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INTRODUCCION
El síndrome antisintetasa se define como la asociación de miopatía inflamatoria idiopática, afección
intersticial pulmonar, manos de mecánico, artritis no erosiva y la presencia de anticuerpos antisintetasa
en suero (1). Esta entidad fue descrita por primera vez en 1991, definida como una entidad clínica de
origen autoinmune que se engloba dentro de las miopatías inflamatorias y se caracteriza por presentar
anticuerpos antisintetasa (ACAS) (2) que son autoanticuerpos IgG que reaccionan contra la enzima
citoplasmática aminoacil tRNA sintetasa, que media la unión del ARN con un determinado aminoácido
para formar el ARN transferente (ARN-t), implicada en la síntesis de proteínas.
El síndrome antisintetasa es una enfermedad rara, infradiagnosticada con una prevalencia reportada en
caucásicos de 8,7 casos por cada 100,000 personas en un estudio noruego (3), mientras que en Estados
Unidos la incidencia se consideró de 1 caso en tres a cuatro millones de personas, con un retraso del
diagnóstico de 2 años (4).
La incidencia mundial reportada fue de 6 a 10 casos por millón de habitantes por año, diagnosticada
por la presencia de anti-ARS y polimiositis/dermatomiositis (PM/DM), de los cuales aproximadamente
entre el 25 a 30% de los pacientes con PM/DM presentaban anti-ARS (3).
Las manifestaciones del síndrome antisintetasa incluyen a la enfermedad pulmonar intersticial difusa
(EPID), artritis, fiebre, lesiones hiperqueratosicas en las manos (manos de mecánico) y fenómeno de
Raynaud (5). La triada clásica se compone de EPI, miositis y artritis está presente hasta en el 90% de
los casos.
Actualmente se han identificado ocho anticuerpos anti-aminoacil ARNt-sintetasa (anti-ARS), Anti-Jo1,
Anti-PL7, anti-PL12, anti-Ej, anti-Oj, anti-KS, anti-ZO, anti-YRS/HA. Dentro de los anticuerpos el
anti-Jo es el más frecuente encontrado en el 60-80%, aunque pueden no ser detectables, sin embargo,
al encontrase los ACAS está relacionado directamente con la incidencia de enfermedad pulmonar
intersticial difusa. El anticuerpo anti-Jo fue identificado por primera vez en 1976, el el suero de un
paciente llamado John P que contaba con diagnóstico de polimiositis y enfermedad pulmonar intersticial
(6).
El diagnostico se realiza mediante los criterios de “Connors y colaboradores” así como los de “Solomon
y colaboradores”.