pág. 8025
ESCASEZ DEL CENTAVO Y SU INCIDENCIA
EN LAS TRANSACCIONES COMERCIALES

PENNY SHORTAGE AND ITS IMPACT ON COMMERCIAL

TRANSACTIONS

Liriol Miranda Pino

Universidad de Panamá

Yatzuri L. González

Universidad de Panamá

Perla G. Ruíz Cortez

Universidad de Panamá

Carolina Rodríguez

Universidad de Panamá

Santiago De Gracia

Universidad de Panamá
pág. 8026
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i3.18429
Escasez del centavo y su incidencia en las transacciones comerciales

Liriol Miranda Pino
1
liriol.miranda@up.ac.pa

https://orcid.org/0009-0003-0045-2920

Universidad de Panamá

Yatzuri L. González

yatzuri.gonzalez
-y@up.ac.pa
https://orcid.org/0009-0000-6468-7866

Universidad de Panamá

Perla G. Ruíz Cortez

perla.ruiz@up.ac.pa

https://orcid.org/0009-0004-2974-2486

Universidad de Panamá

Santiago De Gracia

santiago.degracia-s@up.ac.pa

https://orcid.org/0009-0004-7693-4536

Universidad de Panamá

Carolina Rodríguez

carolina.rodriguez-c@up.ac.pa

https://orcid.org/0009-0006-9378-9769

Universidad de Panamá

RESUMEN

Analizar las causas, efectos y percepciones ciudadanas en torno a la escasez de centavos y su
incidencia en las transacciones comerciales representa el objetivo principal del estudio. Se utilizó un
enfoque de investigación mixto, mediante encuestas y entrevistas semiestructuradas a comerciantes,
cajeros y consumidores, lo que permitió conocer sus experiencias, prácticas de redondeo y opiniones
sobre el uso del centavo. Entre las causas detectadas, se evidenció que la crisis sanitaria del COVID-
19 aceleró la disminución en la circulación de esta moneda, debido al aumento de pagos electrónicos,
el temor al contacto físico con el dinero y la tendencia a redondear precios. Ante esta escasez, se han
fomentado prácticas como te lo debo, dónelo o toma un chicle, para suplir la falta de cambio exacto.
Además, se percibe una opinión generalizada de que el centavo posee poca utilidad práctica, lo cual
genera desconfianza ante los redondeos y plantea dudas sobre la equidad de las operaciones. Cabe
señalar que la investigación, también busca proponer soluciones justas, pues no se trata solo de
monedas que faltan, sino de decisiones que los afectados han aprendido a tomar sin una regla clara. La
escasez refleja transformaciones económicas y culturales que requieren estrategias monetarias más
equitativas.

Palabras claves: centavo, consumidor, escasez, transacciones comerciales

1
Autor principal
Correspondencia:
liriol.miranda@up.ac.pa
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Penny shortage and its impact on commercial transactions

ABSTRACT

Analyzing the causes, effects, and public perceptions surrounding the shortage of pennies and their

impact on commercial transactions is the main objective of this study. A mixed
-method research
approach was used, utilizing surveys and semi
-structured interviews with merchants, cashiers, and
consumers, which allowed us to understand their experiences, rounding practices, and opinions on the

use of the penny. Among the causes identified, it was evident that the COVID
-19 health crisis
accelerated the decline in the circulation of this currency due to the increase in electronic payments,

the fear of physical contact with money, and the tendency to round prices. In the face of this shortage,

practices such as I owe you,
Donate it, or Grab a piece of gum, have been encouraged to compensate
for the lack of exact change. Furthermore, there is a widespread perception that the penny has little

practical use, which generates distrust of rounding and raises questions about the fairness of

transactions. It should be noted that the research also seeks to propose fair solutions, as it is not just a

matter of missing coins, but of decisions that those affected have learned to make without a clear rule.

Scarcity reflects economic and cultural transformations that require more equitable monetary

strategies.

Keywords
: penny, consumer, scarcity, business transactions
Artículo recibido 12 mayo 2025

Aceptado para publicación: 16 junio 2025
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INTRODUCCIÓN

Analizar
la escasez de monedas de baja denominación, como el centavo es un desafío en diversas
economías alrededor del mundo. Este problema ha provocado de forma directa la fluidez de las
transacciones comerciales, especialmente aquellas que requieren pagos en efectivo.

Según la RAE (2023), el centavo es definido como una moneda equivalente a la centésima parte de
algunas unidades monetarias americanas. Esta unidad fraccionaria adquiere existencia física a través
de un proceso técnico y legal denominado acuñación. Definido como la operación que consiste en
sellar una pieza de metal por medio de cuño o troquel.

La primera moneda de un centavo en Estados Unidos fue elaborada por la Casa de la Moneda del
país en el año de 1793. Según Bortz (2025), una pieza de cobre puro era considerablemente más
pesada que la actual y diseñada con la figura de una mujer de cabello suelto con una cara que
representaba la libertad, y los quince (15) eslabones de cadena, representaban la unidad de los estados.
Este diseño fue propuesto por Benjamín Franklin para el primer centavo estadounidense.

Cabe señalar que
Cachanosky (2013), en su revista sobre los efectos de la política monetaria
estadounidense en Colombia y Panamá (2002-2007), Panamá poco después de su separación de
Colombia y del inicio de la construcción del Canal por parte de Estados Unidos, en 1904, adoptó el
dólar estadounidense como moneda oficial. Esta decisión no solo representó una estrategia para
generar confianza en su naciente economía, sino también una muestra clara de la influencia
estadounidense en el desarrollo del nuevo Estado panameño. Desde entonces, el dólar ha coexistido
con la moneda nacional, el balboa, que hoy día funciona únicamente como una unidad de cuenta y
circula exclusivamente en forma de monedas. Además, Panamá no posee una banca central a pesar de
que es un Centro Bancario Internacional, por lo tanto, carece de políticas monetarias y su economía
se ve afectada por las decisiones de la Reserva Federal de los Estados Unidos.

De acuerdo a Moreno (2005), en su artículo Integración Financiera y dolarización: El caso de
Panamá el balboa es reconocido como la moneda oficial de Panamá, su emisión está sujeta a la
producción y a los convenios establecidos con el gobierno de Estados Unidos, pero aunque el país
acuña monedas, lo hace a través de contratos con the United States Mint, mejor conocida como la
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Casa de la Moneda de los Estados Unidos, que es la encargada de la producción física de la masa
monetaria (el dólar con sus diferentes denominaciones).

Esta dependencia de la casa acuñadora ha generado ciertas vulnerabilidades en el sistema monetario
del país. Resultando particularmente interesante analizar el caso del centavo panameño, una moneda
de baja denominación que, con el tiempo, se convirtió en un símbolo de la circulación cotidiana. En
1968, se emitieron alrededor de 25 millones de monedas de un centavo por primera vez, y desde
entonces ha demostrado su relevancia para las transacciones comerciales menores en el país (De
León, 2017).

Según, La Prensa (2015), en el año 2008 se hizo la última acuñación de este tipo de moneda, a un
costo de cien mil dólares. En Panamá, no se vende en valores enteros lo que provoca la demanda del
centavo y es necesario su acuñación, pero esto ocasiona una salida de millones de dólares para una
economía emergente como la de Panamá. En septiembre de 2015 el pleno de la Asamblea Nacional
aprobó en tercer debate el proyecto de Ley No. 224 que autoriza la acuñación corriente en distintas
denominaciones incluyendo el centavo por un valor de $37.2 millones, a partir del año 2016 al 2019.

Con el transcurrir del tiempo, diferentes gobiernos de turno han programado la acuñación de miles y
hasta millones de monedas en diversas emisiones, sin embargo, en la actualidad se enfrenta una
notable escasez del centavo. Esta situación se debe, en gran parte, a la costumbre de los ciudadanos de
almacenarlas o descartarlas por considerarlas de poco valor. También, es porque la población
ha crecido en las últimas décadas y se necesita el centavo debido al sistema de precios, el cual es
llamado precio psicológico, porque $1.99 da la percepción al consumidor de ser más bajo que $2.00.

Sin embargo, al llegar la pandemia de la COVID-19, se vivió un fenómeno que muchos no imaginaron
que podría tener un impacto tan visible en diferentes países. Además, Anthony (2021) en su artículo
sobre la escasez de monedas por la COVID-19: causas, respuestas y lecciones, explica el
funcionamiento habitual del flujo de monedas en la economía y cómo su interrupción debido a la crisis
sanitaria derivó en la escasez. Este problema expuso algunas fallas estructurales en la forma en
que se maneja el efectivo y reflejó también ciertos cambios en los hábitos de consumo de las personas.
Se dejó de usar de forma drástica el efectivo en las transacciones comerciales y dio paso a un sin
número de fintechs y las monedas dejaron de circular. Además, en muchas Pymes faltaba el dinero
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fraccionario para dar vuelto incluyendo al centavo. Se dice que estas monedas están en alcancías,
tarros de cocina, otras en las fuentes para pedir un deseo porque para los panameños la moneda no es
de gran valor. Por otra parte, Papagiannidis et al. (2022), relata que las personas prefirieron hacer
pagos digitales, porque el comercio en línea les proporcionó muchas formas de pagos y más rápidas
sin salir de casa; lo que dio paso a la desaparición de monedas como el centavo.

En Panamá, la falta de monedas pequeñas, sobre todo las de un centavo, se ha transformado en un
inconveniente económico en los últimos años. Esta circunstancia ha tenido repercusiones directas en
las transacciones comerciales del día a día, sobre todo en los negocios que usan efectivo, donde
redondear los precios se ha vuelto algo común. Estas acciones, aunque son una solución rápida,
también generan dudas sobre si son justas, claras y qué efectos pueden tener a largo plazo en la
economía tanto para los compradores como para los vendedores.

La desaparición de centavos en el distrito de Santiago tiene un impacto directo en las transacciones
comerciales, afectando la entrega de cambio exacto en operaciones en efectivo. Cabe señalar, que esto
ha dado lugar a problemas y a situaciones informales (en vez de dar el centavo quieren dar confites o
donar a organismos sociales), otros hacen el redondeo de precios en especial en abarroterías de
asiáticos. Este fenómeno, afecta a los consumidores y comerciantes, provocando pérdidas económicas
menores pero recurrentes. Además, hay empresarios que optan por no cobrarlo y las cajeras tiene la
orden de pasarlo porque se crean largas filas especialmente en días de pago o de asueto en donde las
personas salen hacer sus compras.

Además, algunos comercios han optado medidas arbitrarias diciéndole a los consumidores te lo debo
o dónelo, esto representa una falta de consideración, creando una demanda insatisfecha que necesita
que le den su cambio exacto. Aunque este problema puede parecer menor, plantea interrogantes sobre
la eficiencia del sistema monetario y sus repercusiones en la economía a nivel de pequeños
comercios. La ausencia del centavo, resulta ser un problema arraigado en las prácticas de redondeo
y la aceptación de estas por parte de la población.

La reducción en la circulación de centavos dentro del distrito de Santiago se atribuye a múltiples
factores como: el elevado costo de producción, su distribución como ha sido en el tiempo y la
evolución de los nuevos métodos de pagos electrónicos (Yappy, Nequi, Pay pal), entre otros. Esto ha
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llevado a la toma de decisiones por parte del Banco Nacional de Panamá a limitar o eliminar su
fabricación. Esta escasez, ha ocasionado complicaciones tanto para consumidores como para
comerciantes, dificultando el manejo del cambio exacto, obligando al redondeo de precios en las
compras. Por consiguiente, es necesario analizar posibles soluciones a esta situación para comprender
los retos que enfrentan las economías, como Panamá, en la era de la digitalización financiera. Por otro
lado, e
l centavo ha sido fundamental en la precisión de los precios y en el redondeo justo de los
pagos y garantiza la equidad en las transacciones de pequeños comercios como: lavanderías,
tienditas, servicio de copias, paleteros, fondas etc.

La Dirección General de Ingresos (DGI) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), explicó al
periódico El Siglo (2010), que la entidad solo acuña las monedas que el Banco Nacional de Panamá
(BNP) le solicita. Detalló que de haber una escasez le corresponde a esa entidad bancaria informarlo y
hacer las consultas pertinentes para su emisión, porque Telemetro.com en el año 2015 en la sección
Nacionales informó la acuñación de monedas para el período 2016-2019. Esta propuesta a través de
la Ley 74 fue presentada a la Asamblea de diputados por el Ministro de Economía y Finanzas de ese
entonces Dulcidio De La Guardia por un valor nominal de hasta 37.2 millones de dólares. La
acuñación se planteó en denominaciones de un centésimo, cinco, diez, veinticinco y cincuenta
centésimo y de un balboa. Además, el Banco Nacional de Panamá determina la cantidad precisa de
emisión. En año 2016 se acuñaron 750 mil en monedas de un centésimo, pero en los siguientes años
no se acuñó nada a pesar de que Panamá cuando hace el proceso de acuñación recibe el beneficio de
señoreaje, es decir, la diferencia entre el valor facial de las monedas y el costo de producirlas
(Richards, 2015). En los años siguientes no se emitieron, y luego vino la Pandemia del COVID-19, en
donde las transacciones digitales desplazaron al dinero tangible, dando paso a las fintechs que usamos
hoy día.

Cabe señalar que todas las monedas fraccionarias usadas en Panamá, deben cumplir con las
especificaciones y características dispuestas en el artículo 1179 del Código Fiscal, el cual se refiere al
control de calidad de las mismas. Esto hace pensar que el B/. 1.00 (el balboa Martinelli), desplaza al
dólar americano el cual no demuestra un control de calidad en su acuñación, porque con el tiempo se
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ha deteriorado y oxidado muy rápido al pasar de mano en mano en todos los negocios del territorio
nacional (Asamblea Nacional de República de Panamá, 1956).

Todas estas premisas arriba descritas permiten desarrollar la investigación con un enfoque mixto,
porque por un lado hay que medir variables cuantitativas y por el otro interpretar las cualitativas, así
que la metodología será descriptiva, exploratoria y transversal por exigencias de los objetivos, con una
encuesta y entrevista semiestructurada.

Para finalizar, se espera que la encuesta aplicada a los habitantes del distrito de Santiago brinde
información de los comercios donde les dicen dónelo o déjelo cuando compran, emociones que
experimentan a la falta del centavo, cantidad de centavos que le cambia el Banco Nacional al
comercio por mes, número de acuñaciones,
frecuencia de escasez de centavos en transacciones,
cantidad de alternativas ante la falta de centavos en el pago, efecto de la escasez de centavos en la
confianza del consumidor, percepción de pérdidas o molestias económicas por redondeo frecuente,
frecuencia de incidencia de quejas y discusiones debido a la escasez del centavo y cambios en los
hábitos de pago por la escasez de centavos.

METODOLOGÍA

Diseño: Para alcanzar el objetivo general de la investigación se realiza un estudio descriptivo,
observacional, exploratorio y transversal, a partir del diseño y aplicación de la encuesta.

El diseño metodológico: contempla cuatro etapas: revisión de literatura explicada en el capítulo dos
que sustenta y guía el diseño, elaboración de la fundamentación del problema explicada en capítulo
uno, recopilación de datos cualitativos y cuantitativos, y análisis de la información recopilada.

Tipo de Investigación: La investigación es descriptiva porque aporta información general acerca del
efecto que ocasiona la falta de centavos en el comportamiento de los consumidores y vendedores
cuando se realizan las transacciones comerciales.

Los ejes temáticos que permiten el desarrollo de la investigación son: frecuencia de compras,

número de comercios donde les dicen dónelo o déjelo cuando compran, frecuencia de las veces que
no le dan el centavo, emociones que experimentan, cantidad de centavos que le cambia el Banco
Nacional al comercio por mes, número de acuñaciones que se hacen del penny, frecuencia de
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soluciones debido a la escasez del centavo y frecuencia de veces con que debe pagar con otro método
de pago (Yappy, Nequi, clave o tarjeta de crédito).

También, los resultados del estudio servirán para conocer las causas principales de la escasez del
centavo y una propuesta sobre la solución más justa a la escasez del centavo en beneficio del
consumidor como del vendedor, porque hay comercio que practican el redondeo hacia arriba que
beneficia al comerciante y se quedan con el centavo y esto representa un abuso al comprador y ya se
ha vivido.

Las fuentes de información utilizadas para realizar la investigación son las siguientes:

Primaria: son aquellas que se van a obtener por medio de la aplicación de un instrumento, la
encuesta a la población objeto de estudio en la que se recolecta los datos referentes al tema. En este
caso sería la encuesta de 8 preguntas que se aplica a una muestra aleatoria fijada por las
investigadoras de 60 consumidores de una población de N=100 comercios que operan en la avenida
principal del distrito.

Secundaria: Con la entrevista se recogen información cualitativas y cuantitativas. Esta técnica
es aplicada a partir del diseño de preguntas con el fin de precisar las respuestas proporcionadas por los
entrevistados. E
sta fuente de información es la que se obtendrá de una entrevista semiestructurada de
cuatro preguntas relacionadas con el tema acerca de las quejas por ausencia del centavo, emociones de
estrés que experimentan cuando el comercio se queda con sus centavos y alternativas que sugieren
para mejorar la situación de escasez. Se aplicó de forma impresa a cuatro consumidores que también
trabajan y enfrentan situaciones de conflicto a falta del centavo. Todo esto permite reducir sesgos;
de
esta manera la información suministrada es auténtica y robusta que es lo que se pretende conseguir.

Tipo de muestreo:

Población: Para capturar la población se tomó en cuenta a los principales comercios del distrito de
Santiago en días de quincena en donde se ve afluencia de consumidores y vendedores ofreciendo sus
bienes y servicios, El total de la población es de N= 100 personas de manera aleatoria.

Muestra: Un muestreo de probabilidad aleatorio simple según la página web Question Pro es un
subconjunto de una muestra elegida de una población más grande” (Ortega, s.f.). Cada encuestado se
elige al azar y por pura casualidad. El individuo con este tipo de muestreo tiene la misma probabilidad
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de ser elegido en cualquier etapa del proceso. Como dije anteriormente se visitaron los principales
comercios del distrito de Santiago en su avenida principal en la época de quincena que la gente sale a
comprar, con una muestra de n=60 compradores.

Variables y tratamiento de la información: la información secundaria contempla indicadores como:
datos oficiales sobre costos unitarios de acuñación, informe del banco central u organismo competente
sobre la emisión de monedas, que están haciendo los vendedores de bienes y servicios a la falta del
centavo, el número de respuestas que da el Banco Nacional ante la escasez del centavo, cuantas
acuñaciones se han hecho y el costo, la cantidad de monedas acuñadas en los últimos años y cuando
fue la última acuñación que se dio por las autoridades competentes.

Las Variables de la encuesta se agrupan en las siguientes áreas: opinión del consumidor a falta
del centavo, grado de conformidad del producto con las expectativas del consumidor,
independientemente del redondeo aplicado, cambios percibidos en el valor del producto debido al
redondeo, actitudes, decisiones y emociones que manifiestan los consumidores al enfrentar el
redondeo por escasez de centavos e impacto en la confianza del sistema comercial.

La captura y tratamiento de los datos de la encuesta se realiza con apoyo de tablas dinámicas en Excel
mientras, que la elaboración de las gráficas las hace google forms, estas actividades, así como la
elaboración del informe de resultados recaen en la investigadora principal y colaboradores.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Figura 1 ¿Con qué frecuencia le ha tocado vivir una situación donde no hay centavos disponibles al
momento de pagar o dar vuelto?

Nota. Elaborado por google forms.
pág. 8035
Hablar del centavo en una transacción puede parecer un tema menor, pero cuando el 40% de los
encuestados afirma que casi siempre enfrenta su ausencia, y otro 35% dice que le ocurre a veces, es
evidente que estamos ante un fenómeno cotidiano. A eso se suma un 10% que asegura que siempre le
pasa. Más bien, es algo con lo que las personas han aprendido a lidiar, aunque no por eso deja de
incomodar.

En muchos comercios del distrito de Santiago, la falta de centavos ha dejado de sorprender. Se ha
vuelto parte del trato implícito entre vendedor y cliente, donde muchas veces se opta por redondear a
favor del comercio. Es curioso cómo una moneda de tan bajo valor ha afectado la precisión de las
operaciones más simples. El 1.7% de las personas dijo nunca haber vivido esa situación

Lo que antes era una moneda con valor, hoy parece haberse esfumado del sistema sin que nadie lo
haya oficializado. Los resultados muestran que la gente ha aprendido a convivir con esta escasez,
aceptando redondeos o evitando cuestionar cuando el vuelto no es exacto. No porque esté bien, sino
porque ya es parte del día a día. Se ha podido analizar que esta escasez de centavo se vio reflejada en
la pandemia y aquí concuerdo con Anthony (2021) en su artículo sobre la falta de monedas por la
COVID-19: causas, respuestas y lecciones, en donde explica el funcionamiento habitual del flujo de
monedas en la economía y cómo su interrupción debido a la crisis sanitaria derivó en la escasez. Lo
indicado es que en el largo plazo estas menudas diferencias no afecten la confianza y, en algunos
casos, el bolsillo del consumidor.

Figura 2 Cuando no hay centavos disponibles, ¿qué alternativa aplica o recibe normalmente?

Nota. Elaborado por google forms.
pág. 8036
Cuando no hay centavos disponibles, cada comercio hace lo que puede o lo que ha aprendido a hacer
con el tiempo. Los resultados muestran que la respuesta más común es bastante clara: el 45% de los
encuestados dice que le piden que done el centavo, como si ese monto ya no valiera lo suficiente para
reclamarlo. A esto se suma un 33.3% que recibe redondeo hacia arriba, lo que significa que el cliente
termina pagando más de lo que realmente cuesta el producto o servicio. Solo un 15% menciona que le
hacen redondeo hacia abajo, lo cual beneficia al consumidor, pero claramente no es la regla.

En medio de esas soluciones improvisadas, también aparece la opción de los caramelos, chicles o
mentitas, que un 21.7% de los encuestados dice recibir como compensación. Es como si el centavo
fuera sustituido por un “trato simbólico” que, aunque suene simpático, sigue sin resolver el fondo del
asunto: la falta del centavo. Un grupo más pequeño, 11.7%, ha optado por pagar con Yappy o
transferencia para evitar el problema del vuelto en físico, lo que habla de cómo la tecnología también
empieza a jugar su papel en medio de esta escasez. Y aunque muy pocos reciben un vale o apuntan el
saldo (3.3%), o indican otra alternativa (1.7%), lo cierto es que las soluciones son muchas, pero
ninguna del todo formal.

Por consiguiente, la falta de centavos ha obligado a comerciantes y consumidores a crear sus propias
reglas. Hay flexibilidad, sí, pero también mucha informalidad. El acto de pedirle al cliente que
deseche el centavo o lo done puede parecer inofensivo, pero en la práctica normaliza la pérdida del
valor exacto. También, en el caso del redondeo hacia arriba, aunque no sea un abuso intencional,
sigue representando un ajuste que termina afectando al comprador.

Lo más curioso es que todo esto ya se ha vuelto parte del guion. El comerciante ofrece caramelos,
propone donar el centavo, o simplemente redondea sin preguntar. El cliente acepta sin mucha
objeción, porque ya se sabe cómo va la cosa. Pero justamente ahí está el detalle: cuando una solución
temporal se repite lo suficiente, termina pareciendo definitiva. Y eso es lo que esta investigación pone
sobre la mesa. No se trata solo de monedas que faltan, sino de decisiones que todos han aprendido a
tomar por costumbre, sin que haya una regla clara que las respalde.

Cabe señalar que la entrevista a cuatro consumidores en donde también son vendedores en algunos
comercios del distrito de Santiago informaron que el Banco Nacional le cambia cinco dólares en
centavos en el mes y les informa que no tienen. Además, pasa lo mismo con el billete de cien dólares
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no hay en el Banco Nacional, por lo tanto los pagos digitales han venido a solventar algunos pagos,
pero hay pequeños parques empresariales como las fondas, tienditas, fotocopiadoras que necesitan el
centavo para hacer transacciones en menor demanda.

Figura 3 ¿Cree que estas prácticas afectan su confianza en el comercio o en el sistema de cobro?

Nota. elaborado por google forms.

El 70% de los encuestados considera que lo que pasa con los centavos no es un simple malentendido
entre cliente y cajero, sino algo que impacta directamente en la percepción que tienen sobre el
comercio o el sistema de cobro en general.

Por otro lado, cuando la experiencia de compra se vuelve ambigua, cuando el cambio nunca es exacto
o cuando hay que aceptar dulces en vez de monedas, la relación de confianza se desgasta. A veces no
por el hecho en sí, sino por la forma en que se repite una y otra vez sin una explicación clara. Además,
el 30% restante no siente que esto le afecte, el hecho de que una mayoría sí lo perciba como un
problema debería ser suficiente para prestarle atención.

La confianza no se pierde de golpe, se va debilitando en los detalles. La ausencia del centavo no solo
complica el cierre de la transacción, sino que deja una sensación de informalidad, de que todo es a
conveniencia. Cada vez que un cliente siente que pagó más o recibió menos, aunque sea por centavos,
algo se rompe en esa relación que debería ser clara y justa.
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Figura 4 ¿Ha sentido que el redondeo frecuente le ha generado alguna pérdida o molestia económica?

Nota. elaborado por google forms.

El redondeo, cuando es ocasional, puede parecer algo insignificante. Pero cuando se vuelve parte de
todas las compras del día, empieza a notarse. En esta pregunta, un 48.3% de las personas respondió
que algunas veces ha sentido pérdida o molestia económica por esta práctica, y un 20% fue más
directo al decir que muchas veces. Esto significa que casi siete de cada diez personas han
experimentado algún tipo de impacto por el redondeo, aunque no siempre puedan medirlo en cifras
exactas.

También hay un 15% que dice que casi nunca ha sentido esa molestia, y un 16.7% que ni siquiera lo
ha notado. Esto puede interpretarse como una parte de la población que ha aprendido a ignorar el
detalle, o que no le da importancia porque el efecto es mínimo en su presupuesto. Aparte que el
centavo ha perdido valor por la sustitución de pagos virtuales. Existe en el mercado una tarjeta
llamada “Punto pago” y de acuerdo al portal puntopago.net, su tarjeta para emitirla solo hay que ir a
los kioskos de Punto pago que puedes localizarlo con google maps. Además, la emisión de la tarjeta la
consigues inmediatamente sin que vayas a una institución financiera (Punto Pago, s.f.). Lo bueno es
que con ella puedes pagar todos tus servicios, recreaciones y hasta para viajar. La realidad es que las
transacciones en efectivo poco a poco han sido sustituidas, pero mientras eso sucede, el impacto que
este estudio busca visibilizar es que la escasez del centavo, no solo afecta el vuelto, sino que también
deja un desgaste económico que, aunque leve, es persistente.
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Figura 5 ¿Cuál cree que es la causa principal de la escasez del centavo?

Nota. Elaborado por google forms.

Cuando se trata de encontrar al responsable de la escasez del centavo, las respuestas no señalan a un
solo culpable, pero sí hay una percepción bastante clara. El 43.3% de los encuestados cree que los
propios clientes son parte del problema, ya sea por no usarlas o por no exigirlas. Además, con el
tiempo muchos consumidores han dejado de darle importancia a la moneda más pequeña, y esa
indiferencia ha tenido sus consecuencias.

A eso se suma un 25% que apunta a los comercios, por no solicitar monedas fraccionarias o por no
entregar el vuelto exacto.

Solo un 21.7% culpa al Estado por no acuñar más monedas, y un 11.7% menciona a los bancos, por no
distribuirlas correctamente. También hay un 11.7% que no sabe con certeza la causa principal.

Lo valioso de estos datos es que muestran que el centavo no ha desaparecido solo: ha sido desplazado
por una suma de acciones pequeñas, constantes y muchas veces inconscientes. La falta de exigencia, la
comodidad de redondear o el no importa, déjalo así han creado un hábito colectivo que ha terminado
afectando todo el sistema de cambio.

Cabe señalar que, además de la sustitución digital, otro factor que ha influido en la escasez es el
señalado por McGrath (2025), en su artículo para noticias de Wade Forest University, informa que
durante dos décadas, el profesor de economía Robert Whaples ha abogado por el fin del centavo.
Whaples dice que es hora de eliminar el centavo porque les ahorra dinero a los contribuyentes,
porque son los que subsidian la producción de una moneda con muy poco poder adquisitivo. El
demostró que los precios que terminan en nueve no son más comunes que cualquier otro dígito. Esto
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significa que si se redondea hacia arriba o hacia abajo hasta el 5% más abajo se equilibra y causa un
impacto insignificante en los consumidores. El portal web SWI swissinfo.ch (2025) publicó que el
presidente de los Estados Unidos en declaraciones al Washington , 10 de febrero de 2025 (EFE),
ordenó al Departamento del Tesoro detener la producción de nuevos centavos porque ¡es un derroche!.
Hay que disminuir el presupuesto nacional, el gasto es mayor. Según la Casa de la Moneda de Estados
Unidos, cada unidad cuesta casi 3,7centavos en el año fiscal 2024, lo que supuso una pérdida de 85.3
millones de dólares con la producción de 3,200 millones de monedas

Esta medida perjudica la circulación de la moneda el centavo en Panamá por estar dolarizado desde
1904, así que es importante que el consumidor panameño que tiene centavo en la casa en galones,
alcancías y fuentes van a tener que sacarlo, porque nosotros lo hemos hecho para que sea más fácil
comprar.

Figura 6 ¿En su opinión, ¿qué solución sería la más justa para este problema?

Nota. Elaborado por google forms.

La falta de centavos ha generado molestias, ajustes y hasta discusiones, pero también ha obligado a la
gente a pensar en cómo resolver el asunto. Cuando se les pidió una opinión sobre la solución más
justa, el 50% de los encuestados fueron claro: lo ideal sería que se emitan más centavos. Para muchos,
la respuesta está en restablecer el equilibrio tal como era antes, reinyectando esta moneda al sistema
para que el vuelto vuelva a tener sentido completo. Sin embargo, también hay un 41.7% que estaría de
acuerdo con establecer un redondeo oficial y regulado, una opción que, más que resolver el problema
de raíz, busca ordenarlo.
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Un 16.7% propone el uso de métodos electrónicos como una alternativa para garantizar pagos exactos,
lo que sugiere que hay confianza en la tecnología como puente para resolver lo que el efectivo no está
logrando. Sin embargo, esta opción, aunque moderna, todavía no está al alcance de todos,
especialmente en zonas donde el uso de aplicaciones y sistemas digitales sigue siendo limitado.
También hubo un pequeño grupo del 6.7%, que consideró que lo mejor sería eliminar el centavo por
ley, lo que implicaría cerrar definitivamente el ciclo de esta moneda. Todas estas opiniones deben ser
concretadas desde un nivel de autoridad, que en el caso de Panamá sería el Banco Nacional de
Panamá, porque los consumidores y comerciantes no piden grandes cambios, solo reglas claras.

CONCLUSIONES

La primera moneda de un centavo en Estados Unidos fue elaborada por la Casa de la Moneda del
país en el año de 1793.

L
a escasez de monedas de baja denominación, como el centavo es un desafío en diversas economías
alrededor del mundo. Este problema ha provocado de forma directa la fluidez de las transacciones
comerciales, especialmente aquellas que requieren pagos en efectivo.

Para la Pandemia a causa del COVID-19 se dejó de usar de forma drástica el efectivo en las
transacciones comerciales y dio paso a un sin número de fintechs y las monedas dejaron de circular.
Además, en muchas Pymes faltaba el dinero fraccionario para dar vuelto incluyendo al centavo. Los
comentarios en Santiago es que la monedas están en alcancías, tarros de cocina, otras en las fuentes
para pedir un deseo, porque los panameños no la consideran de mucho valor.

La reducción en la circulación de centavos dentro del distrito de Santiago se atribuye a múltiples
factores como: el elevado costo de producción, su distribución como ha sido en el tiempo y la
evolución de los nuevos métodos de pagos electrónicos (Yappy, Nequi, Pay pal), entre otros.

La investigación es descriptiva porque aporta información general acerca del efecto que ocasiona la
falta de centavos en el comportamiento de los consumidores y vendedores cuando se realizan las
transacciones comerciales.

El 70% de los encuestados considera que lo que pasa con los centavos no es un simple malentendido
entre cliente y cajero, sino algo que impacta directamente en la percepción que tienen sobre el
comercio o el sistema de cobro en general.
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La falta de centavos ha obligado a comerciantes y consumidores a crear sus propias reglas. Hay
flexibilidad, sí, pero también mucha informalidad. El acto de pedirle al cliente que deseche el centavo
o lo done puede parecer inofensivo, pero en la práctica normaliza la pérdida del valor exacto.

El presidente de los Estados Unidos, en declaraciones al Washington , 10 de febrero de 2025 (EFE),
ordenó al Departamento del Tesoro detener la producción de nuevos centavos porque ¡es un derroche!.
Hay que disminuir el presupuesto nacional, el gasto es mayor. Según, la Casa de la Moneda de Estados
Unidos, cada unidad cuesta casi 3,7centavos en el año fiscal 2024, lo que supuso una pérdida de 85.3
millones de dólares con la producción de 3,200 millones de monedas.

La escasez del centavo y sus posibles soluciones deben ser concretadas desde un nivel de autoridad,
que en el caso de Panamá sería el Banco Nacional de Panamá, porque los consumidores y
comerciantes no piden grandes cambios, solo reglas claras.

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