La comunicación educativa en el rendimiento académico de los estudiantes de la nivelación de carrera del instituto de admisión y nivelación de la Universidad Técnica de Manabí

 

Sofía Isabel Macías Villamar

sofiaisabelmacias@hotmail.com; sofía.macias@utm.edu.ec

https://orcid.org/0000-0002-4998-4384

Licenciada en Psicología y orientación vocacional

Máster en Psicopedagogía

Docente Instituto de Admisión y Nivelación

Universidad Técnica de Manabí

 

Aleyda Epifania Demera Zambrano

aleidademera@gmail.com; aleyda.demera@utm.edu.ec

https://orcid.org/0000-0001-6114-6685

Licenciada en Ciencias de la Educación especialidad

Psicología y Orientación Vocacional

Magister en Docencia e Investigación Educativa

Docente Instituto de Admisión y Nivelación

Universidad Técnica de Manabí

 

Jhon Hennry Mendoza Cedeño

johntk24@hotmail.com; hennry.mendoza@educacion.gob.ec

https://orcid.org/0000-0003-2232-3292

Licenciado en Ciencias de la Educación mención

Psicología y Orientación Vocacional

Magister en Gerencia Educativa

Docente Unidad Educativa Fiscal

“Juan León Mera” del Cantón Montecristi

 

Francisco Antonio Mawyin Cevallos

franciscomawyin2016@gmail.com

https://orcid.org/0000-0001-7797-8582

Licenciado en Ciencias de la Educación especialidad

Psicología y Orientación Vocacional

Magister en Orientación Educativa Vocacional y Profesional

Doctor dentro del programa de Doctorado en Educación

Docente Auxiliar Tiempo Completo

Instituto de Admisión y Nivelación

Universidad Técnica de Manabí

 

 

 

 

 

Gustavo Adolfo Santana Sardi

gusansar@gmail.com, gustavo.santana@utm.edu.ec

https://orcid.org/0000-0003-1916-1878

Licenciado en Ciencias de la Educación Técnica

 mención Contabilidad Computarizada

Diplomado en Desarrollo de Estrategias Digitales de Aprendizaje

Magister en Gerencia Educativa

Doctor en Ciencias de la Educación

Analista Instituto de Admisión y Nivelación

Universidad Técnica de Manabí

 

RESUMEN

El presente artículo está dirigido hacia la Comunicación Educativa en el rendimiento académico de los estudiantes de nivelación de carrera del Instituto de Admisión y Nivelación de la Universidad Técnica de Manabí, donde en una primera definición del rendimiento escolar tiene que ver con su dimensión cognitiva el éxito o fracaso en el proceso educativo. El fracaso habla de estudiantes que no logran el rendimiento esperado de ellos por parte de la institución, dentro del tiempo estipulado y cuyos resultados negativos comprometen sus estudios y su porvenir. La metodología aplicada fue de tipo bibliográfica donde se revisó distintos trabajos de varios autores de libros, artículos de revistas, tesis doctorales, entre otros, que fundamentan la temática abordada. Este estudio bibliográfico se apoyó en los métodos teóricos de análisis y síntesis en su constante desarrollo, la incorporación de estas plataformas en el ámbito educacional, no solo deben centrarse en la inclusión de los materiales educativos, sino también en el trabajo colaborativo que fomentan estos entornos, así como en habilidades didácticas que se puedan generar con su aplicación.

 

Palabras claves: comunicación educativa; rendimiento escolar; estudiantes universitarios; proceso educativo.

 

 

 

 

 

 

 

The educational communication in the academic performance of the students of the leveling of the career of the institute of admission and leveling of the Technical University of Manabí

 

ABSTRACT

This article is directed towards the educational communication in the academic performance of the leveling students of the Institute of Admission and Leveling of the Technical University of Manabí, where in a first definition of school performance success has to do with its cognitive dimension. or failure in the educational process. Failure speaks of students who do not achieve the performance expected of them by the institution, within the stipulated time and whose negative results compromise their studies and their future. The methodology applied was of a bibliographical type where different works by various authors of books, magazine articles, doctoral theses, among others, that support the topic addressed, were reviewed. This bibliographic study was based on the theoretical methods of analysis and synthesis in its constant development, the incorporation of these platforms in the educational field, should not only focus on the inclusion of educational materials, but also on the collaborative work that these environments promote as well as in didactic skills that can be generated with its application.

 

Keywords: educational communication; school performance; university students; educational process.

 

 

Artículo recibido:  05 febrero 2022

Aceptado para publicación: 28 febrero 2022

Correspondencia: sofiaisabelmacias@hotmail.com

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

 

 

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

La comunicación facilita el proceso de enseñanza y aprendizaje del ser humano y es parte esencial de su naturaleza. La comunicación con el entorno social y escolar influye en la formación que tiene el estudiante de sí mismo y ese autoconcepto afectará su rendimiento escolar.

La familia, la escuela y la sociedad son esenciales en la formación que toda persona se forma de sí mismo. La familia, en la etapa escolar, debe ser capaz de comunicarse correctamente con cada integrante y tener actitudes positivas de apoyo y ayuda a sus hijos, a fin de lograr un desempeño escolar y un adecuado autoconcepto y aceptación propia. Otro importante para el alumno es la escuela, donde el autoconcepto, definido como el concepto de sí mismo académicamente, se ve afectado en escolares con reiterados fracasos, los que tienden a dudar de su capacidad para salir de la situación negativa en la que se encuentra; sus relaciones e interacciones con los demás (profesores y compañeros) también se ven afectadas.

La Comunicación Educativa, como concepto general es un vínculo indiscutible entre comunicación y educación, la utilización de medios masivos de comunicación y tecnologías digitales en procesos formativos, la preparación de educadores en la incorporación de recursos mediáticos para la enseñanza y el aprendizaje, incluso la pedagogía de la comunicación y, más recientemente, paradigmas de comunicación para el desarrollo y la transformación de realidades sociales. A  través  de  la  revisión  de  diversos  autores  que  han  trabajado  en  los  últimos  años  sobre  la comunicación  educativa  como  son:  (Falconí Asanza, 2017);  (González-Morales, 2017); (Hernández, 2018) entre otros, es posible identificar distintas perspectivas alrededor de este campo, enfoque o espacio interdisciplinario en el que convergen principalmente fundamentos teóricos de la comunicación y de la educación.

Por otra parte, es importante señalar que la Comunicación Educativa como disciplina científica aborda dicho proceso natural de interacción social como elemento fundamental y determinante en el proceso formativo que implica la educación (Vélez-Vélez, M. E., Zambrano-Zambrano, N. L., Intriago-Cedeño, M. E., Santana-Sardi, G. A., & Toala-Vera, K. L., 2020).

La comunicación en el contexto educativo es un proceso que ha sido estudiado por diferentes ciencias y desde diversos ángulos, sin embargo, aún son insuficientes las propuestas y reflexiones sobre su importancia en la calidad del proceso educativo de todos   los   niveles   de enseñanza. Es   muy   significativo   el   valor   que   posee   la comunicación en la influencia educativa que debe ejercer el profesor sobre el estudiante y en la asimilación del aprendizaje al igual que en su proceso formativo en general.  De manera que la comunicación y la educación son dos procesos que, si bien se distinguen por su esencia, ambos están muy relacionados y se complementan.

El término comunicación educativa nos llega desde la educación escolarizada, pero hace ya varios años viene empleándose también para definir procesos educativos en otros ámbitos de la práctica social como son los que se producen en los espacios comunitarios. El proceso a lo largo de toda la vida en el cual cada persona adquiere y acumula conocimientos, habilidades, actitudes y percepciones de las experiencias cotidianas y de la exposición al entorno en el hogar, en el trabajo, en el juego de los ejemplos y actitudes de la familia y de los amigos, de los viajes, leyendo diarios y libros o escuchando la radio y viendo películas de televisión. Generalmente la educación informal no está organizada, es asistemática y a veces no intencional, aunque sí cuenta en gran parte en el aprendizaje total de cada persona". (Torres, 2002) en (Ojalvo, V. et, al, 2017).

Por su parte, (Herrera, 2010) considera que “hay diferencia entre   comunicar y educar  porque educar  es  educir,  hacer que el otro saque  lo mejor de sí,  que  lo desentrañe;  y para esto se exige que quien se  educa no se limita a procesar lo que le enseñan o comunican, sino que  educarse consiste en hacer suyo algo, de manera que esté siendo mejor,  cosa que va más allá de que modifique una conducta, que es lo que  tradicionalmente los modelos de comunicación alcanzan a ver". La educación y la comunicación son dos procesos que se integran en el proceso docente-educativo, los cuales permiten el desarrollo de la personalidad de los educandos, es decir, su proceso formativo.

La comunicación en el centro educativo es de gran importancia, ya que gracias a esta el trabajo se realiza con más eficiencia. Además, ayuda a contar con un ambiente laboral armonioso; por lo que a su vez logra obtener un mejor desempeño en las actividades y, por ende, permite alcanzar los objetivos de la institución.

Se precisan algunos elementos que nos permiten acercarnos a la comprensión del concepto comunicación educativa, (Ojalvo, V. et, al, 2017):

1.      Es una práctica que desarrolla la interacción entre los actores del proceso educativo.

2.      Potencia un proceso bidireccional que permite producir y recrear significados que están mediados por diversos factores de carácter cultural, contextual y coyuntural

3.      Deja atrás el carácter instrumental de la comunicación y exige verla como un proceso, no como simple transmisión de contenidos.

4.      Parte de que el conocimiento no es solo un problema de comprensión, sino de expresión, por tanto, la apropiación real del conocimiento se produce en el acto de comunicarlo.

5.      Al menos uno de los actores tiene muy bien definida su función educativa para lo cual crea condiciones organizativas mínimas.

6.      En este proceso de creación, recreación y negociación están en juego formas comunicativas de diversa índole: verbales, no verbales, icónicas, audiovisuales, etc. que se interrelacionan para constituir universos de significación.

De esta manera se propicia un proceso de aprendizaje que potencia al ciudadano-educando como emisor, superando la educación enmarcada en los viejos moldes de la respuesta esperada y de los objetivos sin sentido.

DESARROLLO

La Comunicación Educativa parte de la   observación de las   situaciones comunicativas que se dan en el aula. Su importancia radica en que nos permite precisar los cambios y las variables más concretas e inmediatas de la experiencia educativa. (Domínguez, 2014) dentro de sus estudios sobre el proceso de comunicación y las ciencias que la estudian, destaca que la Comunicación Educativa pertenece a las ciencias de la educación y no solamente durante los procesos pedagógicos, sino también para contribuir a formar la personalidad del sujeto a partir de la expresión, creación, negociación de las significaciones previamente establecidas y del logro de conductas asertivas. Para este autor a través de la Comunicación Educativa se transmiten informaciones, sentimientos, pensamientos, y cualquier otra cosa que pueda ser transmitida.

La Comunicación Educativa busca la mejora del proceso, mediaciones y recursos para lograr el aprendizaje y la enseñanza, que devengan en la construcción de sentidos compartidos, la construcción social del conocimiento y la creación de ambientes y relaciones de aprendizajes positivos y motivadores. En   una   relación   dialéctica, la   comunicación   educativa se desarrolla gracias a la interacción y consecuentemente, el aprendizaje y la interacción se optimizan por el desarrollo de las relaciones comunicativas que se establecen (Narváez, 2019).

La Comunicación Educativa en el proceso de enseñanza aprendizaje permite acrecentar en el estudiante su participación y creatividad, constituye una variante de comunicación interpersonal que posee grandes potencialidades formativas y desarrolladoras de la personalidad, produciendo cambios internos y conductuales a corto, mediano y largo plazo por ser un proceso continuo y sistémico, implicando la unidad de lo afectivo, lo cognitivo y lo conductual.

A este propósito, las estrategias de comunicación educativa juegan un rol preponderante, pues, en palabras de, (Velázquez, A., & Otros., 2015), mediante la comunicación educativa no sólo se trasmiten contenidos, es el intercambio y la creación, elaboración de los significados de la realidad.” Esto permite potenciar el desarrollo del pensamiento pues, la comunicación tiene una función que orienta las conductas individuales y establece las relaciones interpersonales, a través del dialogo efectivo estudiante-docente que logre un entendimiento de lo que el profesor desea transmitir de manera secuencial y organizada en torno a un plan de trabajo pedagógico, tendiente a enriquecer el desarrollo de habilidades que fomenten el pensamiento crítico del discente.

En suma, “la Comunicación Educativa es un proceso de interacción entre los diferentes actores de la comunidad.” (Velázquez, A., & Otros., 2015). Así mismo, otro de los aspectos considerados importantes y que afrontan las áreas de estudio en las universidades, es la falta de estrategias que mejoren los procesos inter-aprendizajes, sobre todo aquellas orientadas a fortalecer el pensamiento crítico, ya que este juega un papel fundamental en la formación de los estudiantes.

Incorporar a la Comunicación Educativa sería muy provechoso para mejorar los procesos de intercambios que se establecen entre el profesor y los demás miembros de la comunidad educativa. El saludo, la despedida, el elogio oportuno entre otros aspectos sin lugar a dudas mejorarían la convivencia escolar mediada por la Comunicación Educativa.

Estas nuevas formas de comunicación son utilizadas entre profesores y estudiantes, entre estudiantes, entre profesores y demás miembros de la comunidad educativa, para desarrollar procesos de enseñanza-aprendizaje en condiciones de mediación de las tecnologías de la información y las comunicaciones, en correspondencia con las más actuales tendencias pedagógicas. La Comunicación Educativa es un intercambio de información y emoción, donde ocurre una transformación porque participan diferentes elementos como el mensaje que se trasmite, el contexto en el que se da, el lenguaje que se utiliza y los roles que participan (Avanoni, L., Brito, M., Rodríguez, A. y Sánchez, A. , 2016) p. 22. Por lo tanto, para que la Comunicación Educativa sea eficaz es importante comprender que cada uno de los interlocutores tiene su propia verdad.

La educación superior requiere que los docentes cuenten con un perfil apropiado para la formación de profesionales críticos y reflexivos, por este motivo se impone el uso de las técnicas andragógicas.

Tomando como base estos criterios científicos, se destaca que la comunicación asertiva entre docentes y estudiantes, puede facilitar la adquisición de los aprendizajes significativos por parte de este último grupo que forma parte de la comunidad educativa y que es el centro de interés del sistema educacional en general. La comunicación asertiva es entonces la clave para fomentar buenas relaciones docente – estudiantes e incentivarlos a la formación de hábitos de autonomía educativa, debido a que ambas variables tienen sujeción directa con los criterios de reflexividad, criticidad y creatividad, que a su vez son incluyente en el desarrollo de destrezas y capacidades.

La sistematización histórica del desarrollo de las concepciones permite confirmar de las posiciones teóricas que desde mediados del siglo pasado comenzaron a centrar el análisis de la oferta educativa. Al respecto es posible configurar el tránsito de posiciones particulares a más generalizadoras y multifactoriales acerca de unos rangos que delinean el contenido del término.

El rendimiento académico de un estudiante, un grupo escolar, un centro educativo y sus análisis a niveles macro, no solo se asumen como un criterio esencial en la determinación de los niveles de calidad educativa, también expresan el nivel de esfuerzo, de los implicados, pero, los resultados que se obtiene se expresan en una nota o cualidad que se le atribuye. Esta idea que parece ser asumida en los diferentes sistemas educativos es mucho más compleja y amplia por involucrar al mismo tiempo a los profesores, los estudiantes en las condiciones socioeconómicas en que ella tiene lugar. En este sentido, se le adjudica la característica de ser un concepto y un tema de estudio amplio, dinámico, complejo y multidimensional, lo cual trae consigo dificultades para establecer un enfoque teórico razonablemente sólido y contrastado.

Desde el punto de vista etimológico este vocablo tiene dos planos; el primero viene del latín rendimiento y significa referido a “producto o utilidad dado por una cosa en relación con lo que consume, cuesta, trabaja”; mientras que en el segundo se refiere a proporción entre el producto o el resultado obtenido y los medios utilizados. Por tanto, acercarse a la definición del término ¨rendimiento académico¨ obliga a reconocer su asociación, al sujeto de la educación como ser social.

A diferencia de los porcentajes de graduación y deserción, el rendimiento académico puede medirse en etapas tempranas de la formación universitaria, es una medida continua en el tiempo que puede registrarse y gestionarse en cualquier momento del proceso formativo y ha sido considerada como una variable explicativa de la deserción universitaria (Ortiz-Lozano, J. M., Rua-Vieites, A., Bilbao-Calabuig, P., y Casadesús-Fa, M., 2020). La utilidad en la gestión académico-administrativa de los estudios sobre el RA se basa en identificar, definir y estudiar variables asociadas que puedan ser modificadas, intervenidas, controladas por la misma universidad con el fin de proveer a los tomadores de decisiones de insumos para mejorar los resultados de aprendizaje, la calidad del servicio educativo y controlar la deserción universitaria (Arora, N., y Singh, N, 2017).

(Aparicio, F. & González, R. M., 1994), sostuvieron que el rendimiento académico está íntimamente relacionado con la calidad de la enseñanza. Mientras (Zabalza Beraza, 1994), consideró que el rendimiento educativo, es entendido, depende de varios factores personales como ambientales y refleja el resultado de las diferentes y complejas etapas del proceso educativo. En general, el rendimiento académico no se ha estudiado, de modo directo. Más bien, se ha estudiado en relación a, o conjuntamente, con otros constructos, sobre todo, motivacional y cognitivo que influyen, directa o indirectamente, en el rendimiento de los alumnos.

En la actualidad, según (Navarro, R. E., 2003), el rendimiento académico no puede concebirse desde una perspectiva unilateral, sino que en ella se incluye y articulan las dos dimensiones: proceso y resultado. Así, como proceso, alude a la sinergia enseñanza-aprendizaje que posibilita obtener un nivel de funcionamiento y logros académicos y que se expresa en la manera que influyen diversos factores, psicosociales, biológicos y familiares, en la configuración de las experiencias de aprendizaje y que le atribuyen la calidad de la enseñanza brindada. El resultado por su parte, se expresa en acciones y actuaciones que el estudiante logra realizar cuando utiliza lo aprendido.

(Omar, A.; Uribe, H.; Ferreira, M.C.; Leal E.M. y Terrones, A.J.M., 2022) expresaron que, en la vida académica, habilidad y esfuerzo no son sinónimos; el esfuerzo no garantiza un éxito y la    habilidad    empieza    a    cobrar    mayor importancia.  Esto se debe a cierta capacidad cognitiva que le permite al alumno hacer una elaboración mental de las implicaciones causales que tiene el manejo de las autopercepciones de habilidad y esfuerzo. Dichas autopercepciones si bien son complementarias, no presentan el mismo peso para el estudiante; de acuerdo con el modelo, percibirse como hábil (capaz) es el elemento central

A partir de esta posición el rendimiento académico debe entenderse como expresión valorativa cuali-cuantitativa de los logros alcanzado durante el proceso y que se confirman en resultado, evidenciado en el ‘saber hacer’ del estudiante derivados sobre todo de la manera en que determinadas aspectos institucionales, sociales, familiares y personales de los estudiantes, los cuales afectan el resultado manifiesto. Por tanto, la concepción de rendimiento académico, en términos globales, está compuesta por dos elementos; primero, la relación que existe entre un proceso realizado por un estudiante y segundo, los logros tangibles que se pueden alcanzar: una nota obtenida en un curso, un cierto nivel de sus saberes, el promedio de las notas de un semestre académico, el título profesional, entre otras.

Esta relación involucra factores extrínsecos e intrínsecos que influyen en el proceso de enseñanza- aprendizaje del individuo, pues el producto que se deriva de él, expresa tanto los valores predeterminados por el contexto sociocultural, como en las decisiones y acciones que este realice en relación con el conocimiento que obtiene de dicho proceso. Asociado a esta posición se considera que el buen rendimiento académico, debe valorarse atendiendo a diversos factores: los factores personales, ambientales como la familia, la sociedad, las actividades extracurriculares y el ambiente estudiantil, los cuales están íntimamente relacionados.

En estas posiciones se revela la multiplicidad de influencias pero en cualquier caso, el rendimiento académico o escolar parte del presupuesto de que el alumno es el máximo responsable; pero, no puede negarse que también, intervienen otros factores externos al sujeto, como la calidad del maestro, el ambiente de clase, la familia, el programa educativo y que también influyen variables psicológicas o internas, como la actitud hacia la asignatura, la inteligencia, la personalidad, las actividades que realice el estudiante, la motivación.

El rendimiento anterior es la variable que está relacionada con el proceso de aprendizaje del alumnado en el ámbito académico. Si el rendimiento académico que ha tenido el alumno a lo largo de su vida educativa no ha sido el adecuado, en un futuro el rendimiento obtenido por dicho alumno será bajo incluso llevándolo al fracaso escolar descrito anteriormente.

Los hábitos de estudio como un factor importante para el desempeño académico, ya que los estudiantes con aptitudes académicas sobresalientes, mejores estrategias y mejores hábitos de estudio tienden a obtener desempeños académicos altos y estudiantes con bajas aptitudes académicas, pero con hábitos de estudio frecuentes, tendieron a obtener resultados similares a los de aquellos con aptitudes altas.

La decisión vocacional pues, en un contexto escolar, para lograr realizar sus interese vocacionales, el estudiante deberá desarrollar determinadas habilidades y capacidades que influyen en su proyección hacia a la actividad de estudio y hacia el aprendizaje, lo cual influye en la definición de las metas, en el esfuerzo por logarlo y en la satisfacción por el proceso luego, este se convierte en el elemento catalizador del proceso de superación continua.

Siguiendo a (BERNARDO, J., 2011), en una primera vía el profesor es el emisor de un mensaje (los contenidos) y el alumno es el receptor del mismo, quien a su vez puede, o no, mandar nuevas informaciones (retroalimentación) al emisor, dependiendo de cómo haya recibido y procesa-do esos mensajes (segunda vía). Conocer cómo se comunican los alumnos, qué nos transmiten con su lenguaje corporal, qué nos quieren decir con sus palabras, supone tener presente una parte de la comunicación que es esencial para llegar con éxito a ellos y que se produzca un verdadero proceso educativo.

Al igual que ocurre con los adultos, los alumnos se comunican tanto de un modo vocal (mensajes verbales) como o de un modo no verbal. Cualquiera que haya estado en una clase puede advertir cómo los estudiantes están continuamente emitiendo mensajes no verbales a través de su cuerpo. Captar esos mensajes es una tarea esencial que debe acometer el buen docente. Este debe desarrollar la capacidad de aprender a escuchar el lenguaje no verbal de sus alumnos, lo que se convierte en una retroalimentación esencial para que el profesor modifique su comunicación.

El estudio en este sentido de podría facilitarnos no sólo el desarrollo de un marco teórico y otra forma de abordar el rendimiento académico, sino también que podría indicarnos pautas de actuación e intervención en el aula. En este caso las estrategias de intervención en este caso, pueden estar asociadas a:

§  Identificar los alumnos en “riesgo” y los factores que condicionan su desempeño, lo que permitiría a la política educativa lograr una correcta focalización.

§  Compensar (por medio de cursos de capacitación adicionales u otro tipo de apoyo) a los individuos con “condiciones iniciales” menos favorables.

§  Estimular el esfuerzo en estos estudiantes, con el objeto de aprovechar eficientemente su potencial. (También podría ser relevante analizar al grupo de alumnos con altas preferencias por el estudio o muy inteligentes. Ello permitiría implementar).

La complejidad del rendimiento escolar es patente desde su definición, diversos autores lo denominan como aptitud escolar, desempeño académico o rendimiento académico, estas denominaciones han sido utilizadas como sinónimos del rendimiento escolar. Generalmente las diferencias de concepto solo se explican por cuestiones semánticas ya que generalmente, en la esfera escolar, textos, y el contexto docente, rendimiento escolar y rendimiento académico son sinónimos.

Actualmente el rendimiento escolar también lo relacionan con la jornada de trabajo de los alumnos de todas las edades (Carrillo, 2013). El rendimiento escolar entendido a partir de sus procesos de evaluación es el nivel de conocimiento demostrado en un área o materia comparado con la norma de edad y nivel académico. Por el contrario, los efectos de una evaluación que no alcanza la acreditación de la unidad de aprendizaje, producen estados mentales que van, primero de un “no sé”, que después se convierte en un “no puedo”, posteriormente en un “no sirvo” hasta un no nací para estudiar.

El rendimiento escolar no es neutro, ya que produce efectos tanto positivos como negativos en los alumnos. Cuando los estudiantes alcanzan evaluaciones que los acredita en sus unidades de aprendizaje, se genera en ellos estados de autoconfianza y motivación que impactan en su comportamiento, así como en su autoestima.

Desde lo señalado se aprecia que el conocimiento que se tenga de los estilos atribucionales permitiría comprender la motivación de los estudiantes cuando se enfrentan a un ambiente de aprendizaje, cuáles son las causas a las que asocian sus logros académicos, desde donde se podría inferir cuáles podrían ser las repercusiones futuras sobre sus expectativas y probables respuestas de tipo afectivas y conductuales (Amata, M., Di Blasi, F., Cantagallo,C., Costanzo, A., Finocchiaro, M.,Zuccarello, R., Di Nuovo, S., &Buono, S., 2017).

Además, estas estrategias permiten la supervisión del avance en el proceso de aprendizaje del estudiante y la evaluación constante de las acciones que utilizan para enfrentar sus retos académicos; esto implica un proceso de ensayo y error, que busca dar soluciones a las tareas (Castrillón, E., Morillo, S., & Restrepo, L, 2020). Gran parte de las dificultades que presentan los adolescentes respecto del rendimiento académico está relacionado con la autopercepción que estos tengan sobre sí mismos, lo cual se ve potenciado por las particularidades propias de la adolescencia

CONCLUSIONES

Después de realizar un análisis comparativo de diversas definiciones de la Comunicación Educativa y el rendimiento académico, se puede concluir que hay un doble punto de vista, estático y dinámico, que encierran al sujeto de la educación como ser social. Se considera que, en el rendimiento académico, concluyen varios elementos que lo caracterizan. Estático porque alcanza al producto del aprendizaje generado por el alumno y expresa una conducta de aprovechamiento, evidenciado en notas.

 La actividad docente-educativa constituye un indiscutible acto comunicativo, por tal razón se deben respetar las leyes que la misma precisa, en tal sentido cada sujeto que participa debe estar consciente del papel que juega en el mismo una vez como emisor, otras como receptor pero siempre en un proceso de retroalimentación en la que alumnos y docentes se alternen las funciones, sin desestimar los criterios de los otros y sin obviar el encargo de orientador que el tutor debe cumplir , pero no siempre ha sido asumida desde este punto de vista.

La tutoría en la educación en el trabajo está dirigida al desarrollo profesional como proceso de educación permanente, dirigido a la mejora profesional a través de la colaboración. De tal manera se deben preparar a los docentes y tutores incluyendo en su superación programas de Comunicación Educativa que centren la atención no sólo en el desarrollo de conocimientos y habilidades para la comunicación, sino en el desarrollo de la autovaloración del profesor en el desempeño comunicativo, facilitándoles opciones para el diseño de estrategias que potencien la misma.

 

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