INFLUENCIA DEL CONTEXTO
SOCIOECONÓMICO EN EL DESARROLLO DE
HABILIDADES SOCIALES EN ADOLESCENTES
TEMPRANOS EN UNA SECUNDARIA RURAL DE
CAMPECHE, MÉXICO
INFLUENCE OF SOCIOECONOMIC CONTEXT ON THE
DEVELOPMENT OF SOCIAL SKILLS IN EARLY ADOLESCENTS IN
A RURAL SECONDARY SCHOOL IN CAMPECHE, MEXICO
Sarahi Edith Romero Ramirez
Universidad Autónoma de Campeche, México
José Enrique Yam Uicab
Universidad Autónoma de Campeche, México
Magnolia del Rosario López Méndez
Universidad Autónoma de Campeche, México

pág. 5039
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i4.19139
Influencia del Contexto Socioeconómico en el Desarrollo de Habilidades
Sociales en Adolescentes Tempranos en una Secundaria Rural de
Campeche, México
Sarahi Edith Romero Ramirez1
al069631@uacam.mx
https://orcid.org/0009-0000-8533-6475
Universidad Autónoma de Campeche
Campeche, México
José Enrique Yam Uicab
al069751@uacam.mx
https://orcid.org/0009-0008-9558-0218
Universidad Autónoma de Campeche
Campeche, México
Magnolia del Rosario López Méndez
marlopez@uacam.mx
https://orcid.org/0000-0002-7919-894X
Universidad Autónoma de Campeche
Campeche, México
RESUMEN
El artículo analiza la relación entre el contexto socioeconómico y el desarrollo de habilidades sociales
en adolescentes tempranos de nivel secundaria en el municipio de Campeche. Se utilizó un enfoque
mixto con alcance correlacional, que combinó el análisis estadístico de datos cuantitativos recolectados
mediante el Cuestionario de Habilidades Sociales CHASO y un instrumento cualitativo de contexto
socioeconómico de elaboración propia. La muestra estuvo compuesta por 50 estudiantes de entre 11 y
12 años, provenientes de cinco comunidades rurales, inscritos en la Escuela Secundaria Técnica No. 12
de la localidad de Chiná, Campeche. Los resultados revelaron diferencias significativas en el desarrollo
de habilidades sociales como la empatía, la asertividad y la regulación emocional entre los adolescentes
de distintos niveles socioeconómicos. Se identificó que los estudiantes de contextos más vulnerables
presentaron mayores niveles de ansiedad social y menores niveles de empatía y resolución de conflictos.
Estos hallazgos evidencian la influencia del entorno familiar, escolar y comunitario en el desarrollo
socioemocional, y refuerzan la necesidad de implementar estrategias educativas que fortalezcan las
habilidades sociales en contextos de desigualdad.
Palabras clave: habilidades sociales, adolescentes, contexto socioeconómico, secundaria rural
1 Autor principal
Correspondencia: al069631@uacam.mx

pág. 5040
Influence of Socioeconomic Context on the Development of Social Skills in
Early Adolescents in a Rural Secondary School in Campeche, Mexico
ABSTRACT
This article analyzes the relationship between the socioeconomic context and the development of social
skills in early adolescents attending secondary school in the municipality of Campeche, Mexico. A
mixed-method approach with a correlational scope was used, combining statistical analysis of
quantitative data collected through the Social Skills Questionnaire (CHASO) and a qualitative
instrument on socioeconomic context developed by the authors. The sample consisted of 50 students
aged 11 to 12, from five rural communities, enrolled at Technical Secondary School No. 12 in the
locality of Chiná, Campeche. The results revealed significant differences in the development of social
skills such as empathy, assertiveness, and emotional regulation among adolescents from different
socioeconomic levels. It was identified that students from more vulnerable contexts presented higher
levels of social anxiety and lower levels of empathy and conflict resolution skills. These findings
highlight the influence of family, school, and community environments on socioemotional
development, and reinforce the need to implement educational strategies that strengthen social skills in
contexts of inequality.
Keywords: social skills, adolescents, socioeconomic context, rural secondary school
Artículo recibido 05 julio 2025
Aceptado para publicación: 25 julio 2025

pág. 5041
INTRODUCCIÓN
El desarrollo de habilidades sociales en la adolescencia representa un aspecto esencial para la
adaptación escolar, el bienestar emocional y la construcción de vínculos interpersonales saludables.
Estas habilidades, entendidas como el conjunto de conductas aprendidas que permiten una interacción
eficaz, empática y respetuosa con los demás, influyen directamente en la forma en que los adolescentes
enfrentan desafíos, toman decisiones y se integran en su comunidad. Sin embargo, su consolidación no
ocurre de manera homogénea, ya que diversos factores del entorno pueden incidir positiva o
negativamente en dicho desarrollo. Uno de los factores más determinantes es el contexto
socioeconómico familiar y comunitario, especialmente en zonas rurales donde las condiciones de
desigualdad son más pronunciadas.
La investigación surge a partir del reconocimiento de una problemática concreta: la falta de estudios
empíricos que analicen la relación entre el contexto socioeconómico y el desarrollo de habilidades
sociales en adolescentes de comunidades rurales en Campeche, México. Si bien existen investigaciones
en contextos urbanos que han documentado cómo las condiciones materiales, educativas y familiares
impactan en la competencia social de los adolescentes (Coronel et al., 2011; Mejail et al., 2015), aún
persiste un vacío significativo de conocimiento en escuelas de áreas rurales donde los adolescentes
enfrentan mayores carencias. Esta falta de evidencia dificulta la implementación de estrategias
educativas contextualizadas, capaces de responder a las necesidades específicas de estudiantes en
situación de vulnerabilidad.
Contexto y relevancia de estudio
La relevancia de este estudio radica en que las habilidades sociales actúan como factores protectores
ante múltiples riesgos psicosociales, como el aislamiento, la violencia escolar, la baja autoestima o la
deserción educativa. Más aún, en contextos empobrecidos, la promoción de dichas competencias puede
significar una oportunidad para que los adolescentes desarrollen herramientas que les permitan
integrarse con mayor éxito a su entorno familiar, escolar y comunitario. Advertir cómo influye el nivel
socioeconómico en el desarrollo de estas habilidades permitirá diseñar intervenciones más justas,
equitativas e inclusivas dentro del sistema educativo, especialmente en zonas donde históricamente han
existido brechas de desigualdad.

pág. 5042
La investigación se desarrolló en la Escuela Secundaria Técnica No. 12, ubicada en Chiná, una localidad
del municipio de Campeche. Esta institución agrupa a estudiantes provenientes de diversas
comunidades rurales como Nohakal, Uayamón, Pocyaxum y Mucuychakan, muchas de las cuales
presentan altos índices de pobreza, bajos niveles de escolaridad familiar y acceso limitado a servicios
básicos. En estas zonas, los adolescentes enfrentan condiciones estructurales adversas que afectan no
solo su rendimiento escolar, sino también su desarrollo socioemocional. La falta de espacios recreativos,
la carencia de apoyo emocional familiar, la presión económica y la limitada disponibilidad de modelos
positivos en el entorno comunitario configuran un contexto que puede obstaculizar significativamente
el desarrollo adecuado de las habilidades sociales.
Sin embargo, el gobierno del estado tiene estrategias establecidas, como transporte escolar gratuito,
campañas sociales, talleres de convivencia que permiten que los adolescentes de comunidades rurales
puedan acceder a educación secundaria en una localidad rural mayor como es el caso de chiná y fomenta
la inclusión educativa y el sentido de pertenencia entre los estudiantes. No obstante, aún falta desarrollar
actividades que fomenten la interrelación social entre los estudiantes y los maestros, lo cual es
fundamental para fortalecer el clima escolar, mejorar la comunicación y promover un desarrollo integral
en los adolescentes.
Desde el punto de vista teórico, el estudio se apoya en dos enfoques fundamentales. En primer lugar, la
Teoría Ecológica del Desarrollo Humano de Bronfenbrenner (1979), el cual plantea que el desarrollo
individual es resultado de la interacción con múltiples sistemas del entorno: el microsistema (familia,
escuela), el mesosistema (interrelaciones entre microsistemas), el exosistema (contextos que afectan
indirectamente, como el trabajo de los padres) y el macrosistema (normas culturales, políticas y
condiciones económicas). Esta teoría permite comprender cómo las condiciones estructurales del
entorno socioeconómico pueden influir directamente en la adquisición y práctica de habilidades
sociales.
En segundo lugar, se incorpora la Teoría del Aprendizaje Social de Bandura (1986), quien sostiene que
las personas aprenden conductas observando a otros y modelando su comportamiento en función de las
consecuencias que observan. En este marco, las habilidades sociales se desarrollan mediante la
interacción con modelos significativos, como padres, docentes y compañeros.

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Cuando el entorno ofrece pocos modelos positivos o se encuentra marcado por relaciones
disfuncionales, el desarrollo de estas habilidades se ve limitado o distorsionado.
Se trabajó con dos categorías de análisis: 1.- el contexto socioeconómico, entendido como las
condiciones materiales, educativas, laborales y culturales del entorno familiar del adolescente (nivel de
ingreso, ocupación de los padres, tipo de vivienda, acceso a servicios, etc.); y 2.- las habilidades
sociales, divididas en dimensiones personales (autoconocimiento, autoestima, regulación emocional),
familiares (comunicación con los padres, cooperación), escolares (disciplina, motivación académica) y
sociales (empatía, asertividad, resolución de conflictos), de acuerdo con los modelos de Del Prette y
Del Prette (2009), Goleman (1995) y Caballo (2017).
Antecedentes empíricos como los estudios de Coronel et al. (2011) y Restrepo et al. (2022) muestran
que adolescentes provenientes de entornos empobrecidos tienden a mostrar menores niveles de empatía,
mayor timidez y ansiedad social, y más dificultades para resolver conflictos. A su vez, investigaciones
como la de Villanueva et al. (2020) resaltan que la funcionalidad familiar muy relacionada con el nivel
socioeconómico es un factor clave para el desarrollo de competencias sociales. No obstante, la mayoría
de estas investigaciones se han realizado en contextos urbanos o semiurbanos, lo que evidencia la
aportación original del presente trabajo: explorar esta relación en comunidades rurales del sureste
mexicano, donde los recursos educativos, tecnológicos y comunitarios son más limitados.
Objetivos y preguntas de investigación
Objetivo general
Analizar la relación entre el contexto socioeconómico y el desarrollo de habilidades sociales en
adolescentes tempranos con el fin de proponer estrategias que fortalezcan el desarrollo de dichas
habilidades.
Objetivos específicos
▪ Identificar los factores socioeconómicos que presentan los estudiantes de una secundaria de Chiná.
▪ Evaluar el nivel de desarrollo de habilidades sociales (comunicación, empatía, resolución de
conflictos, cooperación, asertividad, autocontrol emocional, iniciativa social) en adolescentes
tempranos
▪ Proponer estrategias que fortalezcan el desarrollo de habilidades sociales en adolescentes tempranos

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Pregunta de investigación
¿Cuál es la relación entre el contexto socioeconómico y el desarrollo de habilidades sociales de
adolescentes tempranos?
METODOLOGÍA
Diseño de la investigación
La investigación se desarrolló bajo un enfoque mixto, con alcance correlacional, que combina métodos
cuantitativos y cualitativos con el objetivo de comprender de manera integral la relación entre el
contexto socioeconómico y las habilidades sociales en adolescentes. El diseño fue no experimental,
observacional y transversal, dado que los datos se recolectaron en un único momento temporal. Esta
estrategia metodológica permitió no solo medir estadísticamente la relación entre las variables, sino
también explorar cómo factores del entorno influyen en el desarrollo de las competencias sociales en
adolescentes de una secundaria rural ubicada en el poblado de Chiná, Campeche.
Población y muestra
La población estuvo conformada por 100 adolescentes de primer grado de la Escuela Secundaria
Técnica No. 12 del poblado de Chiná, Campeche, seleccionada por su representatividad en el contexto
rural del municipio.
La muestra quedó conformada por 50 adolescentes de entre 11 y 12 años, seleccionados mediante
muestreo aleatorio estratificado, considerando variables como género, edad y localidad de origen
(Chiná, Nohakal, Mucuychakan, Uayamón y Pocyaxum). Este diseño muestral permitió contar con
participantes de diversos contextos socioeconómicos, facilitando la comparación entre distintos
estratos.
Instrumentos de recolección y validación
Para la recolección de datos, realizada en abril de 2025, se aplicaron dos cuestionarios impresos:
Cuestionario sobre contexto socioeconómico
De elaboración propia (Romero Ramírez y Yam Uicab, 2025), fue diseñado con el objetivo de obtener
información detallada sobre las condiciones económicas, educativas, sociales y comunitarias de los
participantes. El contenido del instrumento fue validado mediante juicio de expertos, conformado por
10 docentes especializados en Psicología Social.

pág. 5045
Está conformado por 23 ítems distribuidos en cuatro secciones:
1. Contexto socioeconómico
2. Educación y condiciones escolares
3. Habilidades sociales
4. Responsabilidad social y participación
Las preguntas fueron de opción múltiple (única y múltiple), complementadas por ítems semiabiertos
que permitieron detallar respuestas específicas.
El Cuestionario de Habilidades Sociales CHASO, adaptado de la versión original de Caballo Salazar
y cols. (2017), este cuestionario evalúa la competencia social de los adolescentes a través de 40 ítems
distribuidos en 10 dimensiones:
Interactuar con desconocidos, Expresar sentimientos positivos, Afrontar críticas, Interactuar con
personas que me atraen, Mantener la calma en situaciones embarazosas, Hablar en público/interactuar
con superiores, Afrontar situaciones de ridículo, Defender los propios derechos, Pedir disculpas,
Rechazar peticiones. Cada ítem se responde en una escala tipo Likert de 5 puntos (1 = “Muy poco
característico de mí” a 5 = “Muy característico de mí”). Las puntuaciones totales indican el nivel de
habilidad social, donde una puntuación más alta refleja mayor competencia social y menor probabilidad
de ansiedad social. Este instrumento fue obtenido de la plataforma de publicación del autor original y
adaptado para su aplicación en el contexto local.
Consideraciones éticas
Se garantizaron los principios éticos de respeto, consentimiento y confidencialidad. Se entregaron cartas
de consentimiento informado a los padres o tutores, quienes autorizaron la participación voluntaria de
los adolescentes. Se aseguró el anonimato de los participantes, y los datos recolectados fueron utilizados
exclusivamente con fines académicos. Los participantes tuvieron la libertad de abandonar el estudio en
cualquier momento.
Limitaciones metodológicas
Entre las principales limitaciones se encuentra el tamaño reducido de la muestra y la restricción
geográfica al contexto de una sola institución educativa, lo cual limita la generalización de los hallazgos.
Asimismo, al tratarse de un estudio transversal, no fue posible establecer relaciones causales entre las

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variables analizadas. No obstante, los resultados obtenidos ofrecen una base empírica valiosa para
futuras investigaciones y para el diseño de intervenciones educativas en contextos rurales similares.
RESULTADOS
Resultados del cuestionario de habilidades sociales CHASO
Tabla 1. Distribución total de la muestra del rango de puntuaciones CHASO
Nivel de habilidades
sociales
Rango de
puntuación Frecuencia (n) Porcentaje (%)
Muy bajo 40–79 13 26%
Bajo 80–119 29 58%
Medio 120–159 8 16%
Alto 160–200 0 0%
Total — 50 100%
Fuente: Romero Ramírez S. y Yam Uicab J. Creación propia.
En la tabla anterior se observa la distribución de resultados del CHASO correspondientes a los niveles
de habilidades sociales obtenidos por los adolescentes de la muestra. Los resultados muestran que el
58%, lo que equivale a 29 alumnos, se ubicó en el nivel bajo de habilidades sociales, e indica que
presentan limitaciones importantes para establecer relaciones interpersonales satisfactorias, muestran
dificultades para expresar sus emociones de forma adecuada y resolver conflictos de manera
constructiva.
El 26%, equivalente a 13 alumnos, se situó en el nivel muy bajo, lo cual significa que estos adolescentes
tienen serias deficiencias en habilidades sociales básicas como la empatía, la comunicación asertiva y
el manejo emocional, afectando notablemente su interacción social tanto en el entorno escolar como
familiar. Por otro lado, el 16%, representado por 8 alumnos, alcanzó un nivel medio de habilidades
sociales, lo que indica que poseen algunas competencias sociales funcionales, pero aún muestran
carencias en áreas específicas que pueden dificultar su adaptación en ciertas situaciones sociales o ante
la presión del grupo. No se registraron estudiantes en el nivel alto (0%).
Estos resultados sugieren una deficiencia significativa en las habilidades sociales de la población
estudiada, asociada de manera consistente a las condiciones de vulnerabilidad socioeconómica de los
participantes.

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Tabla 2. Distribución total de estudiantes de la comunidad de Chiná del rango de puntuaciones CHASO
(grupo A y B)
Nivel de habilidades sociales Puntajes Total
Muy bajo 75, 48, 64, 78, 69, 68, 69 7
Bajo 81, 109, 83, 87, 118, 107, 106, 81, 81, 113, 98, 97 12
Medio 123, 142, 127, 153, 134, 140 6
Alto — 0
Fuente: Romero Ramírez S. y Yam Uicab J. Creación propia.
En esta tabla se presentan los resultados del instrumento CHASO correspondientes a los niveles de
habilidades sociales de los adolescentes procedentes de la comunidad de Chiná, tanto del grupo A como
del grupo B. Los datos muestran que la mayoría de los estudiantes se concentra en los niveles bajo y
muy bajo de habilidades sociales.
Un total de 7 alumnos (que representa una proporción considerable del grupo) se ubicó en el nivel muy
bajo, lo que indica limitaciones severas en aspectos como empatía, comunicación asertiva, y resolución
de conflictos. Por otro lado, 12 estudiantes se posicionaron en el nivel bajo, lo que sugiere dificultades
notables, aunque menos severas, para desenvolverse socialmente. Cabe destacar que 6 alumnos
alcanzaron un nivel medio, lo que implica que cuentan con algunas competencias sociales funcionales,
aunque aún presentan áreas de mejora. No se reportaron estudiantes en el nivel alto de habilidades
sociales. Este patrón puede estar influenciado por las condiciones socioeconómicas de Chiná, que,
aunque es una comunidad rural, se encuentra más cercana a la ciudad, lo que podría explicar la presencia
de estudiantes con puntuaciones medias, aunque persisten deficiencias en la mayoría de los casos.
Tabla 3. Distribución total de estudiantes de las comunidades de: Nohakal, Mucuychakan, Pocyaxum,
Uayamón (Grupo A y B).
Nivel de habilidades
sociales Puntajes Total
Muy bajo 70, 77, 79, 71, 73, 77 6
Bajo 107, 106, 81, 88, 97, 92, 105, 83, 96, 96, 90, 94, 107, 109, 91, 103, 114 17
Medio 146, 127 2
Alto — 0
Fuente: Romero Ramírez S. y Yam Uicab J. Creación propia.
Esta tabla agrupa los resultados de los adolescentes provenientes de comunidades más pequeñas y con
mayor grado de aislamiento: Nohakal, Mucuychakan, Pocyaxum y Uayamón, correspondientes a los
grupos A y B.

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Los datos revelan que 6 estudiantes obtuvieron puntuaciones que los colocan en el nivel muy bajo de
habilidades sociales, lo que refleja serias deficiencias en su capacidad para interactuar de forma
adecuada en diversos contextos sociales. Además, 17 alumnos se ubicaron en el nivel bajo, indicando
una prevalencia alta de dificultades en aspectos como la expresión emocional, la cooperación y la
integración grupal. Solo 2 estudiantes alcanzaron un nivel medio, lo que representa una proporción muy
baja respecto al total, y ningún estudiante obtuvo un nivel alto de habilidades sociales. Este panorama
refleja con claridad cómo las condiciones de mayor vulnerabilidad social, el aislamiento geográfico y
el acceso limitado a recursos educativos impactan negativamente en el desarrollo de las habilidades
sociales de los adolescentes de estas comunidades.
Figura 1. Distribución geográfica del área de Chiná, sus alrededores y la TEC 12.
Fuente: Romero Ramírez S. Creación propia.
Cómo se observa en la figura anterior, la comunidad de Chiná, a pesar de ser una zona rural, cuenta con
una mayor extensión territorial y un nivel de desarrollo económico superior en comparación con las
otras cuatro localidades analizadas, las cuales se encuentran en situaciones de mayor aislamiento. En
consecuencia, los contextos socioeconómicos de los participantes provenientes de China tienden a ser
más favorables, debido a su proximidad con la ciudad y el mejor acceso relativamente a servicios y
oportunidades.
Los estudiantes originarios de localidades como Nohakal, Uayamón, Mucuychakan y Pocyaxum
obtuvieron puntuaciones clasificadas como muy bajas o bajas.

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Esto puede atribuirse a las condiciones socioeconómicas menos favorecedoras de dichas comunidades,
caracterizadas por un menor acceso a servicios básicos y recursos educativos, lo cual incide
directamente en el desarrollo de sus habilidades sociales.
Habilidades sociales desarrolladas y no desarrolladas.
De acuerdo con el análisis realizado, se encontró que existen variaciones significativas en el desarrollo
de habilidades sociales entre los adolescentes de distintas comunidades, lo cual refleja diferencias
contextuales, principalmente asociadas al entorno socioeconómico. Seguidamente, en la tabla 4 se
pueden observar las habilidades más y menos desarrolladas por grupo.
Tabla 4. Habilidades sociales que mide el cuestionario (CHASO).
1. Interactuar con desconocidos 6. Hablar en público/interactuar con superiores
2. Expresar sentimientos 7. Afrontar situaciones de hacer el ridículo
3. Afrontar las críticas 8. Defender los propios derechos
4. Interactuar con las personas que me atraen 9. Pedir disculpas y habilidad
5. Mantener la calma ante las críticas 10. Rechazar peticiones.
Fuente: Romero Ramírez S. y Yam Uicab J. Creación propia.
Tabla 5. Habilidades sociales más y menos desarrolladas por comunidad y subgrupo.
Comunidad/Subgrupo Habilidad más desarrollada Habilidad menos desarrollada
Chiná A 9 1
Chiná B 2 1
Nohakal A 9 1
Nohakal B 9 1
Mucuychakan A 9,5 4
Mucuychakan B 9 1,7
Pocyaxum A 9 1,4
Pocyaxum B 8,2 1,3,5,6
Uayamón A 9 3,4,5,7,8
Uayamón B 10 4,7
Fuente: Romero Ramírez S. y Yam Uicab J. Creación propia.
En la tabla anterior los resultados mostraron que la habilidad con mayor incidencia fue la Habilidad 9:
Pedir disculpas, reportada por 20 personas. Este resultado evidencia que una parte significativa del
grupo tiene una alta disposición a reconocer errores, lo cual está estrechamente relacionado con
contextos donde las relaciones interpersonales son altamente valoradas como mecanismo de

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convivencia y resolución de conflictos. En comunidades con menor acceso a recursos estructurales, el
desarrollo de habilidades empáticas puede surgir como una estrategia adaptativa clave para mantener
vínculos sociales.
En contraste, la Habilidad 1: Interactuar con desconocidos fue la menos desarrollada, con 22 personas
reportando dificultades. Esta carencia podría estar relacionada con la limitada exposición social fuera
del entorno inmediato, característica común en contextos socioeconómicos bajos, donde existen menos
oportunidades para interactuar en ambientes nuevos o diversos, generando inseguridad y ansiedad
social.
Resultados del cuestionario de contexto socioeconómico
Los resultados obtenidos a partir de la información obtenida en el cuestionario de contexto
socioeconómico fueron organizados en dos grupos para facilitar su análisis comparativo. El Grupo 1
está conformado por estudiantes de la comunidad de Chiná, con un total de 24 alumnos, distribuidos en
13 del grupo B y 11 del grupo A. Por su parte, el Grupo 2 incluye a 26 alumnos provenientes de las
comunidades de Nohakal, Mucuychakan, Uayamón y Pocyaxum, de ambos grupos A y B.
Condiciones socioeconómicas generales
En ambos grupos, la mayoría vive en casas propias construidas con materiales resistentes (block o
concreto). Sin embargo, el Grupo 2 presenta mayor precariedad habitacional, con algunas viviendas de
madera o con techos de lámina.
En cuanto a servicios básicos (agua, electricidad, gas, internet, alcantarillado, señal de celular,
recolección de basura), Grupo 1 tiene acceso entre 4 y 7 servicios (agua, electricidad, gas, internet,
alcantarillado, señal de celular, recolección de basura), mientras que Grupo 2 dispone de 2 a 5, (agua,
electricidad, gas, internet, señal de celular) lo que refleja una brecha de acceso a servicios esenciales.
Nivel educativo y ocupaciones familiares
El Grupo 1 muestra mayor diversidad y nivel educativo en los padres, incluyendo licenciaturas y
maestrías, frente al Grupo 2, donde predominan estudios de secundaria o primaria, especialmente entre
las madres.

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Respecto a las ocupaciones, en el Grupo 1 hay mayor presencia de empleos formales y técnicos,
mientras que el Grupo 2 está vinculado a actividades informales como agricultura, ganadería o trabajos
no remunerados.
Ingreso económico y apoyos
Ambos grupos reportan ingresos semanales entre $2,500 y $5,000 pesos; sin embargo, en Grupo 2 hay
mayor presencia de ingresos bajos (menos de $2,500). El acceso a apoyos gubernamentales es limitado
en ambos casos, aunque se mencionan becas y programas como Sembrando Vida.
Educación y condiciones escolares
En ambos grupos, la mayoría de los estudiantes no ha faltado a clases por motivos económicos, aunque
Grupo 2 presenta más casos de ausencias por esta causa. La mayoría usa transporte escolar o público y
cuenta con un espacio adecuado para estudiar en casa, aunque Grupo 2 tiene más estudiantes que
comparten ese espacio, lo cual podría afectar su desempeño.
Habilidades sociales
Tanto en Chiná como en las comunidades rurales, las habilidades sociales se fomentan mediante el
trabajo en equipo y actividades escolares. En ambos grupos, hay buena disposición para colaborar,
aunque también se expresan preferencias por trabajar solos y estrategias de evitación de conflictos
(como “ignorar” el problema), lo que señala áreas de mejora en la asertividad.
Responsabilidad social y participación
La participación en actividades cívicas y medioambientales es moderada en ambos grupos. Los
estudiantes de ambos contextos reportan acciones como clasificar basura o ahorrar agua, aunque
algunos indicaron no realizar ninguna acción.
En cuanto al apoyo familiar, la mayoría ayuda en las tareas del hogar. En relación con la seguridad
percibida, ambos grupos expresan una sensación mayormente neutral, aunque hay casos que reportan
sentirse inseguros debido a la situación económica.
Análisis general
De acuerdo con el análisis realizado a la información recabada mediante los instrumentos aplicados, se
identificó que el contexto socioeconómico ejerce una influencia significativa en el desarrollo de las
habilidades sociales de los adolescentes de la Escuela Secundaria Técnica No. 12, en Chiná, Campeche.

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Los resultados obtenidos permitieron observar que aquellos adolescentes que se encuentran en un
contexto socioeconómico bajo o muy bajo tienden a presentar niveles bajos o muy bajos de habilidades
sociales, mientras que quienes pertenecen a contextos socioeconómicos medios muestran puntajes más
elevados en el CHASO, aunque también persisten deficiencias importantes, aun así esta información
sugiere que mientras más elevado sea el contexto socioeconómico existirá un mejor desarrollo en las
habilidades sociales en los adolescentes.
Respecto al nivel socioeconómico, se encontró que un número significativo de estudiantes evaluados
proviene de hogares con ingresos bajos o muy bajos (menos de $2500 MXN mensuales). Las viviendas
de estos adolescentes presentan, en su mayoría, construcciones de block sin acabados o materiales de
baja calidad, con acceso limitado o parcial a servicios básicos, como: electricidad, agua potable, y gas.
En ese mismo sentido si existe la dificultad para acceder a los servicios básicos y por ende también se
dificulta el uso de otros servicios importantes para la sociedad actual y la educación como son el
internet, la señal de telefonía móvil y otros recursos como dispositivos electrónicos para uso escolar.
Las comunidades de Nohakal, Pocyaxum y Uayamón se identificaron como las zonas con los contextos
más vulnerables. En cuanto al nivel de habilidades sociales, los datos del CHASO reflejan que el 26%
de los adolescentes obtuvo una puntuación correspondiente a un nivel muy bajo, el 58% se ubicó en el
nivel bajo, únicamente el 16% alcanzó un nivel medio, y ningún adolescente logró ubicarse en el nivel
alto. La comparación entre las condiciones socioeconómicas y los resultados de habilidades sociales
evidenció que los adolescentes provenientes de hogares con mayores carencias económicas tienden a
tener un menor desarrollo de habilidades sociales. Esto fue particularmente evidente en el Grupo B,
conformado por estudiantes de comunidades rurales como Chiná, Nohakal, Mucuychakan, Pocyaxum
y Uayamón. En Chiná, de 13 participantes, 6 (46%) presentaron habilidades sociales en nivel muy bajo,
5 (38%) en nivel bajo y 2 (16%) en nivel medio, con contextos socioeconómicos que oscilan entre bajo,
medio , y una mayor predominancia de contexto socioeconómico alto. En Nohakal, de 5 participantes,
2 (40%) se ubicaron en nivel muy bajo y 3 (60%) en nivel bajo en habilidades sociales, con contextos
socioeconómicos de nivel medio. De manera similar, en Mucuychakan y Pocyaxum, todos los
adolescentes evaluados se encontraron en el nivel bajo de habilidades sociales con presencia de un
contexto socioeconómico bajo, mientras que en Uayamón, un estudiante presentó nivel muy bajo y tres

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nivel bajo, de los cuales el que presentó un nivel de habilidades sociales muy bajo tiene un contexto
socioeconómico medio, de los otros tres que presentaron un nivel bajo de habilidades sociales, dos
presentan de acuerdo a su evaluación contextos socioeconómicos muy bajos y el otro medio.
Estos resultados permiten confirmar que las condiciones socioeconómicas tales como bajos ingresos
familiares, viviendas en estado precario y acceso limitado a servicios básicos repercuten de manera
significativa en el desarrollo de habilidades sociales en adolescentes, cumpliéndose así el objetivo de
identificar los factores socioeconómicos relevantes.
Por otra parte, al analizar a los adolescentes del Grupo A, conformado principalmente por estudiantes
de Chiná, 11A y localidades cercanas, se observó que, si bien sus contextos socioeconómicos fueron
mayoritariamente medios o altos (ingresos superiores a $5000 MXN y viviendas con servicios
completos), la mayoría continuó presentando dificultades en sus habilidades sociales. De los 11
estudiantes de Chiná 11A, 6 se ubicaron en el rango bajo y 4 en el rango medio. En Uayamón 4A, los
4 participantes obtuvieron nivel bajo, situación similar a la observada en Pocyaxum 3A. Únicamente en
Mucuychakan 2A se identificaron adolescentes con habilidades sociales en nivel medio. En Nohakal
5A, tres adolescentes mostraron habilidades sociales muy bajas y dos bajo.
Estos hallazgos corroboran que, aunque un contexto económico más favorable puede ofrecer mejores
condiciones materiales, no garantiza por sí mismo un desarrollo óptimo de habilidades sociales. Este
análisis cumple con el objetivo de evaluar el nivel de desarrollo de habilidades sociales en la población
de estudio, confirmando la existencia de áreas significativas de oportunidad aún en contextos
económicamente más estables. Estos resultados permiten afirmar que el 84% de los adolescentes
muestra habilidades sociales insuficientemente desarrolladas, lo cual valida el planteamiento central de
esta investigación: el contexto socioeconómico rural de Campeche impacta negativamente en el
desarrollo de habilidades sociales esenciales para la adaptación escolar y social.
De igual forma, los datos obtenidos respaldan la justificación del estudio, que plantea la necesidad de
atender las condiciones de vulnerabilidad que afectan la socialización y el bienestar de esta población.
Finalmente, estos hallazgos refuerzan la importancia de seguir fomentando las estrategias ya
establecidas, (transporte escolar gratuito, campañas sociales, talleres de convivencia) para el
fortalecimiento de las habilidades sociales, particularmente en zonas rurales y comunidades

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marginadas. Asimismo, destacan la necesidad de considerar los distintos niveles del entorno ecológico,
familia, escuela y comunidad, en el desarrollo de los adolescentes, en consonancia con las teorías de
Bronfenbrenner y Bandura que sustentan el presente estudio.
DISCUSIÓN
La investigación examinó la influencia del contexto socioeconómico en el desarrollo de habilidades
sociales en adolescentes tempranos de una secundaria rural del municipio de Campeche. Los hallazgos
fueron consistentes: la mayoría de los adolescentes evaluados (84%) se ubicó en niveles “muy bajo” y
“bajo” en habilidades sociales, mientras que sólo un 16% alcanzó un nivel “medio”. Ningún estudiante
presentó un desarrollo considerado “alto”. Esta distribución refleja una problemática significativa, ya
que el bajo desarrollo de competencias sociales está estrechamente asociado a contextos de
vulnerabilidad estructural. Los datos del cuestionario de contexto socioeconómico revelan que gran
parte de los estudiantes provienen de comunidades rurales con bajos ingresos familiares, viviendas con
limitaciones en servicios básicos, y escaso acceso a recursos culturales, tecnológicos y educativos.
Estas condiciones afectan dimensiones críticas del desarrollo social como la empatía, la resolución de
conflictos, el autocontrol y la cooperación, elementos fundamentales para la adaptación escolar y la
convivencia. Si bien algunos adolescentes han logrado una integración funcional, los datos muestran
que sus estrategias de socialización pueden ser deficitarias, especialmente en escenarios complejos o
que requieren habilidades comunicativas avanzadas.
Desde un marco teórico, los resultados confirman lo propuesto por el modelo ecológico de
Bronfenbrenner (1979), al evidenciar cómo el microsistema (familia, escuela) y el exosistema
(condiciones económicas y laborales) influyen en el desarrollo del adolescente. Asimismo, se sostiene
la teoría del aprendizaje social de Bandura (1986), ya que las limitaciones en modelos sociales positivos
producto del contexto reducen las oportunidades para observar y replicar conductas socialmente
funcionales.
Particularmente preocupantes son los bajos puntajes en habilidades como afrontar críticas, interactuar
con desconocidos y mantener la calma en situaciones embarazosas. Estas dificultades no solo
comprometen la socialización cotidiana, sino que también podrían limitar la inserción futura en entornos
escolares más exigentes o en el ámbito laboral.

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El patrón observado en comunidades como Nohakal y Uayamón donde predominan los niveles más
bajos sugiere que a mayor precariedad estructural, mayor afectación en el desarrollo de competencias
sociales. Desde una interpretación más amplia, los resultados permiten generalizar que la desigualdad
socioeconómica no se reduce a carencias materiales, sino que conlleva consecuencias profundas en el
desarrollo humano y emocional de los adolescentes. Esta etapa evolutiva es crucial para la consolidación
de habilidades sociales, y su ausencia puede derivar en aislamiento, bajo rendimiento académico y
mayor riesgo de problemas de salud mental, perpetuando ciclos de exclusión y desventaja.
Coronel et al. (2011) encontraron que los adolescentes en situación de riesgo social presentan menor
capacidad para generar conductas prosociales y mayor dificultad para integrarse en grupos, lo cual
coincide con los hallazgos, de niveles bajos de empatía, asertividad y resolución de conflictos
observados en esta investigación. Por su parte, Mejail et al. (2015) destacan la relevancia del entorno
escolar como un espacio que puede fomentar o limitar el desarrollo de competencias sociales,
subrayando que en contextos con escasos recursos y relaciones institucionales débiles, los adolescentes
presentan más dificultades en la expresión emocional y la interacción positiva, lo cual se refleja también
en las dificultades reportadas en esta muestra de estudio para interactuar con desconocidos o manejar
situaciones embarazosas.
Asimismo, los hallazgos de Villanueva et al. (2020) sobre la importancia de la funcionalidad familiar
como un factor protector para el desarrollo de habilidades sociales se ven reafirmados en este estudio,
pues los adolescentes que provienen de hogares con mayor cohesión familiar y mejores condiciones
educativas reportaron niveles ligeramente más altos de competencia social, aunque no suficientes para
alcanzar un nivel óptimo. Esto sugiere que tanto las condiciones económicas como los vínculos
familiares influyen de manera directa en el desarrollo socioemocional del adolescente, especialmente
en contextos rurales donde los apoyos estructurales son limitados.
La novedad científica de este estudio radica en abordar de manera conjunta el contexto socioeconómico
y las habilidades sociales en un entorno rural específico del estado de Campeche, un escenario poco
investigado en esta temática. Además, se combinó el uso de instrumentos validados con una
aproximación mixta que permitió observar tanto datos estadísticos como interpretaciones cualitativas.

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Desde una perspectiva aplicada, estos resultados resaltan la necesidad urgente de diseñar programas
educativos que promuevan el desarrollo socioemocional en contextos rurales, considerando sus
características particulares y limitaciones. Se propone la implementación de talleres escolares que
fortalezcan habilidades sociales, así como la capacitación de docentes y padres como agentes
multiplicadores de conductas positivas.
Finalmente, esta investigación se inserta en la línea de estudios sobre desarrollo adolescente y
desigualdad social, subrayando que no puede entenderse el desarrollo de habilidades sociales sin
analizar las condiciones estructurales en que ocurre. Promover el bienestar emocional y la competencia
social en adolescentes rurales no solo es una necesidad educativa, sino un compromiso ético que apunta
a la equidad, la inclusión y la justicia social.
CONCLUSIONES
Los resultados de esta investigación permiten afirmar que el contexto socioeconómico incide de manera
significativa en el desarrollo de las habilidades sociales en adolescentes de zonas rurales. Esta influencia
no se limita al acceso a recursos materiales, sino que se extiende a la forma en que los adolescentes se
relacionan, se comunican y enfrentan situaciones sociales cotidianas. Los datos evidencian que las
carencias económicas, el acceso limitado a servicios y las condiciones de vida precarias afectan
negativamente competencias esenciales como la empatía, la asertividad y el manejo emocional.
Desde una postura crítica fundamentada en los resultados, se sostiene que la intervención educativa en
contextos vulnerables debe ir más allá de lo académico, integrando estrategias que fortalezcan el
desarrollo socioemocional de los estudiantes. Aunque un entorno materialmente más favorable puede
ofrecer ciertas ventajas, no constituye por sí solo un factor suficiente para garantizar un desarrollo social
adecuado.
En consecuencia, se propone que las escuelas rurales implementen programas específicos para
fortalecer las habilidades sociales, integrando a docentes, familias y comunidad, y considerando las
particularidades culturales y económicas del entorno. Esta formación debe orientarse a cultivar la
comunicación efectiva, la autorregulación emocional y la resolución de conflictos desde edades
tempranas.

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Finalmente, esta investigación abre la posibilidad de explorar otras variables relevantes que no fueron
abordadas en profundidad, como la dinámica familiar, los estilos de crianza, el clima escolar o el
acompañamiento emocional dentro del hogar. Estas dimensiones podrían complementar la comprensión
del fenómeno y enriquecer futuros estudios en la región. La tarea queda abierta para quienes deseen
profundizar en este campo, con el objetivo común de promover una adolescencia más equitativa,
resiliente y socialmente competente.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Bandura, A. (1986). Fundamentos sociales del pensamiento y la acción: Una teoría cognitiva social.
Prentice-Hall.
Bronfenbrenner, U. (1979). La ecología del desarrollo humano: Experimentos por naturaleza y diseño.
Harvard University Press.
Caballo, V. E., Salazar, I. C., Arias, B., Irurtia, M. J., Calderero, M., & CISO-A Research Team. (2017).
CHASO: Cuestionario de habilidades sociales. Universidad de Salamanca.
Coronel, M., Miranda, C., & Rodríguez, G. (2011). Influencia del entorno social en la conducta
prosocial de adolescentes en situación de riesgo. Revista Latinoamericana de Psicología, 43(1),
65–76.
Del Prette, Z. A. P., & Del Prette, A. (2009). Habilidades sociales y competencia social: Teoría y
práctica. Paidós.
Goleman, D. (1995). La inteligencia emocional: Por qué es más importante que el coeficiente
intelectual. Kairós.
Hernández-Sampieri, R. y Mendoza, C. (2018). Metodología de la investigación. 7a ed. McGraw-Hill.
Mejail, M., Domínguez, L., & Villarreal, C. (2015). Habilidades sociales en adolescentes: un estudio
desde la perspectiva de la escuela. Psicología, Conocimiento y Sociedad, 5(1), 45–64.
Restrepo, C., Molina, R., & Cuartas, M. (2022). Impacto del entorno familiar en la socialización de
adolescentes en comunidades vulnerables. Psicogente, 25(47), 33–49.
Villanueva, R., Ayala, M., & Paredes, J. (2020). Funcionalidad familiar y habilidades sociales en
adolescentes de nivel medio. Revista de Psicología Educativa, 26(2), 78–86.