PEER CONTAGION Y SU INFLUENCIA EN
EL COMPORTAMIENTO, EMOCIONES Y
RENDIMIENTO ACADÉMICO ESTUDIANTIL ACTUAL
PEER CONTAGION AND ITS INFLUENCE ON CURRENT STUDENT
BEHAVIOR, EMOTIONS, AND ACADEMIC PERFORMANCE
Diana Lizbeth Verduga Verduga
Investigador Independiente, Ecuador
Luis Alfonso Estacio Cortez
Investigador Independiente, Ecuador
María Eugenia Vásquez Solórzano
Investigador Independiente, Ecuador
Héctor Rodrigo Patiño Espinoza
Investigador Independiente, Ecuador
Cintia Jacqueline Ajila Salinas
Investigador Independiente, Ecuador
Ligia Elena Cifuentes Aragundi
Investigador Independiente, Ecuador
Maria Elena Ramirez Riofrío
Investigador Independiente, Ecuador
Laura Natividad Sosa Rios
Investigador Independiente, Ecuador
Rebeca Elizabeth Yaule Quishpe
Investigador Independiente, Ecuador
Johanna Priscila Yaule Quishpe
Investigador Independiente, Ecuador
pág. 8724
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i4.19449
Peer Contagion y su Influencia en el Comportamiento, Emociones y
Rendimiento Académico Estudiantil Actual
Diana Lizbeth Verduga Verduga1
dianalizbethverduga@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-6694-750X
Investigador Independiente
Ecuador
Luis Alfonso Estacio Cortez
estacio17120@gmail.com
https://orcid.org/0009-0001-7139-9747
Investigador Independiente
Ecuador
María Eugenia Vásquez Solórzano
maría.vasquez_1982@hohmail.com
https://orcid.org/0009-0009-6819-8731
Investigador Independiente
Ecuador
Héctor Rodrigo Patiño Espinoza
hrpe37@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0006-9649-654X
Investigador Independiente
Ecuador
Cintia Jacqueline Ajila Salinas
jaky_299@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0002-1132-3801
Investigador Independiente
Ecuador
Ligia Elena Cifuentes Aragundi
china_cifuente@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0001-3766-8886
Investigador Independiente
Ecuador
Maria Elena Ramirez Riofrío
malenitap.1993@gmail.com
https://orcid.org/0009-0006-4363-4099
Investigador Independiente
Ecuador
Laura Natividad Sosa Rios
lauranaty2010@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0006-0942-8857
Investigador Independiente
Ecuador
Rebeca Elizabeth Yaule Quishpe
beky_140287@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0002-4612-7704
Investigador Independiente
Ecuador
Johanna Priscila Yaule Quishpe
pris.yaule@gmail.com
https://orcid.org/0009-0005-8613-4900
Investigador Independiente
Ecuador
1
Autor principal
Correspondencia: dianalizbethverduga@gmail.com
pág. 8725
RESUMEN
El peer contagion es la influencia entre pares que afecta emociones, comportamientos y rendimiento
académico, pudiendo ser positiva o negativa, y depende del contexto social, la etapa de desarrollo y la
necesidad de aceptación del estudiante. Se diferencia de la presión explícita, pues implica un contagio
social espontáneo ligado al condicionamiento clásico, donde los adolescentes adoptan conductas para
buscar aceptación y validación. El autoconcepto académico se construye comparativamente, influido
por el entorno. El Análisis de Redes Sociales permite identificar líderes y estudiantes vulnerables al
peer contagion, facilitando intervenciones educativas que promuevan vínculos positivos y reduzcan
conductas negativas. La identidad personal se moldea según el lenguaje y las interacciones sociales,
especialmente en redes digitales, que permiten múltiples “yo” adaptados a distintos contextos. El ocio
puede reforzar valores positivos o facilitar conductas de riesgo, por lo que su gestión educativa es
fundamental. El objetivo general es “Analizar la influencia del peer contagion en los procesos
educativos de los estudiantes, considerando su impacto en el comportamiento, las emociones y el
rendimiento académico”. La investigación cuantitativa, no experimental y transversal, con 196
estudiantes, evidenció influencias mixtas del fenómeno, afectando autoestima, rendimiento y decisiones
académicas. Se recomienda fortalecer programas socioemocionales, promover amistades positivas,
capacitar docentes, involucrar a las familias y realizar seguimiento individualizado a estudiantes en
riesgo.
Palabras claves: contagio entre pares, autoconcepto académico, convivencia escolar
pág. 8726
Peer Contagion and Its Influence on Current Student Behavior, Emotions,
and Academic Performance
ABSTRACT
Peer contagion is the influence between peers that affects emotions, behaviors, and academic
performance. It can be positive or negative, depending on the social context, the student's stage of
development, and their need for acceptance. It differs from explicit peer pressure because it involves
spontaneous social contagion linked to classical conditioning, where adolescents adopt behaviors to
seek acceptance and validation. Academic self-concept is constructed comparatively, influenced by the
environment. Social Network Analysis allows for the identification of leaders and students vulnerable
to peer contagion, facilitating educational interventions that promote positive relationships and reduce
negative behaviors.Personal identity is shaped by language and social interactions, especially on digital
networks, which allow for multiple selves adapted to different contexts. Leisure time can reinforce
positive values or facilitate risky behaviors, so its educational management is fundamental. The overall
objective is to "Analyze the influence of peer contagion on students' educational processes, considering
its impact on behavior, emotions, and academic performance." The quantitative, non-experimental,
cross-sectional research with 196 students showed mixed influences of the phenomenon, affecting self-
esteem, performance, and academic decisions. It is recommended to strengthen socio-emotional
programs, promote positive friendships, train teachers, involve families, and provide individualized
follow-up for at-risk students.
Keywords: peer contagion, academic self-concept, school coexistence
Artículo recibido 24 julio 2025
Aceptado para publicación: 27 agosto 2025
pág. 8727
INTRODUCCION
El término peer contagion (contagio entre pares) hace referencia al proceso mediante el cual los niños,
niñas y adolescentes influyen mutuamente en sus pensamientos, emociones y comportamientos, a
menudo de manera inconsciente, a través de la convivencia cotidiana en contextos escolares o sociales.
Este fenómeno puede manifestarse en forma de imitación, presión grupal, refuerzo social o simplemente
al compartir experiencias similares. Aunque puede tener efectos positivos (como motivación académica
o cooperación), también puede facilitar la propagación de conductas problemáticas como agresividad,
evasión escolar, estrés o desmotivación, especialmente cuando los grupos carecen de una guía adulta o
normas prosociales.
El contagio entre pares ocurre con mayor frecuencia durante la adolescencia, una etapa caracterizada
por una fuerte necesidad de pertenencia y validación social. Sin embargo, también se ha documentado
en edades tempranas, influyendo en la formación de juicios, actitudes y desempeño académico (Nicolay,
Hank, Egger, Muller y Huber, 2025).
La influencia de los pares se entiende como un proceso mediante el cual las personas ajustan sus
actitudes, decisiones o comportamientos en función de sus interacciones o de la observación directa de
las conductas de quienes los rodean. Este fenómeno es especialmente evidente en contextos inciertos o
nuevos. Cabe destacar que esta forma de influencia no siempre ocurre de manera consciente o
voluntaria, por el contrario, con frecuencia actúa de forma implícita, sin que el individuo reconozca que
está siendo influenciado; debido a esto, la influencia entre pares suele vincularse con aspectos negativos
como la presión social, el conformismo o el contagio conductual (Nicolay, et al., 2025).
Este mecanismo puede contribuir al surgimiento de conductas problemáticas, como la agresividad, la
delincuencia juvenil o la toma de decisiones impulsivas y riesgosas; no obstante, la magnitud y
dirección de esta influencia no dependen únicamente del grupo, sino que están moduladas por una
combinación de factores situacionales (como el contexto social, el tipo de actividad o la presencia de
figuras de autoridad) y características individuales (como la autoestima, la necesidad de aceptación o el
nivel de desarrollo emocional). Estos factores determinan tanto la probabilidad de estar expuesto a la
influencia como la vulnerabilidad personal a adoptarla (Nicolay, et, al., 2025).
pág. 8728
A diferencia de los enfoques que definen la influencia entre pares desde una perspectiva de contagio o
socialización espontánea, el concepto de "influencia de los pares" hace referencia a un proceso en el
cual las personas modifican sus opiniones, actitudes o comportamientos en respuesta a la conducta de
aquellos con quienes mantienen vínculos cercanos; mientras que el contagio social entre pares alude a
dinámicas más amplias que no necesariamente implican una presión directa, la influencia de los pares
puede incluir cierto grado de coacción o expectativa implícita de conformidad (Burgess, Riddell,
Fancourt y Murayama, 2022).
Dicho de otro modo, la influencia de los pares puede entenderse como una forma específica y, en
ocasiones, más directa del contagio social, caracterizada por una presión explícita o implícita para
adoptar determinados comportamientos. Tal vez por esta connotación negativa, gran parte de la
literatura científica ha centrado su atención en los efectos perjudiciales de dicha influencia durante la
adolescencia. En particular, se ha documentado su relación con una variedad de conductas de riesgo
desarrolladas fuera del contexto escolar, tales como el consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias
psicoactivas (Burgess, et, al.,2022).
Aunque el peer contagion (contagio entre pares) es un concepto moderno dentro de la psicología del
desarrollo y el aprendizaje social, puede establecerse una relación indirecta y propia desde el punto de
vista de los autores de esta investigación con el condicionamiento clásico de Iván Pávlov, el mismo que
menciona que los individuos aprenden a responder de forma automática e inconsciente a un estímulo
previamente neutro cuando este se asocia repetidamente con otro estímulo que provoca una respuesta
natural o significativa (Pavlov, 1927, citado en Madden, Mahmoudi, y Brown, 2023).
En el condicionamiento clásico, un estímulo inicialmente neutro llega a provocar una respuesta
automática al asociarse repetidamente con un estímulo significativo; en el ámbito social, si un
adolescente asocia determinados comportamientos con la aceptación de sus pares, puede comenzar a
sentir satisfacción o placer solo con repetir ese comportamiento. En el entorno donde se desenvuelven
los jóvenes, existe un gran deseo de conseguir la aceptación social (propia del ser humano), lo cual
actúa como un estímulo que determina una conducta aprobada por los contextos sociales establecidos
entre los pares.
pág. 8729
De la misma manera, pero en un contexto más actualizado se puede establecer una relación directa entre
la teoría del aprendizaje social de Bandura y el peer contagion, tomando en cuenta que los adolescentes
aprenden conductas observadas o modeladas, más aún cuando estas son notablemente recompensadas
o sobrevaloradas por los pares; por consiguiente, imitan o replican actitudes, sean positivas o negativas,
asociadas con la inclusión a grupos específicos. Bandura (1986, citado en Villagómez, Bonilla, Bonilla
y Torres, 2023) menciona que:
Mediante el aprendizaje se puede procesar información, y los datos que se obtienen a través de estas
actividades de conducta y diferentes acontecimientos que se dan en un determinado medio, son
transformados en diferentes representaciones que sirven como guía para un futuro accionar. (p. 3)
De forma paralela, en el fenómeno del peer contagion, los adolescentes observan conductas socialmente
aceptadas entre sus pares, y terminan por imitarlas como respuesta al estímulo de aceptación o
pertenencia grupal, que funciona como un refuerzo positivo. Esta repetición constante de modelos
observados, ya sea de forma consciente o inconsciente, configura un aprendizaje que, aunque más
complejo y social, conserva la lógica asociativa del condicionamiento clásico.
Desde esta perspectiva, la aceptación social puede operar como el estímulo reforzante que condiciona
la conducta del adolescente, de manera similar al modelo pavloviano, pero trasladado al contexto social
contemporáneo. Esta propuesta integra elementos del aprendizaje social (Bandura, 1977) con bases
conductistas, sugiriendo una visión más amplia del aprendizaje observado en contextos grupales
juveniles.
Influencia de los pares en la construcción del autoconcepto académico: el efecto del pez grande
en el estanque pequeño
La percepción que una persona tiene de misma en distintos ámbitos no se forma de manera aislada,
sino que se construye mediante la evaluación de los propios logros en relación con ciertos marcos de
referencia externos. Festinger (1954, citado en Koivuhovia, Marsh, Dicke, Sahdra, Guo, Parker y
Vainikainen, 2020) sostiene que los individuos tienden a compararse con otros para evaluar sus propias
habilidades y características.
En el contexto educativo, una de las expresiones más estudiadas de este fenómeno comparativo es el
llamado efecto del pez grande en estanque pequeño formulado inicialmente por Marsh y Parker (1984).
pág. 8730
Este efecto describe una paradoja aparente: estudiantes con un nivel de rendimiento académico
relativamente alto tienden a desarrollar un autoconcepto académico más positivo cuando se encuentran
en entornos donde el rendimiento promedio de sus compañeros es más bajo.
En cambio, si esos mismos estudiantes son ubicados en clases altamente competitivas, rodeados de
compañeros con rendimientos igualmente elevados o superiores, su autopercepción académica tiende a
disminuir, a pesar de mantener el mismo nivel de competencia objetiva (Koivuhovia, et, al., 2022).
Es decir, un estudiante no depende exclusivamente de su rendimiento individual, sino también de cómo
se percibe en relación con sus pares inmediatos. Cuanto mayor es el nivel promedio de la clase o del
entorno, mayor es la probabilidad de que un estudiante experimente una disminución en su
autoconcepto académico, debido a comparaciones descendentes desfavorables. Este efecto
complementa la noción de peer contagion, en tanto que revela cómo el contexto grupal moldea no solo
comportamientos observables, sino también creencias internas sobre uno mismo (Koivuhovia, et, al.,
2022).
Esta dinámica sugiere que el entorno social inmediato actúa como un marco de referencia evaluativo.
Por tanto, las comparaciones entre pares no solo promueven la imitación de conductas, sino que también
afectan la forma en que los estudiantes se valoran académicamente; también configuran los juicios
internos del estudiante sobre su propia valía y capacidad, con consecuencias directas sobre la
motivación, el esfuerzo y las trayectorias educativas futuras.
Las redes sociales y el peer contagion
El Análisis de Redes Sociales (ARS) permite entender el peer contagion no como un proceso aleatorio,
sino como una dinámica relacional que está determinada por la estructura social del grupo y las
conexiones individuales dentro de él.
El ARS ofrece un marco teórico valioso para comprender cómo se produce el contagio entre pares en
contextos educativos. Esta herramienta permite mapear y cuantificar las relaciones sociales entre los
estudiantes, visualizando patrones de interacción que revelan cómo fluyen actitudes, conductas,
emociones y recursos dentro de un grupo. Según Lin (1999, citado en Black, Warstadt, Mamas, 2025),
el capital social (como el conocimiento, el estatus, la motivación o la resiliencia) puede distribuirse a
través de los vínculos que existen en una red, dependiendo de su estructura y composición; por ejemplo,
pág. 8731
la presencia de estudiantes con alta influencia social puede acelerar la propagación de conductas tanto
positivas como negativas.
Además de permitir la visualización de relaciones interpersonales, el ARS facilita la identificación de
nodos clave dentro de la red; es decir, estudiantes con una posición central o con múltiples conexiones
sociales, que actúan como potenciales "agentes de contagio". Estos individuos, por su ubicación
estratégica, tienen mayor capacidad para difundir normas, valores, emociones o comportamientos
dentro del grupo, ya sea de manera positiva o negativa (Black, et, al. 2025).
Asimismo, Black, et al. (2025) sostiene que el ARS permite detectar a estudiantes en situación de
aislamiento o con bajo grado de conexión social, quienes pueden estar más vulnerables al contagio de
conductas desadaptativas, o quedar fuera de los circuitos de apoyo académico y emocional. Este
enfoque, por tanto, no solo permite describir el fenómeno del contagio entre pares, sino también
proponer intervenciones pedagógicas más precisas y equitativas, orientadas a fortalecer los vínculos
positivos y a reducir el impacto de influencias sociales nocivas dentro del aula.
La influencia negativa entre pares
La conducta desviada entre los compañeros puede predecir un impacto negativo en el rendimiento
académico de los adolescentes. La influencia de los pares en el desempeño escolar no es uniforme, sino
que varía según el grupo social al que pertenezcan; el rendimiento académico de los compañeros dentro
de la misma clase social ejerce un efecto más duradero y significativo en el desempeño de los
adolescentes, mientras que la influencia de pares de diferentes clases sociales tiende a ser más
inmediata, pero de menor duración (Jiang, 2023).
De la misma manera, Jiang (2023) menciona que las capacidades cognitivas y las redes sociales
caracterizan a los grupos de pares provenientes de diferentes contextos sociales; además, se ha
evidenciado que los niños presentan mayores problemas de conducta en comparación con las niñas.
Esta tendencia a la conducta desviada, más frecuente en varones, junto con rasgos de personalidad más
rebeldes, contribuye a que el rendimiento académico de los adolescentes varones sea particularmente
vulnerable a la influencia negativa de comportamientos desviados en sus pares. En consecuencia, la
agregación de conductas desviadas dentro de un grupo de compañeros puede afectar de manera
pág. 8732
diferencial a los estudiantes según su género y contexto social, amplificando el riesgo de bajo
desempeño académico.
La Construcción del Yo Mediante las Redes Sociales
La identidad personal no es algo fijo, sino algo que se construye a través las palabras, las narrativas, las
formas en que hablamos de nosotros mismos y de los demás; este discurso puede cambiar y, con él,
nuestra identidad también puede transformarse, esto quiere decir que la forma en que nos entendemos
como personas (yo estudiante, yo hija, yo cristiana, etc.) depende de cómo se habla de esos roles en la
sociedad. Del Prete y Redón (2020) mencionan que no hay un solo "yo" esencial, sino muchos "yo"
posibles, moldeados por el lenguaje y el contexto.
Eso significa que, si cambian las formas de hablar o los entornos sociales, también puede cambiar
quiénes somos o cómo nos vemos. Por ejemplo, al pasar de un entorno familiar a uno escolar o de una
red social a otra, puedes asumir diferentes versiones entorno a la personalidad. El mundo virtual (como
redes sociales, foros, juegos en línea) ofrece nuevas maneras de nombrarse y reconocerse; allí, las
personas pueden explorar identidades que en el mundo físico tal vez no son aceptadas o visibles; todas
estas acciones que no solo expresan lo que uno es, sino que en realidad constituyen lo que uno llega a
ser, es decir, se adquiere la personalidad debida, según a quienes se dirige cotidianamente (Del Prete y
Redón, 2020).
El Ocio y Su Influencia Entre Pares
No toda forma de ocio resulta beneficiosa, dado que está vinculada directamente con las
manifestaciones negativas del contagio entre pares. En determinados contextos de tiempo libre, se
reproducen patrones de comportamiento de riesgo, se pueden presentar episodios de violencia o acoso,
y se llegan a normalizar actitudes antisociales dentro del grupo. Esto confirma que la influencia entre
iguales puede impulsar dinámicas perjudiciales incluso fuera del entorno escolar, pero con
consecuencias directas en el bienestar educativo del adolescente, tales como baja autoestima,
retraimiento, agresividad, consumo de sustancias, desinterés académico o deterioro de la convivencia
en el aula (Díaz, De Juanas y Goig, 2022).
Al mismo tiempo, Cuenca (2014, citado en Lazcano y De Juanas, 2020) se reconoce que el ocio tiene
el potencial de fortalecer aspectos emocionales, físicos y cognitivos, por lo que, si se canaliza
pág. 8733
adecuadamente, puede convertirse en un medio de influencia positiva, contribuyendo al desarrollo de
la autoestima, la cooperación, la salud mental y el compromiso académico.
Desde esta perspectiva, resulta evidente que el contagio entre pares no se limita al ámbito escolar ni a
los espacios virtuales, sino que se extiende también a los escenarios informales de socialización juvenil.
Los vínculos y modelos de comportamiento que surgen en estos espacios pueden tanto reforzar valores
prosociales como fomentar conductas de riesgo, de ahí la necesidad de que el sistema educativo
contemple estrategias que orienten el ocio adolescente hacia actividades sanas y formativas, con el fin
de prevenir la reproducción de influencias negativas (Ardila y Madariaga, 2023).
El tiempo libre, más allá del aula y del entorno digital, se configura, así como un espacio clave en los
procesos de socialización en la adolescencia, y por tanto, un entorno donde el contagio entre pares se
manifiesta con claridad. Los jóvenes utilizan este tiempo para expresar su personalidad, fortalecer
vínculos y dar sentido a sus vivencias, lo cual les permite desarrollar normas grupales, establecer
jerarquías simbólicas y adoptar hábitos de interacción que terminan influyendo en su identidad (Urra,
García, Horcano y Goig, 2024).
Esta interacción constante entre iguales convierte al ocio en un medio no solo de recreación, sino
también de construcción de identidad y conducta. A través de él se moldean aspectos emocionales,
cognitivos y físicos, lo cual subraya su valor educativo, pero también su susceptibilidad frente a
influencias negativas.
Tal como advierten Díaz et al. (2022), algunas prácticas de ocio carecen de sentido pedagógico, e
incluso pueden fomentar la violencia o normalizar comportamientos antisociales dentro de los grupos
juveniles. En estos contextos, el ocio deja de ser una oportunidad formativa y se convierte en un entorno
propenso a la reproducción de prácticas dañinas como el acoso, la exclusión social o el consumo
problemático.
Desde el enfoque del peer contagion, estos escenarios constituyen un terreno fértil para la adopción
colectiva de normas, actitudes y conductas. Por ejemplo, en aquellos grupos donde se valida el desafío
a la autoridad, el rechazo a la escuela o la agresividad como forma de destacar, los adolescentes más
influenciables pueden asumir estos comportamientos para ser aceptados. Esta presión grupal puede
trasladarse luego al contexto escolar, afectando negativamente el clima del aula, debilitando la
pág. 8734
motivación hacia el aprendizaje y acentuando las dinámicas de marginación (Díaz, Galán, De Juanas y
García y Ortega, 2025).
Sin embargo, también debe subrayarse que el ocio, si se orienta hacia actividades significativas y
coherentes con el bienestar integral del joven, puede constituirse en un poderoso canal de contagio
positivo. Espacios como clubes deportivos, talleres artísticos o proyectos de voluntariado fomentan
habilidades sociales, empatía, autocontrol emocional y sentido de logro personal (Urra et al., 2024). En
estos casos, las redes de pares se transforman en motores que impulsan la participación ética, el sentido
de pertenencia y el interés académico.
Por ello, es indispensable que la educación contemple el análisis del ocio como una dimensión esencial
del desarrollo adolescente. Las escuelas deben promover la articulación entre los espacios formales de
aprendizaje y las actividades extracurriculares, para que el tiempo libre no sea un lugar de riesgo, sino
una plataforma para fortalecer una cultura educativa basada en la inclusión, la participación activa y el
desarrollo integral del estudiante.
Relevancia social
Existe una gran necesidad de mejorar la convivencia escolar, por lo cual el Ministerio de Educación de
Ecuador ha desarrollado Políticas Nacionales de Convivencia Escolar, que destaca la urgencia de
“fortalecer mecanismos de protección integral y convivencia armónica en el espacio escolar”. Sin
embargo, estas políticas deberían incluir el análisis del contagio entre pares (peer contagion),
responsable de difundir conductas positivas o negativas que repercuten en el clima educativo
(MINEDUC, 2022).
Varias investigaciones realizadas en Ecuador demuestran que una convivencia escolar deficiente,
caracterizada por acoso, exclusión o violencia simbólica, incide negativamente en el rendimiento
académico. El estudio del peer contagion aporta herramientas para intervenir en estas dinámicas,
favoreciendo la creación de ambientes más inclusivos y colaborativos; de la misma manera, se menciona
el análisis sobre habilidades socioemocionales en Educación Básica Superior, las mismas que
demuestran que su fortalecimiento tiene un impacto positivo en la convivencia escolar. El peer
contagion actúa como canal para transferir esas habilidades de un alumno a otro, amplificando sus
pág. 8735
efectos positivos o negativos en la comunidad (Sangacha, Mera, Cornejo, Martínez, Sesme, Jiménez,
2025).
Respecto a la formulación del problema debe plantearse la siguiente pregunta: ¿Cómo influye el peer
contagion en la educación de hoy?, mientras que el objetivo general es “Analizar la influencia del peer
contagion en los procesos educativos de los estudiantes, considerando su impacto en el
comportamiento, las emociones y el rendimiento académico”. Mientras que los objetivos específicos
son:
Identificar las manifestaciones del peer contagion en el entorno escolar y digital de los estudiantes.
Examinar la relación entre el peer contagion y el desarrollo del autoconcepto académico en los
estudiantes.
Determinar cómo el peer contagion influye en el rendimiento académico, la conducta y el bienestar
emocional de los estudiantes.
METODOLOGÍA
Enfoque, Diseño y Tipo de Investigación
Esta investigación adoptó un enfoque cuantitativo, ya que el fenómeno del peer contagion fue analizado
mediante la recopilación y procesamiento de datos numéricos. Según Hernández, Fernández y Baptista
(2014), este enfoque “utiliza la recolección de datos para probar hipótesis con base en la medición
numérica y el análisis estadístico, con el fin de establecer pautas de comportamiento y probar teorías”
(p. 4).
El estudio se enmarcó en un diseño no experimental, puesto que no se realizó manipulación
intencionada de las variables involucradas (Hernández et al., 2014). Además, se trató de una
investigación transversal, ya que se recolectaron los datos en un único momento en el tiempo. En cuanto
al tipo de estudio, fue de corte correlacional-descriptivo, dado que se buscó identificar características
relevantes del fenómeno del contagio entre pares y su relación con variables académicas y de
convivencia escolar. Tal como afirman los autores mencionados, este tipo de investigación “busca
especificar propiedades y características importantes de cualquier fenómeno que se analice” (Hernández
et al., 2014, p. 92).
pág. 8736
Población y Muestra
La población objeto del estudio estuvo conformada por 670 estudiantes de la Unidad Educativa Prócer
Manuel Quiroga. La muestra estuvo compuesta por 131 estudiantes, seleccionados bajo un muestreo no
probabilístico por conveniencia al encontrarse en una etapa de desarrollo en la que es posible
comprender y responder adecuadamente los cuestionarios aplicados; de acuerdo con Hernández et al.
(2014), este tipo de muestreo “no depende de la probabilidad, sino de las características de la
investigación” (p. 90), por lo que no se recurrió a fórmulas estadísticas, sino a criterios previamente
definidos.
Técnicas de Recolección y Análisis de Datos
Conforme a lo señalado por Hernández et al. (2014), la recolección de datos “implica elaborar un plan
detallado de procedimientos que nos ayudará a reunir datos con un propósito específico” (p. 198). En
ese sentido, se utilizó la encuesta como técnica principal, implementando un cuestionario estructurado
que permitió indagar acerca de los comportamientos sociales repetidos entre pares, la percepción de
influencias grupales, y su relación con actitudes escolares, tanto positivas como negativas.
RESULTADOS
Las respuestas obtenidas para las diferentes preguntas denotan lo siguiente:
"¿Sientes presión por parecerte a lo que publican tus compañeros en redes sociales?", el 67% de los
encuestados respondió “nunca”, el 26% respondió “a veces”y el 9% siempre. Este resultado refleja una
división inexacta en la percepción de presión social vinculada al contenido publicado por los pares, lo
cual evidencia que, si bien una parte significativa de los adolescentes no se siente afectada directamente
por esta comparación social, existe un porcentaje representativo (35%) que experimenta cierta presión
ocasional por ajustarse a estándares o estilos de vida mostrados en redes sociales.
“¿La opinión de tus amigos sobre tu desempeño académico afecta tu autoestima?”, el 70% de los
encuestados respondió que no, mientras que el 21% indique tal vez, y el 9% afirmó que si. Estos
datos muestran que, la mayoría declara no verse afectada por las opiniones de sus pares, mientras que
un 30% reconoce cierto grado de influencia emocional en su autoestima a partir de la percepción de su
rendimiento académico por parte de sus amigos.
pág. 8737
“¿Tus amigos te motivan a mejorar o a descuidar tus estudios?”, el 41% de los encuestados respondió
“no”, indicando que no perciben influencia directa de sus amistades en su rendimiento académico. Por
otro lado, el 34% respondió “sí” y el 25% dijo “tal vez”, lo que significa que casi el 59% reconoce
algún grado de influencia (positiva o negativa) de sus pares en su actitud hacia el estudio.
“¿Te has sentido presionado a faltar a clases o a no cumplir con tareas debido a tu grupo de amigos?”,
el 67% de los encuestados respondió “no”, mientras que el 21% indicó que “sí” y el 12% tal vez. Estos
datos revelan que, aunque la mayoría no se ha visto afectada por este tipo de presión social, una tercera
parte de los estudiantes sí reconoce haber experimentado algún tipo de influencia negativa por parte de
su grupo de pares en relación con el cumplimiento de sus deberes escolares.
“¿Has adoptado comportamientos negativos (como faltar, copiar, pelear) por influencia de tus
amigos?”, el 75% de los encuestados respondió no”, mientras que el 13% indicó que si” y el 12% tal
vez. Este resultado indica que el 25% de los estudiantes reconoce haber asumido conductas inapropiadas
debido a la presión o ejemplo de sus pares; sin embargo, una mayoría significativa no acepta haber
adoptado comportamientos negativos bajo la influencia de su entorno social.
“¿Sientes ansiedad o tristeza cuando tus amigos te excluyen o desaprueban tus decisiones?”, el 49%
de los encuestados indicó que “no”, mientras que el 23% respondió “tal vez” y el 28% señaló que “sí”.
Este resultado indica que un poco menos de la mitad de los adolescentes no ha experimentado un
impacto emocional directo ante la desaprobación o exclusión de sus pares; sin embargo, un poco más
de la mitad (51%) presenta cierto nivel de vulnerabilidad emocional ante estas situaciones (ya sea con
dudas o con afectaciones claras).
“¿Crees que tu rendimiento académico ha mejorado o empeorado debido a la influencia de tu grupo
social?”, el 48% de los estudiantes respondió “no”, indicando que no perciben una influencia directa;
el 31% respondió “sí”, y el 21% indicó tal vez”. Estos datos muestran que menos de la mitad de los
estudiantes considera que su grupo social no afecta su rendimiento académico, mientras que un 52%
reconoce una influencia directa o posible de sus pares sobre su desempeño escolar.
“¿Con qué frecuencia sigues comportamientos de tus amigos para sentirte aceptado?”, el 9% de los
encuestados respondió “siempre”, el 38% “a veces” y el 53% “nunca”. Estos resultados reflejan una
distribución casi equilibrada entre quienes se mantienen independientes de la presión social y quienes
pág. 8738
presentan cierto nivel de conformidad o adaptación conductual con el grupo de pares. En total, el 47%
de los adolescentes admite seguir conductas de sus amigos al menos ocasionalmente para sentirse
aceptado.
“¿Tus decisiones académicas (como estudiar o no estudiar) están influenciadas por tus amigos?”, el
78% de los encuestados respondió “nunca”, el 8% “siempre” y el 15% “a veces”. Estos resultados
sugieren que una amplia mayoría de los adolescentes afirma mantener independencia en sus decisiones
académicas, mientras que casi un 25% reconoce algún nivel de influencia por parte de sus amistades en
relación con sus hábitos de estudio.
DISCUSION
Los hallazgos de esta investigación confirman la presencia significativa del peer contagion o contagio
entre pares en los entornos escolares y digitales de los estudiantes de la básica superior de la Unidad
Educativa Prócer Manuel Quiroga, lo cual influye directamente en diversos aspectos del desarrollo
académico, social y emocional de los adolescentes.
La presión para parecerse a los compañeros en plataformas digitales y la conformidad conductual
reflejan cómo los adolescentes internalizan y replican normas y comportamientos del grupo. Esto se
alinea con la teoría del aprendizaje social de Bandura, que explica que los individuos aprenden
observando e imitando a sus pares, especialmente en contextos donde buscan aceptación y pertenencia
(Villagómez, et al., 2023).
La influencia social actúa como un sistema de retroalimentación que puede fortalecer o deteriorar la
percepción personal del desempeño escolar. señalan que la aceptación y las relaciones con los pares
tienen una relación directa con el rendimiento académico y el autoconcepto, validando la importancia
de la aceptación social durante la adolescencia. Por su parte, Brown y Larson (2009) enfatizan que la
adolescencia es una etapa clave en la formación de la identidad, en la que las relaciones con los amigos
impactan la autoestima y el sentido de pertenencia.
La presión para faltar a clases, no cumplir con tareas o adoptar comportamientos negativos refleja cómo
el grupo puede fomentar tanto prácticas perjudiciales como, en algunos casos, motivaciones para el
estudio. La dualidad de esta influencia confirma que el grupo de pares puede actuar como un agente
socializador ambivalente, capaz de promover conductas constructivas o destructivas. Además, la
pág. 8739
presencia de ansiedad y tristeza ante la exclusión o desaprobación subraya la vulnerabilidad emocional
que enfrentan muchos adolescentes, lo que demanda una atención especial por parte de docentes y
familias para fortalecer las habilidades socioemocionales y la resiliencia (Dishion y Tipsord, 2011).
CONCLUSIONES
Se evidenció que las manifestaciones del peer contagion están presentes tanto en el entorno físico
escolar como en el digital, afirmando que una gran cantidad de estudiantes manifestó sentir presión
ocasional por parecerse a lo que sus compañeros publican en redes sociales, lo que muestra que los
estándares sociales y de comportamiento compartidos digitalmente ejercen influencia en la
autopercepción y el deseo de aceptación. Además, sienten una presión social muy marcada en seguir
conductas de sus amigos al menos ocasionalmente para sentirse aceptados, lo que refleja la existencia
de procesos de imitación, conformidad y validación que son característicos del contagio entre pares.
El peer contagion afecta significativamente el autoconcepto académico. La percepción social influye
en cómo los adolescentes se valoran académicamente, validando lo propuesto por Bandura sobre el
impacto del entorno social en la autoevaluación y el aprendizaje por observación. El juicio de los
compañeros puede actuar como un refuerzo emocional que moldea el autoconcepto, ya sea
fortaleciéndolo o debilitándolo.
El peer contagion muestra una influencia dual. El grupo social ha influido directamente en el
desempeño académico de los discentes, quienes sienten presión para faltar a clases o no cumplir tareas.
Además, el adoptar conductas negativas (como copiar o pelear). Es común entre los adolescentes
fomentar actitudes contraproducentes; en términos de bienestar, la ansiedad y tristeza surgen cuando no
se sienten aprobados por sus pares, lo que refleja un grado de dependencia afectiva que puede vulnerar
la estabilidad emocional. Esto confirma que el peer contagion tiene efectos relevantes no solo sobre el
comportamiento observable, sino también sobre dimensiones internas del desarrollo adolescente.
Recomendaciones
Fortalecer programas de desarrollo socioemocional en el ámbito escolar
Es fundamental implementar talleres que ayuden a los estudiantes a identificar y gestionar la presión
social, desarrollar su autoestima y tomar decisiones autónomas. Estas habilidades reducen la
vulnerabilidad ante el peer contagion y fomentan una identidad sólida y resiliente.
pág. 8740
Fomentar entornos de amistad positiva y tutoa entre pares
Promover dinámicas escolares que fortalezcan relaciones interpersonales sanas puede convertir al grupo
de amigos en una red de apoyo académico y emocional, disminuyendo la probabilidad de influencia
negativa y potenciando el contagio de conductas prosociales.
Incluir el análisis crítico de las redes sociales en el currículo
Dado que muchos estudiantes experimentan presión por parecerse a lo que otros publican en redes
sociales, es importante incluir en las aulas espacios de reflexión sobre la imagen digital, la comparación
social y los efectos emocionales del contenido virtual.
Capacitar a docentes en estrategias de acompañamiento psicoeducativo
Los educadores deben estar preparados para detectar signos de influencia negativa entre pares, ansiedad
por aceptación o baja autoestima, y ofrecer una intervención temprana y efectiva que refuerce la
autorregulación y el pensamiento crítico en los estudiantes.
Involucrar a las familias en la formación del autoconcepto académico
La comunicación escuela-familia debe centrarse también en fortalecer el rol de los padres como
referentes y guías emocionales, especialmente cuando los estudiantes enfrentan conflictos entre las
expectativas del hogar y la presión del grupo de pares.
Realizar seguimiento individualizado a estudiantes con riesgo emocional o bajo rendimiento
Los casos en los que se identifique mayor susceptibilidad al contagio de conductas negativas o
afectación emocional deben ser acompañados por el departamento de consejería estudiantil, brindando
atención continua y personalizada.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ardila, L y Madariaga, A. (2023). Imaginarios de ocio y su relación con el desarrollo humano en
profesores de una institución de educación superior en Colombia. Electronic Journal Of
Research In Educational Psychology, 23 (1), pp. 115-138. Recuperado de:
Https://Dialnet.Unirioja.Es/Descarga/Articulo/9456130.Pdf
Black, A., Warstadt, M. y Mamas, C. (2025). Lo importante es a quién conoces: una revisión de las
redes de pares y el rendimiento académico en las escuelas. Psicología educativa, 15(s/n).
Recuperado de: https://doi.org/10.3389/fpsyg.2024.1444570
pág. 8741
Brown, B. y Larson, J. (2009). Peer relationships in adolescence. Hand book of Adolescent Psychology.
Recuperado de:
https://books.google.com.ec/books?hl=es&lr=&id=modqtujZm30C&oi=fnd&pg=PA74&dq=
Brown+y+Larson+(2009)&ots=QUgPBI4ETa&sig=MFkJjxQ1iZzanQuYnWmbd4SsQ4o#v=
onepage&q=Brown%20y%20Larson%20(2009)&f=false
Burgess, L., Riddell, P., Fancourt, A. y Murayama, K. (2022). La influencia del contagio social en la
educación: una perspectiva motivacional. Mente, cerebro y educación, 12(4), pp. 164-174.
Recuperado de: https://motivationsciencelab.com/wp-
content/uploads/2022/02/Burgess_etal_2018
Del Prete, A. y Redón, S. (2020). Las redes sociales on-line: Espacios de socialización y definición de
identidad. Psicoperspectivas, 19(1), pp. 1-11. Recuperado de:
http://dx.doi.org/10.5027/psicoperspectivas-vol19-issue1-fulltext-1834
Díaz, J., Galán, D., De-Juanas, A. y García, F. (2025). Ocio, Prevención del Bullying y Ciberbullying
en Adolescentes: una Revisión Sistemática Electronic Journal of Research in Educational
Psychology, 23 (1), pp. 115-138. Recuperado de:
https://visualcompublications.es/revVISUAL/article/view/3777
Diaz,J., De Juanas, A. y Goig, R. (2022). Bienestar psicológico y resiliencia en jóvenes en riesgo social:
revisión sistemática. Revista Internacional de Cultura Visual, 9(3777)- Recuperado de:
https://oai.e-spacio.uned.es/server/api/core/bitstreams/fce2cb7b-485e-4a18-acaf-
0f13292a56c5/content
Dishion, T. y Tipsord, J. (2011). El contagio entre pares en el desarrollo socioemocional de niños y
adolescentes. National Center for Biotechnology information, 62(s/e), pp. 189-214.
Re3cuperado de: DOI: 10.1146/annurev.psych.093008.100412
Hernández, R., Fernández, C y Baptista, P. (2014). Metodología de la investigación. (5ta ed.). México:
Mc Graw-Hill/Interamericana Editores, S.A de C.V.
Jiang, J. (2023). ¿Aprendiendo de malos compañeros? Influencias del comportamiento desviado de los
compañeros en el rendimiento académico de los adolescentes. Revista Internacional de
Adolescencia y Juventud , 28 (1). Recuperado de:
pág. 8742
https://doi.org/10.1080/02673843.2023.2246539
Koivuhovia, S., Marsh, H., Dicke, T., Sahdra, B., Guo, J., Parker, P. y Vainikainen, M. (2020).
Desarrollo del efecto pez grande, estanque pequeño en aulas de primaria y grupos de pares.
Institute for Positive Psychology and Education, 10(33). Recuperado de:
https://cris.tuni.fi/ws/portalfiles/portal/102471354/Academic_self-
concept_formation_and_peer-group_contagion.pdf
Lazcano, D. y De-Juanas, A. (2020). El ocio como experiencia educativa: implicaciones para la
adolescencia. Revista de Estudios de Juventud, 128(s/n). Recuperado de:
https://www.google.com/search?q=Lazcano%2C+D.%2C+%26+De-
Juanas%2C+A.+(2020).+El+ocio+como+experiencia+educativa%3A+implicaciones+para+l
a+adolescencia.+Revista+de+Estudios+de+Juventud%2C+128.&rlz=1C1CHWL_esEC1054
EC1054&oq=Lazcano%2C+D.%2C+%26+De-
Juanas%2C+A.+(2020).+El+ocio+como+experiencia+educativa%3A+implicaciones+para+l
a+adolescencia.+Revista+de+Estudios+de+Juventud%2C+128.&gs_lcrp=EgZjaHJvbWUyB
ggAEEUYOdIBCDEyNDRqMGo5qAIAsAIB&sourceid=chrome&ie=UTF-
8#vhid=zephyr:0&vssid=atritem-https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7839874.pdf
Madden, G., Mahmoudi, S., y Brown, K. (2023). Aprendizaje pavloviano y reforzamiento
condicionado. Journal of Applied Behavior Analysis, 56(3), 498–519. Recuperado de:
https://doi.org/10.1002/jaba.1004
MINEDUC (2022). Revisión de mecanismos de adaptación de los sistemas educativos a nivel regional
e internacional a la emergencia sanitaria y estudio sobre la adaptación de la gestión docente
en el contexto de la crisis sanitaria generada por la COVID-19. Recuperado de:
https://educacion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2022/02/Nota-tecnica-estudio-
sistemas-educativos-practicas-docentes-en-emergencia-sanitaria.pdf?
Nicolay, P., Hank, C., Egger, S., Muller, C. y Huber, C. (2025). La influencia de los pares en la toma
de decisiones sociales de los niños de primaria: un estudio experimental. Fronteras en la
educación, 10(1526588). Recuperado de: https://doi.org/10.3389/feduc.2025.1526588
pág. 8743
Sangacha, K., Mera, M., Cornejo, M., Martínez, I., Sesme, I. y Jiménez, T. (2025). Desarrollo de
habilidades socioemocionales en la convivencia escolar. Revista Latinoamericana de Calidad
Educativa, 2(2), pp. 223-231. Recuperado de: https://doi.org/10.70625/rlce/180
Urra, M., García, F., Horcajo, A. y Goig, R. (2024). Participación en actividades de ocio valiosas y su
impacto positivo en el bienestar emocional en la juventud. Cauriensia 19 (s/n), pp. 1387-1412.
DOI: 10.17398/2340-4256.19.1387
Villagómez, A., Bonilla, L., Bonilla, G. y Torres, T. (2023). El aprendizaje social de Albert Bandura
como estrategia de enseñanza de educación para la ciudadanía. Polo del conocimiento, 8(5), pp.
1286-1307. Recuperado de: DOI: 10.23857/pc.v8i5