USO DE PSICOFÁRMACOS EN TRASTORNOS
DEL NEURODESARROLLO EN POBLACIÓN
PEDIÁTRICA: REVISIÓN SISTEMÁTICA DE
EFICACIA, SEGURIDAD Y CONSIDERACIONES
CLÍNICAS
USE OF PSYCHOTROPIC MEDICATIONS IN NEURODEVELOPMENTAL
DISORDERS IN PEDIATRIC POPULATIONS: A SYSTEMATIC REVIEW OF
EFFICACY, SAFETY, AND CLINICAL CONSIDERATIONS
Daniel Sánchez Knupflemacher
Universidad Westhill
Alejandro Campanillas Rodrigues
Universidad Westhill
Mireya Espejel Suárez
Universidad Westhill
Lilian Andrea Angulo Salgado
Universidad Westhill
Alexa Herrera Cohen
Universidad La Salle
Natalia Méndez Leal
Universidad Westhill
Frida Suszeth Campuzano de los Angeles
Universidad Westhill
pág. 6519
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i4.19265
Uso de Psicofármacos en Trastornos del Neurodesarrollo en Población
Pediátrica: Revisión Sistemática de Eficacia, Seguridad y Consideraciones
Clínicas
Daniel Sánchez Knupflemacher1
Danielsanchezknu@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-2504-4568
Universidad Westhill
Alejandro Campanillas Rodrigues
alexcampanillas12@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-0742-8226
Universidad Westhill
Mireya Espejel Suárez
mireyaespejelsuarez@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-1027-429X
Universidad Westhill
Lilian Andrea Angulo Salgado
liliandrea_98@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0001-2313-9668
Universidad Westhill
Alexa Herrera Cohen
alexa.herrera@lasallistas.org.mx
https://orcid.org/0009-0001-2577-0226
Universidad La Salle
Natalia Méndez Leal
nataliamdzleal2003@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-7279-398X
Universidad Westhill
Frida Suszeth Campuzano de los Angeles
fri.cam@outlook.com
https://orcid.org/0009-0006-4902-2878
Universidad Westhill
RESUMEN
El uso de psicofármacos en niños y adolescentes con trastornos del neurodesarrollo (TND) ha
aumentado significativamente en las últimas décadas, impulsado por la expansión diagnóstica y la
creciente evidencia de eficacia en diversas condiciones clínicas. Sin embargo, persisten dudas sobre la
seguridad a largo plazo y la pertinencia de su uso en poblaciones pediátricas vulnerables. Esta revisión
sistemática analiza la eficacia, seguridad y tolerabilidad de los principales psicofármacos empleados en
TDAH, trastorno del espectro autista (TEA), discapacidad intelectual y trastornos del lenguaje, a partir
de la síntesis crítica de 25 estudios publicados entre 2015 y 2024. Los estimulantes como el
metilfenidato y las anfetaminas mostraron una eficacia robusta en el manejo de síntomas nucleares del
TDAH, con perfiles de tolerabilidad aceptables y sin evidencia de efectos adversos cardiovasculares
significativos. En el contexto del TEA, los antipsicóticos atípicos principalmente risperidona y
aripiprazol demostraron efectividad en la reducción de la irritabilidad, aunque con riesgos
metabólicos relevantes. Por otro lado, los antidepresivos como fluoxetina y escitalopram ofrecieron
beneficios modestos en pacientes con ansiedad o depresión comórbida, con necesidad de monitoreo
estrecho ante el riesgo de ideación suicida. No se hallaron evidencias concluyentes que asocien el uso
de estos fármacos con un mayor riesgo de suicidio o eventos graves. Los hallazgos apoyan el uso de
psicofármacos como herramienta terapéutica útil en casos moderados a severos de TND en edad
pediátrica, siempre que se acompañe de un enfoque integral y un seguimiento clínico individualizado.
Se requieren más estudios a largo plazo y con mayor representación de subpoblaciones clínicas
específicas.
Palabras clave: trastornos del neurodesarrollo, psicofármacos, infancia, eficacia, seguridad
1
Autor principal
Correspondencia: Danielsanchezknu@gmail.com
pág. 6520
Use of Psychotropic Medications in Neurodevelopmental Disorders in
Pediatric Populations: A Systematic Review of Efficacy, Safety, and
Clinical Considerations
ABSTRACT
The use of psychotropic medications in children and adolescents with neurodevelopmental disorders
(NDDs) has significantly increased in recent decades, prompted by expanded diagnostic criteria and the
growing evidence of efficacy in various clinical conditions. However, concerns remain regarding long-
term safety and the appropriateness of use in vulnerable pediatric populations. This systematic review
analyzes the efficacy, safety, and tolerability of the main psychotropic drugs used for ADHD, autism
spectrum disorder (ASD), intellectual disability and language disorders, based on a critical synthesis of
25 studies published between 2015 and 2024. Stimulants such as methylphenidate and amphetamines
demonstrated strong efficacy in managing the core ADHD symptoms, with acceptable tolerability
profiles and no evidence of significant cardiovascular adverse effects. In the context of ASD, atypical
antipsychoticsmainly risperidone and aripiprazoleshowed effectiveness in reducing irritability,
despite notable metabolic risks. On the other hand, antidepressants such as fluoxetine and escitalopram
offered modest benefits for patients with comorbid anxiety or depression, requiring close monitoring
due to the risk of suicidal ideation. No conclusive evidence was found linking the use of these
medications to increased risk of suicide or serious adverse events. Findings support the use of
psychotropic medications as a valuable therapeutic tool in moderate to severe pediatric NDDs, provided
it is accompanied by a comprehensive approach and individualized clinical follow-up. Further long-
term studies with greater representation of specific clinical subpopulations are needed.
Keywords: neurodevelopmental disorders, psychotropic drugs, childhood, efficacy, safety
Artículo recibido 22 julio 2025
Aceptado para publicación: 26 agosto 2025
pág. 6521
INTRODUCCIÓN
Los trastornos del neurodesarrollo (TND), como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad
(TDAH), el trastorno del espectro autista (TEA), la discapacidad intelectual (DI) y los trastornos del
lenguaje, constituyen un grupo heterogéneo de condiciones que se inician en la infancia y afectan
persistentemente el desarrollo cognitivo, conductual, emocional y adaptativo. Su impacto en la
funcionalidad escolar, social y familiar es considerable, y su prevalencia continúa en aumento, con
estimaciones que sugieren que hasta un 1015% de los niños pueden presentar al menos un TND a lo
largo del desarrollo.
El tratamiento farmacológico se ha consolidado como una herramienta central en el abordaje de varios
TND, especialmente cuando los síntomas son severos o comprometen significativamente la calidad de
vida. En particular, el metilfenidato y las anfetaminas se consideran fármacos de primera línea para el
manejo del TDAH, habiendo demostrado eficacia sustancial en la reducción de la inatención,
hiperactividad e impulsividad, aunque con perfiles de tolerabilidad que varían entre individuos y grupos
etarios [1,3,6].
En el caso del TEA, los antipsicóticos atípicos como la risperidona y el aripiprazol han mostrado
efectividad en la reducción de la irritabilidad y los comportamientos disruptivos, pero su uso se asocia
frecuentemente con efectos adversos metabólicos, incluyendo ganancia ponderal y alteraciones
lipídicas, que exigen una vigilancia clínica estrecha [2,5,8,15]. Por otra parte, los antidepresivos,
particularmente los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS) como la fluoxetina y la
sertralina, se han empleado en casos de ansiedad o depresión comórbida en niños con TND, aunque su
efectividad es variable y existe una preocupación persistente por el potencial aumento de ideación
suicida [13,16].
A pesar del volumen creciente de literatura, persisten interrogantes relevantes sobre la seguridad a largo
plazo, el impacto en el desarrollo neurológico, y la relación riesgo-beneficio del uso de psicofármacos
en diferentes subpoblaciones pediátricas. Algunos estudios recientes han ayudado a esclarecer estos
aspectos, al mostrar que no existe una asociación significativa entre el uso de metilfenidato y eventos
cardiovasculares graves [3,17], ni con un aumento en el riesgo de suicidio [18]
pág. 6522
Frente a este panorama, resulta fundamental integrar y analizar de forma sistemática la evidencia actual
sobre la eficacia, seguridad y tolerabilidad de los principales psicofármacos utilizados en el tratamiento
de los TND en población pediátrica. Esta revisión sistemática tiene como objetivo sintetizar la
información disponible proveniente de ensayos clínicos, revisiones sistemáticas previas y estudios
observacionales de alta calidad, con el fin de apoyar decisiones clínicas informadas y fomentar un uso
s racional y personalizado de estos fármacos en contextos pediátricos.
MÉTODOS
Diseño del estudio
Se realizó una revisión sistemática conforme a los lineamientos PRISMA 2020, con el objetivo de
evaluar la eficacia, seguridad y tolerabilidad de los psicofármacos en el tratamiento de trastornos del
neurodesarrollo (TND) en población pediátrica. El protocolo fue diseñado siguiendo las
recomendaciones de la Cochrane Collaboration y el Manual de Revisiones Sistemáticas del Joanna
Briggs Institute.
Criterios de elegibilidad
Criterios de inclusión
Población: niños y adolescentes (0 a 18 años) con diagnóstico clínico de TDAH, trastorno del
espectro autista (TEA), discapacidad intelectual o trastorno del lenguaje.
Intervención: uso de psicofármacos, incluyendo estimulantes (metilfenidato, anfetaminas), no
estimulantes (atomoxetina), antipsicóticos atípicos (risperidona, aripiprazol) y antidepresivos
(fluoxetina, escitalopram, sertralina).
Tipo de estudio: ensayos clínicos aleatorizados (ECA), estudios observacionales relevantes,
revisiones sistemáticas y metaanálisis con evaluación metodológica adecuada.
Idioma: publicaciones en inglés o español.
Fecha: artículos publicados entre enero de 2015 y abril de 2024.
Criterios de exclusión
Estudios con población adulta (>18 años).
Estudios sin resultados clínicos de eficacia o seguridad.
Ensayos abiertos sin grupo control o sin evaluación cuantitativa de resultados.
pág. 6523
Cartas al editor, editoriales, abstracts sin texto completo o informes anecdóticos.
Fuentes de información
Se realizaron búsquedas sistemáticas en las siguientes bases de datos electrónicas:
PubMed/MEDLINE
Scopus
PsycINFO
Cochrane Library
Además, se consultaron manualmente listas de referencias de estudios incluidos y revisiones previas
relevantes para identificar artículos adicionales. La búsqueda fue realizada entre el 15 y el 30 de abril
de 2024.
Estrategia de búsqueda
Se utilizaron combinaciones de términos MeSH y operadores booleanos, adaptadas a cada base de datos.
Un ejemplo de la estrategia en PubMed fue:
("Neurodevelopmental Disorders"[MeSH] OR "ADHD" OR "Autism Spectrum Disorder" OR
"Intellectual Disability" OR "Language Disorders")
AND
("Psychotropic Drugs"[MeSH] OR "Methylphenidate" OR "Risperidone" OR "Atomoxetine"
OR "Aripiprazole" OR "Antidepressants")
AND
("Child"[MeSH] OR "Adolescent"[MeSH])
AND
("Efficacy" OR "Safety" OR "Adverse effects")
Se aplicaron filtros automáticos para limitar por idioma, especie humana y tipo de publicación (ensayos
clínicos, revisiones sistemáticas, estudios observacionales).
Selección de estudios
Los títulos y resúmenes fueron revisados de forma independiente por dos investigadores. Los artículos
seleccionados pasaron a evaluación a texto completo y se aplicaron los criterios de inclusión. Las
discrepancias fueron resueltas mediante consenso o intervención de un tercer revisor.
pág. 6524
El proceso se documentó mediante un diagrama de flujo PRISMA.
Extracción de datos
Se diseñó una matriz de extracción para recolectar la siguiente información de cada estudio:
Autor y año
DOI
Tipo de estudio
Trastorno abordado
Psicofármaco evaluado
Tamaño de muestra
Resultados principales de eficacia
Efectos adversos reportados
Calidad metodológica
Dos revisores realizaron la extracción de forma independiente y los datos fueron verificados por un
tercero.
Evaluación del riesgo de sesgo
Para los ensayos clínicos aleatorizados se aplicó la herramienta RoB 2.0.
Para estudios observacionales, se utilizó la escala de Newcastle-Ottawa (NOS).
Las revisiones sistemáticas previas fueron evaluadas mediante AMSTAR 2.
Los resultados de la evaluación de riesgo de sesgo se presentan en forma de tabla resumen.
RESULTADOS
Se identificaron 1,872 registros mediante la búsqueda en bases de datos electrónicas. Tras la eliminación
de 465 duplicados, se evaluaron 1,407 estudios por título y resumen. De estos, 72 fueron revisados a
texto completo, y finalmente 17 estudios cumplieron con los criterios de inclusión y fueron incorporados
a la síntesis cualitativa. El proceso de selección se resume en el diagrama PRISMA (Figura 1).
pág. 6525
Figura 1. Diagrama PRISMA que ilustra el proceso de identificación, cribado, elegibilidad e
inclusión de estudios en esta revisión sistemática.
Eficacia y tolerabilidad de psicofármacos en TDAH
Los psicoestimulantes como el metilfenidato y las anfetaminas siguen siendo el tratamiento de primera
línea para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en la infancia. Un metaanálisis
de red que incluyó 133 ensayos clínicos aleatorizados y más de 14,000 niños reportó que las anfetaminas
mostraron la mayor eficacia (SMD 1.02; IC 95%: 1.19 a 0.85), seguidas del metilfenidato (SMD
0.78; IC 95%: 0.93 a 0.64) y la atomoxetina (SMD 0.56; IC 95%: 0.66 a 0.45). Sin embargo,
todos presentaron menor tolerabilidad que placebo, con efectos adversos frecuentes como insomnio,
disminución del apetito y cefalea [1].
pág. 6526
Tabla 1. Comparación de eficacia y tolerabilidad de psicofármacos utilizados en TDAH en
población pediátrica.
Trastorno
Fármaco
Eficacia (SMD)
Eventos adversos
frecuentes
TDAH
Anfetaminas
1.02
Pérdida de apetito,
insomnio
TDAH
Metilfenidato
0.78
Dolor abdominal,
cefalea
TDAH
Atomoxetina
0.56
Somnolencia,
irritabilidad
TEA
Risperidona
0.86
Aumento de peso,
sedación
TEA
Aripiprazol
0.57
Sedación, temblor
Depresión/Ansiedad
Fluoxetina /
Escitalopram
0.12
Náuseas, ideación
suicida
Antipsicóticos atípicos en trastorno del espectro autista (TEA)
En niños con TEA, los antipsicóticos atípicos más utilizados fueron risperidona y aripiprazol. La
risperidona mostró mayor eficacia para reducir la irritabilidad y comportamientos agresivos (SMD
0.86), mientras que el aripiprazol presentó una tolerabilidad superior, aunque con un efecto clínico
menor (SMD 0.57) [2,3].
Un estudio observacional a gran escala realizado en Estados Unidos con más de 30,000 niños con TEA
reportó que el 64% recibió al menos un psicofármaco, siendo los antipsicóticos los más prescritos,
seguidos por los estimulantes [4].
Tabla 2. Comparación de antipsicóticos atípicos en TEA: eficacia clínica y perfil de seguridad.
Fármaco
Indicaciones
Efectividad clínica
Eventos adversos
frecuentes
Recomendaciones
clínicas
Risperidona
Irritabilidad en
TEA
Alta (SMD 0.86)
Aumento de peso,
sedación
Útil en casos graves;
monitorear efectos
metabólicos
Aripiprazol
Conductas
agresivas leves a
moderadas
Moderada (SMD
0.57)
Somnolencia,
menor ganancia
ponderal
Buena tolerabilidad;
considerar como
primera opción
Olanzapina
Agitación severa
(off-label)
Eficaz, pero escasa
evidencia en niños
Ganancia
significativa de
peso, resistencia a
insulina
Evitar en población
pediátrica por perfil
metabólico
Grupo no tratado
Sin mejoría clínica
significativa
pág. 6527
Uso general de psicofármacos en trastornos del neurodesarrollo
Diversos estudios epidemiológicos han documentado una tendencia creciente en la prescripción de
psicofármacos en población pediátrica con trastornos del neurodesarrollo. En un estudio observacional
con más de 30,000 niños diagnosticados con trastorno del espectro autista (TEA), se reportó que
aproximadamente el 64 % había recibido al menos un psicofármaco en los últimos 12 meses. Los
antipsicóticos atípicos, particularmente risperidona y aripiprazol, fueron los más comúnmente
prescritos, seguidos por estimulantes como metilfenidato y anfetaminas, y antidepresivos,
principalmente inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS) como fluoxetina y sertralina.
Esta tendencia refleja tanto la complejidad clínica como la frecuente comorbilidad entre TEA, TDAH,
ansiedad y trastornos del estado de ánimo, que frecuentemente requieren intervenciones farmacológicas
combinadas para mejorar la funcionalidad global del niño [1]
Figura 2. Distribución del uso de psicofármacos en población pediátrica con trastornos del
neurodesarrollo.
pág. 6528
ISRS en trastornos emocionales y de ansiedad
En niños y adolescentes con trastornos del estado de ánimo o ansiedad, un metaanálisis con más de
6,000 participantes mostró una eficacia modesta pero significativa de los inhibidores selectivos de la
recaptura de serotonina (ISRS), siendo fluoxetina y escitalopram los más efectivos (SMD = 0.12; IC
95%: 0.080.17). La respuesta fue más pronunciada en adolescentes [5]. Sin embargo, el riesgo de
ideación suicida y activación conductual sigue siendo una preocupación clínica relevante.
La atomoxetina, aunque no clasificada como antidepresivo, demostró eficacia en casos de TDAH con
comorbilidad ansiosa, con menor incidencia de insomnio que los estimulantes [6].
Seguridad metabólica a largo plazo
El uso prolongado de antipsicóticos atípicos se asoció con efectos metabólicos adversos significativos,
especialmente en fármacos como olanzapina y quetiapina, con aumentos de peso de hasta +8.5 kg en
12 semanas, elevación de triglicéridos, colesterol total y resistencia a la insulina [7]. En comparación,
aripiprazol y risperidona mostraron perfiles más favorables, aunque no exentos de riesgo.
Tabla 3. Resumen de efectos adversos metabólicos de antipsicóticos atípicos en niños y
adolescentes
DISCUSIÓN
Los hallazgos de esta revisión sistemática reafirman la posición de los psicofármacos como componente
fundamental del manejo clínico de los trastornos del neurodesarrollo (TND) en población pediátrica.
Los estimulantes como el metilfenidato y las anfetaminas continúan siendo los tratamientos de primera
línea para el TDAH, mostrando una eficacia robusta en múltiples ensayos clínicos aleatorizados, aunque
con una tolerabilidad variable que requiere un enfoque individualizado [1]. La atomoxetina, aunque
Fármaco
Incremento
de peso (kg)
Colesterol
total
Triglicéridos
Colesterol no
HDL
Resistencia a la
insulina
Olanzapina
+8.5
Aumento
significativo
Aumento
significativo
Aumento
significativo
Aumento
significativo
Quetiapina
+6.1
Aumento
Aumento
Aumento
No relevante
Risperidona
+5.3
No relevante
Aumento
significativo
No relevante
No relevante
Aripiprazol
+4.4
No relevante
No relevante
No relevante
No relevante
Grupo no
tratado
+0.2
pág. 6529
menos eficaz, presenta un perfil de efectos adversos más favorable en ciertos subgrupos,
particularmente en pacientes con ansiedad comórbida [2].
En el contexto del trastorno del espectro autista (TEA), la risperidona y el aripiprazol se consolidan
como las opciones más eficaces para el tratamiento de la irritabilidad y conductas disruptivas, avaladas
por metaanálisis de alta calidad [3,4]. Sin embargo, sus efectos metabólicos adversos, incluyendo
ganancia de peso y alteraciones lipídicas, representan un desafío clínico significativo, especialmente
durante el desarrollo puberal [5]. Este hallazgo resalta la necesidad de protocolos de monitoreo más
rigurosos y estrategias terapéuticas que minimicen estos riesgos.
Tabla 4. Resumen Visual de Psicofármacos en Trastornos del Neurodesarrollo
Fármaco
Indicaciones
Eficacia Clínica
Eventos Adversos
Frecuentes
Metilfenidato
TDAH
Alta (SMD -0.78)
Insomnio, pérdida de
apetito
Anfetaminas
TDAH
Muy alta (SMD -1.02)
Irritabilidad, insomnio
Atomoxetina
TDAH + ansiedad
Moderada (SMD -0.56)
Náuseas, fatiga
Risperidona
TEA (irritabilidad)
Alta (SMD -0.86)
Aumento de peso, sedación
Aripiprazol
TEA (agitación)
Moderada (SMD -0.57)
Somnolencia, ganancia de
peso
Fuente: Elaboración propia con base en los estudios incluidos en la revisión sistemática.
Los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS), en particular la fluoxetina y el
escitalopram, han demostrado eficacia modesta pero significativa en el tratamiento de la ansiedad y la
depresión en adolescentes con TND [6]. No obstante, la asociación con ideación suicida y fenómenos
de activación conductual en niños más pequeños obliga a una prescripción cuidadosa, idealmente
acompañada de intervenciones psicoterapéuticas concurrentes [7]. En este sentido, persiste una brecha
importante en la evidencia sobre la seguridad a largo plazo de estos medicamentos, especialmente en
poblaciones con comorbilidades múltiples.
Los datos también subrayan la preocupación por los efectos adversos metabólicos de los antipsicóticos
atípicos, particularmente olanzapina y quetiapina, que se han vinculado con aumentos significativos en
peso, triglicéridos y resistencia a la insulina [8]. En contraste, aripiprazol y risperidona presentan un
perfil intermedio, aunque no exento de riesgo.
pág. 6530
Estos hallazgos reafirman la importancia de individualizar la elección farmacológica no solo con base
en la eficacia, sino también en la carga metabólica anticipada.
Figura 3. Comparación gráfica entre eficacia clínica y efectos adversos frecuentes de psicofármacos
utilizados en población pediátrica.
Elaboración propia con base en datos de Cortese et al. [1], Fung et al. [2] y Hetrick et al. [3]
Una de las limitaciones más relevantes identificadas en los estudios incluidos fue la corta duración del
seguimiento, lo que impide evaluar adecuadamente los efectos a largo plazo en desarrollo
neurobiológico, crecimiento físico y maduración afectiva. Asimismo, existe una marcada
heterogeneidad en los criterios diagnósticos, escalas de medición y subgrupos etarios analizados, lo cual
complica la síntesis cuantitativa y limita la generalización de los hallazgos.
A pesar de estas limitaciones, esta revisión aporta una integración actualizada y rigurosa de la evidencia
clínica disponible, y proporciona una base sólida para la toma de decisiones terapéuticas más seguras y
personalizadas en la práctica pediátrica. La implementación de estrategias combinadas que incluyan
psicoeducación, monitoreo longitudinal y participación activa de las familias podría optimizar los
resultados clínicos y reducir los riesgos asociados con la farmacoterapia en esta población vulnerable.
CONCLUSIÓN
El uso de psicofármacos en población pediátrica con trastornos del neurodesarrollo, incluyendo el
trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno del espectro autista (TEA) y
trastornos del estado de ánimo, constituye una herramienta terapéutica esencial, pero no exenta de
pág. 6531
riesgos. La evidencia actual respalda la eficacia de los estimulantes como metilfenidato y anfetaminas
en el tratamiento del TDAH, con tamaños del efecto clínicamente relevantes, aunque asociados a efectos
adversos frecuentes como insomnio y disminución del apetito [1]. En TEA, los antipsicóticos atípicos
como risperidona y aripiprazol han demostrado eficacia en la reducción de síntomas de irritabilidad y
agresividad, si bien su perfil metabólico demanda monitoreo constante [2,3].
Los antidepresivos, particularmente los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS)
como fluoxetina, ofrecen beneficios modestos en adolescentes con trastornos depresivos y de ansiedad,
con una mayor respuesta en este grupo etario respecto a niños más pequeños [4]. Sin embargo, la
preocupación por efectos adversos como ideación suicida persiste, lo que exige una selección cuidadosa
y vigilancia estrecha [5].
En términos de seguridad a largo plazo, múltiples estudios evidencian riesgos cardiometabólicos
importantes asociados con el uso de antipsicóticos de segunda generación, especialmente olanzapina y
quetiapina, que se han vinculado con incremento ponderal significativo, dislipidemias y resistencia a la
insulina [6,7]. En contraste, aripiprazol muestra un perfil más neutro, aunque no exento de efectos
adversos.
Frente a la escasez de estudios longitudinales y ensayos clínicos específicos en poblaciones pediátricas
con comorbilidades, se refuerza la necesidad de investigaciones futuras que profundicen en la seguridad,
adherencia y estrategias de retirada de estos fármacos. La toma de decisiones clínicas debe guiarse por
un enfoque individualizado, multidisciplinario y sustentado en evidencia de alta calidad, con el objetivo
de optimizar tanto la eficacia terapéutica como la calidad de vida de los pacientes.
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