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no solo menoscaba la agilidad que debería caracterizar este proceso, sino que impacta directamente en
el desarrollo emocional y la estabilidad de los menores involucrados.
Estudios recientes, como el publicado en la revista Polo del Conocimiento por (Rosales-Riofrío, 2020),
confirman esta preocupante realidad. Se han documentado casos donde la tramitación de la declaratoria
de adoptabilidad se extiende por más de dos años, lo cual no solo vulnera flagrantemente el principio
de celeridad procesal, sino que, de manera inaceptable, afecta profundamente el desarrollo emocional
y la estabilidad integral de los niños, niñas y adolescentes implicados.
En el marco normativo ecuatoriano, a través del Código de la Niñez y Adolescencia (CNA), establece
una serie de condiciones rigurosas para asegurar que el proceso de adopción garantice el bienestar
integral del niño, niña o adolescente. El artículo 159 determina que los candidatos a adoptantes deben
residir en el país o en naciones con convenios suscritos con el Ecuador, ser legalmente capaces, estar
en pleno ejercicio de sus derechos políticos, y tener al menos veinticinco años. La edad del adoptante
debe guardar una diferencia mínima de catorce años y máxima de cuarenta y cinco con respecto al
adoptado, salvo excepciones contempladas para parientes o hijos del cónyuge. Además, los adoptantes
deben ser personas heterosexuales unidas en matrimonio o unión de hecho por más de tres años, contar
con salud física y mental adecuada, disponer de recursos económicos suficientes y no tener antecedentes
penales por delitos graves.
Una de las barreras más significativas en el proceso de adopción formal es la burocracia y la lentitud en
el manejo de los trámites administrativos. El proceso de adopción formal varía según el país, pero en
general consta de varias etapas y puede tardar entre 1 a 3 años, dependiendo de factores como la
disponibilidad de niños/as, la situación legal del menor, la preparación del adoptante y la eficiencia del
sistema judicial y administrativo. En la actualidad, los procedimientos para declarar a un niño adoptable
y su posterior adopción pueden tomar años, lo que afecta negativamente tanto a los menores como a las
familias adoptivas. Para solucionar esta problemática, se propone la creación de una plataforma digital
centralizada que permita gestionar de manera más ágil los trámites relacionados con la adopción. Se
recomienda simplificar y estandarizar los procedimientos, especialmente| en lo que respecta el
adoptabilidad, se tiene que permitir agilizar el proceso, reduciendo la cantidad de tramites innecesarios
y permitiendo que los menores encuentren un hogar de forma más rápida.