PERICARDITIS AGUDA EN PACIENTE
JOVEN SIMULANDO INFARTO AGUDO DE
MIOCARDIO: UN RETO DIAGNÓSTICO
ACUTE PERICARDITIS IN A YOUNG PATIENT
SIMULATING ACUTE MYOCARDIAL INFARCTION:
A DIAGNOSTIC CHALLENGE
Paloma Yesenia Carrillo Cortés
Instituto Mexicano del Seguro Social, México
Erick Alfonso García Fajardo
Instituto Mexicano del Seguro Social, México
Aldrin Uriel Hernández Zamorano
Instituto Mexicano del Seguro Social, México
Cruz Angélica Moreno Leaño
Instituto Mexicano del Seguro Social, México
Eder Fernando Ríos Bracamontes
Instituto Mexicano del Seguro Social, México
pág. 11150
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i3.18880
Pericarditis Aguda en Paciente Joven Simulando Infarto Agudo de
Miocardio: Un Reto Diagnóstico
Paloma Yesenia Carrillo Cortés1
paloma.carrillo@outlook.es
https://orcid.org/0009-0001-8431-1724
Instituto Mexicano del Seguro Social,
Hospital General de Zona No, 1
Villa de Álvarez
México
Erick Alfonso García Fajardo
erickagaf94@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-9820-3161
Instituto Mexicano del Seguro Social,
Hospital General de Zona No, 1
Villa de Álvarez
México
Aldrin Uriel Hernández Zamorano
aldrinzamorano27@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-3184-7763
Instituto Mexicano del Seguro Social,
Hospital General de Zona No, 1
Villa de Álvarez
México
Cruz Angélica Moreno Leaño
dra.angelicaleano@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-3086-4149
Instituto Mexicano del Seguro Social,
Hospital General de Zona No, 1
Villa de Álvarez
México
Eder Fernando Ríos Bracamontes
dr.rios@live.com
https://orcid.org/0000-0002-4660-7372
Instituto Mexicano del Seguro Social,
Hospital General de Zona No, 1
Villa de Álvarez
México
RESUMEN
El pericardio es una membrana que envuelve al corazón y produce líquido lubricante. Las enfermedades
pericárdicas pueden ser aisladas o parte de una condición sistémica. La pericarditis aguda es una
inflamación del pericardio y se diagnostica con datos clínicos, cambios en el electrocardiograma y
presencia de derrame pericárdico. Puede clasificarse como incesante, recurrente o crónica según su
duración. Es fundamental diferenciarla de un síndrome coronario agudo, ya que el tratamiento y
pronóstico varían. El dolor pericárdico suele diferenciarse del isquémico por sus características clínicas.
Las causas incluyen infecciones, neoplasias y enfermedades autoinmunes. El tratamiento habitual
combina antiinflamatorios y colchicina, y en ciertos casos, ácido acetilsalicílico. El uso de esteroides
puede aumentar el riesgo de recurrencia. En estudios clínicos, los pacientes mayores mostraron más
complicaciones, mientras que los jóvenes, aunque con menos gravedad, presentaron más recurrencias.
El caso clínico describe a un joven con dolor torácico y elevación del ST, inicialmente tratado como
infarto, pero que finalmente fue diagnosticado con pericarditis y respondió bien al tratamiento
antiinflamatorio. El reconocimiento temprano es clave para evitar errores diagnósticos y ofrecer el
tratamiento adecuado.
Palabras clave: pericardio, pericarditis, antiinflamatorios, dolor torácico, síndrome coronario
1
Autor principal
Correspondencia: paloma.carrillo@outlook.es
pág. 11151
Acute Pericarditis in a Young Patient Simulating Acute Myocardial
Infarction: A Diagnostic Challenge
ABSTRACT
The pericardium is a membrane that surrounds the heart and produces lubricating fluid. Pericardial
diseases can be isolated or part of a systemic condition. Acute pericarditis is an inflammation of the
pericardium and is diagnosed with clinical data, changes in the electrocardiogram and the presence of
pericardial effusion. It can be classified as incessant, recurrent, or chronic depending on its duration. .
It is essential to differentiate it from an acute coronary syndrome, since treatment and prognosis vary.
Pericardial pain is usually differentiated from ischemic pain by its clinical characteristics. Causes
include infections, neoplasms, and autoimmune diseases. The usual treatment combines anti-
inflammatories and colchicine, and in certain cases, acetylsalicylic acid. Steroid use may increase the
risk of recurrence. In clinical studies, older patients showed more complications, while younger
patients, although less severe, had more recurrences. The case report describes a young man with chest
pain and ST elevation, initially treated as an infarction, but eventually diagnosed with pericarditis who
responded well to anti-inflammatory treatment. Early recognition is key to avoid misdiagnosis and to
provide appropriate treatment.
Keywords: pericardium, pericarditis, antiinflamatory, chest pain, coronary sindrome
Artículo recibido 09 junio 2025
Aceptado para publicación: 15 julio 2025
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INTRODUCCIÓN
El pericardio es un saco que contiene el corazón, proviene del griego περι «alrededor», y καρδια,
«corazón» (Adler, 2015). Está formado por dos capas, una visceral que recubre al corazón y otra parietal
que recubre el exterior, este saco produce 50 ml de líquido diariamente con la función de lubricar el
movimiento del corazón (Ismail, 2020).
Las enfermedades del pericardio pueden presentarte como manifestación de una enfermedad sistémica
o como una enfermedad aislada, ya sea por causas infecciosas, autoinmunes, neoplásicas, iatrogénicas,
traumáticas y/o metabólicas (Adler, 2015).
La pericarditis aguda se define como un síndrome inflamatorio del pericardio, el diagnóstico es clínico
y se realiza al cumplir 2 de los siguientes criterios: 1) dolor torácico, 2) fricción pericárdica, 3) cambios
electrocardiográficos (elevación del ST o depresión del PR) y 4) derrame pericárdico (Adler, 2015).
De acuerdo a la temporalidad se clasifica como incesante, que se refiere a la pericarditis con duración
de más de 4-6 semanas pero menos de 3 meses, recurrente como un caso de pericarditis después de un
primer episodio documentado y con un intervalo asintomático de 4-6 semanas o más, y por último
crónica la cual se define como un cuadro de pericarditis con duración mayor a 3 meses (Adler, 2015).
En cuanto a los cambios electrocardiográficos la elevación del segmento ST ha sido asociado como un
signo típico de pericarditis aguda, esto nos indica inflamación pericárdica ya que el pericardio parietal
es eléctricamente inerte. Es por esto la importancia del diagnóstico correcto ya que los principales
diagnósticos diferenciales incluyen síndromes coronarios agudos con elevación del ST y repolarización
precoz (Adler, 2015). En pacientes con persistencia de síntomas o con alta sospecha de síndrome
coronario crónico se deben realizar electrocardiogramas seriados para buscar cambios en el segmento
ST o en la onda T como evolución de isquemia miocárdica. (Ng, 2024).
En una cohorte retrospectiva donde se incluyeron 471 pacientes de 33 a 73 años de edad, con un primer
episodio de pericarditis aguda, y se dividieron en 4 grupos de acuerdo con la edad para observar las
características relacionadas, el tratamiento y los resultados de la pericarditis aguda. Los pacientes de
menor edad presentaron con mayor frecuencia dolor torácico y roce pericárdico, mientras que los
pacientes de mayor edad presentaron disnea y derrame pericárdico y pleural (Collini, 2024). Del total
de los pacientes con dolor torácico agudo, el 5% corresponde a pericarditis aguda. (Ismail, 2020).
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Las características del dolor torácico son clave para discernir si el dolor es isquémico, así como los
síntomas acompañantes, la edad del paciente y los factores de riesgo cardiovasculares. El dolor torácico
isquémico se caracteriza por ubicarse en región subesternal, carácter opresivo, con irradiación a brazo
izquierdo, cuello o mandíbula, que se exacerba con el esfuerzo y se atenúa con el reposo. Es importante
hacer el diagnóstico diferencial con el síndrome coronario agudo ya que el tratamiento en algunas
ocasiones requiere de intervención coronaria temprana y el retraso en la misma puede afectar en el
pronóstico del paciente (Ng, 2024).
Algunos otros hallazgos dependerán de la etiología de la enfermedad como leucocitosis, reactantes de
fase aguda elevados o datos de inflamación por imagen (Adler, 2015). Bioquímicamente la elevación
de enzimas cardiacas tampoco es criterio diagnóstico, ya que las troponinas séricas pueden encontrarse
elevadas en cualquier lesión/necrosis del miocardio, ya sea aguda o crónica (Ng, 2024).
Dentro de las etiologías, la pericarditis neoplásica representa hasta el 7% del total de los casos de
pericarditis aguda y está asociada mayormente con adenocarcinomas, linfomas y leucemias, pero
también puede presentarse como parte del síndrome paraneoplásico, usualmente en pacientes jóvenes
sobre todo en los que presentan pericarditis refractaria y pérdida de peso o datos clínicos de enfermedad
sistémica. La diseminación de células cancerígenas se da a través de vía hematógena, linfática o por
contigüidad y suele asociarse a un aumento de la mortalidad (Salarda, 2021).
Los factores de riesgo asociados a mal pronóstico incluyen: fiebre >38°C, evolución subaguda, derrame
pericárdico >20 mm, taponamiento cardiaco y ausencia de respuesta clínica tras 7 días a tratamiento
con antiinflamatorios no esteroideos (Adler, 2015).
El tratamiento dependerá del diagnóstico, si se identifica la etiología se da tratamiento dirigido, de
manera general puede tratarse con antiinflamatorio no esteroideo y un inhibidor de la bomba de
protones, si el paciente presenta factores de riesgo significativos o antecedente de enfermedad coronaria
se prefiere el ácido acetilsalicílico sobre otros fármacos como el ibuprofeno, la duración del tratamiento
dependerá de la evolución clínica y bioquímica, monitorizando con marcadores inflamatorios. La
pericarditis puede reaparecer hasta en un 30% de los pacientes en los próximos 18 meses, por lo que en
ocasiones como tratamiento adyuvante se utiliza la colchicina por un periodo de 3 meses para reducir
el riesgo a menos de la mitad de pericarditis recurrente o incesante. (Ismail, 2020).
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En una cohorte realizada por el Colegio Japonés de Cardiología donde se incluyeron 199 pacientes de
edades entre 18 y 86 años, se encontró que 26.6% de los participantes presentaron mínimo una
recurrencia de pericarditis, dentro de estos la tasa de recurrencia fue significativamente mayor en los
pacientes que fueron tratados con prednisona y colchicina a diferencia de los que fueron tratados con
antiinflamatorios no esteroideos o ácido acetilsalicílico y colchicina, de igual forma la estancia
hospitalaria fue menos prolongada en los que no recibieron tratamiento esteroideo únicamente, el
hallazgo principal fue que la prednisona atenúa el efecto de la colchicina lo cual disminuye su acción
benéfica. (Mager, 2017)
En cuanto a pronóstico en la cohorte anteriormente mencionada se observó que los pacientes de mayor
edad requirieron hospitalización y se complicaron con fibrilación auricular de nueva aparición y
taponamiento cardiaco, a diferencia de los pacientes jóvenes los cuales requirieron menor frecuencia de
hospitalización y menor cantidad de complicaciones graves, sin embargo, presentaron mayor
recurrencia (Collini, 2024).
El objetivo es hacer énfasis en el reconocimiento temprano y oportuno de la pericarditis, así como
descartar el síndrome coronario agudo para brindar el tratamiento adecuado y oportuno.
CASO CLÍNICO
Masculino de 19 años de edad, sin antecedentes patológicos conocidos, toxicomanías negadas, esquema
de vacunación incompleto, sin cuadros infecciosos recientes. Inició su padecimiento con dolor
precordial de inicio súbito al estar en reposo, de carácter opresivo, sin irradiación, intensidad elevada
9/10 mediante escala visual análoga del dolor, sin exacerbantes ni atenuantes con duración de 3 horas,
acompañado de náuseas y escalofríos. A su ingreso a Urgencias se tomó electrocardiograma en el cual
se observó con elevación de segmento ST en la cara inferior (Figura 1), se realizó trombólisis con
tenecteplasa 35 mg y se llevó a angiografía coronaria diagnóstica donde se reportaron arterias
epicárdicas sin lesiones.
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Figura 1. Electrocardiograma inicial, 3 horas posteriores a inicio de síntomas.
En la exploración física se encontró con precordio rítmico, sin soplos o ruidos agregados, sin frote
pericárdico, resto sin alteraciones.
A su ingreso a Medicina Interna se realizó electrocardiograma que evidenció elevación del segmento
ST en la cara inferior (Figura 2), además de ecocardiograma transtorácico el cual se reportó sin
alteraciones de la movilidad, FEVI conservada, sin alteraciones anatómicas, volumen sistólico normal,
presión capilar pulmonar de 5 mmHg y pericardio hiperrefringente (Figura 3 y Figura 4).
Figura 2. Electrocardiograma 72 horas posteriores a inicio de síntomas.
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Figura 3. Ecocardiograma transtorácico.
Figura 4. Ecocardiograma transtorácico.
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En estudios de laboratorio se encontró únicamente elevación de enzimas cardiacas, dentro del abordaje
se solicitaron serologías para VIH, VHC, y VHB, ANA, anti-dsDNA, anticoagulante lúpico,
anticardiolipina, anti glicoproteína beta 2, perfil de lípidos, todos con resultado negativo. Se indicó
tratamiento con antiinflamatorios a base de ácido acetilsalicílico presentando evolución favorable sin
recurrencia de sintomatología y con electrocardiograma normal a las 4 semanas (Figura 5).
Figura 5. Electrocardiograma 4 semanas posteriores a inicio de síntomas.
CONCLUSIONES
La pericarditis es una entidad nosológica de escasa frecuencia por lo que es poco sospechada aún más
en pacientes jóvenes y sin factores de riesgo cardiovascular, sin embargo, el diagnóstico diferencial con
el síndrome coronario agudo es de suma importancia ya que el tratamiento y pronóstico son totalmente
diferentes. El tratamiento adecuado y oportuno se logra mediante una adecuado interrogatorio y
exploración física, por ello su importancia de conocer esta patología y sus diagnósticos diferenciales.
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https://doi.org/10.1016/j.jjcc.2017.10.005