Paciente con quiste de Rathke, reporte de caso

 

Viviana Elizabeth Granja Ojeda

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-7573-4784 ������

Investigador Independiente

Ecuador, Santo Domingo

 

H�ctor David Tito Tito

[email protected]

https://orcid.org/0000-0001-6131-4028

Investigador Independiente

Ecuador Riobamba

 

Edison Hern�n Agila Acurio

[email protected] �

https://orcid.org/0000-0002-1301-1169

Investigador Independiente

Ecuador, Quito

 

V�ctor Manuel P�rez Rumipamba

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-7176-4038

Investigador Independiente

Ambato - Ecuador

 

Ver�nica� Raquel Quinquitu�a Campoverde

[email protected] ������������

�https://orcid.org/0000-0002-9703-3831

Investigador Independiente

�Ecuador/ Nueva Loja

 

Johanna Soledad Garc�a Rengel

[email protected]

https://orcid.org/0000-0001-6178-4548

Investigadora Independiente

Ecuador-Manta

 

 

 

 

RESUMEN

El quiste de la bolsa de Rathke es una lesi�n derivada de los restos epiteliales del ectodermo que se asienta sobre la regi�n selar, afecta principalmente a los j�venes, asintom�tico en la mayor�a de los casos, sobre todo en la poblaci�n pedi�trica, en los adultos el s�ntoma principal es la cefalea frontal teniendo en casos m�s graves s�ntomas relacionados con la compresi�n de estructuras vecinas como disfunciones visuales y alteraci�n del eje hipot�lamo/hip�fisis.

El siguiente caso cl�nico, es una paciente femenina de 62 a�os que refiere cuadros de cefaleas frontales asociados a estados de estr�s, presenta exacerbaci�n de los s�ntomas sin mejor�a con tratamiento habitual, en la tomograf�a se observa lesi�n qu�stica a nivel de silla turca que desplaza la neurohip�fisis en sentido posterior. A la paciente se inicia terapia analg�sica con amitriptilina logrado alivio de la sintomatolog�a y se decide conducta expectante.

Palabras clave: craneofaringioma; neoplasias; infratentoriales; tumores neuroectod�rmicos; cefaleas primarias y� tratamientos conservadores del �rgano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Patient with Rathke's cyst, case report

 

ABSTRACT

Rathke's bag cyst is a lesion derived from the epithelial remains of the ectoderm that sits on the sellar region, an unusual cyst that is characterized by affecting mainly young people, asymptomatic in most cases, especially in the population Pediatric, in adults the main symptom is frontal headache, with symptoms related to compression of neighboring structures such as visual dysfunctions and alteration of the hypothalamic / pituitary axis in more severe cases.

We present the following clinical case, a 62-year-old female patient who refers to frontal headaches associated with stress states, presents exacerbation of symptoms without improvement with usual treatment, a tomography was performed where a cystic lesion was observed at the level of sella turcica that displaces the neurohypophysis posteriorly. Analgesic therapy was complemented with amitriptyline, alleviating the symptoms, and expectant management was decided.

 

Keywords: craniopharyngeal, infratentorial neoplasms, neuroectodermal tumors, primary headaches y� conservative treatments of the organ.

 

 

Art�culo recibido:� 05 febrero 2022

Aceptado para publicaci�n: 28 febrero 2022

Correspondencia: [email protected] ���

Conflictos de Inter�s: Ninguna que declarar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1.       INTRODUCCI�N�

El quiste de la hendidura de Rathke es una patolog�a poco com�n que se localiza en la regi�n selar, sea esta intra o supraselares e inusualmente en la regi�n del seno esfenoidal. Fue descrita en el a�o 1793-1860 por Martin Heinrich Rathke(Alfieri et al., 2002) (Alfieri A, Schettino R, Tarfani A, Bonzi O, Rossi GA, Monolo L., 2002). Su origen se da a partir del primordio epitelial de la pituitaria anterior. Por otro lado existe otra hip�tesis que consiste en que su patog�nesis se da por la presencia de residuos epiteliales del neuroepitelio, entodermo y c�lulas metapl�sicas de la hip�fisis anterior, durante el periodo de embriog�nesis.

Su tasa de incidencia es baja, caracteriz�ndose� por presentarse en el grupo etario de 10 y 29� a�os, es decir en ni�os y adultos j�venes. Con un alto �ndice de predominio en el sexo femenino.

Generalmente son asintom�ticos, motivo por el cual se han encontrado con frecuencia en autopsias que en pacientes vivos. Mientras que al presentarse s�ntomas su cl�nica principal es caracterizada por cefalea, alteraciones visuales, y finalmente una disfunci�n adenohipofisiaria, estos s�ntomas pueden aumentar a medida que el quiste adquiera m�s tama�o llegando a comprimir las estructuras adyacentes(Bermejo, 2020).

Su m�todo de diagn�stico de elecci�n es la resonancia magn�tica, ya que sus caracter�sticas radiol�gicas por medio de Tomografias son variables y poco espec�ficas. Finalmente su tratamiento� depender� su sintomatolog�a, es decir en casos asintom�ticos se realiza seguimiento con estudios de imagen, mientras que en los pacientes sintom�ticos se realiza una intervenci�n quir�rgica buscando el drenaje del quiste para descompresi�n de estructuras adyacentes(Bermejo, 2020).

2.       DESARROLLO

En una revisi�n de la historia natural de los incidentalomas hipofisarios, se ha visto que la mayor�a (80%) de estos no modifica su tama�o tras una media de seguimiento de 4,3 a�os, mientras que un 10% aumentan y el 10% restante disminuye. Estos mismos estudios muestran que el 63% de los macroincidentalomas permanecen estables, mientras que un 24% aumentan de tama�o y un 13% disminuyen(Montesinos et al., 2016).

La mayor�a de los pacientes hipofisarios con dolores de cabeza cr�nicos tienen quistes en la hendidura de Rathke. Se cree que esto es causado por el cambio constante de volumen y los cambios dr�sticos en la vasopresi�n por fluctuaciones en gonadotrofos y ADH .

Los adenomas hipofisarios generan dos grandes grupos de manifestaciones cl�nicas: a) Aquellas causadas por hipersecreci�n hormonal , y b) aquellas derivadas de la ocupaci�n de espacio en la cavidad craneana.

La manifestaci�n neurol�gica clave es la cefalea, observ�ndose en el 37,5 a 70% de los casos66, cuyas caracter�sticas son ampliamente variables incluso dentro de un mismo caso, ya que frecuentemente cada paciente describe variaciones en el patr�n del dolor o s�ntomas diferentes, mientras que su origen se atribuye al estiramento de la vaina dural.

El cuadro cl�nico causado por los adenomas hipofsarios empeora en funci�n del tiempo, particularmente en los casos de macroadenoma: En el seguimiento de macroadenomas realizado por Donovan et al.8 durante 6,7 a�os; 25% exhibieron aumento en el tama�o, mientras que 6% desarrollaron alteraciones del campo visual, y otro 6% desarroll� infarto hipofsario(Bermejo, 2020).

Los quistes de la bolsa de Rathke son otro tipo de lesi�n que raramente producen problemas hormonales o visuales, en la IRM son hipointensos en T1 e hiperintensos en T2, lo cual puede originar confusiones con quistes aracnoideos, los cuales son menos frecuentes (Sof�a Mart�nez et al., 2017).

3.       PRESENTACION DEL CASO�

Paciente femenina de 62 a�os, etnia mixta, casada, residencia Santo Domingo, instrucci�n superior, ocupaci�n ama de casa, religi�n cat�lica, grupo sangu�neo ORH +, declara no tener h�bitos perniciosos.

�  Antecedentes Patol�gicos Personales:�� hipotiroidismo en tratamiento con levotiroxina de 50mcg cada d�a.

�  Antecedentes Patol�gicos Quir�rgicos: ces�rea

�  Dato de inter�s: En antecedentes familiares, refiere que padre falle por rotura de aneurisma cerebral hace 15 a�os.

Acude a consulta de medicina general debido a que hace 24 horas sufri� un cuadro brusco de cefalea de intensidad 9/10, durante la noche, sin causa aparente, no alivia con analg�sicos no esteroideos, no se acompa�a de v�mitos ni n�useas y remite espont�neamente.

En la anamnesis refiere cefalea de un a�o de evoluci�n que lo relaciona con estr�s emocional, de intensidad moderada, acompa�a de mareo ocasional que no llega al v�mito, automedica paracetamol un gramo por raciones necesarias, que alivia sintomatolog�a.

Examen f�sico

Paciente con glasgow 15/15, orientada en tres esferas, pupilas normoreactivas a luz y la acomodaci�n y examen neurol�gico normal.

Signos vitales: tensi�n arterial: 120/60 mm Hg, frecuencia card�aca: 78 latidos/min, frecuencia respiratoria: 22 respiraciones/min, saturaci�n de ox�geno: 99%

Cabeza normocef�lica, ojos con pupilas isoc�ricas reactivas a la luz, mucosa oral hidratada, tiroides calificadas de OA.

T�rax sim�trico, auscultaci�n pulmonar conservada, ruidos cardiacos R1 y R2 r�tmicos,

Abdomen: suave depresible no doloroso a la palpaci�n superficial y profunda, ruidos hidroaeros normales.

Extremidades: en relaci�n con las superiores, sim�tricas, sin edemas, con fuerza y movilidad conservadas, pulsos distales, fuerza y movilidad conservadas.

Ex�menes Complementarios

En ex�menes complementarios de laboratorio se visualiza:� Recuento de gl�bulos rojos 3.60, Hemoglobina 12.1 Hematocrito 37.9 VCM 105.3 CHCM 33.6 Plaquetas 231 Gl�bulos blancos 9.08 Linfocitos 45 %, Neutr�filos 39.6%, Eosinofilos 9.5%, Triglic�ridos 184. 90 mg/dl ,� TGO/AST 43.60 U/L� TGP/ ALT 40.30 U/L , Colesterol 246.30 mg/dl, se� enviar� nuevamente biometr�a para confirmar valores :� Recuento de gl�bulos rojos 3.95 Hemoglobina 12.7 Hematocrito 38.9� VCM 98.4 CHCM 32.3� Plaquetas 231� Gl�bulos blancos 6.88 Linfocitos 49.2 %, Neutr�filos 35 %, Eosinofilos 9.3%, urea creatina valores normales TSH Y T4 igual valores normales.

Evoluci�n

En base a resultado de laboratorio se instaura medidas higi�nico, diet�ticas, cambio de estilo de vida y actividad f�sica.

Episodios similares de cefalea se repite a los pocos d�as, por lo cual se deriva a m�dico neur�logo, quien env�a los siguientes ex�menes para descartar un posible origen tumoral.

Tomograf�a cerebral: reporta que nivel de la silla turca impresiona visualizarse una probable lesi�n qu�stica la cual desplaza la neurohipofisis en sentido posterior en probable relaci�n a quiste de Rathke mide 7mm AP� X 9mmL X 7 mmT

 

 

 

Corte sagital T1 con contraste. Muestra la ausencia de captaci�n del quiste.

Captura de pantalla de un videojuego

Descripción generada automáticamente

 

 

Angiograf�a arterial cerebral: No hay alteraciones vasculares arteriales a descartar.

 

Una captura de pantalla de un celular con la imagen de un video juego

Descripción generada automáticamente con confianza media

 

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Angiograf�a en par�metros normales, pol�gono de Willis

Pantalla de computadora

Descripción generada automáticamente con confianza media

 

Angiograf�a en par�metros normales, pol�gono de Willis

Pantalla de juego de computadora

Descripción generada automáticamente con confianza baja

 

Tratamiento e intervenci�n

En base a cuadro cl�nico y estudios realizados se confirma diagn�stico de Quiste Rathke.

Por parte de neurolog�a deciden continuar con indicaciones prescritas por m�dico general, se�ala una conducta expectante sobre el quiste Rathke, adiciona amitriptilina tableta de 12.5milgramos hora sue�o un mes, empezar un cuarto de tableta todos los d�as a las 8 pm por 4 d�as y luego 4 d�as subir la dosis a la mitad como dosis de mantenimiento por 6 meses y control subsecuente en 6 meses.

Paciente cursando su cuarto mes de tratamiento asintom�tica.

4.       DISCUSI�N

El quiste de la bolsa de Rathke es la lesi�n selar no adenomatosa m�s frecuente, fue descrita por Martin Heinrich Rathke (1793-1860), a quien debe su nombre, su formaci�n est� dada por una obliteraci�n inadecuada de la bolsa de Rathke que produce quistes o restos qu�sticos en la superficie de contacto entre los l�bulos anterior y posterior de la hip�fisis.

Su formaci�n qu�stica que proviene de la persistencia de un remanente embriol�gico del ectodermo formado en la cuarta semana de gestaci�n.

Comprenden aproximadamente el 15% de todos los tumores intracraneales; los adenomas hipofisarios (AH) representan la mayor�a en un 85%, seguidos de craneofaringiomas 3%, quistes de Rathke 2%, meningiomas 1% y met�stasis 0,5%, en t�rminos generales los tumores pituitarios son responsables de un 70% del HP, son una de las lesiones m�s frecuentes en la regi�n selar, se encuentran en el 13-33% de las autopsias y se diagnostican en el 1% de todas las lesiones intracraneales. Sin embargo, aunque su prevalencia en adultos es bastante alta, es mucho m�s rara en ni�os(Massa et al., 2021).

Predominan en el sexo femenino entre los 30 y 50 a�os de edad, aunque se los ha descripto en ni�os y ancianos(Sof�a Mart�nez et al., 2017). dato que se relaciona con nuestro caso cl�nico, debido que nuestra paciente sexo femenino.

A pesar de ser una malformaci�n de nacimiento, la edad de presentaci�n de los s�ntomas suele darse alrededor de la sexta d�cada de la vida, relacionado con el crecimiento del mismo (al superar los 10 mm), siendo asintom�tica en la mayor�a de los casos, apenas un 5.4% de los casos presentan sintomatolog�a(Montesinos et al., 2016). en su mayor�a es un hallazgo� fortuito en estudios de imagen realizados por otros motivos(Sof�a Mart�nez et al., 2017).

El s�ntoma m�s com�n es la disfunci�n hipofisaria, en forma de hipopituitarismo o de hiperprolactinemia con o sin amenorrea galactorrea debida a la compresi�n del tallo y en consecuencia, a la interferencia en la secreci�n de la hormona inhibidora de la prolactina.

La segunda manifestaci�n m�s frecuente son las alteraciones visuales, debidas principalmente a la compresi�n del quiasma originando una hemianopsia bilateral. La cefalea es la tercera causa de consulta en estos pacientes, probablemente con el contacto con la duramadre. Es menos com�n la instalaci�n brusca de este s�ntoma, por la hemorragia intraqu�stica o la extravasaci�n del contenido al espacio subaracnoideo, dando lugar a una meningitis as�ptica(DynaMed, 2020).

Algunos pacientes presentan hidrocefalia por la compresi�n del agujero de Monro(Bermejo, 2020). Su�� presentaci�n�� cl�nica ��m�s�� frecuente�� consiste�� en�� cefalea, alteraci�n�� visual�� por�� compresi�n�� del�� quiasma�� �ptico�� y�� disfunci�n�� adenohipofisaria,� s�ntomas�� que�� se�� producen� al� aumentar� el� tama�o� del� quiste� lo� suficiente� para comprimir� estructuras� adyacentes(Sof�a Mart�nez et al., 2017).

En el caso de los pacientes pedi�tricos debido al escaso tiempo de desarrollo la lesi�n no logra ser lo suficientemente grande para comprimir alguna estructura subyacente, de no ser este el caso su principal sintomatolog�a involucra la presencia de una baja estatura es decir alteraci�n en la hormona de crecimiento acompa�ado en algunos casos de cefalea, esto nos indica una afectaci�n directa al sistema endocrino. Por el contrario, en la poblaci�n adulta como se evidencia en el caso presentado y con m�s frecuencia en mujeres llama la atenci�n el s�ntoma principal y m�s frecuente como cefalea frontal epis�dica, ya en otros escenarios de mayor complejidad se podr�a presentar opresi�n del quiasma �ptico ocasionando una hemianopsia heter�nima o bitemporal, nistagmo, fotofobia o diplop�a por compresi�n de los nervios oculomotores.

El diagn�stico de adenoma hipofisiario no funcionante se confirma mediante: An�lisis de sangre (utilizados para descartar anomal�as hormonales y ayudar a identificar subtipos de adenoma hipofisarios no funcional).

En cuanto a los estudios de imagen: por resonancia magn�tica (IRM) de las regiones selar y supraselar de la hip�fisis.

Las caracter�sticas asociadas con el adenoma en la resonancia magn�tica incluyen:

1.      Im�genes ponderadas en T1 hipo o isointensas

2.      Im�genes ponderadas en T2 isointensas

3.      Captaci�n de contraste retardada y/o heterog�nea

4.      Sangrado hiperintenso en im�genes ponderadas en T1 sin contraste si hay apoplej�a hipofisaria (el sangrado asintom�tico en tumores hipofisario puede ocurrir sin apoplej�a)

5.      Quiasma �ptico hiperintenso en im�genes ponderadas en T2 si la v�a �ptica esta comprimida (asociada con un mal pron�stico para la funci�n visual a largo plazo)

La tomograf�a computarizada se puede utilizar para completar la resonancia magn�tica o si la resonancia magn�tica no est� disponible o esta contraindicada(Prokop-Piotrkowska et al., 2018).

La RM con gadolinio resulta fundamental para definir la
localizaci�n exacta de la lesi�n: el patr�n de realce de gadolinio,
la presencia de vac�os vasculares o regiones qu�sticas, y el
edema vas�geno en el tejido cerebral circundante (Irasel Mart�nez Montenegro y Claudia Borges Alonso, 2020)

En el departamento de Neurocirug�a Vivian en Texas, presenta una que paciente presentaba desequilibrio en la marcha con ca�das, episodios let�rgicos, fatiga e incontinencia, en el cual para el diagn�stico usaron ex�menes de imagen efectivamente, a�aden en el texto que todos los craneofaringiomas o masas selares, para un mejor diagnostico deben someterse a pruebas� de mutaci�n BRAF 1600E antes de iniciar un tratamiento pues en el futuro se espera que los diagn�sticos se realicen �nicamente por medio de muestras de sangre(Prokop-Piotrkowska et al., 2018)

Ante la presencia de masas selares, para su detecci�n se recomienda realizar una evaluaci�n hormonal, como funci�n hormonal hipotal�mica pituitaria siempre que se en encuentre una masa selar (Schmidt P et al., 2012).

En un estudio de 30 pacientes con diagn�stico de craneofaringioma, a todos los pacientes realizaron resonancia magn�tica cerebral con contraste antes de la cirug�a, ya que este tipo de examen de imagen , ayudan a medir el grado de reacci�n y presencia de tumor residual y recidiva tumoral lo cual se vuelve a evaluar� con la resonancia magn�tica. En estos ex�menes de imagen la� hipercaptaci�n de contraste solo es visible en una estructura anat�mica por invasi�n pero sin presencia de volumen tumoral y resecci�n� subtotal por lo cual la RM ayuda en el diagn�stico y seguimiento de un paciente con diagn�stico de masas selares(Ninla Elmawati Falabiba, 2019).

El tratamiento �ptimo a realizarse depender� de los s�ntomas que presente el paciente principalmente, aunque cabe� recalcar que debido a la ubicaci�n del mismo representa un alto riesgo como por ejemplo se presenta par�lisis del tercer par,� como cita el caso cl�nico de un paciente de 29 a�os,� presentado por los hospitales de M�laga Espa�a y el de Balicki de Pol�nia�� de la Universidad� ya que la resoluci�n quir�rgica busca� una resecci�n completa, por medio de las diversas trayectorias quir�rgicas� como es la ruta transsilviana, transclival, suboccipital y subtemporal, seg�n nos menciona en un art�culo publicado por el departamento de neurocirug�a de la Universidad M�dica de Kansai(Baca Riofr�o, 2020)(Mayank Rao, 2019).

La cirug�a est� indicada en casi todos los casos, el objetivo es establecer el diagn�stico aliviar los s�ntomas, algunos neurocirujanos abogan por una estrategia de reducci�n de la compresi�n neural mediante drenaje de quiste y resecci�n limitada del tumor s�lido en previsi�n de la irradiaci�n del tumor residual(Peter J. Snyder, n.d.)

En el art�culo cient�fico� de William Rojas y colaboradores se�alan que comparando las dos manejos quir�rgicos� transesfenoidales se prefiere la t�cnica endonasal endosc�pica, ha demostrado un mejor resultado quir�rgico con menor recidiva (8-14%) gracias a que las estructuras se visualizan directamente con una mejor resoluci�n, versus la t�cnica microsc�pica que muestra un mayor porcentaje de recidiva (14-25%)(Massa et al., 2021), aunque la endoscop�a puede implicar menor tiempo de internaci�n hospitalaria en comparaci�n con la cirug�a microsc�pica, el grado de resecci�n tumoral total, necesidad de adyuvancia y mortalidad a corto plazo son similares entre una t�cnica y la otra�(Fernando Padilla, Mariela Glerean, Andrea Paissan y Pablo Ajler, 2021)

La t�cnica de craneotom�a abierta se ha desplazado a lo largo de los a�os dada su resecci�n poco selectiva, ya que la t�cnica quir�rgica propone la extracci�n del quiste con su c�psula, lo cual lesiona c�lulas glandulares hipofisarias sanas aumentando el riesgo posoperatorio de presentar disfunci�n endocrina, casi siempre con diabetes ins�pida(Massa et al., 2021)

Se mencion� que el abordaje endosc�pico transnasal de la base del cr�neo se ha convertido en una corriente com�n para el tratamiento, se han descrito nuevas t�cnicas para mantener la permeabilidad del tracto incluido el uso de stents y colgajos con el fin de prevenir la estenosis y la reacumulacion del quiste(Ninla Elmawati Falabiba, 2019).

Las alteraciones endocrinas pueden regresar r�pidamente despu�s de la cirug�a, el d�ficit hormonal m�s frecuente que tiende a persistir luego de la cirug�a es la Diabetes ins�pida a�n en su forma m�s leve; esto pudiera ser explicado por la localizaci�n del quiste adyacente al tallo hipofisario, produciendo un mayor da�o a su funci�n, frecuentemente la Diabetes ins�pida posoperatoria se resuelve espont�neamente dentro de algunos meses posteriores a la cirug�a (Marlon Pila Bandera, Luis Alonso Fernandez, Tania Leyva Mastrapa, Adolfo Hidalgo Gonz�lez, Ingrid Quintana Paj�n, Carlos Dom�nguez �lvarez, 2015).

En un trabajo publicado en 2014 realizado por� Frank y colaboradores en su serie de 22 pacientes abordados por v�a endosc�pica endonasal, reportaron que todos sus pacientes tuvieron una mejor�a de su visi�n y cefalea, as� como de su prolactinemia, si esta estuvo presente.

Algunos autores describen recidivas del 16% a 18% en pacientes posquir�rgicos, sugiriendo el manejo conservador posterior, como opci�n en quistes recurrentes de gran tama�o se ha planteado la radioterapia, se utiliza para tratar a pacientes con enfermedad residual despu�s de una resecci�n quir�rgica parcial o que ha recurrido despu�s de lo que inicialmente se pens� que era una resecci�n total macrosc�pica(Bobeff et al., 2019)(Kamei et al., 2017).

A lo que se refiere tratamiento conservador Hirayama Y. y colaboradores se�alan que�� 15,9%� disminuyeron de forma espont�nea su tama�o con terapia de reemplazo con glucocorticoides(Harsh et al., 2021)

En nuestra paciente debido a la edad se decide un tratamiento expectante con revisi�n m�dica cada 6 meses.� La evidencia de tasa de mortalidad a largo plazo en pacientes con adenomas hipofisario no funcionantes es limitada, la mortalidad suele ser secundaria a casusas circulatorias, respiratorias o infecciosas(DynaMed, 2020)

La paciente tiene actitud tranquila ante al diagn�stico, se�ala que nunca ha escuchado sobre esta enfermedad, pero la informaci�n que recibi� del m�dico neur�logo fue muy precisa y la intervenci�n del m�dico general fue esencial debido derivo al m�dico especialista.

5.       CONCLUSIONES��

�  El quiste de Rathke es una patolog�a con una baja tasa de diagn�sticos ya que suele ser asintom�tica, esa es una de las razones principales por la que no existen datos certeros sobre su prevalencia, adem�s que en nuestro pa�s el acceder a m�todos de imagen como una resonancia magn�tica implica un alto costo monetario. Por otro lado si se obtiene una imagen sugestiva de un quiste de Rathke se eval�a al paciente si este presenta s�ntomas o es asintom�tico. En el caso de ser sintom�tico� se plantea una resoluci�n quir�rgica mientras que al ser asintom�tico podr�a mantener un seguimiento cl�nico para su posterior resoluci�n quir�rgica dado el caso e incluso plantear un tratamiento basado en radioterapia.

�  El tratamiento implementado en la mayor�a de los casos como ya lo hemos mencionado y con una adecuada valoraci�n m�dica previa, se realiza mediante una intervenci�n quir�rgica,� pero en relaci�n a nuestro caso cl�nico su manejo fue mediante tratamiento ambulatorio con amitriptilina, debido a su edad avanzada representar�a un riesgo someterla a dicho procedimiento quirurgico, por lo que la paciente continua con su medicaci�n via oral y controles peri�dicos.

�  El primer contacto de los pacientes es el m�dico general, �l debe tener la capacidad de decidir hasta donde puede tratar y cual es momento adecuado para realizar interconsultas a especialidades, siempre bas�ndose en los cuatro principios de la �tica m�dica.

CONFLICTO DE INTERESES: Todos los autores declaramos que no existe conflictos de inter�s.

DECLARACI�N DE CONTRIBUCI�N: Todos los autores contribuyeron en la selecci�n de b�squeda o art�culos del escrito.

6.       LISTA DE REFERENCIAS

Alfieri, A., Schettino, R., Tarfani, A., Bonzi, O., Rossi, G. A., & Monolo, L. (2002). Endoscopic endonasal removal of an intra-suprasellar Rathke�s cleft cyst: Case report and surgical considerations. Minimally Invasive Neurosurgery, 45(1), 47�51. https://doi.org/10.1055/S-2002-23582/ID/37

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Harsh, A. G. R., Recht, L. D., & Marcus, K. J. (2021). Craneofaringioma. 1�24.

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