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Para determinar la temperatura óptima para la evaporación, definida como aquella en la que la mayor
cantidad de fluido se evapora en el menor tiempo, se deben llevar a cabo pruebas a diferentes
temperaturas. Estas temperaturas se ajustaron desde el tablero de control, comenzando desde los 300
hasta los 550°C. Los resultados indicaron que, en el rango de 500 a 550°C, se logra la mayor
evaporación a una mayor velocidad.
Para determinar la mejor opción en la operación, es decir, el modo y tiempo que evaporará la mayor
cantidad de agua, se establecen dos modos de operación: flujo continuo y por lotes (batch). En el modo
de flujo continuo, se observó que, con el paso del tiempo, la temperatura desciende rápidamente, esto
se debía a que la cantidad de agua en contacto con la superficie caliente actúa como un efecto
refrigerante, enfriando la superficie y no permitiendo el tiempo suficiente para evaporar la siguiente
gota, sin embargo, se encontró que, en el momento inicial de entrada del agua, la gota entraba en
contacto con la superficie caliente y se evaporaba de forma inmediata. Por ello, se decidió continuar las
pruebas en el modo de operación por lotes (batch), obteniendo buenos resultados y optimizando la
evaporación.
En cuanto a la variable de presión, se determinó que la bomba hidráulica de 1 HP proporcionaba una
presión de 49 psi. En los escenarios en los que se cambiaba la tubería de conducción por una de menor
diámetro (1⁄2” o 3⁄4”), se evidencia un aumento de presión a 51 psi, el cual no es lo suficientemente
significativo como para mejorar el caudal de alimentación al conversor. Por lo tanto, se debe continuar
trabajando en el rango de 49 a 51 psi. Este hallazgo confirma la necesidad de cambiar la bomba por una
que proporcione mayor presión, aproximadamente 80 psi, ya que también, cada accesorio instalado en
la tubería de conducción genera pérdidas que, al sumarse, reducen significativamente la presión de
salida del fluido.
La generación de energía a partir de un sistema eólico requiere velocidades superiores a 3m/s, siendo
óptima cuando la velocidad del aire supera los 15m/s. Asumiendo que el vapor que se produce se
comporte como aire, todas las pruebas deben estar encaminadas para alcanzar velocidades superiores a
10m/s.
En cuanto a la temperatura, como se describió anteriormente, entre mayor temperatura hay una
evaporación más rápida y, por consiguiente, una rápida generación de vapor.