Paciente
con quiste de Rathke, reporte de caso
Viviana Elizabeth Granja Ojeda
https://orcid.org/0000-0002-7573-4784 ������
Investigador
Independiente
Ecuador,
Santo Domingo
H�ctor
David Tito Tito
https://orcid.org/0000-0001-6131-4028
Investigador Independiente
Ecuador Riobamba
Edison Hern�n Agila Acurio
https://orcid.org/0000-0002-1301-1169
Investigador Independiente
Ecuador,
Quito
V�ctor Manuel P�rez
Rumipamba
https://orcid.org/0000-0002-7176-4038
Investigador
Independiente
Ambato
- Ecuador
Ver�nica� Raquel Quinquitu�a Campoverde
[email protected]
������������
�https://orcid.org/0000-0002-9703-3831
Investigador
Independiente
�Ecuador/ Nueva Loja
Johanna Soledad Garc�a
Rengel
https://orcid.org/0000-0001-6178-4548
Investigadora
Independiente
Ecuador-Manta
RESUMEN
El
quiste de la bolsa de Rathke es una lesi�n derivada de los restos epiteliales
del ectodermo que se asienta sobre la regi�n selar, afecta principalmente a los
j�venes, asintom�tico en la mayor�a de los casos, sobre todo en la poblaci�n
pedi�trica, en los adultos el s�ntoma principal es la cefalea frontal teniendo
en casos m�s graves s�ntomas relacionados con la compresi�n de estructuras
vecinas como disfunciones visuales y alteraci�n del eje hipot�lamo/hip�fisis.
El
siguiente caso cl�nico, es una paciente femenina de 62 a�os que refiere cuadros
de cefaleas frontales asociados a estados de estr�s, presenta exacerbaci�n de
los s�ntomas sin mejor�a con tratamiento habitual, en la tomograf�a se observa
lesi�n qu�stica a nivel de silla turca que desplaza la neurohip�fisis en
sentido posterior. A la paciente se inicia terapia analg�sica con amitriptilina
logrado alivio de la sintomatolog�a y se decide conducta expectante.
Palabras clave: craneofaringioma; neoplasias; infratentoriales;
tumores neuroectod�rmicos; cefaleas primarias y�
tratamientos conservadores del �rgano.
Patient with Rathke's cyst, case report
ABSTRACT
Rathke's bag cyst is a lesion derived from the
epithelial remains of the ectoderm that sits on the sellar region, an unusual
cyst that is characterized by affecting mainly young people, asymptomatic in
most cases, especially in the population Pediatric, in adults the main symptom
is frontal headache, with symptoms related to compression of neighboring
structures such as visual dysfunctions and alteration of the hypothalamic /
pituitary axis in more severe cases.
We present the following clinical case, a 62-year-old
female patient who refers to frontal headaches associated with stress states,
presents exacerbation of symptoms without improvement with usual treatment, a
tomography was performed where a cystic lesion was observed at the level of
sella turcica that displaces the neurohypophysis posteriorly. Analgesic therapy
was complemented with amitriptyline, alleviating the symptoms, and expectant
management was decided.
Keywords: craniopharyngeal,
infratentorial neoplasms, neuroectodermal tumors, primary headaches y� conservative treatments of the organ.
Art�culo
recibido:� 05 febrero 2022
Aceptado para
publicaci�n: 28 febrero 2022
Correspondencia: [email protected]
���
Conflictos de
Inter�s: Ninguna que declarar
El
quiste de la hendidura de Rathke es una patolog�a poco com�n que se localiza en
la regi�n selar, sea esta intra o supraselares e inusualmente en la regi�n del
seno esfenoidal. Fue descrita en el a�o 1793-1860 por Martin
Heinrich Rathke(Alfieri et al., 2002)
Su
tasa de incidencia es baja, caracteriz�ndose�
por presentarse en el grupo etario de 10 y 29� a�os, es decir en ni�os y adultos j�venes.
Con un alto �ndice de predominio en el sexo femenino.
Generalmente
son asintom�ticos, motivo por el cual se han encontrado con frecuencia en
autopsias que en pacientes vivos. Mientras que al presentarse s�ntomas su
cl�nica principal es caracterizada por cefalea, alteraciones visuales, y
finalmente una disfunci�n adenohipofisiaria, estos s�ntomas pueden aumentar a
medida que el quiste adquiera m�s tama�o llegando a comprimir las estructuras
adyacentes(Bermejo,
2020).
Su
m�todo de diagn�stico de elecci�n es la resonancia magn�tica, ya que sus
caracter�sticas radiol�gicas por medio de Tomografias son variables y poco
espec�ficas. Finalmente su tratamiento�
depender� su sintomatolog�a, es decir en casos asintom�ticos se realiza
seguimiento con estudios de imagen, mientras que en los pacientes sintom�ticos
se realiza una intervenci�n quir�rgica buscando el drenaje del quiste para
descompresi�n de estructuras adyacentes(Bermejo,
2020).
2.
DESARROLLO
En una revisi�n de la historia
natural de los incidentalomas hipofisarios, se ha visto que la mayor�a (80%) de
estos no modifica su tama�o tras una media de seguimiento de 4,3 a�os, mientras
que un 10% aumentan y el 10% restante disminuye. Estos mismos estudios muestran
que el 63% de los macroincidentalomas permanecen estables, mientras que un 24%
aumentan de tama�o y un 13% disminuyen(Montesinos et al., 2016).
La mayor�a de los pacientes
hipofisarios con dolores de cabeza cr�nicos tienen quistes en la hendidura de
Rathke. Se cree que esto es causado por el cambio constante de volumen y los
cambios dr�sticos en la vasopresi�n por fluctuaciones en gonadotrofos y ADH .
Los adenomas hipofisarios generan dos
grandes grupos de manifestaciones cl�nicas: a) Aquellas causadas por
hipersecreci�n hormonal , y b) aquellas derivadas de la ocupaci�n de espacio en
la cavidad craneana.
La manifestaci�n neurol�gica clave es
la cefalea, observ�ndose en el 37,5 a 70% de los casos66, cuyas caracter�sticas
son ampliamente variables incluso dentro de un mismo caso, ya que
frecuentemente cada paciente describe variaciones en el patr�n del dolor o
s�ntomas diferentes, mientras que su origen se atribuye al estiramento de la
vaina dural.
El cuadro cl�nico causado por los
adenomas hipofsarios empeora en funci�n del tiempo, particularmente en los
casos de macroadenoma: En el seguimiento de macroadenomas realizado por Donovan
et al.8 durante 6,7 a�os; 25% exhibieron aumento en el tama�o, mientras que 6%
desarrollaron alteraciones del campo visual, y otro 6% desarroll� infarto
hipofsario(Bermejo, 2020).
Los quistes de la bolsa de Rathke son
otro tipo de lesi�n que raramente producen problemas hormonales o visuales, en
la IRM son hipointensos en T1 e hiperintensos en T2, lo cual puede originar
confusiones con quistes aracnoideos, los cuales son menos frecuentes (Sof�a Mart�nez et al., 2017).
3.
PRESENTACION DEL CASO�
Paciente
femenina de 62 a�os, etnia mixta, casada, residencia Santo Domingo, instrucci�n
superior, ocupaci�n ama de casa, religi�n cat�lica, grupo sangu�neo ORH +,
declara no tener h�bitos perniciosos.
� Antecedentes Patol�gicos
Personales:�� hipotiroidismo en
tratamiento con levotiroxina de 50mcg cada d�a.
� Antecedentes Patol�gicos
Quir�rgicos: ces�rea
� Dato de inter�s: En antecedentes
familiares, refiere que padre falle por rotura de aneurisma cerebral hace 15
a�os.
Acude
a consulta de medicina general debido a que hace 24
horas sufri� un cuadro brusco de cefalea de intensidad 9/10, durante la noche,
sin causa aparente, no alivia con analg�sicos no esteroideos, no se acompa�a de
v�mitos ni n�useas y remite espont�neamente.
En
la anamnesis refiere cefalea de un a�o de evoluci�n que lo relaciona con estr�s
emocional, de intensidad moderada, acompa�a de mareo ocasional que no llega al
v�mito, automedica paracetamol un gramo por raciones necesarias, que alivia
sintomatolog�a.
Examen f�sico
Paciente con glasgow 15/15, orientada en tres esferas, pupilas
normoreactivas a luz y la acomodaci�n y examen neurol�gico normal.
Signos vitales: tensi�n arterial: 120/60 mm Hg, frecuencia
card�aca: 78 latidos/min, frecuencia respiratoria: 22 respiraciones/min,
saturaci�n de ox�geno: 99%
Cabeza normocef�lica, ojos con pupilas isoc�ricas reactivas a la
luz, mucosa oral hidratada, tiroides calificadas de OA.
T�rax sim�trico, auscultaci�n pulmonar conservada, ruidos
cardiacos R1 y R2 r�tmicos,
Abdomen: suave depresible no doloroso a la palpaci�n superficial y
profunda, ruidos hidroaeros normales.
Extremidades: en relaci�n con las superiores, sim�tricas, sin
edemas, con fuerza y movilidad conservadas, pulsos distales, fuerza y movilidad
conservadas.
Ex�menes Complementarios
En
ex�menes complementarios de laboratorio se
visualiza:� Recuento de gl�bulos rojos
3.60, Hemoglobina 12.1 Hematocrito 37.9 VCM 105.3 CHCM 33.6 Plaquetas 231 Gl�bulos
blancos 9.08 Linfocitos 45 %, Neutr�filos 39.6%, Eosinofilos 9.5%,
Triglic�ridos 184. 90 mg/dl ,� TGO/AST
43.60 U/L� TGP/ ALT 40.30 U/L ,
Colesterol 246.30 mg/dl, se� enviar� nuevamente biometr�a para confirmar valores
:� Recuento de gl�bulos rojos 3.95
Hemoglobina 12.7 Hematocrito 38.9� VCM
98.4 CHCM 32.3� Plaquetas 231� Gl�bulos blancos 6.88 Linfocitos 49.2 %,
Neutr�filos 35 %, Eosinofilos 9.3%, urea creatina valores normales TSH Y T4
igual valores normales.
Evoluci�n
En base a resultado de laboratorio se instaura medidas higi�nico,
diet�ticas, cambio de estilo de vida y actividad f�sica.
Episodios similares de cefalea se repite a los pocos d�as, por lo
cual se deriva a m�dico neur�logo, quien env�a los siguientes ex�menes para
descartar un posible origen tumoral.
Tomograf�a cerebral: reporta que nivel de la silla turca
impresiona visualizarse una probable lesi�n qu�stica la cual desplaza la
neurohipofisis en sentido posterior en probable relaci�n a quiste de Rathke
mide 7mm AP� X 9mmL X 7 mmT
Corte sagital T1 con contraste. Muestra la
ausencia de captaci�n del quiste.
Angiograf�a arterial
cerebral: No hay alteraciones vasculares arteriales a descartar.
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Angiograf�a
en par�metros normales, pol�gono de Willis
Angiograf�a en par�metros normales, pol�gono de Willis
Tratamiento e
intervenci�n
En base a cuadro cl�nico y estudios realizados se confirma
diagn�stico de Quiste Rathke.
Por parte de neurolog�a deciden continuar
con indicaciones prescritas por m�dico general, se�ala una conducta expectante
sobre el quiste Rathke, adiciona amitriptilina tableta de 12.5milgramos hora
sue�o un mes, empezar un cuarto de tableta todos los d�as a las 8 pm por 4 d�as
y luego 4 d�as subir la dosis a la mitad como dosis de mantenimiento por 6
meses y control subsecuente en 6 meses.
Paciente
cursando su cuarto mes de tratamiento asintom�tica.
4.
DISCUSI�N
El
quiste de la bolsa de Rathke es la lesi�n selar no adenomatosa m�s frecuente,
fue descrita por Martin Heinrich Rathke (1793-1860), a quien debe su nombre, su
formaci�n est� dada por una obliteraci�n inadecuada de la bolsa de Rathke que
produce quistes o restos qu�sticos en la superficie de contacto entre los
l�bulos anterior y posterior de la hip�fisis.
Su formaci�n qu�stica que proviene de la
persistencia de un remanente embriol�gico del ectodermo formado en la cuarta
semana de gestaci�n.
Comprenden
aproximadamente el 15% de todos los tumores intracraneales; los adenomas
hipofisarios (AH) representan la mayor�a en un 85%, seguidos de craneofaringiomas
3%, quistes de Rathke 2%, meningiomas 1% y met�stasis 0,5%, en t�rminos
generales los tumores pituitarios son responsables de un 70% del HP, son una de
las lesiones m�s frecuentes en la regi�n selar, se encuentran en el 13-33% de
las autopsias y se diagnostican en el 1% de todas las lesiones intracraneales.
Sin embargo, aunque su prevalencia en adultos es bastante alta, es mucho m�s
rara en ni�os(Massa
et al., 2021).
Predominan en el sexo femenino entre los
30 y 50 a�os de edad, aunque se los ha descripto en ni�os y ancianos(Sof�a Mart�nez et al., 2017). dato que se relaciona con nuestro caso cl�nico, debido que
nuestra paciente sexo femenino.
A
pesar de ser una malformaci�n de nacimiento, la edad de presentaci�n de los
s�ntomas suele darse alrededor de la sexta d�cada de la vida, relacionado con
el crecimiento del mismo (al superar los 10 mm), siendo asintom�tica en la
mayor�a de los casos, apenas un 5.4% de los casos presentan sintomatolog�a(Montesinos
et al., 2016). en su mayor�a es un hallazgo� fortuito en estudios de imagen realizados por
otros motivos(Sof�a
Mart�nez et al., 2017).
El s�ntoma m�s com�n es la disfunci�n
hipofisaria, en forma de hipopituitarismo o de hiperprolactinemia con o sin
amenorrea galactorrea debida a la compresi�n del tallo y en consecuencia, a la
interferencia en la secreci�n de la hormona inhibidora de la prolactina.
La segunda manifestaci�n m�s frecuente
son las alteraciones visuales, debidas principalmente a la compresi�n del
quiasma originando una hemianopsia bilateral. La cefalea es la tercera causa de
consulta en estos pacientes, probablemente con el contacto con la duramadre. Es
menos com�n la instalaci�n brusca de este s�ntoma, por la hemorragia
intraqu�stica o la extravasaci�n del contenido al espacio subaracnoideo, dando
lugar a una meningitis as�ptica(DynaMed, 2020).
Algunos pacientes presentan hidrocefalia
por la compresi�n del agujero de Monro(Bermejo, 2020). Su�� presentaci�n�� cl�nica ��m�s��
frecuente�� consiste�� en��
cefalea, alteraci�n�� visual�� por��
compresi�n�� del�� quiasma��
�ptico�� y�� disfunci�n��
adenohipofisaria,� s�ntomas�� que��
se�� producen� al�
aumentar� el� tama�o�
del� quiste� lo�
suficiente� para comprimir� estructuras�
adyacentes(Sof�a
Mart�nez et al., 2017).
En el caso de los pacientes pedi�tricos
debido al escaso tiempo de desarrollo la lesi�n no logra ser lo suficientemente
grande para comprimir alguna estructura subyacente, de no ser este el caso su
principal sintomatolog�a involucra la presencia de una baja estatura es decir
alteraci�n en la hormona de crecimiento acompa�ado en algunos casos de cefalea,
esto nos indica una afectaci�n directa al sistema endocrino. Por el contrario,
en la poblaci�n adulta como se evidencia en el caso presentado y con m�s
frecuencia en mujeres llama la atenci�n el s�ntoma principal y m�s frecuente
como cefalea frontal epis�dica, ya en otros escenarios de mayor complejidad se
podr�a presentar opresi�n del quiasma �ptico ocasionando una hemianopsia
heter�nima o bitemporal, nistagmo, fotofobia o diplop�a por compresi�n de los
nervios oculomotores.
El
diagn�stico de adenoma hipofisiario no funcionante se confirma mediante:
An�lisis de sangre (utilizados para descartar anomal�as hormonales y ayudar a
identificar subtipos de adenoma hipofisarios no funcional).
En
cuanto a los estudios de imagen: por resonancia magn�tica (IRM) de las regiones
selar y supraselar de la hip�fisis.
Las caracter�sticas asociadas con el adenoma en la
resonancia magn�tica incluyen:
1.
Im�genes ponderadas en T1 hipo o isointensas
2.
Im�genes ponderadas en T2 isointensas
3.
Captaci�n de contraste retardada y/o heterog�nea
4.
Sangrado hiperintenso en im�genes ponderadas en
T1 sin contraste si hay apoplej�a hipofisaria (el sangrado asintom�tico en
tumores hipofisario puede ocurrir sin apoplej�a)
5.
Quiasma �ptico hiperintenso en im�genes
ponderadas en T2 si la v�a �ptica esta comprimida (asociada con un mal
pron�stico para la funci�n visual a largo plazo)
La tomograf�a computarizada se puede utilizar para completar la
resonancia magn�tica o si la resonancia magn�tica no est� disponible o esta
contraindicada(Prokop-Piotrkowska et al., 2018).
La RM con gadolinio resulta
fundamental para definir la
localizaci�n exacta de la lesi�n: el patr�n de realce de gadolinio,
la presencia de vac�os vasculares o regiones qu�sticas, y el
edema vas�geno en el tejido cerebral circundante
En
el departamento de Neurocirug�a Vivian en Texas, presenta una que paciente
presentaba desequilibrio en la marcha con ca�das, episodios let�rgicos, fatiga
e incontinencia, en el cual para el diagn�stico usaron ex�menes de imagen
efectivamente, a�aden en el texto que todos los craneofaringiomas o masas
selares, para un mejor diagnostico deben someterse a pruebas� de mutaci�n BRAF 1600E antes de iniciar un
tratamiento pues en el futuro se espera que los diagn�sticos se realicen
�nicamente por medio de muestras de sangre(Prokop-Piotrkowska
et al., 2018)
Ante
la presencia de masas selares, para su detecci�n se recomienda realizar una
evaluaci�n hormonal, como funci�n hormonal hipotal�mica pituitaria siempre que
se en encuentre una masa selar (Schmidt P et al., 2012).
En
un estudio de 30 pacientes con diagn�stico de craneofaringioma, a todos los
pacientes realizaron resonancia magn�tica cerebral con contraste antes de la
cirug�a, ya que este tipo de examen de imagen , ayudan a medir el grado de
reacci�n y presencia de tumor residual y recidiva tumoral lo cual se vuelve a
evaluar� con la resonancia magn�tica. En
estos ex�menes de imagen la�
hipercaptaci�n de contraste solo es visible en una estructura anat�mica
por invasi�n pero sin presencia de volumen tumoral y resecci�n� subtotal por lo cual la RM ayuda en el
diagn�stico y seguimiento de un paciente con diagn�stico de masas selares(Ninla
Elmawati Falabiba, 2019).
El
tratamiento �ptimo a realizarse depender� de los s�ntomas que presente el
paciente principalmente, aunque cabe�
recalcar que debido a la ubicaci�n del mismo representa un alto riesgo
como por ejemplo se presenta par�lisis del tercer par,� como cita el caso cl�nico de un paciente de
29 a�os,� presentado por los hospitales
de M�laga Espa�a y el de Balicki de Pol�nia��
de la Universidad� ya que la
resoluci�n quir�rgica busca� una
resecci�n completa, por medio de las diversas trayectorias quir�rgicas� como es la ruta transsilviana, transclival,
suboccipital y subtemporal, seg�n nos menciona en un art�culo publicado por el
departamento de neurocirug�a de la Universidad M�dica de Kansai(Baca
Riofr�o, 2020)(Mayank
Rao, 2019).
La
cirug�a est� indicada en casi todos los casos, el objetivo es establecer el
diagn�stico aliviar los s�ntomas, algunos neurocirujanos abogan por una
estrategia de reducci�n de la compresi�n neural mediante drenaje de quiste y
resecci�n limitada del tumor s�lido en previsi�n de la irradiaci�n del tumor
residual(Peter
J. Snyder, n.d.)
En
el art�culo cient�fico� de William Rojas
y colaboradores se�alan que comparando las dos manejos quir�rgicos� transesfenoidales se prefiere la t�cnica
endonasal endosc�pica, ha demostrado un mejor resultado quir�rgico con menor
recidiva (8-14%) gracias a que las estructuras se visualizan directamente con
una mejor resoluci�n, versus la t�cnica microsc�pica que muestra un mayor
porcentaje de recidiva (14-25%)(Massa
et al., 2021), aunque
la endoscop�a puede implicar menor tiempo de internaci�n hospitalaria en comparaci�n con la cirug�a
microsc�pica, el grado de resecci�n tumoral total, necesidad de adyuvancia y mortalidad a corto plazo son similares
entre una t�cnica y la otra
La
t�cnica de craneotom�a abierta se ha desplazado a lo largo de los a�os dada su
resecci�n poco selectiva, ya que la t�cnica quir�rgica propone la extracci�n
del quiste con su c�psula, lo cual lesiona c�lulas glandulares hipofisarias
sanas aumentando el riesgo posoperatorio de presentar disfunci�n endocrina,
casi siempre con diabetes ins�pida(Massa
et al., 2021)
Se
mencion� que el abordaje endosc�pico transnasal de la base del cr�neo se ha
convertido en una corriente com�n para el tratamiento, se han descrito nuevas
t�cnicas para mantener la permeabilidad del tracto incluido el uso de stents y
colgajos con el fin de prevenir la estenosis y la reacumulacion del quiste(Ninla
Elmawati Falabiba, 2019).
Las
alteraciones endocrinas pueden regresar r�pidamente despu�s de la cirug�a, el
d�ficit hormonal m�s frecuente que tiende a persistir luego de la cirug�a es la
Diabetes ins�pida a�n en su forma m�s leve; esto pudiera ser explicado por la
localizaci�n del quiste adyacente al tallo hipofisario, produciendo un mayor
da�o a su funci�n, frecuentemente la Diabetes ins�pida posoperatoria se
resuelve espont�neamente dentro de algunos meses posteriores a la cirug�a
En
un trabajo publicado en 2014 realizado por�
Frank y colaboradores en su serie de 22 pacientes abordados por v�a
endosc�pica endonasal, reportaron que todos sus pacientes tuvieron una mejor�a
de su visi�n y cefalea, as� como de su prolactinemia, si esta estuvo presente.
Algunos
autores describen recidivas del 16% a 18% en pacientes posquir�rgicos,
sugiriendo el manejo conservador posterior, como opci�n en quistes recurrentes
de gran tama�o se ha planteado la radioterapia, se utiliza para tratar a
pacientes con enfermedad residual despu�s de una resecci�n quir�rgica parcial o
que ha recurrido despu�s de lo que inicialmente se pens� que era una resecci�n
total macrosc�pica(Bobeff et al., 2019)(Kamei et al., 2017).
A lo que se refiere tratamiento conservador Hirayama
Y. y colaboradores se�alan que��
15,9%� disminuyeron de forma
espont�nea su tama�o con terapia de reemplazo con glucocorticoides(Harsh et al., 2021)
En
nuestra paciente debido a la edad se decide un tratamiento expectante con
revisi�n m�dica cada 6 meses.� La
evidencia de tasa de mortalidad a largo plazo en pacientes con adenomas
hipofisario no funcionantes es limitada, la mortalidad suele ser secundaria a
casusas circulatorias, respiratorias o infecciosas(DynaMed,
2020)
La
paciente tiene actitud tranquila ante al diagn�stico, se�ala que nunca ha
escuchado sobre esta enfermedad, pero la informaci�n que recibi� del m�dico
neur�logo fue muy precisa y la intervenci�n del m�dico general fue esencial
debido derivo al m�dico especialista.
5.
CONCLUSIONES��
� El quiste de Rathke es una patolog�a con una baja tasa de
diagn�sticos ya que suele ser asintom�tica, esa es una de las razones
principales por la que no existen datos certeros sobre su prevalencia, adem�s
que en nuestro pa�s el acceder a m�todos de imagen como una resonancia
magn�tica implica un alto costo monetario. Por otro lado si se obtiene una
imagen sugestiva de un quiste de Rathke se eval�a al paciente si este presenta
s�ntomas o es asintom�tico. En el caso de ser sintom�tico� se plantea una resoluci�n quir�rgica mientras
que al ser asintom�tico podr�a mantener un seguimiento cl�nico para su
posterior resoluci�n quir�rgica dado el caso e incluso plantear un tratamiento
basado en radioterapia.
� El
tratamiento implementado en la mayor�a de los casos como ya lo hemos mencionado
y con una adecuada valoraci�n m�dica previa, se realiza mediante una
intervenci�n quir�rgica,� pero en
relaci�n a nuestro caso cl�nico su manejo fue mediante tratamiento ambulatorio
con amitriptilina, debido a su edad
avanzada representar�a un riesgo someterla a dicho procedimiento quirurgico,
por lo que la paciente continua con su medicaci�n via oral y controles
peri�dicos.
� El
primer contacto de los pacientes es el m�dico general, �l debe tener la
capacidad de decidir hasta donde puede tratar y cual es momento adecuado para
realizar interconsultas a especialidades, siempre bas�ndose en los cuatro
principios de la �tica m�dica.
CONFLICTO DE INTERESES: Todos los autores declaramos que no
existe conflictos de inter�s.
DECLARACI�N DE CONTRIBUCI�N: Todos los autores contribuyeron en
la selecci�n de b�squeda o art�culos del escrito.
6. LISTA DE REFERENCIAS
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