LEGIONELLA PNEUMOPHILA EN LA
NEUMONÍA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD
LEGIONELLA PNEUMOPHILA IN COMMUNITY-ACQUIRED
PNEUMONIA
Javier Isidro Zhangallimbay Humala
Universidad Católica de Cuenca, Ecuador
Jonnathan Gerardo Ortíz Tejedor
Universidad Católica de Cuenca, Ecuador
pág. 6051
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i4.19229
Legionella Pneumophila en la Neumonía Adquirida en la Comunidad
Javier Isidro Zhangallimbay Humala1
jzhangallimbay@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-8158-7428
Universidad Católica de Cuenca
Cuenca-Ecuador
Jonnathan Gerardo Ortíz Tejedor
jonnathan.ortiz@ucacue.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-6770-2144
Universidad Católica de Cuenca
Cuenca-Ecuador
RESUMEN
Legionella pneumophila es una bacteria oportunista gramnegativa que ha cobrado relevancia como
agente causal de neumonía adquirida en la comunidad (NAC), especialmente en personas con factores
de riesgo predisponentes como el tabaquismo, alcoholismo, edad avanzada, inmunosupresión y
enfermedades crónicas respiratorias. Este artículo tiene como objetivo principal identificar a L.
pneumophila en la NAC, mediante la revisión de literatura científica en base de datos como PubMed,
Web of Science, Scopus y NCBI en donde seleccionaron estudios originales, revisiones sistemáticas y
metaanálisis. Los estudios demuestran que L. pneumophila es el causante de aproximadamente el 90%
de la enfermedad del legionario, un tipo de neumonía atípica y que la falta de sospecha clínica por la
similitud de la sintomatología con las demás neumonías retrasa el diagnóstico y tratamiento oportuno.
Por lo tanto, reconocer a L. pneumophila como posible causa de NAC permite optimizar el abordaje
clínico y la disminución de complicaciones relacionadas con la enfermedad.
Palabras clave: Legionella pneumophila, neumonía adquiridad en la comunidad, transmisión,
diagnóstico clínico
1
Autor principal.
Correspondencia: jzhangallimbay@gmail.com
pág. 6052
Legionella Pneumophila in Community-Acquired Pneumonia
ABSTRACT
Legionella pneumophila is an opportunistic Gram-negative bacterium that has gained prominence as a
causative agent of community-acquired pneumonia (CAP), especially in people with predisposing risk
factors such as smoking, alcoholism, advanced age, immunosuppression, and chronic respiratory
diseases. The main objective of this article is to identify L. pneumophila in CAP by reviewing scientific
literature in databases such as PubMed, Web of Science, Scopus, and NCBI, where original studies,
systematic reviews, and meta-analyses were selected. Studies show that L. pneumophila is the cause of
approximately 90% of Legionnaires' disease, a type of atypical pneumonia, and that the lack of clinical
suspicion due to the similarity of symptoms with other types of pneumonia delays diagnosis and timely
treatment. Therefore, recognizing L. pneumophila as a possible cause of CAP allows for optimization
of the clinical approach and reduction of complications related to the disease.
Keywords: legionella pneumophila, community-acquired pneumonia, transmission, clinical diagnosis
Artículo recibido 05 julio 2025
Aceptado para publicación: 07 agosto 2025
pág. 6053
INTRODUCCIÓN
Legionella pneumophila es una bacteria oportunista capaz de provocar una forma severa de neumonía
en los seres humanos conocida como enfermedad del Legionario (EL) (1). Una neumonía atípica que fue
descubierta en el verano de 1976, cuando un brote masivo de neumonía en Filadelfia, Estados Unidos,
llamó la atención de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) por su alta
tasa de propagación (2,3). Este inusual cuadro respiratorio llegó afectar a 221 personas que estaban
presentes en la 58ª Convención anual de la Legión Americana, de los cuales se reportaron 34 casos
mortales. Joseph E. McDade y Charles C. Shepard después de meses de investigación, en enero de 1977
lograron identificar a la bacteria causante del brote y la llamaron L. pneumophila (1,4,5).
Aproximadamente el 90% de la EL tienen como agente causal a L. pneumophila (6). La infección ocurre
como consecuencia de la inhalación de aerosoles por fuentes de agua artificiales contaminadas, fuentes
públicas de agua o por el sistema de agua potable contaminados. Sin embargo, se ha sugerido que otra
posible vía de transmisión podría ser por la aspiración de agua contaminada (7,8). Corresponde entre el
2-9% de los casos de NAC y los grupos de riesgos comprenden a los adultos mayores y todas aquellas
personas con una enfermedad subsecuente como cáncer, diabetes o inmunosupresión (9,10).
En las últimas décadas, los casos de NAC por L. pneumophila han ido incrementando, con un aumento
del 8-10 veces entre 2000 y 2018 (11). La verdadera tasa de incidencia por L. pneumophila se desconoce;
debido a que, muchos países carecen de pruebas diagnósticas adecuadas para detectar a tiempo la
infección o tienen deficientes sistemas de vigilancias epidemiológicas, pero se cree que está presente en
todas partes del mundo. En Estados Unidos, Europa y Australia se identifican cada año 10-15 casos por
millón de habitantes. Entre el 75-80% de los casos reportados son de personas mayores de 50 años, de
los cuales el 60-70% son hombres (12). En este contexto, la finalidad del presente estudio fue identificar
a L. pneumophila en la NAC.
METODOLOGÍA
Se llevó a cabo una revisión bibliográfica basado en el análisis, recopilación y sintésis de literatura
científica. Para ello, se consultaron bases de datos como PubMed, Web of Science, Scopus y NCBI. Se
utilizaron términos controlados y libres, combinados con operadores boleanos (AND, OR). La selección
incluyó criterios de inclusión como publicaciones en inglés y español, artículos de libre acceso, estudios
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originales, revisiones sistemáticas y metaanálisis publicados entre 2000-2025 y que aborden la temática
de la neumonía adquirida en la comunidad y su relación con Legionella pneumophila. Por otra parte, se
excluyeron del análisis artículos duplicados, estudios que se encuentren incompletos y fuera del objetivo
de la revisión.
DESARROLLO
Neumonía adquirida en la comunidad (NAC)
La NAC hace referencia a la inflamación e infección del parénquima pulmonar que se produce fuera del
entorno hospitalario. Aunque el agente causal de NAC típicas más frecuente de carácter bacteriano sigue
siendo Streptococcus pneumoniae; Legionella pneumophila conjuntamente con Mycoplasma
pneumoniae y Chlamydia pneumoniae son responsables de las NAC atípicas a nivel mundial (13).
Legionella pneumophila
Es un bacilo pleomórfico gramnegativo, aerobio estricto, capnofílico, no esporulado ni encapsulado
cuyo tamaño oscila entre 2-20 um de largo por 0,3-0,9 um de ancho (14). Posee un ciclo de vida bifásico,
una fase inmóvil replicativa y una fase móvil propagativa, virulenta y flagelada (15). No capta con
facilidad la tinción de Gram, por lo que se necesita de tinciones especiales como el de Warthin-Starry o
Giménez para una correcta visualización de su morfología (16,17).
Pertenece a la familia Legionellaceae, al género Legionella, el cual engloba hasta la actualidad 59
especies y 70 serogrupos distintos, en donde más de la mitad son responsables de causar enfermedad en
el ser humano. Varias de ellas son L. bozemanni, L. longbeachae y L. pneumophila, siendo esta última
el de mayor relevancia clínica (18,19). Esta bacteria además se clasifica en 15 serogrupos, de los cuales, el
serogrupo 1 representa más del 90% de los casos de NAC que se manifiesta como EL (19).
Es un patógeno ambiental de distribución mundial. Habita en cuerpos de aguas tanto naturales como
artificiales, en donde crecen a temperaturas entre 20-50°C con una temperatura óptima de 37°C y
mueren por encima de los 70°C (12,21). La infección en los seres humanos ocurre en los macrófagos
alveolares por un mecanismo similar al que utiliza para infectar a los protozoos (22,23).
Transmisión
L. pneumophila es autóctona de cuerpos naturales de agua dulce y corrientes de agua como ríos y lagos,
compost y suelos húmedos. Se distribuye a las ciudades mediante el sistema de potabilización de agua
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debido a que es resistente a la cloración y por pozos de agua subterráneas, coloniza las tuberías y se
expone a la población mediante la inhalación de aerosoles generados por grifos, duchas, jacuzzis, fuentes
artificiales de agua, torres de enfriamiento de aire acondicionado y sistemas de calefacción dando lugar
a la EL, tal como se muestra en la Figura 1 (18,22).
Figura 1. Transmisión de L. pneumophila en la comunidad
Las formas menos comunes de infección son la inoculación de lesiones quirúrgicas y la microaspiración
de agua (24,25). La transmisión de persona-persona es extremadamente raro, se reportó de un caso
documentado en 2014 en Portugal, pero se lo considera como un evento excepcional (26).
L. pneumophila es un patógeno intracelular de protozoos de agua dulce y tiene la capacidad de
intercalarse en una biopelícula formada por otro microorganismo, el cual, le otorga un mecanismo de
resistencia frente a las condiciones fisíco-química del ambiente (27,28). El proceso de colonización de las
células de protozoos y macrófagos alveolares se da mediante la fagocitosis; en donde, el patógeno
ingresa a la célula huésped y secreta proteínas efectoras que impiden la unión de los lisosomas y la
maduración del fagosoma (22).
Clínica
L. pneumophila infecta a los humanos, provocando la EL y una forma más leve denominada fiebre de
Pontiac. La EL es una neumonía atípica potencialmente mortal, la cual, tiene signos y síntomas
inespecíficos y muy parecidos a las demás neumonías. Está asociada a factores de riesgo como el
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consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo, la edad avanzada, enfermedades crónicas respiratorias o
cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y la inmunosupresión. (29,30). El período de incubación oscila
entre 1 o 2 semanas y su tasa de mortalidad incrementa a medida que la enfermedad avanza. Las
manifestaciones clínicas son variables y aumenta su cronicidad hasta tener complicaciones severas, tal
como se muestra en la Tabla 1 (2,12).
Tabla 1. Manifestaciones clínicas de la EL
Enfermedad del Legionario
Manifestación Clínica
Mortalidad
5-10%
Tiempo de Incubación
2-10 días
Síntomas Generales
Tos, escalofrío, pirexia, cefalea, mialgia o artralgia,
pérdida de apetito y expectoración
Pulmones
Derrame pleural y neumonía
Riñón
Insuficiencia renal aguda
Hígado
Insuficiencia hepática aguda
Corazón
Bradicardia relativa
SNC
Desorientación, somnolencia, obnubilación y
convulsiones
Tracto Gastrointestinal
Diarrea, náuseas, vómitos y dolor abdominal
Diagnóstico Clínico
El diagnóstico de la EL es multidisciplinario y se fundamenta en la combinación de manifestaciones
clínicas y/o radiológicas, características epidemiológicas y pruebas de laboratorio. De acuerdo a un
estudio realizado en el año 2019 por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades
(ECDC), demostró que el 90% de los casos de EL fueron diagnosticados mediante la prueba de antígenos
en orina (PAO). La reacción en cada de la polimerasa (PCR) identificó el 9% del total de los casos
reportados, mientras que el porcentaje de casos confirmados o diagnosticados mediante el cultivo fue
del 10% (31).
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Para llevar a cabo un diagnóstico certero, es vital seleccionar la muestra correcta para su detección. La
identificación temprana de la enfermedad mediante la recolección de muestras del tracto respiratorio
inferior (TRI) puede incrementar la sensibilidad en el diagnóstico de la EL (32). Las muestras habituales
del TRI comprenden esputo, lavado bronquioalveolar, aspirado traqueal, aspirado bronquial, entre otros.
Dentro de estos, el esputo resulta conveniente al ser un método no invasivo para su recolección; no
obstante, es susceptible a la contaminación por la flora orofaríngea (33). Otra muestra importante para la
detección de la EL es la orina. Dado que la eliminación de antígenos en la orina fluctúa de días a meses,
la recolección reiterada de muestras durante la enfermedad podría incrementar las tasas de detección (34).
El cultivo sigue siendo el gold standard para el diagnóstico de la EL. El medio más utilizado es el BCYE
(Extracto de Levadura con Carbón Tamponado), suplementada con L-cisteína, α-cetoglutarato y
pirofosfato férrico que proporciona los componentes necesarios para el desarrollo de Legionella spp. y
tamponado con ACES para garantizar un pH óptimo (pH 6.9) (35). Las placas se incuban, invertidas a 36
± 2°C en una atmósfera húmeda con CO2 al 2.5%. Normalmente un resultado positivo se presenta en un
período de 3-5 días pudiendo extenderse hasta por dos semanas. Las colonias al principio son pequeñas
y puntiformes que se expanden gradualmente hasta alcanzar colonias redondas de 3-4 mm de diámetro,
que generalmente tienen una parte central blanca y márgenes de tono blanco-grisáceo con aspecto de
vidrio esmerilado (35,36).
La PAO se utiliza ampliamente como método de detección de primera línea por su bajo precio, velocidad
y recolección de muestra (37). Estas pruebas utilizan anticuerpos monoclonales que identifican
específicamente a la mayoría de los antígenos de lipopolisacáridos del serogrupo 1 de L. pneumophila;
sin embargo, no identifican la enfermedad originada por otros serogrupos u otras especies de Legionella
(36). La mayoría de los pacientes se puede detectar el antígeno tan pronto como 1-3 días después del
inicio de la sintomatología, pero puede mantenerse durante varias semanas o meses. En la actualidad, la
PAO se encuentra disponible en dos formatos principales: Inmunocromatográfico e inmunoensayos
fluorescentes (34).
La PCR es un método capaz de identificar todas las especies de Legionella. Es una prueba rápida con
buena sensibilidad y especificidad, especialmente cuando se lleva a cabo en muestras del TRI (38,39). Las
muestras de vías respiratorias que no sean inferiores (como la orina o el suero) podrían no ser las más
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adecuadas; en el mejor de los casos, la sensibilidad en estas muestras es similar a la PAO (34,38). Además,
una complicación que tiene la PCR es determinar la viabilidad bacteriana. Éste método no hace
distinción entre ácidos nucleicos libres, ácidos nucleicos de bacterias muertas o moribundas; y/o
legionellas viables pero no cultivables, lo que podría conllevar a resultados falsos positivos (35). Las
dianas más habituales son el gen mip (exclusivamente para L. pneumophila), gen wzm (específicamente
para L. pneumophila serogrupo 1), gen ssrA (amplifica todas las especies de Legionella) y los genes de
ARNr de la subunidad 5S y 16S. Los tipos de PCR utilizados para el diagnóstico clínico son el
convencional, en tiempo real (qPCR) y el múltiplex en tiempo real (mqPCR) (34,40).
En la Tabla 2 y en la Figura 2 se menciona las principales características y pruebas utilizadas para el
diagnóstico de la EL, por lo general estas pruebas no se llevan a cabo de manera habitual dentro de los
laboratorios clínicos y, por ende, deben ser solicitadas de manera específica con el fin de procurar un
diagnóstico preciso que ayude a disminuir la mortalidad en el paciente (37,38).
Figura 2. Principales pruebas de laboratorio utilizadas para el diagnóstico de la EL
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Tabla 2. Principales características de las pruebas de laboratorio para la EL
Pruebas de
Laboratorio
Desventajas
Ventajas
Cultivo
Requiere experticia por
parte del personal del
laboratorio.
Necesita un medio de
cultivo específico
Período prolongado de
crecimiento.
Dificultad para obtener la
muestra respiratoria.
Identifica todas
las especies de
Legionella.
Permite la
realización del
antibiograma.
Antígenos en orina
Detecta sólo el antígeno
del serogrupo 1.
Existen pacientes que no
liberan o liberan de manera
intermitente el antígeno
Económico.
Rápido (15 min).
Muestra no
invasiva.
PCR
Necesita personal
capacitado y tecnología
avanzada.
Depende de la calidad de la
muestra
Falsos positivos
Identifica todas
las especies
conocidas de
Legionella.
Se obtienen los
resultados de
manera rápida (4-
8h)
Tratamiento
La EL es a menudo una infección severa que posee una alta tasa de complicaciones y mortalidad en
donde, los pacientes suelen requerir hospitalización. La Sociedad de Enfermedades Infecciosas de
América (IDSA) recomienda como tratamiento de primera línea el uso de un macrólido o una
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fluoroquinolona (41). Sin embargo, existen estudios en donde demuestran que Legionella puede
desarrollar resistencia a estos antibióticos, en especial a las fluoroquinolonas (42,43). Esto implica que su
uso empírico podría favorecer a una evolución negativa de la neumonía asociada a menudo con daño
multiorgánico.
Según la directriz dada por la IDSA, recomienda que el tratamiento con antibióticos en la NAC debe
persistir hasta que el paciente logre estabilidad clínica y por un período mínimo de 5 días (41). Se aconseja
tomar azitromicina o levofloxacino durante 7-10 días en situaciones de neumonía moderada a severa.
Para pacientes inmunodeprimidos, generalmente se recomienda 10 días con azitromicina o 21 días con
levofloxacino como tratamiento. Se puede considerar la terapia combinada de una fluoroquinolona y
azitromicina en pacientes en estado crítico (33,44).
La terapia de soporte es esencial en el manejo de la EL. La oxigenoterapia es crucial en pacientes con
saturación baja de oxígeno. La suplementación de líquidos en las personas con insuficiencia renal aguda
o hiponatremia debe manejarse con cuidado para evitar complicaciones en su salud. Los pacientes con
enfermedades severas pueden recibir corticoesteroides para disminuir la inflamación en los pulmones y
mejorar su función (41,45).
CONCLUSIONES
L. pneumophila es una bacteria patógena ambiental que, a pesar de no ser la más común desempeña un
rol importante en las NAC atípicas, especialmente en aquellas personas con factores de riesgo
específicos. La transmisión se da en su mayoría por inhalación de aerosoles contaminados y el
diagnóstico clínico a menudo resulta complejo debido a la similitud en los signos y ntomas con las
demás neumonías. Por lo tanto, se requieren de pruebas de laboratorios específicas como el cultivo, test
de antígeno en orina y técnicas moleculares para detectar su presencia con mayor precisión.
La administración oportuna de antibióticos, particularmente con macrólidos o fluoroquinolonas, hacen
que el pronóstico clínico mejore significativamente. Por tal razón, es crucial que el personal de salud
considere a L. pneumophila como un agente causal potencial en los casos de NAC atípicas,
especialmente cuando existan antecedentes epidemiológicos que indiquen una exposición ambiental.
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