazo de alto riesgo encuestadas un 18.5% presentaron depresión y el 81.5%
no presentaron depresión (Figura 1)
La variable “planeación del embarazo” también mostró asociación significativa con la presencia de
depresión (p=0.046), evidenciando mayor prevalencia en quienes no planificaron su embarazo.
Se demostró una asociación estadísticamente significativa entre la presencia de red de apoyo familiar y
una menor frecuencia de depresión (p = 0.018).81.5% de las mujeres reportaron contar con dicha red.
La prevalencia de depresión fue mayor en aquellas que no contaban con red de apoyo, con un 20%.
(Figura 2)

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De igual manera se identificó una asociación estadísticamente significativa entre embarazo no planeado
y mayor frecuencia de depresión (p = 0.046), ya que se encontró una mayor prevalencia de depresión en
mujeres cuyos embarazos no fueron planeados (20%). Se destaca la importancia de integrar la
evaluación de salud mental en el control prenatal de mujeres embarazadas de alto riesgo, especialmente
en aquellas que no cuentan con una red de apoyo sólida o que cursan embarazos no planeados. (Figura
3)
CONCLUSIONES
La depresión durante el embarazo constituye un problema de salud pública relevante debido a su impacto
en la madre y el feto, al aumentar el riesgo de complicaciones obstétricas, bajo peso al nacer y
dificultades en el vínculo afectivo madre-hijo.
En cuanto a los factores asociados, se encontró que contar con una red de apoyo familiar disminuye
significativamente el riesgo de depresión, lo que concuerda con la literatura que señala que el apoyo
social actúa como un factor protector en situaciones de vulnerabilidad como el embarazo de alto riesgo.
De igual manera, se observó que el embarazo planeado se asoció significativamente con una menor
frecuencia de depresión, ya que implica una mejor preparación emocional, social y económica.
Por otro lado, variables como la edad, ocupación, tipo de vivienda, número de embarazos, nivel
educativo, estado civil y abortos previos no mostraron asociaciones estadísticamente significativas con

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la presencia de depresión. Sin embargo, clínicamente se observó una mayor proporción de síntomas
depresivos en mujeres desempleadas, con menor escolaridad y en aquellas que vivían sin pareja.
Los resultados destacan la necesidad de incluir la evaluación de salud mental en los controles prenatales
de mujeres con embarazo de alto riesgo. El diagnóstico y la intervención temprana son claves para
prevenir complicaciones maternas y perinatales.
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