ADMINISTRACIÓN RELACIONAL: REVISIÓN
TEÓRICA DE LA GESTIÓN ORGANIZACIONAL
BASADA EN VÍNCULOS HUMANOS Y SOCIALES
RELATIONAL MANAGEMENT: A THEORETICAL REVIEW
OF ORGANIZATIONAL MANAGEMENT BASED ON HUMAN
AND SOCIAL LINKS
Estuardo Muñoz Aguilar
Investigador Independiente
pág. 3683
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i4.19020
Administración Relacional: Revisión Teórica de la Gestión Organizacional
Basada en Vínculos Humanos y Sociales
Estuardo Muñoz Aguilar
1
Estuardo02@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-9053-8175
Investigador Independiente
RESUMEN
Este artículo presenta una revisión teórica crítica sobre la administración relacional en las
organizaciones, con el objetivo de comprender cómo la gestión basada en vínculos humanos y sociales
incide en el funcionamiento organizacional. A partir del análisis de literatura académica reciente
publicada entre 2019 y 2024 en bases indexadas se examinan los principales componentes de este
enfoque: formas de liderazgo, entornos de confianza, culturas de colaboración y el tratamiento
constructivo de los conflictos. La revisión sigue una estrategia narrativa, con énfasis en la diversidad
de contextos, enfoques metodológicos y relevancia conceptual. Se identifican puntos de convergencia
entre autores de distintas regiones que refuerzan la tesis de que las relaciones interpersonales son el
verdadero soporte de los procesos organizativos. El trabajo plantea que la administración relacional no
constituye una tendencia pasajera ni un discurso retórico, sino una transformación estructural que exige
comprender a las organizaciones como redes simbólicas, dinámicas y emocionalmente significativas.
Esta perspectiva invita a reorientar las prácticas gerenciales hacia esquemas más humanos, éticos y
sostenibles, especialmente en contextos latinoamericanos marcados por la complejidad institucional y
la diversidad cultural. El artículo concluye con recomendaciones prácticas para líderes que deseen
gestionar desde una lógica relacional y no instrumental.
Palabras clave: administración relacional, liderazgo, confianza organizacional, cultura colaborativa,
relaciones humanas
1
Autor principal
Correspondencia: Estuardo02@hotmail.com
pág. 3684
Relational Management: A Theoretical Review of Organizational
Management Based on Human and Social Links
ABSTRACT
This article presents a critical theoretical review of relational management in organizations, aiming to
understand how management based on human and social ties impacts organizational functioning. Based
on an analysis of recent academic literaturepublished between 2019 and 2024 in indexed databases
the main components of this approach are examined: forms of leadership, environments of trust, cultures
of collaboration, and the constructive treatment of conflicts. The review follows a narrative strategy,
emphasizing the diversity of contexts, methodological approaches, and conceptual relevance. Points of
convergence are identified among authors from different regions that reinforce the thesis that
interpersonal relationships are the true foundation of organizational processes. The paper argues that
relational management is not a passing trend or rhetorical discourse, but a structural transformation that
requires understanding organizations as symbolic, dynamic, and emotionally significant networks. This
perspective invites us to reorient management practices toward more humane, ethical, and sustainable
approaches, especially in Latin American contexts marked by institutional complexity and cultural
diversity. The article concludes with practical recommendations for leaders who wish to manage from
a relational, rather than instrumental, perspective.
Keywords: relational management, leadership, organizational trust, collaborative culture, human
relations
Artículo recibido 21 julio 2025
Aceptado para publicación: 25 agosto 2025
pág. 3685
INTRODUCCIÓN
Administrar una empresa, hoy va mucho más allá de coordinar recursos, procesos o metas financieras;
implica, sobre todo, comprender cómo se tejen las relaciones entre las personas que la componen. En
tiempos marcados por la incertidumbre, la complejidad y la necesidad de innovación constante, las
organizaciones enfrentan un desafío profundo: aprender a sostener relaciones humanas que no solo
faciliten el trabajo, sino que generen sentido y pertenencia.
No se trata simplemente de mejorar el clima laboral; se trata de reconocer que los vínculos entre las
personas constituyen el núcleo desde el cual se construyen, o se debilitan, los procesos, la estrategia y
la cultura misma de una organización; porque, en un entorno donde la agilidad, la innovación y el
compromiso son factores clave, la calidad del vínculo entre los miembros de la organización puede
marcar la diferencia entre la resiliencia y la parálisis, entre la cooperación genuina y la simple
obediencia formal.
Este artículo parte de una premisa fundamental: toda organización es, en esencia, una red viva de
relaciones humanas, y si aceptamos esta idea, gestionar no puede seguir reduciéndose a técnicas
impersonales ni a dispositivos de control mecánico. Se requiere una mirada más profunda, capaz de
integrar dimensiones relacionales que sostienen la colaboración, como la confianza, la empatía, la
reciprocidad o el cuidado, no como complementos, sino como ejes que sostienen el quehacer
organizacional.
Últimamente, diversos estudios están iluminando esta perspectiva; por ejemplo, Carmeli et al. (2020)
destacan que una cultura organizacional basada en relaciones de alta calidad promueve el aprendizaje
colectivo, la creatividad y el bienestar, factores que favorecen entornos creativos y resilientes; por otro
lado, autores como Hernández et al. (2021) argumentan que las prácticas de liderazgo relacional,
aquellas que cuidan activamente los vínculos, resultan clave para sostener el compromiso en entornos
cambiantes; paralelamente, Bick et al. (2022) muestran cómo el capital relacional interno se convierte
en un activo estratégico, sobre todo, en organizaciones orientadas a la innovación o que atraviesan
procesos de transformación digital.
En el contexto latinoamericano, el enfoque relacional adquiere una significación particular; las culturas
organizacionales en esta región, suelen estar atravesadas por vínculos personales intensos, estructuras
pág. 3686
jerárquicas flexibles e interacciones informales que desafían los modelos impersonales de gestión. En
este sentido, administrar desde la relación no es simplemente una adaptación de teorías extranjeras, sino
una forma de reconocer las lógicas sociales propias del tejido latinoamericano: la cercanía, la
reciprocidad, la lealtad interpersonal y el respeto por la figura del otro. Incorporar este enfoque, por
tanto, no solo permite una mayor eficacia operativa, sino también una gestión más ética, culturalmente
situada y coherente con las dinámicas sociales de la región (Zapata & Medina, 2019; Carvalho & Alves,
2020; Rosete & Cañibano, 2021).
El presente trabajo se propone analizar críticamente los principales enfoques teóricos recientes que
permiten comprender el significado y la forma cómo se aplica la administración relacional en el ámbito
empresarial. Nos guía una pregunta de fondo: ¿qué implica gestionar una organización cuando se
reconoce que su verdadero motor son las relaciones entre quienes la integran? La revisión se estructura
en torno a cuatro ejes que emergen de la literatura reciente: ejes analíticos centrales: autoridad
relacional, cohesión interna, prácticas colaborativas y abordaje del conflicto desde allí, se sugiere una
reflexión crítica sobre las contradicciones prácticas y éticas de administrar desde un vínculo afectuoso,
buscando construir una gestión más humana, consciente y eficaz.
Hablar de administración relacional es poner en el centro de la discusión un elemento frecuentemente
relegado: la calidad de los vínculos humanos como base para el funcionamiento institucional; porque
la gestión relacional en las organizaciones empresariales no es una moda, sino una necesidad estratégica
en un mundo donde la colaboración, la adaptabilidad y la cohesión interna se han vuelto activos
diferenciales.
Esta perspectiva no pretende ser un sustituto de las herramientas técnicas ni una negación de la
planificación estratégica; más bien, propone un giro conceptual que sitúa a las relaciones humanas como
condición de posibilidad de toda práctica organizacional efectiva.
Raíces conceptuales de la administración relacional
Aunque el término “administración relacional” ha ganado popularidad en años recientes, sus raíces se
extienden hacia enfoques anteriores que ya advertían la importancia de lo humano en los procesos
organizacionales. Pensadores como Mary Parker Follett y Chester Barnard, en las primeras décadas del
siglo XX, ya advertían que las organizaciones no funcionan únicamente con estructuras y mandatos,
pág. 3687
sino con voluntades que se entrelazan (Follett, 1995; Barnard, 1938). Más adelante, enfoques como la
teoría de sistemas abiertos y el constructivismo organizacional sostuvieron que las relaciones, los
significados compartidos y las dinámicas comunicativas son tan esenciales como los recursos físicos
(Katz & Kahn, 1978). Como plantea Weick (1995), las organizaciones no se entienden solo por sus
estructuras, sino por los significados que las personas construyen colectivamente para dar sentido a su
entorno.
La administración relacional, se puede leer, así como una evolución integradora que reúne aprendizajes
del management clásico, pero los resignifica desde una perspectiva más sensible a lo simbólico, lo
emocional y lo intersubjetivo; en este sentido, se distancia tanto del mecanicismo del enfoque
funcionalista, como de ciertas posturas motivacionales que reducen el comportamiento organizacional
a una cuestión de estímulos y recompensas.
Lo relacional, entonces, no se limita a “mejorar” la convivencia, sino que redefine el mismo sentido de
lo que significa administrar: ya no como control técnico de variables, sino como el arte de sostener
vínculos productivos en contextos cambiantes, desafiantes y profundamente humanos.
A partir de este enfoque, se abordan cuatro dimensiones teóricas que, en su conjunto, permiten
comprender lo que significa administrar con, y desde, las relaciones humanas.
Liderazgo relacional: más allá de dirigir, significa vincular
El liderazgo, entendido desde esta perspectiva, deja de ser un rol individual de mando para convertirse
en una práctica que emerge de la interacción, pues se aleja de los modelos jerárquicos tradicionales y
apuesta por formas de influencia basadas en la construcción de vínculos genuinos, ya que, en lugar de
ejercer influencia desde la jerarquía, se construye a través del reconocimiento mutuo, la empatía y la
capacidad de generar entornos psicológicamente seguros al generar entornos donde las personas se
sientan vistas, escuchadas y valoradas.
Al respecto, Rosete y Cañibano (2021), opinan que este tipo de liderazgo permite crear "microclimas"
de confianza que no solo motivan, sino que habilitan procesos de renovación profunda al fortalecer el
compromiso, la creatividad y la disposición al cambio; en ese sentido, Uhl-Bien (2023) plantea que el
liderazgo relacional no puede ser entendido como un estilo individual, sino como una dinámica
emergente en la interacción que, no se limita a comunicar bien, sino que implica sostener
pág. 3688
conversaciones honestas, cultivar la presencia auténtica y tolerar la incertidumbre que conlleva el
encuentro entre colaboradores.
Desde este punto de vista, liderar es activar relaciones de calidad, promover conversaciones honestas y
sostener la vulnerabilidad como parte del aprendizaje colectivo; puesto que es una práctica cotidiana
que requiere presencia, escucha activa y coraje para cultivar la conexión humana como fuente de
desempeño organizacional, que no teme mostrar vulnerabilidad y que entiende que los resultados
sostenibles sólo emergen de procesos genuinamente colaborativos.
Confianza organizacional: el tejido invisible de la gestión
La confianza es uno de los recursos más valiosos, y frágiles, dentro de cualquier organización, que no
se impone desde la dirección ni se diseña en un manual, sino que se construye cotidianamente al
relacionar lo que se dice con lo que se hace, lo que se promete con lo que se cumple; así como, al aplicar
una excelente calidad de la escucha y del respeto mutuo. En entornos empresariales complejos,
marcados por la velocidad y la volatilidad, donde las decisiones se toman con rapidez y muchas veces
en condiciones de incertidumbre, la confianza actúa como un estabilizador invisible que permite operar
sin recurrir al control excesivo.
Según la investigación de Costa y Fonseca (2020), la confianza organizacional reduce fricciones
internas, agiliza la coordinación y estimula la innovación, con lo cual se reducen costos de transacción,
se agilizan procesos y se fomenta la innovación, pues las personas se sienten seguras para asumir
riesgos, pedir ayuda o expresar desacuerdos sin temor a represalias; igualmente, Ramos-Villagrasa et
al. (2022) argumentan que, allí donde se cultiva un entorno confiable, los equipos desarrollan mayor
resiliencia, sentido de pertenencia y apertura al aprendizaje.
La administración relacional, entonces, no puede prescindir de estrategias que fomenten activamente
esta cualidad, ya que, en la práctica, se demuestra que la confianza tiene un efecto multiplicador cuando
se instala en los equipos, porque mejora el clima laboral, la motivación y la eficiencia colectiva.
Cultura colaborativa: más que normas compartidas, son relaciones que generan identidad
organizacional
La cultura organizacional no es sólo el conjunto de valores y prácticas visibles que surge
espontáneamente; es, principalmente, el entramado de relaciones que definen cómo se trabaja, cómo se
pág. 3689
decide y cómo se convive dentro de una institución; y, es el resultado de prácticas, símbolos y normas
que refuerzan valores como la reciprocidad, la solidaridad y el respeto mutuo. Una cultura colaborativa
no se decreta: se construye a través de liderazgos coherentes, rutinas que premian la cooperación y
estructuras que permiten el intercambio horizontal; por lo tanto, la administración relacional exige
pensar en la empresa como una estructura y como un ecosistema de significados compartidos.
Según Márquez y Rojas (2021), en contextos donde la colaboración se convierte en norma tácita, se
amplía la capacidad adaptativa de la organización; al respecto, las culturas colaborativas requieren
líderes que modelen comportamientos cooperativos, así como sistemas de reconocimiento que premien
el trabajo en red y el logro colectivo, más al del rendimiento individual. Además, autores como
Guenaga et al. (2020), a su vez, resaltan que esta cultura es especialmente valiosa en entornos
tecnológicos o innovadores, donde la diversidad de perspectivas requiere canales relacionales sólidos
para traducirse en valor colectivo y expresan que las empresas que integran principios colaborativos en
su ADN son más capaces de adaptarse al cambio, atraer talento diverso y sostener el aprendizaje
organizacional.
Gestión del conflicto: transformar las tensiones en aprendizaje relacional
El conflicto, lejos de ser un problema a erradicar, es una expresión inevitable y potencialmente valiosa
de la vida organizacional, ya que toda relación significativa implica, tarde o temprano, la aparición de
tensiones y la administración relacional no busca evitar los desacuerdos, sino crear las condiciones para
que puedan ser tramitados de forma madura, respetuosa y constructiva; así pues, en lugar de evitar el
conflicto, una administración relacional lo aborda como una oportunidad para profundizar el
entendimiento mutuo y fortalecer el tejido organizacional, esto exige marcos de diálogo estructurados,
espacios seguros y habilidades conversacionales desarrolladas.
En su reciente estudio, Duarte & Ochoa (2023) identifican que los equipos con prácticas conscientes de
resolución de conflictos no solo presentan mayor estabilidad emocional, sino que también aprenden
más rápido y se adaptan mejor a los desafíos externos, por lo que los equipos que cuentan con prácticas
efectivas de resolución de conflictos muestran mayor resiliencia ante crisis y menor rotación de
personal; desde esta perspectiva, el conflicto se convierte en un dispositivo de aprendizaje relacional:
una oportunidad para revisar supuestos, reparar vínculos y fortalecer acuerdos desde la diferencia.
pág. 3690
La clave, afirman, no es eliminar el desacuerdo, sino canalizarlo con madurez para que se convierta en
insumo de mejora continua; en este enfoque, el conflicto deja de ser un problema a evitar y se convierte
en un catalizador de aprendizaje colectivo.
Matriz de análisis teórico sobre la Administración Relacional
Tabla 1 Matriz de análisis teórico sobre la Administración Relacional
Autor(es)
Enfoque conceptual
principal
Categoría
analizada
Aporte clave
Año
Bar-On & Handley
Inteligencia emocional en el
liderazgo
Relaciones
interpersonales
La emoción fortalece relaciones
y resultados.
2020
Bick, Field &
Greeven
Capital relacional y resiliencia
Capital relacional
Las relaciones internas como
ventaja competitiva.
2022
Brower, H. H.
Confianza y liderazgo en
crisis
Liderazgo
relacional
La confianza es clave en
momentos de incertidumbre.
2022
Carvalho & Alves
Liderazgo relacional y cultura
organizacional
Cultura / liderazgo
Las relaciones sólidas potencian
innovación.
2020
Carmeli, Dutton &
Hardin
Relaciones positivas en el
trabajo
Clima
organizacional
Las relaciones sólidas fomentan
bienestar y creatividad.
2020
Costa & Fonseca
Confianza organizacional
Confianza
organizacional
La confianza reduce fricción y
facilita la coordinación.
2020
Duarte & Ochoa
Gestión constructiva del
conflicto
Manejo del
conflicto
El conflicto puede generar
cohesión y aprendizaje.
2023
Fernández &
Reinoso
Gestión del cambio en
contextos digitales
Transformación
cultural
Lo digital necesita bases
relacionales sólidas.
2021
García & Torres
Liderazgo colaborativo e
innovación
Cultura innovadora
El liderazgo relacional impulsa
la innovación contextual.
2021
González & Vega
Relaciones humanas y
productividad
Cultura
organizacional
Las prácticas colaborativas
elevan la productividad.
2022
González-Romá &
Hernández
Clima colaborativo y
desempeño
Clima
organizacional
Equipos cohesionados muestran
mayor compromiso.
2022
Guenaga et al.
Cultura colaborativa e
innovación
Cultura
organizacional
La colaboración impulsa
innovación estructural.
2020
Hernández,
Sánchez & Díaz
Estilos relacionales en pymes
Liderazgo
relacional
El estilo relacional mejora
cohesión y desempeño.
2021
Kern & Peláez
Resiliencia relacional
Capital humano
relacional
Las redes internas fortalecen la
resiliencia.
2023
Lin & Cheng
Capital social en
organizaciones
Relaciones
laborales
El liderazgo relacional
construye capital social.
2022
Lozano & Simón
Gobernanza relacional
Ética organizacional
La ética organizacional se
fortalece desde las relaciones.
2019
Márquez & Rojas
Cultura digital colaborativa
Cultura
organizacional
La colaboración requiere
estructura y liderazgo
sostenido.
2021
pág. 3691
Autor(es)
Enfoque conceptual
principal
Categoría
analizada
Aporte clave
Año
Morgan, G.
Metáforas organizacionales
relacionales
Cultura /
simbología
La organización como red
simbólica de relaciones.
2020
Navas & Mármol
Sistemas de gestión y
colaboración
Diseño
organizacional
Sistemas mal diseñados inhiben
relaciones colaborativas.
2020
Olivares & Peña
Cohesión organizacional
Clima relacional
La cohesión debe ser
gestionada como proceso
continuo.
2023
Ramos-Villagrasa
et al.
Confianza y rendimiento
colectivo
Confianza
organizacional
Alta correlación entre confianza
y desempeño grupal.
2022
Rosete &
Cañibano
Microclimas de confianza en
empresas familiares
Liderazgo
relacional
El vínculo directo del líder
genera compromiso
organizacional.
2021
Sánchez & Ibáñez
Confianza virtual y cuidado
simbólico
Confianza / cultura
digital
Se requiere presencia simbólica
en entornos virtuales.
2023
Schein & Schein
Cultura organizacional como
fenómeno relacional
Cultura / liderazgo
La cultura se transmite por
vínculos cotidianos.
2021
Thompson, L.
Negociación basada en
empatía
Gestión relacional
Negociar desde lo humano
fortalece los acuerdos.
2019
Torres & Morales
Supervisión centrada en las
personas
Liderazgo
relacional
Supervisar con base humana
fortalece los vínculos.
2020
Uhl-Bien, M.
Liderazgo relacional
emergente
Liderazgo
relacional
Propone el liderazgo como
proceso interactivo y
distribuido.
2023
Valenzuela & Soto
Colaboración en startups
Cultura
organizacional
La agilidad requiere estructuras
relacionales.
2020
Wheatley, M.
Conversación como acto
relacional
Comunicación /
liderazgo
Restaurar sentido implica
conversar con honestidad y
presencia.
2021
Zapata & Medina
Ética del reconocimiento
Gestión pública
relacional
Ética y administración no deben
disociarse.
2019
Como se observa en la tabla 1, los principales enfoques revisados coinciden en reconocer que la
administración relacional se sustenta en dimensiones como el liderazgo, la confianza organizacional, la
cultura colaborativa y la gestión del conflicto. Esta síntesis teórica permite identificar patrones de
convergencia entre autores de diferentes contextos, así como vacíos y tensiones no siempre resueltas.
En conjunto, la revisión ofrece una base sólida para discutir las implicancias prácticas y los desafíos
que este enfoque plantea para la gestión empresarial contemporánea, especialmente en entornos
complejos como los latinoamericanos.
pág. 3692
METODOLOGÍA
Este artículo se fundamenta en una revisión teórica de tipo narrativa, orientada a examinar de manera
crítica el enfoque relacional en la administración organizacional; para ello, se recopilaron y analizaron
publicaciones académicas recientes (20192024), priorizando aquellas indexadas en bases como
Scopus, RedALyC, SciELO y DOAJ. Los criterios de selección incluyeron la actualidad de las fuentes,
su relevancia conceptual para el campo de la gestión organizacional, la rigurosidad metodológica y la
diversidad geográfica de los autores, con especial atención al contexto latinoamericano. Aunque la
revisión no siguió un protocolo sistemático, se aplicó una lectura reflexiva y comparativa, integrando
tanto aportes clásicos como propuestas contemporáneas. Las ideas extraídas del corpus fueron
organizadas en torno a cuatro categorías clave: liderazgo con enfoque humano, vínculos
organizacionales, estructuras culturales participativas y mecanismos de diálogo. Dichas categorías
orientaron el análisis interpretativo realizado, cuyos principales hallazgos se presentan a continuación.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Administrar en clave relacional ¿es una moda o imperativo estratégico?
Lo que emerge de la revisión no es sólo una tendencia académica, sino una señal clara de hacia dónde
deben orientarse los esfuerzos de gestión en empresas que aspiran a ser sostenibles, ágiles y centradas
en las personas. La administración relacional, lejos de ser un enfoque “blando”, representa una
sofisticación del pensamiento gerencial y una necesidad estructural ante los desafíos actuales; ya que,
implica ver las relaciones humanas no como un componente decorativo o secundario, sino como el
núcleo operativo que da sentido, dinamismo y resiliencia a las organizaciones.
En la práctica, liderar desde lo relacional significa construir confianza sin ingenuidad, sostener la
diferencia sin fragmentación y promover la colaboración sin caer en la homogeneización. Este enfoque
requiere una revisión crítica de algunos supuestos tradicionales del management, como la excesiva
centralidad del control, la primacía del rendimiento individual o la instrumentalización del talento.
Lo relacional, también, invita a pensar en estructuras flexibles, vínculos de cuidado y marcos
conversacionales que sostengan el aprendizaje compartido. Esto no supone negar la importancia de los
resultados, sino reconocer que la calidad de los procesos interpersonales determina, considerablemente,
la calidad de los logros organizacionales (Ramos-Villagrasa et al., 2022).
pág. 3693
Además, un enfoque relacional exige que la administración asuma una ética del vínculo: cultivar
relaciones que no se limiten a intercambios funcionales, sino que generen sentido de pertenencia,
reconocimiento mutuo y corresponsabilidad; esto es especialmente relevante en contextos empresariales
atravesados por la automatización, el trabajo híbrido y la incertidumbre estratégica.
En términos prácticos, la administración relacional exige repensar la manera en que se gestionan
estructuras medianas y organizaciones familiares, donde las relaciones personales tienen un peso mayor
que en corporaciones impersonales. En este tipo de contextos, los vínculos preexistentes, los lazos
afectivos y las lealtades no escritas suelen condicionar el clima organizacional mucho más que los
manuales o los organigramas.
Por tanto, liderar en clave relacional implica no sólo habilidades técnicas, sino también sensibilidad
para leer los gestos, comprender silencios y navegar tensiones interpersonales que no siempre se
expresan formalmente; es aquí donde la figura del líder como facilitador emocional y articulador
simbólico se vuelve fundamental.
Además, en países como los latinoamericanos, donde los vínculos familiares y comunitarios se
entrelazan con lo laboral, la administración relacional tiene una resonancia cultural específica; no se
trata de importar modelos de liderazgo emocional, sino de reconocer que las prácticas organizacionales
están siempre enraizadas en un tejido social que les da sentido. De allí, la necesidad de integrar lo
relacional no sólo como método, sino como ética de gestión.
Para los gerentes y líderes organizacionales, adoptar un enfoque relacional implica, más que promover
el trabajo en equipo o fomentar un buen clima laboral, desarrollar habilidades para escuchar
activamente, gestionar emociones en entornos de tensión, sostener conversaciones difíciles con respeto
y construir entornos donde las personas se sientan reconocidas en su singularidad ; implica, además,
revisar las prácticas habituales de supervisión, incentivos y evaluación, incorporando criterios de
colaboración, confianza mutua y desarrollo humano. El liderazgo relacional no se impone: se construye
desde la coherencia cotidiana entre lo que se dice y lo que se hace; es, en definitiva, un camino que
requiere presencia, sensibilidad y compromiso con lo humano (Uhl-Bien, 2023; Brower, 2022; Bar-On
& Handley, 2020).
pág. 3694
CONCLUSIONES
El enfoque relacional en la administración organizacional cobra especial relevancia cuando se lo analiza
desde cuatro dimensiones críticas: la manera en que los liderazgos relacionales moldean las dinámicas
internas, la confianza como sustento invisible del vínculo organizacional, la cultura como entramado
simbólico que permite la colaboración; y, el conflicto, entendido como oportunidad para regenerar las
relaciones. En conjunto, estas dimensiones configuran una arquitectura simbólica sobre la cual se
sostienen las relaciones humanas en contextos organizativos. El liderazgo relacional implica más que
dirección: demanda presencia emocional, reconocimiento mutuo y diálogo genuino. La confianza
organizacional actúa como vínculo invisible que cohesiona equipos y sostiene la cooperación en
entornos inciertos. La cultura colaborativa, por su parte, refuerza prácticas inclusivas, horizontales y
éticas que promueven el bien común. En ntesis, el análisis evidencia que las prácticas gerenciales
deben orientarse a cultivar liderazgos relacionales, fomentar entornos de confianza, promover culturas
organizativas colaborativas y transformar el conflicto en oportunidad constructiva. Estas condiciones
no son solo deseables, sino imprescindibles para que las organizaciones prosperen en contextos sociales
complejos como los latinoamericanos.
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