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No obstante, en muchas instituciones educativas persiste la falta de estrategias didácticas y recursos
adaptados que permitan abordar eficazmente las necesidades específicas de este grupo, lo que limita su
desarrollo académico y personal. La falta de atención adecuada a los estudiantes con dislexia está
vinculada a diversas causas interrelacionadas. Una de las más relevantes es la escasa formación del
profesorado en estrategias inclusivas para detectar e intervenir oportunamente en casos de dislexia, lo
que dificulta una respuesta pedagógica pertinente (Pezo et al., 2023). A esto se suma la limitada
disponibilidad de herramientas tecnológicas adaptadas que promuevan un aprendizaje activo y
significativo (Moreira et al., 2023), así como el uso predominante de metodologías tradicionales que no
contemplan la diversidad de estilos y ritmos de aprendizaje (Santana & Cedeño, 2022).
Como consecuencia de estas limitaciones, los estudiantes con dislexia suelen presentar un bajo
rendimiento en tareas de lectura y escritura, lo cual incide en su progreso escolar (Pérez, 2023). Esta
situación también genera efectos emocionales negativos, como la desmotivación y el sentimiento de
frustración, al no sentirse comprendidos ni acompañados en su proceso educativo (González et al.,
2021). Además, la falta de inclusión puede derivar en aislamiento social y deterioro de la autoestima,
profundizando las brechas en su desarrollo integral (Pichardo et al., 2023).
En respuesta a esta problemática, la literatura sugiere la incorporación de metodologías activas e
inclusivas que integren recursos tecnológicos como Kahoot, una herramienta digital basada en la
gamificación. Su implementación permite generar ambientes de aprendizaje dinámicos, motivadores y
accesibles para todos los estudiantes, incluidos aquellos con dislexia. Al integrar elementos visuales,
auditivos e interactivos, esta plataforma facilita la asociación fonema-grafema, refuerza la conciencia
fonológica y promueve la participación activa, al tiempo que reduce la ansiedad ante el error. Así, se
convierte en una estrategia pedagógica efectiva para fomentar la inclusión y mejorar las habilidades de
escritura en contextos escolares diversos.
Finalmente, el enfoque propuesto se alinea con los principios de la educación inclusiva, que promueven
el acceso equitativo al aprendizaje y la valoración de la diversidad dentro del aula. Fortalecer la
formación docente, adaptar las metodologías y utilizar herramientas tecnológicas adecuadas son
acciones fundamentales para garantizar una educación que no solo enseñe, sino que también comprenda,
acompañe y empodere a todos los estudiantes, sin importar sus dificultades de aprendizaje.